Ladies and Gentlemen!

Ustedes no me conocen pero espero que los pueda conocer más adelante.

Es un honor presentarme ante todos ustedes y presentando una historia más.

Mucho gusto, mi nombre es AnZuZu Dragneel, soy una escritora más en este maravilloso pero cruel mundo de las palabras plasmadas y de los fanfics que son escritos por los mismos fans para todos y cada uno de nosotros.

Soy una escritora que ya llevo tiempo escribiendo y se podría decir que soy una veterana. ¿Cuál es mi misión? Es darles sentimientos a los personajes de quien escribiré, es darle miles de emociones, momentos y lugares que en algunas ocasiones se puede apreciar pero que no son capaces de explicar. Me encargo de hablar con cada uno de los personajes, me encargo de poder ofrecerles todo para que todos nosotros, nos podamos quedar maravillados y con un agradable sentimiento en el pecho que nos puede otorgar nuestro corazón. Me encargo de ayudar a las personas como yo, con debilidad visual, me encargo de subrayar algunas palabras, y en su totalidad los diálogos para que se más cómodo de esta forma que no fuercen su vista para dicha acción. Me encargo de prestar atención a las palabras de todos y poder cumplir con mis expectativas para seguir evolucionando en mis historias, en mi manera de escribir.

Es de esta manera en la que me presento ante todos ustedes.

Recibí el mensaje de una administradora de unas páginas de Facebook: Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma ( MundoFanficsInuyashayRanma) como de Es tu mundo Fanfics ( EsTuMundoFanfics) para participar en un evento. ¿En qué consiste? Historias eróticas de personajes secundarios. Es decir, que tanto Ranma como Akane e Inuyasha como Kagome, no participan. Son personajes secundarios de estos animes, en cualquier situación (no tan obscena para no ofender) pero que les pudiéramos dar un poco de amor. Así que, espero que les guste, es una historia caliente como la misma palabra erotismo pero también algo dulce y lleno de amor como realmente me gustan las historias. Desde que era pequeña y vi Ranma en la tele, siempre pensé que Kuno y Nabiki tenían buena interacción y ahora que estoy escribiendo esto, realmente me convence de lo correcto que se ven estos dos. Así que decidí que el tema sería esta pareja, espero que les guste.

Espero que la disfruten.

#historias_eroticas_de_personajes_secundarios.

It's time to read!

It's showtime!


Aclaración: Ranma 1/2 no me pertenece. Es propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.

Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.

Aclaración: Recuerden que esta historia es un fanfic, historias ficticias escritas de fans para fans, algunas cosas pueden cambiar y otras más se pueden agregar. No siempre los personajes contienen las mismas personalidades. Por favor, si no les gusta, abstenerse de comentarios ofensivos y/o negativos.


Cuando era conocido como "El Trueno azul de la preparatoria Furinkan" Kuno Tatewaki no podía evitar entrar en su propio mundo y empezar a fantasear aquello a lo que él, siendo ese joven maestro de Kendo y aquel ser superior que se encargaba de mantener el orden en su momento, sabía que solo era cuestión de entrar en aquel estúpido baño tan grande que se encontraba en su mansión, ingresar a esas cálidas aguas que se encargaban de relajar su cuerpo, aunque en lugar de relajarlo, había veces en las que su mismo cuerpo se sentía diferente, sentía aquella necesidad de hacer algo más. Ese algo más que no podía detener y que simplemente, se dejaba llevar hasta que, o alguien se encargaba de interrumpir sus más profundos deseos o cuando simplemente, había terminado todo el asunto entre sus manos y era momento en que llegaba aquella usual frustración que todo joven a esa edad es capaz de sufrir.

Una frustración que al día siguiente, se encargaría de descargar hasta que vea al estúpido de Ranma Saotome para poder darle su merecido porque no era un candidato apropiado de la chica que siempre le ha gustado.

Siempre era cuidadoso con las personas a su alrededor, incluso cuando se trataba de su padre, que muy pocas veces se le ocurría llegar a casa, incluso con su propia hermana Kodachi que normalmente se encontraba entrenando en una manera extraña para poder conseguir a su amor a sus pies que en algunas ocasiones, simplemente le daba miedo con tantas cosas que se le pudiera llegar a ocurrir como con el estúpido de Sasuke que de vez en cuando se encontraba escondido por los alrededores en la espera de atacar a cualquier intruso que se le ocurre tocar aquellas tierras protegidas bajo sus habilidades Ninja. Por eso, al momento de ingresar a su baño, normalmente se aseguraba que cada uno se encontrara haciendo algo diferente y muy lejos de donde él se encuentra. Estaba más que seguro que moriría de la pena en caso de que alguien viera y escuchara un poco de lo que se encargaba de hacer en ese lugar.

Era un chico joven y estúpido que todo le causaba un poco de pena. Tenía que admitirlo de alguna manera aunque nunca lo haría frente a sus enemigos. Primero muerto antes de que todos supieran sobre aquellas cosas que le causan vergüenza.

Soltaba todo el peso que se pudiera encontrar en sus hombros para poder cerrar sus ojos y dejarse llevar por aquellas fantasías donde él, era el personaje principal de esta historia.

Podía sentir como su cuerpo mismo se calentaba y no era por el agua caliente, aun no estaba tan mareado como para querer salir de su "Santuario sagrado".

Había algo más con lo que su cuerpo era capaz de reaccionar, algo más de lo que no podía evitar porque había llegado a esa tierna edad donde todo le causaba curiosidad, donde quería experimentar y no regresar al mundo hasta terminar como era debido. Cuando sus manos se encargaban de bajar a esa parte tan delicada de su cuerpo pero que en ese momento, se encontraba tan despierto que era capaz de alzarse en aquella hermosa figura que era capaz de asomarse un poco por aquella agua caliente. Aquella delicada punta de su ser que era demasiado sensible como todo su ser, le pedía con desesperación el ser frotado con algo más, contra algo más que simplemente, obedecía a esas órdenes silenciosas que le mandaba su propio cuerpo para poder liberar y sentirse libre.

Soltaba un grave jadeo que resonaba por su baño privado. Abría un poco los ojos solo para darse cuenta que seguía solo y podía seguir con su asunto con su amigo de entre sus piernas. Frotaba con un poco de suavidad para empezar, sentía que su misma mano era un desconocido tocando esa parte pero al final, ante aquella timidez, es que se animaba a frotar con un poco más de presión.

-Kuno

Ahí estaba aquella dulce voz que había sido capaz de endulzar sus oídos, una voz que reconocería en cualquier lugar. Aunque en lugar de ser aquella voz molesta, era tan suave, tan adictiva que le provocaba aquellos escalofríos recorrer por su espalda y que quisiera mover su mano con un poco más de frenesí. Al estar en ese mundo de fantasías, podía abrir los ojos y encontrarse con Akane Tendo en aquellas poses tan provocativas como su propia mente es capaz de imaginar, aquellos grandes y redondos ojos mirarle con ese tierno amor que secretamente guarda solo para él como aquellos labios tan rojos como el rubí que era imposible separar su vista de los mismos por aquella silenciosa petición que siempre ha querido hacerlo. Sentir aquellas suaves y delicadas manos rozar su mejillas como su mismo cuerpo, era imposible no caer hipnotizado ante aquello.

Esa tierna sonrisa que era capaz de escuchar, aquel tierno abrazo que es capaz de brindarle, le motivaba a algo más. A imaginar a esa ruda chica como la tierna amable que suele esconderse debajo de aquel cascaron. Imaginarla en ciertas situaciones sugerentes, imaginarla como nunca ha sido. Aquella chica tan fuerte, siendo al mismo tiempo, tan provocativa que cada que tenía oportunidad, era capaz de acercarse un poco más al cuerpo femenino y poder besar su blanco cuerpo, dejar una que otra marca traviesa de la que ella soltara alguna que otra risita o que esta, se transforme en aquel jadeo que lo ponía un poco más nervioso cuando ese fresco aliento golpeaba directamente a su cuello y se encargaba de jalar con suavidad sus cabellos para mirarse directamente a los ojos.

Arriba y abajo, arriba y abajo.

Sus manos se movían en un rítmico movimiento.

Su respiración se hacía cada vez más pesada como que su mismo corazón empezaba a golpear con fuerza su pecho ante las emociones que eran incapaces de describir.

Podía sentir su temperatura aumentar, podía sentir como aquellos jadeos se acumulaban en su garganta hasta que sin poder soportarlo más, simplemente salían. Sus caderas se movían un poco, el ligero sudor era capaz de bajar por su frente como que apretara los dientes con fuerza. El agua a su alrededor se desbordaba ante aquellos frenéticos movimientos. Ante aquellas delicadas caricias que "su" Akane Tendo, era capaz de brindarle.

-¡Kuno!

Una voz más alegre era capaz de unirse a esa fantasía. En ese momento, era capaz de voltear a su lado y encontrarse con su adorada chica de cabello de fuego. Aquella coqueta sonrisa que era capaz de brindarle, aquellos ojos de los que era capaz de verse reflejado, aquella hermosa chica que tanto amaba a pesar de solo tener unos cuantos enfrentamientos pero podía mencionar que la amaba desde lo más profundo de su pecho. Era capaz de sentir como esa suave y blanca piel, era capaz de frotarse junto con su cuerpo para poder brindarle un poco más de emoción. Miraba embobado aquellos senos que brincaban un poco ante tanto movimiento causado, escuchar aquellas tiernas palabras como risitas que era capaz de soltar. Siempre tan inocente, siempre tan coqueta y por qué no, con aquella sonrisa que era capaz de encenderlo, de que sus manos subieran un poco más la velocidad al sentir como en tan poco tiempo, terminaría al fin. Sentir como era esa suave mano la que lo acariciaba y que de vez en cuando, se encargaba de brindarle ciertos besos en su cara pero nunca en sus labios.

Jugaba con él y de alguna manera, era capaz de permitírselo. ¿La razón? No debían existir razones cuando eran esas dos chicas que tanto amaba y que de alguna manera, podía sentir que podían hacer lo que quieran con él. Para eso estaba ahí, para eso existía. Era su única razón en la vida, poder amar a esas dos chicas que llegaron a su vida solo para estar con él.

Sentirse cada vez más cansado, más agitado con aquella presión en esa parte especial de su cuerpo. Necesitaba más, era aquella ansiedad que se encargaba de hablar. Mordía levemente sus labios para evitar soltar más jadeos de los que probablemente, ha soltado ya.

De alguna manera, sentía que su tiempo estaba a punto de terminarse y eso era lo que no quería. Quería seguir estando entre los brazos de Akane, quería seguir sintiendo el suave cuerpo de su amada chica de cabello de fuego a su lado. Quería seguir escuchando como era amado, quería seguir besando sus pieles y ver como estas soltaban aquellos jadeos tan armoniosos que parecía un coro celestial. Quería seguir observando aquellos ojos tan excitados como se deben encontrar los suyos.

Y tuvo razón en el momento que soltó un ronco jadeo para poder sentir como al fin se liberaba. Aquella presión entre sus piernas, había desaparecido en el momento que soltó todo. En el momento que aquella sustancia blanquecina había salido un tanto disparada y había caído en sus manos como en su vientre bajo.

Una vez que abrió los ojos y empezaba a recuperar poco a poco la respiración, no podía evitar mirar en su mano aquella blanca y pegajosa simiente, no pudo evitar soltar alguna que otra maldición completamente frustrado mientras golpear su mano con el agua caliente. Se acercaba la toalla que había dejado ahí desde que todo empezado todo eso. Se dejaba recargar completamente relajado y simplemente miraba al techo como si este pudiera contener todas las respuestas a sus preguntas infinitas.

-¿En qué momento de la vida se hará realidad todo esto? -Soltaba un suspiro.- ¿En qué momento podre encontrar el amor con ellas?

Comentaba un poco triste, un tanto desilusionado. Era tan idiota que sabía que nadie querría estar a su lado al momento que se dé cuenta sobre la clase de persona que realmente es. Ante aquella desilusión, prefería terminar de bañarse, asearse correctamente como dejar la toalla en el lugar indicado para que alguien más lo lave. Era mejor salir de ahí antes de sentir todas y cada una de aquellas inseguridades, al menos podía decir que dentro de su imaginación, él podía ser feliz con las chicas que amaba y de las que se puede sentir un tanto amado.

Aunque quizá.

El Trueno azul de este presente, ya no era el mismo estúpido joven Trueno azul del pasado.

En el momento que el adulto mira al pasado, no puede evitar mirar un poco avergonzado todas las cosas que hizo, todas las estupideces de su juventud que no tienen excusa alguna. Saber que todo lo que sentía por Akane como con la chica de cabello de fuego, no era más que una enfermiza obsesión solo por querer derrotar a su rival jurado de toda la vida. Sentirse como un completo idiota y querer golpear con fuerza a su estúpido yo del pasado para poder comprender que al final, siempre existía aquella chica que conocería su verdadera personalidad y a pesar de todo, es que ella nunca se alejaría de él porque simplemente, podía comprender lo que era aparentar lo que no era para otras personas.

Nabiki Tendo era esa chica que había visto cada una de sus caras y a pesar de todo, aunque al principio lo llamo "Extraño" solo alzaba los hombros completamente desinteresada y seguía sonriendo a su lado a pesar de que en ese tiempo cuando eran jóvenes, simplemente no eran nada pero que de algún momento a otro, dejo de fantasear con sus primeros dos amores para poder concentrarse en aquella chica sencilla y engreída que siempre buscaba la manera de sacarle dinero, para que esta misma pudiera aparecer en sus mismas fantasías. Fue un tanto extraño porque no había suavidad, no había cariño y mucho menos amor, simplemente era aquella curiosidad, aquella seca y extraña curiosidad que poco a poco empezó a crecer al igual que su fascinación por la misma.

Aquella socarrona sonrisa que era capaz de aparecer en su rostro, aquellos ojos que le miraban sin ningún interés, aquellas palabras secas que es capaz de brindarle como la brusquedad tan común de la misma. Era aquello lo que llegaba a excitarlo un poco más de lo que creyó. ¿Acaso era un masoquista? Quizá en el momento que la conoció mejor y que de vez en cuando era utilizado como un escudo humano o una forma de escape, le gusto un poco más de lo que imagino que fue en ese momento que se dio cuenta que Nabiki había sido la única chica que siempre lo miraba por cómo era y seguía a su lado.

Fue ese pequeño amor que creció en lo más profundo de su pecho y del que en el momento que cerraba sus ojos, no podía evitar imaginársela tal como es. Una gran sonrisa satisfecha era capaz de aparecer en su rostro en lugar de la usual frustración que siempre sintió cuando sus manos terminan de acariciar a su miembro y toda liberación se pudo dar de la forma correcta.

Por eso, en el momento que Nabiki pudo caer entre sus brazos, Kuno se juro que nunca más la soltaría, aun si eso se trate de un sueño, aun si eso simplemente se trate de un "polvo" no desaprovecharía la oportunidad de mostrarle a la misma que solo conseguiría lo que ella tanto deseaba, solo con él. Menos cuando aquellos pequeños labios eran demasiado adictivos, cuando sus pequeñas manos se encargaban de jalar su cabello e intentar quitar con un poco de desesperación aquellas ropas o quizá, se trataba de sus propias manos que jalaban con delicadeza aquellos cabellos castaños mientras su inquietud por sentir tanta ropa y menos piel empezaba a crecer de manera sorprendente que no llego a creer que toda esa situación se convertiría en una gran necesidad. La desesperación era evidente en cuando sus lenguas se tocaron con timidez en aquellos primeros besos que se daban para convertirlo después en un salvaje baile que cuando se separaban, era imposible no ver un fino hilo de saliva que los única. Sus respiraciones eran erráticas, podían sentir la respiración del otro tan cerca suyo que los volvía locos. Nabiki había mordido con suavidad el labio de Kuno para poder separarse y mirarse.

La ropa tan desarreglada, su cabello tan revuelto como el tierno rojo en las mejillas de los dos. Su aliento combinado con el otro. Aquella madures que era capaz de apreciarse en el otro, ya no eran esos jóvenes de una preparatoria, eran unos adultos que podían hacer con sus vidas lo que quisieran y eso era lo que querían.

Querían sentir al otro con tanto desespero que era tan impaciente la manera en la que se miraban y sus manos se mantenían tan quietas que sus mismos corazones provocaban grandes golpes para decirles, de alguna manera, que no tenían que perder el tiempo en observarse cuando podían pasar a otra situación.

Las grandes manos de Tatewaki provocaban miles de emociones en la misma que era imposible callar aquellos gritos que a penas y causaba el rose sobre su ropa como las piernas que se metían entre las suyas y poder acariciarla en su centro, eran emociones tan fuertes que ninguno de los dos quería detenerlo. La pequeña mano de la hija de en medio de Tendo, bajo con curiosidad aquello que había golpeado su estomago, toco con suavidad, con extremo cuidado mientras era capaz de observar como Kuno se retorcía entre sus brazos mientras. Todo empezaba por descontrolarse, todo empezaba a tomar un rumbo totalmente desconocido pero que de alguna manera, querían saber hasta donde eran capaces de llegar. Una vez más y ante tantas emociones que estaban viviendo, es que sus labios volvieron a pegarse, cerrando los ojos con fuerza, tomando grandes bocanadas de aire, es cuando el Trueno Azul decidió tomar la iniciativa.

Posando sus manos en el trasero de Nabiki, es que la alzo para sentir como ella enredaba sus piernas a su cadera mientras se restregaba un poco, mientras disfrutaba de aquella posición. Mientras sentía la pared a su espalda como sentía sus pechos pegado al fornido pecho de Kuno Tatewaki. Una vez más, se separaron de aquel largo beso para poder recuperar la respiración, para poder apreciarse una vez más y arrepentirse de lo que estaban haciendo, algo que noto Nabiki en el rostro del hombre que pronto permitiría en hacer algo más.

Fue ese pequeño instante en el que Kuno pudo sentir aquella suave mano en su mejilla mientras le mostraba una sonrisa única y especial. Solo para él que por un momento, se sintió un poco indefenso.

-¿Te arrepientes? -Murmuro con suavidad la mujer.

-No -Menciono con seguridad.- Tengo miedo de lastimarte -Confeso.- No quiero que esta sea la primera y la ultima vez

-Te puedo prometer que no será de esa manera -Bromeo Nabiki como siempre.- Ahora mismo soy una adulta que puede decidir lo que quiere y yo realmente quiero esto contigo ¿Qué es lo que quiere Kuno Tatewaki?

-Te quiero a ti -Empujo un poco sus caderas contra el vientre de ella, Nabiki no pudo evitar jadear ante aquella sorpresa.- Y también quiero esto, es imposible que me detenga ahora

-No te detengas entonces

-No te quiero lastimar

-Nunca lo harías

Como si aquellas palabras fueran un hechizo del que ambos cayeron, fue que sus labios volvieron a fundirse en uno. Las salvajes caricias, ahora se convirtieron en suavidad, en cariño y amor. Caminando sin siquiera ver a donde se dirigía, Kuno simplemente llego a su cuarto para poder cerrar la misma con seguro y dejarse caer sobre la cama.

Fue cuando todo empezó.

Los botones quedaron a un lado al igual que la ropa que poco a poco empezaba a desaparecer por la habitación, después se preocuparían por encontrarla, no era lo importante. Las marcas de mordidas y de besos que se podían apreciar en los cuerpos de cada uno, los traviesos dedos que no se quedaban en paz y empezaban a recorrer el cuerpo del otro con total fascinación. Observar con atención las reacciones del otro, que era lo que le gustaba y que era aquello lo que les disgustaba. Era aquella exploración antes de ser expertos, era aquella prueba y error para que los dos pudieran disfrutar de la situación. Los pequeños suspiros de aceptación como alguna que otra queja de que así no era. Se podía apreciar a Kuno aprendiendo de ella cuando la besaba, cuando sus labios le otorgaban sensaciones tan maravillosas a su cuerpo, mientras tendía sus pechos, mientras besaba su espalda, su estomago, incluso sus piernas y el dorso de sus manos como si de un caballero se tratase. Se podía apreciar a Nabiki aprendiendo a tocar, sus puntos débiles como escuchar con atención aquellos gruñidos que solo la complacían más al saber que era el lugar correcto. Jugar con sus manos, jugar con sus mismos labios para poder probar aquella extensión del cuerpo masculino y deleitarse como si la misma se trataba de un dulce que tanto le gusta probar.

Sentir aquel calor que los escalaba, que los dejaba sin aliento pero que al mismo tiempo, les pedía más. Poder llegar al final de toda la situación.

Y en el momento justo para iniciar el acto. Una vez más Kuno pidió permiso con aquella silenciosa pregunta y de la que Nabiki acepto en el momento de que alzo los brazos para invitarle adentrarse a lo más profundo de su ser. Se metió entre sus piernas, abriendo paso poco a poco para no querer lastimarla y aunque ella mencionara que estaba bien, eran aquellas tiernas lágrimas las que bajaron del rostro de ella y que él se bebió a besos. Una vez que se encontraban unidos, fueron las caderas del Trueno Azul las que se movieron con suavidad y de las que Nabiki soltó suspiros tranquilos.

Besar y acariciar. Jadeos y suspiros. Adentro y fuera. Todo era válido.

El característico aroma a sexo empezaba a impregnar sus pieles, su ser mismo. Aquellos acelerados movimientos que empezaban a enloquecerlos. Los tiernos rasguños que eran capaces de aparecer en la espalda de Kuno como la piel un tanto morada por tanta mordida que se pudiera encontrar en ese momento en Nabiki. Los acelerados movimientos que empezaban a marcar a partir de ese momento en que olvidaron todo tipo de temor y que realmente empezaban a disfrutar.

Fue un último beso el que compartieron para sentir como al fin se liberaba aquella presión que se formaba en sus vientres bajos.

Se separaron con lentitud, Kuno salió de ella con suavidad ante ese último suspiro que se escucho de ella. Se dejo caer totalmente agotado en la cama intentando regular un poco sus respiraciones. Pegados a las almohadas, ambos se miraron, compartieron miradas y al final, es que compartieron pequeñas sonrisas.

-¿Fue mejor de lo que pensaste? -Comento Nabiki sonriente.

-Lo fue -Comento directo Kuno.- ¿Y tú?

-Puede haber mejores en el futuro -Hablo en tono burlón.- Y podríamos mejorar, Tatewaki

-Me parece bien, Nabiki

Soltaron pequeñas carcajadas para solo rodar los ojos divertidos, acercarse una vez más y empezar de nuevo. Una vez que aprendieron la teoría, solo les faltaría aplicar la misma.

Quizá, Kuno ya no tenga que fantasear más cuando podía experimentar con la chica que conoció su verdadero ser y se quedo a su lado.

Cuando las fantasías superan la realidad, solo es cuestión de continuar. Eso comprendió el Trueno Azul, eso lo aprenderá a vivir con la indicada.


¡Muchas gracias por leer!

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¡Nos vemos a la próxima!


Atte.: AnZuZu Dragneel

Fecha: Sábado 24 de Abril de 2021