mimi: *de itafushi week a eremika week a pikujean week*
mimi: pARKOUR
Esto es muy gracioso, porque creí que pikujean week era justo después de la eremika y estuve a punto de subir esto, PERO NO ERA, o sea, casi lo subo UN MES ANTES. alta estúpida ajajaja
Los personajes no son míos, si lo fueran, sería un todos con todos.
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DISFRUTEN,
Las luces están bajas. Todavía no comienza la cuenta regresiva, por lo que tiene un poco más de tiempo para relajarse. Escasos segundos, probablemente. Respira profundo, se pasa una mano por el cabello y vuelve a cambiar sus piernas de lugar.
—Relájate —sonríe Pieck. Él sonríe apenas y va a responder, pero ella se acerca y susurra— y no la cagues.
Eso no ayuda en lo más mínimo.
—¡Cuatro, tres, dos…!
Las luces se encienden y el presentador comienza a hablar, introduciendo su programa. No es la primera vez que está en una entrevista, no tiene razón de estar nervioso.
—… Y me acompañan Jean Kirschstein y Pieck Finger —dice el presentador.
La cámara gira a ellos y Jean pierde la voz. Ve a reojo a Pieck sonreír y saludar con la mano y él solo atina a mover la cabeza apenas antes de que la cámara vuelva al presentador.
—Primero que nada, felicidades por haberse encontrado.
—Muchas gracias —dice Pieck, sonriente.
—Y qué curioso, ¿no? Nunca me lo hubiera imaginado —el hombre ríe—, una peculiar historia para contarles a sus hijos, ¿verdad?
Jean suelta una risa, algo forzada. Pieck se gira a mirarlo y él se aclara la garganta.
—Lo siento, es la emoción.
Ella ríe y apoya su mano en su rodilla.
—Aw, son tan tiernos, como si fueran —el presentador hace una pausa, como si eso fuera a mejorar el remate de su chiste de mierda—, como si fueran almas gemelas.
Ambos ríen con él, aunque Jean no está tan seguro de si su risa es tan convincente como la de ella.
La entrevista termina media hora después. El programa sigue, pero ellos ya son libres. Está en un pasillo de estudio, sentado. Tiene que esperar a Pieck, que fue a cambiarse.
Su celular no deja de vibrar y aunque trata de ignorarlo, la curiosidad es más fuerte que él. Son notificaciones de la última foto que subió, hace alrededor de una hora, con Pieck, antes de entrar a la entrevista.
¡Se ven tan tiernos!
No importa lo que digan, Jean debería volver con su pareja anterior.
¡Team Armin!
¿Cuándo vas a subir otro video?
Lo usual. Le molesta un poco que sigan hablando de Armin, porque hace casi un año que dejaron de salir, pero bueno.
—Vámonos —dice Pieck, cambiada y parada a su lado. Tiene zapatillas y un pantalón que parece de pijama, todo lo contrario a lo que usaba en la entrevista: zapatos altos y un vestido de verano, a pesar de que estaban bastante cerca del invierno.
Comienzan a caminar y cuando quiere darse cuenta, ya está unos pasos delante de ella.
—Lo siento —murmura él, incómodo. Ella no responde y solo toma su mano.
Lo bueno de ese estudio es que tiene cochera interior, por lo que no se cruzan con nadie indeseado en el camino al auto. Suben y él arranca de inmediato.
—Estuvo bastante bien la entrevista, ¿no crees? —comenta Jean, doblando en una calle.
Pieck enciende la radio y sube el volumen.
—Entonces, anunciaron la otra semana que se mudaron juntos —ambos asienten—, ¿cómo decidieron a dónde ir? Tengo entendido que ambos tienen apartamentos muy lindos. Bueno, tenían.
—Oh, bueno, fue idea mía —dice Pieck—, paso la mayor parte del tiempo fuera de casa, así que creo que será agradable llegar a un lugar cálido al final del día.
—Me imagino que Jean siempre te espera con la comida lista —comenta el presentador.
—Como todo buen novio debería —responde Jean y el público aplaude.
Qué bueno que no se le escapó que lo decidieron con piedra, papel o tijera.
—Tengo hambre.
Pieck lo mira haciendo una mueca desde el sofá.
—Te felicito —responde, regresando su mirada a la laptop sobre su estómago.
Jean suspira.
—¿Y cuáles son sus planes a futuro?
—Pues, la temporada comienza en cuatro meses, así que, ya estoy planeando los entrenamientos–
La risa del presentador la interrumpe. Pieck sonríe y Jean está casi seguro de que puede ver una vena en su frente salir.
—No, no, me refiero a sus planes —explica—, de pareja.
—Estamos tomando las cosas con calma —responde Jean—, total, ¿qué apuro hay?
Hacen un corte comercial y ambos se levantan del sofá de invitados. Pieck se acerca a la mesa de catering y se prepara un café. Jean está en la otra punta de la misma, charlando con una empleada, cosa que no podría importarle menos, si no fuera porque él está coqueteando con ella.
—Esto no es para nada profesional, pero tengo que decirte que amo tus videos —dice la chica—, y eres mucho más alto de lo que creí.
—Usualmente estoy sentado —responde él, sonriente—, ¿me repites tu nombre?
—Es–
—Jean, cariño, ¿probaste esto? —le mete un pedazo de naranja que había en la mesa en la boca—, ¿está dulce?
Jean hace una mueca y se inclina hacia adelante, evitando que el jugo le salpique la ropa. Sus ojos lagrimean y traga con fuerza.
—N-no.
—Qué raro.
—Debe ser porque era limón.
—Ah, mala mía —ella ríe apenas—, ven, te acompañaré a limpiarte.
Lo arrastra hasta el baño, tomando su muñeca y clavando sus uñas ahí sin querer.
—¿Qué mierda te pasa? —masculla él, lavándose la cara.
—Qué mierda te pasa a ti —devuelve ella en el mismo tono. Está cruzada de brazos a su lado—, ¿cómo vas a coquetear tan así con alguien mientras estamos en una entrevista?
—No estaba coqueteando —él frunce el ceño, porque sí lo estaba.
—No soy estúpida, nadie lo es aquí —sigue regañando—, así que–
—Ah, no me jodas, Pieck —se seca la cara y voltea a ella, todavía frunciendo el ceño.
Pieck da un paso hacia él.
—Más te vale que te fijes en lo que haces —pica su pecho con un dedo—, ya la cagaste metiéndonos en esto, no dejaré que lo arruines más.
—No lo arruinaré —refunfuña.
—Más te vale —repite y sale del baño.
Jean se mira al espejo, se pasa una mano por el cabello y respira profundo. Después pone una sonrisa y sale del baño.
De vuelta en casa, ya terminó de prepararse la cena. Está sentado en la cocina, mirando su celular, cuando Pieck se asoma.
—Dejé un poco por ahí —dice él vagamente, señalando con el tenedor hacia la mesada.
Pieck se fija y frunce el ceño. Se vuelve hacia la heladera.
—Oye, no seas ruda, preparé para ti también.
—Hiciste salchichas.
—¿Sí?
—Ayer comimos salchichas —responde ella—, y el día anterior, y probablemente el anterior también.
Él suspira.
—Bueno, haz lo que quieras.
Ella bufa—, lo estoy haciendo, gracias por tu innecesario permiso.
—¡Yo solo–! ¡Argh! —toma su plato y lo va a meter al refrigerador, pero ella se interpone—. ¿¡Y ahora qué!?
—¡Ponle un envoltorio!
—¡No me jodas!
—¡Llenas todo lo demás con olor a salchicha! ¡Es un asco!
Jean respira profundo y toma un repasador de la mesada. Después, le da un empujón a Pieck con la cadera.
—¡Oye! —se queja. Jean pone la tela sobre el plato y lo mete en la heladera antes de cerrarla con fuerza—, eso es prácticamente lo mismo.
—¡Dios! ¡Eres insoportable!
—¿Ah, sí? Qué original.
—Vete a la mierda —masculla y se va de la habitación.
Pieck lo observa irse con el ceño fruncido. En cuanto lo pierde de vista, saca el plato de la heladera y lo deja, todavía tapado, sobre la mesada.
gracias por leer!
uhhh no me acuerdo si tenía algo más qué decir. vayan a ver mis otras historias y síganme en twitter(? arroba 1000i_g. justo estoy subiendo un eremika por partes que no subí acá pues paja
hasta mañana(?
