Astrid desde que tenía memoria su vida nunca fue fácil. A la edad de 2 años su madre fue asesinada por unos bandidos, luego de aquella tragedia fue llevada a vivir con la verdadera familia de su padre, ahí conoció a su ahora 'madre' a su padre que apenas veía y a su medio hermano mayor, Roger.

Roger era 18 años que ella, tenía muchos problemas con sus padres, eran como una familia algo importante aunque sólo fingían. Roger siempre soñaba con irse de casa y ser libre, le contaba historias de piratas, que se escuchaban en el mercado. Le enseñó a engañar a las personas, a robar carteras, a defenderse, a soñar con ser libre y viajar por el mar.

Un día cuando tenía 4 años, Roger llegó con un bonito sombrero de paja, estaba bastante gastado por lo que decidió arreglarlo durante la noche mientras el mayor dormía.

Algunos días después volvió a ocurrir otro evento que le marcaría, su nueva madre nunca le trató bien, a pesar de que era muy pequeña la trataba como una sirvienta, su padre de vez en cuando le solía golpear, nunca pensó que ambos plantearan venderla. Lo último que vio de ellos fue sus cuerpos caer muertos con un disparo en la frente.

Paso varios días en un barco, con esposas en los pies, no tenía privacidad ya que la celda era compartida con otros niños mayores que ella, no importo todos los gritos y llantos que habían, siempre terminaban con el mismo resultado.

Desde siempre tuvo mucho apetito, y ahora epenas comía, con cada día que pasaba más delgada se volvía. Extrañaba demasiado a su hermano, necesitaba escuchar su voz totalmente despreocupada, su risa cuando hacía una estupidez, la calidez que transmitía.

No sabía si pasaron días, semanas o algunos meses, ya no tenía noción del tiempo. Le esposaron las manos y le ataron una cuerda en la cintura, apenas podía caminar, le dolían las piernas, el sol era muy brillante por lo que le molestaban los ojos, apenas escucho lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Volvió a cambiar de barco, lo que le llamó la atención fue que la gran mayoría de las personas ahí vestían uniformes blancos con azul, sino mal recordaba se llamaban marines. Según Roger eran 'buenos', que protegían a las personas de los piratas y de otras personas malvadas. Había momentos en los que sacaban a mujeres que eran mayores que ella y se escuchan algunos gritos, no sabía que sucedía pero le daba miedo.

Paso nuevamente el tiempo, apenas les daban de comer, los marines solían golpear a cada persona que hablaba mal de ellos, las mujeres les tenían miedo, algunas les miraban con odio mientras protegían a las niñas como ella.

Unos días después volvieron hacer el mismo procedimiento que cuando le cambiaron de barco, solo que esta vez les llevaron a un edificio. Trato de escuchar a escondidas, descubriendo que se encontraban en la segunda parte del Grand Line, ante aquello se sorprendió. Roger siempre dijo que era muy difícil hacer aquellos viajes porque era muy peligroso sino eras fuerte.

El nuevo lugar era como una prisión, estaban en celdas más grandes y los separaron por orden de edad. Gracias a aquello descubrió que ya había cumplido 5 años y que era la única de su edad en aquel lugar, las otras personas eran mayores de 7 años. Por lo que se encontraba sola en su celda lo cual le aburría bastante.

La llevaron a una nueva habitación, habían calderas por lo que hacía calor. Astrid empezó a sentir miedo bajo las miradas que le daban, los susurros que llenaban la habitación no eran muy amables. Sintió que le acostaban en una mesa y le sujetaba sus extremidades con fuerza, su miedo se disparo aún más cuando vio que un hombre se acercaba con algo de metal y le daba una sonrisa que daba miedo. Cerró sus ojos que se estaban llenando con lágrimas, sintió que algo le quemaba la piel horriblemente, salió un olor a carne quemada, soltó un grito desgarrador, su antebrazo le dolía. Grito, lloro, pataleo desesperada, dolía demasiado.

No supo lo que sucedió después porque posiblemente le dejaron inconsciente, al despertar lo primero que se fijo fue en su nueva marca de color negro, eran números. 1.5.700.

Ahí empezó el verdadero infierno. El lugar era de experimentos humanos, no sabía lo que estaban buscando con estos experimentos pero ella no se iba a rendir aquí, no podía morir sin haber luchado.

Los primeros meses se centraron en experimentos sencillos, o por lo menos con ella eran más flexibles. Le daban algunas inyecciones con dosis pequeñas y le hacían hacer ejercicio.

Por lo que escuchaba de algunos doctores y de los demás prisioneros (no encontraba una mejor forma de llamarlos, con su escaso vocabulario), varias personas estaban muriendo por lo que había rumores de que llegarían más de ellos.

Debió de haber pasado alrededor de un año cuando ya no quedaban más de 30 personas, muchos niños se habían ido y sólo quedaban adultos. Llegaron más, pero ninguno de su edad por lo que seguía sola, eso le estaba empezando a desesperar, necesitaba hablar con alguien, ya que cada vez que lo intentaba le golpeaban y le decían que solo podía hablar cuando ellos le pidieran que lo hiciera.

Está vez los experimentos fueron aumentando, las dosis se duplicaron, y ahora le daban de comer algunos dulces que sabían muy mal.

Cuándo cumplió 9 años ya era condiderada una adulta por los doctores, hasta el momento también era la única que soportaba todos sus experimentos, todas las personas que llegaron con ella habían fallecido hace mucho tiempo, al igual que los otros lotes de personas. Había tenido muchos compañeros de celda, tantos que perdió la cuenta, ahora hablaba con fluides y tenía más conocimientos de las palabras, conoció a niños que no sabían nada y niños que eran muy inteligentes.

Un día, Crowe, el doctor en jefe la llevó a su oficina siendo escoltada por algunas enfermeras. Resulta que en el mundo existían unas frutas llamadas Akuma No Mi, eran especiales ya que solían dar poderes a los que las consumían. Le dieron una por ser una 'niña buena' y haber soportado muchos experimentos.

Así que hizo lo que le pidieron, no quería que le lastimaran por negarlo, la última vez que hizo aquello le torturaron por horas.

El nombre era Mizu Mizu No Mi, iba a obtener poderes poderes relacionados con el agua según el doctor, y ahora habrían nuevos experimentos.

No debió de haber comido la fruta, los nuevos experimentos le horrorizaban, ahora siempre estaba con cadenas que le hacían estar cansada y sin energía, era sensible al agua, por lo que querían experimentar cuanto podía resistir antes de hundirse o si podía usar sus poderes con las cadenas de Kairoseki u otros objetos que la tuvieran.

Pasaron unos meses con esos experimentos cuando decidieron que era momento en usar sus poderes con personas. Ahí cometió su primer asesinato por primera vez, sin querer con sus poderes se descontrolaron y terminó encerrando a una persona en su Keimusho donde lo dejó por muchos más segundos de los necesarios.

Esa noche no durmió, no es que tuviera un gran horario de sueño, lo máximo que solía dormir eran 2 horas diarias. Ya estaba pensando que su sueño de ser libre y cambiar el mundo, nunca lo podría lograr.

Las cosas se calmaron por un mes, cuando faltaban algunos días para su cumpleaños número 10, sintió que le quitaban lo último que le quedaba. Ocurrió un problema con algunos marines por lo que varios doctores se encontraban frustrados, y gracias a eso entendió los gritos junto a las suplicas de las chicas mayores. Lo último que le quedaba de su inocencia y dignidad fue robada por Cole, uno de los doctores novatos.

Quería escapar de este lugar, lo necesitaba, su libertad no la podía perder en este lugar, no les daría el placer de hacer lo que quisieran con ella. Lo soporto por mucho tiempo, aquí le estaban robando su vida, su promesa con Roger. Ambos querían ser libres y causar problemas en el mundo, y de seguro su hermano mayor lo estaba haciendo por ambos, estaba segura de que le daba por muerta, no le culpaba por aquello.

Lentamente empezó a idear un plan para escapar de este lugar, les daría el placer de obedecer en todo, cuando lo hacía le daban más de comer solo por tener poderes. Lo malo es que empezaron a darle dosis más fuertes y que supuestamente le ayudarían con sus poderes.

Ya tenía 11 años, lamentablemente las cosas no mejoraron y ahora no solo era Cole el único que le tocaba, algunos doctores también lo hacían, e incluso algunas enfermeras. Le daba asco que se le acercaran y le tocaran, estaba segura de que posiblemente le hacían cualquier cosa cuando estaba inconsciente por los experimentos, ahora que estaba sola en la celda.

Un día estuvo por morir, un doctor ingenuamente decidió inyectarle Kairoseki liquido por castigo, ya que se estaba negando a que le tocaran. Estuvo varias semanas bajo estricto cuidado, nadie le toco con otras intenciones que no fueran para salvar su vida.

Cuando ya estaba sana le dejaron descansar algunos días, también logro escuchar lo que gritaban, gracias a sus sentidos mejorados provocados por los experimentos. Se entero que si seguía manteniéndose con vida los doctores la venderían al gobierno como una futura guerrera y que en unos años le entrenarían para trabajar el el Cipher Pol y que tenían que tratarla con cuidado si querían tener más ingresos.

Cole no hizo caso y un día o mejor dicho una noche se acerco a su celda, que ahora estaba compartiendo con unos 15 chicos y chicas también de 11 años. Se negaba a dejar que le hiciera algo frente a otros chicos y chicas de su edad, estuvieron peleando por unos segundos cuando unos 3 chicos intentaron defenderle, Cole les iba a golpear cuando grito para que no les hiciera nada y de la nada el hombre mayor se desmayo dejando escapar espuma por la boca, no solo él sino que también los guardias que estaban en el pasillo e incluso a todos las personas que estaban en las celdas.

Al día siguiente, llamaron a una marine para que le observara, no sabía lo que sucedió pero ahora la mujer le estaba entrenando con unas extrañas habilidades llamadas Haki, y que solo le entrenaría con lo básico de 2 de los 3 tipos de Haki.

Tal como lo prometió,Chenoa, solo le enseño el concepto de Haki y le entreno por unos cortos meses donde apenas experimentaban con ella, e incluso los doctores y enfermeras ya le tenían miedo, le daban más comida lo que le permitía ganar más energía, aunque los primeros días fue difícil ya que estaba acostumbrada a penas probar bocado.

Para su cumpleaños número 12 despertó en un barco, Chenoa estaba a su lado y le informo que estaba siendo llevada para crear entretenimiento a los nobles, e incluso para los Tenryubito, y que si alguno trataba de comprarla que no se preocupara que el Gorosei le protegía de cierta manera. Como si le interesara lo que hiciera el gobierno con ella.

Su primer día trato de ver que nivel de fuerza poseía, en su gran mayoría podían pelear con armas, al igual que en la base de experimentos, los separaban por rangos de edad, lo que significaba que pelearía con chicos y chicas de su edad. Y que dependía de su fuerza si era necesario que llegara a pelear con chicos mayores que ella. Logro pedir una mascara para usar, lo cual se le permitió, era de color blanco, por la zona de los ojos era de color azul y estaba rodeadas de diseños de flores sencillas, alguna que otra escondida y algunas líneas, cada diseño poseía distintos tonos de azules.

Astrid lento pero seguro empezó a hacer uso de Haki, aunque prefería no hacerlo contra personas que no sabían usarlo. Para torturarla por no usar toda su fuerza e incluso su Akuma No Mi le colocaban esposas de Kairoseki en los pies, brazos y estaba segura que la cuerda que tenía en la cintura para contener sus poderes también ayudaba a que estuviera débil para apenas tener fuerza para defenderse.

Tuvo que usar sus poderes en contra de su voluntad, logro evitar matar a muchos pero logro llamar la atención del jefe del lugar, Borya.

Cada vez dormía menos, ya no se sentía segura en el lugar, por lo que en esos momentos entrenaba su Kenbushoku Haki, e incluso muy pocas veces lo hacía mientras dormitaba.

Poco después de cumplir 13 años la cambiaron de sección, ahora pelearía hasta la muerte, mataba o moría. Y Astrid no moriría en un lugar así.

En su quinta victoria se ganó un apodo y una nueva marca, le gustaba como sonaba, aunque hubiera preferido ganarlo de otra manera y no por cometer homicidio. Recuerda haber tenido la misma reacción que hace años, solo que ahora la marca se encontraba en la parte baja de la espalda 'Regina dell'acqua' y arriba del texto había una corona con diseños de olas a los lados.

Al cambiar también de sección le empezaron a enseñar como usar todo tipo de armas, desde blancas hasta de fuego, aunque éstas últimas se usaban muy raramente, generalmente era si un Tenryubito lo pedía.

Ya con 14 años contaba con un cuerpo desarrollado, el único problema era que se le notaban mucho los huesos, era lo que más odiaba de su cuerpo. Y estaba muy segura de que estaría incluso un poco más desarrollada si le dieran de comer correctamente, era bastante baja para su edad. Y con sus cambios físicos también vinieron los cambios de ropa para atraer aún más público masculino, otra cosa que odiaba. Ahora vestía un crop top negro sin mangas y un pequeño short del mismo color.

El acoso sexual ahora era habitual, le costó pero se acostumbro a las constantes miradas hacia su cuerpo y más de alguno de sus compañeros de celda trataba de tocarla mientras dormía lamentablemente aprendió a tener reflejos rápidos y un poco de Haji ayudaban a estar atenta.

Poco después los cambiaron de edificio y ahora estaban en un barco, a su opinión era lo más cercano a la libertad que había estado en mucho tiempo.

Lo malo, es que los ataques de ansiedad que ganó con los año extrañamente empezaron a ser más constantes desde su llegada al barco, lo poco que recordaba de Roger, quería mirar al mar por horas, es como si le llamara, necesitaba escapar lo antes posible.

Hablando de Roger, habían rumores de un gran pirata con ese nombre, algo le decía que era su hermano mayor y esperaba que fuera él.

Como si el mar hubiera atraído a cierta tripulación pirata, un barco durante la mañana de su cumpleaños número 15 a lo lejos se podía observar. Podía escuchar los gritos de todos en la cubierta, agradecía el que no hubieran nobles en la mañana.

Pará sorpresa de Borya los piratas les alcanzaron, por lo que no tuvo más remedio que dejarlos libres para que ellos pelearan, lo cual ninguno hizo o tal vez si, a Astrid no podía importarle menos.

Corrió lo más rápido que podía, siendo algo difícil por su condición, quería quitarse esa maldita cadena que tenía en la cintura, la cual estaba hecha de Kairoseki, y era una de las razones de su condición, la otra era que tuvo una muy mala noche.

Necesitaba encontrar a Roger, y esperaba que fuera su Roger porque o sino no sabría que hacer. Agudizó sus sentidos mejorados tratando de buscar al capitán de la tripulación pirata.

Lo encontró, se encontraba en su barco gritando órdenes. Quería llorar, era su hermano mayor, Roger estaba a metros de distancia, solo tenía que ir a su barco.

No todo pudo haber sido tan bonito, Borya le detuvo con un arma hecha de Kairoseki, otra cosa que odiaba con todo su ser, maldita piedra marina. Pero no se iba a detener aquí, ella iba ser libre.

Golpeó lo más fuerte que pudo a Borya, y cuando estaba en el suelo lo siguió golpeando, uso el poco acceso que tenía a su fruta y lo ahogó. Se lo merecía, era una de las pocas muertes que causaba y no se arrepentía de nada.

Estaba por levantarse del cuerpo del desgraciado cuando sintió una presencia detrás suyo.

Se giro lo más rápido que pudo, y estaba segura de que sonaron algunos huesos en el proceso. Frente a ella, se encontraba Roger, bastante alto e imponente.

Iba a hablar cuando sintió que la adrenalina dejaba su cuerpo y caía inconsciente. Era como si su mente y cuerpo supieran que ahora iba a estar a salvo al lado de su hermano mayor.