Nota: Es un poquito (bastante) random, pero fue chistoso.


— Entonces, ¿Cuál es tu tipo de hombre, Chō? — preguntó Tsukumo, con curiosidad (e interés). Sosteniendo la escoba entre sus manos mientras la observaba con atención y una sonrisa en sus labios.

Chō asentó la maceta que llevaba en sus manos en donde el dueño de la floristería, Tengen, le había indicado (a ambos, de hecho). Y mientras sacudía sus manos de la tierra que había quedado, le echó un vistazo; con la misma expresión indiferente-serena de siempre.

— ¿...Mi tipo de hombre? — volvió a repetir la pregunta, pensándola a detalle. Pues aunque sabía que su compañero de trabajo era así de desvergonzado, a decir verdad, nunca se lo había preguntado.

Porque su máxima prioridad siempre eran y serían sus hermanos menores.

—... No tengo ningún tipo en especial — contestó, levantando las macetas restantes del suelo para colocarlas en exhibición.

Yuki hizo un mohín un segundo —. ¿En serio? Esfuérzate un poquito más, Chō. Sé que puedes.

Ella debería ignorarlo. Y digo debería, porque en realidad, ahora, se encontraba pensando un poco más en "Su tipo de hombre".

Inconscientemente se pasó sus dedos por la enorme cicatriz que surcaba de izquierda a derecha sobre su nariz.

Esa que se había hecho al defender una vez, cuando era niña, a Esō y Kechizu del maltrato de su padre. Haciéndola fruncir el ceño un momento.

—... Supongo que, mientras él sea amable y me respete a mí y mis hermanos, está bien.

— ¿Sólo eso?

— Sí.

— Es... Algo muy ambiguo, Chō — suspiró el rubio, con fingido pesar. Para luego sonreírle —... Ya que esos son los requisitos, entonces yo le agregaré el plus.

Chō volteó a verlo, confundida.

— Puedo ser amable y ser caballeroso, así como también respetar a tus queridos hermanitos. Agregando también que soy guapo, divertido y carismático — dijo, guiñándole un ojo con coquetería.

— ¿Qué...?

— Salgamos, Chō-chan~.

... Definitivamente, su compañero de trabajo era demasiado descarado (y raro).