¡Hola otra vez! Antes de que leáis el fic es importante que leáis las aclaraciones de aquí abajo ;)

1- Esto fue escrito en 2016/17 por lo que no estaba muy metida en el tema BDSM así que espero que nadie se sienta ofendido por los errores que haya en este fic (que los hay, estoy segura de ello.) No pretendo educar a nadie sobre el tema, simplemente era mi curiosidad de novata. Añado que se habla de distintas parafilias que pueden, en cierta medida, incomodar, por lo tanto leed bajo vuestro propio juicio.

2- Mi estilo por entonces contenía bastante diálogo y lo he mantenido como el original porque, sinceramente, tendría que haber cambiado tantas cosas para que se pareciera más a lo que hago ahora que me dio muchísima pereza (aunque si lo he editado un poco). Por otra parte, prefiero enfocar mi poco tiempo libre en el contenido de mis fics actuales y no en algo que tiene años.

3- Sí, contiene lemon, pero solo de la pareja principal (SasuNaru) y en la segunda parte.

4- Las parejas secundarias son las siguientes: SebasCiel - Kuroshitsuji; 1827 - KHR; RoyEd - FMA; KageHina - Haikyuu!

Eso es (creo) todo lo que tenía que decir nwn Nos leemos en las notas finales :D


Parte 01

Un peliplateado caminaba tranquilamente hacia la mesa de su mejor trabajador. Por fin había conseguido que ese hombre aceptase una entrevista y no podía mandar a cualquiera a que la hiciese. Divisó a su querido rubio y sonrió aún más al contemplar con quién se encontraba. Se acercó a ellos y colocó su mano sobre el hombro del de ojos zafiro el cual se sobresaltó y le miró con curiosidad.

-¿A qué viene esa sonrisa Kakashi-san? -preguntó un lindo rubio de piel acanelada y ojos zafiro.

-Bueno mi querido rubio por fin he conseguido que ese hombre aceptase hacer la entrevista. -anunció emocionado.

-¿Ese hombre? -inquirió sin comprender un castaño de ojos miel y también de piel acanelada.

-Me refiero a Kobura-san. -aclaró al tiempo en que su sonrisa se ampliaba al ver la estupefacción en los rostros de los menores.

-¿Se refiere al millonario que además de tener una enorme sucursal de hoteles también se sospecha que es un "Master"? -cuestionó ahora un peliazul de ojos azules y piel pálida.

-¿"Master"? -murmuró la palabras sin entender un pelinaranja de ojos de igual color y piel pálida.

-¿No sabes lo que es? -se dirigió a su vez un rubio de cabello largo atado en una trenza, ojos ambarinos y piel acanelada.

-Se denomina así a un hombre que ha logrado cierto nivel entre la comunidad sadomasoquista. Son los que tienen mayor rango, por así decirlo. -explicó el peliplateado al ver como el chico negaba a la pregunta de su amigo y compañero.

-¿Y por qué nos lo dices a nosotros? -quiso saber el rubio quien miraba a su jefe con una ceja arqueada.

-Bueno... eso es porque voy a encargarte la entrevista a ti, Naru-chan. -proclamó con diversión palpable en la voz.

-¿Eh? ¿¡Yo!? ¿Por qué yo? -exclamó sorprendido.

-Pues porque eres mi mejor periodista. ¿Qué otra razón tendría? -respondió con obvio entusiasmo.

-Pero... yo no quiero meterme en eso... -susuró el menor a la vez en que se mordía el labio inferior de forma nerviosa.

-Me da igual lo que quieras o no. He tardado mucho en conseguir que acepte y tu eres el mejor así que lo harás por que yo lo digo. -ordenó y obtuvo un tierno puchero por parte del otro. Nadie diría que el chico ya tenía 24 años.

-Naru... es un gran trabajo no tienes porqué quejarte. -comentó ahora el peliazul.

-A nosotros no nos importaría hacerlo. -fueron las palabras del otro rubio el cual se veía que su intención era la de subirle el ánimo al de ojos zafiro.

-En cuanto a eso... no solo será a él a quien se entrevistará, sino a alguno de los demás visitantes de su mansión... por lo que necesito otros dos entrevistadores y un par de fotógrafos... -llamó la atención de todos el hombre mayor y recibió unas miradas entre confundidas y horrorizadas.

-¿No querrás decir...? -empezó la frase el castaño, esperando con todo su ser que la respuesta fuese una negativa.

-Sip. Vosotros cuatro también iréis. -afirmó completamente entretenido al ver las miradas de espanto de los jóvenes.

-¿No que no os importaría hacerlo? -se burló Naruto con sus orbes brillando con maliciosidad.

-¡No queremos hacerlo! -se quejaron los cuatro a las vez.

-Me da igual. Aquí tenéis toda la información. -finalizó la conversación, dándole un folder al peliazul y marchándose de allí en dirección a su despacho.

Los jóvenes le vieron partir sin decir nada y una vez el mayor desapareció de su campo de visión, suspiros repletos de resignación escaparon de sonrosados labios.

-Bueno... será mejor mirar qué hay que hacer. -comentó el castaño de forma desganada.

-Si... -accedió el de ojos color caramelo cogiendo el folder y abriéndolo con reticencia.

-A ver... aquí dice que serán tres entrevistas y se harán en dos días. -leyó en voz alta el rubio pelilargo.

-¿Por qué en dos? -preguntó el peliazul extrañado.

-Mmm... dice que en el primer día se nos enseñarán las instalaciones y pondremos en claro que tanto puede salir en el artículo. -resumió el de ojos zafiro.

-Mientras que en el segundo día haremos las tres entrevistas basándonos en lo acordado el día anterior. -finalizó el pelinaranja.

-Vale... supongo que los que harán las fotos serán Shoyo y Ed. -asumió Ciel, recibiendo un asentimiento de parte de ambos.

-Entonces, Tsuna, Ciel y yo seremos los encargados de las entrevistas. -concluyó Naruto.

-Vale... pues con todo aclarado, yo vuelvo a mi sitio. -anunció el ambarino levantándose, sin embargo fue detenido por una inesperada pregunta.

-Pero... se supone que haremos las entrevistas en la mansión ¿verdad? -fueron las palabras que salieron de la boca de Shoyo.

-Si, ¿y? -le instó a seguir el peliazul, extrañado por el repentino comentario.

-Pues... que en la información que nos dió Kakashi-san, no viene la dirección por ninguna parte. -señaló y cuendo los demás miraron el folder otra vez, efectivamente, no decía nada de la ubicación del edificio.

-Supongo... que no querrán que alguien más lo sepa. Después de todo, esos lugares solo son accesibles a los socios y nosotros no lo somos. -supuso Tsuna.

-¿Entonces cómo se supone que haremos nuestro trabajo? -gruñó entre dientes y con claro malhumor el ambarino.

-Pues... quizás vengan aquí y después nos lleven, no lo sé.- dijo Shoyo por decir algo. La verdad es que no estaba muy seguro.

-Ya veremos que pasa ese día. -concluyó el de ojos zafiro, el cual tenía otras muchas cosas por las que preocuparse en ese momento.

Los demás asintieron y sin decir nada más, cada uno volvió a su mesa con la intención de terminar con el trabajo que tuvieran pendiente. Aunque por fuera parecían concentrados en sus tareas, por dentro no podían evitar imaginar lo que podría ocurrir durante esos dos días.

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-¿Podrías repetirlo? -pidió educadamente un moreno de ojos rubí y piel pálida.

-Dije que vendrán a hacernos una entrevista el próximo fin de semana. -repitió con tranquilidad un azabache de ojos negros y piel pálida.

-Eso es muy raro en ti... ¿por qué accediste? -quiso saber ahora otro moreno de ojos negros mientras se quitaba unos guantes blancos y se cruzaba de brazos.

-Bueno... el hombre era bastante persuasivo. Además tal vez quienes vengan sean personas interesantes.-comentó sonriendo de lado.

-¿Ya te has cansado de tu juguete de esta semana? -inquirió de forma desinteresada otro moreno de ojos grises metalizados, al tiempo en que alimentaba a un pequeño canario amarillo.

-Bueno... todos los que vienen aquí ya tienen dueño. Además que busco a alguien que sea realmente compatible conmigo. -respondió sin inmutarse.

-Mmm... ¿compatible en qué sentido? -preguntó el último moreno que se encontraba en el lugar, el cual jugaba con una pelota de voley.

-Una cosa es que sea sumiso en la cama, pero prefiero que tengan su carácter fuera de ella. -explicó con una sonrisa ladeada adornando sus facciones.

-Hmp. ¿Y a quién de nosotros se entrevistará? -decidió volver al tema principal el de ojos rubí.

-A dos más a parte de mi. ¿Quién quiere hacerlo? -fueron sus palabras, mirando con una ceja alzada a los demás integrantes de la estancia.

-Mmm... suena interesante, pero tengo cosas que hacer. -murmuró el de guantes.

-No tengo ganas de que se metan en mi vida privada. -respondió el de la pelota.

-Entonces... Sebastian y Hibari ¿no? -se dirigió mirando a los dos restantes.

-Hmp. Me encantaría, sobretodo teniendo en cuenta que no parece que tenga otra opción. -accedió el de ojos rubí con un leve tono sarcástico bañando sus palabras.

-Tsk. Está bien. -aceptó a desgana el de orbes pizarra.

El azabache sonrió y les dio los detalles restantes a los involucrados. Por su parte, los otros dos dijeron que se aparecerían el primer día para ayudar a enseñarles toda la mansión a los periodistas.

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El grupo de lindos chicos fueron a trabajar con normalidad ese fin de semana. No sabían exactamente cuando irían a buscarles, puesto que Kakashi les había confirmado que realmente pasarían por ellos, así que se limitaron a preparar todo lo necesario mientras esperaban.

Como ese día tenían que establecer las bases del artículo, decidieron que solo llevarían con ellos un pequeño blog de notas y un par de bolígrafos, a parte de dos costosas cámaras profesionales y una grabadora de voz.

Vistiendo ropa más cómoda que formal se sentaron en la sala de espera la cual se encontraba junto a la recepción del edificio editorial, conversando amenamente hasta que a las 10 fueron a llamarles. Cuando salieron observaron un caro coche negro aparcado y a un hombre con traje al lado el cual dio una reverencia al verlos.

-Son los jóvenes que irán a hacer la entrevista ¿verdad? -preguntó el señor de forma educada.

-Así es. -afirmó Naruto sonriéndole levemente.

-Por favor suban. El amo los espera allá. -indicó y abrió la puerta del auto, algo que los chicos dedujeron, formaba parte de su trabajo.

Los menores se miraron y sin decir nada más hicieron lo dicho. Se adentraron al auto y poco después este arrancó. Estuvieron unos 25 minutos en la carretera hasta que llegaron frente a una enorme mansión. Cuando el coche paró y ellos salieron del mismo, se quedaron petrificados al observar el inmenso edificio.

-Si viniese yo solo de seguro me perdería. -confesó el pelinaranja asombrado.

-Yo ni siquiera entraría. -mencionó ahora el castaño mirando hacia arriba, no obstante una pequeña mueca de molestia se mostró en su rostro.

-Por cierto... te duele el cuello ¿verdad? -afirmó divertido el rubio de cabello corto.

-¿Eh? -se tapó la nuca instintivamente ante el comentario del otro a la vez en que sus mejillas adquirían un fuerte tono rojizo.

-Mmm... así que ayer hiciste "eso". -le picó el peliazul logrando que el sonrojo del chico aumentase.

-No os metáis conmigo. ¿Qué tiene de malo que lo haya hecho? Estaba estresado. -habló aún sonrojado.

-Vamos, tranquilo, tranquilo. Apuesto a que Ciel también lo hizo. -comentó Ed quien al igual que el otro rubio también sonreía con diversión.

-¡Oye! ¡No me metas en eso! -exclamó con indignación, aunque por el ligero tono sonrosado que su mejillas empezaban a mostrar, todos sabían la verdad.

-Ciel... ese sonrojo te delata. -dijo Shoyo lo que todos habían pensado, mirándole también sonrojado. Le avergonzaba hablar de ese tema en particular.

-Siento interrumpirles, pero ya hemos llegado. -habló el señor que les estaba indicando el camino. Los demás que no los estaban todavía, se ruborizaron, recordando que habían estado hablando de algo personal mientras caminaban hacia la sala donde esperarían al dueño de la casa.

-Gra...gracias. -susurraron de forma entrecordada todos a la vez. El hombre, después de hacer una reverencia, se marchó de allí.

Los chicos entraron a la habitación y se sorprendieron de encontrar unos muebles tan lujosos. Con algo de vergüenza, por lo acontecido anteriormente, se sentaron en los diferentes muebles: Naruto, Edward y Shoyo en un sofá de color marrón chocolate muy cómodo, mientras que tanto Ciel como Tsuna lo hicieron en un par de sillones individuales que se encontraban enfrente del sofá.

-Entonces... ¿fuiste donde Rei? -curioseó Naruto una vez ya se habían acomodado en sus asientos.

-¿No podemos dejar esa conversación? -pidió a su vez un sonrojado castaño.

-No. -negaron rápidamente ambos rubios a la vez lo que hizo que se miraran con sonrisas maliciosas. El ojimiel suspiró resignado y se acomodó mejor en el sillón.

-Así es. Es el único que lo hace de forma decente. -afirmó como si no estuvieran tratando un tema tan íntimo.

-Mmm... ¿no prometimos dejarlo? Después de todo ahora tiene novio. -comentó Edward alzando una ceja y mirándole inquisidoramente.

-Bueno... es verdad, pero no pude evitarlo. Llevaba más de dos meses sin hacerlo y mi estrés aumentaba por momentos. Además que él accedió a hacerlo... -se justificó avergonzado.

-Pero... no creo que Tsuna haya sido el único en ir ¿verdad? -mencionó ahora el pelinaranja, sobresaltando a los dos rubios.

-Hooo... ¿cuando? -exigió saber el peliazul, mirándoles acusadoramente.

-Ehhhh... vale. Hace dos semanas. -confesó Ed sonrojado.

-¿Y tú? -le preguntaron ahora al otro rubio quien había apartado la mirada hacia otro lado.

-Yo... tsk. Hace un mes. -murmuró con resignación.

-¡Ajá! Entonces no podéis recriminarme nada. -dijo con una sonrisa triunfante el castaño.

-Jajajaja que poco aguante tenéis. -se burló el peliazul quien les miraba con una sonrisa autosuficiente.

-No nos vengas con esas. Seguro que tu también has ido. -le acusaron ambos rubios a la vez en que se cruzaban de brazos.

-Nope. Yo si he cumplido y llevo sin ir más de cuatro meses. -proclamó orgullosamente.

-Pero... tú puedes hacértelo a ti mismo así que no cuenta. -comentó el pelinaranja que no había dicho nada desde hace un rato.

-Es verdad. -recordaron ese dato ambos rubio mirándole maliciosamente.

-Eso es... Ed también puede hacérselo. -señaló al mencionado quien hizo un adorable puchero en respuesta.

-Bueno... es que no es lo mismo hacerlo yo a que me lo hagan. -admitió en un leve susurro con las mejillas sonrojadas.

-¿No es un poco peligroso hablar de esto aquí? -cuestionó en voz baja el castaño.

-Cierto... da la sensación de que las paredes tengan ojos y oídos. -afirmó Shoyo, sintiendo un estremecimiento por todo el cuerpo.

-Vale, vale. Lo dejamos, pero... -comenzó Naruto.

-Tienes que enseñárnoslo primero. -finalizó Ed. Ambos mirando al castaño fijamente.

-¿Qué? ¿No puedo hacerlo más tarde? -rebatió con, nuevamente, otro sonrojo. De seguir así, ese día se la pasaría como tomate, no tenía la menor duda.

-Vamos... hace mucho tiempo que no lo vemos. -pidió con ojitos de perro apaleado.

-Ese rostro no es justo Naru... -susurró, para luego dejar escapar un suspiro, sabiendo que había sido derrotado en esa ocasión.

-¡Yaaay! -celebraron ambos rubios por conseguir su cometido.

-No os emocionéis tanto. Será mejor que lo haga después puesto que ahora mismo tenemos trabajo. -dijo firmemente el peliazul.

-Tsk. Está bien... -accedieron sin otra opción mientras que el castaño miraba agradecido a su amigo.

Pasaron no más de 10 minutos y oyeron como alguien llamaba a la puerta un par de veces. Seguidamente entró por ella una joven de no más de 27 años, cabello castaño y ojos verdes, quien traía consigo una bandeja con té. Se acercó hasta ellos con paso tranquilo, sin embargo ciando se disponía a dejar las cosas sobre la pequeña mesita de comedor, tropezó y vertió todo el líquido caliente sobre los chicos, aunque quienes resultaron terminar más mojados fueron el castaño y el peliazul. La joven se disculpó repetidas veces al ver la mirada de odio del de ojos azules, por otro lado el ojimiel repetía que no pasaba nada. Ella se retiró y volvió poco después con unas toallas y un cambio de ropa para los dos chicos, dado que los otros tres parecían estar bien.

-De verdad que lo siento mucho. -volvió a repetir haciendo una reverencia.

-No pasa nada. -repitió a su vez el castaño.

-El amo vendrá enseguida. -añadió para luego retirarse apresuradamente.

-Ciel... quita ya esa cara de asesino. -le reprendió divertido el ojiazul.

-Hmp. Como a ti casi no te han mojado. -gruñó enojado el chico.

-Será mejor que os cambiéis. -aconsejó el de orbes caramelo.

Los dos suspiraron y comenzaron a quitarse las camisas que llevaban. Una vez lo hicieron sintieron las miradas de los otros tres fijas en sus cuerpos, aunque en zonas concretas y diferentes para cada uno de ellos.

-¿Qué? -exclamó de forma malhumorada el peliazul.

-Nada... solo que esas marcas son recientes. -mencionó Ed, señalando las marcas de cortes en los brazos de este.

-Bueno... las hice hace un par de días ¿contento? -confesó algo avergonzado y se colocó la nueva camisa, la cual por suerte era de manga larga.

-Hmm... ese si es un buen trabajo el que te han hecho Tsuna... -comentó ahora el otro rubio al ojimiel, quien también sintió sus mejillas sonrosarse.

-Bueno... antes dije que hace un trabajo decente, aunque de seguro hay alguien mejor... -murmuró lo último más para sí mismo que los demás.

-A mi me dolería muchísimo si me hiciesen eso. -opinó Shoyo mirando de cerca la marca de dientes en el cuello ajeno, la cual se veía de un color entre morado y verde.

El castaño en respuesta simplemente se encogió de hombros y también se colocó la nueva prenda de ropa, la cual no tardó en notar que le quedaba grande y mostraba su cuello a la perfección. Suspiró por ello, pero tampoco podía ir a quejarse y demandar que le dieran algo mejor. A continuación volvieron a sentarse con la intención de esperar a su anfitrión.

Otros 15 minutos transcurrieron y nadie aparecía por la puerta. Los cinco jóvenes empezaban a impacientarse de verdad. Llegar auna reunión tarde no era extraño, pero ¿más de media hora? Eso era pasarse, si es quelo hacía a propósito claro está.

-Realmente está tardando... supongo que los ricos hacen las cosas a su manera. -murmuró el pelinaranja bostezando puesto que se encontraba algo cansado.

-Si... es aburrido estar sin hacer nada. -comentó el de orbes miel.

-Tsk. Será mucho su mansión, pero jode que te dejen esperando. ¡Ni que fuese rey! -se quejó el ambarino levantándose para estirar el cuerpo.

-Mmm... la verdad es que llevamos aquí un buen rato... me molesta la gente que no se toma en serio el trabajo. -dijo algo irritado el de ojos zafiro.

-Hmp. Y eso que se supone que solo tenía que enseñarnos el lugar y hablar un rato sobre lo que podemos o no escribir. Imaginaos mañana que son las entrevistas. -recordó un enojado peliazul.

-Yo me largo. -anunció Naruto al tiempo en que se levantaba del sofá.

-¿Eh? -dijeron los demás sorprendidos.

-Por eso no quería hacer este trabajo. En cuanto Kakashi dijo quién era el sujeto supuse que algo así pasaría. Estoy harto, así que me largo. Que Kakashi mande a alguien más. -habló entre dientes, claramente cabreado.

-A ver, a ver. Tranquilízate. Entiendo que te moleste esperar, a todos lo hace, pero Kakashi se enojará si te vas sin más. -intentó pararle el castaño.

-Hmp. Sinceramente, conociendo la poca paciencia de nuestro rubio es normal esperar que algo como esto pase. -comentó divertido el peliazul.

-¡Hey! ¡Yo soy muy paciente! - exclamó el mencionado. - Cuando me interesa, claro.- añadió varios segundos más tarde.

-Etto... ¿por qué esperabas que algo así pasara Naru? -preguntó un perdido y confundido Shoyo.

-¿Qué? ¿No lo sabes? -habló el castaño, quien recibiendo una negación con la cabeza como respuesta.

-En este lugar vienen personas con gustos distintos. Eso lo sabes ¿no? -comenzó a explicar y un asentimiento fue lo que recibió del otro.- Vale... pues teniendo en cuenta que Kobura-san es el master del lugar, significa que es quien manda por sobre todos aquí. Además añadiendo que su especialidad es el S&M, era de suponer que lo suyo es tener el control de la situación. -intentó resumir el rubio.

-En otras palabras: le gusta hacer que las personas se desesperen. No sé que tipo de dom sea exactamente, pero diría, probablemente sin equivocarme, que es un sádico al cual no le gusta que le lleven la contraria, seguramente no solo en la cama sino en los negocios también. Las cosas se hacen a su manera o no se hacen. -dijo ahora Ciel.

-Aahh... creo que ya lo entiendo. -dijo asintiendo el de ojos caramelo.

-No obstante... Naru es de los dominantes en cuanto a trabajo se refiere. También le gusta que las cosas sean a su manera, esa es su forma de trabajar. Aunque en la cama sea todo lo contrario. -añadió Edward con voz cantarina, sonrojando al otro rubio de paso.

-Eso último sobraba. Una cosa es el trabajo y otra la vida privada. -rebatió aún sonrojado.

-Interesante... sin embargo ahora mismo estás por meterte en mi vida privada. ¿No es irónico? -oyeron una voz grave que les sorprendió y ocasionó que dara un pequeño saltito por el sobresalto.

Después de girar para mirar en la dirección de donde procedía aquella voz, observaron a cinco hombres morenos quienes les miraban con una sonrisa ladeada en los labios, cosa que notaron claramente porque a pesar de que cuatro de ellos llevaban una máscara, esta solo les tapaba la mitad superior de la cara.

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-¿Por qué tenemos que esperar aquí? -inquirió Hibari molesto.

-Ya conoces a Sasuke. Le gusta impacientar a la gente. -comentó como si nada Sebastian.

-Hmp. No es solo por eso. En realidad mis razones son que quiero saber que tipo de reporteros han mandado. Sobretodo teniendo en cuenta el lugar donde estamos. -respondió el mencionado con una sonrisa ladeada en el rostro y con claro tono divertido.

-Definitivamente eres un sádico. -habló Roy quien también veía la situación con entretenimiento.

-Bueno... entonces hay que escuchar lo que hablen durante un rato ¿no? -dijo con tranquilidad Tobio.

-Así es. -afirmó y en ese momento observaron en la enorme pantalla de la televisión a un grupo de chicos bastante lindos.

-Mmm... no están nada mal. -confesaron todos a la vez, ojos fijos en los recién llegados.

Comenzaron a observar y escuchar la charla que tenían estos y a cada minuto que pasaba sentían más y más curiosidad por lo que decían.

-¿De qué estarán hablando? -preguntó un sorpresivamente interesado Hibari.

-No lo se... pero tiene que ser algo sexual, sino no se sonrojarían así. -mencionó Roy sin apartar la mirada de la pantalla.

-Hmp. Peligroso... tal vez se trate de algo relacionado con nuestro mundo. -murmuró Sebastian de forma pensativa.

-Maldita sea... me molesta no saber de qué se trata. Pero esto lo arreglo ya. -dijo Sasuke el cual se encontraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados. A continuación llamó a alguien del servicio y dio la orden de que mojasen al castaño.

En pocos minutos una de las sirvientas hizo el trabajo y por fin sabrían porqué tanto secretismo. Aunque reconocían que lo que hacían no era precisamente ético ni educado, les daba absolutamente igual. El azabache se justificaba con el dicho: "Mi casa, mis normas."

El más interesado parecía ser Hibari, quien no dejaba de observar al de orbes miel fijamente desde que lo vio entrar a la habitación. Para suerte de Sebastian el chico peliazul también salió mojado y la actitud salvaje que demostró pareció llamarle aún más la atención.

Cuando por fin se quitaron la ropa todos se sintieron sorprendidos, sin embargo los mencionados anteriormente se lamieron los labios muy interesados en lo que sus ojos veían.

-¿Cortes? Rabdofilia ¿eh? -murmuró un interesado Sebastian al ver los brazos del chico.

-¿Eso que es? -cuestionó Tobio sin entender.

-La rabdofilia es la excitación producida por la flagelación. Si juntamos a alguien con esa filia con alguien digamos... como Sebastian que tiene hematofilia... puede ser una combinación muy interesante. -relató el azabache.

-¿Y qué es la hematofilia? -volvió a preguntar.

-Tanto tiempo de conocernos y no lo sabes ¿eh? -dijo resignado el aludido.

-No suelo interesarme por lo que os va a vosotros. -admitió sin una pizca de arrepentimiento.

-Bueno... la hematofilia es la excitación por ver, tocar o beber sangre. -explicó ahora Roy.

-¿Y el otro? ¿Eso que tiene en el cuello qué se supone que es? -inquirió ahora refiriéndose al ojimiel.

-Odaxelagnia. Pero será mejor que te lo cuente Kyoya, que es quien sabe más del tema. -comentó Sasuke con diversión bañando su tono de voz.

-Hmp. Es la excitación producida por ser mordido o morder a la pareja. Ese chico parece que es de los que les gusta ser mordido. -habló para luego lamerse los labios. Nunca creyó encontrar a alguien que le fuese lo mismo que a él. La verdad es que, por la apariencia, el castaño ya cumplía con sus gustos, pero ahora era la pareja perfecta para él.

-Si esos dos coinciden con vosotros me pregunto qué les gustará a los otros tres... -mencionó interesado Roy.

-Bueno... los dos rubios también dijeron cosas interesantes. Aunque del otro chico no sabemos mucho. -se oyó decir a Sasuke, el cual no había dejado de observar al de ojos zafiro.

-La verdad es que cumple con lo que a mi me gusta. -admitió Tobio de forma pensativa y refiriéndose al joven de cabellera anaranjada.

-Cierto... sino recuerdo mal... lo tuyo era la morfofilia, que es la excitación o atracción hacia personas con ciertas características. -dijo Sebatsian con interés en la voz.

-Si... nunca me he sentido atraído por nadie, ya que algunos cumplen vagamente con mis gustos, pero no lo suficiente. Sin embargo, él... lo tiene todo. -explicó con una sonrisa de lado apoderándose de su rostro.

-Bueno... ¿qué tal si vamos a saludarlos ya? -sugirió el de ojos rubí con una sonrisa maliciosa dormándose en su cara.

-Si... ya los hemos hecho esperar mucho. -accedió el de cabellos azabache y comenzó a caminar en dirección a la habitación en la cual se encontraban los menores.

No tardaron mucho en llegar frente a la puerta y entonces oyeron la discusión de los chicos con la consecuente explicación sobre el funcionamiento de ese lugar que le siguió.

El Uchiha sonrió al escuchar la descripción que daban de él, pues era sorpresivamente acertada. Lo más emocionante para él fue oír que el rubio de cabello corto era sumiso en la cama, pero no en su trabajo. Se relamió los labios ante el pensamiento de dominarlo.

Sin posponerlo más, entraron al cuarto y él habló para dar a conocer su presencia en la estancia, ganándose las miradas de asombro de los presentes.

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El silencio se hizo presente en la alcoba, reinando sin problema alguno. Los menores miraban a los recién llegados con interés, el cual era devuelto por el grupo de morenos.

-¿No vas a responder rubio? -preguntó con una sonrisa el de cabellos azabache. El mencionado frunció el ceño al oír cómo había sido llamado.

-Hmp. Desde el momento en que aceptaste ser entrevistado dejó de ser tu vida privada. Así que teniendo en cuenta que esto es trabajo, me parece que no te enseñaron que no debes hacer esperar a la gente, pues podría llegar a ser contraproducente para tu carrera. -respondió de forma más bien mordaz.

Una sonrisa apareció en el rostro del de ojos como la noche al tiempo en que sus acompañantes parecían sorprendidos por la actitud del rubio. Los compañeros y amigos de este solo soltaron una risita ante el actuar del ojiazul pues ya esperaban una respuesta de esa índole cuando oyeron al mayor llamar a su amigo "rubio". No era un insulto, pero el tono que había utilizado implicaba algo de burla, como dando a entender que el chico solo por ser rubio no sería muy inteligente. Reconocían ese tono porque muchos varones lo habían utilizado ya, tanto para Naruto como para Edward.

-De acuerdo. ¿Pero no te has dado cuenta que en este caso yo soy el cliente y serías tú el perjudicado si haces algo para perder el negocio que harías conmigo? -señaló en el mismo tono bañado de diversión.

-Mmm... la verdad es que no sería una pérdida muy grande. Aunque, ciertamente, eres el cliente y podrías dar una queja a nuestro jefe eso no significaría que estas en posición de retractarte y no hacer la entrevista pues para evitar que eso sucediera en el contrato se estableció que por ninguna circunstancia este podría romperse. Por consiguiente, ni tú ni yo estamos capacitados para negarnos a hacer lo acordado. Así que... discusiones aparte sobre lo que pensamos el uno del otro, trabajo es trabajo por lo que si no te importa me gustaría comenzar de una vez, pues como sabrás son solo dos días los que tenemos acordados para hacer esto y, no se tú, pero nosotros no tenemos tiempo que perder. -fue la respuesta que obtuvo de Naruto quien, una vez terminó con su discurso, le miró con una sonrisa burlona.

Ante esas palabras el más alto frunció el ceño, pues ciertamente el contrato llevaba una cláusula que prohibía anular la entrevista, sin embargo no esperaba que el menor se lo supiese de memoria. Al parecer ese joven se encontraba totalmente capacitado para el trabajo que le habían encomendado.

-Esta bien. Entonces procedamos con la charla inicial. -deció al mismo tiempo en que caminaba en dirección al sofá donde el rubio se encontraba sentado anteriormente y donde se acomodó lo mejor posible.

Sus compañeros hicieron los mismo y se sentaron junto a él mientras los lindos periodistas hacían lo mismo. Naru, Tsuna y Ciel se sentaron en los sillones individuales, este último en el apoya-brazos pues no cabía más de una persona en él. Ed y Shoyo permanecieron de pie, detrás de estos, con las cámaras en mano y dispuestos a hacer su trabajo cuando les fuese permitido. Naruto colocó la grabadora de voz sobre la mesa y cuando vio a sus amigos asentir con la cabeza, él la encendió.

-Buenos días. Mi nombre es Namikaze Naruto y seré el encargado de llevar a cabo la entrevista con usted, mientras mis dos compañeros: Sawada Tsunayoshi y Ciel Phantomhive se encargarán de dos de sus compañeros. Como puede ver otros dos de nosotros, Edward Elric y Hinata Shoyo serán los encargados de tomar las fotografías pertinentes. -comenzó con un tono de voz formal y señalaba a sus respectivos compañeros al nombrarlos.

-Como acordamos esta reunión tratará sobre las limitaciones que tendremos a la hora de escribir y publicar lo que se diga en las entrevistas. Usted dejará claro que tanto podemos redactar y nosotros nos encargaremos de que se cumpla. -habló ahora el peliazul.

-Ya tenemos bastante claro que nada de nombres ni fotografías de los integrantes en esta habitación al igual que de los socios de la mansión. ¿Algo más que quiera que no se haga público? -preguntó el castaño mirando al único hombre que no llevaba una máscara tapando su rostro.

-Al parecer, si sois tan buenos en esto como vuestro jefe mencionó. -comentó con ligero tono jocoso al ver la profesionalidad con la que trataban el asunto, a pesar de que hace a penas cinco minutos el rubio, Naruto se recordó mentalmente, parecía querer matarlo con la mirada.

-¿Podría responder a la pregunta si es tan amable? -instó el de ojos zafiro mirándole con enojo palpable aunque con el mismo tono profesional.

-Hmp. A parte de lo que dijisteis no tengo nada que no quiera ser publicado. Al menos de momento. -respondió cada vez más interesado en el de curiosas marcas en las mejillas.

-De acuerdo. En ese caso podría decirnos brevemente a quienes de los hombres que le acompañan serán los entrevistados y más o menos que dirección podremos tomar en cuanto a las preguntas que realizaremos mañana. -siguió con la conversación el rubio quien ahora tenía un pequeño cuaderno de notas en la mano.

-Los otros dos entrevistados serán Cloud y Butler que son los hombres sentados a cada lado mío. Y en cuanto a las preguntas supongo que no importa mucho. Podéis preguntar cualquier cosa que queráis, pues seremos lo más sinceros que sea posible, no obstante no me comprometo a que las respuestas sean de vuestro agrado. -respondió con una sonrisa maliciosa adornando su fino rostro.

-Está bien. Se que Kobura-san es el master del S&M así que las preguntas irán por ese camino. ¿Sus dos acompañantes tienen los mismos gustos que usted? -inquirió Naruto manteniendo la calma, aunque por dentro se sentía algo nervioso.

-Pues... ciertamente todos sentimos algo de atracción hacia la dominación, pero cada uno tiene su propio estilo y fetiche, por decirlo de alguna forma. Claro que eso ya lo averiguarán mañana con más detalle. -fueron sus palabras.

-Ya veo. Bien, pues con esto aclarado nos gustaría que nos enseñasen el lugar. ¿Está de acuerdo en que sea fotografiado? -cuestionó a la vez en que se levantaba del sillón.

-Por supuesto. Estoy seguro que les gustará dado que tenemos muy buen gusto en cuanto a decoración. Además todo artículo debe ser acompañado por alguna fotografía, pues así es más atractivo para los lectores ¿o me equivoco? -accedió sin dudar, levantándose también.

No recibió una respuesta puesto que cuando el rubio iba a hablar ocurrió algo inesperado para todos. Uno de los hombres que acompañaba al Uchiha se acercó al de cabellos anaranjados y, sin dudar ni un segundo, le agarró por los hombros para mantenerlo en su lugar y le miró fijamente a los ojos.

-¿Tu nombre es Hinata Shoyo? -exigió saber con voz profunda y demandante asombrando a todos los presentes. El de ojos caramelo sonrió divertido y pasó los brazos por el cuello ajeno.

-Tardaste en reaccionar Bakayama. -comentó entre divertido y enojado. El contrario le miró entre sorprendido y contento de que le reconociera. Inconscientemente pasó sus brazos por la cintura ajena y se quedó mirando fijamente los ojos ajenos.

-No pensé que te encontraría aquí. -murmuró asombrado sin dejar de verle.

-Ni yo... nunca imaginé que cuando nos volviésemos a ver sería en una mansión como esta. Aunque no me extraña el que al parecer te guste el BDSM, teniendo en cuenta lo mucho que te gustaba golpearme. -recordó con tono burlón, aunque un sonrojo apareció en sus mejillas al sentir los brazos del contrario en su cuerpo.

-Ya ve- ¡Oye! ¡Si te golpeaba era porque eras un inútil y te lo merecías! ¡No tiene nada que ver con esto! -se quejó mirándole con el ceño fruncido.

-Si, si. Lo que digas Ouji-sama. -respondió dejando escapar una risita divertidade sus rosados labios.

Un poco apartados de los dos que habían empezado una discusión infantil, se encontraban el resto mirándoles sorprendidos.

-¿Esos dos se conocen? -preguntó Butler.

-Ese es Kageyama Tobio ¿verdad? -habló Ed dirigiéndose a sus amigos, e ignorando intencionadamente la pregunta del mayor.

-Si... no pensé que se encontrarían aquí. -confesó Ciel.

-Mmm... lo supuse en cuanto Sho-chan se tensó al verle entrar. -murmuró Tsuna más para si que los demás.

-Cierto... mira que pasan cosas raras en esta vida. -comentó divertido Naru quien no pudo evitar reir ligeramente ante la escena que sus ojos presenciaban.

-¡Responded a la pregunta! -casi gritó un enojado moreno de ojos rubí.

-Ellos dos fueron compañeros de equipo en la preparatoria. -contestó secamente el peliazul.

-Si no recuerdo mal él fue el primer amor de Sho-chan ¿verdad? -Tsuna mencionó mirando hacia los demás.

-Así es... pero no llegó a confesarse pues Kageyama-san comenzó a salir con alguien de otro equipo. -afirmó Naruto.

-Es verdad... por esa época Sho-chan se iba a mudar a Tokyo y decidió que se confesaría, pero cuando se enteró que él ya tenía pareja y ni siquiera se lo había dicho, a pesar de ser los mejores amigos, se deprimió y sin decirle nada a nadie se mudó. -relató Ed haciendo memoria de lo que su amigo les contó sobre su primer y único amor.

-¿De qué demonios habláis? -cuestionó ahora un confundido Kageyama el cual había escuchado lo dicho por los amigos del pelinaranja y quien se encontraba sonrojado a más no poder.

-Emm... -se miraron sin saber que decir pues la cara de pánico de su amigo era preocupante.

-¿Cómo es eso que ibas a confesarte? ¿Cuándo demonios he tenido yo pareja? ¿Ni siquiera te atreviste a decirme que te mudabas? -exigió saber el moreno, entre enojado y confundido, al pequeño chico en sus brazos, puesto que no le había soltado en ningún momento.

-¡Haces demasiadas preguntas! ¡Y la respuesta a ellas es muy obvia Bakayama! ¡Si me iba a confesar! ¡No, no me atreví a decirte que me iba! ¡Y si tú no recuerdas a tu novia es tu problema no el mío! -gritó enojado y avergonzado. Nunca pensó que tendría una conversación como esa con el más alto ni que estarían rodeados de público.

-¡¿Qué mierda de respuestas son esas?! ¡Además no puedo recordar a alguien que no ha existido! ¡¿Por qué demonios tendría novia si llevo enamorado de ti desde la secundaria?! -rebatió rápidamente las acusaciones del contrario, dejando a todos sorprendidos por lo que acababa de confesar.

-¿De-desde... la secundaria? -tartamudeó un confundido, sorprendido y abochornado pelinaranja.

-Tsk. Si, desde la secundaria. ¿Ahora eres sordo o qué? -espetó enojado.

-Pe-pe-pero... en secundaria solo nos vimos una vez... además de que me derrotaste y... no parecía importarte mi existencia... -balbuceó sin comprender el menor.

-Tsk. ¿Tienes algún problema con que me gustaras en ese momento? Me llamaste la atención en ese partido y cuando resultó que estábamos en el mismo equipo en preparatoria me alegré. -respondió más tranquilo.

-Pe-pero... ¡si lo único que hacíamos era discutir! -exclamó sin entender.

-¡Pues bien que sentías lo mismo por mí! ¡¿No que yo era violento, malhumorado y daba miedo?! -le miró con los ojos brillando por el enfado.

-¿De verdad le dijiste todo eso? -interrumpió un cohibido castaño.

-Em... si, pero tenía mis motivos... los cuales ahora mismo no importan. -dijo de igual forma el menor quien comenzó a rascarse la nuca con claro nerviosismo.

-A ver si lo he entendido bien. - llamó la atención de todos el de ojos zafiro. -Kageyama se enamoró de Shoyo en secundaria durante un partido. Shoyo se enamoró de Kageyama en preparatoria cuando estaban en el mismo equipo. Durante el tiempo que estuvieron juntos, dos largos años, como mejores amigos / rivales ninguno de los dos se confesó, por diferentes motivos. Hasta que al final os separasteis para reencontraros años después todavía enamorados el uno del otro. -resumió Naruto recibiendo un asentimiento por parte de los otros dos.

-Fuisteis y seguís siendo idiotas. -declaró escuetamente el peliazul. Por su parte, Ed se mantuvo callado, haciendo todo lo posible por contener las ganas de reir ante lo ridículo de la situación.

-Como sea... podéis acabar esta conversación más tarde. Por ahora, centrémonos en la razón de que todos estemos aquí y cuando terminemos, ya después discutís y aclaráis lo que sea sobre vuestra relación. -sugirió calmadamente el castaño.

Todos asintieron, Kageyama se puso el antifaz otra vez, el cual no recordaba haberse quitado, y todos salieron de la habitación.

Caminaron por los pasillos, los cuales eran iluminados por pequeñas luces que alumbraban más bien poco, dándole un toque oscuro, pero seductivo al lugar. El silencio les rodeaba y si los mayores necesitaban decir algo lo hacían en susurros pues se encontraban socios por el lugar con sus respectivas parejas, ya sea formales o solo de ese día. Por seguridad les colocaron unos collares a los chicos para dejar claro que estaban emparejados y nadie podía intentar algo con ellos.

Entraron a algunas salas desocupadas las cuales tenían diferente temática. Algunas eran como mazmorras de castigo, con utensilios que hacían erizar la piel a los menores de solo verlos, mientras que otras eran como habitaciones de hotel, más lujosas y de cierta manera románticas.

-Como dije antes cada persona tiene su estilo, por lo que las habitaciones son diferentes. Ahora entraremos a una donde los clientes sienten interés por el voyerismo / exhibicionismo. -explicó el Uchiha con tranquilidad.

Los más bajos se miraron nerviosos dado que eso de ver a personas manteniendo relaciones sexuales entre ellas no les acababa de gustar. Era simple y sencillamente, incómodo.

-Em... no hace falta que entremos ahí. -mencionó un avergonzado castaño.

-¿No se supone que queríais ver toda la mansión? -inquirió un divertido azabache.

-Si, pero...

-No hace falta, puesto que realmente se parece a la sala que vimos antes, solo que algo más grande y con gente. -le salvó el hombre apodado Cloud. El ojimiel le sonrió agradecido, pues realmente no tenía deseos de ver ese tipo de cosas. Para él las relaciones de esa índole debían mantenerse en la intimidad. El mayor sonrió imperceptiblemente al observar la mirada y sonrisa del chico.

Siguieron caminando hasta llegar al salón principal donde algunas parejas se encontraban sentadas hablando entre ellas o esperando conocer a alguien a quien llevarse a la cama.

Cuando entraron en la sala recibieron miradas sorprendidas y celosas de parte de todos los presentes. Los menores se sintieron algo cohibidos pues no era muy bonito ser el centro de esas miradas, las cuales empeoraron cuando los mayores decidieron rodear la cintura de cada uno de ellos con un brazo. El Uchiha la del de ojos zafiro, Cloud del castaño, Butler del peliazul, Tobio de Shoyo y la pareja que quedaba eran el otro rubio junto a Roy.

-Vaya, vaya... no sabía que tenía nueva pareja Kobura-san. -habló un hombre de mediana edad, cabello castaño corto y piel morena el cual iba acompañado de una joven pelirroja de ojos jade y con gafas. El rubio se removió incómodo en los brazos ajenos pues la mirada tanto del hombre como de la joven no le gustaban nada, el primero porque parecía querer desvestirle con ella y la segunda porque parecía querer matarle. El brazo ajeno se volvió más fuerte y le acercó más al cuerpo de su dueño.

-Bueno... siendo tan lindo como podía no querer tenerlo a mi lado. -comentó tranquilamente el azabache. Comentario que hizo sonrojar al de piel trigueña de sobremanera.

-O en su cama. -murmuró la chica enojada, siendo callada por una mirada del hombre mayor.

-Ya veo... bueno espero que nos deje disfrutar a los demás de bellezas como esa y no las acapare siempre usted. -dijo con una sonrisa a la vez en que miraba al rubio lamiéndose los labios.

-Por supuesto, no obstante, como puede ver a este ya lo tengo como de mi propiedad. -declaró el azabache afianzando más su agarre en la cintura ajena y atrayendo más al menor, el cual terminó con la cabeza apoyada en el pecho ajeno.

Los demás hicieron lo mismo pues el hombre decidió pasar su mirada con detenimiento por el cuepo de los amigos del rubio. Sin decir nada más, el hombre se retiró junto a la muchacha dejando al grupo de chicos nerviosos.

-¿De su propiedad? No recuerdo haber hablado eso Kobura-san... -murmuró Naruto alejándose un poco del cuerpo del más alto.

-¿Preferirías haberte ido con él? Si no hubiese dicho aquello ahora mismo ese hombre estaría llevándote a una habitación para pasar tiempo a solas contigo. -le respondió al oído. Un escalofrío recorrió el cuerpo del más bajo de solo imaginar semejante escenario. Ciertamente prefería ser considerado el objeto del Uchiha si eso le permitía no ser violado ahí dentro.

-¿Ese hombre no era Shimura Danzo, el ministro del interior? -preguntó en voz muy baja el castaño, recibiendo un asentimiento por parte de su acompañante.

Sin decir nada más, continuaron con su camno hasta atravesar la sala y entonces salieron por otra puerta de roble. Nada más esta se cerró, los menores soltaron un pesado suspiro, aliviados de ya no sentir tantas miradas sobre ellos. Los mayores solo les miraron divertidos, pero no les soltaron.

-¿Podríais soltarnos ya? -pidió el peliazul, incómodo por la mirada del de ojos rubí sobre su persona.

-Vaya... yo que esperaba poder seguir tocando tan delicado cuerpo. -se lamentó Sebastian con tono burlón recibiendo una mirada enojada del joven.

-Suel-ta-me. -demandó, fulminándole con los ojos. El mayor lo hizo, pero sin borrar la sonrisa divertida de su rostro.

Mientras estos dos discutían alguien se acercó al grupo. Era un hombre de unos treinta años, cabello moreno con patillas, ojos de un profundo negro y vestía un traje junto a una fredora. El castaño se tensó al verle pues pudo notar el brillo malicioso en los ojos ajenos cuando este le miró.

-Vaya... no pensé verte aquí Dame-Tsuna. -saludó con clara diversión bañando el tono de su voz después de acercarse lo suficiente al grupo.

-Hmp. Pues a mi no me sorprende para nada verte aquí. -contestó de forma mordaz.

-Tsk. Podrías haberme dicho que te iban este tipo de cosas y no me habría importado enseñarte. -mencionó al ver la mirada enojada del moreno el cual seguía rodeando la cintura del más bajo.

-Ooh... ¿así que ahora de ser sádico y pedófilo añadimos incestuoso también a la lista? No se que pensaría mamá si lo supiera. -dijo ahora el castaño mirándole con burla. Sin darse cuenta estaba recargando su cuerpo en el del mayor el cual se encontraba detrás suyo, todavía rodeándole la cintura con los brazos.

-Hmp. Bien podría follarte delante suyo que seguiría pensando que es amor fraternal. -respondió como si nada. El menor chasqueó la lengua molesto por no poder enojar al contrario hasta que se le ocurrió otra cosa.

-Ugh... ¿yo con alguien tan viejo? Me dan arcadas de solo pensarlo. Prefiero que mis parejas no me doblen la edad. -comentó poniendo cara de asco. El contrario alzó una ceja, signo de su irritación.

-¿Doblar la edad? Tampoco eres tan joven como para que eso suceda. -gruñó enojado.

-Cierto... para eso tienes a Lambo ¿verdad? Tal vez deba denunciarte pues lo tuyo ya es un crimen. ¿Como se tomaría la gente la noticia de que el impresionante jefe de la policía de nuestra ciudad tiene relaciones sadomasoquistas con un chico que no solo es 15 años más joven sino que encima todavía es menor de edad? -inquirió con fingida inocencia. Una vena se formó en la frente del azabache al oír aquello.

-Por lo menos yo tengo relaciones sexuales, no como un pequeño virgen como tú. -replicó con una sonrisa burlona.

-¿Qué has dicho pedófilo? -exigió enojado, mirándole directamente a los ojos.

-Lo que has oído inútil. -volvió a hablar mirándole de igual forma.

-Vale, parad ya. Cada vez que os veis acabáis discutiendo y siempre termina de la misma forma. -interrumpió un cansado rubio ojiazul.

-¿Pero no negarás que es divertido? -le preguntó a su vez el otro rubio soltando una risita.

-Es verdad que lo es, pero ahora estamos trabajando. -admitió, aunque no pudo evitar soltar otra risita al recordar lo que siempre sucedía después de las típicas discusiones de esos dos.

-Hmp. Yo me voy ya. Dame-Tsuna, recuerda pasarte por casa de vez en cuando. -advirtió y sin esperar respuesta caminó hacia la sala de donde ellos acababan de salir.

-Claro. -asintió viendo como este desaparecía por la puerta de roble.

-Me atreveré a decir que también os conocéis. -el sarcasmo impregnado en las palabras del moreno era tan tangible que hasta parecía que podrían tocarlo con sus manos.

-Es mi tío. -proporcionó en respuesta al tiempo en que se sonrojaba de sobremanera al notar como los brazos ajenos todavía le rodeaban con cierto toque celoso y posesivo, posición que pareció abandonar su mente por completo mientras discutía con Reborn. Empujó suavemente a este, indicándole de forma silenciosa que le soltase, cosa que el mayor hizo a regañadientes.

Los demás también soltaron a los jóvenes que se sentían algo inquietos, puesto que, aunque no se atrevieran a admitirlo, la cercanía con los morenos no les había molestado e incomodado tanto como debería. El único que no soltó a su "supuesta" pareja fue Tobio quien tenía muy claro que para cuando finalizase el día el pelinaranja sería suyo de verdad así que no había razón alguna para dejarle ir. Además que este no parecía molesto con sentir tan cerca al que fue y sigue siendo su primer y único amor.

Poco después comenzaron a caminar de nuevo por el poco iluminado pasillo siendo rodeados, nuevamente, por el silencio no obstante este no duró más que unos pocos minutos.

-Y... ¿cómo suelen acabar las discusiones entre ellos dos? -preguntó Sebastian sin poder evitarlo pues la curiosidad le ganó.

-Con Tsuna diciéndole a su padre que su tío le acosa sexualmente, este discutiendo con su cuñado y amenazándolo de muerte, y con Lambo, la pareja de Reborn, llorando y huyendo de casa. -resumió los hechos el peliazul.

-Con eso siempre logro que me deje en paz durante un tiempo, pues le toca ir a buscar a Lambo a Italia para así traerlo de vuelta. -comentó el castaño quien ahoratenía una sonrisa entre divertida y maliciosa decorando su rostro.

Los mayores decidieron no indagar más en ese tema dado que podían notar como Hibari seguía enojado por lo recién acontecido. Sin más, siguieron con el recorrido un rato más hasta llegar a una piscina cubierta que también tenía spa.

-¿De verdad hacia falta un spa? -curioseó un sorprendido Ed.

-Bueno... existen las filias relacionadas con el agua así que era evidente que también tendríamos habitaciones preparadas para ellas. -respondió Roy.

-Mmm... a mí particularmente no me atrae la idea de hacer cosas en el agua. -comentó de forma ausente el rubio de cabello largo.

-Eso es porque prefieres cosas más "calientes". -se burló el peliazul en voz baja. El rubio se sonrojó de sobremanera y le miró mal.

-Por lo menos yo no tengo una atracción malsana por los cuchillos. -espetó enojado ocasionando que ahora fue el turno del peliazul de ruborizarse.

Mientras ellos dos discutían los varones que les acompañaban no pudieron evitar sonreír pues uno acababa de descubrir qué le iba al lindo chico rubio, mientras el otro confirmaba su teoría de cuando le vio las marcas de cortes.

Para cuando acabaron el recorrido de la mansión era casi de noche. Acordaron la hora para las entrevistas, las cuales se harían al día siguiente, y los menores se subieron al coche que les llevaría de nuevo al periódico donde trabajaban. Se sentían algo nerviosos por todo lo acontecido durante el día, pero era trabajo y harían un gran artículo aún si sentían que su vida sería completamente distinta después de acabar con ese trabajo en particular.

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Los varones observaron el coche alejarse y sonrieron de forma maliciosa pues habían encontrado lo que tanto habían buscado y no pensaban dejar pasar la oportunidad de conseguir a esos lindos chicos.

-Supongo que fue buena idea acceder a hacer estas entrevistas ¿verdad? -preguntó el azabache y solo recibió un asentimiento por parte de sus compañeros y amigos.

Definitivamente el día siguiente sería uno emocionante, excitante e importante a partes iguales para todos y cada uno de ellos.

Continuará


Después de editar este capítulo he tenido la incontrolable necesidad de pegarle a mi yo de hace cuatro años por que ¿¡cuantas malditas veces puedes utilizar los verbos decir y preguntar!? Demasiadas, según mi yo de ahora. De verdad que he tardado siglos en arreglar esta parte y me siento irritada conmigo misma por ver lo malo que era este fic.

Ahora bien, tampoco es que haya mejorado tanto, pero al menos ahora ya no me sangran tanto los ojos cuando lo leo... Temo sinceramente lo que me sucederá cuando me ponga con el siguiente, que por cierto aclaro ya que son solo dos capítulos más un pequeño extra ;)

Bueno, espero que os haya interesado al menos el concepto del fic y vuelvo a decir que siento los errores que hay en la información que utilicé en aquel entonces. Nos leemos en el siguiente capítulo ¿si?

PD: En nada, unas horas, voy a subir otro crossover con una temática muy distinta, pero si os interesa pasaros a leerlo también ¿nee? Solo tengo el primer capítulo, pero no será muy largo... dos o tres dependiendo de cómo vaya cuando me ponga con la continuación. Confieso que iba a ser un oneshot, pero... la cosa se ha ido alargando y no estoy ni cerca de escribir todo lo que había imaginado =-="

Sin embargo todavía tengo que decidir en qué categoría lo pongo porque os adelanto que son 9 parejas (Katsudeku, 1827, SasuNaru, Karnagi, Riren, Yullen, Kaishin, Akakuro y Victuri) y aquí solo puedo escoger dos u_u