Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
The Time Warp
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Empezó como pequeños sueños, para Harry. Él veía comúnmente a Malfoy en ellos. Maĺfoy, de la misma manera que se veía cuando terminó la guerra; solo que no era la forma en la que lo llamaba. Para él, en sueños era...
-Salazar-gritaría una voz que reconocía como propia y Malfoy voltearía y le sonreiría a Harry. Al principio era un poco impactante, pero luego Harry empezó a acostumbrarse.
-Godric, llegaste-saludó alegremente el otro también y Harry sonreiría desde el fondo de su alma y tomaría la mano de Malfoy, caminando por las calles.
Porque este era su amigo, un simple mago que Godric conoció en Hogsmeade.
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Los sueños dejarían de ser amistosos y se volverían románticos.
De pronto, estaría besando a Malfoy en un rincón, o lo abrazaría, o jugaría con su cabello.
Y Salazar, Malfoy, enrojecería y miraría a otro lado. Mostraría una timidez que Harry se pregunt si Malfoy podría tener.
-Rowena ha dicho que nos ayudaría a hacer la escuela de magia-gritaría un día entusiasmado Godric, -vamos Salazar, di que te unirás. Le he dicho que lo harás. Que ambos participaremos.
-No tengo intención de educar niños y adolescentes, Godric, lo sabes. No tengo paciencia.
-Creo que sería genial, podemos lograr tanto. Vamos, di que sí.-Insistió Gryffindor, y Harry, su consciencia, sintió lástima por Godric, por el amor que él y Salazar tenían y que no resistiría a la fundación de Hogwarts.
-Vamos, vamos, por favor...
Salazar suspiró.
-No.
Pero los sueños demostrarían que si. Si, y llamaría a Helga, una amiga, para ayudarlos en el proyecto.
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Los sueños se volvieron traicioneros, desconfiados, amargos.
-Si no valoran mi opinión, entonces para qué la doy-exclamó Salazar, quitando su túnica exterior.- La pureza de la sangre no es solo para...
-Tal vez si no fueras tan odioso respecto a ese tema, podríamos prestar atención a lo que dices-respondería Godric, cortando todo argumento del otro. Haría eso muy seguido, interrumpiendo al otro siempre, incluso sin notarlo. Desvalorando cada idea, porque no era compatible con la de los otros tres.
Poco a poco se involucró más en la escuela.
Se separó de Salazar despacio, tan lento que casi no lo notó. Rodeado de profesores, de gente nueva, de cosas qué hacer, la alegría de Godric, su motivación, sus metas, lo mantendrían ocupado y Salazar empezaría a retraerse, a alejarse.
A amargarse.
Hasta que fuera tan visible que incluso Godric lo notaría. E intentaría en vano acercarse de nuevo.
Porque era tarde.
Salazar ya no quería que se acercara.
-Estoy tan malditamente arrepentido de haber venido-expresaría un día de la nada, dejando el lugar y a Godric parado en medio de la nada.
Los besos se extinguieron.
Las manos dejaron de tocarse.
Las miradas se volvieron inexpresivas.
Las palabras se volvieron hirientes.
Los puños se hicieron presentes.
Salazar empezó a enfocarse en sus propias cosas. Qué eran, Godric no lo sabía, pero sabía que no sería bueno. Salazar no se veía como si estuviera haciendo algo beneficioso. Harry sabía que era la cámara y su basilisco.
Godric insistió al principio en reparar los lazos, pero Salazar solo pasaba de él, hiriéndolo. Y en medio de su enojo, se acostó con una bruja y fue obligado a comprometerse, porque ella estaba embarazada. Cuando la noticia se extendió Rowena le sonrió levemente y lo felicitó, pero Helga miró preocupada a Salazar quien se puso de pie y se marchó a sus habitaciones.
-No quise hacerlo, lo juro, yo te amo-suplicó a la mirada fría y cansada del otro más tarde. Tocó su hombro en un intento desesperado de que el otro reaccionara, que le dijera que todo estaría bien, pero el hombre que tocaba solo lo miró como si fuera algo indeseable.
Harry se preguntó como se verían los ojos originales. Era obvio para él, a estas alturas, que se veía a él mismo como Godric y a Malfoy como Salazar, aunque no sabía por qué. Hermione parecía pensar que alguien lo había hechizado. Luna que veía una vida pasada.
Como fuera, los ojos de Malfoy parecían una muralla de decepción. Harry los conocía demasiado bien para saber que estaba herido.
-Está bien, me alegro por ti. Después de todo, no somos nada. Ve y ten una bonita descendencia, llena de traidores a la sangre, de alguien que esté de acuerdo contigo en todo, y alabe lo heroico y noble que eres. El perfecto Godric Gryffindor, epitome del valor y la caballerosidad-se burló.-Me pregunto lo que dirían si supieran lo nuestro. Aunque por supuesto, yo no era nada, solo un secreto.
El corazón de Harry latió adolorido. Supuso que había sido el dolor de Godric. Su culpa comiéndolo.
Y entonces, una noche, despertaría sobresaltado y vería a Helga mirarlo al lado de su cama. Despertándolo.
-Se ha ido, Godric-lloró- se ha ido. Salazar no está, me ha dejado una carta diciendo que no volverá. Que no lo busque.
Godric, con tristeza, descubriría que no tendría una.
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Godric se casó. Lamentablemente su hijo no sobrevivió al parto. Siendo una relación forzada desde el principio, su matrimonio fue un fracaso escondido a la sociedad.
-Pareces infeliz, y cansado-le diría Ravenclaw en una de sus reuniones, años después, y Godric no lo negaría. Hogwarts era lo que él creó, lo que soñaba, y lo tenía, y era todo lo que quiso; pero Salazar, con quien quiso hacerlo no estaba ahí, así que, en realidad, Godric no era feliz. Suspiró, y Rowena pareció no verlo, o lo ignoró deliberadamente.-Escuché que Helga recibió una carta. Ella dice que no, pero lo hizo. Es de Salazar.
El nombre haría a Godric mirarla. No preguntó como lo sabía. No importaba, solo quería saber...
-¿Sabe donde está?
-No, pero dice que le quedan pocos días de vida. Parece que realizó un hechizo oscuro que salió mal. Él se despidió de ella. Le agradeció por ayudarlo con Hogwarts, y le dijo que la apreciaba.
Los ojos de Godric se abrieron enormemente.
-Está... ¿muriendo?
-Eso parece.
-Y él no se despidió de mí-susurró.
El mundo se derrumbó para él.
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No supo cuando murió o si ya lo había hecho, pero Godric estaba desesperado por encontrarlo. Lo buscó en todos lados, le pidió a Helga información, pero ella dijo no saber nada. Hasta que la vio apagada, triste y distante, supo que lo había perdido.
Desanimado entró en lo que un día fue el despacho de Salazar, libros por todos lados, de forma similar a Rowena. Paisajes suaves como los de Helga, algunos objetos curiosos que Godric le había dado y Salazar había dicho amar...
¿Por qué no lo escuchó?
¿Cómo permitió que se alejara?
Tenía que recuperarlo.
Buscó por todos los libros que pudo como hacerlo, pero al final solo pudo encontrar un desesperado hechizo prohibido.
Era ilegal. Era oscuro.
No lo reviviría, pero llamaría de vuelta a su alma.
Una vez más.
Godric solo quería una oportunidad.
Y se aferró a ella.
-Ahora, tu y yo nos encontraremos de nuevo. Tendremos una oportunidad más. Algún día.
Sea lo que sea que estuviera haciendo entre algunas runas, terminó con él tirando parte de su sangre entre ellas y unos cabellos de Salazar que pudo recuperar de un viejo cepillo que conservó.
Y entonces, cuando Harry supo, tenía once años y miraba de frente a Draco Malfoy, quien le hablaba con una sonrisa de superioridad.
Y su alma celebró, de alguna forma, encontrarse con un viejo amigo.
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Jadeó.
Sea lo que sea que fueran esos sueños no eran buenos.
Se preguntó si Malfoy también lo soñaría.
Así que fue a Malfoy Manor.
-Salazar-dijo al verlo, sin querer.-Malfoy-se corrigió; y Malfoy sonrió amargamente mirándolo, de pie.
-Veo que al fin ha despertado tu propia alma, ya era hora-respondió y cuando Harry quiso abrazarlo, alzó su varita y lo amenazó.
Harry se mantuvo quieto.
-¿Cuando?
-¿Cuando me di cuenta que ataste mi alma a la tuya? No lo sé, tal vez después de la guerra, tal vez cuando tu recipiente intentó matar al mío.
-Yo...
El rubio lo miró fijamente.
-Ya veo. Un hechizo para atar nuestras almas y encontrarse nuevamente. Y cuando se encontraran debía detonarse los recuerdos. -Se rió amargamente.-Tus recuerdos, porque a mí pretendías mantenerme en la oscuridad. Tienes una obsesión con ignorar mi opinión siempre. ¿Creías que sería feliz de verte de nuevo?
-Te amo. Te extrañé tanto-sollozó, sin importarle si el otro lo había descubierto al leer su mente.-Solo quería que volviéramos a encontrarnos.
-Bueno, no funcionó como querías. Despertamos tarde, tan tarde que hemos vivido una vida entera odiándonos, por las mismas razones que una vez pelemos. ¿Entonces, cual es el siguiente paso en tu gran plan? Oh,- se burló el otro cuando su compañero no respondió- no lo tienes. Creíste como siempre que te adaptarías en el camino.
Godric/Harry apretó los puños.
-¿Ya no me amas? Esta es una nueva oportunidad para ambos, si tan solo pudieras perdonarme y comenzar de nuevo...
-El tiempo distorsiona todo, Godric. Incluso los recuerdos. En especial los tuyos. Eso, o te mientes a ti mismo. Nuestro amor se acabó el día que tontamente empezamos a fundar esa escuela, el día en que embarazaste a esa mujer. Escuché lo de tu hijo. Creo que te aferraste a mí porque al final no fuiste feliz con tu escuela, ni con la mujer que escogiste, pero ese no es mi problema.
-No fue eso. No podía vivir sin ti.
-¿De verdad? Porque a mi no me pareció que me amaras tanto como predicas. Si me amabas hubieras escuchado, hubieras hecho tu tonta escuela solo y nosotros seguiríamos bien. Pero pediste que me uniera, y luego me hiciste a un lado, como una persona más cuando no hice lo que querías. Me volviste tu enemigo. No comprendo como puedes decir que me amabas si ya no podíamos ni mirarnos, ni hablar sin gritarnos el uno al otro. ¿Alguna vez consideraste que no quería verte nunca más? ¿Que mientras más pasaba el tiempo, más te odiaba? Ahora tendremos que vivir de nuevo, gracias a lo que hiciste, pero no tiene que ser juntos. Me niego a verte cada día. A ser tu títere.
Alzó la varita y la movió rápidamente, Godric quiso alzar la de Harry y defenderse, pero todo se oscureció.
-No debiste traerme de regreso, Godric-escuchó que dijo el otro.-No debiste hacerlo porque solo trajiste de vuelta a ti a un viejo enemigo. Y esta vez no estarás ahí para controlarlo.
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Cuando Harry despertó al día siguiente, en San Mungo, no recordaba esos sueños que Luna le dijo que parecía tener.
Sin embargo, algo curioso pasó.
Malfoy estaba sentado a su lado, mirándolo.
-Despertaste.
-¿Quién eres tu?
-Si, esa es la reacción que quería. Parece que se ha ido-dijo y luego lo miró por minutos. Se puso de pie.
-¿Por qué estoy aquí?-preguntó confuso al hombre que apenas y conocía.
Malfoy negó.
-Nada en especial, fuiste a la Mansión, te desmayaste, te traje, Potter. De nada-respondió y salió.
Potter no lo detuvo, así que el slytherin caminó lentamente admirando el lugar. Luego sonrió.
Si, el tiempo distorsionaba todo.
El amor, el odio, el miedo, el anhelo. Los recuerdos.
Excepto el alma de Slytherin.
Y cuando ese día, después de que despertara se encontrara cubierto de cicatrices en un cuerpo diferente, no dudó en apoderarse del cuerpo en donde estaba, desapareciendo por completo la voluntad de su contraparte. Tonto Godric, tratando que el alma que invadió también se enamore del alma que compartía Slytherin. Debió aplastarla, apoderarse de ella para que hiciera su voluntad.
Pero nuevamente demostraba que jamás haría lo suficiente para estar con él.
No importaba.
Salazar tenía una nueva vida.
Y podía aprovecharla.
Se había desecho de Godric. Había borrado la conexión de este cuerpo con Harry Potter.
-Veamos qué puedo hacer con este cuerpo-sonrió satisfecho y comenzó a alejarse por las calles.-Tal vez podría visitar mi vieja cámara. Me pregunto si mi vieja amiga seguirá por ahí.
