"¿Por qué mi mente me hace recordar todos los momentos vividos contigo? ¿Por qué pienso tanto en tí?"
El día anterior habían resuelto el caso del traficante de órganos, aunque no de una forma legal. Lisbon tuvo que mentir por Jane, una vez más. Había mucho papeleo por llenar, por lo cual encontró una excusa para evitar a Pike ese día. No podía verlo, tenía que resolver eso que estaba pasando dentro de ella, eso que no sabía cómo llamar, pero que lo sentía cada vez que veía a Jane.
La noche ya había llegado y el edificio del FBI iba vaciándose. Lisbon intenta concentrarse en los papeles, pero no puede evitar sentirse incómoda sabiendo que Jane se encuentra detrás de ella, en el sillón.
Por su parte, Jane está "concentrado" en un libro; en realidad hace 20 minutos está en la misma página. Cada tanto mira a Lisbon, sentada en su escritorio. Quedan cada vez menos personas, las luces van apagándose, quedando solo una luz tenue iluminándolos. Ninguno de los dos se movió de su sitio, a no ser para ir al baño o prepararse un café o té. Se habían puesto tácitamente en quedarse hasta última hora.
Cho fue el último en irse, quedaron solos.
Jane levanta la mirada y ve la silueta de Lisbon. Trae el cabello suelto que le cae por los hombros y parte de la espalda. Puede notar el subir y bajar de sus hombros al respirar. Es hermosa.-Lisbon, sigues aquí. -Dice Jane, intentando sonar sorprendido. Ella sonríe. Lo conoce muy bien como para saber que lo había notado antes.
-Sí, tenía que terminar este papeleo. -Contesta escribiendo el último informe.
-Papeleo, un día te arrepentirás de hacer todo eso. Al otro día los archivas y lo olvidas, ¿sabes cómo es? Es como cocinar una comida rica y luego meterlo al refrigerador, para siempre. -Lisbon sonríe mientras se levanta de su escritorio y guarda los papeles, recordando esas mismas palabras dichas por Jane en el CBI. Jane al mismo tiempo soltó una pequeña carcajada, teniendo el mismo recuerdo.
-¿Te acuerdas? -Pregunta ella con una sonrisa pintada en la cara. Jane asiente riendo. Lisbon termina de arreglar sus cosas y se sienta en el sillón junto a él.
-Si. -Su miradas brillosas mientras sonríen hace que todo desaparezca para ellos. En ese momento son ellos dos y nada más.
-Son muchos recuerdos que tenemos.
El silencio reina por unos minutos mientras ambos buscan las palabras correctas para decir algo y no arruinar el momento.
-iTe acuerdas cuando fingí mi colapso? Fui al CBl y supuestamente te disparé y maté a Rigsby.
-Sí, como no recordarlo.
-Ajam. -Jane se lo piensa un momento. -¿Recuerdas que te dije algo antes de dispararte y que luego no recordaba porque estaba nervioso? -Lisbon lo mira, sabe perfectamente de lo que está hablando. Jane tiene el corazón en la boca y suspira intentando tranquilizarse. -Ya lo recordé.
El corazón de Lisbon da un vuelco. Aclara su garganta antes de preguntar. -¿Y qué me habías dicho?
-Te amo.
Las palabras salieron casi en susurro. Habrán pasado algunos segundos, los más largos de sus vidas, seguramente. Las palabras todavía resuenan en la cabeza de ella mientras se le empañan los ojos.
-Lo... lo siento. -Jane se levanta para irse, pero la mano de Lisbon lo detiene.
-Patrick. -Ahora ambos están de pie y muy cerca, mientras la mano de Lisbon sigue aferrada a la de él. -Dilo otra vez.
Jane la mira unos segundos, con su mano libre acaricia su rostro, con su pulgar toca suavemente sus labios y ella cierra los ojos. No lo piensa más y termina la distancia entre los dos. Un beso lento. Ahora Lisbon tiene sus manos alrededor de su cuello mientras Jane ya las colocó en su cintura. Apenas se separan unos centímetros.
-Quédate. -Dice Jane entre suspiros. -Te amo y no puedo imaginarme una vida sin ti, Teresa.
Lisbon, que siempre fue tan independiente, tan fuerte, estuvo días pensando en la propuesta de Pike, tratando de quitar esas dudas, de poder decidirse, tratando de definir qué es lo que ella quería en realidad.
Ahora, escuchando esas palabras, toda duda se disipó. Ahora está completamente decidida. Sabe lo que necesita: "Te necesito a ti." Toma la iniciativa y lo besa intensamente. Cuando se separan nuevamente, ella toma sus manos y caminan hacia el ascensor. Una vez dentro, la mujer vuelve a besarlo y él corresponde con intensidad. Entre besos y suspiros, Lisbon finalmente dice:
-Me quedaré.
FIN.
