Disclaimer: ©Shingeki no Kyojin/進撃の巨人, sus personajes y trama son propiedad de su autor, Hajime Isayama. Yo tan solo realizo este FanFic por diversión, sin ánimos de lucro.

Advertencia: Universo Alterno (AU)| Uso super descarado delOoC | ErenxLevi| Ereri| De desconocidos a amantes |Ocultación de identidad| Levi intersexual| Lemon explicito| Bestialidad| Insinuación de Mpreg

Notas iniciales: Este es un FanFic para el cumpleaños de Erencito. Ya sé que fue hace tres días. Pero estoy aplicando la de Chisus (Chisus me va a castigar por estar de pecadora), y acá esta.

Espero les guste.

Por favor lean las notas finales.


Dedicado a Noahackerman16 y GatitadeLuna


Sauvage

(...)


El ritual de pasaje a la adultez de un vampiro guerrero consistía en cazar y matar a una bestia del Bosque de Hierro. No había mayor prueba de fuerza y valor que eso.

Levi había cumplido los dos siglos y medio el invierno pasado, la edad en que se debía realizar el ritual. Y estaba ansioso por cumplirlo.

Levi tenía dos hermanos menores. Erwin y Mike. Altos como un muro, rubios y de ojos azules. Guerreros y fieros. Orgullosos hijos de su padre, Kenny Ackerman, rey de los vampiros, junto a su esposo Uri Reiss, el amado ivdja(1) de Eldia. Del cual Levi le había heredado su condición, y por lo que su padre le brindaba una sobreprotección extrema. Pues a sus ojos era 'frágil' y 'de cuidado', su niño roto, que debido a la guerra entre clanes que se estaba librando en aquel momento, hizo que su nacimiento prematuro le arrebatara sus sentidos superiores, dejándolo con unos equiparados al de un humano.

A pesar de ello, Levi era fuerte y con una mente aguda que lo hacía habilidoso en las técnicas de guerra, y su padre estaba más que orgulloso de él por eso. Pero incluso entonces no cedió a la petición de Levi de ser tratado como cualquier otro vampiro. Ser parte de sus guerreros.

Sus hermanos que eran cincuenta años más jóvenes que él, ya habían pasado por el ritual. En aquel entonces Levi había estado regodeándose en la felicidad de que por tal acto desobediente, caerían de los ojos de su padre, y al fin él podría ser visto como el digno sucesor de su padre, tal cual le correspondía por ser el primogénito, pero del que había sido despojado por su condición, y se mantenía disputado entre sus hermanos.

Al final las cosas no habían salido como Levi lo había creído, una vez más se vio amargado al contemplar como sus hermanos eran bañados por el orgullo de su padre y las alabanzas del reino. Enterrando desde ese momento cualquier posibilidad de que su padre le cediera su derecho, pues ese mismo día había nombrado a Erwin, su hermano más joven, el heredero al trono.

Mike, su segundo hermano, había cazado un oso pardo; Erwin, un cambiaformas.

Porque los cambiaformas no eran simples bestias, sino criaturas sobrenaturales que se movían entre el hombre y el lobo, según les convenía. Seres de la noche como ellos, y sus enemigos naturales.

Y Erwin había cazado uno, uno realmente grande de piel de color rubio platinado, casi albino, del que había hecho una fina capa para Levi, larga y roja, con un cuello del mismo pelaje dorado. Un presente de disculpa que Levi terminó aceptando solo porque había golpeado a su vena vanidosa, y él no sería un tonto que despreciara una cosa así de bonita.

Con el tiempo Levi perdonó lo que él consideró fue una afrenta a su persona, después de que Erwin le prometiera que una vez fuese rey, él sería su concejal de guerra. El segundo miembro más importante dentro del consejo y por ende el segundo mejor guerrero después del rey.

El día del nombre de Levi, Erwin lo había anunciado, e igual que en anteriores ocasiones su padre frunció el ceño y había negado profundamente No es lugar para ti, dijo, y Levi sintiéndose más indignado y furioso le gritó que cazaría un cambiaformas, y entonces ya no tendría excusas para seguirlo disminuyendo. Su padre le prohibió poner un pie fuera de las puertas del castillo y puso dos guardias en su puerta.

Erwin lo había seguido y estado allí, para consolar el alboroto que Levi armó después de esa negación, sentando en una butaca en el rincón de la habitación destrozada de Levi, sosteniendo la capa roja entre las manos.

—Hablaré con padre, siendo rey es mi decisión que seas mi concejal de guerra. Pero...moy Levi ¿Cazar un cambiaformas? Sácate esa idea de la cabeza. Eres demasiado pequeño. Serías devorado vivo por cualquier cambiaformas en el camino que cruzaras.

Había dicho Erwin con seriedad cariñosa, luego se rio cuando Levi ya sin objetos que destrozar se había echado sobre los restos de su cama, enrollándose en un capullito malhumorado por sus palabras.

Con un tsk y un resoplido molesto, Levi contestó.

—Sabes que mi posición será cuestionada si no me demuestro. Traerá inestabilidad entre los clanes.

—No lo permitiré. Y él que se atreva a menospreciarte se las verá conmigo.

—Entonces tendrás que empezar con padre.

—Paz, Levi. Sabes que padre te adora. Solo está...

—¿Protegiéndome? Erwin, soy lo suficiente fuerte para hacerlo por mí mismo.

—Allá fuera, no solo la fuerza es suficiente

—En el fondo tú también me ves igual que todos. Débil.

—Levi no...

Pero envolviéndose en las sábanas, Levi le despidió con un gesto en silencio.

Una vez que se quedó solo, susurró para sí mismo.

—Mataré a un cambiaformas, ya lo verás y a ver qué piensas de mí después de eso.

Dos meses después, en el cuarto intento frustrado de Levi de escaparse, su padre hizo que fuera trasladado a la torre más alta del castillo, una habitación encantada por el propio Uri, para contener la magia de Levi, con guardias cada diez metros. Esta vez fue Mike, su otro hermano quien estuvo allí, mientras Levi se revolcaba en su ira.

Mike dijo más o menos lo mismo que Erwin, aunque sus palabras no eran dulces sino que tenían la intención de ampollar el mal genio de Levi y herir su orgullo.

—Eres una cosita de manos pequeñas y cuerpo flacucho, hermano. Eres un ivdja. Ningún de los de tu clase podría matar a un cambiaformas, y tú, que estás tan ciego en el mundo exterior como un humano común...— las palabras quedaron flotando —. Confórmate con lo que te toca ser.

Las palabras dolieron, pero Levi se volvió más decidido. Trabajó duró durante las siguientes estaciones, deshilachando día a día cada uno de los hilos de magia de su Dan(2), hasta que se hizo un agujero. Para la primera luna llena del invierno siguiente, afiló sus cuchillos, se envolvió en la capa que Erwin le había regalado, se escabullo de los guardias de su padre y partió más allá de las murallas de Sina, hacia el paisaje nevado de Karenese. Al Bosque de Hierro. No regresaría hasta que tuviera pieles, dientes y garras para poner ante ellos. Probarles que estaban equivocados con él.

Que podía ser tan valioso como ellos para defender su reino. Y que acabar siendo el adorno bonito de algún idiota que su padre considerara para él, y que únicamente lo tendría para acostarse de espaldas y parirle un lote de niños, no era su destino.


(**)

...


—¿A dónde vas?

El hombre que lo siguió no parecía un vampiro de los clanes del norte. Estaba envuelto cálidamente en pieles de animalesg, como comúnmente lo haría alguno de esos humanos cazadores que sus hermanos habían atrapado en las tierras del borde de este territorio. Pero los humanos jamás se adentraban hasta el corazón del Bosque de Hierro. Los ojos del hombre eran brillantes y verdes con vetas doradas, y el cabello que se le escapaba de debajo del sombrero de piel de conejo, se rizaban agradablemente alrededor de su rostro, que era del color de la tierra de un bosque fértil. Levi nunca había visto a nadie que se pareciera a él. Sin embargo, Levi solo había conocido al líder del clan del norte, pálido de la cabeza a los pies, con un cabello gris ceniciento. A Levi le había parecido distinto a los tonos rubios y oscuros a los que estaba acostumbrado, así que pensó que en el clan del norte debía haber una mezcla exótica de características físicas.

—Voy a matar a un cambiaformas— dijo y esperó incredulidad, desconcierto e incluso burla por parte del hombre.

Todos los demás se habían burlado de Levi cuando les contó su plan.

Sin embargo, el hombre no se rio. Lo vio de hito en hito y frunció el ceño.

—Es una bestia difícil de rastrear. Más difícil aún de matar.

—¿Has matado a uno?— Preguntó Levi.

El hombre sonrió ampliamente. Sus dientes estaban muy afilados.

—Unos pocos.

—¿Me ayudarías?

El hombre asintió. Extendió una gran mano enguantada y tomó la pequeña mano pálida de Levi, sacudiéndola.

—Soy Eren— dijo.

—Levi— dijo Levi.

No usó su título.

No quería que este hombre supiera quien era él.


(**)

...


Eren era un excelente cazador. Su oído y vista eran mucho mejores que los de cualquier vampiro que Levi conociera. Eren incluso podía oír el ruido o ver las formas de las liebres blancas en medio de una tormenta de nieve.

Era también un hombre amable. Compartió sus cacerías con Levi, ofreciéndole siempre el primer mordisco y confeccionando joyas bastante toscas con los huesos y piel que quedaron atrás. Eren era un maestro paciente, y le mostraba a Levi cómo engatusar a los humanos o cómo tenderles una trampa a las conejos y venados. Hablaba y cantaba, y escuchaba embelesado mientras Levi le contaba historias de Sina, el corazón del reino vampírico. Por la noche, se acostaba con Levi pegado a él, protegido de lo peor del viento aullante y la nieve molesta.

Levi tenía sangre debajo de las uñas, mugre entre los dedos de los pies y hojitas muertas enredado en el cabello ébano. Llevaba las joyas que Eren le hizo con orgullo. Se bañó en arroyos y aguas termales y la capa que le había dado Erwin estaba hecha jirones y raídos en los bordes. Levi no era un príncipe pequeño y frágil que sus parientes consideraban cuando cazaba con Eren. Era una criatura del bosque, que se acostaba bajo la luna y corría entre los árboles descarnados junto a la ventisca.

La idea que lo había llevado hasta aquel lugar, comenzó a desvanecérsele de la mente, hasta que un buen día despertó con la esperanza de no encontrar nunca un cambiaformas.


(**)

...


Levi aprendió a atrapar demasiado bien.

No tenía la intención de atrapar al enorme lobo castaño.

Había estado practicando, colocando y camuflando sus trampas cerca del río donde un mes atrás habían asaltado un carromato. Eren y él se habían detenido a acampar por la noche y Eren había ido a buscarles algo para cenar. Levi solo había querido divertirse, perfeccionar las artes que Eren le había enseñado.

El lobo fue atrapado por una pata. Gimió y se retorció, mordiéndose la extremidad en un esfuerzo por liberarse, pero con cada movimiento solo se quedaba atrapado más.

Levi tomó su cuchillo, que se mantuvo siempre muy afilado y se dirigió hacia la criatura atrapada. Había atrapado a un cambiaformas. Tal como lo había prometido, y ahora podría regresar a Sina, demostrando su valor.

Los quejidos del lobo se hicieron más pronunciados cuando Levi se acercó.

Levi apretó su cuchillo con fuerza y endureció su corazón.

Alcanzó al lobo y lo agarró por la nuca. Le echó la cabeza hacia atrás para desnudar la garganta del lobo y fue entonces cuando vio los ojos verdes muy brillantes del lobo.

Levi dejó caer su cuchillo. Cayó hacia atrás cuando el lobo cambió, pasando de forma de lobo grande a hombre grande.

Eren tomó el cuchillo desechado de Levi y de liberó de la trampa.

Levi se arrastró hacia atrás en la nieve, pensando en cuántas cosas tenían sentido ahora. La superioridad de los sentidos de Eren, su manía por preferir más la carne que la sangre de sus presas, y el extraño calor que manaba de él.

Si Levi hubiera tenido su olfato sobrenatural, probablemente se hubiera dado cuenta desde la primera vez de que no era humano ni vampiro.

Eren dio un paso hacia él.

—¿Todavía planeas matar a un cambiaformas?— preguntó, arrojando el cuchillo al alcance de Levi.

Levi pateó el cuchillo a un lado, lejos de ambos y Eren le sonrió.

Esos dientes afilados no hicieron nada para calmar los temores de Levi.

—¿Me matarás?— preguntó —. ¿Me comerás?

Eren aulló de risa.

—¿Crees que he estado en un juego retorcido de a la casita contigo? ¿Qué te he hecho regalos, dado de mi comida y ofrecido mi cama para después comerte? ¿Acaso no fue evidente que te estaba cortejando? preguntó.

Eren se arrodilló en la nieve al lado de Levi, extendiendo la mano para tocar su rostro. Su muñeca estaba en carne viva por la trampa de Levi.

—Quizás al principio quise matarte, para vengarme. Después de todo traes la piel de mi hermano sobre los hombros. Pero una vez que te vi, tú una bella cosita, corriendo con esa capa roja y esa piel tan blanquita. Parecías sangre en la nieve, y te desee.

Levi se estremeció.

—Y tú también me has querido, Levi— dijo Eren —. Lo he olido en ti.

Levi no pudo encontrar palabras para responder a esa acusación. Había venido a matar a un cambiaformas y en su lugar, sin saberlo, se había enamorado de uno. Miró a Eren a los ojos, esperando que Eren viera la verdad en ellos.

Un momento después, Eren lo besó. Levi se dejó empujar de regreso a la nieve, su capa roja proporcionó una cama para ambos.

Eren era un peso pesado y cálido encima de él. Mantuvo a Levi inmovilizado y lo arrasó con besos. Levi se sometió y se dejó maltratar, despojar de su ropa y besar por todas partes. Quedó desnudo a los ojos de Eren, con solo sus cadenas de oro que colgaban de percing en sus pezones y rodeaban su cintura, acabando en un gema azul bajó su ombligo que lo marcaba como ivdja real. Los ojos de Eren se llenaron de un brillo hambriento, y tiró de las cadenas sacándole un gemido ahogado a Levi.

—Pero que deliciosa sorpresa me encontrado— gruñó Eren, sus manos recorriendo el camino que marcaban las joyas, deslizándose más allá de la gema, hacia su intimidad, donde sus dedos se enroscaron en la polla de Levi, dándole apretones que lo hicieron retorcerse de excitación, y el rocío de su coño inundo de almizcle el aire. Eren pasó sus dedos entre los suaves pliegues y recogió un poco, el cual llevó a su boca. Su rostro se volvió una mezcla entre lo bestial y lo humano durante un par de segundos. Levi tembló bajo su presencia, atrapado en la expectación. Levi nunca había tenido un amante, pero sabía que no quería que Eren se contuviera. Lo quería todo de él. Así que llevando su mano a la mejilla morena, le acarició, abriendo los labios para expresar sus deseos, pero Eren descendió a él y lo calló con su boca, besó y mordió todo a su alcance, dejando marcas por todo su cuerpo. Luego bajo entre las piernas de Levi, su lengua en deslizamientos largos a lo largo de su polla y través del coño de Levi, trabajando en los hinchados y regordetes pétalos.

Los únicos sonidos que salían de la boca de Levi eran gemidos y gorgoteos inconexos que sonaban a 'sí' 'más' y 'por favor'. Atrapado por la masa de Eren, se dejó abrir. Y supo que Eren había entendido sus deseos, aunque no los hubiera expresado cuando Eren lo volteó y lo puso a cuatro patas, acomodándose entre sus piernas, rozando su polla contra sus húmedos pliegues.

Eren lo penetró mientras estaba en su forma humana. No hubo dolor, solo presión, la sensación de su cuerpo dándole la bienvenida al miembro caliente de Eren, el arrastre, y el sonido de sus carnes encontrándose. El dolor vino después de su primer orgasmo de las manos y la polla de Eren, semen, sangre y jugos entremezclados, facilitando a penas cuando Eren pasó a su forma de lobo. Su enorme polla lo estiró de una manera que Levi pensó que sería partido en dos, y gritó. Se dejó caer sobre la nieve, bajo el peso de la bestia que empezó a batirse dentro de él. Minutos después el dolor se perdió en algún rincón de la mente de Levi, y fue sustituido por el placer; y Levi aulló su mientras estaba lleno. No había delicadeza en los movimientos de Eren, ninguna habilidad cuidadosa. Fue animal y Levi se vino demasiado pronto por segunda vez con la sensación de Eren latiendo dentro de él.

Eren lo mordió cuando se corrió, sus dientes se clavaron en el hombro de Levi y Levi supo que nunca más podría regresar al palacio o a su antigua vida.


(**)

...


La nieve se convirtió en agua y el agua en verdes plantas que rodearon la gruta a los pies de la montaña, en el borde más alejado del Bosque de Hierro, en donde Eren lo había llevado después de su primer acoplamiento. Su madriguera. Todo el bosque estaba vivo, y aún entre el escándalo de las aves y los animales pequeños que correteaban entre los brotes hinchados por la primavera, despertando de su sueño; Levi los escuchó.

A su padre y su hermano, Erwin, gritando su nombre. Buscándolo.

Habían pasado cuatro meses desde que se escapara y estuviera viviendo en el bosque.

Eren le vio desde el fondo de la madriguera, en su nido, estaban desnudo y con el cabello revuelto por la siesta pos coito de unas horas atrás, de la cual Levi se había despertado por los gritos. Sus ojos verdes y brillantes le dieron una profunda mirada.

—No te detendré. Eres mi compañero, pero no tomaré tu decisión— le dijo él, y Levi, tres pasos atrás de la boca de la gruta se volteó y le sonrió.

—Eres mi decisión. Soy tuyo— le respondió y se fue a meter a sus brazos, a llenarse de sus besos.

—Y yo tuyo— le regresó Eren, sus manos vagando por la blanca piel de Levi, deshaciéndolo entre suspiros.

Más tarde, después del ocaso, dejando a Eren dormido, Levi, metiendo entre sus pieles la misma belladona y lavanda que camuflaba sus aromas en la madriguera, hizo en una carrera sin descanso el camino de regreso a las tierras de Sina. No se arriesgó a adentrarse a la frontera usando el mismo hechizo de invisibilidad que había lanzado la noche que se había marchado. Tenía el presentimiento que su padre tendría a su Dan alerta ante cualquier atisbo de su magia. Se quedó en la segunda línea de los árboles de abetos.

Sobre una roca plana y que sería visible para su padre y su hermano, colocó la capa roja y la gema azul. Era su despedida, y su manera de decirles a sus parientes que no lo buscaran más.

Lo que le había dicho a Eren era una verdad y un juramento.

El ya no era un príncipe, ni un miembro de los vampiros. No era ninguno de los viejos nombres por los que lo conocían. Él pertenecía a Eren ahora. Eran del bosque y la naturaleza. Salvaje.

Acariciándose la pequeña curva que ya se hacía visible bajo sus ropas le dio una última mirada a lo que una vez fue su hogar. Después sin ningún remordimiento en su corazón, se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos.

Al Bosque de Hierro.

A Eren.


...

Notas finales:

Ivdja o Ividjur: En la mitología nórdica son las gigantas. Pero aquí en el FanFic tomé la versión Fan del universo lore del Thorki. Donde son el tercer género de los Jotnar. Intersexuales, de una gran bella y con el don de la magia.

Dan: Es el término que se usa para describir al padre portador. Sire sería el del engendrador.

Esta Fanfic está inspirado en un montón de FanFics Thorki con este tipo de temática: Magos intersexuales que se encuentran con sexis dioses (para mi Eren también lo es) y coshan al aire libre. Ya sé que me van a juzgar por mi falta de originalidad. Pero weee, aquí en el fandom no hay de ese estilo, y yo quería que hubiera. Ahhhhhhh (cries).

Pido una disculpa por ellos. Pueden tomatiarme en los reviews. Así como también decirme si les gustó. Por fa, su opinión es importante.

PD: Este historia era un AU medio sensual de Caperucita roja con algo de Rapunzel.