Nota: Un Naomi/Norman, ojalá les guste (?).


Parpadeó una, dos, tres veces, para finalmente suspirar con cierta resignación.

¿Recuerdan que Norman había estado usando búhos cuando era William Minerva? Bueno, él todavía seguía conservándolos, incluso, muchos de los búhos que él tenía, actualmente tenían familia o eran descendencia de alguno de los viejos búhos.

Y no la malentiendan, a ella también le gustaban los búhos, pero, lo que le molestaba era que fueran demasiados. Y que hubiese una familia que estuviera a su alrededor, sobre su cabeza y hombros.

¿Quién le dijo que era buena idea conservarlos todos?

- Las cosas que hago por amor – susurró, tomando de su taza de café, ignorando o tratando de ignorar a los búhos.

Aunque por sus miradas, movimientos y sonidos, era una tarea complicada. Y las plumas le hacían cosquillas en las mejillas o cuello, aparte de que las garras le lastimaban un poco los hombros y la cabeza.

Norman sonrió ligeramente, yendo a la mesa de la cocina, sentándose en frente de ella con una taza también de café.

- Parece que les agradas, Naomi.

- Sí – contestó con una sonrisa, agotada. Volvió a darle un sorbo al café frío –… No pensé que ibas a quedarte con todos tus búhos.

- Bueno…

El búho en su cabeza batió las alas, provocando que unas plumas cayesen a su café y en la mesa. El chico le sonrió un poco nervioso, ella sólo suspiró otra vez.

- Tal vez… Deberías regalar algunos o liberarlos.

Norman pudo haberse reído, pero en cambio, sólo desvió la mirada, entre divertido y nervioso.

- Tal vez…