Los personajes no me pertenecen, historia inspirada en "Itazura na kiss", para ser más exactos en "Love in Tokyo", de ahÍ las apariencias físicas de los personajes.


A Naoki no le pareció mala idea el ofrecimiento de Takashi-san, un hombre de unos 50 años de edad que había entrado a su vida de una manera extraña, a pesar de ser un completo desconocido sabía que era una persona seria y algo misteriosa, debería confiar en él, pero no completamente, parecía ser que él sabía quién tener a su lado y a quien usar solo como un peón, debería tener cuidado con aquel hombre. Su oferta era clara, llegar a desafiar a los jugadores profesionales de mahjong que estaban clasificados en la parte superior de este, pero antes debían crear una gran reputación en el juego para llegar a ellos. El chico tenía un poco de conocimiento en estos juegos, sabía que con el tiempo mejoraría y sería uno de los mejores, Hace tiempo necesita ingresos extras, debía demostrarle a sus padres que podrían sobrevivir sin el dinero de estos, tampoco se transformaría en la clase de estúpidos que se trastornaban por apostar y luego quedaban sin un peso. Dicho y hecho en poco tiempo Irie ya había adquirido bastante experiencia, le había ganado a númerosos jugadores que llevaban años en estos, él en unos cuantos meses ya era un maestro en el mahjong, para una persona ordinaria sería algo casi imposible, pero para Irie no lo era, para todos el era un genio, no solo era un apodo, su IQ de 200 lo demostraba.

Aquel día de primavera se reuniría con un pez gordo, Shigeo Aihara, propiamente de Irie había hecho una investigación de él mucho antes, podría decirse que había adquirido una especie de admiración por dicho hombre, parecía ser bastante sabio respecto al juego. Al parecer su investigación no había sido la mejor, puesto que al llegar al lugar de reunión pudo percatarse que Aihara no estaba solo, a su lado se encontraba una chica, no tenía idea de quién era. Podría ser su hija o tal vez su mujer, la muchacha parecía extremadamente joven, incluso tenía rasgos infantiles, no era fea, pero tampoco poseía una belleza deslumbrante a simple vista, si era la segunda opción a la que estaba pensado, Shigeo tendría gustos algo extraños. No quiso tomarle tanta atención a aquella joven, pero no puedo evitar sentirse molesto cuando los grandes ojos de ella lo miraban acosadoramente.

Los tres hombres se saludaron como era común en esta clase de situaciones.

-¿Quién es esta adorable muchacha? -Pregunto Takashi al no poder evitar saber la identidad de la chica.

- Ella es Kotoko, mi hija.-Respondió Shigeo de manera desinteresada.- Ella insistió en venir.

-Mucho gusto, soy Aihara Kotoko.-Se presentó, para luego hacer una reverencia.

A Naoki le asombró la cantidad de energía de la chica, lucía extremadamente feliz sin razón alguna, no recordaba haberla visto en alguna otra parte a pesar de tener una muy buena memoria, pero extrañamente sintió que ella sí parecía conocerlo.

La noche no pasó con ningún percance a pesar de que la joven seguía mirándolo a cada instante no le afectó a la hora del juego, nada podía desconcentrarlo de algo que le interesaba tanto como lo era los juegos de mesa al estilo chino, esta vez no ganó, pero se sintió mucho más recompensado, había visto técnicas increíbles hechas por Aihara, tenía muchas ganas de aprenderlas, la única forma en que el cometiera dichos conocimientos era siendo su aprendiz, así que no tardó en pedírselo. El hombre mayor tardó unos segundos en respondedor, había visto un potencial en él, así que su respuesta fue positiva, Kotoko al escuchar esto saltó de alegría, como si fuera a ella quién le hubieran dado esa oportunidad.

Takashi y Aihara estaban conversando sobre temas en común, ambos se conocían desde antes, así que podían hablar con más confianza, en ese mismo momento Naoki estaba recogiendo su abrigo, rápidamente sintió una presencia cerca de él, no había que ser un genio para inferir de quien se trataba

-Irie-kun estuviste asombroso, realmente eres admirable.- Mencionó una dulce y chillona voz.

- Ah, te lo agradezco, pero de todos modos no gané.- Intento ser distante como siempre lo hacía, tal vez así ella se alejaría, no le interesaba formar muchas relaciones fuera de lo académico y laboral.

-Eso no importa, estoy segura que le diste un gran dolor de cabeza a mi padre.- Afirmó sin perder esa gran sonrisa que había estado en su rostro desde el inicio de la noche, incluso Irie llegó a pensar que la joven tenía algún problema en la mandíbula que la hacía permanecer en esa posición.

No importaba lo que le dijera, la chica era positiva a todo lo que se refería a él, era más que notorio que aquella pelinegra gustaba de él. ¿Y él? Bueno no era su tipo, en realidad ninguna chica era su tipo, tampoco sentía atracción por los hombres, por lo que había asumido era una especie de asexual, pero sin plantearlo estaba mirando el rostro de aquella muchacha molesta, más de lo normal. Los rasgos de la chica eran similares a los de una graciosa muñeca, piel blanca sin ninguna impureza, probablemente jamás tuvo acné, labios pequeños y redondos que constantemente se reconocieron y se formaban en una "o", ojos grandes y circulares de color avellana los cuales pestañeaban más de lo que lo hacía una persona normal, su cabello era largo, unos cuantos centímetros más abajo de su pecho se veía bien cuidado, pero no exageradamente, probablemente jamás lo tiñó , poseía unas ondas, parecían no naturales por lo que supuso que se había arreglado para dicha ocasión, ya que también usaba un sutil maquillaje. Naoki se maldijo a sí mismo por notar estos pequeños detalles, se supondría que no le prestaría atención en lo absoluto, casi la ignoraría.

Probablemente la vería seguido más de lo que quería, debía ir tres veces en la semana a la casa de Aihara, tomaría lección de estrategia y disciplina, aunque solía ser bueno en estos puntos todavía podía ser mejor. Cada noche se llenaba de conocimiento y casi contra su voluntad conocía más sobre la chica, ella buscaba cada segundo donde no estaba jugando para hablar con él, preguntaba cosas que eran irrelevantes o al menos si ella estaba intentando coquetear con él lo estaba haciendo pésimo, como a qué jardín de niños había asistido o el nombre de su primera mascota. Por la parlanchina chica se había enterado que asistían a la misma universidad, por lo que supuso que tenían más o menos la misma edad, no le preguntaría su fecha de nacimiento no le importaba relacionarse aún más con ella, Naoki era bastante observador por lo que le extrañó no haberse dado cuenta de la presencia de la extrovertida Kotoko, debía asumir que no tomaba atención a la mayoría de sus compañeros, pero ella era un caso especial, podía escuchar su voz incluso antes de tocar la puerta de los Aihara.

Así que cuando comenzó el nuevo semestre involuntariamente Naoki buscaba con la mirada a la hija de su sensei en la universidad, por su parte ella no perdía la oportunidad de estar pegada a él. En algunas ocasiones solía acompañarla hasta que llegará a su casa con la excusa de que debía hablar con su padre, sinceramente su real motivo para no dejarla sola en las calles era el temor de que ella cayera por algún agujero de alcantarillado su nivel de torpeza podía llegar hasta ese extremo o eso era lo que quería pensar Naoki al dedicar aún más de su tiempo junto Kotoko.

-Irie-kun.- Mencionó la pelinegra mientras ambos entraban al establecimiento.

- ¿Qué sucede? - Con la indiferencia que lo representaba

- Mis amigas me han dicho que la gente ha inventado algunos rumores sobre nosotros.

- ¿Qué clase de rumores? .- Deteniéndose para mirarla.

- Bueno tú no eres muy cercano a las chicas...y como tú y yo hemos vuelto unas cuantas veces juntos a casa ellos creen que ...

-¿Qué tú y yo qué? Kotoko termina de hablar correctamente.

- La gente piensa que estamos saliendo.

- Ah- quedándose callado por algunos segundos.

-¿Era solo eso? ... No hay que tomarle importancia.

-¿No estás molesto?

-No, no creo que deba darle explicaciones a nadie sobre mi vida amorosa.

- De todos modos me encargaré de desmentir esos rumores, no quiero perjudicarte irie-kun.- Afirmó con seguridad.

- No los niegues.- Pidió rápidamente el chico que estaba unos pasos adelantando de ella.

- ¿Eh? Aihara no entendía muy bien a qué se refería.

- No niegues que estamos saliendo.- Nuevamente comenzó a caminar.

- ¿Eh?- Esta vez lo gritó con más fuerza.- ¿Por qué no quieres que diga la verdad? .- Mientras corría detrás de él.- Podría ser que yo te g...

Naoki se detuvo y la cabeza de la joven chocó con la espalda de este.

-Muchas chicas me han confesado su amor últimamente, ninguna de ella me interesa, tal vez si la gente que cree que estoy saliendo contigo esas declaraciones disminuyan.- Además también te pueda servir a ti para que ningún mal chico se te acerque, tu padre me ha comentado que quiere un buen hombre para ti.

- Entiendo.- Una enorme sonrisa se formó en los labios de la adorable mujer.- Estoy segura que a mi padre le gustaría un yerno como tú, Irie-kun.

- Creo que a cualquiera le gustaría un suegro como Aihara-san.- Posó su mano sobre la cabeza de la pelinegra.

La escasa sonrisa cambió por un leve sonrojo en el joven rostro de la muchacha. Sus ojos se conectaron por algunos segundos, para el estricto y calculador Irie parecieron más que eso, algo en su cuerpo se sintió raro, un leve temblor en él sacudió en lo más profundo de sus entrañas. Su cabeza por impulso propio se inclinó hacia la de Kotoko, la chica cerró sus ojos ante lo que había esperado desde hace mucho tiempo, su primer beso con la persona que amaba, pero en cambio la mano de Naoki que estaba sobre su cabeza comenzó a moverse mientras desordenaba todo sus cabellos.

- Espero que tomes mucha atención a tus clases Kotoko-san.- Mientras ella abría sus ojos sorprendida de lo que no había pasado.

- Lo haré, irie-kun.- Respondió alegremente, pero con una profunda decepción dentro de ella.

Por un segundo se le había pasado por la mente besarla, sabía que eso prácticamente confirmaría los rumores que estaba tratando de convencerse que eran buenos para él en cierto modo, pero aun así era un momento íntimo, dicha acción necesitaba ser tratada de una manera especial y no precisamente de una manera romántica como solía tomarla el resto de la gente, pero para la era algo nuevo y si así dependía debía tomarse todo el tiempo que necesitara sin presiones y menos delante de mucha gente como pasaba en ese momento.

Siguió pasando el tiempo y en cierto modo la chica Aihara dejo de ser molesta para él, se había dado cuenta de que no era completamente estúpida, a pesar de que no había heredado el talento en la cocina como Shigeo. Hombre que además de dedicar unas horas de su tiempo al mahjong también tenía un modesto restaurante que era su principal fuente de ingresos, la chica si poseía una cierta técnica en estos juegos, podría decirse que era casi tan buena como ellos, solo que a Kotoko no le interesaba en lo absoluto seguir perfeccionarse.

Extrañamente una tarde la espero alrededor de una hora en la salida del establecimiento, pero no llegó, al día siguiente pasó exactamente lo mismo y al parecer estaba llegando muy tarde por las mañanas a la escuela, debido a que no se topó con ella, para su mala suerte la curiosidad lo mataba, por alguna razón ella había decidido mantenerse alejada de él, era increíble que Kotoko hiciera eso siendo que él se estaba esforzando en crear una relación dentro de la universidad. La tercera tarde sin tener noticias de ella Naoki decidió preguntarle a una de las amigas de Kotoko si sabía el paradero de esta.

Para su asombró la pelinegra se encontraba en la biblioteca, yacía dormida sobre la larga mesa de madera con libros en su alrededor, No era una sorpresa para nadie que la chica no era muy buena en los estudios, probablemente se había esforzado en estudiar en esos días para sacar buenas calificaciones. No había nadie en el lugar y la bibliotecaria se encontraba en su hora de almuerzo lo que le permitió acercarse a ella para mirarla más de cerca. Le parecía increíble lo plácidamente que ella dormía, la mesa parecía bastante incómoda, su manera de dormir era extraña para él, tenía su cabeza apoyada sobre unos libros dejando su rostro completamente expuesto, tuvo el impulso de tocar una de sus mejillas, era suave y tersa además de estar tibia, su mano bajó hasta los labios de Kotoko no se había dado cuenta lo regordete que eran para una mente más pasional hubiera sido más coherente llamarlos carnosos, pero el término que pensó era más como Kotoko, algo gracioso y capaz de sacar una sonrisa en él, incluso en ese momento la chica sonreía, le alegraba creer que tenía un sueño feliz aunque significa que ella luego estaría hablando por horas sobre él, incluso eso era mejor que la ausencia de aquella dulce jovencita.

-¿Por qué solo tú me haces sentir así, Kotoko?- Preguntó en un susurro para luego besarla.

A penas Naoki rozó sus labios con los de Kotoko sintió lo suave y dulce que eran aunque sentía la necesidad de intensificar aún más el beso y mover sus labios no lo hizo, si hacia eso seguramente Kotoko despertaría y no tenía ganas de inventar una excusa para justificar lo que estaba haciendo.

El deseo que le hacía sentir esa chica nada ni nadie se lo producía, si sentir estar lejos de esa mujer era una debilidad para él evitaría a toda costa que ella se fuera de su lado, incluso se casaría con ella si era necesario, al fin y a cabo ganaba demasiado estando con ella, saciar su instinto humano como era gustar de alguien y poder emparentar con Aihara y llegar a saber todo lo que debía ser para ser el número uno en los juegos chinos. Luego de una semana todo volvió a la normalidad y nuevamente la joven estaba detrás de él intentando alcanzar los largos pasos de Naoki.

Sabía que Shigeo era algo anticuado así que lo más coherente era obtener su bendición para salir con su hija, esa noche planeó asistir a su restaurante, cuando estaba algunos metros de llegar allí divisó de lejos tres siluetas, una de ella era inconfundible, Kotoko junto a su padre y un hombre joven que no creía reconocer.

A pesar de que no estaba tan cerca por la escasa bulla pudo escuchar su conversación

-Te agradezco mucho que te quedarás más tiempo del debido kinnosuke.- Mencionó Aihara.

- No hay de que padre, tú sabes que lo hago con mucho gusto.- Respondió el chico desconocido.

¿Padre? Naoki estaba casi seguro que la única hija que tenía Aihara era Kotoko, nunca mencionó otro hijo o tal vez podría ser que el desagradable hombre y Kotoko...

- Te he dicho miles de veces que no me llames padre, la única forma que aceptaría que me llamarás así es que te casarás con Kotoko.

- Kin-chan eres solo mi amigo, solo me gustas de ese modo.- Intervino la joven.

Entonces eso era, Kotoko tenía pretendientes, no era extraño ella era una chica con una belleza refrescante también era amable incluso a él que no parecía su tipo lo había logrado conquistar.

Decidió que ese día no era el indicado para un posible acercamiento con la hija de Aihara. Al día siguiente sutilmente le preguntó a Kotoko quien era ese hombre, era otro aprendiz de su futuro suegro solo que en el área de la cocina, le preocupaba que ganará ventaja en la confianza de Shigeo posiblemente Kotoko conocía a ese chico desde antes que él y de igual manera su padre, aunque él tenía una ventaja, Kotoko parecía gustar de él o al menos eso demostraba, aún así incluso un genio tenía inseguridades.

Los campeonatos y partidas oficiales habían comenzado, Naoki logró llegar a la semifinal con gran facilidad. Una pequeña reunión amistosa se formó entre los posibles finalistas era algo informal por lo que posiblemente habría algo de comida y alcohol. Cuando aún no habían comenzado a jugar Kotoko llegó de improviso, Shigeo había olvidado su teléfono celular y la muchacha se lo había llevado.

-¿No te quedarás?.- Preguntó al ver que se despedía de su padre.

- Me encantaría, pero mañana tengo un exámen a primera hora.

- Espero todo salga bien.

- Lo mismo espero, hasta mañana Irie-kun.- Hizo el gesto con la mano y se marchó.

Naoki la miró hasta que se perdió en la oscuridad del lugar.

- ¿Te gusta esa chica, no es así Irie-san?- Mencionó Takashi al darse cuenta que la seguía con la mirada.

No respondió, no era algo que hablaría con aquel hombre.

-Si tanto te gusta deberías apostar su mano con Aihara.

Rápidamente se acercó bastante al hombre y le demostró su enojo por dicho comentario.

-Era una pequeña broma, no te enojes.

-No disfruto de esa clase de bromas, así que no vuelvas a mencionar a Kotoko.

(...)

Al pasar de las partidas los hombres comenzaron a emborracharse, incluyendo Naoki, de uno de ellos salió la idea de apostar dinero, para la buena suerte del precario bolsillo de Irie no era tanto lo que debía a diferencia de sus rivales que habían acumulado una gran deuda.

- Creo que he hecho un gran trabajo contigo muchacho, espero que seas paciente te pagaré lentamente, ya que últimamente a mi restaurante no le ha ido tan bien.

Dentro de su cabeza una idea descabellada apareció, influenciada por el comentario de Takashi, ¿Qué pasaría si Shigeo obligaba a Kotoko a casarse con ese cocinero o peor aún Kotoko no sentía lo mismo que él y había malinterpretado las cosas? ella era amable con todo el mundo. No estaba listo para vivir con un corazón roto, tal vez el alcohol estaba haciendo que no pensará claramente y que sus peores temores se hicieran presente.

-No tienes que pagarme, Aihara-san.

-¿Enserio? No creo que sea digno no cumplir mi palabra...

-Pero a cambio quiero la mano de tu hija.

-¿Eh? Sin dimensionar lo que estaba escuchando.

-Quiero que Kotoko sea mi esposa.

Bruscamente Shigeo golpeó la mesa y en seco se levantó. Para ambos hombres dicha acción había acabado con su borrachera.

- ¡No venderé a mi hija! .- Gritó acercándose a Naoki.

Los otros hombres lo detuvieron para que no hiciera algo contra el chico.

- No debí decirlo de esa manera Aihara, lo siento no era lo que quería decir...

- Te enseñé todo lo que pude para qué me pagarás así, realmente eres despreciable Irie, te pagaré todo lo que te debo incluso si debo vender mi restaurante, pero no te daré a mi hija, no vuelvas acercarte a Kotoko.- Tomó su abrigo y se retiró echando chispa dejando sin tiempo a Naoki para explicarse.

Lo había arruinado a lo grande, había perdido la confianza y amistad de Shigeo, incluso una relación entre su hija y él se había reducido a pocas posibilidades, Aihara de una o otra forma impediría que Kotoko estuviera con él. Su último recurso era hablar con la joven debía explicarle lo que pasaba por su mente esa noche incluso no sabía muy bien como se lo explicaría, solo quería verla y hablar con ella.

Pero cuando ella lo vio la mañana siguiente simplemente lo ignoro, era obvio que su padre le había comentado algo, no dejaría que las cosas se calmaran tenía que hablar con ella lo antes posible, fue así como espero que terminaran las clases de la chica y la acorraló para conversar con ella.

- Dijiste anoche que nos veríamos hoy, pero esta mañana me ignoraste.

-Te ignoré porque estoy molesta contigo Irie-kun, realmente no entiendo tu razón para que le ofrecieras eso a mi padre.

- ¿No lo entiendes, no puedes hacerte una idea porque quiero casarme contigo?

- No, no puedo, ¡No tengo idea si te gusto o no, porque nunca me lo has dicho, ni siquiera te diste la tarea de aclarar si nuestra relación era real o solo una farsa para que las chicas no te molestaran!

- ¡Creí que te habías dado cuenta de lo que sentía por tí!

-¡Cómo quieres que me dé cuenta si no me das indicios de nada!

-Pues ahora lo sabes.

- ¡¿Saber que?! Incluso por mi precaria experiencia en el amor a causa de ti puedo darme cuenta que eso no es una confesión.

-¿A causa de mí? Entiendo que tal vez nunca te gustó nadie, pero no puedes culparme por esto, también soy nuevo en esto.

- Tienes razón, la única culpable de haberte amado por más de 5 años soy yo.

-¿5 años? ¿Cómo es posible que me conozca incluso antes de entrar a la misma universidad?

- Secundaria Tonan.- Dijo sin ni siquiera mirarlo -Desde el primer año cuando diste aquel discurso te he amado Irie, solo que nunca te diste cuenta de mi presencia, supongo que porque tú eras de la clase "A" y yo de la "F", tampoco tuve el suficiente valor para confesarte mis sentimientos, una vez incluso iba a darte una carta, pero me arrepentí a último minuto, que bueno que no lo hice seguramente me hubieras rechazado como a las chicas que me pediste que te ayudará a alejar.

Aquella confesión dejó a Irie sin palabras ¿Cómo era posible que lo amara desde hace tanto tiempo? Se maldijo internamente por no haber sido tan observador, ella tenía razón seguramente la hubiera rechazado no por ser de la clase F sino porque nunca estuvo interesado en las chicas, aún así el posible pasado al igual que el futuro eran inciertos, si Kotoko lo hacía sentir así en este momento también lo hubiera podido lograr en el pasado.

- Aún así si te gusto o no, no es lo suficiente para qué tomarás mi palabra en cuenta, ¿Qué te hacía pensar que me casaría contigo solo porque tú o mi padre lo decidieran? ¿No merezco acaso sentir que el hombre con el que me voy a casar me ama siquiera?

- Dime cómo quieres que te ame, lo haré si eso hace que considera casarte conmigo.- Pidió sin recursos.

- No puedo decírtelo, tal vez estés arrepentido, pero ahora mismo no te quiero cerca, heriste mi orgullo y el de mi padre, no me busques por favor aunque tal vez jamás me seguirías.

Ella se deshizo de su acorralamiento y se dispuso a irse, pero la mano de Irie sostuvo la suya débilmente no quería que se fuera pero tampoco quería obligarla a quedarse en un lugar que ella no quería, Kotoko fácilmente rompió su agarre y se fue .

Ya no solo era deseo lo que a Naoki sentía por Kotoko, era algo mucho más grande, ella podía decidir su estado de ánimo y sus ganas de enfrentarse a la vida, ni siquiera su apasionante carrera de medicina o los juegos mahjong le daban la emoción que la pelinegra le aportaba, extrañaba el solo hecho de mirarla o escucharla hablar por horas sin detenerse, el exquisito olor de ella lo había olvidado, pero ella de su mente no salía ni por un segundo, ella lo ignoraba a toda costa, su indiferencia lo mataba, le dolía pensar que Kotoko tal vez experimentó lo mismo a causa de él.

Nuevamente sus compañeros de medicina lo invitaron a una reunión, como era la costumbre solía rechazar dichas invitaciones está vez no iba a ser la excepción, pero algo cambió su decisión, uno de ellos mencionó que también asistirá personas de enfermería, ¿Podría ser que Kotoko también asistirá a dicha fiesta? No sabía con exactitud la respuesta a eso así que debería correr el riesgo, aunque odiara esas cosas si podía verla allí todo estaría bien.

Apenas llegó la busco con la mirada, ella se encontró en una de las mesas junto a las demás estudiantes de enfermería, parecía callada y sin dicha emoción que la representaba, tal vez ella también se encontraba en ese lugar contra su voluntad. Debía encontrar el momento perfecto para hablarle para no ahuyentarla como la vez anterior, no cometería el mismo error dos veces. Alrededor de dos horas Kotoko se despidió de todos en la fiesta a excepción de Irie y salió a la calle, Naoki aprovechó la oportunidad que había esperado toda la noche para seguirla.

Parecía que ella esperaba algo o alguien.

-¿Estás esperando al cocinero? .- Dijo rompiendo el inmenso silencio que había en el lugar.

Kotoko negó con la cabeza, ya se había dado cuenta de su presencia segundos antes por lo que no estaba sorprendida.

- No es algo de tu incumbencia.

- No me subestimes no sabes que cosas me incumbe realmente ahora.-

Ella se quedó callada y no siguió respondiendole.

-Si quieres te puedo llevar, no estaría tranquilo si te vas en taxi.

- No estés intranquilo por mi culpa, el taxi que llame es de confianza, nada me sucederá.

Naoki intento dar unos pasos hacia ella, pero lo detuvo las luces del auto que había llegado justo en aquel momento.

Ella abrió rápidamente la puerta del vehículo.

- ¡Aihara! - Le gritó para que se detuviera.

Kotoko volteó su cabeza en dirección a él.

- Mañana es la final del torneo de mahjong, necesito verte allí.

La chica volvió a quedarse callada por unos segundos.

- No me esperes porque no iré, mi padre no calificó, no hay razón por la que vaya allí.

Él rápidamente se acercó a ella, desprendió una pulsera que tenía en su muñeca y la amarró en la de Kotoko.

-¿Pero qué haces?¿Qué es esto? Intentando sacarcela de la mano, estaba bien amarrada por lo que en ese momento no pudo quitársela.

- Es mi pulsera de la suerte, sin ella no puedo ganar.- Claramente era mentira, el genio no creía en esas estúpidas supersticiones, pero en ese minuto fue lo único que se le había ocurrido .- Si no vas seguramente perderé.

-¡Pues entonces ayúdame a quitarlamela de la muñeca!

- Si realmente te importó irás, si no lo haces te dejaré tranquila, no te buscaré más, te habré perdido a ti y a los juegos chinos.

-¿Por qué me haces esto? .- Exclamó conteniendo las lágrimas que estaban por salir de sus ojos.

- Porque necesito explicártelo todo.- Dijo mirándola a los ojos, ella de igual manera lo miraba fijamente, estuvieron así por unos segundos.

-¿Va a subir o no señorita? .- Interrumpió el taxista.

- Si, lo siento.- Limpiando sus lágrimas, es solo que estoy intentando sacarme esto...

Irie la empujó suavemente a dentro del auto y cerró la puerta.

-Que llegué a su casa segura.- Dirigiéndose al hombre, para luego pagarle.

A Kotoko no le dio tiempo para reaccionar cuando el auto empezó a andar en marcha.

Esperaba verla allí, tenía la esperanza de que el sentimiento de ser el primer amor de Kotoko no haya desaparecido de ella, que esa era la razón por la que la chica siempre estaba junto a él, eso era su única esperanza.

La noche había sido muy larga para ambos, lentamente llegó el día siguiente, Naoki estaba nervioso y no era precisamente por la competencia, su cabeza estaba en otro lado incluso cuando la partida ya había comenzado, cuando habría sido que estaba tan amenazado por su rival , no se había dado cuenta que había pasado tanto tiempo, tiempo que era la señal de que Kotoko no había llegado, la había perdido, la única chica que el genio había amado realmente.

-¡Ánimo Irie-kun! .- Escuchó la chillona, pero dulce y reconfortante voz que había estado esperando.

Kotoko estaba allí, solo algunos metros de él, subió su mano y mostró la pulsera.

Él asintió con la cabeza y puso los ojos en el jugo, no estaba todo por perdido, si se concentraba podía ganar.

Cómo si sobresalir y ser el número uno no fuera de la costumbre para él, Naoki ganó la competencia.

Cuando terminó de recibir el premio y los honores, busco con la mirada a la pelinegra, al parecer ella trataba de huir del lugar, incluso estaba ya en la calle, dónde hasta en ese momento no había nadie.

-¡Te atrapé! - Exclamó Irie mientras sostenía el brazo de la chica.

- Ya cumplí por hoy, ahora necesito irme.

- Esperaba hablar contigo.

- Sea lo que sea que quieras hablar conmigo, no lo necesito escuchar.

- No me odias, si lo hicieras no hubieras venido.

- Claro que no te odio, nunca lo he hecho, y aunque lo hiciera nunca haría algo para perjudicarte Irie-kun.

-¿Eso significa que me has perdonado?

- Así es, te ves arrepiento y lo has demostrado por lo que no hay razón para seguir molesta contigo.

- ¿Entonces por qué no quieres hablarme?

- Es porque ..

- Kotoko.- Tomó su mano dulcemente.

- No necesitas sentirte en deuda con mi padre Irie-kun, sé que con el tiempo llegará alguien que sea como yo y se enamora de mí, no necesitas hacer el favor a mi padre de casarte con su hija.

-Crees que me casaría con alguien solo por gratitud, que estaba dispuesto a estar toda la vida con una persona que no me gustará, que no sintiera nada por ella?

- Pero es que una persona como tú no le gustan las mujeres como yo, escuché miles de veces cuando las chicas se te confesaban, tú las rechazaban diciendo que no te gustaban las chicas estúpidas, yo no soy buena en los estudios ni cocino bien, seguramente no sea tu tipo tampoco ...

Sin esperárselo Irie la beso, callando todo lo que le faltaba por decir. Era un dulce beso, inexperto para ambos, Ninguno antes de conocerse habían besando alguien alguna vez, un beso desesperado por parte de Irie todo debido a lo que había vivido las últimas semanas.

-Este es ... nuestro primer beso.- Mencionó Kotoko.

- Es el segundo.- Afirmó seguro.

- ¿Eh? Sin entender nada en lo absoluto

- No necesitarás contar.- Para luego volver a besarla.

Luego la atrajo hacia él y la abrazó.

- No te alejes de mí nuevamente, Kotoko.

Ella solo asintió con la cabeza.

- ¿Te casarás conmigo? .- Alejándose para poder ver su rostro.

-¡Si! ¡Lo haré Irie-kun, me casaré contigo!

Ambos sonrieron genuinamente.

- ¡Ah! Pero mi padre se opondrá, no creo que nos dé su bendición, él sigue muy enojado contigo.- Dijo desvaneciendo su sonrisa.

- ¿Entonces deberíamos casarnos y luego decirle?

- No lo sé, ahora no quiero pensar en eso.- Siendo ella esta vez quien lo abrazó.

-Te quiero, Kotoko...


Este one-short vino a mi mente debido a que vi la serie " Ten: Tenhodori No Kaidanji" que tiene un manga por cierto, es protagonizada por Yuki Furukawa (Irie Naoki en el Live action) también forma parte del cast Takana Yoji (quien es Aihara Shigeo en el Live action) se me hizo muy loco verlos juntos nuevamente, en el buen sentido, me dio nostalgia, además Yuki posteo en su twitter una foto donde preguntaba algo relacionado al mahjong debido a la serie, Yahagi Honoka (Quien interpreto a Aihara Kotoko x3) respondió a su pregunta y como si la alma de Irie se apoderada de Yuki le respondió que estaba en lo incorrecto que era por falta de estudio, ella volvió a comentarle diciéndole que se seguirá esforzando, era bastante divertido, era como si estuviera leyendo tweets de Naoki y Kotoko.

Agradezco las reseñas que recibí en mi anterior historia, se siente bien compartir con gente que tiene gustos similares a los tuyos, soy partidaria a que Irie sufra un poco más, siento que en ninguna versión su sufrimiento se contrasta con el de Kotoko. tal vez sea porque la mayoría de la historia se ve desde el punto de ella.