Hubiera sido tan fácil. Pensó Malik con unas sonrisa vacía. Una pasa a la izquierda, una mirada más a la figura cansada y cada vez más marchita de su madre, y tal vez, solo tal vez, Su padre hubiera escogido a su familia por encima de su deber con la hermandad.
Pero eso no paso, Su Padre nunca miro a su esposa omega, no la atendió, la dejo morir… y luego él la siguió.
Dejo a sus dos hijos desprolijos de cualquier protección, a merced de los planes de la hermandad. Porque los asesinos pueden tener un código de honor, pero eso no los hace diferente a cualquier soldado, y una sociedad de soldado no busca niños para protegerlos.
Solo busca hacerlo más fuerte.
Y así los adoctrina. Solo puedes ser un asesino si eres fuerte, solo puedes ser fuerte si eres un alfa… Si no eres eso, ¿Cómo regresaras la misericordia de la hermandad si eres débil? ¿Cómo servirás la hermandad si eres débil? ¿Cómo puedes querer quedarte cuando no eres útil?
Malik creció con esas preguntas, la hermandad le impuso metas, y él tenía que hacer uso de toda su capacidad para alcanzarla. No había otra opción, si quería tener un lugar donde vivir, comida para su hermana, si quería protección, tenía que vivir y morir por la hermandad.
Tal como su padre alguna vez hizo.
Pero Malik siempre se ha parecido más a su madre…
Había cumplido los 14 años cuando se presenta por primera vez. Apenas era un principiante en el oficio del asesinato, el mejor en su área, pero aun un principiante. Todo cambio cuando un dolor paralizante le obligo a dejar el entrenamiento, a bajar su espada y caer de rodillas.
Fue llevado con los curanderos. Encerrado por tres días hasta que pudo recobrar la conciencia. Malik no tenía que tener la mitad de su cerebro en funcionamiento para saber cuál era su nuevo destino.
Los omegas son débiles.
Los omegas son herramientas para un fin.
Los omegas no son guerreros, no soldados, no asesinos.
Palabras que fácilmente salían por la boca de los asesinos, principiantes o no. Malik nunca había comentado nada al respecto, pero el admitía que ser un omega era el peor destino que podía pasarle a un asesino.
El peor destino que podía pasarle a alguien que necesitaba se fuerte a toda costa.
Y ahora ese era su destino. Irónico.
Malik se río, aunque solo era para trata de ocultar el gran temor que sentía. La hermandad tenía omegas, en todos los lugares había omegas, pero no eran mejor tratados que las mujeres. Malik no era una puta, ni una doncella en busca de un esposo...
Malik no era nada como los omegas típicos… Al igual que su madre, Pensó. Malik era fuerte, tenía músculos, tenía una gran destreza con la espada, su mirada era profunda y sus ojos de un intimidante color negro.
Al igual que su madre, era fuente.
Pero al igual que su madre, Era un omega. Y en un lugar donde te exigían ser un alfa para tener una vida, Malik desearía no tener que parecerse tanto a su madre.
El joven acostado en una cama dura y rasposa quería llorar, nunca había sentido tanta angustia y desesperación ante la imagen de un futuro improbable. No quería dejar su vida, su entrenamiento, su hermano.
Unos pasos ansiosos interrumpieron el tenso silencio de la habitación, Malik hizo una mueca, su nariz se había desarrollado en los últimos días de su calor, todo los olores nuevos, potentes y diversos, marearon al joven hasta darle un agudo dolor de cabeza.
Al menos alguien tuvo la amabilidad de ventilar un poco la habitación para que el sofocante olor a omega recién presentada saliera, Dios sabe que Malik terminaría haciendo una locura si seguía oliéndose a sí mismo.
¿Qué tipo de omega huele a acero y libros viejos?
_ ¿Malik? _ Los pensamientos de Malik se vieron en segunda plana cuando la voz de incertidumbre de Kadar lleno el aire, el niño se asomaba por la puerta con cautela, con un olor agrio saliendo de él. Malik apretó la mandíbula para no vomitar. _ ¿Estas bien? _ Kadar apenas había cumplido sus 10 años. Un niño influenciable, con esos grandes ojos azules siempre iluminados, ahora se veían apagados en preocupación. Malik sintió su estómago retorcerse en un fuerte nudo.
Su hermano era muy joven aun, inocente. Sin Malik para protegerlo y cuidarlo, para guiarlo. Kadar estará solo en este mundo despiadado.
Y el mundo no tendría piedad con él.
Malik se obligó a responder, buscando en sí mismo la fuerza para evitar que su voz se rompiera y revelara su angustia.
_ Si... _ Una simple exclamación que quito la gran mayoría de las preocupaciones del menor. Malik sonrió brevemente al ver a su hermanito soltar un suspiro de alivio, el olor agrio menguo significativamente, dejando un suave olor a madera.
Kadar se acercó para sentarse al lado de su hermano, lanzando una cantidad grande de preguntas por el bienestar de Malik, así como protestar por haberlo asustado. Malik escondió la mueca que hacia ante el ruido de su hermano, tal vez antes eso no le hubiera molesta, pero sus ahora nuevos oídos sensibles no apreciaban ese volumen a tan corta distancia. Apenas tenía la cabeza para seguir la diatriba de Kadar.
Malik asintió a duras penas para apaciguar a su hermano, ignorando cualquier pregunta que este hubiera dicho. _ Estoy bien, Kadar. Solo…algo cansado. _ Dijo cuándo el olor agrio amenazó con volver. Realmente no quería pasar por eso.
Malik evito moverse más de la cuenta, sabía que su cuerpo no había ingerido comida, así que sería contraproducente vomitar, lo que seguramente haría si su visión seguía nublándose, eso o desmayarse.
Malik se desmayó.
Horas después. Malik nuevamente abrió los ojos, cansado y con su cuerpo adolorido, se sentó, la vista de un cuenco de agua a su lado lo incito a beberla, calmando ese ardor en su garganta que no había notado antes. Después de tomar el agua como un hombre sediento en el desierto, Malik pudo recobrar sus sentidos.
_ Veo que ya despertaste. _
Malik parpadeo un par de veces, fijando su atención en el curandero local. Un hombre beta canoso que ya estaba entrando en edad. Malik sin poder evitarlo olfateo el aire, notando un agradable olor a lluvia provenir del hombre. Curioso.
El curandero se rió al notar la acción del joven. _ Veo que te estas acostumbrando a tus nuevos sentidos. _ Exclamó con suave tranquilidad. _ Pero debes tener cuidado, olores muy fuertes, o ruidos estruendosos podrán sobre estimularte y hacer que colapses, como hace horas cuando te desmayaste. _
Malik se tensó ante ese recuerdo, no había aguantado toda la información que sus sentidos adquirían, haciendo que su cerebro se apagara. Eso no era un buen presagio para él.
Era un omega ahora, cualquiera se aprovecharía de su estado si no se cuida. Si se desmayaba solo porque hacía mucho ruido, entonces estaba acabado.
El curandero, notando la preocupación de Malik, exclamó. _ Sé que suena mal, pero muchos omegas aprenden a controlar sus sentidos con el tiempo. Fijate ahora, ¿No te sientes más tranquilo?_
Ahora que el curandero se lo hacía notar, ya no se sentía tan mal como antes…fue como si el mundo dejara de girar y se asentara.
El curandero sonrió ante la mirada interrogante que le lanzo Malik. _ Los omegas son muy adaptables, sus sentidos se desarrollan más rápido que lo de los Alfas y betas, por eso, mientras que un Alfa seguía estando enfermo por la sobre estimulación, un omega ya estaría listo para salir afuera sin mucho escándalo. _
Oh bueno, eso quito una de las muchas cargas de Malik.
_ ¿Qué hora es? _ Pregunto el joven, las ventanas estaban cerradas, y el anciano se encontraba en una esquina, leyendo un libro con la escasa luz de una vela. Eso decía mucho, pero Malik quería certezas.
_ Pasada la media noche. _ Dijo el curandero. _ Deberías descansar, Joven aprendiz de asesino. Mañana puede ser un día agitado para ti, y tu cuerpo necesita mantenerse fuerte para enfrentarlo. _
Malik arrugo la nariz, pero a regañadientes tuvo que admitir que el señor tenía razón, aun se sentía un poco débil, y aunque los olores y sonidos no estaban molestándolo, su cabeza palpitaba un poco, anunciando un futuro dolor de cabeza. Malik dio las buenas noches, procediendo a acostarse en su incomoda cama. Esperaba que mañana pudiera hablar con Kadar.
Cuando volvió a despertarse, el día había llegado, y con eso su recuperación. Su cuerpo no dolía, y sus sentidos estaban más en sintonía con los olores y ruidos que antes. Malik se sintió alegrarse, al menos no sufriría de dolores de cabeza.
Como el día anterior, Malik escuchó unos pasos ansiosos, con ahora su cabeza despejada, Malik podía decir quién era ese estruendoso ser que se acercaba.
_ ¡Malik! _ Grito Kadar cuando pasó por la puerta. Malik sonrió un poco ante el comportamiento impulsivo de su hermano, el grito que antes lo hubiera llevado a un desmayo, solo le produjo cierta molestia. Una mejora. _ ¡¿Cómo te atreves a preocuparme así?! _ Siguió Kadar, inconsciente de la distracción de Malik. _ ¡Ayer dijiste que estabas bien! ¡Pero cuando te quisiste levantar, te desmayaste, eso no es estar bien, Malik! _
Malik se encogió de hombros. _ Eras tan ruidoso que mi cuerpo no soporto más. Fue tu culpa. _ Dijo en son de burla. Disfrutaba ver la indignación pasar por la carita de bebe de su hermano. _ Si no fueras tan molesto, yo no me hubiera desmayado. _ Término con una sonrisa.
Kadar soltó un jadeo silencioso. _ ¡No soy ruidoso! _ Grito exasperado. _ ¡Eres un horrible hermano mayor! _
_ Y tu un bebe sobrecrecido, ¿Qué pasa con esa espada de madera? ¿La robaste? _ Malik apenas evito soltar una carcajada ante la consternación de su hermano.
_ ¡Sabes que empecé mi entrenamiento! ¡Deja de burlarte de mí! _ Dijo Kadar con molestia, acercándose a su hermano para golpearlo en el pecho. Malik hizo una mueca, a pesar de ser un niño de 10 años, Kadar es un poquito grande para su edad, y mucho más fuerte de lo que Malik está a gusto.
_ Sí, sí. Lo que digas. Hermano. _ Apaciguo Malik para evitar golpes a su recién recuperado cuerpo. _ Si tienes esa espada, deberías estar en entrenamiento ya, ¿Qué haces aquí? _
Kadar se sentó al lado de su hermano, el pequeño se encogió de hombros, con una expresión avergonzada, dijo. _ Yo… quería ver si ya había despertado. Me asustaste mucho cuando te desmayaste ayer. _
Malik se sintió un culpable por asustar a su hermano. Ellos habían perdido a su madre hace mucho, pero el recuerdo sigue ahí, cuando ella colapso, y en segundos, toda vida que alguna vez tuvo sus ojos negros, se fue. Malik sabía que ese era un punto delicado para su hermano, y no había querido hacerle pasar por una situación familiar como su colapso.
Un olor agrio salió de su hermano, lo que posiblemente indicaba su estado de ánimo, así que Malik actuó. _ Estaba cansado. Sabes que soy terco. Pensé que podía aguantar estar despierto un poco más, y mi cuerpo se revelo. _
Kadar arrugo la nariz. _ Es por eso que te digo que debes dormir más, así tu cuerpo no iría en tu contra. _
Malik se encogió de hombros por segunda vez, pero cualquier replica o comentario que fuera a decir, se perdió en su cabeza cuando un olor a tormenta azoto su nariz. El curandero apareció. Su rostro firmemente neutral aumento las sospechas de Malik._ El maestro Al Mualim requiere tu presencia. _ Esa corta oración fue suficiente para que Malik se tensara. Había pensado que tendría un poco más de tiempo, pero otra vez, el mundo lo golpea en el estómago.
Reinando sobre sus emociones turbulentas, Malik solo asiente solemnemente. Le da una mirada blanda a su hermano. _ No te preocupes Kadar. Luego hablaremos más a gusto. _
Kadar asintió un poco dudoso. Malik se esforzó por mantener una postura relajada, para dar una falsa sensación de seguridad. Aunque el chico no sabía si era para su hermano o para sí mismo. El curandero le dedico una mirada breve igualmente, Malik sabía que esa era la misma mirada que él le daba a los que no tenían oportunidad de seguir. Lástima. Malik apretó con cuidado sus puños, esperando que su confianza sea suficiente para mantenerlo firme.
Cuando salió, dos eruditos lo esperaban. Los eruditos no eran como los asesinos. Pocas veces dejaban la biblioteca de Masyaf, pero cuando lo hacían, era por orden directa del maestro. Los Eruditos tenían una forma sutil y eficaz para lidiar con las personas, después de todo, ellos eran hombres de conocimiento, y buscar conocimiento es lo que mejor sabían hacer. Si Malik no hubiera querido ser con tantas ganas un asesino, hubiera ido por el camino del conocimiento.
Pero incluso ahora, ese era un camino eliminado, los eruditos son todos betas.
Fue llevado no por el camino oficial, si no por los pasadizos secretos de la fortaleza. Malik trago un nudo en su garganta, todos los eruditos eran betas, un grupo Beta, así que ellos no podían captar el olor picante y agrio como la sal de Malik, lo que expresaba su miedo naciente.
Caminan por largos pasillos, para luego subir por incomodas escaleras estrechas. A este punto, Malik pudo un poco reinar sobre sí mismo de tal manera que su olor solo revelaba su incomodes, era lo mejor que podía hacer cuando apenas sabía lo que estaba haciendo en primer lugar.
Los dos eruditos pararon abruptamente cuando el camino los llevo a una pared. Malik los observo en silencio, notando como los dos hombres tocaban la pared simultáneamente, para luego empujarla, abriendo como una pesada puerta. Malik arrugo la frente en sorpresa. Al otro lado, la vista de la biblioteca privada de Al Mualim lo saludo. Malik solo había estado ahí una vez, cuando su padre lo presento al maestro como su hijo. No había esperado volver aquí.
Los eruditos hicieron una señal con la mano, indicando que siguiera adelante, con todo el control que Malik pudo reunir, obligo a su cuerpo a moverse, y tratar con apenas resultado, de evitar que su miedo saliera. Los eruditos no le siguieron, una vez Malik pasó por la puerta secreta, ellos la volvieron a cerrar, Dejando a Malik solo, o bueno, no solo.
Al Mualim le esperaba sentado en su escritorio, revisando algunos papiros y pergaminos como si Malik no hubiera salido de una de sus paredes. Malik tuvo que evitar retroceder cuando el dominante olor a Alfa choco contra el como una caballo desbocado.
Al Mualim era venerado por su gran sabiduría, por su liderazgo y honor. Un asesino maestro entre asesinos. Pero el olor a depredador le advirtió a Malik que Al Mualim era algo mucho más oscuro que esas simples descripciones. El maestro no levanto de inmediato su atención de los documentos frente a él. Dejo a Malik parado incómodamente frente a su escritorio.
_ Malik... _ El maestro termino con la tortura psicología que el propio Malik estaba sufriendo gracias al silencio. _ ¿Sabes porque estas aquí? _
Lo hizo. El novicio asintió. El maestro se levantó de su asiento, rodeando el escritorio hasta llegar frente al joven. _ Eres uno de los mejores novatos que tenemos, posees talento y disciplina, eres inteligente y al parecer tu búsqueda de conocimiento no es superficial como mucho de tus hermanos. _
Malik trago saliva con pesadez. Jamás Al Mualim le había felicitado, nunca. _... Es una terrible noticia que uno de mis estudiantes se haya presentado como un omega, más uno tan talentoso como tu..._
Malik espero pacientemente las siguientes palabras del maestro, concentrándose en controlar su expresión y respiración, no quería mostrar debilidad.
_ No puedes ser un asesino. _
Lo sabía, sin embargo la confirmación no hace más que doler como un cuchillo encajado en las costillas.
_... Pero. _ Malik se paralizo ante el tono pensativo del maestro. Nunca hay un pero. _ No puedo simplemente desechar tu talento. No puedes ser un asesino. Pero puedes seguir sirviendo a la hermandad. _ El maestro hizo una señal hacia uno de los guardias, este salió por unos momentos, para luego regresar acompañado de un hombre con túnicas blanca y negra. El Dai de Jerusalén.
_ Iras con el Dai Rafah. Serás su ayudante, servirás en el buró de los asesinos en Jerusalén, y por extensión, servirás a la hermandad. _ Proclamo su orden tanto para el Dai como para Malik. Malik no podía creer lo que estaba oyendo. De un asesino en entrenamiento, pasó a ser nada más que un simple sirviente para servir a un hombre que era conocido por su dudosa moralidad, y el maestro esperaba que rebosara de orgullo por su oferta. No obstante, había otra cosa que también le indignaba.
_ ¿Que pasara con mi hermano? _ Malik no trato de rechazar la oferta, hacerlo solo quedaría una opción, la muerte. Al Mualim no permitiría que un asesino, sin importa si es solo un novicio, partiera a sabrá Allah donde con todo el conocimiento que Malik actualmente tenia, y ese conocimiento no era poco. Pero regresando al asunto. Kadar. Malik no iba a dejar a su hermano, por mucho que Malik aceptara las condiciones para estar en la hermandad, su primera lealtad no era hacia el maestro, si no a su familia de sangre.
Al Mualim se pasó una de sus manos por su barba, haciendo un zumbido pensativo. _ Tú hermano...Si, lo recuerdo, ya inicio el entrenamiento, ¿Verdad? Él se quedara aquí. _ Término como si nada, como si esa declaración no termina por asesinar el espíritu de Malik… pero no podía terminar así. No, No. La mirada del novicio se afilo, los ojos oscuros parecían casi negro, además de la leve sombra que caía en su cara. El niño no parecía para nada un asesino novato. Al Mualim arqueo una ceja ante la obvia oposición del chico. El olor agresivo de Malik se desato contra el olor dominante natural de Al Mualim.
El maestro entorno los ojos en interés, aun mostrando calma imperial. _ ¿Tienes algo que decir? _ La pregunta salió con obvia lentitud, retando a Malik a ir contra su voluntad.
Solo la ira viciosa y latente que Malik tendía a tener lo mantuvo firme en su resolución, no dispuesto a dar su brazo a torcer cuando se trataba de su amado hermano._ No pienso dejar a mi hermano. _ Malik cuadro sus hombros, sus instinto gritaban por alejarse del peligro, más cuando Al Mualim frunció el ceño y su olor de profundizo más en un olor a hierro. Era… como estar rodeado de sangre. Vieja y espesa Sangre. _ Todos los asesinos son tus hermanos. _ Exclamo Al Mualim con indiferencia.
No, Malik no estaba bailando ese canto viejo. _ Pero solo Kadar es mi sangre. _ Dijo con insolencia, eso empeoro el estado de humor de Al Mualim, lo que hice que el omega interior de Malik temblara y se retorciera. Pero hace unas semanas atrás, Malik no hubiera retrocedido, ahora por ser un omega, menos. A pesar del miedo latente, sus instintos protectores no concebían la idea de abandonar a su familia. Y solo eso le permitió a Malik seguir luchando contra el miedo.
Al Mualim reconoció la voluntad de lucha de Malik con una pequeña sonrisa fría. _ Ya veo... Bien. Malik Al-Sayf, tendrás la oportunidad de ver a tu hermano de sangre. Pero el seguirá con su entrenamiento aquí. Visitaras con el Dai Rafah. _ Era la mejor oferta que Malik recibiría del maestro, y sabía que si se atrevía a pedir más, su cabeza terminaría rodando como la de un templario. No obstante, eso no quito la mueca visible que hizo ante la orden del maestro, mezquino y suicida, sí, pero a Malik no le importaba en ese momento.
La sonrisa de Al Mualim se amplió ante eso, y un brillo extraño paso por sus ojos añejados. _ Eso es todo, Joven. Regresa a tus deberes, porque Mañana partirás con el Dai Rafah. _Malik dio una pequeña reverencia en respeto, para salir rápidamente de ahí, sin notar que había pasado al Dai sin reconocer su presencia, algo que molesto al Dai pero que divirtió al maestro.
_ Un omega interesante. _ Exclamo el maestro una vez el joven se fue, El Dai resoplo en silencio. _ ¿Veo que no estás de acuerdo? _
_ Con todo respeto, Maestro. ¿Por qué permitió tanto para ese omega? Solo será una carga para la hermandad. _ El Dai hizo una mueca. _ Es irrespetuoso, apenas un niño. ¿De qué puede servir un chico como el en Jerusalén? _
Al Mualim regreso a su asiento, con una pequeña sonrisa, le contesto al Dai. _ Ese chico es hijo de uno de mis mejores asesinos maestro, más que talento, el niño tiene voluntad y perseverancia, Sería una pena desperdiciar su buen linaje. _
El Dai mostro una expresión de compresión. _ ¿Piensa emparejarlo con alguien, maestro? _
Al Mualim hizo un gesto indiferente con la mano. Lo que era un despido y una forma de no responder a la pregunta. El Dai hizo una profunda reverencia, saliendo del espacio de Al Mualim de forma obediente.
Mientras tanto, Malik había usado todo su conocimiento geográfico de Masyaf para evitar a los aprendices, asesinos y Rafiq de la zona, con el fin de llegar a habitación privada para derrumbarse. Malik Apenas había tenido tiempo de cerrar la puerta cuando su olor de desencadeno, para cualquier ese olor representaría el terror que Malik sentía, y no quedo solo ahí, lagrimas caían los por los ojos del omega como cascadas, mientras temblaba incontrolablemente en el suelo.
Los jadeos ahogados era lo único que se escuchaba en la pequeña habitación, así como los inútiles intentos de Malik para calmarse, iban de vagos balbuceos en susurros hasta abrazarse a sí mismo para calmar los temblores.
El omega en Malik no tuvo nada de eso, dejo que todo lo que habían aguantado en presencia de Al Mualim se derramara como un vaso de agua. Malik en algún momento tuvo que obligarse a moverse cuando su estómago amenazó con expulsar sus órganos internos. Luego de una sólida hora, Malik era capaz de moverse sin perder el equilibrio, así que se obligó a comer, no había comido nada solido en día, y su cuerpo necesitaba la energía.
Con la comida afianzada en su estómago, y sus instinto un poco apaciguados, Malik fue al pequeño lavado en su habitación, donde el agua fría calmo lo que quedaba de sus nervios.
_ No quiero volver a pasar por esto otra vez. _ Un omega no está destinado a enfrentarse a un Alfa en una batallas de voluntades, pero Malik había leído de ciertas excepciones. Muchos Omegas dejaban atrás todo con tal de proteger a sus crías, y si eso era enfrentarse a un Alfa poderoso, lo harían. En esos libros nunca dicen que pasa cuando el omega lograr triunfar sobre un Alfa, a pesar de que ha pasado, muchos lo tildan de falacia.
Malik, que acaba de enfrentarse a un Alfa y salió ileso, puede ver porque los Omegas prefieren dejar creer a las personas eso. La debilidad que queda después es demasiado abrumadora, hacen desear jamás querer luchar en absoluto.
_ Qué envidia los que pueden aguantar esto. _ Susurro cuando arrastro todo su cuerpo a su cama, su cuerpo se derritió ante el olor familiar de su cama, reconociendo como un refugio, y calmando a su omega interior. _ ¿Cómo voy a vivir mi vida de ahora en adelante si tengo que pasar por esto? _ Porque sabía a ciencia cierta que pasaría nuevamente por esto, es imposible que no se enfrente a un Alfa, iría en contra de todo lo que es Malik si de la nada empieza a bajar la cabeza solo para evitar las consecuencias de lidiar con su omega interior en pánico.
_ Un paso a la vez. _ Se dijo a sí mismo, repitiendo la oración hasta que Malik no pudo olvidarla. Un paso a la vez. Despacio, esto ya no es solo entrenamientos o estudios de rutina. _ "Un asesino necesita ser sutil, necesita ser discreto y no ser visto, para luego, cuando su víctima este desprevenida, darle el dulce sueño de la muerte, sin oportunidad de ver la cara de su asesino" Eso es lo que yo aspiraba hacer. _
Y ahora tengo que poner todo ese conocimiento en su situación, para poder sobrevivir. _ Además, los omegas tienen sus ventajas. _
Con eso, Malik se acomodó para tener una merecida siesta, ya en la noche empacaría sus cosas. Cuando poco a poco entraba en sueño, un pensamiento pasajero para por su cabeza, uno que no pudo responder por quedarse dormido.
"¿Cómo le diré a Kadar que lo voy a dejar?"
Una pregunta que fue olvidada pero que será respondida tiempo después. Como en la cena.
La siesta de Malik fue reparadora, y termino justo a tiempo para que pudiera hacer la cena, y además, recibir ese desastre natural que se hacía llamar su hermano.
_ ¡Malik, Malik, Malik, Malik, Malik! _
Era solo por el desarrollado oído de Malik que podía escuchar a su hermano a lo lejos, ¿Qué hacia Kadar gritando su nombre como si fuera una oración? Lo peor, Malik podía escuchar las risas disimuladas de los aprendices.
Malik se llevó una mano a la cara. _ ¿Olvide enseñarle lo que es la discreción? _
La puerta de la habitación se abrió de golpe, mostrando a un sonriente Kadar, sudando y llenando a Malik con el horrible olor a Sudor y barro.
_ ¡Malik! _
_ ¡Qué asco! _
Gritaron los dos hermanos al mismo tiempo. _ ¿Eh? _ Dijo Kadar con una expresión de perro confundido.
Malik hizo una mueca de desdén. _Apestas. Dios, apártate que siento que vomitare. ¿No te enseñe hábitos de limpieza? ¿Qué sigues haciendo aquí? ¡Vete a darte un merecido baño! ¡Cerdo! _
_ ¿Qué? _ Grito Kadar ofendido. _ ¡No huelo tan mal! _
_ Por el contrario, hueles a perro remojado, y sin contar con ese asqueroso olor que sale de sus axilas, ¡Hazme un favor y vete bañar! _ Malik, con la voluntad de hierro que había cultivado desde pequeño, se acercó a su apestoso hermano, y con firmeza, lo empujó hacia afuera. _ No entraras hasta que hayas limpiado todo ese olor asqueroso. _ Con eso, cerró la puerta en la petrificada cara de su hermano.
Cuando no lo escucho moverse, grito. _ ¡Si no te apuras, no cenaras! _ Lo que fue motivador suficiente para que Kadar saliera corriendo a las duchas públicas de los aprendices. Malik solo esperaba que recordara llegar a su habitación por un cambio de ropa, no quería repetir la experiencia de ver correr a su hermano sin ropa por los pasillos.
Al ser un novato, Malik tenía una habitación con una pequeña cocina, en una de las esquinas de lugar, apenas suficiente para ayudarlo hacer algo más variado que carne y acompañado con pan, pero servía.
_Una comodidad que seguro perderé cuando vaya a Jerusalén. _ Suspiro para si cuando termino de echar especies a la carne, que bueno que la ventana estaba al lado de la cocina, así no tendría que abrir la puerta para ventilar la pequeña habitación.
Malik agarro dos cuencos grandes que mantenía en su habitación cuando Kadar comía con él, a veces el niño también le gustaba salir al comedor de la hermandad, pero Malik no era muy sociable, así que esas oportunidades eran muy pocas. Una vez sirvió la modesta comida, se sentó en cama para esperar a su hermano, quien tardo media hora en aparecer.
_ Ya era hora, la comida se enfría. _ Anuncio Malik mientras le abría a su ansioso hermano, ahora que el menor se había dado un baño, su presencia no ofendida la nariz de Malik, lo que fue un alivio.
Kadar hizo un puchero. _ Me ordenaste que me bañara, nunca te ha molestado que ande sucio. _ Se quejó Kadar mientras tomaba asiento, agarrando su cuenco.
Malik rodo los ojos. _ Apestabas. _
_ ¡Tú también apestas! ¡No te he visto bañarte desde que despertaste! _
Kadar tenía un punto. Malik no recuerda haberse dado un baño desde que se levantó, pero curiosamente, su olor corporal no era una ofensa como el de Kadar. Si Malik se atrevía a decirlo, su aroma era bastante agradable. Con un encogimiento de hombros, Malik acepto ese hecho. _ Huelo mucho mejor que tú. _
Kadar le saco la lengua, pero no trato de negarlo. Comieron en relativo silencio, Con Kadar interrumpiendo para contar algo. La paz del ambiente hizo ronronear al omega interno de Malik, algo que hubiera sido agradable en otro momento, si no fuera por una cosa.
No le había dicho a Kadar su nuevo estado. Y con eso, no se había acordado que mañana tendrá que irse a Jerusalén y Kadar aún no sabía. _ Kadar..._ Llamo sin querer, Su hermano, que estaba comiendo, levanto la vista del pan. Sus claros ojos azules expresivos.
_ ¿Mmm? _
Malik trago grueso, esto sería lo más difícil que ha hecho en toda su vida. _ Kadar... Yo. _ Las palaras no salían de su boca. _ Yo... Me tengo que ir, Kadar. _ Dijo imprudentemente, Malik tuvo un momento para abofetearse por su estupidez, ¡No tenía que soltarlo así nada más!
Kadar parpadeo una par de veces, para luego romper en una gran sonrisa. _ ¿Vas a una misión? _ Pregunto encantado. Malik apretó los labios en una delgada línea. _ ¿Malik? _ Kadar inclino la cabeza en confusión, su cara claramente decía "Si vas a una misión, ¿Por qué te ves tan preocupado?" Dios… ¿Cómo este niño es tan abierto cuando entrena para ser un asesino?
Malik lo pensó, tratando de buscar una forma de llevar la conversación a una situación manejable._...No es una misión. Yo me iré. De aquí. _ Gracias, Dios, un buen momento para perder toda capacidad de conversación que Malik tenía.
La sonrisa de Kadar bajo. Su expresión se tensó. _ ¿De que estas hablando? ¡Eres un asesino, tienes que vivir aquí! _ Exclamo tenso, sus ojos poco a poco perdiendo su brillo entusiasta. _ Deja de bromear, Malik. _Esto era difícil, demasiado. Kadar se levantó en la cama, tratando de parecer más alto. _ Malik... ¿No estas bromeando? _
Su pequeño hermano, ahora, pero en un futuro, puede que ya no sea su pequeño hermano. Kadar tenía la compleción de su padre, su padre Alfa, Malik pudo haber pasado como un Beta, y el destino le escupió cuando se presentó como un Omega, pero su Hermano aún tenía oportunidades de ser grande, de cumplir su sueño. Malik no quería arrebatarle eso a su hermano. Pero eso no evitaba el dolor sordo que sentía en su pecho, ni los gemidos de angustia que su Omega interno estaba tan desesperado por transmitir.
Malik no quiere irse, no quiere dejar ir a su hermano. Y su olor empalagado por su triste lo demostraba. Sin embargo, Kadar apenas era un niño, sin grandes sentidos como los Alfas y Omegas, era imposible para el oler el estado de ánimo de Malik. El solo podía ver la seria mascara que portaba Malik. Malik pensaba en su hermano, Kadar tiene un futuro, tiene sueños, tiene determinación, él puede lograrlo y Malik no tiene el corazón para impedirle a Kadar su futuro.
¿Cómo podría Malik negarle la oportunidad por una razón tan egoísta como la soledad?
_ Me presente como un Omega, Kadar. No puedo ser un asesino. Ya no puedo quedarme aquí. _ Anuncio la fatídica noticia. Las palabras salieron como cuchillos a matar, Kadar se paralizo ante la revelación, ampliando sus ojos horror.
_ ¿Q-Que? Eso es estúpido... Tú eres uno de los mejores... Tu no... _ "Tú no eres un débil omega" Fueron las palabras no dichas de Kadar. Malik apretó sus puños sobre su pantalón de entrenamiento. Con esperanza de calmarse cerró los ojos, esperando que su hermano reorganizara sus pensamientos. Al momento de que su visión se oscureció, sus demás sentidos se intensificaron, olores nuevos que antes no había prestado atención se alzaron, llenando a Malik de nuevas sensaciones, sobrecargando su mente. Fue exhausto tener que mantener el control, un control que antes era natural, y ahora lo mantenía en una constante lucha de voluntades entre el mismo y su ahora despertado omega interior.
_ ¡Eres un mentiroso! _Ahí está, Malik lo espero con casi reverencia religiosa. Su hermano lo miraba furioso, con sus ojos azules empañados en lágrimas no derramadas, con su mandíbula infantil apretada y su cuerpo tenso. _ ¡Eres un jodido mentiroso, Malik! Prometiste que estaríamos juntos, que seriamos asesinos. ¡No es justo, Me mentiste! _
Malik tuvo que apretar sus labios para soltar una palabra de la que se arrepentiría más tarde. No era justo ciertamente. Pero no era justo para él, porque era Malik quien se callaría para aguantar los gritos de su hermano, era Malik el que tenía que dejar su sueño, era Malik quien fue obligado a irse.
Y seguía siendo Malik el que tenía que mantener la calmar. Porque el mundo no era un lugar justo._ No hay grito que valga, Kadar. El maestro así lo ha decidido. Me voy al amanecer. _
Con eso, Malik regreso su atención a su comida. Kadar apretó los dientes. _ ¿Y no harás nada? _
¿Hacer? ¿Que podría hacer Malik? ¿Desafiar al Gran Maestro? Eso sería tan bueno como enfrentar un océano con una espada de madera, ya lo había desafiado suficiente. ¿No podía ver Kadar su esfuerzo? _ El me permitió visitarte, solo eso. _
Kadar temblaba de la ira cuando escucho las secas palabras de su hermano, indiferentes y hasta impacientes, como si no estuviera diciendo que abandonaría a Kadar._ ¡Eres un imbécil, Malik! ¡Te odio! _ Grito con fuerza, derramando algunas lágrimas en el proceso. Kadar salió corriendo, perdiéndose en el mar de olores que perturban la mente de Malik. Este no lo siguió. Apenas había salido de su primer calor, su olor omega era inestable y podría traer atención innecesaria.
Malik siguió sentando, con las manos fuertemente apretadas en sus costados. Esta no era la despedida que esperaba. _ Lo siento... Kadar. _
A la mañana siguiente, Malik había partido de su habitación, sus escasas cosas empacadas en una bolsa de tela que llevaba en la espalda, había logrado darse un baño mucho más temprano, pero seguía con ropa de entrenamiento, es posible que eso cambie ahora que vivirá en Jerusalén, pero al menos se daría el gusto de vestirla por última vez.
Como espero, Kadar no estaba afuera de su puerta, Malik hizo una mueca ante el dolor que provino de su omega interno. _Estúpido. _ Se susurró, molesto por la debilidad de sus sentimientos. _ Solo está enojado, cuando venga de visita se le pasara. No es el fin del mundo. _
Y no obstante, Malik quería llorar como si lo fuera. Malik cerró los ojos, inhalo y exhalo, hizo eso varias veces, hasta que sus emociones estuvieron bajo control. Con paso firme, que enmascaraba su renuencia a irse, se dirigió hacia la entrada del pueblo de Masyaf, en la estrada, custodiada por lo guardias del maestro, el Dai Rafah lo esperaba con dos caballos listo. Malik tuvo que contener el suspiro de alivio que quería salir de su pecho, había tenido la duda de si tendría o no un caballo propio para viajar a Jerusalén, realmente no había querido pensar en la alternativa si el caso era que no.
_ Muévete muchacho, no tenemos todo el día. _ Exclamo el Dai. Malik obedeció con rapidez, acostumbrado a lidiar con adulto gruñones por la mañana. Una vez preparo su cabello, se subió con facilidad. Todo esto siendo observado por el agudo ojo del Dai. _ Cuando lleguemos a Jerusalén te conseguiremos nueva ropa. La que cargas no es para omegas. _
Malik arrugo el ceño, pero otra vez, no dijo nada, no valía la pena cuando sabía que eventualmente, su ropa de entrenamiento se ira por ropaje de omega.
El Dai Rafah gruño. _ Cuando un superior te habla, responde. _ Regaño. Malik quería rodar los ojos ante el vago intento de gruñido del viejo beta, pero como no quería causar problemas apenas empezando su nueva vida. Le daría el gusto por esta vez.
_ Si, Dai. _ Dijo sin agregar nada más. El Dai arrugo la frente, a pesar de su enfado, preparo el caballo, Malik se alegró de que Dai eligiera ignorarlo, sería lo mejor para los dos.
El viaje a Jerusalén tomaría dos días si apuraban el paso, tres casi cuatro si iban a la velocidad del Dai. El Rafiq pasaba su tiempo por los caminos, tomando nota en un librito de cuero sobre cualquier cambio que viera, nuevas construcciones, etc. Fue frustrante.
Malik tuvo que aguantarse sus quejas, así como las miradas de los viajeros con los que se encontraron, al principio, trataban bien a Malik, hasta que uno Alfa se daba cuenta de que Malik era omega, después de eso, todo era un desastre.
_ ¡Permítame pedir la mano del omega para que sea mi concubina! _ Malik se paralizo cuando el Dai fue abordado por un comerciante. Quien tenía sus ojos malicioso en la figura de Malik. _ Recientemente tuve un pedido. Y Estoy falta de un omega, el suyo se ve muy exótico, ¿A cuánto vende su mano? _
Malik jadeo silenciosa ofendido, y sin esperar a que el Dai abriera su boca, Malik contesto. _ ¡Yo no estoy a la venta, Hombre descarado! _ Le grito Malik con irritación. _ Lo único que deberías estar comprando es sentido común, porque es obvio que no lo tienes. _
Se sintió bien defender su honor, si no fuera por la mirada agravada del Dai. _ Disculpe. El omega no está a la venta. Vamos, Malik. _ Hablo con voz tensa, apurando al caballo para salir de la creciente multitud que miro la explosión del chico omega con expresiones de desconcierto y molestia. Ni hablar del comerciante que dejaron atrás.
El Rafiq no regaño a Malik, aunque le gustaría pensar que el Dai había entendido su enojo, lo más seguro era que esperaría a que estuvieran lejos y dejaran de cabalgar para poder soltar su regaño sin morderse la lengua.
Lo que resulto cierto cuando el Dai encontró un lugar apartado para gritarle a Malik sobre su mal comportamiento.
_ ¡Se supone que te entrenan para mantener la discreción! _ Dijo el Dai luego de decir otra sandeces del mismo índole.
Malik chasqueo la lengua. _ Eso sería verdad si vistiera de blanco, lo cual no hago. ¿No lo cree, Dai? _ Escupió, Malik estaba cansado de la diatriba del anciano acerca de su supuesto mal comportamiento. El Dai se puso rojo de la furia. Pero a Malik no le importo. _ ¡Ese hombre me ofendió! ¡Me defendí! _
_ ¡No era tu lugar! _ Le grito de vuelta el anciano. Malik sintió una vena latir en su frente cuando el Dai le dijo eso.
_ ¿No es mi lugar? ¿¡No era mi lugar!? ¡Si no es mi lugar defenderme entonces quien lo va hacer! ¡Porque obviamente no es usted! _
Ambos guardaron silencio, mirándose con enfado. El Dai soltó un suspiro, pasándose sus callosas manos por la cara. _ Mira, chico, entiendo cómo te sientes. Pero esto no es la hermandad, no puedes hacer eso y esperar que este bien, así no funciona la sociedad. _
Malik apretó la mandíbula. _ ¿Entonces qué? ¿Dejo que estos imbéciles se salgan con la suya? _
_ Me dejas hablar. _ Exclamo con seriedad el Dai. Dejando fuera los gritos, Malik se obligó a escuchar al anciano. _ Puede que no me guste este arreglo que hizo el maestro, pero eso no significa que voy a tratarte como un objeto que puedo vender o regalar. Eres tu propia persona, y yo respeto eso. Espero que entiendas que ahora que estas bajo mi cargo, es mí deber cuidar de ti, y yo soy un hombre que siempre cumple con su deber. _
Malik bajo la cabeza levemente, sintiendo a su omega interior retorcerse en vergüenza, no le gustaba ser regañado como un niño. _ Pero no soy como los omegas. _
_ No. _ Estuvo de acuerdo el Dai con una mueca. _ Y no creas que estoy feliz por eso, los omegas normales son mucho más fáciles de tratar que tú. _ Eso le gano una mirada oscura de Malik. _ Ah… si, sé que no eres un omega criado con todas las costumbres, naciste en la hermandad, y si cambiaras lo que la hermandad cultivo en ti solo porque eres un omega, El maestro no te hubiera permitió seguir con los asesinos. ¿Entiendes? Está bien si eres tú, pero mientras vivas en la sociedad actual, deberás aprender a ser sutil. He visto omegas insultar sultanes con dulces sonrisas y palabras melosas, y salir ilesos. _
Malik arrugo la nariz. _... ¿Está bien si solo actuó? Frente a las personas. _
El Dai rodo los ojos. _ Si, cuando estemos en el buró, puedes ser el omega difícil que me encargaron, pero hasta entonces, se discreto, no llames la atención sobre nosotros. _
La confirmación le quito un gran peso a Malik de los hombros, por un momento, fue como respirar nuevamente después de estar ahogándose. Malik dio una sonrisa temblorosa, sin importar que aún tenga que comportarse como un omega dócil, el Dai no lo obligara hacer algo que no es o quiere ser. Y eso fue suficiente para levantar una bandera blanca para Malik.
Después de esa conversación. El viaje siguió su curso.
Malik frunció el ceño apenas vio a los guardias en la entrada de Jerusalén. El viaje había sido largo, todo debido al paso pausado del Dai, quien se tomó su tiempo para observar el camino y sus cambios aparentes. Malik no sabría decir si lo que el Dai observaba era de su gusto o no, solo que siempre anotaba las cosas en un pequeño libro de cuero negro.
Malik se tomó su tiempo igualmente, relajándose y acostumbrándose a los cambios que sufría su cuerpo, el más molesto de todos, fue como la gente lo percibía ahora.
Si antes Malik podía intimidar lo suficiente a pesar de seguir siendo un niño, ahora tenía que hacer lo posible para que las personas que se le acercaran con intensiones dudosas se alejen.
En el camino le habían ofrecido cortejo tres veces. Tres. Y ni siquiera le hablaron, no lo miraron, le pidieron al Dai su mano, unos ancianos que seguramente tenían una esposa e hijos esperándoles en la casa, pidiendo la mano de un chico que apenas tiene un tercio de su edad, delegándolo como un simple objeto de placer.
El pelinegro aún no sabe cómo es que su ira no ha tomado control de su mente. No obstante, el Dai mantuvo su palabra, en cada ocasión, Se mantuvo firme, alegando que Malik no está disponible, defendiendo su honor, incluso regañando a los pretendientes por su hablar tan descortés cuando los pararon a medio galope para llamar la atención de Malik.
Malik al menos pudo alegrarse de ver como las personas dejaban de tratar de comprarlo o pedir su mano cuando el Dai anuncio que no, Malik no iba a ser comprado ni cortejado. Pequeñas misericordias.
Regresando al tiempo actual. Así que si, Los guardias. Quienes no eran las personas más agradables que podías encontrar, sino todo lo contrario. Eran corruptos, servían al mejor postor, y como siempre, tenían en mente sus propios intereses que los de la ciudad. Esto convierte a los guardias en una de las pequeñas molestias persistente que cualquier Asesino tiene que aprender a lidiar.
A pesar de ser considerados molestia pequeña, eso era para los asesinos, Malik no era un asesino, sino algo más llamativo para esos asquerosos hombres lujuriosos. Un omega no vinculado además de joven. Su estado atraería la atención de los guardias como la miel a las moscas. Lo que haría muy difícil pasar desapercibido, eso sin contar a los comerciantes, ricos, pobres, hombres, mujeres y niños de Jerusalén.
El Dai lo obligo a pasar cerca de él, con la cabeza gacha, en espera de que ningún guardia los detuviera para hacer de las suyas. Gracias a Allah, no pasó nada, no obstante, la miradas en sus ojos solo hizo a Malik mas paranoico sobre su nueva vida aquí en Jerusalén. _ Malik, mantente atrás mío, un omega nunca debe caminar a la par de un hombre. _ susurro el Dai, vigilando discretamente a los guardias que los seguían con la mirada.
Malik de mala gana acepto, el mismo nunca había visto a un omega caminar a la par de un hombre, eso mismo iba con las mujeres. Pero eso no evito que se refunfuñara en la seguridad de su mente. Quitando la humillación a su orgullo, estar detrás del Dai lo escondió a la vista, permitiéndole observar con cierta libertad su nuevo entorno.
Pequeñas misericordias, sea dicho nuevamente.
Lo primero que notó Malik, es que las calles de Jerusalén cualquier cosa podía pasar, había gente yendo y viniendo, chocando entre sí, hablando, niños corriendo, vendedores gritando en esperanza de atraer clientes. Una multitud desordena. Fácil para pasar desapercibido. Cuando era de todo menos un omega, se dijo Malik para si con cierto pesar. Pues a pesar de estar semi escondido atrás del Dai, aun recibía mirada de interés y apreciación, mientras que las mujeres y esposas que pasaban, le daban una ojeada de disgusto apenas velado. Hasta uno que otro omega con los que se encontró le dio una mala mirada. Malik estaba ofendido hasta lo más profundo de su núcleo. Todos esos tratos empeorados por lo estrecho de las calles.
El Dai incluso se rió cuando Malik siseo enojado cuando un omega que parecía de su misma edad le saco la lengua. Fue un alivio completo llegar al buró.
_ Esos estúpidos. _ Exclamo Malik una vez estuvo en la privacidad del buró. _ ¿Qué en nombre de Allah les pasa?, Las mujeres y omegas parecen odiarme, ¡Eso no es justo! _ Exclamo Malik al Dai, quien le dio una mirada confundida.
_ Eso es claro, joven. ¿No miras como estás vestido? _ Índico el Dai. Malik frunció el ceño, cruzándose de brazos.
_ Estoy vestido como un hombre, pero hasta donde sé, no llama tanto la atención como las túnicas de seda y las fajas de colores. _ Exclamo con molestes. Su comentario se ganó una mirada poco impresionada del Dai.
_ Malik… Estas usando pantalón. Aunque de entrenamiento y genérico para los asesinos, para los civiles es demasiado ajustado. Los pantalones delinean las figuras de las piernas mejor que las túnicas. _
_ Oh… _ Dijo Malik, dándose cuenta de la verdad en las palabras del Dai. _ No lo había pensado antes. _
_ Si, lo supuse cuando te apareciste con ese ropa. _ Dijo secamente el Dai. Ignorando la mirada avergonzada del joven. _ Me pregunte qué otras cosas no pensaste antes. _
_ Somos dos. _ Dijo Malik haciendo pucheros.
Dejando todas las cosas que el Dai consiguió en Masyaf, el buró se puso en marcha. El Dai ya le tenía una lista de tareas, debido al tiempo que el Dai estuvo fuera, el buró había agarrado polvo, así que la tarea de Malik, desempolvar el buró, todo mientras el Dai se ponía al día con sus informantes. Malik lo tomo bien, acostumbrado a ser la limpieza desde muy joven.
_ Atrás hay dos habitaciones, recuerda asegurar la tuya cuando termines de limpiar. _ Dijo el Dai distraídamente, Malik no entendió a que se refería con asegurar su habitación, pero viendo lo ocupado que se veía el Dai buscando libros y acomodando sus nuevos pergaminos, Malik decidió preguntar después. El Dai saco varios tomos grandes, revisándolos para luego bufar en disgusto. _ Maldito sean las ratas. _ Gruño el Dai, mirando como sus amados tomos habían sido ruñidos. Malik le dio una mirada comprensiva desde su lugar, el mismo había lidiado con situaciones parecidas. Las ratas son un enemigo exasperante.
_ Malik, cuando termines, ¿Podrías botar estos tomos? Ya tengo copias de ellos, así que no importar desecharlos. _ Malik asintió. Viendo como había terminado, se parecía más a un aprendiz de erudito que a un sirviente como estimó antes.
_ ¿Algo más? _ Pregunto Malik, tomando los tomos para apartarlos de los demás. El Dai paro su caminar para pensarlo, a lo que contesto.
_ Hay que hacer el inventario, ver que falta y que cosas a que reponer. ¿Sabes hacerlo? _
_ Sí, he aprendido uno que otra cosa de las cocineras de Masyaf. _ El Dai asintió, dejándole la tarea, al joven.
_ Bien, aquí esta una lista de las cosas que hay, y cuando hay que reponer. _
Malik lo tomó, un vistazo rápido le dijo que muchas de estas cosas serían fáciles de conseguir, así que si tenía que hacer las compras, terminaría rápido, lo que sería menos tiempo afuera fingiendo ser algo que no es.
_ Bien, regresare dentro de un rato, traeré algo de ropa para ti, puede que te quede algo grande, pero hasta que te lleve a un sastre para que haga algo a tu medida. _
_ Gracias. _ Dijo Malik, El Dai asintió, dejando solo al joven para realizar sus tareas. Lo bueno que el techo estaba cerrado, la entrada para los asesinos no abriría hasta que el Rafiq tuviera certeza de que el buró está protegido. Así que no tendría que lidiar con asesinos entrometidos por los momentos.
Malik comenzó sus tareas, al ser un hermano mayor dedicado a la su pequeño hermano, tales cosas como barrer y/o coser se volvieron un talento más en su repertorio, ayudaban a despejar su mente, dejándolo tranquilo.
Termino desempolvando el lugar luego de un tiempo, así como airó las sabanas y telas escondidas en los almacenes del Dai, hizo una lista de lo que se necesitaba reponer en el inventario. Lastimosamente, El Dai no había dejado dinero, así que comprar estaba fuera de cuestión.
Luego de largas horas, Malik había terminado de hacer sus deberes. Pero ahora estaba sudado y su olor natural de Omega estaba impregnado en cada esquina del buro. Malik arrugo la frente. _ Necesito un baño. _ Fue lo que dijo antes de irse a la parte trasera del buró, la que funcionaba como una vivienda. Como el Dai no llegaba con su nueva ropa, Malik no tuvo opción que usar otra muda de entrenamiento, esperando que no tuviera que salir otra vez.
Como no había nada que hacer, Malik acomodo su habitación a su gusto, así como sus escasas pertenencias. Cuando termino, se sorprendió cuando sintió vibrar su pecho, como un gato ronroneando. _ ¿Esto es otra cosa omega? _
Si fue así, necesitaba saber más para no ser agarrado desprevenido. Con eso en mente, fue hacia la biblioteca del Dai, en busca de cualquier cosa que le diera más información sobre su nuevo estado.
Lo encontró en un pergamino de castas. Aprendió mucho sobre ser un omega, sobre porque ronroneaba cuando estaba a gusto, sobre sus cambios de ánimo y su dependencia a la rutina y a la comodidad del hogar. Esto último le trajo una mueca a Malik al recordar cómo se sentía y como sigue sintiéndose al ver como Kadar no había ido a despedirlo. Los omegas estaban más en sintonía con sus emociones que las personas promedio, así que Malik tenía que tener mucho cuidado con las emociones fuertes, como el miedo o la tristeza.
El pergamino estaba muy bien escrito, y quien quiera que sea el autor, no dejo que sus opiniones personales intervinieran en la información.
Malik se sintió agradecido de encontrar un pergamino que no pintara a los omegas como otro tipo de mujeres más exóticas.
No obstante, hasta ahí llego su alivio.
Su cuerpo se tensó cuando llego a la parte que más le causaba malestar. El calor. Los calores de los omegas eran diferentes y diversos, pero según el pergamino, compartían algo en común.
Solo se tiene un calor cada seis meses, en otras palabras, Malik tendría que pasar por el calor dos veces al año.
_...Bueno, podría haber sido peor. _ Susurro para sí. _ pudo haber sido todos los meses como el periodo de las mujeres… _
Eso hubiera sido un tipo de infierno del que Malik no saldría con su cordura intacta.
Malik tuvo que parar su lectura cuando un suave olor a madera y libros viejo llego. El Dai, siendo un beta, no tiene un olor tan fuerte como los alfas y omegas, pero si tenían los olores más calmantes, mientras que los Alfas lo más potentes y los omegas los más dulces.
_ Mmm. _ El Dai lo encontró leyendo el pergamino. _ Me alegro que hayas tenido la iniciativa de infórmate de tu estados. Toma. _ El Dai lanzo un paquete, Malik no tuvo que especular mucha al ver la suave tela de colores claros.
Túnicas para omegas.
Malik le dio un vistazo breve, le dolía tener que usar esto, pero era su nueva realidad y tenía que acostumbrarse.
El Dai, siendo alguien bastante perspicaz, noto la angustia de Malik. _ No tienes que usarla en el buró, solo cuando tengas que salir, recuerda usar las fajas blancas, no queremos que te confundan con un omega buscando esposo. _
Malik asintió, al menos no tendría que usarlo todo el tiempo. _ ¿Mientras tenga la faga puedo salir? _
El Dai asintió. _Sin embargo, será mejor que esperes un trato muy diferente. Ademas un omega solitario en las calles, puede llamar la atención sobre nosotros, así que ten eso en mente. _
Malik hizo una mueca. _ ¿Quieres que salga? _ Pregunto con cuidado, después de todo, el Dai bien podría decirle que no, lo primero era mantenerse al margen, y Malik ahora, solo era una maldita fuente de atención innecesaria.
Dai lo medito. _ No, por ahora, quédate conmigo y esperemos que tu cara se vuelva lo suficientemente común para pasar desapercibida. _
Genial…
_De todos modos, ¿Hiciste todo lo que te pedí? _
…Y así comenzó la primera semana de Malik en Jerusalén.
