El destino los separó, pero él había hecho una promesa y estaba dispuesto a cumplirla.
No podía explicarle que él seguía siendo el mismo que le robaba suspiros cada vez que estaba cerca, y el protagonista de su diario íntimo en aquellos tiempos, con el que soñó crecer y tener todo lo que nunca pudo tener.
- En fin -habló él después de un tiempo de silencio -¿Me concedes esta pieza?
Ella lo miró como si hubiera perdido la cabeza.
-¿Estás demente o algo así? ni siquiera hay música, y estamos en la cocin...
-¿Alguna vez importó que no la haya o que no estemos en una pista de baile? -La interrumpió -Vamos, solías imaginar un poco más.-Se levantó de su silla para colocarse frente a ella.
-Bueno, ya no tengo doce años.
-Tienes razón.-Suspiró él pesadamente. -Muchas cosas son diferentes ahora.- Miró hacia abajo para encontrarse con esos ojos chocolates que después de tantos años seguían causando el mismo efecto en él - Pero todavía podemos bailar una vez más -Estiró su brazo para tomar su mano -¿Verdad?
• Créditos de la portada quién sea que lo hizo
