Desde que éramos niños, Steve fue una parte fundamental de mi vida, no podía pensar en un mundo en el que él y yo no estuviésemos juntos. Éramos un equipo, juntos contra el mundo, hasta el final.

A pesar de que la guerra nos separó por tantos años, y los acontecimientos nos llevaron por aceras separadas, el destino siempre tuvo en sus planes unir nuevamente nuestros caminos.

Al parecer los dos estábamos dispuestos a hacer lo que fuera por el otro, solo había que ver como Steve se hizo de enemigos a más de 100 naciones solo por salvarme, por protegerme. Se peleó con sus amigos, esos que había hecho durante el tiempo que me creyó muerto.

A pesar de todo el caos que era mi vida, el tener que pasar por todo el proceso para volver a ser yo, el tenerme que adaptar al nuevo mundo, el tener que pasar por todo ese caos apocalíptico por el que se sumió el universo, a pesar de todo eso, solo podía pensar en Steve, en su bienestar, porque al final de cuentas, él era lo único que tenía en la vida, y yo era lo único que le quedaba de su vida anterior.

Quizás estaba sumido en la admiración, cegado por ese cariño o quizás amor, que sentía por él, no lo sé, es un poco extraño sentarse y pensar en lo que realmente sentía, siento, porque sí, no hay que ser hipócritas, los sentimientos que tienes hacia una persona no desaparecen de un día para el otro, sin importar lo que haya hecho o no. La verdad era que estaba con una venda sobre mis ojos.

Durante nuestra vida en el pasado, siempre fui yo quien cuidaba de él, quien estaba la pendiente de protegerle, de hacerle sentir a salvo, seguro, pero luego, cuando se convirtió en este símbolo nacional, las cosas cambiaron, los papeles se invirtieron. Y aunque siempre me sentí orgulloso de él, no noté que en mi veía una puerta de escape, no a esa vida que tuvimos, no, una puerta de escape a sentirse necesario a sentirse la persona con el poder.

Está bien, muchos dirán: "Steve no es así, él era una buena persona, no era egoísta, ególatra o engreído", pues yo tengo una noticia, todos lo somos en mayor o menor nivel, solo tenemos que encontrar el punto, el momento, la situación o la persona para serlo. Y yo era ese eslabón que con el tiempo y las circunstancias se volvió débil, algo que Steve aprovechó para satisfacer su ego.

No hay que tomarlo a mal, esto no lo convierte en una mala persona, siempre será ese gran héroe que ayudó a salvar el mundo más de una vez, tampoco lo convierte en una horrible persona, solo lo hace humano. A pesar de haber roto esa promesa de siempre estar ahí, y haberme dado la espalda justo cuando más lo necesitaba, dejándome solo en un mundo que no conozco, no le guardo rencor. Sí, entiendo que todo esto puede hacerme sonar como una persona resentida, pero no es resentimiento, es quizás una liberación, es dejar salir todo eso que tengo adentro.

Porque, aunque parezca lo contrario, ahora estoy bien, muy bien. No podría decir que mejor que nunca, porque eso sería mentir. Han pasado demasiadas cosas como para venir con esa ahorita. Es solo que, agobia que toda mi vida esté ligada al recuerdo de Steve, a la imagen de él. Es como si el mundo solo me viera como un anexo a quien fue él. Y no lo soy, no ahora. Ya lo había dicho antes, quizás en el pasado, cegado por lo que sentía por él, iba siempre detrás de él, aunque se suponía que era a su lado. Siempre fue así, y lo peor es que realmente me hacía sentir que yo era el más importante en su vida, cuando en realidad solo era la segunda opción, el segundo plato.

Si tuviese la oportunidad, me gustaría que se pusiera en mi zapato, que viera lo que se siente, pero ¿Ya qué? El pasado, pasado. Los periódicos de ayer, solo quedan en la historia.

¿A pesar de todo puedo seguir mi vida en este mundo extraño? Pues sí, en realidad, ahora que lo pienso, me hizo un favor. Ahora tengo muchísimas posibilidades para hacer lo que quiera. Para por fin ser yo mismo, sin estar tras la sombra de quien fue él. De sentirme libre, y sin tener que estar preocupándome por lo que él podría creer de mí, porque al final de cuentas, ya lo sentía bastante lejos a pesar de tenerle al lado.

Si tuviese la oportunidad de tenerle al frente luego de todo ¿Le diría algo? Creo que sí: Le daría las gracias. Le diría que estoy feliz por él, que fue bueno que se haya ido porque ahora sí sería feliz sin "remordimientos", y… Aunque, pensándolo bien, le diría que lo quiero… Pero lejos, porque, ahora soy feliz estando solo, y prefiero eso, estar solo que estar triste a su lado.