Estoy cuanto menos indignada de que el capitulo Gang of Secret me matara todas y cada una de mis ships de los kwamis con una sola frase, osea, que tipo de crueldad es esa? así que me decidí hacer este fanfic.


La figura se movía sigilosa por los tejados, con movimientos felinos cual gato era.

Sus ojos verdes brillaron al ver su presa, jugosa, grande y redonda que yacía en el mostrador de una de las tiendas del mercado

El enorme gato negro afiló su mirada y se puso en guardia, tenía que ser rápido. Vio su presa ser agarrada por el dependiente del puesto, mientras se la mostraba a una clienta.

Esa era su oportunidad!

El gato saltó del tejado con una habilidad exquisita y agarró el enorme trozo de queso arrancándoselo de las manos al dependiente, quien dio un brinco de la sorpresa.

-Otra Vez Tú!?- dijo el dependiente que rápido agarró una escoba para atacar al felino ladrón.

-Oh Dioses! Es La Bestia Maligna!- gritó una de las clientas al darse cuenta de la situación.

El extraño animal sonrió burlonamente y antes de ser golpeado por la escoba del dependiente salió corriendo con su apestoso premio.

Un rato después el gato con su enorme queso cargado en la boca subió rápidamente hasta la repisa de la ventana de una enorme casa la que rascó hasta que vio al dueño abrir.

-AGG maldita sea Plagg, te tengo dicho que dejes de venir aquí.- un chico rubio abrió la ventana de mala gana dejando al enorme gato entrar.

-Tengo que comerme mi queso en alguna parte cachorro, Y tu eres el único humano que me trata bien- Habló el gato poniendo grandes ojos tristes para después sonreír mostrando sus colmillos.

-Sí, claro, por supuesto! y sabes que me podría pasar si me vieran encubriendo a una bestia maligna verdad?- regañó el rubio pero se vio completamente ignorado al ver a Plagg comiendo su queso como si nada. -Lo has vuelto a robar verdad?- gruñó.

-Tengo que sobrevivir de algún modo!-

El joven noble Adrien Agreste, se sujetó el puente de la nariz suspirando largo "de todos los espíritus kwamis que habían en el pueblo justo tenía que ser el que provocaba el caos y la mala suerte."

-Joven Agreste está todo bien?- escuchó la voz de Nathalie, la dama de llaves, tras la puerta.

-Sí, sí Nathalie, todo bien.-Dijo el rubio apresurado.

-Está bien, joven señor.- Volvió a escuchar tras la puerta seguido de unos pasos alejandose.

-Uff por poco.- Suspiró largamente. -Un día me vas a meter en un gran lio bestia.- Se giró el ojiverde para retomar la conversación.

-Pero si me adoras.- Sonrió Plagg burlón.


La muchacha salió sigilosa por la puerta trasera de la panadería, evitando que la vieja madera chirriara y cargando a duras penas una cesta bastante grande la cual un paño blanco cubría el contenido.

-Uff- suspiró al lograr cerrar la puerta y sus ojos azules se posaron sobre el cestillo, se disponía a caminar cuando una voz la llamó provocándole un mini infarto y que casi se le callera el canasto.

-Marinette!- La morena giró su rostro para ver al joven Agreste llegar y bajarse de su caballo en lo que a ojos de la joven, pareció un movimiento de equitador perfecto.

La chica sonrió boba al recien llegado pero tuvo que sacudirse para bajar de las nubes.

-Shhhh no hagas ruido Adrien- le dijo y puso su dedo indice en la comisura de sus labios. -Se supone que debo de estar en la panadería-

-Oh! y porqué te escapas?- sonrió coquetamente haciendo que Marinette volviera a atontarse en los hermosos ojos verdes del chico.

-AJEM- Plagg apareció detrás de Adrien haciendo que ambos jovenes salieran de la burbuja de hormonas adolescentes.

-Oh? Plagg! Adrien volviste a traer a la bestia maligna?- Marinette pasó su mirada del gato a Adrien.

-No es culpa mia, no se despega de mi-

-Wow Boulangere, cuanto desprecio- dijo Plagg indignado mientras subía de un salto a uno de los salientes.

-Perdona- Marinette rodó los ojos. -Pero la última vez que te acercaste a la panadería los bollos desaparecieron misteriosamente- bromeó la de ojos azules a los que el felino solo sonrió picaramente.

La morena sabía que Plagg no era, exactamente, peligroso, su apodo la bestia maligna era solo fruto del miedo por parte de la gente a que un kwami destructivo anduviera en los alrededores del pueblo.

-Que llevas ahí ma princesse?- preguntó esta vez el rubio señalando la cesta que sujetaba la chica.

-esto...- Marinette se encongió y se puso la cesta en el pecho. -no puedo decirtelo aquí... ven-

La muchacha agarró la mano del ojiverde y salieron corriendo hacia el bosque que había justo detrás de la casa de la chica, seguidos por Plagg al que, aunque nunca lo admitiría a viva voz, le picó la curiosidad ante tanto secretismo.


Ambos muchachos se aseguraron de introducirse lo suficiente en el bosque, lo bastante lejos de miradas indiscretas. Adrien sabía que algo no andaba bien con su princesse, y que lo que fuera que había en esa cesta la preocupaba.

La chica se agachó y puso la cesta en el suelo antes de poner la mano en el paño que la cubría.

-Adrien, tienes que prometerme que no vas a ponerte histerico...- Los ojos azules de Marinette miraron implorantes al de ojos verdes.

Adrien asintió y se sentó al otro lado de la cesta con Plagg al lado suyo.

El rubio abrió grande los ojos y se quedó boquiabierto cuando Marinette destapó la cesta.

-Marinette... es...- Adrien estaba mudo de la impresión.

Los jovenes se giraron a Plagg al escucharlo sisear.

-Que haces con eso, humana!?- Dijo el kwami que estaba en una pose completamente defensiva.

-Plagg!- Marinette frunció el ceño ante la actitud del espíritu. -Es otro kwami como tú...-

Dentro de la cesta había una pequeña digura parecida a una muñeca de peluche, tenía la piel blanca, algo rosadita, un pelo rojo intenso con grandes mechones y unos mofletes de color negro, encima de su cabeza tenía unas antenas, y su cuerpo parecía ser la propia ropa del espíritu parecida a los kimonos.

-Es una Kwami de la creación... nunca había visto una.- mencionó Adrien.

-La encontré ayer malherida cerca de mi casa- dijo la morena mirando el espíritu rojo. -Parecía estar muy enferma, la llevé a casa y no despierta desde entonces...-

-Crees que la estuvieran persiguiendo o algo así?-

-Es lo más seguro!- Exclamó la chica -Adrien kwamis como esta son tan extrañas! no me sorpendería que la quiseran para vederla o algo así- dijo la chica poniendo su cabeza entre sus rodillas. -Quiero ayudarla...-

Adrien miró tristemente a su pricesse y luego a la kwami.

-Plagg, sabrías decirnos lo que le pasa?- El ojiverde se giró al espíritu felino quien seguía aún renuente a acercarse.

El gato negro miró muy por encima la carga de la cesta antes de hacerle asco.

-no parece que tenga nada grave- dijo secamente -Parece muy cansada pero nada más.-

-Estás seguro?- preguntó la chica.

-Sí, bueno, no soy doctor de espíritus... Pero si sé que somos bastante fuertes, seguro se recupera, Boulangere.-

Marinette acarició la cabeza de Plagg, cualquier otro humano habría salido corriendo nada más verlo, pero el gato no se iba dejar domesticar o no! pero tampoco va a negar que le gustaba.

-Bah, les dejo solos par de tortolos, al final el enfermo voy a ser yo- dijo el kwami y se fue antes de que ninguno objetara.


yyyy hasta aquí xd no se cada cuanto actualizaré, pero prometo de verdad no tardarme mucho... LO JURO!Espero les haya gustado hasta pronto!