Disclaimer: Los personajes de Inuyasha son de Rumiko Takahashi.
Participando en la dinámica #ConElAmorDeMamá de la página de Facebook "Inuyasha fanfics"
El abrazo
Por: CaMi-insoul
Estaba en mi cabaña, cuando apareció tras la puerta como un espejismo. Cómo si toda aquella horrible noche en la que supe de su muerte jamás hubiera ocurrido. La vi, tan hermosa como siempre, con aquella mirada acogedora y dedicándome una tierna sonrisa. ¿Cómo podía recordarla? Si yo sólo era una bebé cuando nos separamos.
Me observó por unos momentos, y extendió sus brazos, esperando que yo fuera hacia ellos. ¿Cómo podría negarme a aquel abrazo que jamás pude tener ya de grande? Me levanté del suelo, casi tropezándome con mis propias piernas. El polvo que se había acumulado en la superficie de la madera, hizo una estela con el rápido movimiento que realicé.
Corrí a sus brazos, y envolví los míos en su cintura, la sujeté, de tal manera que podía oír a la perfección su corazón en mis oídos. ¿Cómo es que podía estar tan calmada? Yo sentía que con la fuerza que mi corazón latía dañaría mis costillas.
—¡Mamá! —dije con un nudo en la garganta. Sentí cómo los ojos se me llenaron de lágrimas y comenzaban a escapar sin mi permiso—. No puedo creer que estés aquí.
Sentía una enorme presión en el pecho, y los sollozos comenzaron a invadirme. La abracé con todas las fuerzas que podía, temiendo que el momento fuera efímero. Aquellos brazos me rodearon con ternura, y podía sentir cómo daba pequeñas palmaditas en mi espalda, tratando de controlar aquel llanto que me invadía.
—¡Estás aquí! —dije feliz —. Tengo tantas cosas que contarte, te he necesitado tanto.
Podía sentir el ligero aroma a flores en ella, era una fragancia dulce pero no muy fuerte. Sería un olor que podría reconocer a kilómetros.
—Mi pequeña niña —dijo levantando mi rostro, limpiando las lágrimas que aún recorrían mis mejillas —, Siempre estaré contigo —Con lentitud dejó un suave beso en mi frente y volvió a abrazarme, ahora ella con la misma fuerza con la que yo lo había hecho—. Te amo —susurró en mi oído, con una voz tan dulce que sólo había podido imaginar en sueños.
…Como este.
Desperté agitada, con las mejillas mojadas y con el sollozo aún estancado en mi garganta. Todo había sido un sueño.
Otra vez.
¿Cómo era posible que pudiera recordarla tan vívidamente en mis sueños? ¿Realmente estás conmigo, mamá?
Fin. Tengo que decir que esta historia, aunque pequeña, tiene muchos sentimientos encontrados al escribirla. Gracias a Dios tengo la dicha de aún tener a mi madre conmigo, sin embargo, el escribir algo como esto hace que llore un poco con la idea de vivir algo como esto.
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