Los personajes no me pertenecen son propiedad de la gran Rumiko Takahashi.

Esta historia es sin fines de lucro, por el puro gusto de echar andar mi mente depravada, este oneshot es en respuesta a la convocatoria de la dinámica MIX AND MATCH LEMON, HISTORIAS EROTICAS DE PERSONAJES SECUNDARIOS, lanzada por la página de Facebook, Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma.

Les advierto que si ustedes no gustan de este tipo de contenidos por favor no lean esto, pues no me hago responsable de daños a sus inocentes mentes.

Antes de iniciar quiero comentarles que tengo muy mala ortografía y que aunque mi beta Ziari27 me ayuda mucho aun así se me escapan algunas o mejor dicho muchas, espero que esto no entorpezca la lectura.

Sin mas les dejo leer.

¿No es amor?

Este día en particular había sido un verdadero desastre, aunque el cielo se pintaba en tonalidades hermosas, mezclándose los bellos matices entre sí, el juego de colores resistiéndose a la inminente oscuridad, los pequeños nubarrones hacían de aquel paisaje una bella postal posándose sobre los tejados de Nerima, aquello llegaba a ser sublime para cualquier transeúnte que disfrutaba de una lenta caminata por las pacificas calles de aquel distrito, pero para una familia en específico esa tarde fue desastrosa.

En las instalaciones del Dojo Tendo parecía haber pasado la peor de las catástrofes naturales, ya hacía tiempo que aquello no sucedía, Soun y sus hijas permanecían de pie ante lo que aquel panorama les brindaba, observaban la escena con evidentes emociones a flor de piel, Kasumi veía todo el espectáculo colocando las manos sobre su boca sorprendida del maltrecho estado de la estructura, Nabiki por su parte sumaba cantidades desesperada en la pequeña calculadora que sostenía entre sus manos, sudando profusamente al calcular los gastos de aquellos daños, Akane contemplaba cada detalle con los ojos cristalizados ante la deplorable escena, Soun Tendo como era de esperarse se encontraba arrodillado frente a lo que era su único sustento, llorando de manera incontrolable, mientras que las autoproclamadas prometidas de Ranma y los pretendientes de la menor de sus hijas peleaban, bombardeaban y corrían entre las ruinas de lo que un día fue el Dojo Tendo.

-Papá –la dulce voz de la chica de larga coleta castaña parecía quebrarse al musitar una palabra –será mejor que entremos a la casa –sugirió mientras le extendía una de sus manos al deshecho hombre que no paraba de sollozar ante la completa perdida.

-Creo que aunque me quede aquí de nada servirá –entre sonoros hipidos trataba de hablar el maduro varón limpiando sus lágrimas con una de las mangas de su gi.

-Papá, volveremos a levantar el Dojo, ya veras, no es la primera vez –la menor de los Tendo giró su cuerpo hacia el abatido hombre, hablándole con genuina preocupación al ver su estado.

-Esta vez fueron demasiado lejos –habló la castaña de corta melena sin despegar los ojos de la escena –¡¡Oigan ustedes!! –Gritó totalmente ofuscada –ya estamos hartos de esto, más vale que se vayan de aquí y no vuelvan ¿me escucharon? –esa actitud en la castaña era poco usual, por lo cual al escucharle todos pararon de pelear –más vale que mañana a primera hora estén aquí para arreglar esto, o hagan algo para remediar los daños, se acepta comida gratis –observó con gélida mirada a Ukyo y Shampoo quien aún no salían del asombro –regalos o materiales para construcción –los hermanos Kuno se estremecieron ante las palabras articuladas –incluso mano de obra, y ya no los quiero volver a ver en mi casa, si los Saotome no son capaces de parar esta locura, si Ranma es un completo idiota que permite esto, si mi padre es tan amable que cae en el extremo de lo tonto, yo no, ¿me escucharon…? ¡¡yo no…!! Sus deudas siguen creciendo, así que yo me encargaré de sacarles yen por yen a todos, pero por el momento ¡¡FUERA….!! ¡¡FUERA…!! -los gritos de la castaña alertaron a todos los artistas marciales que se tensaron al escuchar aquella amenaza.

Las autoproclamadas prometidas se observaron entre sí dándose una momentánea tregua, decidiendo salir del lugar lo más pronto posible, a la vez un avergonzado Ryoga caminó hacia el gran portón con la ropa desgarrada por la incesante pelea y con lo que parecía era su acostumbrada sombrilla roja entre sus manos, Kuno corrió hacia la misma dirección solo con la empuñadura de su boken, pues todo lo demás había quedado hecho trizas en la batalla, Mousse por su parte dio un vistazo a lo que todos propiciaron incluido él, grandes trozos de madera, astillas, barrotes partidos a la mitad, tuberías expuestas donde brotaba agua a borbotones, las ruinas del lugar habían sido testigos de la campal batalla entre seres incivilizados, observó a las chicas y al patriarca de los Tendo en muy mal estado, esta vez habían rebasado todos los limites.

-Perdón –fueron sus únicas palabras antes de realizar una impecable reverencia delante de los aludidos.

-Con pedir perdón no se arregla nada –contestó firme la castaña de melena corta sin verle, sus enfurecidos ojos estaban fijos en las mullidas tablas del lugar, ignorando completamente el gesto del chico chino.

-Lo sé, pero trataré de enmendar esto –los ojos color esmeralda estaban clavados en los pies de la chica, sentía vergüenza de haber participado en aquel motín contra una familia inocente.

-Créeme… quiero ver eso –ante sus palabras dio media vuelta dándole la espalda al joven Amazón quien observaba con pena las reacciones de los presentes.

Esa noche fue larga para todos, Soun lloraba abrazado a sus hijas, su patrimonio, la herencia, el legado estaba totalmente deshecho, ahora que harían sus niñas sin aquel recurso que recién comenzaba a dar frutos de nuevo.


Los golpes secos de los martillazos resonaban con fuerza, la acústica estridente se filtraban de manera ensordecedora por la ventana de la habitación de la mediana de los Tendo, por momentos Nabiki creyó estar soñando, pero aquellos impactos no eran producto de su somnolencia, una vez más el golpe de las tablas y hombres hablando o mejor dicho gritando la sacaron de su cómoda posición, sentándose sobre su cama con cara de pocos amigos, sintió el amargo sabor inundar su boca, la pesadez de sus parpados venciendo sus ojos, su cuerpo reclamando descanso, mientras que a sus tímpanos llegaba una vez más los estruendos del exterior.

-¿Pero qué rayos es eso? –se expresó con bastante malestar –definitivo quien sea le irá muy mal, tuve una horrible noche y por lo que veo mi día inicia mal –se levantó perezosa, colocando con rapidez su acostumbrada bata de seda sobre la pequeña pijama que utilizaba.

Salió de su habitación aun con torpeza en sus piernas, bajó las escaleras de manera descuidada, se sentía adormilada y cansada, una vez llegó a la planta baja se percató que los integrantes de su familia no se encontraban en la estancia como era costumbre, la cocina estaba vacía con los ingredientes del desayuno listos para prepararlos sobre la encimera, un tablero con el que su padre y su tío acostumbraban jugar estaba literalmente abandonado a mitad del pasillo, con dos humeantes tazas de té a los costados, el comedor no estaba en mejores condiciones y las acostumbradas discusiones entre Ranma y Akane estaban ausentes.

-Qué raro – musitó mientras una vez más aquellos sonidos tan abrumadores llegaban a sus oídos, sus pasos le guiaron hasta la parte trasera de la casa donde ayer parecía haber pasado el peor huracán de la historia, levantó su vista un tanto borrosa ya que los rayos del sol le impedían ver con claridad, distinguió a su familia observando las actividades que se llevaban a cabo en su patio – ¿Qué pasa? –preguntó Nabiki acomodándose a lado de su hermana mayor.

-Parece que los gritos de ayer sirvieron de algo hermanita –contestó sonriente la castaña de eterna sonrisa, mientras le veía con ternura.

-¿Qué? ¿A qué te refieres? –

-A que hoy muy temprano la familia Kuno envió material para reconstruir el Dojo, y un trabajador que parece ser muy eficiente –comentó Kasumi mientras con su vista apuntaba al joven que en ese instante removía algunos tablones.

-¿Ese es Mousse? –preguntó mientras sus ojos delineaban de arriba abajo la perfecta figura del chico Amazon, el cual a causa del esfuerzo y la calurosa mañana había decidido despojarse de la pesada túnica que portaba con normalidad, sus pantaloncillos oscuros atados a la cintura, su larga cabellera era atada en un desprolijo moño, las hebras negras rebeldes caían a los costados de su rostro pegándose a su piel por la humedad que emitía el sudor, dándole un aire tan varonil que a cualquier mujer haría trastabillar, el torso desnudo perlado con una ligera capa del líquido salino hacia abochornar a las tres féminas que le veían embelesadas.

-Si hija, parece que el muchacho cumplió con lo que te dijo ayer –un muy alegre Soun la sacó de su estupefacción por pocos segundos, pero de manera casi instantánea la castaña regresó su vista al varonil cuerpo que tenía delante de ella, pero siendo sinceros las otras dos chicas no estaban en mejores condiciones.

-Mousse luce diferente –habló Akane con un ligero rosado en las mejillas sin despegar la vista de su objetivo.

-Pues yo no le veo nada de otro mundo al cegatón de Mousse, más bien creo que esta algo pasado de peso, esta tan ancho de la cintura, y por Dios esos pelos por ningún lado, no sé qué le ves de diferente –la audible molestia en el chico era evidente, el comentario de su prometida y la mirada soñadora que poseía lo hacía enfurecer.

-Si, como digas Ranma –contestó la peliazul sin despegar la mirada del masculino cuerpo frente a ella, Ranma tensó sus extremidades al igual que la mandíbula.

En ese instante Mousse se percató de la presencia de la familia observándole, dejó los largos tablones que cargaba en el suelo para acercarse a los Tendo, trotando ligeramente hacia los espectadores que tenía en ese momento, haciendo una reverencia a manera de saludo les sonrió.

-Buenos días, espero no haber interrumpido sus sueños, solo que teníamos que iniciar temprano, Ryoga dijo que vendría más tarde, los Kuno nos proveerán de lo económico, mientras yo seré la mano de obra, estoy muy apenado por la situación –comentó el chico colocando sus gafas sobre la frente, limpiando un poco las discretas gotas de sudor que resbalaban por su rostro.

-Gracias por venir, sinceramente ayer que lo comentaste no creí que cumplirías –con una voz bastante seria habló el patriarca de los Tendo

-Estoy muy avergonzado, siempre hacemos lo mismo, y creo que es lo mínimo que puedo hacer –

-Vaya Mousse, debes de estar muy acalorado, ¿te apetece un vaso de te frio? –ofreció sonriente la mayor de las hermanas, demostrando una vez más la hospitalidad espontanea que poseía.

-No quiero dar molestias –

-No... no es molestia, yo… yo misma te lo traeré –tartamudeando ligeramente la peliazul intervino, estaba algo abochornada pues su vista estaba fija en los marcados pectorales del amazón.

-Pero que amable eres Akane –la masculina voz de Ranma resonó con fuerza, la quijada se le descolocaba a cada palabra articulada.

-Yo siempre soy amable bobo –y a paso apresurado la chica se dirigió a la cocina, mientras un muy celoso Ranma la seguía a grandes zancadas, reclamando a las espaldas de Akane las atenciones de esta con aquel intruso, todos veían con algo de diversión la escena, ya estaban acostumbrados a los arranques temperamentales de ambos.

-Esos dos son algo especial, iré a ayudarlos antes de que nos dejen sin cocina –comentó con una ligera preocupación en el rostro Kasumi – ¿Me acompañas papá? Prepararé el desayuno –

-Muchacho espero nos acompañes –invitó Soun con su habitual cortesía, antes de dirigirse al interior de su hogar

-Sera un placer señor –los modales del chico Amazon eran impecables ante las atenciones recibidas.

-De verdad no creí que vendrías –la voz de la chica de melena castaña, hizo que los orbes esmeralda se posaran en ella.

-Prometí que lo haría –

-Estaba bastante molesta ayer –admitió la mujer con algo de orgullo en su voz.

-Si pude verlo, pero tenías razón para estar así –ambos se veían fijamente, analizando las reacciones del otro.

-¿Sabes con quien estás hablando? no tienes puestos los lentes –Nabiki sonrió ante la evidente ceguera de su interlocutor.

-Si… estoy tratándome el problema en mis ojos, y mi vista ha mejorado –Mousse respondió ante la evidente sonrisa de la chica, pues podía recordar las miles de veces que sus ojos le jugaron sucio.

-Me alegra escuchar eso, te ves mejor sin lentes, tus ojos tienen un hermoso color –aduló la mujer con coquetería.

-Gracias Tendo –después de aquellas frases un silencio algo incómodo se formó entre ellos, forzando a desviar las miradas, buscando alguna excusa para volver a lo suyo.

-No me digas que tienes conocimientos de construcción –Nabiki al percatarse de la incomodidad decidió salir con una plática algo esquiva, solo para distraer la atención del chico.

-Claro… soy un Amazon, fuimos entrenados para todo tipo de tareas –la seguridad se reflejó en sus palabras, iluminando su rostro, orgulloso de sus cualidades.

-Vaya estas lleno de sorpresas –el tono en la mediana de las Tendo era algo burlón, tratando de bromear con el joven delante de ella, el ojiesmeralda solo le sonrió de lado.


Dentro del hogar Tendo los integrantes compartían un sencillo desayuno, las féminas que participaban en la ingesta de alimentos sonreían y conversaban amenamente entre ellas, mientras que los varones de la casa engullían el arroz en total silencio, solo uno de ellos comía de manera errática, pues esa mañana despedía un pésimo humor y un aura casi destructiva, la cual era ignorada por todos pues conocían el temperamento celoso del menor de los Saotome al sentirse amenazado, al creer que su prometida fijaba la vista en un cuerpo masculino que no era el suyo.

-Kasumi –llamó el patriarca de las chicas –estas segura de haber llamado a desayunar a Mousse, ¿Por qué no ha venido? –preguntó en un tono serio, cruzándose de brazos.

-Si lo hice papá, pero dijo que prefería seguir trabajando, tiene muchas labores pendientes en la construcción –habló la mayor con un ligero sonrojo en sus mejillas al recordar el momento en que se acercó al chico por la mañana.

-Vaya que muchacho tan responsable –Soun asentía con los ojos cerrados, sin perder su postura en la mesa, frente al vacío tazón que minutos atrás contenía una generosa porción de arroz –Akane ¿Terminaste de comer? –

-Mmm.. .Si papá –respondió la chica de cabellos azulados, colocando sus palillos sobre la mesa y bebiendo el último sorbo de té que guardaba su recipiente.

-Hazme el favor de llevarle una buena porción de comida al chico, llévale bebida y acompáñalo durante la comida, es de muy mala educación dejar solo a un invitado –ordenó el patriarca decidido, mientras que a su lado el chico de la trenza se atragantaba con la enorme cantidad de comida que había engullido, con golpes fuertes tocaba su pecho tratando de ayudar a su cuerpo a pasar el mal rato.

-Pero ¿por qué tiene que ir Akane? yo… yo puedo llevarle la comida y hacerle compañía al estúpido cegatón –respondió casi a los gritos asustando a los presentes, mientras que al hablar escupía residuos de comida.

La castaña de cortos cabellos resopló al ver la fastidiosa escena –Por Dios Ranma ya deja se hacer eso… papá iré yo con Mousse –articuló con fastidio la mediana de las Tendo, rodando los ojos.

-Si, eso evitara estas situaciones –comentó el patriarca observando la peculiar escena frente a él –Kasumi sirve las porciones necesarias para que tu hermana lleve los alimentos a nuestro peculiar invitado –

Dicho lo anterior las chicas se dirigieron a la cocina para llevar la tarea encomendada por su padre.


-Hey chico musculoso, es hora de que tomes un ligero descanso, que te pareces si desayunas y luego sigues con eso –la castaña le sonreía coqueta al chico que se encontraba reforzando las grandes vigas de madera que sostendrían la estructura del Dojo.

Mousse giró su rostro observando a la chica de los chantajes, que le mostraba una charola con tazones repletos de comida.

-Eso no era necesario –comentó el joven Amazon al mismo tiempo que con sus manos sostenía la gran madera.

-Vamos, te harás del rogar, anda que tengo muchas cosas que hacer este día, es una orden chico rudo –al escuchar aquellas palabras de la castaña el joven de gruesas gafas sonrió de lado ante la actitud de la chica.

Un audible suspiro salió de los masculinos labios –Está bien solo será un momento y volveré a lo mío –habló con resignación al darse cuenta que no podría convencer a aquella mujer.

Ya ambos jóvenes sentados sobre el pasto que cubría el terreno, conversaban como jamás lo habían hecho, a decir verdad nunca habían cruzado más de una o dos palabras que no fueran para pactar un arreglo o algún forzoso saludo. Nabiki observaba que el chico aparte de poseer hermosas y masculinas facciones, tenía un buen sentido del humor, distinguía que su actual acompañante poseía de una buena conversación, se sentía cómoda hablando con él aunque solo fueran trivialidades.

Sería acaso que el chico era un poco más maduro que los demás, o tal vez el hecho de que ella estaba agradecida por el gesto del muchacho, le hacía ver las cosas de diferente manera.

-Aun no puedo creer que los Kuno hicieron esto –Nabiki articuló aquella frase con un ligero deje de asombro.

-¿Hacer qué? ¿Te refieres a patrocinar el material? –cuestionó el chico dando un ligero sorbo a la bebida propinada por la mediana de los Tendo.

-Si ellos siempre hacen destrozos y jamás habían hecho algo así –

-Bueno digamos que no pudieron negarse a una amena charla entre artistas marciales –sonrió el ojiesmeralda ante los recuerdos de la noche anterior, fuera de la mansión de los hermanos.

-¿Qué fue lo que hiciste? –preguntó con real interés en sus palabras, observando como la persona a su lado esbozaba una sonrisa seguida de una carcajada.

-Digamos que lo persuadí –ambos rieron con gracia ante las palabras utilizadas por Mousse.

-Oye, en gratitud, después de cada día de trabajo te invitaré un helado, o tal vez una comida depende de tu desempeño del día. Y no acepto un "no" por respuesta –la propuesta de la chica fue seguida de un guiño, estaba agradecida por lo que el varón había logrado, en los años que los Saotome se habían mudado con ellos jamás habían recibido ningún tipo de ayuda monetaria, al contrario todo eran batallas y destrozos por doquier.

-Bueno… si las cosas las pones así, no puedo negarme –aquella plática entre ambos continuó pocos minutos, pues el ahora constructor tenía bastante trabajo por hacer, las reparaciones y cambios eran algo pesado que le llevaría bastante tiempo.

Y como lo mencionó la chica cada tarde después de una larga y cansada jornada de trabajo los jóvenes salían a una de las cafeterías cercanas, Nabiki trataba de enseñarle los diferentes lugares donde poder pasar un buen rato gastando poco, por extraño que parezca el joven chino no conocía muchos lugares aunque llevaba años frecuentando la zona, el varón de largos cabellos azabaches le explicaba con algo de pena que solo conocía las rutas de entrega del restaurante de las amazonas. No tenía tiempo para salir o divertirse, estaba enfocado en el trabajo y en seguir de manera desesperada a la chinita de cabellos violáceos.

-¿Y qué fue lo que cambió? –Cuestionó la mujer que le observaba dubitativa sentada en aquella cafetería, mientras jugaba con la cuchara alrededor de su taza –tienes aproximadamente una semana sin estar las veinticuatro horas en el NekoHanten –

-Están fuera del país las dos, se supone que yo estoy cuidando el local, ya sabes… solo buscan deshacerse de mi –habló con burla en sus palabras, pues conocía el lugar que el desempeñaba para las mujeres amazonas.

-¿Por qué lo soportas? ¿Por qué sigues con ellas? –preguntó Nabiki con un semblante bastante serio, dejando el cubierto sobre la servilleta y fijando su vista en el avergonzado muchacho.

-Ni yo mismo lo sé, a veces creo que es por amor, a veces pienso que es costumbre o por el hecho de seguir nuestras leyes, no lo sé, y la verdad no me gusta hablar del tapete que soy para ellas, digamos que machaca la poca dignidad que me queda –se podía percibir la tristeza en sus palabras aunque con su rostro buscaba dar otra apariencia.

-Está bien, no hablare de lo mismo, pero aprovechare para proponerte algo, el fin de semana tendré un evento de la universidad y necesito que me acompañes –la mujer adoptó una postura confiada, cruzando sus piernas y recargando su espalda en la silla.

-¿Acompañarte como guardaespaldas? Ya entiendo, quieres que aleje a todos los pervertidos de ti –afirmó el chico mientras saboreaba el pastelillo que reposaba sobre el pequeño plato.

-No bobo, quiero que vayas conmigo como mi pareja, será divertido ¿qué opinas? –terminaba aquella frase con un guiño coqueto, mientras tomaba un poco del postre que el amazón tenía aun en el pequeño plato, ante aquel gesto Mousse no pudo evitar ruborizarse, ya había notado lo bonita que era la chica, la seguridad que emanaba por momentos le hacía trastabillar.

-Y eso me costará dinero no es así, me cobraras por ir a esa fiesta –

-No… aunque no sería mala idea –bromeo la chica ante la cara de estupefacción de su acompañante –bueno entonces que dices ¿quieres ser mi pareja por una noche? –

-¿Estas segura de eso Tendo? –una ligera modulación jocosa salió de los labios del chico, sonriendo con picardía.

-En primer lugar, yo siempre estoy segura y en segundo cuantas veces te he dicho que mi nombre es Nabiki, Na-bi-ki… llámame Nabiki –la fémina percibió el reto en el tono de voz del chico, esa singular melodía la había utilizado ella millares de veces para provocar a sus víctimas, para hacerlas caer en sus chantajes y ahora ella estaba siendo arrinconada con su propia técnica, así que no le daría el gane tan fácil.

-Si perdón es la costumbre, no estoy muy familiarizado con esas confianzas –el chico volvió a su cómoda posición recargándose en su asiento, relajando su postura.

-Entonces... no se diga más, Mousse iras conmigo a esa fiesta –habló la mediana de las Tendo haciendo la señal de la victoria con su mano –No me veas así…. Aunque debo decir que tienes unos bellos ojos, que lamentablemente escondes detrás de esos gruesos vidrios, muéstralos al mundo –comentó Nabiki ante el ligero estupor del muchacho.

-De verdad ¿crees que tengo ojos lindos? –cuestionó con algo de timidez, mientras sus mejillas revelaban un tenue rosáceo.

-Si… creo que enmarcan a la perfección tu cara, eres bastante guapo, pero te escondes –Nabiki le escrutaba con detenimiento, observando sus facciones con parsimonia, provocando que el muchacho de cabellera larga se cohibiera ante los halagos.

-Nunca nadie me había dicho algo así a excepción de mi familia –casi se podía distinguir el sentimiento de emoción en sus palabras, como una ilusión que le hacía tener vida nuevamente.

-Pues créelo Mousse, no por nada serás mi pareja en el evento –la chica de las eternas finanzas, rio por lo bajo ante la transparencia del chico pato, era tan fácil leerlo y descifrarlo, que le daba algo de ternura.


El día del evento llegó y este había sido un éxito, la mediana de los Tendo causó algo de controversia entre las féminas del lugar, al llegar de la mano de aquel apuesto y varonil chico, que cautivaba a todas las mujeres con su singular porte, el cabello atado en una larga coleta baja, las gafas de pasta gruesa le daban un toque particular a su exótica belleza, sin contar lo fornido y alto de su cuerpo de artista marcial. El evento no era nada formal, ni de etiqueta, era algo más sencillo, una noche de fiesta en un conocido antro donde los alumnos de las diferentes facultades de la universidad se reunirían para darle la bienvenida a las nuevas generaciones, por lo cual unos simples pantalones de mezclilla y una camisa de manga larga con botones al frente fueron el ajuar perfecto para el chico, el cual iba acompañado por la sexy y despampanante Nabiki Tendo, el corto vestido era culminado con un amplio escote que llevaba en su espalda, la ligera prenda era bastante llamativa al igual que la fuerte personalidad de la chica.

El evento fue llevado sin ningún tipo de incidente, bailaron, bebieron, rieron y conversaron de maravilla, Mousse se adaptó a la perfección a los amigos de la mediana de las Tendo, todo lo que rodeo esa noche de fiesta fue diversión y amenas conversaciones, las compañeras de Nabiki le cuestionaban ¿quién era el muchacho de bellos ojos? ¿De dónde lo había sacado? Y unas más atrevidas cuestionaban el estatus de su relación, con el evidente propósito de coquetear con el muchacho, Nabiki por su parte no contestaba nada concreto, solo daba evasivas y risitas traviesas. En si no tenía mucho para contestar ¿Qué les diría? Es un joven chino que vino detrás de una loca Amazona que le despreciaba, que Mousse se desvivía de amor por alguien que no valía la pena, así que por el momento era más viable dejar las dudas en el aire.

Una vez fuera de las instalaciones del lugar ambos jóvenes esperaban el transporte que los llevaría a su hogar, Nabiki un poco más risueña de lo normal, conversaba con el chico amazon, con evidente emoción por las reacciones de todos en el evento, platicaba de cómo habían bailado y de las bromas hechas por algunos de los chicos.

-Y dime ¿quién te enseño a bailar de esa manera? Jamás imagine que bailaras –la pregunta salió de los labios de Nabiki con autentico entusiasmo, estaba algo sorprendida de ver esa faceta en su amigo.

-Al ser un varón en la aldea amazona, llevamos un entrenamiento diferente, no solo nos enseñan artes marciales, si no que te enseñan a tener complacida a tu esposa, si ella baila el esposo lo hace, si ella cocina el esposo la complementa –contestó como si aquello fuese lo más obvio del mundo.

-Vaya que mujeres tan afortunadas –mencionó la chica entre pequeñas risas, que denotaban su nivel de alcohol.

-Ellas son guerreras, el sexo femenino es muy importante en mi aldea, nos enseñan a tratarlas como verdaderas Diosas –aun los labios del chico Amazon se movían justificando el actuar de los varones de su aldea cuando uno de los taxis paraba frente a ellos, Mousse rápidamente abrió la puerta del vehículo, invitando a su acompañante a pasar.

Ya acomodados en el asiento la castaña siguió con la plática, por alguna extraña razón quería saber más de lo que rodeaba al varón de largas hebras azabaches.

-No me digas… ¿y que más sabes hacer? –

-Muchas cosas, la construcción se me da bien, se cocinar, bailar, soy experto en armas ocultas, puedo asear una casa en minutos, incluso podría cantar si me lo pidiesen –enumeraba el chico de larga coleta con los dedos de su mano, mientras una alegre Nabiki le veía embobada, la sonrisa de Mousse le atraía, su perfecto rostro se iluminaba con aquel gesto.

-Vaya eres más complejo que la caja de pandora –

-Yo diría más completo –sonrió ante los evidentes rastros de alcohol en su sistema.

Mientras el vehículo avanzaba hacia la residencia Tendo los jóvenes conversaban y reían acerca del evento y de las personas que se encontraban en él, la mujer de corta melena redujo la distancia entre ambos con la excusa de mostrarle algo en su móvil, el azabache observaba las fotos mientras sonreía, Nabiki dejó de lado el teléfono para posicionar la cabeza sobre el ancho hombro del muchacho.

-Eres muy cómodo –musitó prácticamente en un susurro, acomodándose en el chico.

-Un punto más a mi favor –dijo mientras dirigía una coqueta sonrisa hacia la chica quien ya había levantado levemente el rostro, encontrándose con la hermosa mirada esmeralda.

Tal vez fue el calor del momento, el alcohol que invadía su conciencia, la amena platica, o la soledad de ambos corazones, que sin pensarlo mucho la castaña deseo el contacto de ambos, había descubierto algo en el varón en estas semanas había despertado algo en ella, tal vez se sentía completa, se sentía protegida cuando él estaba cerca, y de un instante a otro propició el acercamiento uniendo de manera tímida sus labios, el amazon no rechazó el acercamiento, solo se quedó cual estatua al sentir los cálidos roces de la Tendo frente a él, pudo percibir la suavidad y consistencia de aquellos bordes que le habían tomado desprevenido, cerró los ojos dejándose llevar por las tímidas caricias de la mujer, no sabía si contestar el gesto o romperlo de manera abrupta, la mujer seguía degustando de los delgados bordes del chico amazon apresándolos entre sus labios, pero al ver que no obtenía una respuesta positiva paró su actuar de un momento a otro.

-¿No te gustó que te besara? –cuestionó la chica bajando la mirada con algo de decepción.

-No es eso, solo que no quiero abusar de tu estado, lo haces solo porque estas ebria y no porque en realidad desearas besarme –comentó desviando la mirada hacia la ventanilla, fingiendo ver como los comercios y lugares pasan de largo dado el movimiento del auto.

-Si estoy ebria, pero se lo que quiero, y se perfectamente lo que hago –respondió la chica acercándose una vez más al varón, colocándose a horcajadas sobre el chico quien le veía confundido.

Nabiki tomó el rostro masculino entre sus manos acercando sus labios sobre los de él, Mousse no opuso resistencia y entre abrió su boca dejándose invadir por el cálido aliento de la chica, percibió el ligero sabor a licor en ella, y el dulce de las bebidas mezclado, por alguna extraña razón no le molestó, al contrario sintió una necesidad de probar más de Nabiki, con habilidad su lengua recorrió la cálida cavidad de la mujer entrelazando sus lenguas, rozándose de manera desinhibida, las manos del varón se colocaron en la estrecha espalda de la fémina, acariciándola de arriba abajo delineando con posesión la fina figura, el beso era demandante pasional por ambas partes, la falta de oxígeno y la necesidad de respirar hicieron que sus bordes se separaran ligeramente, haciéndolos abrir los ojos , ambos se observaban jadeantes ante aquella experiencia. Nabiki sonrió ante el acto.

-¿Mañana te vas a repetir de esto? –cuestionó el chico.

-Para nada, ¿tu si te arrepentirás? –

-No, solo que no quiero perder lo poco que avanzamos entre nosotros, digo… se podía decir que formamos una amistad o algo así –

-¿Tú quieres ser mi amigo solamente? –

Mousse sonrió ante el cuestionamiento de la chica sobre él.

-Digamos que jamás imaginé esto –contestó, sonriéndole de manera varonil –creo que jamás en la vida habría pensado tener tanta suerte –ambos rieron ante las palabras del chico.

El taxi llegó a su destino dejando a ambos frente al gran portón de la casa Tendo, Mousse se apresuró a pagar mientras despedía al taxista.

-Bueno, la pasé de maravilla –Nabiki articuló la frase arrastrando las palabras ligeramente, acercándose al portón de su casa.

-Lo mismo digo –comentó el chico, colocando las manos dentro de los bolsillos del pantalón, contemplando a su acompañante.

-¿Nos vemos mañana como siempre? –

-Como siempre –repitió la última frase a modo de afirmación, para que la chica entendiera que todo seguía igual.

Esa fue la despedida que se dieron ese día, a pesar de ser adultos la inseguridad invadía sus cuerpos por momentos, quedando en la incertidumbre los sentimientos y emociones del otro. La mujer de corta melena hizo un movimiento de mano a modo de despedida, guio sus pasos hacia el interior de su hogar, Mousse asintió teniendo como última escena frente a sus ojos el tímido gesto de su acompañante, una vez que la chica cerró la pesada madera de entrada, el muchacho de ojos color esmeralda no pudo evitar sonreír más abiertamente a la nada recordando lo sucedido minutos atrás en el auto. Caminó con ese semblante soñador en sus facciones hacia las instalaciones del restaurante de fideos chinos.


Los días siguientes fueron muy semejantes, con la diferencia que el chico era recibido de manera diferente por Nabiki, una coqueta sonrisa, un guiño y en ocasiones un beso que dejaba al muchacho pensativo toda la mañana, las salidas habían menguado discretamente, pues a veces preferían conversar en la intimidad de la alcoba de la castaña. Las pláticas eran cada vez más profundas, con temas en los cuales buscaban conocerse mejor, tal vez aquello no era una relación formal, pero de manera casi imperceptible ellos estaban forjando algo especial. Ninguno de los dos hacia comentarios sobre el día en que se habían besado de aquella manera, y no era porque no lo desearan sino porque hasta cierto punto no querían romper aquel lazo que se forjaba entre ambos.

Las construcciones habían llegado a su fin, ese día en particular el chico terminó temprano por lo cual se encontraba recostado en la fresca madera de la habitación de Nabiki, obviamente en compañía de la propietaria.

La plática se había extendido más de lo que se imaginaron trayendo consigo la noche, el muchacho fue invitado a cenar en la recamara de la chica, al ser su ultimo día en la casa de los Tendo la mujer de melena castaña quería despedirle como es debido.

-¿Escuchaste eso? ¿Que se oye? Nabiki podría ser un ladrón –comentó el chico con evidente angustia en su voz, incorporando su cuerpo de golpe, afinando sus sentidos y agudizando sus alertas de artista marcial.

-¿Que…? eso… es Ranma entrando a la habitación de Akane como siempre, lo hace cada noche –respondió Nabiki encogiéndose de hombros, restándole importancia a las advertencias de su angustiado acompañante, manteniendo la misma postura, sentada en la silla que hacía juego con su escritorio, observando la nada, dejándose acariciar por la fresca brisa que entraba por la ventana.

-¿Cómo? de verdad, no lo sabía, jamás lo hubiera imaginado –

Ya tocado el tema la castaña le explicó a muy grandes rasgos como su cuñado y su hermana vivían un tórrido romance a escondidas, donde hasta la fecha solo ella y ahora el chico amazon conocían esa información. También le comentó que gran parte de sus ingresos monetarios era porque los eternos prometidos le daban una cuantiosa cantidad por su silencio. Ahora todo tenía sentido en la mente de Mousse, los celos, la posesividad de Ranma por la menor de los Tendo era justificada, el chico de la trenza se encontraba perdidamente enamorado de la mujer.

-Ranma… Ranma… o sea que esa cara de tonto no va con tu personalidad, me encantaría tener una larga charla de hombre a hombre con él, ya sabes solo para aconsejarnos –ante las palabras de Mousse la castaña giró su cuerpo hacia el joven quien le guiño un ojo ante la cara de estupor de la chica.

-¿Aconsejarse? ¿Que acaso ya dejaste de ser virgen? –los comentarios iban con toda la intención de saber más de ese tema, tendría que picar un poco el ego de hombre para obtener lo que deseaba.

-La palabra "virginidad" –colocó sus manos haciendo comillas dándole énfasis a la palabra –no aplica del todo en los varones de mi aldea –

-¿Cómo es eso? –en contadas ocasiones el interés genuino se podía ver en los rasgos de Nabiki.

-Si, lo que pasa veras…. Es algo complicado de explicar –el chico agacho un poco la cabeza, rascando su nuca con la mano derecha, señal de querer tratar de evitar el confuso tema.

-Solo dime a que se refieren –se cruzó de piernas y brazos con aquella mirada gatuna que la caracterizaba.

-Los varones en mi aldea son entrenados de manera específica para complacer a las guerreras, nosotros construimos nuestro hogar, cocinamos, y complementamos a nuestras mujeres, ya sabes costumbres –explicó mientras se dejaba caer, recargando su cuerpo a los pies de la cama.

-Si eso ya me lo habías explicado, ve a lo de la virginidad –comentó impaciente la castaña.

-Pues que los varones tenemos que complacer a nuestras mujeres una vez que estemos casados, un varón sin experiencia sexual en la noche de bodas seria todo un fiasco para ellas –explicó el joven de mirada esmeralda bajando sus ojos con algo de pena hacia su regazo.

-O sea que lo que tú quieres darme a entender es que reciben un entrenamiento especial en las artes amatorias –el asombro y los destellos de incredulidad brotaban ante sus indagaciones, cada palabra articulada por la castaña parecía iluminar su rostro.

Ante aquella expresión de su amiga, el rostro de Mousse se tornó algo ruborizado, la verdad es que poco le gustaba mencionarlo, pero es que la confianza y la relación entre ambos le hicieron hablar de más.

-Ahora entiendo ese beso –habló Nabiki para menguar el visible malestar del chico de la eterna túnica –besas muy bien –se mordió el labio a propósito para que el chico pato le viese.

-Gracias –

-Insisto que afortunadas son esas Amazonas, me encantaría tener una noche con alguien así –aquello definitivo era una invitación a tomarla, Nabiki sabía lo que quería y no se amedrentaría a pedir descaradamente lo que su cuerpo le exigía, incorporó su cuerpo de la silla giratoria, solo para colocarse a la altura del muchacho que permanecía sentado sobre las maderas del piso.

-Lástima que muchas de las guerreras no aprecian los esfuerzos de los varones –dejo salir el aire de sus pulmones a manera de un cansado y sonoro suspiro.

-Yo apreciaría muy bien todo eso –comentó aquello acercándose de manera gatuna hacia el chico que permanecía sentado en la duela, recargado a los pies de la cama, observando con cautela las acciones de la fémina delante de él.

Los movimientos de la chica eran muy parecidos a los de una leona hambrienta asechando a su presa, el Amazon cauteloso solo contemplaba cada uno de sus pausados desplazamientos, la mediana de los Tendo terminaba con la distancia entre ellos peligrosamente, repitiendo la posición que tenían en el taxi, Nabiki con autoridad y la seguridad que le caracterizaba rodeo el masculino cuello con ambos brazos, el joven un tanto temeroso permaneció inmóvil esperando la iniciativa de la fémina, el gesto provocador de la chica, curvaba los labios de ambos en sonrisas cómplices ante lo que vendría.

-¿Quieres mostrarme tus habilidades? –aquel cuestionamiento parecía más una demanda, no le dejó contestar pues de manera posesiva tomó como suyos los labios del ojiesmeralda, el cual le recibió con el mismo ímpetu, Mousse no se detuvo estaba deseoso de probar una vez más la femenina cavidad, quería más de ella, desde aquella noche estaba inquieto, sus hormonas le jugaban mal cada que ella estaba cerca, en sus sueños Nabiki se hacía presente lo cual le hacía inquietar, sueños donde despertaba jadeando, sudoroso producto de su imaginación.

Ahora ella prácticamente le estaba pidiendo llegar más lejos, al igual que en aquellas noches de imágenes creadas por su cerebro.

Mousse ante aquella petición no hizo esperar su mandato, con destreza y casi de manera salvaje besó a la castaña, saboreo sus bordes, tan dulces y suaves pero a la vez tan agresivos y demandantes de satisfacción, ambos exploraron sus cavidades a placer, mientras sus manos recorrían sus contornos, la ligera ropa de la castaña era movida por el roce de las ásperas manos masculinas, la calidez de sus cuerpos se acompasaban al momento, se acoplaban a sus caricias, degustaban sus alientos con deleite.

Mousse rápidamente se puso en pie arrastrando prácticamente consigo a la chica, con aquellas manos ásperas y callosas por el trabajo duro, quitó la prenda superior de Nabiki, dejando a la vista un sexy sostén en colores escarlata, con texturas de encaje y seda, sonrió ante la escena que se le presentaba no esperaba menos de ella, la atrajo de nuevo hacia él, uniendo sus cuerpos, delineando con su lengua el terso cuello de la mujer, ambos de pie trataban de amoldarse al otro, la castaña ladeaba la cabeza dándole más facilidades de explorarla, el ojiesmeralda mordisqueaba en ocasiones de manera suave la dermis femenina, dejando un ligero rastro húmedo de aquellas caricias, Nabiki simplemente le daba acceso a su piel, echando su cabeza hacia atras facilitando la tarea del Amazón, el azabache por su parte siguió un camino descendente guiado por sus instintos, saboreando la aterciopelada piel de la mujer entre sus brazos, lamiendo de manera pausada los senos que sobresalían de las finas copas del sostén, toda aquella piel expuesta que le permitía disfrutar, con destreza desabotonó el pequeño plastico de la tela que mantenía sujeta la prenda inferior, cayendo de manera instantánea a sus pies, arremolinados como si de un charco colorido se tratase, el varón palpó los glúteos que aún estaban cubiertos por la fina tela de la minúscula ropa interior con ansiedad, percibió la suavidad del tejido de la prenda, los ligeros bordes del calado de la sexy braga, definitivo él deseaba aquello con tantas ansias, con tanta desesperación, mientras sus labios devoraban la boca de la mediana de los Tendo, sus dedos amasaban con desespero las prominentes carnes de la fémina.

Nabiki no podía evitar emitir un jadeo por aquellas caricias, a pesar de tener los ojos cerrados percibió como el chico chino la arrinconó en una de las paredes de su cuarto, experimentando la frialdad del material en su desnuda espalda, pero en realidad aquello no le importaba, pues estaba decidida a disfrutar el momento.

No supo en que momento Mousse la había girado, tal vez fue cuando su pecho se estrelló de manera suave en la pared, o cuando las grandes manos del varón despejaron su nuca para besar aquella área casi de manera salvaje, Nabiki experimentaba como los dientes de Mousse acariciaban el nacimiento de su cuero cabelludo, los suspiros se Nabiki de mezclaban en ahogados jadeos sobre la fría división de madera, podía sentir el maldito placer de aquellas húmedas caricias, entre besos y tenues mordidas estaba a punto de pedir más, cuando la cavidad masculina delineo el largo y níveo cuello, la lengua del amazón surcaba caminos que hacían estremecer a la chica, tras la humedad de sus besos el sentir la tibia respiración del varón sobre la mojada piel le permitía experimentar escalofríos tan eróticos, que al mantener los ojos cerrados podía imaginar aquellos iris esmeralda delineando su piel al igual que sus labios y lengua.

Los hombros, su espalda, estaban siendo invadidas de manera majestuosa por el chico de descendencia china, mientras la masculina boca se deleitaba con la dermis de la mujer, al mismo tiempo las rudas palmas acariciaba la parte delantera de Nabiki, abriéndose paso debajo del sostén, amasando los firmes pechos, marcando tenuemente con sus dientes el largo cuello y con sus largas manos apretaba con suavidad las redondeadas masas de la chica, aprovecho la postura para despojarla del sostén.

Torturándola en un acto totalmente aprendido, bajó por el plano vientre delineándolo con sus dedos, surcando caminos totalmente eróticos, llegó a la pequeña prenda intima dibujando los bordes de esta sobre su bajo vientre, Nabiki abría sus labios sintiendo las sensaciones de aquellos dedos sobre su ropa íntima, Mousse besaba el lóbulo de la femenina oreja para aumentar la excitación de la mujer, jugando con sus dedos y la suavidad de la tela, sus dígitos llegaron a la intimidad de la chica que palpó con posesión, el movimiento fue brusco pero hizo estremecer a la mujer a pesar de que el roce fue sobre la tela, aquel movimiento solo sirvió para encender más la mente de la mujer, pues era consciente de que había una barrera entre sus pieles, pero el tacto del varón sobre la tela fue algo salvaje palpando su intimidad le era muy gratificante, pues su cuello, hombros, nuca, y toda la extensión de su piel a su paso no dejaba de ser mimada por el chico.

Mousse dejo de masajear aquella zona solo para bajar sus labios y recorrer la estrecha columna, sin dejar de ejercer fuerza en el cuerpo de la chica, para que esta no se girara, y mantuviera la posición anterior.

Acuclilló su cuerpo de manera que su rostro quedo frente a la pequeña cintura, con su lengua delineo el canalillo que dividía su espalda, de arriba abajo besó, lamió y succionó, Nabiki simplemente se dejó hacer todo aquello, no quería abrir los ojos, lo que la imaginación dibujaba en su mente era un deleite erótico, se mordía el labio inferior al percibir la tibia lengua de Mousse delinear su cintura y el borde de su fina ropa interior.

Sobre la prenda de encajes y sedas el amazon daba toscos besos como si deseara desvanecer aquella barrera textil con la brusquedad de sus labios, sus besos habían dibujado los contornos de la chica, mimó sus glúteos mientras los amasaba con fuerza, acción que tenía totalmente poseída la mediana de las Tendo, aquellas atenciones siguieron unos cuantos minutos más cuando intempestivamente varón giró el cuerpo jadeante de Nabiki.

Mousse se encontraba hincado cuando elevó la mirada, observando aquella escena satisfecho, la pelicastaña, estaba tan agitada, sonrojada y se podría decir que hasta algo sorprendida.

Mousse aun en su posición, subió sus manos por el plano abdomen, topando con los senos de la chica, que masajeo a placer, el amazon estaba maravillado con la docilidad de la mediana de los Tendo, la mujer estaba entregada completamente a la satisfacción. Mientras las grandes manos surcaban la piel del agitado y femenino pecho, los delgados labios mimaban el vientre de la chica. Besó cada milímetro del pubis sobre la prenda haciendo que Nabiki se sobresaltara por momentos.

El ojiesmeralda pudo observar la discreta humedad que sus caricias habían generado, rio internamente pues aquello le mostraba que iba por buen camino, la hermosa prenda traicionaba los instintos de la chica, el joven solo para confirmar las sensaciones de Nabiki, dio un pequeño lengüetazo sobre la intimidad cubierta por la bella braga, en ese momento una electricidad recorrió el cuerpo de la chica, ubicando a la perfección las intenciones de su amante.

Con las yemas de los dedos deslizó la femenina prenda dejando a su merced la vulnerable intimidad de la chica, elevó su mirada esmeralda hasta los ojos anhelantes de la castaña, que le observaban con un brillo de total lujuria, acercó su rostro a la femenina intimidad sin despegar su vista de aquellos ojos color chocolate, sonrió ligeramente mientras sus labios rosaron los bordes íntimos de la mujer, Nabiki no pudo callar el gutural gemido que salió de manera espontánea de sus labios, aquel ligero beso sobre su intimidad le hizo desfallecer, estaba tan sensible en esos momentos que al sentir el delicioso calor de la boca de Mousse le enloquecía.

Con una de sus manos el amazon abrió ligeramente los bordes de Nabiki, dejando totalmente al descubierto el botón de placer de la chica, botón el cual rozó con la tibies y suavidad de su lengua, Nabiki sintió que desfallecería en ese preciso instante, las caricias del varón la hacían navegar en un mar de placer, con sus manos trataba de callar el deleite que de sus labios salía, ahogando los jadeos, aquello era música para los oídos de Mousse, aumentaba los movimientos de su lengua, rozando cada vez más el pequeño abultamiento de su intimidad, acelerando el movimiento y por momentos haciéndolo tortuosamente lento, dándole un respiro momentáneo a las sensaciones que Nabiki experimentaba. El roce de la flexible lengua en el hinchado abultamiento le hacían experimentar espasmos tan gratificantes y el calor que su bajo vientre sentía la hacían maldecir el no poder dejar salir aquel placer de sus labios.

A las fosas nasales de Mousse llegó el característico y embriagante olor de los frutos de un inminente orgasmo, sintió que las piernas de la mujer flaqueaban y perdía el equilibrio por momentos dejando a la vista la vulnerabilidad de sus rodillas ante la avalancha de sensaciones.

Las fuertes manos de Mousse la sostuvieron, afianzando el agarre en la menuda figura de la castaña, sus manos delineaban los torneados contornos, deslizando sus yemas por la tersa y blanca piel, al ver que la mediana de los Tendo entraría al éxtasis total, elevó una de las extremidades inferiores de la mujer posicionándola encima de su fuerte hombro dándole mas acceso y estabilidad, cargando así gran parte del peso de la fémina, Nabiki no oponía resistencia seguía pegada a la pared echando su cabeza hacia atrás despegando la mirada de los ojos esmeralda del amazón.

-Aah –un ligero jadeo ahogado salió de sus labios al sentir la completa invasión de su intimidad al percibir como la cálida lengua varonil recorría sus íntimos pliegues sin piedad, degustando los frutos producto de su excitación –espera Mousse –fue la débil queja de la mujer antes de colar una de sus manos en la abundante cabellera del chico, colocando sus dedos de manera posesiva en el cuero cabelludo, entrelazando sus dígitos en las hebras negras del amazón, haciendo presión en estas para hundir ligeramente más la parte baja del varonil rostro.

Mousse se dejo hacer mostrando docilidad ante las ligeras embestidas que la mujer daba, movimientos involuntarios productos del frenesí ante la necesidad de culminar la sensación de éxtasis de su cuerpo, al ver aquello el joven de largos cabellos supo que el orgasmo sería inminente por lo cual introdujo dos dígitos en el mojado interior de la chica, para así saciar el frenesí de su amante, con lentitud para no lastimarla palpó la intimidad hundiéndose, una y otra vez, sintiendo la abundante humedad del estrecho interior, las manos de Nabiki acariciaban la cabeza de Mousse, el cual no mermaba su tarea de lamer el abultado botón de placer, sintiendo como en extremidad los fluidos de la fémina surcaban ligeros hilillos hacia los muslos, el ojiesmeralda sintió las ligeras convulsiones del femenino cuerpo, sonrió al sentir que desfallecía la laxa figura de su amante.

Nabiki necesitaba una tregua, su cuerpo había llegado al máximo placer, cerró los ojos y sintió como sus piernas no respondían, pudo jurar que caería directo al suelo si las manos de Mousse no le hubieran detenido, el ojiesmeralda dio unos últimas lamidas degustando de la palpitante intimidad.

Elevó el rostro despegando su lengua de la intimidad de la chica, lamiendo y besando el camino ascendente hacia el pubis, vientre y pecho delineando la piel perlada de sudor de Nabiki los sabores salinos de la piel y el almíbar del femenino orgasmo se mezclaban en la cavidad de Mousse.

El pecho de la castaña subía y bajaba de manera brusca, por más que ella trataba de tranquilizarse la explosión de sensaciones en ella había sido aturdidor. Mousse percibía la agitada respiración mientras sus labios delineaban el cuello y clavícula, besó su mandíbula, sus mejillas y tomó sus labios con pasión hundiendo su lengua en la jadeante cavidad, Nabiki pudo percibir sus propios sabores, la mezcla salina, el almíbar de su orgasmo y el dulce aliento de Mousse mezclado en aquel beso la enloquecían, solo de pensar en lo que el chico le había hecho, aun sentía la sensación fantasma de su lengua en ella, una vez terminó el beso Mousse le susurro sobre los labios.

-Eres deliciosa –y separándose ligeramente se llevó los dedos aun húmedos por la estimulación que había ejercido en su amante, lamiéndolos delante de ella, Nabiki tragó duro al ver esa acción, ese casi asqueroso acto por alguna razón la excito, y pudo sentir su cuerpo revolucionarse de nuevo, el ver como Mousse saboreaba sus fluidos, era algo que la castaña jamás había experimentado –si gustas podemos parar, creo que con esto queda clara mi destreza –ante las palabras del amazón Nabiki salió de su trance, por primera vez separó el cuerpo de la pared para acercarse al pecho de su amante que aún seguía vestido.

-¿Serías capaz de irte así? –musitó sobre los labios de Mousse, quien estaba agachado observando los ojos color chocolate más oscurecidos que nunca, la mujer estaba excitada, y sabía que quería más. Un brazo femenino se colgó del fuerte cuello mientras la otra extremidad tocó por encima de la estorbosa túnica el endurecido miembro del muchacho, un casi imperceptible gemido salió de los delgados labios varoniles – ¿tú te quieres ir? –cuestionó frotando la erguida masculinidad, Mousse sonrió de manera coqueta, besando una vez más los labios de la mujer.

-Haré lo que me pidas –

-Ya demostraste una de tus destrezas, me pregunto si ¿solo sabes hacer eso o escondes algo más? –Cuestionó con sorna provocando al chico –aunque me gustaría demostrarte lo que una Tendo sabe hacer –Mousse sonrió mientras se dejaba guiar por la castaña cerca de su cama.

Las manos hábiles de Nabiki quitaron las holgadas y largas prendas, una vez el pecho del chico quedo descubierto, ella sonrió y besó con parsimonia las hendiduras que se producían ante los masculinos músculos del amazón, delineo con su lengua los pectorales y el marcado vientre llegando a rosar el musculo que dividía las piernas de la cadera, marcando a la perfección una V de fuertes músculos, la castaña no pudo evitar morder su labio inferior al sentir la dureza de su cuerpo, besó todo lo que pudo, lamio cada canalillo expuesto degustando los masculinos sabores del joven chino que se dejaba mimar por la chica.

Nabiki sonrió al ver aquella expresión en las masculinas facciones, Mousse jadeaba levemente al sentir el ligero tacto en su piel, la mediana de los Tendo enderezó su cuerpo eliminando toda la distancia posible entre ambos, haciéndole sentir lo erguido de sus pezones, presionando su tórax contra los marcados músculos, dejándose acariciar por las fuertes manos de Mousse que la recorrían a placer, tocándola de manera posesiva invadiendo sus glúteos y espalda, dejando ligeras marcas rojizas por donde sus dedos se abrían camino.

-¿Puedo seguir? –cuestionó la castaña antes de tomar los labios del amazón de manera dulce, produciendo caricias con sus bordes, relamiendo cada centímetro de aquellos delgados labios, el ojiesmeralda respondió aquel beso de la misma manera, siguiendo los movimientos de la chica, elevando sus manos hacia las mejillas sonrojadas de ella para afianzar el agarre de aquel beso, despacio y con pasión hundió una de sus manos en la corta cabellera entrelazando sus dedos con las hebras castañas, para así profundizar aquel acto, mientras tanto las manos de Nabiki deshacían el nudo de la prenda inferior, provocando que los pantalones cayeran producto de la gravedad, dejando al chico solo con la ajustada ropa interior, por encima de esta las manos de Nabiki sintieron el abultado miembro, deslizó su palma por aquella longitud erecta haciendo que el chico se estremeciera ligeramente sin parar de besarla, introdujo su mano por la ropa interior magreando la candente extremidad, estaba caliente, firme y podía percibir como el chico movía aquel miembro pidiendo ser liberado, la pequeña mano de la chica se cerró alrededor de la palpitante extremidad, al sentir aquel movimiento Mousse ahogó un jadeo en aquel beso entre ambos.

Nabiki sonrió al sentirlo, sabía que ahora ella tendría el control, hizo ligeros movimientos de arriba abajo teniendo como respuesta las fuertes respiraciones de Mousse, el pecho le latía desbocado, bajó su mano dejando de estimular la virilidad del varón, acariciando la rugosa piel que cubría parte de su varonil intimidad, podía percibir la alta temperatura de aquella parte tan sensible para el género masculino.

Mousse dejó de besarla para concentrarse en el placer que la mujer le hacía sentir, jadeaba despacio percibiendo la tersura de sus manos delinear su piel, acariciando desde la piel rugosa hasta la punta de su miembro, el resorte de la ropa interior le molestaba, la tela aprisionaba su miembro y las manos de la castaña lo estaban volviendo loco, sus manos abandonaron las mejillas y cabeza de Nabiki para dirigirlas a la única prenda que le estorba en ese momento, con rapidez se deshizo de ella dejándolo totalmente desnudo

-Ya no aguantaba más –comentó entre pesados jadeos, Nabiki curvó sus labios en una sonrisa, eso era lo que quería desesperarlo, sentirse deseada por aquel joven.

Los ojos de la castaña se dirigieron al miembro erecto del muchacho distinguiendo en todo su esplendor lo que las largas túnicas cubrían, trago saliva al delinear con sus ojos aquel miembro, entre la excitación y el asombro, distinguió en la punta de este una pequeña gota del líquido pre seminal que emanaba de manera distraída, recorriendo la cima de su erguida carne pausadamente, sintió curiosidad de conocer su sabor, ¿cómo se sentiría aquel liquido en su lengua? ella ya había tenido experiencias previas pero le intrigaba la textura y el sabor de aquello.

Tumbó al amazon sobre la cama, el joven trató de incorporarse pero al ver las intenciones de la chica decidió solo recostarse ligeramente, deteniendo su peso con los codos sobre la cama, dejando su cuerpo en un ángulo de 145 grados para observar a la chica, con las piernas posicionadas al filo de la cama, quedando sus pies sobre el ras del suelo.

Nabiki se colocó entre las largas extremidades inferiores del muchacho tocando las fuertes piernas, acercó su rostro al erguido miembro visualizando las pequeñas gotas que salían de la endurecida intimidad, con su lengua recogió el producto de la excitación masculina, saboreo la culmine del miembro lamiéndolo descaradamente ante la mirada incrédula del chico, quien no podía dejar de observar aquella escena, la pequeña lengua de Nabiki se paseaba a todo lo largo de la íntima extremidad, arrastraba su lengua de arriba abajo provocando que el amazon se sintiera desfallecer con aquellos roces, bajó dando pequeñas succiones, solo quería que Mousse sintiera la calidez de su boca rozar la vulnerable piel de su intimidad.

Mousse echaba su cabeza hacia atrás mostrando la entrega a las caricias emitidas por su ahora amante, Nabiki solo quería mostrarle que ella también sabía propinar placer, pero no quería tardar demasiado en eso, necesitaba tenerlo dentro de ella, podía experimentar el calor en su bajo vientre exigiéndole culminar con el acto, así que de un momento a otro elevó la mirada, agazapando su cuerpo de manera gatuna hacia Mousse quien ya tenía sus hermosos ojos color esmeralda completamente oscurecidos por el placer y la lujuria, jadeaba y gemía ante los roces que la mujer dejaba por su cuerpo, Nabiki surcó un camino de besos de manera ascendente hacia la fuerte mandíbula de su amante, acarició de manera brusca la áspera piel de la incipiente barba del varón, con sus dientes, delineaba aquella masculina característica de él, lejos de provocar dolor aquello fue excitante y arrebatador para ambos, la mujer se colocó a horcajadas sobre la desprotegida cadera del chico, sintiendo ambos el roce de sus ardientes sexos, Nabiki jadeo al sentir como el miembro de Mousse rozaba el palpitante centro de ella.

La mano de Nabiki bajó hasta el miembro de su pareja, rodeándolo con sus dedos para colocarlo en su entrada, una vez posicionado ambos fijaron sus miradas entrelazándolas en señal de aprobación, sin emitir palabras, la fémina poco a poco descendió introduciendo lentamente el falo en su intimidad, sus miradas seguían fijas, cómplices de lo que estaban llevando a cabo, la lentitud era tortuosa, el calor era abrazador, la invasión era de total deleite para ambos, una vez estuvo dentro por completo ambos jadearon y sonrieron, se estaban entregando sin reparos, ni inhibiciones.

-Por fin –habló Nabiki mientras hacía movimientos con su cadera, embistiendo al amazón. Mousse sonrió al ver que ella era desinhibida, y disfrutaba del acto, no le importaba el que dirán, y no le importaba verse pudorosa o reservada, el joven chino distinguía en ella placer, pasión y eso le encantaba.

Mousse contempló embelesado el cuerpo perfecto y erguido sobre él, los redondeados senos en un tono lechoso le llamaban demasiado la atención, las aureolas eran en un ligero tono, y el pezón tan endurecido que sintió la necesidad de degustarlo, el joven chino irguió su cuerpo para quedar de manera paralela a Nabiki, hundió su rostro entre los senos de la chica aquello era el paraíso, degustó la fina piel, los besos y lamidas hacían que Nabiki buscara moverse con más ímpetu sobre el muchacho.

Con sus grandes manos Mousse tomó uno de los senos amasándolos y pellizcando el pezón provocando que este se erizara de manera instantánea, el bamboleo de los senos de Nabiki le embobaba, no pudo más y se llevó uno de ellos a su boca, degustando el sabor de esa parte, mordiendo ligeramente la erguida culmine, succionando y lamiendo, jugando con su lengua, acariciándolo llenando de saliva todo la creciente punta, sorbía ambos pezones alternando sus caricias entre ellos, aquello era el paraíso para Nabiki, sentía como su conciencia se separaba de su cuerpo, aquellas caricias la estaban llevando directo a tocar las puertas del mismo nirvana con sus dedos, el amazón veía el nivel de excitación en el rostro de su amante, veía su mirada casi perdida, su respiración acelerada, sus mejillas arreboladas, y una sonrisa distraída que se dibujaba en el femenino rostro, reflejando las sensaciones de aquel instintivo acto.

Los movimientos eran rítmicos, el sonido acuoso de sus fluidos mientras sus cuerpos se unían una y otra vez le encantaba, era un detalle que él disfrutaba en la intimidad, era garantía para un varón ya que eso denotaba el placer y la estimulación femenina.

Recostó en su totalidad su cuerpo, pegando la ancha espalda a la acolchada superficie contemplando la escena sobre él, acarició los húmedos pezones con la yema de sus dedos, apretándolos al mismo tiempo, mientras Nabiki jadeaba totalmente entregada al acto carnal, embistiendo mas rápido, Mousse sintió que la chica tendría un segundo orgasmo, pues su rostro denotaba el nivel de excitación, al suponer que ella culminaría decidió alargar un poco aquello, definitivo no deseaba terminar así, por lo cual de un rápido movimiento colocó a la mujer en la suave superficie de manera brusca, con el femenino pecho pegado al colchón, la corta melena estaba revuelta, sus cabellos algo humedecidos producto del calor de los cuerpos, abrió la boca sorprendida por la tosca acción.

-Aun no termines, que yo quiero más –susurró en su oído mientras él posicionaba su amplia Figura encima de ella, de manera paralela, ambos cuerpos horizontales sobre la superficie de la cama, Mousse de manera dominante sobre la pequeña silueta sosteniendo gran parte de su peso con sus codos sobre esta para no aplastar a la menuda chica.

Nabiki sentía rozar la virilidad de Mousse entre sus glúteos, acariciando esa zona una y otra vez, con leves embestidas.

-¿En qué estás pensando querido? –la castaña elevo levemente su rostro de la almohada solo para articular aquella frase de manera enronquecida, al escuchar aquella pregunta el amazón sonrió, jamás tomaría desprevenida a aquella mujer.

-Por el momento nada de lo que tú piensas –concluyo seductor sobre la erizada nuca de la mujer –Iniciemos –comentó mientras introducía su endurecido miembro en la intimidad de Nabiki, la chica tomó las sabanas con fuerza arrugándola la tela con sus uñas, aunque estaba lubricada y preparada para recibirlo la intromisión al sur de su cuerpo era abrumadora. Podía percibir como este se abría camino entre sus pliegues, abriendo su interior casi de manera salvaje, jadeo despacio en su almohada acostumbrándose a la invasión, una vez Mousse estuvo dentro se movía de menos a más, con fuerza y precisión, haciendo que Nabiki se retorciera sobre sus sabanas.

Mousse besaba con pasión el cuello y hombros de la chica, provocando que pequeñas convulsiones de placer se desataran en ella, la respiración de Nabiki era audible, su mirada estaba pérdida entregada a las embestidas del chico.

El ojiesmeralda sintió como la intimidad de su amante le estrechaba con fuerza, las convulsiones fueron cada vez más fuertes, apretando con una deliciosa caricia su miembro, por momentos Mousse sintió que la culmine de su orgasmo también estaba cerca, incorporó un poco su cuerpo dándole acceso a ver el rostro de Nabiki, con una de sus manos tomó la femenina cabellera, halándola hacia un costado, elevando su rostro permitiendo que ella le observase, unió sus miradas por una última vez en el acto, su quijada estaba tensa, mientras que Nabiki estaba sin fuerzas producto del orgasmo, haló su cabello hacia él para unir sus rostros, mientras que la embestía con fuerza, golpeando con sus caderas el trasero de la chica, escuchando sus embestidas, y los sollozos de ambos, embistió con fuerza bruta cuatro veces más cuando sintió las sensaciones del orgasmo arremeter contra su cuerpo, perdió la fuerza en sus brazos y piernas, de su garganta salió algo parecido a un gruñido, sintió como su rostro se relajaba, dejó caer su pecho sobre ella, dio una embestida final, solo para besar el lóbulo de la femenina oreja, y tumbar su cuerpo al lado de la jadeante mujer.

Ambos desnudos sonreían de manera tonta hacia la nada, tratando de apaciguar sus respiraciones, controlando los latidos de su corazón.

La chica giró su cuerpo hacia el quedando de costado, sonriéndole –y entonces ¿qué dices? deberíamos de hacer esto más seguido –

-Por mí no hay problema, yo puedo hacer esto todos los días –habló mientras se acercaba a ella colocándose a pocos milímetros del rostro de la mujer, le gustaba su seguridad, y que no sintiera pena de su desnudez.

-El único problema es que no me gusta compartir lo que es mío –dijo segura mientras con su dedo delineaba el pecho del chico amazón.

-¿Y que hago? ¿Quieres que me mude aquí, y comparta habitación con Saotome?–las risas del varón resonaban en la habitación, mientras la chica se abalanzaba hacia él, abrazando al muchacho por el cuello.

-Tendríamos mucho tiempo para estar juntos ¿no crees? –aquella propuesta terminó con ambos chicos riendo a carcajadas mientras se fundían en besos apasionados y cómplices, aquella primera vez para ambos como pareja había sido explosiva y placentera, ahora tendrían placer, tal vez después podrían consolidarse como una pareja.

Eran conscientes que no habían sido nada recatados o silenciosos, pero después verían como pagar el silencio de los eternos prometidos.

Fin.

Si llegaron a hasta quiero agradecerles infinitamente su valentía.

Gracias a todos los que muy amablemente dejan reviews y comparten mis historias.

Gracias a las administradoras de la pagina Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma por el apoyo a estas locuras.

Gracias a mi hermosa beta Ziari 27 que siempre esta dispuesta a leerme y corregirme

Saludos especiales al TeamR por sus platicas y contenidos subiditos de tono.

Espero de verdad hayan disfrutado de este oneshot, tengo una fijación con Mousse y para mí es un super héroe, aparte que es muy guapo jejeje y creo que Nabiki lo haría limpiar el suelo por donde pasa con la lengua, pero me gusta este ship es algo extraño y enfermo lo se, pero la vida es para eso imaginar cosas locas y hacerlas realidad.

No les quito mas su tiempo, solo puedo decir

¡Gracias Totales¡¡