Disclaimer: Ni Evangelion ni sus personajes me pertenecen.
A la luz del alba
Era una mañana como cualquier otra, misma caminata y mismo paisaje sin nada fuera de lo común que alterara aquella repetitiva pero tranquila monotonía. Avanzó a paso firme pero veloz dirigiéndose a la estación de trenes, una vez allí, como ya le era usual, tomaría el tren de las ocho en punto que lo llevaría a su trabajo en un viaje corto de no más de treinta minutos.
Sosteniendo su maletín, terminando de ajustar su corbata mientras no detenía su andar, Shinji, divisando su destino no muy lejos, cruzó un par de calles con rapidez consiguiendo entrar en la estación casi vacía que le daba la bienvenida todos los días. Al doblar en una esquina, luego de bajar por una escalinata, se encontró en el andén donde apenas había un puñado de personas.
Comprobando la hora en un reloj colgado en una pared, Shinji, tomando asiento en una banca cercana y desocupada, se puso cómodo a esperar el tren sabiendo que éste no tardaría mucho en llegar. Un estallido de risas interrumpió el silencio que lo rodeaba, obligándolo, casi instantáneamente, a girarse a la derecha viendo a un trío de niños que reían a unos metros de él.
Shinji, gracias a sus obvios uniformes escolares, no se tardó en deducir que eran compañeros de clase que, al igual que él, esperaban tomar el tren para dirigirse a su escuela. Al verlos, sin quitarles la mirada de encima mientras ellos continuaban platicando, Shinji, con mucha nostalgia, no pudo evitar dibujar una leve sonrisa al recordar a sus viejos amigos de su otra vida.
– Pensé que los volvería a ver aquí, pero eso nunca pasó.
Aún recordaba claramente aquel momento, sin importar los años que habían trascurrido desde entonces, Shinji todavía podía verse a él mismo cuando decidió reescribir la realidad, teniendo la esperanza, con total honestidad, que todos los que conocía y quería hallasen la felicidad que se merecían. Y si bien se despidió de ellos, Shinji, en su corazón, tenía el anhelo de volverlos a ver.
– Tal vez sea mejor así, no quiero arruinar sus vidas otra vez…
Aceptó llevar en sus hombros el peso de sus errores, no huyó de la responsabilidad y sumió las consecuencias dispuesto a sacrificarse por el bien de la humanidad entera. Sin embargo, justo cuando sentía la punta de la lanza tocando su pecho, sus padres, pagando el precio, lo hicieron a un lado para saldar ellos mismos la deuda que ayudaron a crear.
Ellos murieron por él.
Ellos le dieron una segunda oportunidad.
Al recuperar la conciencia, luego de la extraña y caótica travesía a través de la Instrumentalización, Shinji se halló despertando en la cama de un orfanato donde su existencia comenzaría desde cero. Su cuerpo y mente volvieron a ser la de un niño pequeño, pero a diferencia de su pasado tormentoso; pese a ser un huérfano en ese nuevo comienzo, Shinji nunca se sintió solo.
Vivió rodeado de otros chicos de su edad que le brindaron su compañía, y gracias a ellos, aquel terrible fervor que alguna vez tuvo por alejarse de los demás al fin desapareció. Shinji creció con libertad, totalmente libre de las cadenas de antaño que, a su otro yo, lo hicieron ser un recluso de sus peores temores. Este, claramente, era el nuevo génesis que él mismo le prometió a Rei.
– No retrocederé el tiempo ni tampoco revertiré el mundo, lo reescribiré de tal forma que todos puedan tener una vida feliz donde los Evas ya no sean necesarios…
Esas fueron sus palabras; y si bien en ese entonces creía que no viviría para conocer su creación, las circunstancias que vinieron luego le permitieron hacerlo. Así pues, al cabo de unos cuantos años de residir en aquel hospicio, una pareja adoptiva, casualmente con el apellido Ikari coronando sus nombres, fue la encargada de continuar con el crecimiento del renacido Shinji Ikari.
Asistió a la secundaria, formó muchas amistades, aprendió a nadar y a ser un joven normal. Vio con sus propios ojos lo hermoso que era el mundo a pesar de sus imperfecciones, fue feliz sin olvidarse nunca de sus verdaderos y ausentes padres. No obstante, más allá de la alegría y de la serenidad de no volver a pilotear jamás un Evangelion, aún seguía pensando en los demás.
Tal vez Toji y Hikari se habían vuelvo a conocer y a enamorar; tal vez estaban casados sosteniendo ahora mismo a su primogénito en sus brazos. Quizás Kensuke se enlistó en la armada o quizás se volvió un documentalista que recorre el mundo grabando sus viajes con su cámara. Rei y Kaworu, posiblemente viviendo juntos en algún pueblo rural, debían estar cultivando y cosechando arroz.
Varias veces pensó en buscarlos, sin tener la intención de hablarles, simplemente quería verlos de lejos disfrutando de sus nuevas vidas en paz, sin recordarles, accidentalmente, los horrores que él les trajo en otra era. Sin embargo, temiendo arruinar su bienestar en esta realidad, Shinji, desistiendo de esa idea, decidió seguir por su cuenta deseándoles lo mejor a la distancia.
Y por supuesto, sin poder olvidarse de ella, la imagen de Asuka dibujándose en sus pensamientos también se manifestaba ante él.
– Cuando vivíamos juntos y preparabas mi almuerzo, en verdad me encantaba tu comida. Incluso en ese entonces me terminé enamorando de ti; pero el tiempo pasó y yo crecí primero…
En ese instante, todavía demasiado absorto en sus pesares, la revelación de Asuka fue como si un rayo cayera sobre él haciéndolo regresar a esa época. Imaginó lo que pudo haber vivido con todos de no haber desatado el infierno casi quince años atrás; imaginó cómo hubiera sido la vida de Asuka si él hubiese tenido el valor de salvarla de la Unidad 03 cuando ella necesitó su ayuda.
Pudo haberla salvado; pudo haberlo rescatado, pero no hizo nada.
Shinji la abandonó a su suerte aquel día en Matsushiro, creyendo, erróneamente, que Asuka sobreviviría en el interior de la Unidad 03 al no pelear contra ella. Pero su inacción, condenándola a un destino peor que la mismísima muerte, la llevó a perder parte de su humanidad siendo incapaz de comer y dormir desde ese día, al ser usada, como huésped, por el ángel que la atacó.
Más adelante, al descubrir el doloroso pasado que Asuka ocultaba, Shinji, más decidido que nunca, no solamente corrigió las equivocaciones de su padre; sino también, las suyas. Y Asuka, ya como una mujer adulta, fue la primera quien vio enmendada su vida al ser liberada de su maldición. Fue así como Shinji, antes de dejarla ir para que hallase la felicidad al renacer, se sinceró con ella.
– Me alegro de que pudiéramos encontrarnos de nuevo, quiero decirte esto antes de despedirnos. Gracias por decirme que yo te gustaba, tú también me gustabas. Adiós, Asuka…
Cuando la conoció, sin sospecharlo, ella cambió por completo su rutina transformando su mundo de principio a fin. Asuka fue como un torbellino de fuego que descongeló el hielo que encerraba su alma, era una lástima que en ese momento no haya tenido ni la madurez ni la sapiencia para entender lo que ella provocaba en él. Pero al menos, al borde del fin de todo, pudo entenderlo.
– El tren se está aproximando, por favor, manténganse detrás de la línea de seguridad.
Ni siquiera el anuncio de la llegada del tren consiguió que la olvidase, tal cosa, para Shinji, era humanamente imposible de lograr. Muchas veces, al igual que con los demás, se vio abrumado por la tentación de buscarla para saber de ella. Pero al ser originaria de Alemania, al ya no existir los Evas ni los ángeles, no había razón alguna para que Asuka estuviese en Japón.
En ocasiones, cuando se encontraba recordándola, jugaba a adivinar qué estaría haciendo mientras él pensaba en ella. Con lo bella que era especuló que tal vez podría ser una modelo o una actriz de cine, pero al no verla en ninguna revista de moda ni en alguna película, Shinji, descartando esas opciones, regresaba al punto de partida sin saber cuál sería su actual destino.
A Shinji le hubiese encantado quedarse allí sentado toda el día para seguir meditando sobre Asuka; empero, al detenerse el tren justo frente a él, no teniendo más remedio que levantarse, Shinji sujetó su maletín entrando en el vagón detrás de los chicos de secundaria que antes consiguieron robarse su atención.
– ¡Esperen, abran las puertas!
Justo cuando pensaba en tomar uno de los asientos vacíos, resonando a sus espaldas y helándole la sangre casi en el acto, una voz demasiado familiar para ser un sueño lo obligó a voltearse. Y al hacerlo, como si hubiese regresado a esa playa de arenas blancas y cielo estrellado, un rostro femenino, único e inconfundible, lo miraba fijamente a través de las puertas cerradas.
– ¡Por favor, necesito entrar!
Soltando su valija, no importándole que cayera al piso, Shinji, como si estuviese hechizado, emuló a la ya inexistente Unidad 01 cuando rompió el Campo AT de Sachiel, al usar sus manos, con fuerza, para abrir las compuertas firmemente aseguradas. Al inicio no pudo moverlas ni un milímetro, pero negándose a rendirse, viéndolas abrirse poco a poco, Shinji tuvo éxito.
Cuando el tren ya se preparaba para marcharse, un instante antes de emprender la marcha, Shinji, despejando el camino para ella, le abrió paso a la mujer pelirroja ante él viéndola entrar con rapidez como si el diablo la persiguiera. Y si bien aquello sólo duró un santiamén, como si el tiempo se detuviese, Shinji vio cómo su largo cabello carmesí bailó elegante en sus narices.
Para cuando la adrenalina perdió su efecto y su mente racional retomó el control, Shinji, girándose con lentitud sin importarle que el vagón ya estuviese en movimiento, se quedó pasmado con la visión que se materializó frente a él. Era ella, con el mismo par de hermosos ojos azules, con esa cabellera escarlata extendiéndose por su espalda y con ese rostro salido de una obra de arte.
– Esto no puede ser verdad…
De todas las naciones de la Tierra; de todas las ciudades de Japón y de todas las estaciones de trenes del país, como si la providencia se confabulara para que esto ocurriese, ambos volvieron a verse. La Asuka que fue reescrita en este mundo y que ignoraba el dolor que vivió su antiguo ser, respiraba agitada al sentarse en una de las butacas vacías mientras no apartaba su mirada de él.
– ¡Muchas gracias, muchas gracias! –Siendo evidente que era extranjera por su acento y pronunciación del japonés, ella, con algo de dificultad por la falta de aire, le agradeció–espero haberlo dicho bien, no domino totalmente el idioma.
– No se preocupe, entiendo lo que dice…
Manteniendo el equilibrio para no caerse por el recorrido del tren, Shinji, recogiendo su maletín, se acercó a ella incapaz de alejarse después de tan inesperado reencuentro. Tal vez estaba soñando; tal vez aún se encontraba dentro de la Instrumentalización y toda su nueva vida no fue más que una alucinación; sin embargo, sintiendo su corazón latir por ella, supo que esto era real.
Ella era muy real.
Pese a lo increíble que sonase, ella se hallaba allí con él.
– Vine a un viaje de negocios y no conozco la ciudad, llegué ayer en la tarde desde Alemania–hablándole con lentitud, queriendo pronunciar bien las palabras, la pelirroja buscó un mapa entre su chaqueta–necesito llegar a esta compañía de seguros, pero no puedo leer lo que está escrito en este mapa.
Shinji, sin salir de su asombro, completamente incrédulo que estuviese tan cerca de ella, se sentó a su lado mirando el mapa que sostenía en sus manos.
– ¿Compañía de seguros? –Agrandándose aún más su sorpresa, Shinji le cuestionó– ¿adónde necesita ir exactamente?
– Aquí, donde está marcado en el mapa–mostrándole el mapa, ella le replicó–represento a un consorcio de aseguradoras europeas y me enviaron para proponerle una alianza estratégica a nuestros colegas japoneses. Todavía no estoy acostumbrada al huso horario de Japón y me quedé dormida luego del largo vuelo, para cuando desperté y logré encontrar la estación, el tren estaba a punto de irse.
Hacía menos de cinco minutos se había resignado a nunca más volver a verla, y ahora, compartiendo juntos el viaje hacia el centro de la ciudad, la tenía de nuevo a su lado como si sus esperanzas más anheladas se hubiesen vuelto realidad. Y para dejarlo aún más atónito, al ver el círculo marcado en el mapa que le mostraba, Shinji pensó que esto era demasiado para ser cierto.
– Esta es la aseguradora donde trabajo, soy vendedor de seguros–levantando un poco su valija, Shinji le sonrió.
– ¡Qué casualidad! –Doblando el mapa para guardarlo en su sitio, la alemana extendió una mano hacia él en señal de saludo–primero me ayuda a entrar y luego descubro que trabaja justo donde debo ir. Mi nombre es Asuka Langley Shikinami, es un placer.
En primera instancia dudó, pero no pudiendo rechazarla por cortesía y por el deseo de tocarla, Shinji le correspondió uniendo sus manos en un amistoso apretón. Y al tocarse, tanto ella como él, como si fuesen recorridos por una descarga eléctrica, aquel roce de pieles los hizo estremecerse de pies a cabeza. Y ella, en especial; pese a no recordar el pasado, pudo sentirlo.
– Me llamo Shinji Ikari y el placer es todo mío.
El Shinji de antes, el que fue hacía mucho atrás, por culpa de sus errores y pecados jamás tuvo la oportunidad de estar con ella; no obstante, este otro Shinji, uno que tropezó y se levantó; uno que aprendió de sus fallas y maduró, si lo intentaba, podría lograrlo. Esta vez no la abandonará a su suerte, no se quedará inmóvil sin hacer nada ni tampoco sucumbirá a sus miedos.
No sabía a quién agradecerle por este milagro, quizás a sus padres por su sacrificio o tal vez no debía darle las gracias a nadie. Los hechos sucedieron como debieron darse, sin que él influyera o interviniera en lo más mínimo, lo cual, dejándoselo más que demostrado, significaba que ellos dos siempre se encontrarán y se conocerán sin importar en qué universo o dimensión estuviesen.
Pero sobre todas las cosas, enamorándose de ella por segunda vez, Shinji se convenció de algo más: quería que Asuka nunca más volviese a sentirse sola, y al tenerla de vuelta en su vida, se asegurará personalmente que así fuese.
Fin
Hola, les agradezco por leer. Sé que anteriormente dije en un par de ocasiones que esperaría primero a que Evangelion 3.0+1.0: Thrice Upon a Time estuviese disponible mundialmente antes de escribir algo; pero siendo muy sincero, no pude esperar más. Reconozco que estoy dando pasos de ciego porque obviamente no he visto la película aún, pero quise fantasear un poco con el final.
No tengo nada en contra del personaje de Mari, ella me parece interesante y divertida, pero toda su "relación" con Shinji me es imposible de tomar en serio, no tienen desarrollo ni ninguna base que los construya como pareja. Más allá de ser una representación de Hideaki Anno y su esposa en la vida real, no hay ningún hilo narrativo sólido que los una a ellos dos como una pareja creíble.
Decidí no mencionarla en esta historia porque pienso que Shinji debió madurar y crecer por sí mismo, me parece que ese era el camino más correcto y sano que pudo haber tenido el personaje. Tengo otras ideas en mente para futuros One-shots, pero, por tratarse de escenas puntuales que quiero interpretar correctamente, prefiero ver la película antes de escribir algo apresurado.
Un detalle que me disgustó del final es que no le hicieran un acercamiento a Asuka. Momentos antes la mostraron como adulta, pero hubiera sido lindo verla de cerca en el nuevo mundo como sí sucedió con Rei y Kaworu. No quiero decir más spoilers, pero quienes ya los vieron, creo que coincidirán conmigo en el sentido que Asuka sufrió mucho en esta película, demasiado diría yo.
Para terminar, por si no lo sabían, la actriz de voz japonesa y original de Shinji, Megumi Ogata, quien también es cantante, compuso y grabó una canción dedicada totalmente a Shinji y a sus sentimientos en esta última película. Yo estuve escuchándola varias veces mientras escribía este fic, si desean escucharla, búsquenla en You Tube con este nombre: Megumi Ogata - Repeat.
Muchas gracias por leer y hasta la próxima.
