Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la Tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Amor eterno, Gustavo Adolfo Bécquer.
POV de Kanon
La mañana transcurre como de costumbre, lo escucho dejar la cama, tomar un baño, salir a la cocina y regresar a la computadora. Cuando abro los ojos sé que está a la mitad de su primera taza. Saco una pierna de entre las cobijas y las abrazo con todo mi cuerpo, dejando al descubierto fragmentos de mi cintura y cadera.
Él ni se inmuta.
Lejos quedó la culpa y el pudor de nuestros primeros encuentros. Las prisas y los rincones discretos. Aún si estuviera completamente desnudo ya no estaría el factor sorpresa; pero sobre todo, ya no estaría la pena ni el miedo de descubrir una nueva herida sobre la bronceada armadura que dibuja su silueta.
Con un poco de imaginación, veo por debajo de la tela las imperceptibles marcas ocultas por tatuajes y sanadas por mis besos; aún palpitan. Para él son medallas de guerra, trofeos de cacería. Jaulas de un pasado que transformó en historias de algunos de sus protagonistas. Sé que en otra vida hubiera sido un pirata, un matón de poca monta, un caballero templario hambriento por la siguiente Guerra Santa. Hoy lo sería. Por eso escribe como si no hubiera un mañana.
Termina su taza y va por otra. Aprovecho para revisar mi teléfono y comprobar que el mundo aún puede girar sin mi presencia. "Qué desfachatez", me indigno mientras envío algunos mensajes privados que le recuerden al mundo —mi hermano— que más le vale no haberse olvidado de que todavía respiro. Tomo un poco de agua de una botella y repaso mis pendientes de la semana.
Al bajar las escaleras lo encuentro entretenido con su segunda ronda de ponche de manzana. Pongo la cafetera sobre la estufa y me hago consciente de mi respiración. No se me antoja nada aparte de mi dosis diaria de cafeína.
—Voy a cambiar de corrector de estilo —me informa buscando un nuevo pedazo de manzana hervida.
—¿Ya cuánto te falta para terminar?
Me ve con calma y deja la taza sobre la mesa mientras hace sus cuentas. Sonríe y vuelve a su bebida.
—Al chile, no sé. Pero quiero matar unos cuantos más antes de terminarla.
Alzo una ceja intentando adivinar qué era lo que estaba tratando de decirme.
—Se le hizo muy sangrienta.
—Muy larga. Complaciente. Poco comercial. Esas mamadas.
Sé que no es la primera vez que se pelea con su corrector de estilo, pero es al único que no ha cambiado. Me incomoda saber que aún tiene contacto con su exmarido, pero antes muerto que admitirlo y hacer un teatrito privado.
—Si quieres, yo puedo revisar lo que llevas.
Se para, va al microondas y el sonido del electro-doméstico me confirma que me ha dejado en visto. Saco el agua de la estufa y termino de preparar mi café instantáneo. Tomo una dona de su caja y regreso a la recámara.
La respuesta de mi hermano llega en forma de un montón de documentos pendientes que servirán para mantener mi mente lejos del corrector y MI novio.
Quisiera decirle a ese estirado que deje a Kardia tranquilo. Que está mucho mejor y que conmigo sí recibe todo lo que se merece. Restregarle en la cara que no fui, como dijo, una aventura transitoria. "Alguien como tú nunca podrá entenderlo", fueron sus palabras cuando fuimos con la mudanza a recoger sus cosas. A pesar de burlarme y besarnos en su cara, aún me despierto con esa sensación de que desaparecerá un día, y que esta pequeña rutina que hemos construido se perderá.
Me llevo mi coraje a tallarlo en la regadera y cuando salgo de nuevo lo veo metido en la computadora. Lo abrazo por el cuello y me recargo en su cabeza. El frío no se compara a la energía que me recorre cuando acaricia mi brazo.
—Mañana es mi cita con el médico.
—Lo sé —me aprieta por medio segundo. Tengo ese día reservado desde el mes pasado.
—Quiero ir solo.
—De ninguna manera.
—Kanon —me clava su uña.
—Iré aunque me deshagas la piel y me desangres vivo —me dejo caer sobre su espalda.
No lo entiendo, es cierto, pero creo firmemente que es esta constante insistencia de permanecer a su lado lo que él necesita, y que jamás admitirá. Si no, no estaría conmigo en mi casa. En mi vida. En mi cama.
Dégel siempre lo trató como alguien frágil y se distanció de Kardia en su afán de cuidarlo. Yo no busco protegerlo, sé que es fuerte, pero tiene que entender que yo también lo soy y que por eso sangraré a su lado. Moriré con él de ser necesario.
—Quítate, no me dejas escribir.
—No hasta que digas que te da gusto que te acompañe mañana —su respiración cambia y lo abrazo con más fuerza.
—Está bien, pero te quedarás afuera.
—Si me quedo afuera no compraré manzanas.
—No te metas con mis manzanas —me avienta y me busca para amenazarme.
Me acerco a ver sus manos y noto que sus uñas están un poco descoloridas.
—Iré por el tanque —me quita su mano.
—Exagerado —reclama, pero no sé opone a andar con la mascarilla de oxígeno un rato.
Lo veo desde mi laptop lo que queda de la mañana y por la tarde se va al estudio mientras yo salgo a correr y a las máquinas de ejercicio que están al aire libre. Al terminar, paso a verlo trabajar en un último tatuaje y vamos por algo para cenar. No me suelta hasta que estamos de nuevo en casa y con todas sus fuerzas me acorrala para que le dé de beber de mi piel salada antes de que otra cosa toque sus labios.
Nos perdemos de nuevo en el cuerpo del otro intentando demostrar quién es el puto amo del mundo y, desnudos, saciamos todos nuestros apetitos hasta caer rendidos sobre las sábanas.
03:00, es tiempo de otra ronda.
º•FIN•º
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Ok, esto no fue TAN inesperado. Sólo diré que, desde que vi a este par bailando juntos, no me los puedo quitar de la cabeza. Luego leí un desafío relámpago y fui uniendo ideas y ¡PUM! Y ya. No lo metí porque siento que no cumple con los requisitos, pero me dieron un buen disparador.
Además de que me gusta el Milo x Dégel y, si ese par pueden estar juntos en mi kokoro, Kardia x Kanon pueden existir sexy y dignamente. Es justo.
¡Adiós bloqueo!
Seguiré con los que tengo en pausa.
Gracias a Lesath Al Niyat por su ayuda y por bautizar el fic. Te vas a ir al cielo, muah! Y gracias a ti por darle una oportunidad a este pequeño crossover.
Invitación:
Puedes encontrar aquí otros trabajos en proceso (no abandonados) y ya concluidos de Saint Seiya, Sherlock, YuYu Hakusho, Naruto y Príncipe Cautivo. Espero que los disfrutes.
También te recomiendo visitar la cuenta de Lesath Al Niyat si te gusta el Milo x Camus, de Saint Seiya.
Kissus. n.n/
