-Narrado por Midoriya-

Mi nombre es Izuku Midoriya y soy un omega… Lo que significa que puedo quedar embarazado por un alfa.

En la sociedad, los alfas están por encima del resto mientras que a los omegas nos quieren solo para fecundar. Luego están los betas, que son la mayoría de la población y quiénes se relacionan entre ellos, o quizás no. Ha habido casos donde alfas se han emparejado con betas, omegas con betas… En realidad, lo que seas no debería de importar para estar con la persona a la que amas pero muchos se esconden para no ser agredidos, perseguidos o repudiados por sus propias familias y amigos.

Mi madre se alegró mucho cuando me dijeron que yo era un omega. Decía que podría tener hijos con un alfa adinerado y vivir tranquilamente. Pero yo no quería un alfa rico, ni famoso. Yo le quería a él. A mi amigo de la infancia del que estaba enamorado y del que nunca fui nada más para él que un amigo. Kacchan siempre fue más mi protector y amigo, y nunca me vio como su posible alma gemela.

Aún si nunca fuésemos a estar juntos yo le seguiría queriendo, incluso seguí manteniendo este sentimiento tras ser su padrino de boda y el padrino de su primer hijo.

-Tiene toda la carita de Bakugou.

-La verdad es que no se parece en nada a Kirishima.

-Esperemos que solo se le parezca en físico al padre y no en carácter.

-¡Callaros ya, idiotas!

Nos habíamos reunidos todo el grupo después de muchísimo tiempo sin vernos. Todos nos conocimos en el instituto y nuestra amistad seguía perdurando años después.

-Entonces ¿Midoriya será el padrino de esta preciosidad? – preguntó Mina acunando entre sus brazos al pequeño Kashi.

-No había nadie mejor.- respondió Kirishima sonriéndome de oreja a oreja – Si algo nos ocurriese a nosotros él sería el más adecuado para educar y vivir con Kashi.

-¡No atraigas a la mala suerte! – protesté e intenté reprimir las lágrimas. Sé por qué lo decía. El parto de Kirishima había sido muy difícil, tanto que los médicos le habían informado que era más que probable que no pudieran tener más hijos. Fue lo que Kacchan me dijo días después. Nunca antes le había visto tan asustado… Su aterrorizada voz por teléfono suplicándome que fuese al hospital, que el parto no iba bien, y esa imagen de él tan vulnerable, pálido y temblando de arriba abajo mientras me abrazaba con fuerza aún me visitaba por las noches para hacerme despertar sobresaltado - El pequeño Kashi tiene mucha suerte de teneros como sus padres ¿Verdad? – me acerqué al bebé quien agarró del dedo y se me calló literalmente la baba (*0*)

La habitación del hospital se llenó de risas cuando la puerta se abrió y entró alguien a quién no esperábamos.

-¡Todoroki! – gritamos todos al unísono - ¿Qué estás haciendo aquí?

-¿No estabas en EEUU?

-¿Por qué no nos has avisado de que estabas de vuelta?

-¿Has venido a ver al bebé?

-¡Pero hombre habernos llamado y hubiésemos ido a recogerte al aeropuerto!

-¡CERRAD LA BOCA Y DEJAD DE HACER TANTO RUIDO! – estalló Kacchan echando a patadas a Kaminari, Mineta y Sero que protestaban al ser los únicos que había echado de la habitación pero al final los demás les acompañaron y nos informaron que estarían en la cafetería - Maldita sea… ¿Cómo pueden ser tan escandalosos aún siendo adultos?

-Tú tampoco has cambiado mucho, Bakugou.- murmuró Todoroki pasando por su lado hasta acercarse a mí y saludar al bebé – Espero que no heredes el mal carácter de tu padre.

-¡Cierra la boca maldito mitad y mitad!

Kirishima y yo sonreímos cómplices.

Al principio, Kirishima y yo apenas nos hablábamos. Él sabía que yo estaba enamorado de Kacchan y yo conocía sus sentimientos hacia mi amigo de la infancia, y quizás por eso no congeniábamos pero cuando me confesó sus sentimientos y me dijo que no quería entrometerse en nuestra amistad me pareció realmente valiente y humano, y supe, con tan solo verles cuando estaban juntos ya fuesen solos o con todo el grupo, que estaban predestinados. Su forma de mirarse, de hablar, los gestos, el acabar las frases del otro, el necesitar algo sin ni siquiera pedirlo… Todo eso me rompía por dentro. Sentía como si un inmenso vacío se abría ante mí. Un impresionante precipicio del que estaba a punto de caer, pero con el tiempo y el conocer por el mismo Kacchan lo que sentía por Kirishima fue el momento de rendirme y darle el empujón que necesitaba para que buscase su propia felicidad y olvidase nuestra promesa.

Había llegado el momento de seguir su propio camino y yo de seguir el mío, aunque aún no había decidido cuál sería. Había tantos. Tantas puertas que escoger que el miedo me paralizaba arrastrándome una vez más a la casilla de salida.

-¿Cuándo regresarás a EEUU? Espero que no te vayas pronto, me gustaría que nos reuniésemos todos en nuestra casa para dar una cena cuando me recupere – le preguntó Kirishima a Todoroki regresándome a la realidad.

-Ya no volveré. Me he instalado aquí.

-¿En serio? – preguntó sorprendido (O.o) Desde que terminamos la universidad Todoroki se había marchado a EEUU a continuar con el negocio de su familia. Una enorme multinacional de hoteles más conocido como el Imperio Todoroki.

-Hace tiempo que le dije a mi padre que quería trabajar desde Japón. No le gustó mucho la idea pero le ignoré, como siempre he hecho, y le propuse a mi hermano mayor que se encargase de la empresa en Nueva York encantándole la idea. Allí conoció a un famoso actor beta con el que están conviviendo juntos. Siempre me dio envidia mi hermano pues hacía lo que le daba la gana aunque eso significase remar a contracorriente.

-¿Quién es ese famoso actor? – pregunté curioso pero Todoroki se llevó el dedo índice a los labios. No podía revelar su verdadera identidad – Entonces ¿Ya tienes donde quedarte?

- Hace más de un mes que me mudé.- asentí mientras perdía la mirada en los altos ventanales hasta que Kashi me llamó la atención al sentir su risa al ser cogido en brazos por Todoroki- kun y la tierna sonrisa de éste me hizo palpitar el corazón. Podía contar las veces que había visto a Todoroki-kun sonreír con los dedos de la mano pero esta sonrisa me pareció realmente enternecedora y me imaginé lo buen padre que sería si encontrase a su alma gemela dándole la oportunidad de formar su propia familia.

- ¿Acaso tenías pensado pedirme que viviera contigo mientras buscaba apartamento, Midoriya?

¿Eh?

(O.o)

-¡Noooooooo! (*/*) – dejé escapar un gallo en forma de grito - No había pensado nada de eso. Era por preguntar.- me entró la risa tonta.

-Es una pena, porque me habría ido a vivir contigo hasta debajo de un puente si me lo pidieses.

¿Eeeeeehhhh? (/)

Mis ojos pasaron de Todoroki-kun, a los de Kirishima pidiéndole ayuda hasta detenerme en Bakugou a quien me pareció verle una aliviada y fugaz sonrisa.

****
Siempre he sabido que la buena suerte y yo no congeniábamos. Primero con ser un omega, luego tener un amor no correspondido durante años, un trabajo como profesor en un instituto masculino lleno de betas delincuentes quiénes apenas me prestaba atención en clase pero no renunciaría a ellos por mucho que me hicieran sentir estar en el mismísimo infierno (T T) y por último… Un incendio en el complejo de apartamentos donde estaba viviendo perdiendo así mi hogar.

-El té te relajará.

-Gracias…. – me encontraba en casa de Uraraka y Tsuyu. Ella fue a la primera a la que llamé para contarle lo que había sucedido y rápidamente me ofrecieron su ayuda para sacar todo lo que pudimos. Algo de ropa, efectos personales y poco más. El resto se había quemado junto con la mayoría de apartamentos.

-¿Qué harás ahora, Midoriya? – me preguntó Tsuyu.

-Tengo algunos ahorros pero los alquileres están por las nubes y tardaré bastante en encontrar otro sitio y que no esté muy lejos del trabajo.

-Puedes quedarte con nosotras.- me propuso Uraraka pero rechacé su oferta. Ellas vivían juntas desde la universidad. Dos betas que se habían enamorado en el instituto. Pero no podía aceptar su hospitalidad pues su apartamento era muy pequeño y tres éramos multitud.

-¿Has hablado con Bakugou? Estoy segura que te dirá que te vayas con ellos hasta que encuentres otro apartamento.

-No puedo pedirle eso a Kacchan. Acaban de ser padres y Kirishima aún se está recuperando. Necesitan tranquilidad y tenerme a mí allí es tener que prestarme atención. Ya se me ocurrirá algo.

Intercambiaron miradas preocupadas.

-De momento, dormirás aquí esta noche.- sentenció Uraraka sin darme opción a quejarme – Mañana ya pensaremos algo.

Su amable sonrisa no consiguió sentirme más maldecido de lo que ya me sentía.

****
-Esto chicas… ¿Por qué están Kaminari y Sero enfrente de vuestra casa? (O.o)

-Porque yo les he pedido venir.

Se me puso la piel de gallina al escuchar su imponente voz y que al girarme tan deprisa me desestabilicé estando a punto de caer al suelo si no me hubiese apoyado en los cristales del balcón.

-¿TO-TODOROKI-KUN? ¿Qué estás haciendo aquí?

-Uraraka me llamó anoche y me explicó lo que te había pasado.

Le lancé una mirada de incredulidad a mi amiga quien me mostraba una nerviosa sonrisa para después desaparecer detrás de Tsuyu.

-Pero ¿Por qué están aquí?

-Porque me van a ayudar a llevar tus cosas a mi casa.

-Espera, repítelo. ¿Qué te van a ayudar a llevar mis cosas a dónde?

-A mi casa. Te quedarás conmigo hasta que encuentres un lugar donde puedas instalarte.

Y sin decir nada más, empezó a abrir cajas de cartón que ocuparon rápidamente todo el salón.

-No quiero ser una molestia.

-No eres ninguna molestia, Midoriya.

-Pero no puedo aceptar. Tú estás muy ocupado con tu trabajo y preferiría buscar un sitio más tranquilo.- su ardiente mirada me atravesó como si me acabasen de abrir en canal. ¿Por qué estaba tan nervioso? ¿Por qué desde que regresó se me ponía la piel de gallina con tan solo recordar el sonido de su voz o percibir su olor? Tragué saliva y mi corazón bombeó con locura cuando Todoroki-kun dio un paso hacia mí.

-¿Crees que te estoy obligando? – negué con la cabeza asustado – No creas que porque seas un omega estoy dejando escapar mis feromonas para someterte. Jamás haría algo así. Tampoco me preocupa el hecho de tener un omega en casa y te venga el celo. Tienes tus medicinas, tus inhibidores. No te preocupes por si pueda hacerte algo. No lo haré – decía entre dientes y eso último me dolió como un pelotazo en la cara sorprendiéndome – No quiero utilizar lo que soy para alcanzarte, Midoriya. Quiero robar tu corazón por ser quién soy y no por ser un alfa y tú un omega. Todo eso me irrita – dio otro paso hacia mí hasta tal punto que podía verme reflejado en su cálida mirada - El hecho de que seas un omega me da lo mismo. Me enamoré de ti por ser quién eres. Sinceramente me habría enamorado de ti aunque fueses un beta u otro alfa, y ahora que tengo la oportunidad de poder estar a tu lado sin que tu maldito guardaespaldas te vigile constantemente como hacía en el instituto no voy a dejarte escapar. No por segunda vez. ¿He sido lo suficientemente claro?

Hasta tragar saliva me costaba. ¡Tenía la garganta seca!

-Cla-clarísimo…

¿Qué… Qué acababa de pasar? (/)

****
-Im…presio…nante… (O.O)

Dije nada más entrar en el enorme apartamento de Todoroki-kun. Un ático con varias habitaciones, dos cuartos de baño de lujo, una amplia cocina, un salón más grande que mi propia casa hecha cenizas y una terraza desde donde se veían las mejores vista de todo Tokio. Ni en sueños hubiese imaginado que llegaría el día en el que podría vivir en un sitio tan asombroso y asfixiante al mismo tiempo. Estaba claro que Todoroki-kun jugaba en otro tipo de liga y que yo era de la clase más baja.

-¿De verdad no te importa que me quede aquí?

-No te preocupes. No suelo estar mucho tiempo por casa.

De nuevo me sentí intranquilo al notar un pinzamiento en el pecho. ¿Estaría nervioso por convivir con un alfa? Él me había dicho que no pasaría nada y teniendo cerca mis medicinas no tendría que estar tan preocupado pero… ¿Cómo no iba a estarlo? Prácticamente me había confesado que estaba enamorado de mí desde el instituto y que quería acercarse a mí siendo él mismo y no por ser alfa y omega… ¿Qué debería de hacer? No odiaba a Todoroki-kun, al contrario, era un buen amigo pero…

-¿Tienes carnet de conducir? – me preguntó de repente.

-Sí, pero no tengo coche.

-Puedes utilizar el mío para ir a trabajar.

-¿Y tú cómo irás?

-Tengo chófer.

Ah…claro… (O.o)

-¿Y qué tipo de coche es? Quiero decir, no es que entienda de marcas ni nada de eso pero el instituto donde trabajo no es un buen sitio y preferiría no llevar un coche que destaque mucho pues es más que posible que haya desaparecido cuando quiera regresar a casa…. – mis alumnos eran muy problemáticos (T T)

-¿Prefieres que te lleve el chófer? Podemos ir juntos.

¡Eso sería aún peor!

-No te preocupes. Cogeré el tren. Lo he comprobado y en realidad el instituto queda cerca. Quizás deba comprarme una bicicleta y así hacer ejercicio.

-¿Por qué te cuesta tanto aceptar mi ayuda? - sentí su cálido aliento acariciarme la mejilla. Me quedé rígido con el corazón a mil por hora mientras el olor de su colonia que se entremezclaba con su olor corporal me embriagaban, sin embargo fue el tono dolido de su voz lo que me dejó totalmente paralizado – No me es ninguna molestia acercarte cada mañana a trabajar. No me es ninguna molestia que te lleves mi coche. No me es ninguna molestia el que te quedes en mi casa. Pero está claro que para ti sí lo es.

-¡No! No es eso, es solo que… - me agarré el bajo de la camiseta. ¿Cómo podía decirlo sin hacerle daño? Estaba siendo muy amable conmigo.

-Es porque no soy él ¿Verdad?

Su angustiada voz me estremeció pero fue la tristeza de su mirada la que me provocó un temblor y una sacudida en mi estómago que por un momento creí estar enfermo. Y en cuanto me dio la espalda desapareciendo en lo que suponía que era su habitación sentí que me faltaba el aire y el pinchazo que había notado en el pecho se intensificó.

****
Había pasado más de una semana desde que me había instalado en casa de Todoroki-kun y, tal y como me dijo, apenas le veía. Cuando me despertaba él ya se había ido a trabajar dejándome preparado el desayuno y cuando me iba a dormir él todavía no había regresado. Desayunaba y cenaba solo. ¿Existía alguna diferencia a mi anterior vida? Sí. La había. El lugar. Había pasado de estar en un pequeño apartamento a uno enorme donde me mareaba con tan solo mirar al alto techo.

Tengo que encontrar un sitio pronto pero los alquileres son muy caros y todos los apartamentos disponibles más cercanos al instituto están ocupados…Jolín… No sirvo para nada… Solo doy problemas… (T T) Y encima no me siento muy bien hoy. Me siento muy…extraño…

-¿Midoriya?

Entre abrí los ojos. ¿Me había quedado dormido en el sofá? Me froté los ojos pero mi cuerpo empezó a sentirse extraño. Notaba la respiración acelerada. Tenía mucho calor. Muchísima calor. Me puse de pie para quitarme la camiseta y sé que alguien pronunció mi nombre y cuando hice contacto visual con aquellos ojos de distinto color todo mi cuerpo se estremeció. El olor que embriagaba mis pulmones me estremecía de tal manera que me aterraba y me excitaba al mismo tiempo. Levanté las manos para aferrarme a aquel rostro que veía borroso. Solo quería besarle. Meterle la lengua. Empujarle al sofá. Recorrerle cada parte del cuerpo con mis labios. Subirme sobre él. Pedirle que me besara, que me tocara, que me penetrara. Quería pedirle que tuviésemos un bebé. Era lo que más deseaba. Tener un hijo con la persona a la que estaba besando ahora mismo. No pensaba en nada más. No era consciente de lo que hacía, pero sí que quería todo lo demás. Buscaba sus labios que al principio se resistían pero que al final cedían y me ahogaban. Hasta que murmuré algo entre susurros e inmediatamente después sentí un fuerte pinchazo en la pierna hasta perderme en la oscuridad.

Cuando desperté, me encontraba en mi propia cama totalmente desnudo. Y entonces lo recordé todo.

¡El celo!

¡Maldita sea, Izuku! ¿Cómo has podido dejarte llevar? Siempre llevas tus medicinas encima para evitar este tipo de situaciones. Había sido un idiota. Había bajado la guardia ante las palabras de Todoroki-kun. Me había dejado convencer al decirme que él no haría nada porque no me amaba por ser un omega… ¡Joder! (T T) Pero… No pasó nada porque lo recordaría. Bueno… nos besamos y… (/) ¡IDIOTA, IDIOTA! ¡ERES UN IDIOTA, IZUKU MIDORIYA!

-¿Te encuentras mejor?

-¡L-Lo siento! – incliné la cabeza hacia adelante cuando Todoroki-kun entró en mi habitación – Te prometo que no volverá a pasar. La próxima vez estaré más pendiente de contar bien cuando me tiene que venir el celo y encerrarme en mi habitación para no acercarme a ti. He estado últimamente tan agobiado con el trabajo y buscando apartamento para no seguir molestándote que me olvidé completamente… De verdad que lo siento muchísimo.

-No pasó nada por lo que tengas que pedir perdón.

-Pero…

-Si he de serte sincero me sorprendió. No es la primera vez que veo a un omega en celo pero sí a quien más me ha costado rechazar para no…bueno… Ya sabes.- vi que se sonrojaba desviando la mirada y yo me sonrojé al mismo tiempo – De todas formas, jamás le pondría la mano a alguien ni con celo ni sin celo cuando en sus pensamientos está otra persona…

¿Eh?

¿Qué ha querido decir con eso?

Entonces lo recordé. Justo en el momento en que parecía que Todoroki-kun iba a sucumbir a la tentación y me haría suyo yo nombré a Kacchan…

¡AHORA SÍ QUE LA HAS CAGADO, IZUKU!

-Yo, lo siento… no… quiero decir… No es lo que crees.

-¿Por qué Bakugou? Está casado, tiene un hijo. ¿No crees que va siendo hora de empezar a olvidarle?

-Por eso te he dicho que no es lo que tú crees… yo… yo… - las palabras no me salían. Cualquier cosa que dijese en este momento lo tomaría como excusa. Ni siquiera yo mismo sabía por qué le había llamado cuando ya me había rendido con él – Yo-

-Estaré unos días fuera.

-¡Espera! – le agarré de la muñeca saltando de la cama para después darle la espalda al darme cuenta de que seguía completamente desnudo. Fui a cubrirme con la sábana cuando sentí los dedos de Todoroki-kun recorriendo mi espalda con lentitud. Me estremecí hasta tal punto de dejar caer un gemido y rápidamente me cubrí la boca. Luego detuvo sus dedos en mi cuello para después perderme en su calidez al abrazarme por detrás - ¿Todoroki-kun?

-Ahora mismo me gustaría poder hacerte mío aquí, en el sofá, encima de la mesa, en el baño, en todos los rincones de la casa. Me gustaría besarte, verte sonrojado, escuchar tus gemidos, susurrar mi nombre pidiéndome más pero no lo haré. Te dije que haría que te enamorases de mí por quiénes somos y no por lo que somos, y eso haré. Pero si sigo aquí sé que me dejaré llevar por tu olor…hueles tan bien… - me susurró al oído estremeciéndome de nuevo – Tengo que irme…debo irme… - pero no se separaba de mí. Por su voz notaba que le estaba siendo muy difícil apartarse de mí. Que estaba luchando contra su instinto. Entonces me giré hacia él y le abracé. Temblaba y podía notar su abultado miembro rozándose con el mío.

-Quiero conocerte mejor.- le dije – No hablo por lo que pasó anoche sino porque realmente quiero saber quién eres. Quiero conocer al verdadero Shoto, y no al alfa Todoroki – me separó de él para agarrar mi rostro levantándome la barbilla. Me observaba sorprendido, con los ojos luminosos tanto que parecía que fuese a llorar en cualquier momento – Solo necesito tiempo. Tiempo para contarte por qué Kacchan es tan importante para mí… ¿Me lo darás?

La intensidad de su mirada me dejaba sin respiración.

-Si en mi mano estuviera, detendría el tiempo para entregártelo.- me susurró. Luego me besó fugazmente en los labios y se fue.

No regresó hasta unos días después.

****
A raíz de nuestro vergonzoso encuentro, Todoroki-kun venía todas las noches a cenar, e incluso desayunábamos juntos la mayoría de los días, sobre todo los fines de semana. Eso me hacía sentir menos solitario. Era agradable tener a alguien con quien conversar. De verdad que era realmente agradable poder conversar y no tener que cenar escuchando las voces de desconocidos presentadores de televisión, ni tampoco escuchar los gritos de una pareja en el piso de arriba, ni los llantos de los niños del apartamento de al lado… Allí disfrutaba del silencio pero también me golpeaba la soledad. Me golpeaba tanto que casi todas las noches me atrapaba el sueño con la almohada mojada.

Algunos días, me enviaba un mensaje para quedar después del trabajo para ir a cenar o dar un paseo. Al principio, se me hacía muy difícil iniciar una conversación pues Todoroki-kun era realmente callado y reservado pero conforme pronunciaba las primeras palabras luego todo venía rodado. Las risas, conversaciones tontas o sin sentido, opiniones sobre política, de nuestro trabajo, viajábamos al pasado en algunos momentos al hablar sobre algo que nos enviase a esos días… Me sentía cómodo a su lado. Extrañamente cómodo. Era como si mi cuerpo y mi alma por fin estaban en sintonía teniéndole a él. Y cuando no estaba a mi lado era como si el aire de la habitación estuviese más viciado, como si el estar tan cerca fuese la ventana que necesitase para respirar aire limpio.

No sabía si me estaba enamorando. Era pronto para ponerlo en palabras pues los sentimientos por Kacchan seguían en mi interior pero de lo que sí estaba seguro es que mi corazón vibraba de forma diferente cuando escuchaba la voz de Todoroki-kun pronunciar solamente mi nombre a cuando Kacchan lo hacía años atrás. Sonaba totalmente diferente. Y no solo mi nombre. Era todo. Su forma de mirarme. Su forma de cuidarme. De preocuparse por mí. De moverse a mí alrededor. Su olor. Sus sonrisas. ¿Se debía a que Todoroki-kun estaba enamorado de mí y Kacchan solo me vio como su mejor amigo? ¿Esa era la diferencia? ¿O había algo más? No lo sabía pero quería averiguarlo. Quería seguir sintiéndome de aquella manera. Nervioso cuando le veía llegar por las noches a casa y hacíamos contacto visual. Ansioso por saber si ese día me enviaría un mensaje para vernos e ir a casa juntos. Feliz al cocinar juntos. Intranquilo cuando se iba de viaje durante el fin de semana. Deseoso porque me dijera si quería ver una película y posponer la hora de irnos cada uno a dormir a su habitación.

Era extraño. Muy extraño.

Sobre todo cuando me di cuenta de que prácticamente me pasaba todo el día pensando en Todoroki-kun, o me sorprendía masturbándome con su olor que desprendía toda la casa.

(/)

-¿Has salido con muchos omegas?

Todoroki-kun casi se atraganta con mi estúpida pregunta. Sus mejillas se sonrojaron, e incluso la punta de sus orejas. Me pareció adorable pues él siempre había sido un chico frío, distante y verle tan humano, tan cercano me dieron ganas de verle sonrojarse muchas más veces (-)

-Con algunos. También con betas, e incluso con alfas.

-¿Has estado con alfas? ¿Es eso posible? (O.o)

-Cuando tienes dinero les da igual fingir lo que son por tal de estar contigo.

Volvió a sumirse en el silencio con una más que evidente triste sonrisa. Todoroki-kun provenía de una familia muy rica. Todo el mundo les conocía. Su abuelo había levantado el Imperio Todoroki por todo Japón y su padre lo expandió por el resto del mundo. Por esa razón, Todoroki-kun se fue a vivir a los Estados Unidos antes incluso de terminar la Universidad. Habían pasado muchos años desde que nos habíamos visto. Ni siquiera pudo acudir a la boda de Kacchan con Kirishima, ni tampoco la de Hagakure con Ojiro. Ese día hicimos una video llamada pero de nuevo se le veía solitario, como él era. En ese momento no me di cuenta pero Todoroki-kun siempre había sido tan distante que me sorprendía cada día estar viviendo con él, pues no era como en los programas de cotilleos contaban que era un príncipe con sonrisa encantadora que atraía a todos. Supongo que se habrá hecho un personaje para caer bien pero que en el fondo era el más solitario de todos.

No tenía duda alguna. Más que mi propia felicidad deseaba que él encontrase la suya propia. Era lo que más deseaba. Pero al pensar que algún día podría irse de mi lado provocó que todo mi ser se estremeciera de terror.

-¿Sabes una cosa, Todoroki-kun? Tú eres el primer alfa con el que he estado. Bueno, a medias… - sonreí avergonzado rascándome la mejilla.

-¿Bakugou y tú nunca…?

-Creo que todos tenéis una imagen de nosotros equivocado. Kacchan… él… - tragué saliva. Solo de recordar aquellos días ya se me revolvía el estómago. Tomé un sorbo de agua e inhalé profundamente. Todoroki-kun me pidió que si no me encontraba bien podíamos hablarlo en otro momento pero había llegado la hora. Era a él a quién quería contárselo. No sé muy bien por qué, o quizás sí. Quizás era mi miedo el que no me dejaba avanzar. No me dejaba observar bien a la persona que tenía delante. No me dejaba amarle como merecía. Suspiré de nuevo y me senté en el sofá algo tembloroso dejando la cena a la mitad. Todoroki-kun me imitó manteniendo la distancia. Como siempre hacía desde nuestro encuentro cuando me vino el celo, pero de vez en cuando me sorprendía acariciándome la mejilla, susurrarme al oído con dulzura o besarme la mano antes de desearme buenas noches o que tuviese un buen día en mi trabajo. Esas cosas, por muy pequeñas que fueran me derretían y deseaba decirle que no lo dejase de hacer nunca – Cuando estaba en el último año de secundaria, tuve un encuentro con varios alfas. Eran compañeros de mi mismo instituto, no les conocía, pero parecía que ellos a mí sí. Un día, llegué tarde a clase y el profesor me castigó mandándome al pasillo. Como me había quedado dormido salí a toda prisa de casa y esa misma mañana… Me vino el celo sin llevar encima mis medicinas. Confundido y asustado, corrí hacia los baños más cercanos suplicando para que ningún alfa captase mi olor y le envié un mensaje a Kacchan para que fuese a la enfermería a por algo de medicina pero esos tres compañeros me encontraron antes… - cerré los ojos recordando el momento - Al estar en celo pierdo mis sentidos y olvido todo a mi alrededor, y ese día no fue diferente. Lo único que quería era que el dolor tan intenso que sentía junto con el quemazón ahí abajo desapareciesen. Por tanto, no me resistí mucho a lo que sucedió pero cuando Kacchan apareció… - volví a guardar silencio y Todoroki-kun me sorprendió agarrándome de la mano aplacando el temblor. Le miré de reojo pero éste no apartaba la mirada de mí. Estaba aterrado. Aún no le había contado lo que había sucedido pero se lo estaba imaginando - Nunca antes le había visto a Kacchan una mirada rebosante de asco y terror. Al principio se quedó paralizado pero luego…bueno, ya conoces su carácter– Todoroki-kun asintió en silencio – En cuanto nos quedamos a solas le rogué a Kacchan que sofocase el calor de mi cuerpo, que aplacase mi sed, que podía hacer conmigo lo que quisiera. Por mucho que intentó ocultarlo sé que estaba llorando, que tenía miedo pero le necesitaba y él, todo lo que pudo hacer fue ponerme la inyección y permanecer a mi lado abrazándome hasta que caí en un profundo sueño. Cuando desperté estaba en casa pero él seguía a mi lado.

-Qué fuerza de voluntad… - murmuró Todoroki-kun entre dientes.

-Más que fuerza de voluntad fue el terror de lo que presenció lo que le hizo frenar sus impulsos de dejarse llevar como alfa… Era la primera vez que mi celo venía de repente. De pequeño, se me descontrolaba muchísimo y a los médicos les costó bastante encontrar con un medicamento que me fuese bien. Kacchan lo sabía y quizás por eso al principio estaba más distante de mí, pero a raíz de aquel incidente prácticamente no se apartaba de mi lado. No quería que nadie me pusiera la mano encima. Él incluido. Ese día vio el terror en mi rostro y seguramente se vio a sí mismo reflejado siendo el provocante de esa mirada aterrorizada si se dejase llevar por sus instintos de alfa. Por eso me hizo prometer que siempre llevaría mis medicinas encima, y que mientras él estuviera a mi lado no dejaría que nadie me tocase salvo que yo me enamorase de esa persona.

-Pero él se enamoró primero.

-Sí, se enamoró de un chico increíble pero tardó muchísimo tiempo en confesármelo. Aunque yo ya lo sabía. Lo sabía todo de él.- sonreí con ternura – Cuando me contó que estaba enamorado de Kirishima le dije que ya era suficiente, que podía romper su promesa, que ya no era un niño y que podía defenderme y cuidar de mí mismo. Le pedí que fuese feliz y que buscase su propio camino.

Me quedé en silencio observando el amplio ventanal que teníamos enfrente para después levantarme y apoyar la frente sobre el frío cristal. La ciudad se alzaba bajo nuestros pies luminosa, cándida y silenciosa. Me pareció estar sobrevolándola y sentí como todo mi cuerpo se aliviaba. Sentía un gran alivio al poder contar mi pasado.

-Ahora todo está mucho más claro.- dijo Todoroki-kun colocándose a mi lado – Ahora entiendo por qué siempre estaba contigo. Al principio pensaba que eráis pareja pero que lo queríais mantener en secreto por ser dos chicos, pero cuando me enteré que iba a casarse con Kirishima…

-¿Te sorprendió, verdad?

-Muchísimo, aunque también me sentí aliviado y feliz porque entonces ya no hacía falta que me diera por vencido, sino que ahora iba a ser capaz de conquistarte.

Su sonrisa me provocó un escalofrío que calentó todo mi cuerpo como si me acabasen de echar un cubo de agua hirviendo. Me acarició la mejilla con suavidad hasta detenerse en mis labios. Tenía los dedos fríos pero su frialdad no me molestaba. Al contrario, quería sentirla por cada rincón de mi cuerpo.

-No he estado antes con ningún alfa no solo por mis sentimientos hacia Kacchan, sino por miedo a que fuese utilizado y luego darme la patada, o quererme solo para tener hijos. Tenía miedo de enamorarme y no ser correspondido. No quería volver a ser rechazado, no quería volver a sufrir, pero tú… - levanté la mirada hacia él y le agarré de la mano – Tú eres diferente y me lo demostraste. Pudiste haberte aprovechado de la situación de mi celo para hacer conmigo lo que quisieras pero no lo hiciste.

-Fue porque-

-Sé por lo que lo hiciste pero también porque no querías dejarte llevar como alfa porque odias serlo. Al igual que yo odio ser un omega. Pero estos días que he estado solo he pensado mucho acerca de nosotros, y fui sincero cuando te dije que quería conocerte mejor. Quiero hacerlo. Como también – entrelacé mis dedos entre los suyos – Quiero estar contigo. Intentarlo. Quiero que seas tú quien me ayude a superar mi miedo a estar con un alfa. Quiero que seas tú quién me acompañe en el camino. Ser mi punto de apoyo, y yo ser el tuyo.

Bajé la cabeza avergonzado. ¿Cuántas tonterías acabas de decir, Izuku? (/)

-Midoriya – dijo con la voz entrecortada - ¿Puedo…besarte? – me susurró inclinándose hacia mí. Yo cerré los ojos dándole permiso para que lo hiciera. Su beso no se hizo de rogar electrificándome todo el cuerpo, provocando en mi estómago un hormigueo que nunca antes había sentido. Sus dedos se cerraron con más fuerza entre los míos mientras con la otra mano me atraía hacia él al posarla sobre mi cintura. Nos besamos durante un largo rato, besos llenos de complicidad, de ternura, de un sentimiento tan desconocido que era incapaz de separarme de aquellos cálidos labios en los que me encantaría perderme para siempre, en los que quería que me acunasen y me protegiesen. Besos que fueron cada vez más necesitados del aire del otro que echaron abajo el muro que me encerraba protegiéndome del mundo para alcanzar la ansiada luz de poder estar con él. Donde sus delicadas caricias y su respeto al no hacer nada que yo no quisiera dieron lugar a tener sexo con un maravilloso chico por primera vez pues que fuese alfa no me importaba.

Me sentía como si después de mucho tiempo vagando perdido por el mundo encontrase finalmente mi lugar.

****
Las semanas pasaron tan veloces que cuando quise darme cuenta llevaba casi tres meses conviviendo con Todoroki-kun. Por supuesto, yo seguía buscando un apartamento para mudarme porque, aunque habíamos empezado a salir, necesitaba mi espacio porque me sentía mal al estar aprovechándome de su bondad. Aunque en realidad cada vez se me hacía más difícil estar separado de él y no entendía por qué. Había días que no veía a casa porque tenía que viajar por motivos de trabajo y me pasaba todo el día intranquilo, nervioso, asfixiándome, como si estuviese a punto de morir y cuando recobraba la conciencia me había hecho un nido en la cama cubriéndome con varias de sus camisas. Su olor me tranquilizaba.

Pero no era suficiente.

De nuestros amigos en común, solo Uraraka y Tsuyu sabían que seguía viviendo con Todoroki-Kun. Pero cuando Kacchan se enteró… (-.-')

-¿LLEVAS MÁS DE DOS MESES CONVIVIENDO CON ESE MALDITO MITAD Y MITAD Y ME ENTERO AHORA?

-Ka-Kacchan cálmate…

-¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME? ¡Y POR QUÉ NO ME LO HAS DICHO ANTES!

Por un momento temí que le saliesen pequeñas explosiones en las palmas de las manos al estar tan enfadado y que acabaría explotando el móvil (-)

-¡Guarda silencio! – vi a Kirishima pegarle con una revista enrollada en la cabeza. Kashi está dormido le escuché decir a través de la pantalla – Lo siento Midoriya, llevamos un par de semanas que no conseguimos descansar bien y Bakugou está que se sube por las paredes.

-¿Kashi se encuentra bien?

-Perfectamente, pero se ve que ha heredado parte del carácter y energía de su padre.- reí al imaginármelo – En cuanto a lo de vivir con Todoroki me imagino por lo que no has querido contárnoslo pero sabemos que estás bien. Todoroki es un buen chico.

Volví a sonreír. No sé si era buena idea confesarles que estábamos juntos… Todoroki-kun y yo apenas habíamos hablado de contarles a nuestros amigos sobre nuestra relación. Él no sacaba el tema y a mí me daba miedo hacerlo…

-¡Más le vale que ese maldito alfa no te ponga un dedo encima o-

-¿O qué, Bakugou?

-¡Todoroki-kun! ¿Cuándo has llegado?

-Ahora mismo.- dijo para después sorprenderme con un fugaz beso en los labios provocando que Kirishima se cubriese el rostro con las manos avergonzado y la rabia en Kacchan que empezó a gritar histérico para después desaparecer al escuchar el llanto de Kashi al haberle despertado.

-Así que estáis juntos.- murmuró Kirishima sonriendo nervioso. Yo asentí totalmente colorado mientras que Todoroki-kun me atraía a él para abrazarme – Me alegro por vosotros, chicos.

Sentí un nudo en la garganta. Quise hablar más con ellos, sobre todo con Kacchan pero el llanto de Kashi no cesaba.

-Creo que vamos a tener otra noche movidita.- murmuraba Kirishima con un más que evidente agotamiento.

-¿Por qué no nos quedamos nosotros con él este fin de semana? Necesitáis descansar.

-¿En serio? ¿No os importa? – preguntó Kirishima casi llorando pero Kacchan gritaba detrás de él negándose.

-Bueno, yo estaré encantado de quedarme unos días con mi ahijado pero la casa es de Todoroki-kun… - bajé la voz observándole de reojo. Su rígida expresión me asustó.

-Claro, por qué no. Así le educaré como se merece.

-¿QUÉ HAS QUERIDO DECIR CON ESO MALDITO MITAD Y MITAD?

Kirishima y yo reímos pero cuando terminamos de hablar Todoroki-kun no volvió a decirme nada más sobre el tema y su expresión volvía a ser igual de fría que en el pasado. Había algo que le mantenía intranquilo pero no me diría nada para no preocuparme.

No había cambiado nada a cuando era un estudiante.

****
-¿De verdad que no os importa?

-Tranquilo, estaba deseando pasar unos días con Kashi.- volví a repetirle a Kirishima mientras mecía a Kashi y su sonrisa provocaba que se me cayese la baba (*0*) – Además, Todoroki-kun no trabaja este fin de semana así que estaremos entretenidos.

-Si pasa algo, cualquier cosa por muy tonta que sea por favor llámanos.

Le contesté que sí y busqué a Kacchan con la mirada. Estaba apoyado en la entrada de la casa con el entrecejo fruncido como siempre. Seguramente estaba muy enfadado conmigo por no haberle contado lo que había pasado con mi apartamento dando a lugar a que acabase viviendo con Todoroki-kun e iniciase una relación. Comprendía que estuviese furioso pero no quería molestarle con mis problemas. No más de los que ya le ocasioné en el pasado.

-Kacchan, yo-

-¿Te trata bien? – masculló entre dientes – ¿Ese bastardo rico te trata como te mereces? No te habrá puesto la mano encima sin que tú quisieras ¿Verdad? No se habrá sobrepasado contigo estando en celo ¿Verdad? – la dureza de su mirada me aceleró el corazón. Sí. Estaba realmente enfadado y preocupado.

-No tienes de qué preocuparte.- sonreí agradecido - Todoroki-kun y tú tenéis muchas más cosas en común como alfas de las que crees, Kacchan.

Pareció que mis palabras las comprendió al haberle hecho viajar en el tiempo. No dijo nada más. Le dio un beso a Kashi tras desordenarme el pelo y entró al interior de su cálido hogar. Después regresé a casa donde me encontré a Todoroki-kun con un montón de regalos como juguetes y peluches en mi habitación dejándome totalmente perplejo (O.o)

-¿Qué es todo esto?

-No sabía cuál le gustaría más a Kashi así que… Compré toda la tienda.

(O.o)

No pude reprimir una carcajada provocando que se sonrojase y mascullase molesto. Me acerqué a él para darle las gracias y besarle en la mejilla. Él me respondió con un beso en los labios que se hizo más intenso cuando introdujo su lengua en el interior de mi boca provocando que mi cuerpo se calentase a gran velocidad y mi corazón palpitase como un loco al notar sus dedos colarse por debajo de mi camiseta cuando la risita de Kashi, que nos miraba desde el cochecito, nos hizo apartarnos.

-Creo que este fin de semana no me va a dar la oportunidad de ir más allá… - me susurró al oído con la respiración acelerada. Volvió a besarme para a continuación tomar en brazos a Kashi. Esa imagen me enterneció el alma. Todoroki-kun se veía hermoso con un bebé entre sus brazos y sentí envidia de Kacchan y Kirishima. Fue un pensamiento fugaz pero lo suficiente para hacerme sonrojar. ¿En qué estaba pensado? Llevaba muy poco tiempo saliendo con Todoroki-kun y, aunque nos conocíamos desde hacía tanto tiempo, había cosas que aún desconocíamos uno del otro e íbamos poco a poco.

Agité la cabeza para tranquilizar mi corazón. No podía precipitar las cosas. Le había entregado mi alma a Todoroki-kun contándole mi pasado y mis miedos y él los había acogido y acunado con dulzura. No podía perder eso por un pensamiento que bien podía suceder en el futuro o no. Eso ahora no debía de preocuparme. Ahora quería disfrutar de ese fin de semana con mi ahijado y el chico que me estaba enamorando cada día más y más.

-Como no podemos salir juntos a dar un paseo por si alguien me reconoce ¿Qué te apetece hacer? – me preguntó esa noche mientras le preparaba el biberón a Kashi. Le había terminado de bañar y parecía que se quedaría dormido en cualquier momento pero Kirishima me lo había advertido. Es un diablillo. Cuando más despierto te vea más dormirá él y cuando vea que tú estás dormido se despertará. Parece que lo hace aposta. Sonreí al recordar sus palabras. ¿Un diablillo? ¿Este pequeñín? ¡Sois unos exagerados!

-Podemos jugar con Kashi, ver alguna película, leerle algún cuento, pasar tiempo juntos… Hay muchas cosas que podemos hacer.

Pasó por mi lado para sostener a Kashi y darle el biberón. De nuevo esa sensación de inquietud y vacío me eclipsó. Así que esto es lo que hacen cada día Kacchan y Kirishima. Tienen mucha suerte al haberse encontrado y formar esta preciosa familia. ¿Familia? ¿De verdad quería yo eso? Siempre odié el hecho de ser un omega y tener que buscar un alfa para tener hijos pero ahora era distinto. Al conocer el amor verdadero el pensar en formar en una familia era totalmente distinta a mi forma de pensar del pasado pero ¿Qué pensaría Todoroki-kun? ¿Querría formar una familia? No tenía ni idea pero tampoco podía hablar del tema. ¡Nuestra relación acababa de salir de la casilla de salida!

-¿Midoriya? ¿Ocurre algo?

Negué con la cabeza mientras me acercaba a ellos y le hacía una fotografía para mandársela a Kirishima. Luego hice algunas más hasta que Todoroki-kun, avergonzado, me arrebató el móvil y me las hizo a mí mientras yo dormía a Kashi quien cayó dormido en cuestión de minutos. Me quedé a su lado observando su dulce y tranquila respiración. Era igualito a Kacchan cuando era pequeño y lo sabía porque su madre me había enseñado muchas fotos de él. Un ángel por fuera pero un demonio por dentro, repetía provocando que Kacchan se enfadase y discutieran. Era su día a día y yo me reía al ver lo bien que se llevaban a pesar de estar todo el día peleando. ¿También pelearía con Kirishima diariamente? Yo ni siquiera me había peleado con Todoroki-kun. Él siempre cedía primero ante cualquier cosa y hacía todo lo que le pedía… ¿Lo hacía para no enfadarme? ¿Para no molestarme?

Era tan impredecible…

-¿En qué piensas?

Me sorprendió al besarme en la mejilla y acercarme a él.

-En que cuidar de Kashi no es tan difícil como ellos decían.

-Eso es porque querían tener un fin de semana a solas para hacer esto y aquello.- me susurró para después morderme en la oreja y reprimir un quejido.

-Todoroki-kun, Kashi está dormido.- le avisé.

-Pues vayamos al salón… - me decía mientras me arrastraba tirando de mi mano y con la otra cogía el escucha bebés por si Kashi se despertaba –No he podido pasar mucho tiempo a solas contigo últimamente debido a mi trabajo y te he echado tanto de menos…

Volvió a morderme la oreja para bajar hasta mi clavícula con su lengua provocando que un gemido se me escapase. Luego me quitó la camiseta para ir besándome desde el cuello hasta llegar a mis pantalones que los desabrochó con mucha lentitud mientras le suplicaba a su mirada provocativa que se diera prisa. ¡Me iba a estallar el pantalón! Pero él más lento lo hacía, incluso después de estar totalmente desnudo debajo de él en el sofá siguió jugando con mis deseos. Besos. Caricias. Su cálida lengua recorrer cada parte de mi cuerpo. Y cuando por fin, tras hacerme rogar que le necesitaba dentro de mí, sentí la punta de sus dedos el llanto de Kashi nos puso la piel de gallina. Todoroki-kun fue el primero en llegar hasta él mientras yo terminaba de vestirme.

Ese pequeño diablillo no nos dejó ni un momento para estar a solas…

Kirishima, cuánta razón tenías (T T)

****
No fue ni el primer ni el último fin de semana que nos quedábamos con Kashi, al igual, que empezamos a ver más a nuestros amigos donde ya hicimos oficial nuestra relación. Kaminari y Jiro, que llevaban viviendo juntos desde hacía más de un año y que habían sufrido el rechazo de sus familias al ser Beta y Alfa, lo celebraron por todo lo alto. Parecía que mi camino hacia la felicidad empezaba a dar sus primeros frutos. Pero como ya dije al principio de esta historia la mala suerte era algo que nunca me había abandonado.

Casi medio año después conviviendo con Todoroki-kun y tras rendirme de buscar un hogar propio pues nos era imposible separarnos. Era insoportable. No podíamos vivir el uno sin el otro y fue cuando nos dimos cuenta de que nos habíamos vinculado y no sabíamos cuándo sucedió. Sin embargo, cierto día, mientras veía la televisión encontré un programa donde estaban hablando de la familia Todoroki y el anuncio que dieron me destrozó física y psicológicamente. Endeavor le estaba preparando un omiai a su hijo pequeño con una chica omega hija de uno de los empresarios de hoteles más conocidos de todo el continente americano.

Mi corazón me dio un vuelco. Sentía una extraña y angustiosa presión en el pecho que me asfixiaba. Todo mi cuerpo me temblaba. En ese momento llamaron a la puerta. No sé cómo fui capaz de ponerme de pie pues la visión se me nublaba. Me tambaleaba. Tenía ganas de vomitar. Me encontraba realmente mal…

****
-¡Deku-kun!

Al abrir los ojos la voz aliviada de Uraraka me hizo darme cuenta de que algo me había pasado. Sobre todo cuando descubrí que me encontraba en el hospital.

-¿Qué ha pasado?

-Fui a tu casa tal y como habíamos quedado para organizar el cumpleaños de Mina y cuando me abriste la puerta te desmayaste a mis pies. Te han hecho algunas pruebas y el médico tiene que estar a punto de venir. He intentado ponerme en contacto con Todoroki pero no lo he conseguido así que he llamado a Bakugou. Está de camino.

Asentí aún aturdido.

Me sentía muy cansado.

-¿Estás bien? – me preguntó muy preocupada pero no pude responderle que sí cuando el médico entró en la habitación. Sonreía, así que no me asusté ante una noticia mala. O eso así creí pues en cuanto me anunció que estaba embarazado todo volvió a oscurecerse. Perdí los nervios. Me puse muy nervioso. Le pregunté si estaba totalmente seguro. Estaba embarazado de tres semanas. Imposible… Todoroki-kun y yo siempre habíamos sido muy cuidadosos… Aunque la última vez que me vino el celo no recordaba muy bien si utilizamos protección o no… ¡Pero eso ahora no importaba! El padre de Todoroki-kun le estaba preparando un omiai. Le iban a apartar de mi lado y yo no podía vivir sin él.

¡No podía!

Empecé a transpirar y de nuevo la oscuridad me engulló.

Cuando desperté, Kacchan había ocupado el lugar de Uraraka. Estaba algo pálido y nervioso. No tuve que explicarle nada pues Uraraka ya lo había hecho por mí. Simplemente se limitó a hacerme compañía en silencio hasta que me permitieron ir a casa y me acompañó. No quería estar solo. No cuando le diera la noticia a Todoroki-kun. ¿Se alegraría? ¿Sería un impedimento para su trabajo? ¿Le daría la espalda su familia al tener un hijo con un omega que era un don nadie? Estábamos vinculados. No nos podían separar.

¿Verdad?

Me tomé mi tiempo en abrir la puerta hasta que Kacchan perdió la paciencia y al empujarme al interior nos encontramos con Todoroki-kun dando pequeñas vueltas por todo el salón muy nervioso.

-¡Midoriya! – corrió hacia mí para abrazarme - ¿Estás bien? Cuando he salido del trabajo tenía como doce llamadas perdidas de Uraraka. La he llamado y me ha contado por encima lo que ha pasado.

-Tranquilo, estoy bien.

-¿Qué es lo que ha dicho el médico? ¿Quieres que te vea el médico de mi familia?

¡No! ¡Eso sería aún peor!

Negué con la cabeza e inconscientemente busqué con la mirada a Kacchan. Éste no se había movido de la entrada y me asintió dándome pie a que le dijese la noticia.

-Verás Todoroki-kun, todo está bien. Yo estoy bien. Es solo que, bueno, resulta que… - me rasqué la mejilla nervioso – Estoy embarazado.

Dije con todo la fuerza de la que disponía en ese momento y sonriendo todo lo que podía. Estaba feliz de llevar a su hijo en mi interior pero el miedo por perderle a ambos se incrementaba a pasos agigantados sobre todo cuando su mirada empezó a devorar esa pequeña felicidad.

Terror.

Miedo.

Incomprensión.

Me observaba como si fuese un monstruo y antes de que pudiera detenerle pasó por mi lado dirigiéndose hacia la puerta.

-¿A dónde te crees que vas, bastardo?

-No te metas…

-Me meto porque estás huyendo de tus responsabilidades.- gruñó Kacchan. Me estremecí al escuchar su voz – Eres un cobarde. Siempre lo has sido. Me mantuve al margen y no dije nada porque vi que Deku por fin era feliz a tu lado y también porque había visto en ti que le amabas de verdad. Entonces ¿A dónde vas? ¿Por qué estás huyendo? ¿Acaso vas a abandonarles?

-Tú no entiendes nada.- murmuró Todoroki-kun agarrándole de la camiseta a la altura del cuello – Tú nunca has entendido nada. No sabes nada de mí, así que no me vuelvas a llamar cobarde.

-¡Te llamaré cobarde las veces que hagan falta para hacerte abrir los ojos! – le pegó un empujón separándole y yo me acerqué para detenerles – Escucha con atención porque no pienso repetirlo dos veces – apretó tanto la mandíbula que hasta se escuchó un fuerte crujido - Si cruzas esa puerta, si abandonas a Deku, no te atrevas a volver. No vuelvas a aparecer frente a él nunca más. Ni estés en disposición de venir a reclamar ver a tu hijo o llevártelo porque te juro que haré todo lo posible para que eso no suceda.

-Kacchan, por favor…

-Si cruzas esa puerta, si les abandonas jamás permitiré que vuelvas a verles en lo que me quede de vida. ¿Te ha quedado claro, maldito mitad y mitad?

Mantuvieron el contacto visual durante unos segundos pero fue Todoroki-kun el que bajó la cabeza primero y tras murmurar un doloroso "Lo siento" se fue. No pude dar un paso para ir detrás de él. No pude gritar su nombre. No pude decirle que se quedase a mi lado. El terror que sentía en ese momento me impedía detener a la persona a la que amaba. El terror y su mirada. Ni siquiera Kacchan le persiguió. Se quedó a mi lado, en silencio para después desaparecer de mi campo de visión y cuando apareció de nuevo llevaba una pequeña maleta de mano. Dijo algo de quedarme con ellos unos días. No sé si le respondí o mis palabras se quedaron atascadas en algún punto de mi garganta. Mis pies se movieron solos siguiéndole. Todo me parecía tan irreal, como si fuese un sueño, que no supe realmente lo que estaba sucediendo hasta el día siguiente cuando lo único que me importaba en ese momento era la felicidad del pequeñín que crecía en mi interior y todo lo que deseaba para él o para ella era que naciese recibiendo todo el amor del mundo.

Aunque eso significase que crecería sin el amor de su otro padre.

Tal y como crecí yo.

****
Estuve tres días en casa de Kacchan y Kirishima sin tener ninguna noticia sobre Todoroki-kun.

Los mensajes no le llegaban y tampoco respondía mis llamadas. Era como si la tierra se lo hubiese tragado pero sabía que se encontraba bien o estaría en la boca de todos en las noticias si hubiese pasado algo.

Quería verle.

Abrazarle.

Impregnarme de su olor.

Besarle.

Decirle que todo iría bien. Que estaríamos bien. Pero no podía hacerlo hasta saber qué nublaba su mente. Hasta saber a qué le tenía tanto pánico.

Kacchan no era de mucha ayuda cuando estaba en casa pues su mal humor me angustiaba, aunque sí descubrí que en vez de ir a trabajar salía a buscarle. Mientras tanto, yo me quedaba con Kirishima y Kashi, sobre todo con Kashi. Tenerle entre mis brazos me daba más fuerza para afrontar un futuro incierto contra el que no me daría por vencido.

Estuviese o no Todoroki-kun a mi lado, mi hijo sería mi presente y mi futuro.

****
Finalmente, fue al quinto día cuando Todoroki-kun apareció.

Mi cuerpo se estremeció con solo verle y sentí el impulso de correr a refugiarme entre sus brazos pero me contuve, al igual que me había estado conteniendo estos días para no salir a buscarle pues todos me habían prohibido salir. Necesitaba reposo y tranquilidad.

-Os dejaremos a solas.- dijo Kirishima intentando llevarse a Kacchan quien no tenía intención alguna de irse.

-Podéis quedaros.- murmuró Todoroki-kun sin apartar su mirada de mí electrocutándome de tal manera que callé un sollozo tragando saliva – Es más, necesito que os quedéis, sobre todo tú Bakugou – Kacchan se movió intranquilo hasta ponerse a mi lado con los brazos cruzados manteniendo una distancia más que prudente. Me recordó al pasado – Tenías razón, Bakugou. Soy un cobarde. Siempre lo he sido. Mis sentimientos por Midoriya se han ido incrementado desde que le conocí en el instituto. Bien podía haber utilizado mi estatus como alfa para hacerle mío pero siempre aborrecí lo que era y pensé que si algún día tenía la oportunidad de caminar a su lado, de agarrarle de la mano sería por quién soy realmente y no por ser él un omega. Pero reprimí mis sentimientos al creer que vosotros dos ya estabais juntos – calló de repente mientras apretaba los puños – Cuando supe que tú y Kirishima os ibais a casar no lo entendía. ¿Por qué? ¿Por qué no te quedabas con Midoriya? ¿Qué había ocurrido para que rompieseis? ¿Qué tenía Kirishima que no tuviese Midoriya? – observé a Kirishima quien rápidamente apartó la mirada de mí – Sinceramente, me sentí realmente aliviado de que te quitaras de en medio – miré de reojo a Kacchan intranquilo pero éste se mantuvo en silencio, sorprendentemente (O.o) – Nunca he sido tan feliz como estos meses de atrás. Creí estar viviendo en un sueño. Tampoco imaginé que mis sentimientos por Midoriya fuesen correspondidos. No tenía intención alguna de forzar nuestra relación cuando se vino a vivir temporalmente conmigo, ni siquiera caí en la tentación cuando le vino el celo pudiéndome haber aprovechado de su situación pero ¿En qué me hubiese convertido eso? En un horrible y asqueroso alfa…En el monstruo que tanto odio…En otro horrible recuerdo como los que tenía de esos bastardos que se aprovecharon de él cuando era estudiante… - apretó los nudillos - Estoy feliz de que Midoriya me haya visto entre la multitud y esté a mi lado por ser quién soy, pero cuando por fin veo que nuestros caminos se unen para dibujar uno solo voy yo y… - ocultó su rostro entre sus manos mientras sus hombros bajaban y subían temblorosos. Su silencioso llanto me estaba destrozando – Lo siento Midoriya, lo siento tanto… - apreté la mandíbula mientras ignoraba las súplicas de mi corazón para ir a abrazarle. No podía. Tenía que aguantar. Tenía que esperar a que Todoroki-kun me dijese todo lo que tenía en su interior. Aguanta. ¡Tienes que aguantar! – Siento haber salido huyendo, no fue mi intención es solo…que… Estaba asustado. Aterrado. Cuando estuve a punto de regresar a casa me informaron de que mi padre me estaba preparando un omiai. Ni siquiera había tenido la decencia de avisarme a mí primero para rechazarlo. Tuve que hacer muchas llamadas hasta poder ponerme en contacto con la chica que supuestamente sería mi prometida. Himiko Toga, la hija del presidente de una empresa que está a punto de fusionarse con la de mi padre creando así un buen negocio. Una chica que, afortunadamente, me ha ayudado a arreglar todo y ha rechazado el omiai – levanté el rostro sorprendido. ¿No se iba a casar?– Ella está enamorada de un chico llamado Jin y tienen pensado fugarse, pero cuando habló conmigo llegamos a una conclusión y rápidamente organizamos una reunión con nuestros padres para explicarles que las empresas se iban a unir pero que no nos íbamos a casar. No estábamos dispuestos a casarnos cuando jamás nos amaríamos. Ni tener hijos donde éstos no iban a saber nunca lo que sería el amor paternal al igual que pasó con mis padres. Yo no quería eso para mi hijo… - dio un par de pasos hacia mí mientras yo contenía la respiración. Su dolorosa mirada me quitaba el aire. Deseaba tanto abrazarle… - Cuando terminé de arreglar todo el asunto del omiai y vi las llamadas perdidas de Uraraka me asusté porque sabía que habías quedado con ella y pensé que te había pasado algo o que habías averiguado lo del omiai, así que la llamé camino de casa para explicarte lo que había pasado y que no te preocupases porque no habría omiai alguno, que lo había solucionado todo pero cuando llegaste…con Bakugou… - detuvo el paso para arrodillarse frente a mí – Nunca imaginé que el saber que voy a ser padre pudiese ser tan aterrador y conmovedor al mismo tiempo – su torpe sonrisa me erizó la piel – No quise huir. No debí huir – dijo recalcando la palabra "debí" – El pánico me cegó. No pensé en ti, no pensé en cómo estarías, ni lo que pensarías, ni lo que sentías. Estaba asustado. No quería ser un padre como lo había sido el mío. Estaba aterrado de no saber si sería capaz de amarle, de ser un buen padre… Solo pensaba en mí mismo. El pánico y el egoísmo me cegaron y lo único que quería era salir corriendo para poder pensar, para aclararme las ideas.

-¿Y bien? ¿Te has aclarado o te hecho a patadas de aquí?

Se me escapó una cariñosa sonrisa hacia Kacchan.

-Me he aclarado. Y lo he aclarado todo con mi familia.

Observé a Todoroki-kun confundido.

-¿Qué quieres decir?

De nuevo su intensa mirada me hizo temblar.

-Les he dicho que estoy enamorado de un omega. Que llevo varios meses conviviendo con él. Que le amo más que a mi vida y que vamos a formar una familia.- se me nubló la vista por las lágrimas que cayeron en picado por mis mejillas al mismo tiempo que Todoroki-kun me cogía de la mano – Si aún me dejas ser parte de la tuya, claro.

Me cubrí el rostro con el brazo intentando frenar el llanto pero no podía. Estaba aliviado. Muy aliviado. Tenía miedo que la familia de Todoroki-kun se opusiera. Que le obligasen a seguir con el omiai. Que lo separasen de mí y de nuestro hijo. O peor. Que me lo arrebatasen cuando éste naciera dejándome completamente solo.

Otra vez.

-Mis hermanos y mi madre están deseando conocerte. En cuanto a mi padre… No hay necesidad de que conozcas a ese bastardo. Le retiró la palabra a mi hermano mayor por quedarse en Estados Unidos en mi lugar y por casarse con un beta en secreto. Pero a mí me da igual si me retira la palabra. Muchísimo mejor. No le necesito, porque todo lo que necesito está aquí – me besó la mano con suavidad – y aquí – para después colocarme su mano izquierda en el vientre – Quiero estar con vosotros. Hacedlo bien. Quiero ser un buen padre, yo-

Le callé con un beso y él respondió con otro mientras me mojé los dedos con sus bellas lágrimas al acariciarle las mejillas.

-Todoroki-kun ¿Crees que yo no tengo miedo? Porque déjame decirte que estoy aterrado.- le sonreí con complicidad – No sé qué nos deparará el futuro pero lo que sí sé es que tú y éste bebé sois mi presente, mi futuro y os quiero a mi lado. Comprendo tu miedo por no saber si serás buen padre por todo tu pasado pero yo estaré contigo. Lo haremos juntos. Educaremos y criaremos a este bebé juntos. Haremos las cosas bien y otras veces nos equivocaremos pero tenemos que enseñarle todo lo que podamos siempre juntos. Dándole todo nuestro amor que nos sea posible.

Todoroki-kun rompió a llorar entre mis brazos mientras me suplicaba una y otra vez que le perdonase pero no tenía nada que perdonar. Desde el principio entendí por qué huyó aquella noche. Lo supe, como también sentía que pronto volvería a mí. Estábamos unidos. Estábamos vinculados. Éramos almas gemelas y pronto nuestro amor acabaría transformándose en lo más importante para nosotros que era nuestro hijo.

Cuando Todoroki-kun se calmó y volvió a pedir disculpas sobre todo a Kacchan quien aún le observaba con desconfianza pero que sé que lo fingía pues de vez en cuando se le escapaba una sonrisita al observarle.

-No te preocupes con lo de ser un buen padre, amigo.- le dijo Kirishima acercándose a nosotros para darle ánimos - Si Bakugou está siendo capaz de serlo tú no tendrás problema alguno créeme.

-¿Qué has querido decir con eso, idiota?

Empezaron a discutir pero en el ambiente se palpaba lo mucho que se amaban. Al igual que nosotros.

****
-No había mejor día para nacer que el día de los enamorados ¿Eh?

Kacchan me despeinó ante el comentario de Kirishima.

Todos nuestros amigos habían venido a casa para celebrar el primer cumpleaños.

-¡Es tan lindo! – gritaban las chicas rodeando la cuna - ¡Mirad qué carita!

-Tiene los ojos del mismo color que los de Todoroki pero el pelo verde y rizado como Midoriya.

-¡Kawai! – volvieron a gritar al unísono.

Brindamos. Reímos. Recordamos viejos tiempos. Las fotos iban y venían. Las risas. Las burlas. E incluso los enfados. Me pareció estar de vuelta en el instituto con la diferencia de que entre nosotros se habían formado alguna que otra pareja.

Kacchan y Kirishima.

Uraraka y Tsuyu.

Kaminari y Jiro.

Sero y Shinsou.

Mirio y Tamaki.

Yaoyorozu y Kendo.

Hagakure y Ojiro.

Algunos tenían parejas que no conocíamos, como era el caso de Mina o Aoyama, mientras que otros seguían estando solteros pero felices.

Todos eran felices.

-¿Y quiénes serán los padrinos del pequeño Shoku?

Preguntó Kaminari curioso mientras le hacía burlas al bebé que acabó llorando y Kacchan le pegó un empujón para tomarlo en brazos y calmarlo. En ese momento, Todoroki-kun y yo sonreímos. No lo habíamos hablado pero no era necesario. Los dos teníamos a dos candidatos para ello.

-Nos gustaría que fueseis vosotros, Kacchan y Kirishima.- ellos me miraron sorprendidos. Sobre todo Kacchan – No tiene nada que ver con que yo sea el padrino de vuestro hijo es solo que… Creo que Kashi y Shoku serían muy buenos amigos. Es lo que queremos. Queremos que se protejan mutuamente, quiero que mi hijo tenga al mejor amigo como el que yo tuve y sigo teniendo – sonreí a Kacchan de oreja a oreja reprimiendo las lágrimas.

-¿Qué decís?

-¡Lo haremos! – gritó Kirishima llevándose el puño al pecho - ¿Verdad que sí, Bakugou? Hey ¿Bakugou? ¿Estás llorando?

-¡No estoy llorando, idiota! – protestó dándonos la espalda a lo que Kaminari y Sero se acercaron burlándose de él.

-Más te vale ser un buen padrino para mi hijo, Bakugou.

-Lo seré mejor que tú para el mío, maldito mitad y mitad.- echaban chispas los dos cada vez que empezaban una pelea pero que luego terminaba en sonrisas – Ya lo veréis. ¡El tito Katsuki será el mejor! ¿Verdad que sí, Shoku? – lo levantó en alto mientras mi hijo reía.

Ahora sí que ya no pude reprimir las lágrimas. Aquella imagen de mi mejor amigo y mi primer amor amando a mi hijo era lo más maravilloso que la vida me había podido dar. El ver que le quería, que nuestros hijos serían amigos como lo fuimos nosotros, que se respetarían, que se protegerían y que se querrían independientemente de lo que fuesen cuando le hicieran la revisión. Nos daba igual si fuesen alfas, omegas o betas. Les querríamos igual.

Lo había conseguido.

Había conseguido alcanzar mi ansiada felicidad.

Por fin había empezado a caminar por mi propio camino y no estaba solo pues seguía teniendo al mejor amigo que podía tener. Los amigos del instituto seguían a mi lado riendo y siendo ellos mismos. Tenía a mi hijo que era la mayor bendición. Pero sobre todo, le tenía a él. A mi alma gemela.

¿Qué más podía pedir? FIN