DISCLAIMER

Los personajes no me pertenecen, sólo los ocupo con fines lemonosos.

Continuación No Oficial de "Un cumpleaños para recordar", si lo leen previamente estaría encantada, si no, no afecta la historia.

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Lo sabía.

Fue a verlos al día siguiente y ahí lo corroboró, las miradas esquivas, los sonrojos sin motivo aparente, ese aire de complicidad que emanaba de ambos. Sólo eso bastó para que la semilla de la venganza encontrara tierra fértil en su alma.

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CINCO AÑOS DESPUÉS

-¿A qué hora tienes la demostración?-

-En quince minutos ¿No lo recuerdas? Si tú me la asignaste. Y ahora gracias a ti casi se me hace tarde, si perdemos esa venta será tu responsabilidad- dijo calzándose la zapatilla.

-¿Te arrepientes?- seductoramente se acomodó en el marco de la puerta de entrada un atractivo coreano.

Ella sonrió maliciosamente para luego dar un brinco en dirección de la puerta.

-No, pero debo irme- le respondió guiñándole.

-¿Mañana de nuevo? Akane ¡Akane!- la pregunta quedó en el aire, ella ya se había ido.

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Se puso las manos en la cintura y miró satisfecha, había llegado a tiempo e incluso pudo arreglar con algunas flores el local. Su jefe, el mismo que acababa de abandonar, le había dicho que un cliente importante iría a verlo para comprarlo, era un trato muy jugoso por lo que optó por darle la misión a su mejor vendedora para lograrlo, claro que un poco de labor de convencimiento extra había hecho que se decidiera.

El timbre sonó, se arregló el cabello y el labial para luego dirigirse a la puerta abriendo con su sonrisa más encantadora. Un rictus de sorpresa se instaló en su rostro al instante, ahí estaba él tan campante, los años apenas habían pasado por su rostro que seguía siendo tremendamente atractivo, sus profundos ojos azules parecían atravesarla, su jactanciosa sonrisa continuaba ahí a pesar del tiempo transcurrido, había crecido de altura y se notaba que aún entrenaba arduamente, finalmente observó que conservaba su característica trenza de oscuro cabello.

-Buenas tardes, usted debe ser de la inmobiliaria. Soy el señor Zhang, Mousse Zhang- extendió la mano a modo de saludo.

Le tomó unos segundos recuperarse de la impresión, a pesar de haberse entrenado por años para siempre mostrar su mejor rostro, debía admitir que la había tomado por sorpresa. Tenía que recomponerse si no quería fastidiar todo.

-Sí, disculpe. Tendo, Akane Tendo, un gusto-

-¿Japonesa?-

-Así es- repuso pasándose el corto cabello por detrás de la oreja.

-¡Ya decía yo! Siempre he tenido una debilidad por las japonesas hermosas- habló mirándole con insistencia para preguntar- ¿Nos conocemos de algún lado?-

-No lo creo- contestó Akane dándose la vuelta- ¿Le parece si empezamos el recorrido… o esperamos a su esposa?-

-Mejor empecemos, con ella nunca se sabe- dijo guardando sus manos en los bolsillos con desinterés.

-Bueno, de este lado puede ver la hermosa vista que se extiende sobre la ciudad- indicó ella ante el enorme ventanal- aquí podrían colocar unas mesas y llamarlo zona VIP-

El joven se colocó a su lado admirando el atardecer, Akane giró su cabeza mirando aquel varonil rostro que tantos recuerdos había traído a su memoria, la luz del agonizante sol marcaba sus facciones, por más que quisiera controlarlo su corazón latía desbocado anticipándose al encuentro.

El timbre de la puerta interrumpió las cavilaciones de ambos.

-Con permiso- habló ella.

-No, por favor, permítame- contestó él tocándole el hombro provocando que una corriente eléctrica la recorriera.

En la muñeca del varón brilló un extraño objeto amarrado a su extremidad, ese debía ser.

Apenas se quedó sola en el enorme salón se golpeó las mejillas, tenía que recuperar la concentración, debía ser certera y rápida.

Una chillona voz que reconoció enseguida la trajo a la realidad, las palabras de ambos se entremezclaron en idioma chino.

-Disculpe a mi… discúlpela- dijo finalmente "Mousse" con molestia retornando- siempre ha creído que el tiempo de los demás no vale-

De atrás de su imponente figura se asomó una mujer china de largos cabellos violáceos que reconoció al instante a la señorita Tendo.

-¿¡Akane?!- exclamó en un chillido la de extendida cabellera visiblemente nerviosa- ¿¡Qué diablos…?!-

-¿Qué pasa, Shampoo? ¿Te sorprende verme?- respondió con ira contenida.

La aludida fue la primera en atacar, lanzó una afilada navaja que llevaba oculta bajo el dobladillo de su corto vestido, Akane la esquivó con facilidad al tiempo que se lanzaba contra su agresora con un poderoso puñetazo que Shampoo apenas alcanzó a eludir, la pared cercana estalló al recibir el impacto.

-¿Pero qué…?!- exclamó un confundido hombre que no atinaba a reaccionar.

-Cuando el sol se esté ocultando y la luna llena adorne el firmamento, tu mente recuperará aquello que ha perdido…- empezó a recitar con firmeza Akane en perfecto chino viendo fijamente al joven.

Él se quedó inmóvil en su lugar con la mirada perdida, como en trance.

-¡Noooooo!- gritó interrumpiendo llena de furia la mujer de cabello largo- ¡Es mío! ¡No me lo quitarás!-

Llevaba en la mano otra daga que extrajo de entre sus pechos, se lanzó contra Akane con mirada asesina dispuesta a cortar la fina garganta. La chica Tendo apenas tuvo tiempo de detenerla, el arma le atravesó la mano provocando un profundo sangrado, Shampoo de un brinco se alejó, nuevamente atacó con una patada alta que Akane eludió aprovechando para sujetarla por la pierna y estamparla contra el piso. Con astucia felina, la china se levantó con un salto mortal hacia atrás, se puso en posición de defensa y comenzó a hablar en chino.

-La sangre nos ha unido, sólo la sangre nos separará. Tu voluntad me pertenece, jamás de mi lado te irás-

Levantó su muñeca izquierda a la altura de su rostro para con un rápido movimiento abrir profundamente la carne con sus uñas de la mano derecha, en cuanto terminó de decir el conjuro la sangre comenzó a elevarse en dirección al inmóvil varón cual finos hilos rojos intentando alcanzarlo. Akane tomó el mueble más próximo a ella y lo lanzó con fuerza tremenda golpeando al joven quitándolo del camino, luego se volvió hacia la mujer haciendo llover sobre ella una ráfaga de puñetazos que apenas pudo esquivar, cuando estuvo cerca sujetó con fuerza sobrehumana las manos de su agresora para asestarle un potente golpe con su cabeza rompiéndole la respingada nariz; Shampoo se desorientó cayendo al piso confundida y con mucho dolor. Akane aprovechó para colocarse tras de ella sujetándole el cuello de tal manera que le dificultó la respiración, aunque la chica intentó deshacerse del agarre pronto comenzó a experimentar cómo la oscuridad se le cernía encima, unos segundos después Akane dejaba caer a un lado el cuerpo laxo de la china como un saco de patatas.

La chica se apresuró a sacar unas cuerdas y cinta, amarró con habilidad a la joven desmayada cargándola rumbo al enorme refrigerador del local ubicado en la cocina, la dejó ahí envuelta en un mantel al que le colocó más cinta por encima; una vez se aseguró que no se escaparía, contuvo las hemorragias de nariz y muñeca, verificando atentamente que no se ahogara con su propia sangre, cuando hubo acabado salió no sin antes asegurarse de cerrar perfectamente la puerta desde afuera.

Regresó a la estancia donde encontró al varón debajo de la mesa que le había aventado aún en trance.

-Ven, Ranma- susurró suavemente jalándolo por la mano al centro del lugar.

Quitó los muebles circundantes, verificó hubiera el espacio suficiente, sujetó con su mano derecha una bella daga adornada que llevaba oculta entre sus ropas y comenzó hablando en chino.

-Cuando el sol se esté ocultando y la luna llena adorne el firmamento, tu mente recuperará aquello que ha perdido. El amor que corrompieron será el mismo que te salve. La sangre te ha hechizado y sólo la sangre romperá la maldición-

Acto seguido empuñó el arma y abrió un profundo corte sobre su muñeca izquierda, el líquido carmesí escapaba profusamente de la herida, Akane trazó con ella un círculo alrededor del chico, se arrodilló frente a él y con el líquido rojo escribió en el piso. Levantó la mirada posándola sobre el objeto brillante que pendía de la muñeca de él, lo arrancó guardándolo dentro de su puño.

-Sólo el amor te hará libre- fue lo último que dijo antes de que la debilidad le hiciera perder la conciencia.

Ranma pestañeó extrañado, no reconocía dónde estaba ni por qué pero al ver a Akane en el suelo en medio de un charco de sangre se apresuró a tomarla entre sus brazos.

-Akane ¡Akane!- intentó hacerla reaccionar.

La chica separó con pesadez los párpados.

-Ranma- apenas pudo susurrar- al fin, te encontré-

Él la abrazó con desesperación, había perdido mucha sangre, debía hacer algo y pronto.

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Mientras tanto, en un templo budista una anciana interrumpía sus oraciones para ver la luna con atención.

-Está pasando, justo ahora- dijo con convicción mientras los recuerdos le inundaban la mente, juntó las manos dispuesta a orar.

FLASHBACK

-Debes estar consciente del riesgo-

-Lo estoy-

-¿Segura?-

-Sí, maestra. Aunque arriesgue mi propia existencia, no dejaré que viva hechizado por esa bruja-

-Entonces ¿Lo rescatarás solo para que te vea morir?-

-No- dijo con firmeza y una sonrisa de seguridad asomó en su rostro- conozco a Ranma, confío en él, sabrá qué hacer-

La anciana mujer también sonrió.

-Será ese amor el que los salvará. Ahora, debes ser muy precisa, el vínculo entre ustedes es más fuerte…-

-El día de su cumpleaños y el mío-

-Así es, en esa fecha es cuando la oportunidad es mayor de que el conjuro funcione bien según lo que me contaste-

-Sí, esos fueron los días que…- el sonrojo se apoderó de las mejillas de Akane.

La anciana frente a ella soltó una carcajada con descaro.

-¡Vamos, niña! Soy vieja pero no monja. En esas fechas fue cuando afianzaron su vínculo-

La chica Tendo afirmó con las mejillas aún coloreadas.

-Y el 7 de mayo fue que él desapareció- la mujer mayor se rascó la cabeza- Bien, todo indica que deben renovar el conjuro ese día, por lo que tienes de tu parte la debilidad del hechizo de ella y la fuerza cósmica de la fecha en que se unieron ¿Ya aprendiste las palabras?

-Con precisión- habló segura.

-Bueno, mi niña, te he enseñado lo que necesitas, ahora ve a buscar a tu amado-

-Gracias, maestra- Akane hizo una profunda reverencia- jamás olvidaré lo que hizo por nosotros-

-Fue un gusto enseñarte, ahora ve, que aún falta que lo encuentres , que los encuentres-

-Aunque me lleve toda la vida, lo haré. Maestra, sabremos qué le pasó a Mousse, se lo aseguro-

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La luz le molestaba en los ojos, el cuerpo le dolía, la pesadez estaba encima de ella impidiéndole moverse.

-Despertaste- le escuchó decir.

Abrió los ojos con dificultad, enfocó bien y ahí estaba a su lado, esperándola.

-Ranma- dijo con lágrimas brotándole.

-Akane- suspiró él dejando escapar toda la angustia nombrándola.

Se abrazaron con fuerza para aliviar la ansiedad de la larga separación que habían vivido.

-¿Qué hora es?-

-No pasan de las 8, cariño- contestó Ranma besándole la frente.

Akane le miró extasiada.

-¿Recuerdas? ¿Todo?- cuestionó con angustia.

-Sí- admitió con pesar- los últimos años parecen parte de un sueño pero sé que pasaron-

Apretó los puños con rabia y su rostro se contrajo con furia, Akane le acarició la mejilla abstrayéndolo de sus pensamientos.

-Lo importante es que estamos aquí, juntos al fin-

Le jaló por el cuello hasta llegar a sus labios, depositó un dulce beso sobre ellos que transporto a ambos a un breve momento de felicidad hasta que empezaron a escuchar alaridos provenientes de la cocina.

-Me las pagará- expresó enfurecido el varón.

-Tengo algo para ella, no te preocupes- repuso Akane- ¿Podrías pasarme mi bolsa? Necesito algo de ahí-

Ranma le alcanzó lo que pedía, al tomarla ella se percató del perfecto vendaje que rodeaba su muñeca.

-Lo hiciste bien- sonrió mientras rebuscaba en el bolso.

-Vivir tanto tiempo con esas brujas sirvió de algo-

Al fin encontró lo que buscaba, extrajo un envoltorio y lo abrió, dentro había unas bolas deformes de color lodo, Ranma la miró con sorpresa.

-Es medicina casi mágica- le contestó para aliviarlo- aprendí a prepararla al estilo tradicional, a diferencia de mi poca habilidad en la cocina esto sí me sale bien-

Tomó una y la masticó con calma poniendo cara de asco.

-Aunque el sabor sigue siendo el mismo- acotó riendo.

Casi al instante la palidez casi mortal que tenía su semblante cambió por un ligero rubor en sus mejillas.

-¿Ves? Te dije, casi mágica- le sonrió como sólo ella sabía hacerlo.

Ranma se acercó a besarla.

-Tienes razón- dijo separándose al fin sonriendo- sabe horrible. Aunque será mejor que me des una también, me atacó una gorila de fuerza descomunal y me duele un poco la cabeza-

Akane soltó una sonora carcajada.

-Esta no es para el dolor de cabeza si no para regenerar sangre, así que tendrás que aguantarte o sólo tomar una aspirina-

Él la abrazo con posesión, como si temiera que en cualquier momento se fuera a esfumar.

-¿Qué vamos a hacer con… ella?- habló al fin él.

-Debo hacer unas llamadas, hay una persona que estará encantada de saber su paradero-

-¿Te refieres a…?-

-A la familia de Mousse- su tono era triste- cuando te obligó a tomar su nombre para darte una nueva vida él desapareció, desde entonces lo están buscando con la esperanza de que siga con vida, aunque a ese par de arpías las creo capaces de cualquier cosa. También hay que dar aviso de que Ranma Saotome apareció y está vivo-

Ella extrajo un teléfono móvil de su bolso, llamó a un número y comenzó a hablar en chino, Ranma entendió a la perfección la conversación. Cuando colgó realizó otra llamada, en esta habló en japonés.

-Está a mi lado- fue lo primero que dijo antes de pasarle el teléfono a su acompañante- es para ti-.

-Diga- habló en el aparato con el pecho oprimido.

Del otro lado de la línea se escucharon sollozos.

-¡Hijo! ¡Hijo mío! ¡Mi Ranma!- el llanto de alegría le impedía a Nodoka hablar- ¡Estás bien! ¡Estás vivo! ¡Cuánto me alegra!-

Una reconfortante sonrisa se dibujó en el masculino rostro, habló por espacio de 10 minutos con todos los de la casa que se peleaban por saludar a aquel cuya ausencia habían sufrido por cinco años. Al terminar de hablar devolvió el teléfono a la chica.

-Akane- su tono era de nostalgia- ¿Por qué…? ¿Cómo…?

Había tantas dudas rondando su mente que le era difícil ponerlas en orden para expresarlas. Ella atrajo su atención acariciando su mano.

-¿Recuerdas el último cumpleaños que celebramos? Fue tan maravilloso, al fin habíamos logrado expresar nuestros sentimientos, estuvimos juntos y fue tan… mágico. Al día siguiente desapareciste, no podía creer que te hubieras ido así sin más luego de lo que sucedió, sin embargo las horas pasaban y no había señales de ti, corrí a buscarte al Uchan's pero Ukyo me dijo que no te había visto desde el día anterior que estuvieron en el Dojo, ambas fuimos a buscarte al Neko-haten topándonos con la sorpresa de que el lugar estaba abandonado; entramos para corroborar, se notaba que habían salido con prisa, no les importó como dejaron las cosas, estaban huyendo- Akane tenía la mirada fija en el ventanal intentando controlar su furia- acudí a la policía junto a tu mamá, investigamos por nuestra cuenta entre los vecinos del lugar, nadie quería hablar, le tenían un miedo terrible a la bruja anciana. Fue hasta que un muchacho se apiadó de nosotras que supimos lo que pasó; el día que se fueron habían llegado en la madrugada cargando un bulto extraño, parecía un cadáver según el chico, por eso le llamó tanto la atención, pero antes del medio día salieron caminando Shampoo y su abuela junto a un muchacho al que llamaron Mousse, pero ese no era el Mousse que él conocía, éste era un muchacho de trenza y ojos azules-

-Era yo- habló Ranma intentando recordar-

-Ellas te habían llevado y parecía que ibas por tu voluntad. No sabes cuánto llore, Ranma. Perdóname por favor, pensé lo peor de ti- los ojos suplicantes de la chica miraban directo a él- yo creí que…-

-Que era un canalla- le interrumpió él- y tuviste motivos para pensarlo, si justo al día siguiente de haber estado juntos me iba tan fácil con ellas-

Akane bajó la vista avergonzada, él la tomo por la barbilla para levantarle el rostro y verla de nuevo directamente.

-No hay nada que perdonar. Yo hubiera pensado lo mismo-

-Fue tu mamá la que me hizo ver bien las cosas, tú no eras así. Si te habías ido con ellas seguramente había algún hechizo de por medio. Vendimos cuánto pudimos, hicimos lo necesario para juntar dinero para un boleto de viaje a China, necesitaba una explicación. Cuando llegué tuve que hacer un viaje de una semana caminando hasta la tribu de Shampoo, al llegar preguntando por ella las guardias comenzaron a golpearme- suspiró con pesar- si no fuera tan torpe y mi entrenamiento mejor no me hubieran apaleado como lo hicieron-

Ranma cerró sus puños con frustración. Akane continuó el relato.

-Me tiraron como despojo humano a la orilla de un río esperando muriera, pero alguien me recogió, fue la abuela de Mousse. Ella me llevó a su choza que estaba lejos de la aldea, curó mis heridas y me cuidó hasta que estuve mejor, cuando me recuperé me contó que cuando Shampoo llegó a la aldea iba acompañada de un joven de ojos azules y cabello trenzado, su abuela en contubernio con las principales líderes de la aldea decidieron que ahora él era Mousse, por más que la anciana preguntó por su nieto ellas contestaron "este es tu familiar ahora, tómalo o vete", no le quedó otra opción más que abandonar la tribu, las líderes eran muchas y ella solo una; me dijo también que cuando me vio llegar preguntando por Shampoo y por ti supo lo que debía hacer, así que me tomó como su discípula. Me entrenó por casi tres años, durante ese tiempo seguimos vigilando buscando pistas sobre tu paradero pero habían construido un muro infranqueable alrededor de ti, no quedaba de otra mas que esperar la oportunidad. Mientras me enseñó todo lo que sabía, técnicas de artes marciales, hechizos y lo necesario para poder derrotarlas, además de medicina tradicional para poder curarme llegado el momento-

-Arriesgaste tu vida por mí-

-Sin ti no tenía vida- expresó llorando.

-¿Y si no hubiera despertado a tiempo?-

-Sabía que lo harías- dijo tomándolo del rostro- además, estaba segura que verías el mensaje-

Ranma volteó hacia donde había encontrado a Akane, miró nuevamente lo que ella había escrito con su propia sangre.

-Nunca dejé de amarte- leyó.

La abrazó con posesión, algunas lágrimas rodaron por sus mejillas.

-Perdóname, Akane- expresó con la voz quebrada- si hubiera puesto más atención a nuestro alrededor, esto no habría pasado. Aún no entiendo cómo les resultó tan fácil doblegar mi voluntad-

-Por esto- Akane le mostró la pulsera que hasta hacía un rato estaba en su muñeca y que ella le había arrancado- el día que te llevaron encontré en mi habitación huellas de pólvora, según me explicó la abuela de Mousse era un artefacto explosivo pequeño que combina el explosivo con una droga que le sirve a la aldea para ataques sorpresa en los que duermen profundamente a sus enemigos dejándolos vulnerables por el influjo del humo, luego te colocaron esta cosa que liberaba diariamente un poco de lo mismo para mantenerte bajo su dominio, además que lo sellan con un conjuro ¿Acaso no te regalaba Shampoo uno nuevo cada año?-

-Sí, el 7 de mayo exactamente- expresó con sorpresa.

-Eso es porque tiene vigencia de un año, debe renovarse al término de este o se acaba el estado de hipnosis. Por eso debía aprovechar estos días que estaba más débil su poder para lograr terminar el hechizo-

-¿Cómo lograste seguirnos hasta Corea?- cuestionó el joven recordando donde estaban-

-La abuela de Mousse es más lista que Cologne- sonrió con regocijo- fue idea de ella tenderles una trampa haciéndoles una oferta a nombre del señor Smith, un importante empresario norteamericano interesado en invertir en la verdadera comida tradicional China, una jugosa propuesta para colocar un restaurante aquí en Corea a nombre de ellas sin invertir un solo peso. Las condiciones del empresario eran dos: él solo tenía desocupada su agenda para el día 5 y 6 de mayo y ambas debían venir, quería conocer a sus socias en persona; era obvio que no podían dejar pasar la oportunidad y tampoco te dejarían en la aldea porque no les daría tiempo de renovar el hechizo, debían llevarte con ellas. Yo vine aquí desde hace un año, me hice agente inmobiliaria para asegurar me asignaran la cuenta del señor Smith y de la señora Cologne, costó un poco pero logré que mi jefe accediera rápidamente-

-¿Qué fue lo que hiciste, Akane?- él la vio con extrañeza.

-Lo necesario- dijo con las mejillas encendidas, luego añadió con algo de timidez después de un silencio- ¿Tú… tú… realmente… Shampoo y tú…?-

El sonrojo invadió la tez de Ranma.

-Yo… no era yo mismo. Todo parecía un sueño, yo…- tartamudeaba.

-Está bien- habló en un tono más afligido de lo que le hubiera gustado- entiendo-

Él la tomó de las manos entrelazando sus dedos.

-Eres a la única mujer que he amado, yo… yo… nunca pude estar con ella- contestó avergonzado.

Akane lo miró extrañada.

-Sabes que soy un hombre ¡Te lo demostré! – dijo en voz alta- pero con ella jamás pude, es decir no… no… no reaccionaba- señaló con la vista su entrepierna.

Akane quedó perpleja ante la declaración de Ranma.

-O sea que ustedes, jamás…- hizo unos gestos con las manos que se sobreentendieron.

-¡Vaya si insistió el primer año!- repuso él con fastidio- luego se dio por vencida. Cologne siempre presionaba con que deberíamos darnos prisa con el heredero, así que ella buscó a quien pudiera embarazarla pero no lo logró, lo intentó con infinidad de hombres buscando pero con ninguno pudo conseguirlo. Jamás contó lo de mi problema, me decía que sería una vergüenza en la tribu que luego de todo lo que hizo por conseguirme no fuera lo suficientemente mujer como para provocarme-

Akane notó la decepción que sentía, la vergüenza, así que poco a poco se acercó para deslizar su mano por el hombro masculino. Ranma la miró desconcertado.

-Tal vez… no eras tú, si no la compañía- habló mordiéndose el labio con picardía.

Se acercó seductoramente para besar con embeleso la ansiada boca, se abrió paso entre los labios hasta acariciar con su lengua la de él, mordiendo con suavidad aquí y allá, provocándolo. Ranma la tomó por la cintura sentándola sobre él, con una mano la sujetaba por la espalda mientras la otra acariciaba con vehemencia el soberbio busto, a cada momento se besaban con más pasión. Con delicadeza la cargó para recostarla sobre el piso, aún entre sus piernas comenzó a rozar sus intimidades, Akane se dio cuenta al instante que el "problema" de Ranma con Shampoo no lo tenía con ella. Se separó de la boca de él para guiarla en dirección de su cuello, el joven lamió y mordisqueó con fervor hasta arrancarle un gemido cargado de deseo; sin dejar de recorrerla con su lengua, lentamente se dirigió a la blusa, arrancó los botones de un solo movimiento para darse cuenta que ella no llevaba sostén, de inmediato se abalanzó sobre las rosadas puntas metiéndolas a su boca alternadamente, succionando y lengüeteándolas con ahínco mientras Akane se retorcía gozosa. Su mano se abrió paso hasta la intimidad de la chica, reconoció con gusto que también faltaban las bragas además que estaba chorreante por él; dos de sus dedos ingresaron con facilidad reconociendo el terreno que alguna vez probó, su pulgar se abocó a acariciar en círculos la pequeña cúspide mientras entraba y salía con desenvoltura del dispuesto recoveco. La joven gemía sonoramente ante el asalto. Ranma se deshizo de sus prendas, se acarició con la humedad que tenía en la mano su dolorosa erección, entonces tomó con firmeza su miembro dirigiéndolo a la empapada brecha que le esperaba; con toda la calma que su estado le permitía fue adentrándose en Akane, ella arqueó la espalda deleitándose con la sensación, cuando ya no quedó espacio entre ellos liberaron una sonora queja.

-Te extrañé tanto- dijo ella como en un gruñido.

-Y yo a ti, amor- contestó el hombre mientras su cadera se movía cadenciosamente.

Levantó una de las piernas de Akane por encima de su hombro para poder adentrarse más en ella, la chica emitió un placentero sonido al sentir cómo el engrosado miembro la invadía con más brío, le jaló de la trenza hasta tenerlo al alcance y continuó besándolo con fiereza. Ranma se separó un poco.

-Akane, voy a…- un gustoso sonido continuó la frase.

-Yo también, no te detengas por favor- rogó la mujer afianzando su agarre.

Ranma se volcó con vigor sobre los femeninos labios besándolos con pasión desmedida mientras su semilla inundaba el interior de Akane, ella correspondió las caricias gozando al mismo tiempo su propio éxtasis.

El timbre de la puerta sonó, con la respiración entrecortada tuvieron que separarse.

-Ya llegó- exclamó Akane anudando la ropa indicándole a Ranma que se vistiera.

-¿Qué? ¿Quién…?-

Antes de que pudiera argumentar algo más, la joven ya había desaparecido de su vista regresando casi al instante acompañada de una anciana de larga trenza plateada.

-Ranma, te presento a la maestra Tori-

El joven hizo una profunda reverencia.

-Noto que no perdiste el tiempo, Akane- acotó la venerable con una sonrisa maliciosa.

La pareja se sonrojó al mismo tiempo que la mujer mayor soltaba una franca carcajada.

-Está bien, está bien, deben tener mucho que contarse. Pueden irse-

-Pero, maestra, lo más seguro es que Cologne también venga…- habló con angustia la chica.

-No te preocupes, Akane. En la tribu se envalentonan porque el Consejo Mayor las protege, aquí están a mi merced- habló con rencor en la voz.

-Permítame por favor respaldarla, anciana- habló al fin Ranma- es lo menos que puedo hacer luego de todo lo que nos ha ayudado-

La mujer lo vio de cabeza a pies analizándolo, su rostro esbozó una sonrisa.

-Ahora entiendo tu gran amor por este chico, Akane- añadió con tristeza- aunque no le pide nada a mi Mousse-

Giró sobre sus talones para ocultar una traicionera lágrima que escapó de sus ojos.

-¿Dónde está?- cuestionó con calma.

-En el refrigerador- repuso la joven.

-Tráela por favor-

Akane se dirigió a la cocina, apenas abrió la puerta del congelador una furtiva figura se le abalanzó encima, sin embargo fue más rápida esquivando el ataque y sometiendo a la mujer contra el piso.

-¡Maldita! ¡Soltar a Shampoo!- gritaba con frustración en japonés.

-Lo siento, hay alguien que ansía saludarte- contestó la de corto cabello cargando a la otra cual fardo.

La llevó hasta donde estaba la anciana, una vez llegadas la dejó caer estrepitosamente al piso. La joven de cabello morado soltó una sarta de groserías en chino.

-Cuida tu lenguaje, niña, respeta mi autoridad-

-¡Tú no eres nadie! Eres una exiliada, una deshonra para la tribu- escupió con desprecio hacia la mujer mayor.

-¿Yo soy la deshonra?- una cascada risa llenó el lugar- Yo no soy quien no ha logrado consumar el matrimonio con su esposo-

La expresión de la chica cambio del odio a la sorpresa.

-Ya tienes cinco años de casada y tampoco has tenido hijos, eso habla muy mal de ti, Shampoo. Sé que lo has intentado infinidad de veces, y con muchos hombres por cierto, pero no has conseguido siquiera que te posean- con intriga dijo- ¿Por qué será?-

-¡Maldita bruja!- chilló con fuerza- ¡Me hechizaste! ¡Es tu culpa! ¡Todo es tu culpa!-

-¡No!- elevó la voz la venerable- tú cavaste tu propia tumba el día que desapareciste a mi muchacho-

Shampoo rio con fuerza y burla.

-Y jamás sabrás qué fue de él, anciana- exclamó retadora.

-Y tú nunca serás líder de la tribu- contestó con voz triunfal la abuela- Tu "honorable estirpe" morirá contigo ¿Crees que en la aldea aceptarán a alguien que no es capaz de tener descendencia?-

-Revertiremos tu embrujo- habló desafiante.

-Suerte con eso, niña- repuso colocándose a la altura de la cara de Shampoo- sabes bien que soy la mejor para los hechizos, además, quién sabe, muchas cosas podrían pasarle a ese hermoso cuerpo tuyo del que estás tan orgullosa-

Acto seguido sopló sobre la maniatada mujer un polvo que la hizo toser, a una velocidad impresionante tocó distintos puntos en todo el cuerpo de la chica, en la cara de Shampoo apareció un rictus de dolor para luego dejarse caer al piso en posición fetal llorando quedo.

El ruido de cristales rompiéndose atrajo la atención de todos, giraron hacia el ventanal viendo la silueta de una mujer encaramada en un viejo bastón.

-¿Qué le has hecho a mi nieta, Tori?- gritó Cologne.

-Lo que se merecía- repuso con altivez.

La recién llegada estaba a punto de lanzar su ataque contra la otra anciana cuando ésta habló.

-Piénsalo bien, Cologne- exclamó a modo de amenaza- Somos las únicas que podemos regresar a tu nieta de dónde está-

-Sólo necesito viva a una- dijo apretando la mandíbula para luego embestir a Tori.

Antes de que pudiera siquiera acercarse, una lluvia de finas agujas se dirigieron a ella, apenas pudo esquivarlas viendo de reojo a su atacante.

-Te han entrenado bien, muchacha- le habló a Akane- pero te llevo siglos de práctica de ventaja-

Estaba decidida a atacar cuando fue interrumpida por una voz infantil.

-Abuelita- exclamó Shampoo con un tono aniñado- sácame de aquí, abuelita. No me gusta este lugar, me da mucho miedo-

Cologne dirigió su vista hacia Tori quien movía las manos cuál titiritero controlando a un muñeco, dio un paso hacia ella cuando la mujer dobló su dedo meñique y Shampoo comenzó a ahogarse.

-Tienes que decidir, Cologne ¿Tu nieta o nosotros?- amenazó la abuela de Mousse.

Un gesto de frustración se instaló en la arrugada faz de la otra mujer.

-¿Qué quieres, Tori?- preguntó al fin.

-Lo sabes perfectamente, no te hagas la tonta ahora-

Suspiró resignada y comenzó a hablar.

-Mousse no está muerto. Unos días antes de secuestrar a Ranma le sellamos la comunicación con la realidad, lo instalamos en un mundo de fantasía para poder internarlo en una institución mental asegurándonos que no lo darían de alta nunca- aventó una tarjeta que extrajo de su manga- este es el lugar, ahí lo encontrarás-

Akane recogió el papel pasándoselo a su maestra quien maldijo por lo bajo.

-Cumplí mi parte, ahora libera a Shampoo- exigió.

-Aun no. Akane…- le hizo una seña con la cabeza a la chica.

La joven japonesa se acercó a la que estaba tendida en el suelo, dijo unas quedas palabras para luego lavarle a una velocidad extraordinaria la larga cabellera. El rostro de Shampoo se llenó de paz, una hermosa sonrisa la adornaba.

-¿Pero qué diablos…?- expresó Cologne intentando llegar a su nieta.

-Ni se le ocurra, vieja bruja- le cortó Ranma el camino en posición de combate- esto es lo mejor para todos-

El varón rápidamente se posicionó tras la anciana y al igual que Akane lavó su cabeza con una celeridad sobrehumana, en apenas un par de minutos tenía a Cologne cargada en brazos con un apacible gesto en su cara.

-¿Cómo sabes…?- comenzó a preguntar la chica.

-No viví cinco años con ellas en balde- luego se dirigió a Tori- ¿Qué hacemos con ellas?-

-Yo estaría encantada de hacerlas tonkotsu pero salubridad me demandaría. Ahora lo que más me importa es ver el grado de daño que tiene Mousse. Akane ¿Hay problema si se quedan aquí? Dormirán un par de días-

-Ninguno, puedo convencer fácilmente a mi jefe para que deje el sitio cerrado ese tiempo-

Ranma la miró con duda, ella se sonrojó.

-Bien, tengo que irme para organizar todo ¿Y ustedes?- la pregunta fue hecha con picardía.

-Creo que deberíamos descansar un poco, aún no me recupero del todo-

-No olvides ingerir la medicina cada tres horas, te sentirás del todo bien con cuatro tomas- expresó la anciana rumbo a la puerta- y usen protección, muchachos, que esa no es anticonceptivo-

Ranma y Akane se miraron cómplices, aún les faltaba ponerse al día.

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El agua escurría de los cortos cabellos, la delgada y corta bata no dejaba nada a la imaginación, años de entrenamiento habían convertido a la inocente chica en una seductora mujer. Ranma la admiraba recostado en la cama, esperando el momento justo para atacar. Ella se quitó la prenda y se introdujo a la cama sin pudor.

-Duermes desnuda, no llevas ropa interior ¿Qué le pasó a aquella Akane que me llamaba pervertido por ver accidentalmente debajo de su falda?- preguntó juguetón.

Estaba a punto de contestar cuando su móvil sonó.

-Diga… Sí… -rio divertida provocando que Ranma enarcara una ceja- no, no se pudo. Además tendremos que reparar el ventanal, una… urraca se estrelló y lo rompió… sí, no hay problema yo lo veo pero me preguntaba ¿Podrías dejar que me encargue? Tengo el cliente perfecto, es seguro, pero llega a la ciudad en un par de días, me preguntaba si me permitirías dejarlo cerrado mientras tanto… sí, sí, ya se que te he pedido muchos favores pero no vas a negar que te los he pagado bastante bien… siempre has salido beneficiado, no veo por qué la queja ahora…-

El tono de Akane era juguetón y algo coqueto lo que hizo molestar a Ranma, se incorporó de dónde estaba dispuesto a abandonar la habitación.

-Si, si, lo veremos mañana, debo dejarte, mi novio requiere mi atención. Saludos a Darla- terminó rápidamente la llamada para dirigirse a su acompañante- ¿A dónde crees que vas, Saotome?-

-Por ahí- respondió molesto colocándose los pantalones.

-¿Te pusiste celoso?- preguntó traviesamente.

-¡Sí! ¡Me puse celoso! ¿De acuerdo?- habló exasperado enfrentándola.

Akane se acercó a él con andar felino, se puso de rodillas sobre la cama para estar a la altura de él parado a un lado, se le colgó al cuello mientras le hablaba mirándolo a los ojos.

-Era mi jefe, Darla es su esposa, el modo en que le he pagado los favores ha sido con masajes y acupuntura china para ambos, al mismo tiempo y en el mismo lugar- besó fugazmente a su amado- siempre he dicho que tengo novio, que estamos muy enamorados y que me voy a casar con él, todos lo saben-

Ranma relajó su postura, enredó a la chica con sus brazos y escondió la cara en el delicado cuello.

-No quiero perderte, no después de tantos años-

-No pasará, te lo prometo- correspondió el abrazo para luego escurrirse- espera, espera, tengo algo para ti-

Corrió al armario, trepó a la parte más alta y del rincón más alejado extrajo una caja de zapatos, bajó con ella ágilmente, se sentó en la cama haciendo un ademán para que él la acompañará, Ranma se colocó próximo a ella. Akane extrajo una pequeña caja forrada de terciopelo negro que le entregó a Ranma.

-Feliz cumpleaños- expresó sonriente.

El hombre abrió la caja, en su interior relucía un anillo plateado. Le llamó la atención la inscripción del interior y leyó "Nunca dejé de amarte", una enorme sonrisa iluminó su rostro, agarró la joya e intentó ponérselo en el dedo anular izquierdo pero le quedó demasiado flojo.

-Perdón- dijo Akane avergonzada- tiene cuatro años y medio que lo compré, lo pedí grande porque creí que tus manos crecerían, bueno, sí crecieron pero fallé demasiado en los cálculos-

Ranma la abrazo emocionado colocándoselo entonces en el pulgar donde quedó perfecto.

-Así está bien, además, este dedo está destinado para otro anillo- guiñó con coquetería.

-No… no creo que sea posible- replicó la chica apesadumbrada- tú… estás casado con Shampoo-

-No- expresó tajante- primero, el matrimonio sólo fue por la tradición de las amazonas; segundo, ella está casada con Mousse Zhang, que obviamente no soy yo; tercero, si lo anterior fallara, el matrimonio jamás fue consumado, por lo que sería nulo al instante-

La atrajo hacia sí por la cintura, la recostó sobre la cama colocándose encima mientras se abría paso entre sus piernas.

-Y por último pero no menos importante, la única mujer a la que amo, que me hizo suyo en su lecho y con la que espero pronto contraer nupcias, esta aquí y ahora- la besó con cadencia desmedida mientras sus manos buscaban ansiosas la blanca piel.

Distrajo su tarea solo para furtivamente revisar el reloj colocado encima de la cómoda.

-Feliz cumpleaños, Akane… mi Akane- susurró en el oído femenino para luego empezar a recorrer el cuello con caricias.

Habían pasado cinco años separados, sus cuerpos y sus mentes habían madurado además de sus sentimientos, a pesar del largo tiempo de ausencia se seguían amando con la fuerza de sus dieciséis años pero ahora estaban dispuestos a defender su felicidad a pesar de todo y de todos, porque siempre habían sido Ranma y Akane.

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No quería quedarme sin participar en el #DoubleHappyBDay de Ranma Latinoamérica.

Espero les guste este relato que salió de un relámpago de inspiración, ya saben que cualquier crítica constructiva es bien recibida.

Agradecimientos especiales a mi beta Kris de Andrómeda que me alienta y corrige, a Claudia Yvette Nava que me anima a seguir cada vez que me recomienda y le gustan mis historias, a Lélek que me echa muchas porras desde las sombras y a todos ustedes, queridos lectores, que me han acompañado en mi camino de ficker hasta aquí.

Amenazo con volver a escribir para el #PorSiempreRanmaAkane de Fanfics y Fanarts de Ranma Latino, así que esperen otro de mis desvaríos.

Gracias.