Parte 1: En el pantano del silencio

Pelear...

Eso es lo que siempre había hecho

Siempre peleando ajena a mi existencia, sin poner una duda de lo que hacía, simplemente peleando sin una razón aparente

No importa el momento...

No importa el lugar...

No importa porque o para que...

Pelear era ese constante ciclo al que nos atamos

Era el propósito de nosotras, el destino de las que llaman Creamates

Al menos así era para mí, porque todo cambió cuando empecé a pensar, a pensar que había algo raro alrededor de mí. Siempre estaba junto a mis compañeras peleando...

¿Por qué estoy peleando?

¿Por qué las chicas que son mis compañeras están peleando?

¿Que son estos recuerdos?...

Ah, si... Los recuerdos que tengo con otras creamates. El lugar, las personas, nuestra apariencia, esos recuerdos me hacían reconocer los rostros y la actitud de mis compañeras pero todo era tan ajeno... Como si no me perteneciera...

Así que seguía peleando...

Pero ahora estaba dudando...

Mientras peleaba había una chica dándome ordenes

Ella decía "Derrota a ese monstruo" Y lo hacía

Ella ordenaba "Retrocede" y obedecía

Ella me pedía "Ayuda a otras creamates"... Y yo pensaba

Creamates... ¿Que son las creamates?...

Había muchas como yo...

Algunas hablaban como yo...

Algunas actuaban como yo...

Con el pasar del tiempo la chica dejó de darme ordenes y se las empezó a dar a otras creamates, esas que se parecían a mí pero que llegaron después...

Ahora ya no estaba peleando...

Ahora solo estaba dudando...

Y ese día llegó...

No sé las circunstancias pero mientras las creamates se enfrentaban a un enemigo ciertas personas aparecieron y entre ellas estaba "ella"... Tatsumi Kon...

Ella era como yo...

Ella hablaba como yo...

Ella actuaba como yo...

Sus compañeras se parecían a mis compañeras, tenía mi nombre y mis recuerdos, pero había una pequeña diferencia...

Ella era la real... La Tatsumi Kon real

Ella y las que la acompañaban no eran creamates, ellas eran almas autenticas con recuerdos y sentimientos auténticos. Al verla me dirigí a mis compañeras.

-Chiya-¿Ya viste?- le dije a una de ellas

- Perdón - Me contestó

- Esas de allí son las verdaderas - Le dije mientras señalaba a las auténticas

-Cuando pides disculpas debes enseñar la barriga - su respuesta no tenía que ver con lo que preguntaba

Algo era extraño, le hablé a mis otras compañeras, pero era en vano, nunca respondían. Cuando me dí cuenta, sus miradas estaban vacías... Ya sabía que pasaba.

Las creamates son ignorantes de su existencia, ignoran que no son las reales y solo existen para pelear...

Las creamates son cascarones vacíos...

Yo soy un cascaron vacío...

Al darme cuenta de esto huí, me alejé de todas ellas, salí corriendo lejos de las creamates y de la chica que las controlaba, huí lejos de ellas intentando llorar...

Pero soy una creamate...

Las creamates no tienen sentimientos reales...

Las creamates no tienen recuerdos reales...

Las creamates son solo copias de almas autenticas hechas con un poco de magia y moldeadas a su imagen.

Y como las creamates no son reales, no tienen sentimientos reales ni recuerdos reales entonces no pueden llorar

Así fue como huí sin mirar atrás hasta que, sin darme cuenta terminé en un pantano.

Estaba oscuro, lleno de fango, había neblina que no permitía ver mucho, pero era el único camino que había, así que seguí adelante, caminando por un camino desconocido, resbalando y tropezando en un lugar entonces que me percaté de que alguien me seguía, ¿alguien descubrió que estaba huyendo? Esa persona se acercó, era una chica con cabello oscuro, y un peinado de colitas, ademas iba vestida con una capucha morada, aparte de que se veía insegura.

-Disculpa - Ella me habló - ¿Donde estamos? Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas

Era una creamate igual que yo, las creamates parecen actuar como personas reales, pero por lo que vi con mis antiguas compañeras no responden al hecho de que no son las verdaderas, simplemente se quedan en blanco con las miradas vacías. Así que si intentaba decirle que estoy huyendo porque descubrí que no soy la verdadera pasaría lo mismo.

-Yo también estoy perdida - le respondí - ¿Quieres seguirme?

No era una mentira, yo también estaba perdida, no sabía a donde ir y no tenía un lugar al cual volver, efectivamente estaba perdida, aun así sería cruel arrastrar a una creamate ignorante a mis pasos, pero no había marcha atrás, la neblina del pantano apenas dejaba ver a unos cuantos metros así que solo quedaba caminar hasta encontrar algún lugar despejado y cuando eso pasara dejaría a la creamate y yo continuaría mi camino.

Después de caminar la creamate empezó a hablarme

- Este... Disculpa ¿Como te llamas?

- Tatsumi Kon - Le respondí, aunque ese era lo mas cercano a un nombre, ya que yo no soy la verdadera

-Yo... Yo soy Komichi Aya... Un gusto

Ella actuaba con un tono tímido, y siempre caminaba atrás de mí como si de un perrito siguiendo a su amo se tratara

-Oye... - Parecía que intentaba decir algo

-¿Que pasa?

-¿Donde estamos?... Es que... Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas

Claro, las creamates hasta cierto punto empiezan a repetir las mismas frases, como si hubiera un limite en las cosas que pueden decir. No podía ser cruel ante ese hecho.

-Si, estamos perdidas - le respondí

-Bueno... Si quieres podemos detenernos

-Bueno, nos detendremos

Mientras nos detuvimos me puse a pensar si una creamate se cansaba o si sentía hambre, no importa como lo viera, la existencia de las creamates es vacía, sin un lugar al que ir y sin propósito, ser una creamate es caminar a ciegas. Mientras estaba encerrada en mis pensamientos Aya me habló otra vez, creí que preguntaría lo mismo

-Oye...Eres Kon ¿verdad?

-Si

- Dime... ¿Tienes frío?... La capa que tengo es grande y puede cubrirnos a ambas

-Bueno... Si no tienes problema

Solo estaba siendo educada, en realidad no pensaba que yo de verdad sintiera algo como el frío, pero no importaba. Las dos compartimos esa capa y me quedé dormida.

Mientras dormía soñé con un enorme campo de flores, no importa a donde miraba, no tenía fin, y no había nadie mas allí, entonces desperté.

Sentía algo en mí como si tuviera ganas de llorar, pero no podía. Al percatarme que ya había despertado voltee mi vista hacia Aya, ella está mirando hacia otro lado, me preguntó si ella se quedó dormida... Para empezar ¿las creamates duermen? ¿las creamates sueñan? y si es así ¿con que sueña una creamate? ¿sueñan con recuerdos falsos o sueñan con un eterno vacío? Por ahora era momento de continuar avanzando.

Mientras caminábamos Aya tropezó y cayó

-¿Estás bien? - le dije mientras le ofrecía mi mano

-Si, es solo que...

-¿Que pasa?

- Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas - dijo lo mismo de siempre

- Lo sé - le respondí mientras suspiraba

El ciclo se repitió, la mismas frases, las mismas preguntas, Aya ofreciéndome compartir su capa para taparnos. Mientras dormitaba empecé a pensar que al tener esas conversaciones repetitivas no me sentía sola, podía decir que hablar con Aya era agradable, pero pensé que en algún momento ella tendría que volver con las otras creamates, entonces yo quedaría completamente sola...me quedé dormida

Tatsumi Kon, una chica, tranquila y diligente, que se esfuerza por alcanzar su sueño ¿cual es exactamente? no lo sé, parece que todas las personas con un alma autentica tienen un sueño... ¿como será tener un sueño? ¿que se sentirá caminar por la vida siguiendo ese sueño a ciegas confiando solamente en lo que uno no puede ver?

Yo sigo perdida, pero de corazón espero que Tatsumi Kon, la autentica Tatsumi Kon alcance su sueño.

Desperté, Aya seguía allí y el ciclo continuó...

Entre el mismo ciclo Aya para variar llegaba a decir cosas ligeramente distintas, en una ocasión ella habló sobre sus compañeras creamates ella hablaba de una chica en particular.

- Ella de alguna manera me salvó - decía Aya - le tomé tanto cariño que empecé a seguirla a todos lados, y hasta ahora no pude decirle lo que siento

Ella hablaba de la Komichi Aya verdadera, al parecer ella conoció a alguien y se enamoró pero no puede decirle lo que siente, al menos eso entendí, me pregunto que pensará esta Aya, con la que estoy si supiera que no es la autentica y que esos sentimientos no existen en ella. Es complicado, es como si una barrera que bloquea a las creamates de saber la verdad se interpusiera, pero pensé que si ella lo supiera ya no tendría que separarme de ella... Estoy pensando ese tipo de cosas otra vez.

- Dime - Aya interrumpió mis pensamientos - ¿Tú has querido decir algo pero tienes miedo de que tus palabras no lleguen a quien quieres?

- Supongo que sí - le respondí pensando en que quería decirle sobre nuestra situación como creamates

- A mí me pasa mucho con esa persona, me pregunto si podré decirle lo que siento.

Entonces acaricie su cabeza, como diciéndole "buena chica", ella volteó a mirar a otro lado

Y de nuevo el ciclo se repetía pero al menos esta vez la conversación cambió un poco, con el tiempo me acostumbraba mas a la misma platica y la misma rutina, ya no quería que esto cambiara, y me inundaba ese pensamiento que Aya tendría que separarse de mí, por eso antes de quedarme dormida la abracé. Ahora tuve otro sueño

Estaba Tatsumi Kon, al lado de una chica, iban caminando juntas mientras iban tomadas de la mano, yo trataba de alcanzarlas pero sabía que no podía, en ese sueño yo pensé que no podía ser feliz.

Al despertar yo seguía tapada pero Aya estaba levantada, estaba mirando a otro lado

-¿Continuamos caminando? le dije mientras le devolvía su capa

- Si... Está bien

Seguimos caminando, Aya cada vez hablaba menos, las cosas que ella decía eran menos frecuentes y se empezaba a ver distraída, y siempre que la volteaba a mirar hacia su vista hacia otro lado.

-¿Te pasa algo? - Le pregunté -

- Kon - Ella dijo sin voltear a verme, parecía que quería decir algo

-¿Si?

-... Si tienes frío podemos compartir mi capa - Claro, era eso

Nos tapamos, me pregunté si esta vez tendría otro sueño, entonces Aya me habló

-Oye... Kon...

-¿Pasa algo?

-Es que... Quería preguntarte...

-¿Que cosa?

-¿Donde estamos? Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas

-Si, estamos perdidas

Las cosas parecían no cambiar. Entonces Aya me empezó a preguntar.

- Kon... Estamos perdidas ¿verdad?

-Si...

-¿Y a donde vamos?

-No se

- Kon... ¿De verdad estamos perdidas?

No pude contestar eso, nos quedamos en silencio por un rato, ella apretaba sus brazos y después de dar un largo suspiro volteó verme, sus ojos reflejaban un particular brillo, al conectar nuestras miradas Aya me dijo

- Kon... Dime... Tu y yo... No somos las verdaderas ¿no es así?...