Eres la razón de mi vida.

Capítulo 1

Candy.-

Aún recuerdo ese amargo día había acudido a mi cita con el ginecólogo, lo habíamos intentado tantas veces y el anhelado resultado positivo solo no llegaba, desde que nos casamos Albert y yo planeamos tener a nuestros bebes después del primer año de casados. La tía abuela, después de dar su bendición para nuestro matrimonio lo hizo con la condición de que le diéramos muchos sobrinos nietos.

Cada que me ve en desayuno, veo su cara de molestia al ver que no le doy la noticia y no es para menos ya tenemos cinco años de matrimonio, solo hace mención cada mes…

-Bien hasta cuando más van a esperar, para dar el heredero a la familia.

-Tía por favor podría dejar ese asunto para después.

-¡Después! William, tu sabes lo importante que es que des un heredero a la familia.

-Me disculpan, me duele la cabeza.

-Si amor ve a descansar.

-Tía, ¿porque tiene que tocar el tema frente a Candy? sabe que le afecta que usted mencione este tema.

-Sabes bien que hay solución para todo, podríamos buscar una chica que pueda y solo les dé él bebe.

-No tía, yo no quiero hijos con una desconocida si no, es con Candy, simplemente no los tendré.

-Hijo, lo lamento pero tú sabes que los del consejo van a insistir hasta que.

-No tía, dije que no y no me haga repetirlo.

-Yo cuando subí a la habitación solo me di un baño de tina, solo el recordar lo que me dijo el doctor hacia que le alma se me fuera del cuerpo.

-Lo siento señores Andlay, pero la señora tiene un absceso en el útero que debemos retirarlo pero al hacerlo, ella quedara imposibilitada para tener bebes; lo lamento mucho.

Ese día, recuerdo que llore lo que nunca había llorado en toda mi vida, no podre ser madre recuerdo que cuando me ingresaron al quirófano solo vi las luces blancas y el doctor, que me decía que todo estaría bien. Cuando Salí de la anestesia, ahí estaba mi Albert como siempre tomándome de la mano diciendo que, no importaba que no tuviéramos hijos si en el hogar de pony teníamos muchos niños de que hacernos cargo.

Pero ese no era un consuelo, a la familia le dijimos que solo me harían un procedimiento para poder concebir, pero de eso ya había pasado dos años y la mentira ahora me pesaba. Estaba muy sumida en mis pensamientos, que no escuche cuando Albert ingreso al baño solo lo observe cuando se desnudó, para entrar a la tina conmigo.

-Amor dame lado – poniéndose detrás, de mí para tallar su espalda.

-Las lágrimas comenzaron a fluir sin ni siquiera pedirlo, solo brotaban.

-Amor, no llores sabes bien que a mí no me importa yo te amo aunque no tengamos hijos sabes bien que no te dejare jamás, eres mi vida.

-Albert ahora dices eso, pero entre más pasen los años todo esto va hacer como si tuvieras unos bloques gigantes de concreto sobre la espalda, deberías aceptar lo que propone la tía, digo yo podría.

-Sssshhhh ni lo digas, yo no hare eso, ¿Cómo podría solo arrancarle a una chica a su hijo? No; aparte, si esa experiencia no es contigo simplemente no la quiero.

-Albert, no hagas eso, sabes bien que es una de tus responsabilidades.

-Mi responsabilidad es contigo con nadie más, yo me case contigo porque te amo, porque quiero que me acompañes el resto de mi vida, no para reducirte a que solo seas la procreadora de niños.

-Sí, amor pero la tía piensa que yo soy la que no quiere ya que dice que como no quiero dejar el trabajo del hospital, que es la razón por la cual no quiero bebes.

-Oye mírame.

-Al mirarlo solo me perdía en esos ojos azules que me encantaban, solo me acomodo para hacerme el amor, como solo él sabe hacerlo lo amo tanto, tan es así que he decidido que tendré que dejarlo para que busque una buena mujer y pueda ser padre.

-ALBERT-

A veces siento que Candy esta tan devastada, por el hecho de que se siente responsable de que no puede darme un hijo, pero a mi es lo que menos me importa yo la amo, con o sin hijos, la amo desde que la conocí. Cuando le pedí que fuera mi esposa y ella acepto fui el hombre más feliz de la tierra, no miento si en ese momento me hubieran dicho que ella no podría darme hijos aun así me hubiera casado con ella igual.

Cuando el doctor nos dio la noticia de su estado de salud, solo me imagine el no tenerla a mi lado que sentía que el corazón me iba a dejar de latir, así que lo único que me importa es que ella este bien, sana con esa sonrisa que la caracteriza, aunque últimamente solo veo que su expresión es de dolor. Sé que trata cuando yo la miro de esconder su dolor y sonríe como siempre, pero a veces la observo sin que ella se dé cuenta para ver que está muy triste.

Después de hacerle el amor solo la recosté en mi pecho, me gusta observarla como duerme, sentir su calor, su olor, así que he decidido que haremos un viaje largo donde olvidemos esto, donde mi tía deje sus comentarios sarcásticos, simplemente deje que el mundo de los sueños nos llame a sus brazos.

-CANDY-

Esta mañana, simplemente me sentí demasiado cansada que no podía ni siquiera despertar, sino fue porque mi Albert me daba besos por toda mi espalda desnuda, creo que simplemente no podía abrir los ojos.

-Despierta amor, se te va hacer tarde.

-No sé, porque estoy tan cansada pero está decidido se acabaron esas noches intensas de hacer el amor entre semana, solo lo reduciremos a los fines de semana.

-No…no…no puedes hacerme eso, sabes que amo hacerte el amor entre semana.

-Si eso lo sé, pero mírame estoy muy cansada.

-Pues no vayas a trabajar, sabes que no lo necesitas.

- Sabes bien que eso no va a pasar - Me meto al baño a darme una ducha, al salir me lavo los dientes pero el sabor de la pasta la siento terrible, me da muchísimo asco el sabor a metal entre mis dientes, que solo comienzo a dar arqueadas.

-Amor, te pasa algo.

-No solo es la pasta, creo que está mal no sé, sabe diferente.

-Hmm no me lo pareció, me los acabo de lavar.

-Solo levante los hombros, en señal de que no sabía porque me supo así, termine de arréglame para ir al trabajo, bajamos juntos a desayunar tenía tanta hambre, que solo devore la comida que pusieron en mi plato.

-Amor, vámonos te paso a dejar al hospital antes de irme a la oficina.

-Si solo voy por mi bolso y mi abrigo – Al subir a la habitación de nuevo, de repente sentí que todo se movió, solo me agarre de la puerta, trate de volver a enfocar y me recompuse, fui por mi bolso para bajar.

Al bajar del auto, le doy un beso a mi amor – nos vemos en la tarde.

-Si bonita, en caso que no pueda ir a comer te aviso.

-Si amor.

Al entrar al hospital me toca estar en el área de urgencias, ahora que me siento tan cansada me toca esta área, pero gracias a dios la sala está vacía, debería aceptar lo que Albert me dijo de dejar de trabajar, es que la verdad siento que los ojos se me cierran del cansancio.

No sé, desde hace unos días tengo unas ganas intensas de ir al baño, apenas regreso cuando ya estoy de nuevo en el baño. En eso llaman, que acaba de ingresar un hombre que tuvo un accidente al parecer trae la pierna rasgada, la sangre le brotaba cuando el doctor me llamo para que lo auxiliara, pero yo estaba paralizada ya que el olor alcohol sentía que penetraba en todo mi ser, sumándole a eso el olor a sangre que se combinaba con todo los demás olores, que solo atine a vomitar en el recipiente de la basura.

Mi compañera al verme, solo corrió auxiliar al médico yo vomite todo el desayuno, después corrí al baño para lavarme un poco la cara, cuando regrese tome mi puesto ayudando en lo que podía. Después de eso todo estuvo muy tranquilo, no sé; qué fue todo esos síntomas, debe ser que tendré bichos al menos eso síntomas los tenía cuando era niña por jugar con la tierra, tiene mucho que no me desparasito creo que hare lo que hacia la señorita Pony, tomar algo para eso, no hay como unas cucharadas de aceite de resino no quite.

Llego la hora del almuerzo y como devolví todo en la mañana tengo muchísima hambre, ya mi compañera Kelly me espera para comer algo, aunque sigo sintiendo muy fuerte los olores.

-Hola Candy, oye ¿qué te paso en la mañana?.

-No sé, creo que tengo bichitos en el estómago no recuerdo la última vez que me desparasite.

-No será que tienes un bicho llamado Betito.

-Me puse muy seria, ante esa conclusión – No creo que sea eso, mejor pidamos algo muero de hambre. – levantándome por una charola, solo mire la comida y la verdad todo me daba asco – solo un platón de verduras, un yogur con fruta y un jugo.

-Candy, perdón si dije algo que te molestara.

-No Kelly, no te preocupes es solo que desde esta mañana no sé, me siento rara creo que me va a dar un resfriado.

-Sí, debe ser eso.

-Albert-

Tuve un día de perros, lo único que quería era regresar con mi Candy este día me sentí con un fuerte dolor de cabeza que ya no veía la hora de regresar, al llegar pregunte por ella, pero la servidumbre me dijo que estaba en la habitación, eso se me hizo muy raro ya que ella por lo general siempre está en el jardín esperándome, adora cuidar de las rosas que eran de mi hermana.

Subo a buscarla y la encuentro totalmente dormida, hasta ronca bajo a mi despacho y pregunto, desde que horas llego indicándome que ya un par de horas, miro la hora y ya es tarde tendré que despertarla para que cene conmigo, no puede quedarse sin cenar.

Amor, vamos despierta, la comienzo a besar su cuello pero al parecer está muy dormida, -Amor, vamos hay que cenar ya es hora, ella se remolina en la cama ahora sí creo que está totalmente cansada, creo que hare caso a lo de reducir hacerle el amor entre semana. –Vamos amor, que tengo hambre despierta.

-Hmm si, ya voy es que tengo mucho sueño.

-¿Quieres que pida la cena aquí?

-No, bajare contigo solo deja que vaya al baño.

-Noto, que ella se levanta muy adormilada y escucho que está arqueando de nuevo como en la mañana, algo me dijo en la mañana de la pasta de dientes creo que tendremos que cambiarla. – ¿Te sientes bien?

-Sí, es solo la pasta de dientes y aparte el estómago lo traigo muy revuelto, creo que este fin de semana tomare un desparasitante, sabes todo el día he estado así.

-Sí, creo que sería bueno que hagas eso.

-Candy-

Bajamos a cenar tomados de la mano, la tía abuela había salido por unos meses ya que Annie estaba por tener a su nuevo bebe, así que la tía había ido para estar con ella en los últimos meses, me da mucho alegría por Annie en verdad es una muy buena mama, nunca había sentido envidia por nada, pero ahora la envidio, me gustaría ser yo la que estuviera en su lugar. Pero prometo que seré la mejor tía que esos niños pueden tener, ya que amo a sus hijos como si fueran míos. Albert, ni se diga, igual que yo los adora; cuando vamos a visitarlos es el quien más los disfruta, ya que se la pasa jugando como niño con ellos.

De solo pensar que nosotros no disfrutaremos esa dicha, me duele mucho el corazón pero si así Dios lo quiso, quien soy yo para reprocharle algo, si me ha dado tanta felicidad de estar con el amor de mi vida, solo que últimamente he pensado muy seriamente en …

-Amor, en que piensas.

-Eh no en nada, solo estoy cansada.

-Si lo note, está bien tomare en cuenta tu petición de reducir nuestros encuentros entre semana.

-Albert tu que me haces caso, sabes que adoro hacer el amor contigo el día que sea, solo que esta semana siento que ha sido pesada no sé, quizás pida unos días para descansar.

-Mmm me parece bien, pide la semana que viene y podríamos salir de viaje ¿Qué te parece?

-Albert, si te digo que quiero descansar es eso, descansar sin salir menos con el estómago como lo tengo, este fin de semana tomare algo.

-Los días siguientes, como maldición siguieron igual en las mañanas con unos vómitos, pero ahora hay más síntomas aparte de las ganas de hacer pipí, me duelen los senos ¡Dios! los siento tan sensibles, que no soporte que Albert me tocara anoche, me tuve que excusar de estar con él ya que no soportaba que me los tocara.

Esta mañana, volví a marearme en los cubículos donde dejamos la ropa la verdad ya me empiezo a preocupar, he escuchado que algunos síntomas pudieran ser de alguna enfermedad grave, lo peor es que Albert ya comienza a darse cuenta de que algo no anda bien, en los últimos días siempre me tiene que despertar por las mañanas y cuando llega del trabajo para cenar. Tengo que hacer un esfuerzo sobre humano, para que no me escuche vomitar por las mañanas ya cambiamos de pasta tres veces y yo siento el sabor terrible.

Esta noche, tenemos que ir a una gala pero la verdad yo me siento tan mal, el dolor de cabeza que me ataca últimamente es terrible, tendré que pedir una consulta con la doctora todo el mundo comienza a decirme que estoy muy pálida, que ya comencé a ponerme maquillaje, ni que decir que he perdido un poco de peso, pero es que casi todo me da asco. Estos síntomas los he visto mucho en pacientes con cáncer, ¿será que es lo que tengo? No quisiera ni pensarlo, ¡Dios mío que no sea eso! Kelly, últimamente me molesta que hay un Albertito en camino, pero eso ya está más que descartado, lo sé, porque el doctor me dijo que ya no había ninguna posibilidad de que eso pudiera suceder.

Solo voy a la recepción, para pedir una cita con mi médico aunque tengo mucho miedo las piernas me tiemblan las ciento como gelatina, simplemente me voy acercando y Laura me saluda.

-Hola Candy, ¿en qué te puedo ayudar?

-Laura podrías, pero en eso el dolor de cabeza siento que se hace más fuerte y me ataca de repente un fuerte mareo, que solo comienzo a ver más de dos veces hasta que me desvanezco.

-Albert –

Estaba en una junta muy importante con George y algunos socios de la empresa, la verdad yo tenía un fuerte dolor de cabeza, hace un par de semanas que me siento con ese dolor que simplemente me acompaña, aparte que me tiene preocupado el hecho que últimamente a Candy la veo un poco enferma, en las mañanas la escucho vomitar y últimamente ese cansancio excesivo que tiene que aunque lo quiera ocultar yo lo noto, ella tiene muchísima vitalidad que últimamente la veo demasiado cansada, al grado de que este fin de semana no se levantó hasta pasado del medio día.

Si no, fuera porque la desperté creo que dormiría todo el día, hace días me dijo que tenía un fuerte dolor de cabeza, sin contar que ahora la observe que se estaba maquillando, eso a mí no me molesta ella aun así es muy bonita, pero fue algo que me causo rareza ya que ella no usa maquillaje, es como si quisiera ocultar algo pero ¿Qué? Cuando de repente entra mi secretaria.

-Señor, le llaman del hospital.

-Ha si debe ser mi esposa, contesto en mi oficina – George hazte cargo.

-Señor, dicen que es urgente.

-¡Urgente!

-Si tengo la llamada en mi teléfono.

-Solo dejo todos en la reunión y salgo a contestar, ¿Qué puede ser urgente? – Si bueno.

-Señor Andlay.

-Sí, diga soy yo, ¿le paso algo a mi esposa?. – que es lo primero que se me viene a la mente.

-Sí, es mejor que venga de inmediato.

-No termino ni de colgar, solo corro a traer mi saco le digo al chofer que me lleve de inmediato al hospital donde trabaja Candy, siento que el aire me falta que el corazón se me detiene, ¿Qué le habrá pasado? Estoy que siento que el camino se me hace chico y lento – vamos Marcos aparate a llegar.

-Señor voy lo más rápido que puedo.

-Al llegar, no espero que ni se estacione me bajo del auto casi aun en movimiento, solo me acerco a llegar a la recepción con el corazón a punto de colapsar.

Continuara….