Era una tranquila noche en alguna ciudad de la Toscana en Italia y un viento cálido amenizaba perfectamente los últimos días del verano. Ya había pasado un tiempo desde la aparente muerte del infame señor del crimen y el detective mas famoso de Gran Bretaña. Al no encontrar sus cuerpos en alguna orilla del Támesis todos asumieron lo peor, así que ante el conocimiento del público general aquel fue su final. Sin embargo tal no era el caso, ya que aquel hombre de cabellos oscuros y ojos del color de los zafiros, que posee una de las mentes mas brillantes, se encontraba tomando un buen vaso de algún licor sentado frente a la barra de un bar, pero para ojos expertos era evidente que se hallaba un poco impaciente y nervioso, ya que usaba demasiada fuerza para sostener su bebida. Su vestimenta no era la habitual pues estaba bastante cuidada a pesar de su apariencia informal, sin embargo eran sus mejores ropas , las cuales pudo comprar con las pequeñas ganancias que obtenía resolviendo toda clase de aburridos asuntos, lo hacía a regañadientes y quejándose, pero era consciente de que era necesario para sobrevivir en el anonimato de su nueva vida.

-Extraño los grandes misterios, pero no me arrepiento-pensó mientras meneaba el contenido de su vaso antes de darle un sorbo descuidado

Entonces como si pudiera sentir su presencia, lo cual efectivamente era así, ya que reconocería sus pasos en cualquier lugar pues nunca pasaría por alto aquello estuviesen donde estuviesen, en un movimiento rápido volteo su cabeza hacia la puerta y sus ojos resplandecieron de aquella manera especial, la cual estaba absolutamente reservada para una única persona.

Tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no ir a besar a su Liam en frente de todas las demás personas que se encontraban en el bar, aunque en realidad no creía que les prestarían demasiada atención ya que estos estaban mas concentrados en sus propios asuntos. Su reunión especial tenia otro significado mas que solo tomar algo juntos, uno que era mas atrayente haciendo que su corazón latiera desbocado y no pudo evitar tragar saliva debido a su expectación.

William se había presentado al bar a la hora acordada intentado mantener la compostura para iniciar un pequeño juego con su amante. Sabía exactamente lo que generaba en su Sherly, así que como si fuera una provocación se puso su traje mas ceñido y elegante, después de todo durante mucho tiempo había sido un noble así que conservaba ciertos gustos. Las provocaciones entre ambos eran algo presente en sus vidas diarias, como una lucha en la que se intentaba que el otro admitiera la derrota y suplicara por mucho más contacto. A veces ganaba uno de ellos, pero la mayoría de las veces lo declaraban un empate ya que no había placer mas delicioso que entregarse mutuamente.

Como si fuera un gato, con una calma calculada, comenzó a desplazarse hasta la barra y con un movimiento osado coloco suavemente su mano en el hombro de su amante quien oculto a duras penas su sobresalto.

-¿Puedo sentarme a su lado, señor?- su voz era como un ronroneo que no hacia mas que incitar a su compañero.

-cla-claro, ejem, adelante- dijo el maldiciendo en su interior por su titubeo ya que le dio la ventaja inicial a su Liam.

-Gracias, ¿señor…?- dijo William juguetonamente ya que se estaba divirtiendo bastante con esto.

-Sherlock Holmes, para servirle- mientras tomaba su mano y la besaba a modo de revancha, ya que él no sería un jugador pasivo.

-Un gusto, señor Holmes- saboreando cada sílaba.

La manera en que pronunciaba su apellido hacía que deseara que lo dijera ahogado en placer como en otro tipo de circunstancias, unas mucho mas apetecibles y privadas. Sin embargo no perdería, así que haciendo uso de toda la galantería en su interior, la que siempre salía a flote con su Liam, le pregunto su nombre.

-James Moriarty, William James Moriarty. ¿Le molestaría que lo acompañara?

-Por su puesto que no- intentando contener su emoción y no tardo en contratacar- sería un gusto compartir una bebida con un caballero tan distinguido como usted.

Sherlock se dio el placer de mirar a su Liam de pies a cabeza, admirando su bien cuidado traje deseando arrancárselo apenas tuviera la oportunidad, pero debía contenerse pues la mirada de William brillaba con diversión como si dijera "¿Te gusta lo que ves?", por eso mismo no le daría la victoria fácilmente, ambos habían estado compitiendo por tanto tiempo y siempre era emocionante, así que disfrutaba mucho viendo hasta donde podían llegar.

-¿Qué le sirvo?- dijo el tabernero mientras descuidada e inconscientemente rompía la tensión entre esos dos.

-Lo mismo que este caballero, por favor- pidió educadamente William

El tabernero se volteó para buscar los licores que iba a mezclar sin prestarle mayor atención a aquel par.

-¿Puede manejarlo, señor Moriarty? Es un poco fuerte- dijo Sherlock con un poco de burla y preocupación mal disimulada.

-Claro que sí, mi amante suele tomar toda clase de preparaciones y me anima a probarlas de vez en cuando.

-¿oh? Eso suena interesante, debe ser un hombre increíble para que usted esté con él.- dijo el jugando.

-Se podría decir que sí, aunque sus experimentos suelen provocar inesperadas explosiones- dijo él con cierto tono divertido molestando a su compañero.

-Hey eso solo fue.. Él debe causarle muchos problemas- dijo él corrigiéndose para mantener su papel.

-No realmente, yo diría que es completamente encantador- dijo el sonriendo suavemente provocando que las ansias de Sherlock por besarlo solo aumentaran.

-Yo encuentro que quien es realmente encantador es usted señor Moriarty, Si no le molesta ¿Me contaría mas acerca de usted?- Dijo con tono coqueto Sherlock

-¿No cree que es un poco atrevido preguntar aquello, señor Holmes? Aunque no me desagrada- dijo William dejando escapar una pequeña risita.

-Es bueno escucharlo, Ahora cuénteme ¿Quién es el señor Moriarty?

-Bueno, no soy de aquí pero me gusta mucho Italia, podría decirse que estoy en medio de una escapada romántica con mi amante.

-¿Su amante no se enojará con usted por estar compartiendo una bebida con otro hombre?

-Mi amante no es así de mezquino, sabe que solo lo amo a él- dijo con tono cariñoso.

-¡Liam, eso no es justo!- pensó desesperadamente Sherlock luchando por no sonrojarse

William solo sonrió inocentemente pues sabía que su Sherly era débil ante las palabras de amor así que decidió llevarlo aún mas lejos pues sabia que su amante estaba en estado de pánico interiormente.

-Él suele abrazarme por detrás cuando estoy corrigiendo las tareas de matemáticas que le deje a mis alumnos. Yo le digo que estoy ocupado pero sus manos comienzan a recorrer mi abdomen debajo de mi camisa, besa mi cuello porque sabe que no puedo resistirme cuando hace eso y entonces…

-Señor , aquí tiene su bebida- señalo el tabernero que había sido olvidado hasta ese momento.

-Oh lo siento, muchas gracias- dijo William recibiendo el vaso que contenía un líquido color dorado como sus cabellos. Cuando el tabernero se fue el rubio se dispuso a beber del vaso sintiendo un ligero ardor en su garganta y por el rabillo de sus ojos escarlata pudo observar claramente como su Sherly lo observaba con deseo, seguramente pensado en lo mucho que le gustaría enterrar sus dientes en su cuello y marcarlo como tantas veces había hecho antes. Por alguna razón a su amante le encantaba hacer aquello y William lo dejaba ya que de cierta manera eso lo excitaba también. Tuvo que contener una risa pues ver a su Sherly contenerse era demasiado divertido, pero el juego sería muy breve si le daba lo que quería inmediatamente, así que decidió seguir provocándolo un rato más.

-Señor Holmes, me está mirando mucho. Usted también debe tener una pareja.

-Así es, él es demasiado apetecible, si pudiera en este mismo momento lo tomaría entre mis brazos y… creo que no es buena idea seguir hablando de eso- mientras lo miraba intensamente como si pudiera devorarlo con sus ojos.

-Me interesaría mucho escucharlo- mientras lamía sus labios en un intento de llevar hasta el límite a su Sherly.

Este trago saliva nuevamente, ya que su Liam si sabía cómo provocarlo, hasta el punto en que no le importaría mandar todo al carajo y llevárselo de allí hasta el primer lugar con privacidad que encontraran para tomarlo de manera intensa y ruda, este juego lo tenía al borde del colapso pero el también podía hacer movimientos para desestabilizar al otro.

-Primero comenzaría por acariciarlo suavemente-mientras atrevidamente colocaba su mano en la pierna de su Liam quien se sobresaltó casi imperceptiblemente.

-¿Y después?- dijo intentado no dejar escapar un suspiro complacido.

-Lo tocaría lentamente hasta hacerlo perder la razón.- dijo tentadoramente mientras empezaba a acariciar insistentemente por encima del pantalón.

-Aja ¿Y luego?- mientras luchaba por mantener la compostura

-Cuando estuviera suplicando por más lo complacería con mi…- se acerco a la oreja de su Liam susurrándole tentadoramente mientras le daba un pequeño apretón a su miembro por encima de la tela

-nngh- gimió despacio William.

Sherlock se alejó rápidamente pues si seguía estaba seguro de que terminaría por tomar a su Liam allí mismo.

-Je creo que fue demasiado ¿Verdad?- dijo el intentando calmar su corazón desbocado

-¿Lo cree así, señor Holmes?- Dijo William con los ojos escarlatas oscurecidos de deseo y un ligero sonrojo en sus mejillas, pero sin dejar su porte arrogante y provocativo a pesar de su estado.

-¿Podemos?- la pregunta implícita que evocaba los deseos más oscuros de ambos

Se miraron intensamente y decidieron que lo mejor sería abandonar el lugar lo mas pronto posible, ya que la urgencia de unirse les estaba quemando cada centímetro de sus pieles, pagaron y se fueron.

No les costó demasiado encontrar una posada, no era para nada elegante como los demás alojamientos a los cuales solía estar acostumbrado William cuando era un noble, pero era lo suficientemente buena para amarse el uno al otro de manera más carnal y con cierto nivel de privacidad.

El cuarto era discreto con decoraciones de mimbre y algunos cuadros que en realidad no les importaron pues estaban demasiado ocupados devorando la boca del otro, William tenia enroscados sus brazos alrededor del cuello de Sherlock mientras este luchaba por quitarle la parte de arriba de su traje.

-¿Estás impaciente, Sherly?- mientras se separaba de su boca por algunos segundos con cierta actitud provocativa.

-¿Cómo no estarlo, si has estado jugando conmigo toda la noche? Además de que no soy el único así-mientras le daba un apretón al miembro de su amante provocando que este dejara escapar un audible gemido.

-¡Ah! Nghnn- gimió con gusto el rubio

-Tenía tantas ganas de hacerte esto, y lo hubiera hecho allí mismo, pero me hubieras regañado después- mientras apretaba deseosamente con ambas manos el trasero de su Liam y lamia su cuello incansablemente dando besos y pequeñas mordidas.

-Señor Holmes usted es muy atrevido- dijo con cierto tono divertido William

-Ya no estamos jugando. Llámame Sherly- Fue su orden y para manifestar su disgusto mordió fuertemente el cuello de su amado provocando que este gimoteara un poco por el placer y el dolor producto de esa acción.

-Eso fue muy rudo, señor Holmes- aún a pesar de estar hecho un desastre no perdería la oportunidad de molestar a su amante.

-Te mostrare que tan rudo puedo ser en realidad- en realidad nunca lastimaría a su Liam, pero este siempre estaba provocándolo y lo hacia perder la cordura, así que siempre se aseguraba de que este pagara el precio por aquello. Así que lo guio hasta la cama y lo empujo haciendo que cayera encima del cobertor

-Adelante, señor Holmes- mientras lo miraba retadoramente pero sus ojos brillaban con deseo.

-Definitivamente estoy atrapado en tu mirada- deleitándose con la hermosa vista de su Liam quien tenía los labios entreabiertos hinchados y los ojos brillosos producto de todas las emociones que Sherlock generaba en él, lo cual complacía enormemente al de cabellos oscuros pues el placer de ver de esa manera al que fue el infame señor del crimen era indescriptible y además era un privilegio que no le daría a nadie más, mandando pequeñas descargas placenteras hacia su miembro.

-¿Te gusta lo que ves?- dijo con la respiración agitada William

-Sabes que sí, pero me gustaría mucho mas convertirte en un completo desastre. Así que lo haré en este momento.- mientras lo miraba intensamente y con impaciencia comenzó a desvestir completamente a su amante. Cuando hubo logrado su cometido, beso, lamió y tocó toda la piel que estaba a su alcance, todo aquello no hacía nada mas que aumentar la temperatura de la habitación. Además de que la blanquecina piel era como una invitación para que Sherlock la manchara con bonitas marcas rojas que a su parecer combinaban perfectamente con los ojos escarlatas de su Liam.

-She-Sherly, por favor- lo miro suplicante

-¿Por favor que?- se hizo el desentendido

-Tú sabes, nnghn- mientras llevaba la mano de su Sherly hasta su parte baja.

-Se un buen chico y pídelo apropiadamente, fuiste un niño muy travieso esta noche- dijo con la voz enronquecida.

-Por favor, tócame, por favor-suplico el hombre de rubios cabellos, al borde de la locura, ya que su Sherly sabía exactamente como complacerlo en todas las formas posibles.

-Sus deseos son ordenes, mi señor.

Y tal como prometió empezó a acariciar con algo de rudeza el miembro de su amante ya que él mismo se sentía demasiado impaciente, pero primero debía hacer las preparaciones para no dañar a su querido Liam. Los gemidos de William llenaban la habitación, aquello era como música en los oídos de Sherlock así que continúo frotando, pero no lo dejo acabar ya que se alejo haciendo que este gimiera con inconformidad.

-Sherly- reclamo William.

-Shh tranquilo, ahora es mi turno- mientras colocaba un dedo sobre los rojos labios de su amante. Con impaciencia saco su propio miembro y lo masajeo un poco, el líquido preseminal brillaba en la punta.

Se llevo tres dedos a la boca para humedecerlos bien pues era necesario preparar a su Liam para no hacerle daño, aunque ya lo habían hecho en numerosas ocasiones. Al inicio cuando recién estaban acercándose más sexualmente fue definitivamente extraño y Sherlock lo veía como una especie de experimento, pues a ambos en el pasado no les interesaba mucho aquello de las relaciones, pero después de conocerse y probarlo juntos, no pudieron parar.

-¿Puedo?- le preguntó por si acaso, ya que era evidente que su Liam lo deseaba tanto como él.

-Sí, por favor- mientras lo miraba suplicante

-No puedo prometerte que seré cuidadoso ¿esta bien?- dijo como si fuera un gruñido mientras que empezaba a meter uno de sus dedo en el interior del lindo rubio, pero le gano la impaciencia y metió el otro, haciendo tijeras juguetonamente con ellos abriendo la entrada de su dulce y provocador Liam.

-¡Ah! Ahí- mientras gimoteaba de manera que solo lograba encender más a su Sherly quien trago saliva y antes de siquiera darse cuenta ya se encontraba empujándose hacia el interior de su amante.

Cuando ya estuvo completamente dentro ambos dejaron escapar un gemido satisfecho y se miraron nuevamente con sus ojos nublados de placer llevándolos a besarse apasionadamente otra vez.

-¿Puedo moverme?

-Señor Holmes, en este punto esa pregunta está de más, no cre.. ¡Ah!- mientras sentía como su Sherly daba una fuerte embestida

-Ahí vas de nuevo, no me culpes si te tomo demasiado rudamente- mientras seguía embistiendo porque la sensación de estar en el interior de su Liam era demasiado placentera.

-Por favor- Dijo William sin ser consciente de que aquello solo hacia que el deseo de Sherlock aumentara.

Las embestidas seguían, cada vez más rápido y duras, Sherlock cuando se trataba de su Liam enloquecía completamente, tanto que fue capaz de saltar de un puente solo para salvarlo, ahora que lo tenía seguro entre sus brazos no lo iba a dejar por nada y por nadie. Disfrutaba compartir su vida con él, pero tenerlo gimiendo y rogando por más debajo de él era la mejor sensación que pudiera existir en el mundo, mucho más que cualquier otra cosa. A pesar de que estaba siendo un poco brusco al tomarlo no dejaba de besarlo y mimarlo incansablemente, su Liam estaba tan encantadoramente cooperativo abrazándolo fuertemente que no podía resistirse por más tiempo. Así que siguió embistiendo por un rato hasta que ambos terminaron en éxtasis y William también lo disfruto muchísimo ya que rasguño con fuerza la espalda de su amante. Cuando ambos se hubieron calmado un poco el rubio sorprendiendo a Sherlock se levanto de la cama dejando al descubierto su desnudez mientras la esencia de Sherlock se deslizaba entre sus muslos, lo que provoco de sobremanera a su amante que no demoro en reclamar que volviera para tener una segunda ronda.

-Espérame un poco Darling, te tengo una sorpresa.

-¿De verdad, Liam? Pero yo no tengo nada para ti- empezó a preocuparse el hombre de cabellos oscuros.

-Tranquilo, es algo que vamos a disfrutar los dos- mientras le guiñaba un ojo coquetamente.

-¿Sabes que me enloqueces verdad?

-Claro que sí- mientras le miraba con un poco de arrogancia

Efectivamente Sherlock prácticamente estaba en la palma de la mano de su Liam y este lo sabía perfectamente, pero nunca haría algo que dañara a su Sherly de nuevo. Así que con parsimonia movía sus caderas al caminar pues le gustaba la idea de darle un pequeño espectáculo a su amante quien debía usar todo su autocontrol para no lanzársele encima otra vez. William se agacho y busco entre sus propias prendas algún objeto, hasta que lo encontró.

Su amante en la desesperación del momento no noto que su Liam llevaba algo así, por lo que estaba un poco sorprendido cuando este se acercó con un frasco y le pidió que bebiera el contenido.

-¿Liam?- lo miró con duda

-Tranquilo, es algo que me dieron. Dicen que sirve para eliminar la fatiga.

-Pero yo no estoy cansado- reclamo Sherlock

-Te he visto fumar con mas frecuencia, me preocupas Darling

-¿Mi Liam, preocupado por mí? ¡Eso es adorable!- mientras que enternecido frotaba con su mano los cabellos de su amante.

-¡Sherly!- dijo William que todavía no se acostumbraba del todo a aquellas demostraciones efusivas de afecto- Ahora tómalo

-Esta bien, Gracias Liam- mientras lo miraba cariñosamente y tomaba el contenido del frasco.

Sabía dulce sin embargo al instante comenzó a sentir mucho sueño así que se fue deslizando hasta quedar acostado en la cama como si se hubiera desmayado.

-Lo siento Darling, esto será muy divertido- Dijo Liam mientras observaba con cariño a su Sherly.