ALGUNAS INDICACIONES ANTES DE COMENZAR:
En este fic decidí darles otros nombres a los reinos, espero que no haya mucha confusión con eso.
La Cursiva representa pensamientos, sueños o recuerdos
Las negritas son para las lecturas (cartas, libros, carteles, etc.)
*Los saltos en los tiempos serán avisados entre asteriscos por favor lean con atención*
Capítulo 1, Me está llamando
La lluvia caía con fuerza sobre ella, de vez en cuando un refucilo iluminaba el cielo por unos instantes dándole a la mujer un poco de visibilidad entre los árboles que la golpeaban sin descanso mientras corría entre ellos.
La sensación en su pecho se hacía cada vez más intensa a medida que se adentraba en el bosque, sentía que algo la estaba guiando, no sabía qué la había llevado hasta este punto, pero no podía evitar seguir adelante sintiendo que algo la arrastraba intensamente en su corazón, guiándola, llamándola, haciendo inútil que luchara contra sus instintos de parar dar la vuelta.
De pronto, entre el ruido de la lluvia y sus pasos pudo oír, aunque débil, el sonido de un llanto…
- ¡Regina! ¡Vamos mujer despierta!
Con un sobresalto la reina jadeo mientras se incorporaba en su cama, sudada y agitada comenzó a mirar a su alrededor con terror en sus ojos, su sueño, bastante vívido, aún presente en su cabeza
A su lado pudo notar una mujer con los brazos tendidos hacia ella y el ceño fruncido
- Mal… ¿Q-Qué fue… ¿Qué pasó?
Con un suspiro profundo la otra mujer se sentó a los pies de la enorme cama donde descansaba la reina.
- Me has dado un buen susto cariño, vine a despertarte, ya es bastante inusual que no estés arriba a estas horas, pero te encontré retorciéndote y sudando entre las sabanas… ¿Volvieron las pesadillas Regina?
Le tomo un momento a la reina entender lo que la rubia le estaba diciendo… Aún no podía quitarse de la cabeza las imágenes del bosque, el ruido de la lluvia y ese… Llanto.
- Supongo, supongo que fue eso…
Miro hacia el desastre que era ahora ella y su cama y con un movimiento de su mano arreglo todo y luego de un segundo tragó y se aclaró la garganta antes de levantarse
- Como sea… Tengo cosas más importantes de las que preocuparme, dios sabe que no tengo tiempo para estas tonterías
Regina, "la reina malvada" como era conocido en otros reinos, no tenía la costumbre de que la vieran tan… Desastrosa, aunque su amiga aquí presente sin dudas la ha visto en algunas situaciones lamentables.
Pero la reina era orgullosa y detestaba que la vieran débil, incluso si era la mujer que la había visto pasar por el mismo infierno, así que con otro leve movimiento de su mano estaba lista en un segundo para lo que le esperaba en el día.
Una semana había pasado, las mujeres se encontraban en la sala del trono, en pocos minutos los aldeanos entrarían uno por uno a pedirle un favor a su reina.
Todos en el reino de Olliete conocían la vedad sobre su reina, que aunque por fuera parecía dura, malvada y que te arrancaría el corazón solo por verla de una mala manera, en realidad se preocupaba por los que vivían bajo su mandato y no dejaba que nadie muera de hambre o frío, aunque claro, siempre y cuando trabajaras, pues su reina siempre les decía que un pueblo solo puede prosperar si todos ponían de su parte, ella había jurado protegerlos y darles un futuro siempre y cuando ellos hicieran su parte. Y todos los Ollietianos estaban de acuerdo con eso, no solo eso, siempre defendían a su reina de gente ajena a ellos, que hablaban pestes de ella solo porque temían por los rumores esparcidos en los demás reinos, le habían jurado lealtad a la mujer que hacía años cuidaba de ellos y ella nunca los defraudaba, el reino de Olliete crecía cada año, en la economía, en estructuras, incluso en las relaciones con reinos que eran lo suficientemente inteligentes como para ver el potencial económico que conllevaba aliarse con ellos.
Aunque claro, no todos los reinos… El reino de Rosamonte, gobernado por "la reina blanca" Snow y su encantador príncipe azul, era visto como el reino más bondadoso y próspero, a pesar de que en los últimos tiempos su economía y calidad de vida para los aldeanos había bajado considerablemente, pero nadie ponía en duda el reinado de la dulce reina Snow y eso incluía a sus reinos aliados, Trento por ejemplo, gobernado por el rey Eric y su encantadora esposa la reina Ariel y Galsan era el reino gobernado por los reyes Phillip y Aurora.
Regina sabía, más que nadie, que Snow era completamente incapaz de dirigir un reino y no podía entender como en su sano juicio alguien la seguiría sin pensarlo, pero ahí estaban, los reyes de Trento y Galsan, asistiendo a cada fiesta ostentosa que ofrecía la reina blanca cada año para festejar "la paz", aprobando cada política que Snow les "aconsejaba"… Y la única razón que se le podía ocurrir a la morena para que esto suceda es que Snow y su príncipe encantador, David, eran verdaderos amores…
Ah, la ironía… Regina sabía con certeza que Snow odiaba la magia más que nadie en el mundo… Y dejó que la magia le diga a quien tiene que amar por el resto de su vida…
De vuelta en la sala del trono Regina estaba perdida en sus pensamientos, repasando su sueño una y otra vez tratando de entenderlo, pero era en vano ella realmente no le encontraba significado, escuchó carraspear a su amiga y mayor consejera que estaba a su lado, pero la morena evito su mirada y respiró profundo antes de darle la señal al guardia en la puerta para que pasara el primer aldeano.
Pasaron un par de horas hasta que el último de los aldeanos que se presentó había terminado de pasar, algunos de ellos no venían a pedirle favores sino a dejarle obsequios por algún favor que la reina le había concedido anteriormente.
Cuando terminaron era ya la hora de cenar, pero Regina no tenía hambre y sabía que su amiga sacaría el tema sobre lo preocupada que estaba por ella y la monarca no tenía energías para discutir con ella así que le ordenó a una de sus sirvientas que enviaran la cena a su habitación.
Ya en sus aposentos la reina suspiró y comenzó a prepararse para la noche, se puso algo más cómodo y comenzó a leer uno de sus libros pendientes frente a la chimenea esperando la cena
Sin embargo poco pudo concentrarse, afuera por su ventana podía ver como las nubes comenzaban a formarse, los relámpagos se oían a lo lejos y el viento comenzó a soplar con fuerza…
Y entonces su sueño volvió a posarse en su cabeza, como un mal cuento que no deja de perseguirte o un mal recuerdo que sigue alcanzándote…
Trató de evitar pensar en ello… Pero fue imposible, porque unos pocos minutos después comenzó a sentirlo…
Era como la tristeza y la felicidad luchando en su corazón, era un anhelo, la falta de algo que debía ser suyo y que estaba tan lejos… Luchó para contenerlo, pero poco pudo hacer al sentir que el aire le faltaba y que su pecho se apretaba con fuerza, luchó, pero al final se vio corriendo por los pasillos del castillo, evitando a todo el que se le cruzara, gruño a sus guardias que no la siguieran e hizo caso omiso de las sirvientas que llevaban la cena hacia su habitación.
Cuando llegó afuera la tormenta estaba prácticamente sobre ella.
Miró hacia su alrededor y vio a los guardias de la entrada
- ¡Tú! Corre y trae mi caballo ¡Rápido!
El guardia corrió hacia los establos sin dudarlo y mientras desaparecía de la vista de su reina ésta podía ver a su amiga saliendo del castillo.
Las sirvientas irían a buscarla supongo
- ¡Regina!
La mujer tuvo que alzar su vos por el fuerte viento que la golpeaba
- ¿¡Qué mierda estás haciendo!?
Pero no hubo respuestas de parte de la reina, pues ella tampoco tenía idea de que estaba haciendo…
El guardia corrió con el caballo de su reina y sin pensarlo dos veces ésta montó con facilidad y salió galopando lo más rápido que su caballo podía hacia donde sentía que la estaban llamando…
Todo lo que pudo hacer Maléfica fue verla alejarse con una gran incertidumbre en su interior
¿Qué demonios estaba pasando con su amiga?
Regina estuvo un buen tiempo montando en dirección al bosque, la lluvia la había alcanzado hace unos minutos y estaba empapada, podría haber usado su magia para evitarlo pero claramente la reina estaba perdida en su mente, era como si todo su cuerpo tuviese un único objetivo y nada más importaba.
Cuando pretendía entrar en el bosque se sorprendió al sentir que su caballo se rehusaba a avanzar, así que desmontó y ató al caballo antes de avanzar por su cuenta entre los árboles
¿Por qué? ¿Por qué demonios estoy haciendo esto?
Pero no encontraba respuestas lógicas para sus preguntas, en cambio el tirón en su pecho aumento, haciendo que acelerara su paso
Y a partir de allí todo fue como vivir un déjà vu.
La lluvia caía con fuerza sobre ella, de vez en cuando un refucilo iluminaba el cielo por unos instantes dándole a la mujer un poco de visibilidad entre los árboles que la golpeaban sin descanso mientras corría entre ellos.
La sensación en su pecho se hacía cada vez más intensa a medida que se adentraba en el bosque, sentía que algo la estaba guiando, no sabía qué la había llevado hasta este punto, pero no podía evitar seguir adelante sintiendo que algo la arrastraba intensamente en su corazón, guiándola, llamándola, haciendo inútil que luchara contra sus instintos de parar dar la vuelta.
De pronto, entre el ruido de la lluvia y sus pasos pudo oír, aunque débil, el sonido de un llanto…
Regina casi espera que la despertaran, pero no pasó, en cambio el llanto vuelve a sonar y ella avanza, y cada paso que da la acerca más a la fuerte de ese llanto…
De repente para la reina parecía que la lluvia no estaba cayendo sobre ella, parecía que el frio que había comenzado a tener se había esfumado, todo su mundo parecía haberse esfumado cuando sus ojos se posaron en una manta blanca debajo de un árbol, que cubría cuidadosamente lo que claramente era un bebé
Regina deseaba desesperadamente tomar ese pequeño en sus brazos y hacer que todo esté mejor para él
Y eso hizo, y cuando comenzó a mover la manta un poco para poder ver al pequeño pudo leer escrito el nombre de Emma…
- Así que eras tú pequeña niña, quien me estaba llamando…
Cuando los ojos marrones de la mujer se posaron en los verdes-azulados del bebé, el llanto cesó de inmediato
La reina estaba segura y la asustaba saber que la niña podría tener solo un par de horas de vida…
¿Quién podría dejar a una recién nacida en medio del bosque? ¿Acaso esa persona no tenía noción de lo que significaba? ¡La niña pudo haber muerto!
Pero todas esas preguntas se desvanecieron al instante, y se hizo una que había estado preguntándose hace días…
¿Por qué me estaba llamando? ¿Por qué a mí?
Sabía que solo una persona podría responder a eso…
El ruido de las puertas abriéndose retumbó en la silenciosa entrada del castillo
- ¡Regina! ¿Qué demonios estabas pensando cuando-
- Shhh, por fin está dormida…
Atontada por las palabras de su amiga, Maléfica miró a la morena como si le hubiesen crecido cuernos
- ¿P-Pero de que mierda hablas querida?
- Emma… Me estaba llamando, hace tiempo ya, algo me llevó hasta ella Mal… Algo que no puedo explicar solo… ¡Solo sabía a donde tenía que ir aunque no tenía idea de por qué! Y cuando por fin llegue… Ella me estaba esperando…
Por primera vez desde que Regina entró al castillo su amiga se fijó en sus brazos y en la manta que tenía sujeta entre ellos
- ¿Un bebé? ¿Pero… Cómo?
- No lo sé Mal, solo sé que tenía que encontrarla
Un silencio eterno se hizo presente entre las mujeres mientras cada una estaba perdida en sus pensamientos.
- Bien, bien, entonces dices que solo sentiste que tenías que encontrarla, pero no tienes idea de quién es la-
- Es mía Mal…
La advertencia en la voz de la morena casi hizo que la otra mujer retrocediera
- No tienes idea de quien es Regina, no tienes idea de qué tipo de magia usaron para atraerte a ella, ¡Debes ser más precavida!
- La abandonaron en el bosque, y me estaba llamando su propia magia, puedes sentirlo Mal, lo sabes, no sé por qué a mí pero ella me estaba llamando… Mañana iré con Rumpelstiltskin él sabrá decirme qué está pasando… Por ahora voy a cuidar de ella…
Maléfica era lo suficientemente inteligente como para no discutir con la morena, sin embargo algo no estaba bien para ella, supuso que solo se preocupó demasiado por su amiga y temía que todo esto fuese obra de sus enemigos... ¿Pero qué daño podría hacer un bebé?
Sin otra palabra dirigida a la mujer que la estaba cuestionado con la mirada, Regina cruzo la sala y se dirigió escaleras arriba hacia su dormitorio.
La reina no pudo dormir esa noche, pasó horas viendo como Emma dormía, temiendo que todo fuese un sueño
Si bien no entendía que estaba pasando la morena se sentía feliz con la niña en sus brazos, se sentía completa, como si nada en este mundo hubiese tenido sentido hasta ahora
Pasó toda la noche perdida en sus pensamientos con el sonido de la tormenta apaciguándose un par de horas después de que se había retirado a su habitación…
El sol había salido y Regina comenzó a prepararse y a la bebé para viajar hacia donde se encontraba su maestro.
La noche anterior la reina había usado magia para secarse de la lluvia a ella y al bebé y para no molestarla la había dejado envuelta en su manta blanca durante la noche, ahora ella estaba pensando en cambiarla, así que comenzó a desenvolverla tratando de no despertarla
Cuando la pudo desenvolver con cuidado, vio un sobre que se escondía detrás de la espalda de Emma
El corazón de la reina se aceleró, un poco preocupada de lo que esa carta podría revelar…
La abrió con sumo cuidado y comenzó a leerla
Por favor, si encuentras a mi hija con vida, si logras llegar a ella a tiempo, cuida de ella como yo no pude hacerlo. Sé que te preguntarás por qué la he abandonado, pero no puedo decirte quien soy ni quien es ella… Mi corazón se parte al escribir esta carta, por favor no pienses que he dejado ir a mi niña solo porque no la amaba… Al contrario, estoy tratando de darle una oportunidad de vivir, así que por favor cuida de ella...
Después de darse un momento, la morena continua con los cuidados de la niña mientras pensaba en las palabras de la carta…
¿Una oportunidad para vivir?... Me parece ilógico que diga eso cuando dejo a Emma en medio de un bosque lleno de criaturas peligrosas y bajo una lluvia torrencial…
Ninguna de las mujeres habló camino al hogar de Rumpelstiltskin, dentro del carruaje Regina estaba sonriendo a una Emma recién despierta y Maléfica solo estaba mirándolas, estudiándolas, tratando de entender hacia donde iba todo esto…
Después de un largo camino por fin llegaron a su destino, y fue ahí cuando por fin una de las dos mujeres pronuncio palabra alguna
- Sabes, sea lo que sea que él nos diga sobre la niña… Quiero que seas feliz Regina y nunca te había visto sonreír tanto tiempo como lo hiciste en este viaje… Sigo preocupada por la procedencia del bebé, sigo preocupada por ti también, pero… Supongo que lo que quiero decir es-
- Lo sé… Gracias Mal… No puedo explicarte, aunque me encantaría hacerlo, pero ni yo entiendo que es lo que me pasa con Emma… Siento que todo lo que sufrí en el pasado, todo lo que viví valió la pena solo por tenerla aquí con migo… Es una locura, lo sé pero no había sentido esto jamás...
Las mujeres se dieron un segundo para contemplar sus palabras y decidieron entonces entrar a la cabaña
Un hombre estaba ocupado cociendo en una rueca lo que parecía un saco color marrón y no se molestó en dar la vuelta cuando escuchó la puerta abrirse o cerrarse
- Ahhh, es un hermoso día para hermosas visitas… Pasen, adelante, el té casi está listo
- No tenemos tiempo para té Rumpelstiltskin…
- ¡Claro que lo tienes! Tienes todo el tiempo del mundo muchacha, ahora que tu cuerpo se ha detenido en el tiempo
Ambas mujeres le lanzaron una mirada de extrañez y odio al mismo tiempo ya que detestaban cuando el hombre lanzaba alguna de esas frases que no tenían sentido para ellas pero que parecía que era una obviedad para él
- Bien, voy a morder el anzuelo Rumpelstiltskin, ¿De qué diablos estás hablando?
Rumpelstiltskin se dio la vuelta por primera vez desde que las mujeres habían entrado a su casa, parecía cansado y sus ojeras indicaban que no había dormido en días, pero su sonrisa era enorme
- Repasemos lo que te he enseñado hasta ahora… ¿Cómo es que el bebé puede tener magia?
Unos segundos pasaron antes de que la reina, con un sabor amargo en la boca respondiera
- Tendría que ser fruto del verdadero amor…
- Exacto, exacto querida, ¿Y cuantos verdaderos amores conocemos?
- ¿¡Pero como diablos es posible lo que me estás diciendo!? Si lo que insinúas es cierto, si Emma es hija de Snow y Encantador ¡Jamás se desharían de ella!
- A menos que uno de ellos deteste la magia con todo su ser… ¿No te parece?
La comprensión golpeo el rostro de ambas mujeres…
- Maldita sea, esa mujer…
Maléfica miraba a Regina con algo de miedo, pues sabía que no existía nadie a quien más odiara su amiga en este mundo
- Si, si, La reina blanca no quiso saber nada con su hija, engaño a su pueblo diciendo que de su amor había nacido un perfecto hijo normal el cual en realidad es hijo de una de sus sirvientas
El hombre lanzó una risa por lo bajo
- ¿Cómo sabes todo eso?
- Ahh es mi trabajo cariño, conocer el destino de un ser tan poderoso como la niña que tienes en tus brazos…
Regina abrazo a Emma más cerca de ella
- ¿Por qué dijiste que mi cuerpo se había detenido en el tiempo?
Rumpelstiltskin chasqueo la lengua, como tratando de encontrar las palabras exactas que saldrían a continuación, sabía que su alumna era completamente reacia a creer lo que estaba a punto de decirle
- Magia querida, y de la más poderosa… La niña que tienes en tus brazos Regina, es tu destino, es tu futuro, es tu verdadero amor…
La reina lo miro por unos instantes antes de bufar
- Si, por supuesto, ahora vas a decirme que la magia del verdadero amor frenó el avance de mi cuerpo solo para esperar a Emma. ¡Yo no tengo un verdadero amor! No lo tendré nunca…
- Verás querida, el verdadero amor actúa de formas impensadas, diferentes razas, diferentes clases sociales, diferentes reinos, diferentes… Edades…
- No
- Sé que crees que no existe el verdadero amor para ti, pero aquí está y no creo que puedas negarlo… ¿Cómo obtuviste a la niña? ¿Acaso no sentías que te estaba llamando? ¿No sentías cuanto te estaba necesitando?...
- ¿Cómo-
-Ah ya te lo dije, es mi trabajo conocer el destino de esta niña… Además así es como funciona el verdadero amor Regina, ahora que sabes de quien es la niña y QUIEN es… ¿Qué harás?
Las palabras no podían salir de su boca, y aunque pudiesen la reina realmente no sabía que decir, sus ojos estaban húmedos pero su ceño se fruncía con enojo y frustración
Maléfica, que no había hablado desde que la conversación comenzó había estado luchando por todo lo que oía… Estaba feliz de que la posibilidad de que su amiga encontrara a su verdadero amor fueran ciertas, aunque realmente extraño que sea una niña recién nacida… Estaba confundida sobre si estar molesta o triste porque sabían que la bebé era de Snow, la persona más odiada por las dos mujeres… Pero cuando vio a su amiga luchando con lo que seguramente eran los mismos pensamientos que ella, sabía que necesitaba decirle algo…
- Regina… Creo que deberías considerar lo que te está diciendo… ¿Acaso no me dijiste tú que todo lo que sufriste, todo lo que viviste, valió la pena solo por tenerla aquí en tus brazos? Sé por qué crees que no existe el verdadero amor para ti, sé que crees que no te lo mereces, pero a pesar de lo que muchos pueden creer, incluida tú, eres sin duda alguien que merece ser amada, alguien que merece un final feliz y por alguna razón, Emma es quien va a dártelo, esa niña ahí, justo ahí en tus brazos, mírala y dime si ahora que sabes quién es puedes dejarla ir…
Regina no contesto, sabía la respuesta a eso… No… No había manera que pudiese dejar ir a Emma, no había demonio en el mismo infierno que la apartara de ella, saber que la posibilidad de que exista un verdadero amor para ella era algo que aún no creía, pero lucharía por ello, tal vez… Solo tal vez… Ella sí lo merecía…
Rumpelstiltskin asintió mientras dejaba de lado la taza de té que había comenzado a preparar y se acercaba a una mesa llena de objetos rotos y lo que parecían frascos de pociones dudosas cerca de la ventana
- Una advertencia… No dejes nunca que Snow sepa que está viva, pues fue ella misma quien mandó a matarla justo después de que nació
- ¿¡Matarla!? ¡Creí que simplemente la había abandonado!
Parece que la nota era del encantador entonces…
- Snow es cobarde hasta los huesos y tú lo sabes mejor que nadie, ella temía que la niña buscara venganza o que alguien (Como yo) la usara en su contra
Regina gruño por lo bajo, no iba a dejar que nadie le ponga un dedo encima a Emma…
- Aquí tienes, este colgante ayudara a mantener su magia bajo control hasta que tenga edad para que le enseñes a usarla adecuadamente
- Gracias… Yo-
- Te costará aceptar que Emma es tu verdadero amor, pero al final te darás cuenta que no tienes a que temerle, tu cuerpo volverá a su marcha una vez que la niña alcance tu edad
- ¡Já! ¡Vivirás otros 140 años Regina!
Maléfica no pudo evitar burlarse de su amiga, quien le envió una mirada asesina antes de volverse hacia Rumpelstiltskin
- Nos vamos, tengo cosas que pensar, gracias por las respuestas
- ¡Ah de nada querida! ¡Ansío ver que tan poderosa es al final del día nuestra querida Emma!
Ambas mujeres volvieron a quedar en completo silencio durante su camino de vuelta al castillo, pues tenían mucho que procesar. Pero esta vez las dos mujeres no podían parar de sonreír… Una por la niña que estaba nuevamente dormida en sus brazos, la otra, por la esperanza que flotaba en su cabeza sobre que su amiga había encontrado su verdadero amor…
