Muy Felices pascuas!


Los personajes no me pertenecen, solo los tome prestados para is pervertidas ideas.


Advertencia: Sexo explicito y lenguaje obsceno. Lea bajo su responsabilidad.


Pompón Blanco


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- ¿Un trabajo de medio tiempo? – Repitió Ranma sorprendido mientras miraba a su prometida que almorzaba tranquilamente a su lado.

- Aja, Yuka necesitaba ayuda en una cafetería que abrió su hermana. – Le respondió contenta. – Me ofreció trabajar ahí medio tiempo, solo los fines de semana.

- ¿Un trabajo de medio tiempo? – Volvió a preguntar mientras fruncía el ceño. No le gustaba la idea.

- ¿Eres tonto? – Pregunto Akane ya perdiendo el buen humor. – Se acerca semana santa y necesita personal. Me pagaran, así que acepte.

- ¿Pero que sabes hacer tu? – Le pregunto molesto, no quería que ella cambiara sus fines de semana de entrenamiento por trabajo. – Eres torpe y fea, de seguro ahuyentas al personal jajaja – La molesto Ranma mientras la picaba con el dedo.

- Eres un idiota! – Le grito Akane mientras estampaba la cabeza de su prometido en la mesa y subía a su habitación para terminar de arreglarse.

Ese idiota de Ranma como siempre no sabía cuando callarse, pero en verdad le molestaba que ella dejara de pasar los fines de semana junto a él. Es que últimamente Ranma se desesperaba cada vez que perdía de vista a su prometida, cada vez que salían a la calle y él la perdía solo un par de segundos ella ya se encontraba siendo asechada por rufianes que querían aprovecharse de la ingenuidad de Akane. Se acercaban a ella con el pretextó de pedir indicaciones, preguntar la hora o cualquier cosa para luego terminar pidiéndole su número o directamente invitarla a salir. ¡Y ella no se daba cuenta¡ Era tan ingenua que lo sacaba de quicio! ¿Que podía hacer ahora que ella trabajaría lejos de su cuidado?

Ya estaban en su último año de escuela y el cambio de la edad se notaba, Akane cada día estaba más guapa, piernas níveas y largas, caderas anchas y sensuales, cintura estrecha, pechos generosos y cremosos, un cuello alto y un rostro angelical. Una personalidad insufrible – al menos con él- pero con un cuerpo totalmente deseable. A su cuerpo le era casi imposible esconder todo lo que Akane causaba en él por eso la mayor parte del tiempo la pasaba transformado en chica o estaría con una erección 24/7. Era casi imposible controlar que su cuerpo reaccionara solo, y es que el aroma de Akane lo volvía loco por lo que ella no necesitaba ni siquiera tocarlo. Era una tortura!

Por eso le disfrutaba cuando supervisaba su entrenamiento –un acuerdo al que habían llegado después de perder una apuesta con ella- le gustaba observarla dando patadas, sudando, gritando y respirando agitadamente. Todo eso era un material que gustoso recopilaba para usarlo en sus fantasías por las noches donde se encargaba de tomar a su prometida de tantas maneras que el maestro Haposai quedaría en ridículo. Claro, todo esto convertido en chica o su prometida se daría cuenta de que miraba su trasero en vez de sus patadas. Joder ese trasero, como le encantaba con gusto la dejaría sentarse en su cara.

Se levanto molesto del comedor y decidió esperar a su prometida en la entrada para poder seguirla – a escondidas- hasta su trabajo y vigilar que ningún rufián intentara algo con Akane. Vio a su prometida salir con una polera corta de tirantes color amarillo dejando ver parte de su abdomen y un short blanco. La muy maldita se veía hermosa. La siguió hasta el centro de la cuidad y la vio entrar a una cafetería bastante llamativa, adornada sutilmente con imágenes de conejos y huevos de chocolate. Se paseo por afuera unas 25 veces sin decidirse a entrar o no. ¿Con que excusa lo haría? ¿Qué quería un café? ¿Qué se le había antojado un helado? Gruño para sí mismo al darse cuenta lo obvio que sería entrar justamente en esa cafetería.

Ya llevaba cerca de 15 minutos afuera cuando la vio por el vidrio. Y lo que vio lo dejo totalmente sorprendido. ¡Estaba usando unas orejas blancas de conejo!

- No puede ser…-Mascullo mientras apretaba los dientes. ¡se veía tan adorable! Vio a través del vidrio como una mesa con 3 chicos la llamaban para pedir la orden y ella se acercaba sonriendo con una libretita en mano. – No lo permitiré, claro que no! – Grito adivinando las intenciones de esos 3 chicos.

Entro decidido a la cafetería y se sentó en una mesa al rincón del lugar, justo en frente de donde su prometida estaba tomando el pedido por lo que ella aun no lo veía. Se fijo bien en su uniforme, era una camisa blanca de cuello abierto y una falda gris con puntos negros, sobre este llevaba un delantal que en el pecho tenía una forma de corazón con una falda blanca con bordados rosas, su boca casi cae al suelo cuando se fijo en el adorno en su espalda ¡Tenia un pompón blanco simulando una cola de conejo! ¿Querían matarlo? Su miembro se agito entre sus piernas y él deseo tener un poco de agua fría cerca.

Verla con ese pompón blanco lo estaba llevando al límite, a su cabeza llegaban imágenes de sus más sucios sueños donde Akane estaba deliciosamente en su cama con su trasero en alto y su pecho sobre le cama moviendo la cadera mientras lo miraba, haciendo que el plug anal en forma de cola de conejo se meneara sensualmente, invitándolo a follarla tan duro por su coño mientras movía el juguete que ella usaba otorgándole más placer. Oh si, esa fantasía era la que más le gustaba y ahora la tenía justo en frente con ese sensual uniforme. Suspiro y trato de acomodar la erección que se le estaba formando.

- ¿Ranma? – La dulce voz de su prometida lo saco de su ensoñación. Levanto los ojos y su pene tembló nuevamente al verla con su rostro sonrojado ladeado tiernamente hacia un costado y las orejas de conejos tiernamente sobre su cabeza. - ¿Qué haces aquí?

- Ehhh…- Miro a todos lados buscando una excusa para decirle. – Mi madre me envió para saber….amm…a qué hora saldrías – Tartamudeó esperando que le creyera.

- Oh! Supongo que olvide comentarlo. – Respondió Akane sonriendo apenada. – Mi horario es de 17:30 hrs hasta las 22 hrs. ¿Vas a pedir algo? - Le pregunto aun sonrojada.

- Un helado estará bien. – Le respondió con sus ojos brillando de ternura, le encantaba verla sonrojada, se le hacía tan apetecible. – Pero pequeño, ahora estoy siendo yo.

- Ok, ok – Se rio Akane al saber a qué se refería. – Enseguida te lo traigo. – dijo para luego marcharse.

Ranma la vio partir y luego enfoco su mirada en la mesa donde estaban los 3 chicos que todo este tiempo se habían dedicado a mirar las piernas de su prometida que estaban sensualmente envueltas en unas medias hasta los muslos. Por supuesto que no dejaría que esos estúpidos se acercaran a su prometida, él se encargaría de mantener a todos esos buitres alejados de su dulce, dulce e inocente conejita.

Akane volvió unos minutos después pero con la orden de la mesa de esos asquerosos cerdos, habían pedido unas bebidas con unos postres. Ella se inclino levemente para dejar la bandeja sobre la mesa, haciendo que su falda se levantara en la parte de atrás, enseñando sus níveos muslos. Se saboreo y trago grueso cuando su pene volvió a sacudirse reaccionando como siempre a todo tipo de acción de su prometida. Ella se volteo y volvió a la parte de atrás para buscar más pedidos, cuando paso por su lado le sonrió tiernamente. Volvió a los segundos después con su helado y antes de que ella se inclinara para dejar el helado en la mesa él se lo arrebato de la bandeja, impidiendo que aquellos 3 cerdos se deleitaran con la suave piel de su prometida.

- Gracias! – Le dijo Ranma sonriendo mientras ella lo miraba con el ceño fruncido por el apuro.

- De nada, espero lo disfrutes. – Le respondió Akane para luego irse.

Ranma comió de helado lo más lento que pudo, se dio cuenta que cada vez llegaba más gente y tendría que desocupar su mesa pronto pero él solo se iría cuando aquellos buitres se fueran. Lo bueno es que Akane estaba tan ocupada con las mesas que no le dio tiempo para quedarse mucho tiempo en cada pedido. Ya con su copa vacía, pidió la cuenta y pago para marcharse.

- Akane.- la llamo en voz alta, llamando la atención de esos tipos. – Te estaré esperando a la salida para irnos a casa. – Salió de la cafetería bajo la mirada extrañada de Akane.

Eran recién las 19 hrs y quedaba un buen rato para que Akane saliera del trabajo y el saber que ahí dentro podrían haber muchos otros buitres al asecho de su dulce e ingenua Akane lo tenía inquieto. ¿Qué pasaba si ella se fijaba en alguien más? Él no era tonto – al menos no tanto- y se daba cuenta de lo que Akane provocaba en los hombres, lo que provocaba en él mismo y si él no tenía el valor para hacerlo notar podría llegar cualquier otro y arrancarla de su lado para siempre. Pero no lo permitiría! Esta misma noche le haría saber a su prometida lo que sentía por ella!

Estaba dejando pasar mucho tiempo solo por cobardía. Tenía que admitir que primero la deseo y luego se enamoro. Se enamoro aquella vez que la vio llorar por el dr Tofu en su consultorio, se enamoro de su coraje, de su fuerza y de la madures con la que decidió dejar salir sus sentimientos para poder seguir adelante, aquella noche la vio totalmente hermosa. Pero la primera noche que la deseo fue cuando se encontraron por accidente en el baño, ambos desnudos. Esa noche comenzaron sus primeras fantasías con su prometida, al principio eran normales, eran más bien bobas, típicas de un muchacho inexperto y casto. Pero luego fueron subiendo de nivel, ella se mostraba con trajes, en sensuales poses y pidiéndole con palabras obscenas que la tomara. ¡Oh, cuanto le calentaba fantasear con la educada de Akane diciendo palabras sucias! O con ella mamando su verga.

Suspiro y trato de pensar en otra cosa, nuevamente se estaba poniendo duro y no podía permitir que la gente lo notara. Miro el reloj y se dio cuenta que ya quedaban 10 minutos para que su prometida saliera. El tiempo había pasado volando para suerte de él, fantasear con su prometida siempre lo hacía perderse en el tiempo.

A lo lejos vio como uno de los tipos había vuelto y esperaba unos metros más allá, con la mirada fija en él así que supuso que trataba de intimidarlo. Levanto la cabeza orgulloso de todo lo que había crecido este tiempo, su espalda era ancha y sus músculos se notaban en su espalda y brazos, sin duda era un gran tipo al cual costaría derribar. Era delgado pero bastante fuerte y marcado, no dejaría que se la arrebataran.

- Pensé que te irías y volverías después. – Le hablo Akane haciendo que apartara la mirada de aquel sujeto. – Pero te vi todo el tiempo sentado acá.

- Ya estaba aquí así que preferí quedarme. – Le respondió Ranma mirando atentamente, se había cambiado el uniforme y ahora llevaba la ropa con la que había llegado. – Vamos.- Caminaron uno al lado del otro y cuando estaban por pasar por el lado de aquel tipo Ranma le lanzo una mirada amenazante que hiso acobardar al muchacho que huyo rápidamente.

o.o.o

Akane había terminado recién de ducharse y se dirigía al dojo para ordenar el desastre que había dejado luego de entrenar. Habían llegado con Ranma directo a cenar, luego ambos entrenaron un par de horas para no dar el día como perdido. Eran cerca de la 1 de la mañana y toda la casa se encontraba durmiendo, menos Ranma que debería estar terminando de bañarse.

Se arrodillo en el suelo y empezó a ordenar las mancuernas que había ocupado, se estiro para alcanzar una que estaba más lejos cuando sintió la puerta del dojo abrirse.

- Solo te falta el pompón. – Le comento Ranma mientras la miraba fijamente el trasero. Ella intento levantarse pero él se arrodillo detrás de ella y tomo sus caderas fuertemente, pegándola a su cuerpo. – No. Quieta. – Le indico Ranma con voz gruesa.

- Ranma…- Susurro Akane sorprendida, mirando a su prometido sobre su hombro.

- ¿Tienes idea de cuantas veces he soñado con tenerte así? – Le pregunto Ranma juntando su pelvis con el trasero de su prometida. Suspiro y la soltó, sentándose detrás de ella con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Espero el golpe de su prometida pero ella solo lo miraba sonrojada y sorprendida.

- ¿Estás bien? – Le preguntó Akane sin saber que mas decir. Se levanto con cuidado y se alejo unos pasos Ranma, aun sin creer lo que había pasado.

- No, la verdad no lo estoy. – le respondió Ranma levantándose también, estaba molesto. Podía lidiar con una Akane molesta que quisiera golpearlo pero no con una Akane sorprendida que prefería alejarse de él. Eso le dolia. – Hoy fuiste una conejita muy buena, sonriéndole a todos los clientes. ¿disfrutaste la atención? – Le pregunto mientras se acercaba a ella y la arrinconaba entre la pared y su cuerpo.

- ¿Qué? ¿De qué hablas? – Le pregunto sorprendida y un poco intimidada, sin contar que la humedad entre sus piernas la incomodaba.

- Todo el mundo te miraba, todos querían que tú les atendieras. – Siguió hablando Ranma mientras paseaba su mirada por el cuerpo de su prometida envuelto en aquel infantil pijama amarillo. Estaba impulsado por los celos y el dolor se sentirse rechazado. – Y tú ni siquiera te das cuenta de lo que provocabas en ellos, de lo que provocas en mí. Eres una conejita muy mala.

- ¿De qué estás hablando? – Volvió a preguntar Akane totalmente mareada por la cercanía de Ranma, su aroma a jabón y a limpio la llenaban por completo.

- De esto. – Tomo una de las manos de su prometida y la puso pobre su erección. – Esto es lo que provocas, todo el maldito día. – Con su mano libre tomo la parte trasera del cuello de Akane y la beso. Fue un poco torpe al principio pero en cuanto Akane correspondió se lleno de confianza y la beso profundamente, sintiendo por primera vez la lengua de su prometida. Se separo de ella sin soltar su cuello y junto su frente con la de ella cuando sintió los delgados dedos de su prometida apretar por pobre el pantalón.

- ¿Has estado así por mí? – Le pregunto Akane totalmente sonrojada. Ranma sonrió feliz al no verse rechazado esta vez, esta era su oportunidad para hacer de esta linda conejita una total pervertida.

- Haces que mi verga se ponga completamente dura. – Le respondió y sonrió satisfecho cuando la vio sonrojarse aun más. Volvió a besarla esta vez más corto, lamiendo por completo sus labios. – cada vez que te veo, no puedo evitar ponerme duro. Te deseo tanto. – dijo esta vez bajando por su cuello y dando un pequeño lengüetazo haciendo temblar a su prometida, ella respondió apretando aun más el falo de Ranma. - ¿Quieres verlo? – Le pregunto mirándola a los ojos, ella asintió levemente. – Tienes que decirlo Akane.

- Si…quiero verlo. – Le respondió completamente sonrojada.

- ¿Qué quieres ver Akane? Debes decirlo correctamente. – Jugo con sus labios, mordiendo suavemente el inferior para luego volver a meter su lengua en la boca de su prometida. - ¿Quieres ver mi verga, Akane?

- Si…quiero ver tu verga. – Respondió Akane entregándose completamente a las mañas de su prometido. – Muéstrame tu dura verga. – Ranma sonrió complacido y la soltó para poder bajar el pantalón que usaba como pijama, haciendo rebotar su duro falo que apuntaba al techo.

- Mira como me tienes…- le dijo mientras tomaba su pene y se masturbaba un par de veces. Se acerco más a su prometida hasta que la punta de su pene toco el vientre de Akane. – Tócalo. – fue casi una súplica, miro a su prometida mientras volvía a besarla y apoyar su frente con la de ella. Akane obediente, acerco ambas manos y toco primero tímidamente el largo y grueso pene de su prometido sorprendiéndose por el calor que despedía. Comenzó a tocarlo suavemente, de arriba abajo con ambas manos deleitándose de la mueca de placer que tenía su prometido justo ahora. – Mas fuerte Akane, masturbarme más duro. – Akane apretó un poco más y empezó a mover las manos un poco más rápido totalmente hechizada por los gemidos que soltaba Ranma.

Ranma estaba en el cielo, su hermosa prometida lo estaba masturbando justo ahora. Pensó que lo golpearía luego de que la tomo de aquella manera en el suelo, luego de haberle confesado todo eso, pero ella solo se entrego a él. Metió ambas manos por la polera amarilla que Akane usaba como pijama y acaricio lentamente su vientre subiendo hasta abarcar sus suaves pechos que se encontraban libre de un sostén. Los amaso lentamente y disfruto la sensación de tener aquellos pezones erectos sobre sus palmas. Volvió a besarla completamente excitado, Akane lo apretaba aun más duro con cada caricia y apretón que él le daba a sus pechos y a sus pezones. Joder, estaba por acabar en las delicadas manos de Akane, intento apartarse un poco pero una de las manos de su prometida apretó deliciosamente sus testículo y provocó que él se vaciara completamente sobre el vientre y manos de su prometida mientras soltaba un ronco gemido. Miro a su prometida que aun seguía ordeñando su verga pero esta vez lentamente, sacando hasta la última gota.

- Acabaste mucho. – Dijo sorprendida mientras miraba sus manos y se limpiaba en su polera completamente manchada. Su inocencia era tan erótica. Ranma volvió a apretar sus pechos haciéndola gemir sorprendida, la beso dulcemente en la boca y saco una de sus manos de debajo de la pijama.

- Me pregunto…- comenzó diciendo mientras acariciaba su vientre y bajaba lentamente hasta llegar al elástico del pantalón.- Si estarás mojada. ¿Estás mojada, Akane? – Le pregunto mientras jugaba con el elástico del pantalón y apretaba uno de sus pechos. - ¿Te mojaste cuando me viste correrme en tu mano?

- Si…-respondió ella clavando su mirada en los ojos azules de su prometido. – Me tienes muy mojada Ranma. – El pene de Ranma tembló ante la respuesta tan clara que le dio su prometida y sonrió complacido.

- Vamos a ver qué tan mojado esta ese coñito. – dijo mientras metía su mano en los pantalones de Akane y tocaba de forma directa sus húmedos pliegues. Se mordió los labios cuando sintió su mano completamente empapada. – Vaya, estas chorreando. – Le dijo mientras movía sus dedos entre las carnes de la vagina de Akane, disfrutando de la suavidad y la humedad. – Separa un poco mas tus piernas, Akane, quiero follarte con mis dedos. – Le susurro cerca de su oído y la sintió suspirar y temblar cuando sus dedos tocaron su clítoris. Ella obedecía lentamente separo mas las piernas mientras dejaba caer el pantalón de su pijama al suelo, dejándola de las caderas hacia abajo completamente desnuda. – Buena chica. – Felicito Ranma mientras miraba el pubis bellamente depilado en forma de triangulo. Movió nuevamente su mano, esta vez metiendo suavemente su dedo medio en su vagina y con su dedo pulgar masajeaba el hinchado clítoris de Akane. – Debes avisarme si te lastimo. ¿Ok? – Le pregunto besándola nuevamente, ella asintió con un suspiro y los ojos fuertemente cerrados. Ranma siguió moviendo su mano en la vagina de ella mientras con la otra pellizcaba un pezón, bajo su rostro para besar y morder su cuello mientras la masturbaba un poco más rápido.

- Ranma… -suspiro Akane cuando sintió otro dedo entrar en su vagina. Se sentía tan caliente que en cualquier momento estallaría. Dejo caer la cabeza hacia atrás cuando sintió más presión en su clítoris y los dedos de Ranma entrar un poco más profundo, curvándose ligeramente hasta alcanzar un punto que la hiso gritar. – Así! Justo ahí! Oh Ranma!

- Sube tu polera Akane. – Le pidió Ranma con voz ronca. – Quiero morder tus pezones. – Ella completamente obediente, saco su polera mostrándose totalmente desnuda ante su prometido que soltó un gruñido al verla perlada en sudor. Bajo su cabeza y llevo unos de los pechos de su prometida a su boca mientras la masturbaba con más fuerza sintiendo su mano cada vez mas empapada, estiro unos de los pezones de Akane en su boca mientras lo mamaba fuertemente, llevo su otra mano al trasero de su prometida y apretó su glúteo fuertemente y luego soltó una nalgada que resonó en el lugar. La escucho gemir aun más fuerte y sonrió mientras pasaba a darle atención al otro pecho. Se abrió camino entre las nalgas de Akane y utilizando la humedad que chorreaba desde su coño empezó a lubricar su pequeño ano con un dedo, entrando lentamente.

- Oh por Dios! Ranma! – Gimió Akane mientras levantaba una pierna y la enredaba en la cadera de Ranma para no caer y aferraba sus manos a la cabeza y hombros de su prometido cuando se vio sacudida por el intenso orgasmo. Un chorro salió disparo de entre sus piernas mientras su prometido seguida moviendo su mano ahora solo por su clítoris y profundizaba su dedo en su entada trasera. Totalmente cansada y satisfecha se dejo caer con cuidado, sabiendo que Ranma la sostendría y termino sentada en el suelo del mojado dojo con su prometido aun moviendo su mano sobre su empapado coño.

- Mira nada más como acabaste. – Le dijo Ranma totalmente satisfecho al ver a su prometida chorreando y con su cuerpo aun sacudiéndose por los espasmos del orgasmo. - ¿Estás bien? – se quiso asegurar.

- Mmm…- Respondió Akane asintiendo con la cabeza. Tenía los ojos cerrados y mantenía la cabeza apoyada en el pecho de su prometido. Quiso acercarse más a su prometido cuando rozo su pene nuevamente erecto, sonrió y lo tomo suavemente con su mano. - ¿Tu como estas?

- Duro. – Le respondió con voz ronca. – Como solo tú me pones.

- Me encanta ponerte duro. – Dijo Akane mientras quitaba la polera blanca que Ranma ocupaba para dormir y terminaba de quitar su short. – Quiero tomarte con mi boca. – Siguió diciendo totalmente desinhibida y entregada al placer.

- Con gusto te follare esa deliciosa boca. – Le respondió Ranma mientras se colocaba de pie y alineaba su verga a los labios de su prometida, ella abrió la boca y saco la lengua ansiosa pero Ranma pasó de largo y jugueteo un rato, dándole suaves golpecitos en las mejillas con su falo completamente duro. Ella le sonrió juguetona mientras se dirigía a lamer sus testículos. – Eso preciosa, me encanta. – Respondió Ranma esta vez tomando la cabeza de Akane y dejando que pene entrara suavemente en la dulce y caliente boca de su prometida. – Chupa como si fuera una paleta, yo me moveré. – Le indico mientras hacia un improvisado moño con sus manos en el cabello de Akane, ella empezó a succionar mientras Ranma entraba y salía lentamente de su boca. – No cierres los ojos Akane, quiero que me mires mientras te comes mi verga. – Le pidió con voz gruesa, aumentando un poco el ritmo.- Así preciosa…hmmmhm uff que bien me la chupas. – Ranma siguió moviéndose sin apartar sus ojos de los de Akane, le encantaba la expresión erótica que ella tenía justo ahora y le encantaba saber que fue ella quien se lo pidió. – Toca tus pechos mientras me la chupas, no dejes de mirarme. – indico mientras intentaba ir un poco más profundo en la boca de Akane, ella empezó a tocar son una de sus manos su húmedo coño mientras con la otra tironeaba no de sus pezones. Joder, estaba a punto de correrse así que salió de la boca de su prometida y se inclino para besarla probando su propio sabor combinado con la saliva de Akane.

- ¿Lo estaba haciendo mal? – Pregunto preocupada al ver que se aparto.

- Para nada. – La tranquilizo con una sonrisa mientras él se acomodaba contra la pared y la ponía a ella sobre sus piernas. – Pero aun no me quiero correr, quiero follarte. ¿estás de acuerdo? – Le pregunto temiendo que dijera que no. Era la primera vez de ambos y seria en el suelo del dojo.

- No hay nada que quiera más en el mundo. – Le sonrió ella acariciando los pectorales de Ranma y subiendo hasta aferrarse a su cuello para besarlo.

Mientras se besaban, Ranma la acomodo sobre sus piernas, sabía que la primera vez de las mujeres podían ser molestas así que él aceptaría el ritmo que ella decidiera llevar. Acomodo la punta de su pene en la entrada de la húmeda vagina de Akane y ella comenzó a bajar lentamente abriendo la boca en un suspiro contenido, acostumbrándose al tamaño y grosor de su prometido. No bajo hasta el tope, volvió a subir sus caderas y fue bajando cada vez un poquito más, movió un poco sus caderas de atrás hacia adelante cuando sentía que dolía un poco y cuando se volvía acostumbrar volvía a descender un poco más profundo. Luego de unos movimientos mas todo lo que podía sentir era placer, apoyo las plantas de sus pies en el piso y empezó a rebotar sobre la dura verga de Ranma quien la afirmaba fuertemente de los glúteos mientras mamaba uno de sus pechos.

- Joder Akane. – Gimió Ranma viendo lo delicioso de la escena, Akane rebotando sobre su verga mientras gemía de placer, su coño chapoteando cada vez que tocaba su pelvis y sus pechos meciéndose en una hipnótica y sensual danza. – Que rico me follas. – Gimió mientras dejaba caer la cabeza hacia atrás. El ver Akane totalmente entregada lo calentaba demasiado. - ¿Te gusta follarte mi verga? – Le pregunto mientras le soltaba una nalgada.

- Me encanta tu verga. – Gimió Akane mientras se aferraba a los fuertes hombros de Ranma. – Joder, voy a correrme de nuevo.

- Eso, no te contengas. – Pidió Ranma mientras la ayudaba en cada embiste, subiendo su cadera para profundizar cada penetración. – Córrete para mi Akane, córrete con mi verga. – La sintió temblar en sus brazos y su verga ser deliciosamente succionada por el coño de Akane que se contraía con su segundo orgasmo. La tomo del cuello y la beso salvajemente, ahogando con su lengua el gemido que placer de Akane y el propio mientras se corría duramente dentro del coño de su prometida.

- Oh por Dios! – Exclamo Akane aun sintiendo el orgasmo recorrer su cuerpo, mordió su labio mientras sentía como Ranma se vaciaba completamente dentro de ella, dejándola completamente llena. Se dejo caer cansada sobre su prometido y acomodo sus rodillas en el piso para poder descansar.

- Eso fue increíble. – Susurro Ranma mientras daba suave caricias en la espalda desnuda de Akane.

- Ciertamente lo fue. – Confirmo Akane, esta vez escondiendo su rostro en el cuello de su prometido, totalmente cohibida por lo que acababa de hacer.

- ¿Enserio te vas a avergonzar ahora? – Le pregunto Ranma divertido, mientras intentaba hacer contacto visual con su prometida pero ella lo evitaba.

- Déjame! No seas pesado! – Se quejo escondiendo su rostro.

- Por favor Akane, aun tienes mi verga dentro tuyo no puedes sentir vergüenza. – Le recrimino al ver que en verdad se avergonzaba. – ¿Te arrepientes? – Le pregunto dolido.

- No! Jamás! – se apresuró a responder mientras lo miraba.- Es solo que…nunca pensé que me comportaría de ese modo tan…

- ¿Caliente? – Completo Ranma con una sonrisa, la verdad él tampoco lo pensó. - ¿Te refieres a la parte en donde me pediste chupar mi verga? ¿o en donde me dijiste que te encantaba follar mi verga con tu sucio y húmedo coño? – La molesto con una sonrisa.

- Ranma! – Exclamo ella escandalizada. – Yo no dije sucio y húmedo.

- Pero dijiste que te ponía mojada. – Le recordó mientras la abrazaba por la cintura y acercaba sus pechos a su torso. - ¿Te pongo mojada, Akane?

- Sabes que si…- le reconoció mientras le sonreía tímidamente y se acurrucaba en su hombro.

- Akane. – La llamo Ranma. – Te amo. – Akane lo miro sorprendida y completamente sonrojada pero con un dulce brillo en sus ojos.

- También te amo, Ranma. – Le respondió besándolo.

Compartieron unos minutos más abrazados y luego comenzaron a vestirse, ya eran cercano a las 3 de la mañana y debían dormir. Ranma observo como su prometida caminaba lentamente y se ofreció a cargarla a su habitación, no tenia ánimos de pelear y mucho menos de caminar luego de tremenda cogida. Camino en silencio, cargando cuidadosamente a su prometida en sus brazos y la deposito lentamente en su cama.

- Gracias por traerme, pero debí pedirte que me dejaras en el baño. – Dijo Akane mientras miraba sus pies tímidamente.

- ¿Necesitas orinar? – Le pregunto curioso por la timidez que mostraba. Ella negó con la cabeza. - ¿Hacer del 2? – Volvió a preguntar pero ella negó nuevamente. - ¿Entonces?

- Ranma. – Dijo mirándolo fijamente. – Acabaste mucho, necesito lavarme. – Le respondió completamente roja.

- Oh. – Respondió Ranma, no lo había pensado. Vio una botella de agua en el escritorio de su prometida y sonrió de forma zorruna. – Yo te puedo limpiar.- Se ofreció.

- ¿Qué? – Pregunto Akane confundida, pero sintió las manos de su prometido quitar rápidamente el pantalón amarillo de pijama y tirarlo lejos- ¿Qué haces ¡? – Exclamo susurrando. Ranma la ignoro, tomo la botella de agua y vertió un poco en la toalla que ocupaba Akane para limpiar el sudor, luego la tomo de las caderas y la puso al filo de la cama y la empujo levemente haciéndola apoyar la espalda en la cama. - ¿Ranma?

- Sostén tus piernas así. – Le indico abriendo sus piernas y poniendo las manos de ella por detrás de las rodillas para dejar su coño expuesto. – Yo me encargare de limpiar este hermoso coño. – Dijo sonriendo. Tomo la toalla mojada y comenzó a limpiar lentamente todos los pliegues de la vagina de su prometida, tratando de no hacer mucha presión para no lastimarla. – Tienes un coño muy hermoso. – dijo limpiando una pequeña gota de semen que se escurría por su entrada. Paso un lengüetazo desde la entrada hasta el clítoris. – Tan delicioso.

- Ranma! – Exclamó Akane en voz baja. – Se supones que solo ibas a limpiar.

- Estoy limpiando. – Se defendió él mientras daba otro lengüetazo esta vez dando una pequeña succión en el clítoris.

- Pero no con la lengua! – Medio gimió.

- Yo limpio como quiero, no seas pesada Akane. – Se burlo Ranma divertido al ver las piernas de su prometida temblar en cada lengüetazo que daba. – Te quejas como si no te gustara, como si no quisieras que me comiera este sucio y mojado coño.

- Joder Ranma.- Suspiro Akane tratando de mantener baja la voz. – Acá nos pueden escuchar.

- Pues no grites. – Dijo mientras lamia desde su ano hasta el hinchado clítoris, metiéndolo nuevamente en la boca y apretándolo con su lengua, haciendo movimientos rápidos.

- Eres un idiota. – Suspiro Akane llevando una de sus manos a su boca para tratar de amortiguar sus gemidos.

- Sí, pero te encanta que te este comiendo el coño ¿Verdad? – Le pregunto mientras esta vez metía un par de dedos en su coño y arremetía con su clítoris.

- Si…no dejes de comerme el coño, me encanta. – Gimió Akane excitada al poder ver directamente como Ranma disfrutaba mamándole el coño. Sentía que se correría de nuevo pero Ranma se separo de ella.

- Tranquila, no te dejare así. – Le dijo Ranma con una sonrisa cuando ella lo miro molesta por dejarla a punto de correrse. – Pero ya no aguanto más, quiero follarte. – Dijo mientras sacaba su miembro totalmente erecto y lo metía de un golpe en el húmedo coño de Akane. – Joder…que delicia. – Vio a Akane poner los ojos blancos y cerrar los ojos en un gemido silencioso y sonrió satisfecho. – Me estas apretando tanto que siento que me volverás loco. – Gimió moviéndose de forma dura contra Akane.

- Espera! – Le dijo Akane empujándolo para sacarlo de dentro de ella.

- ¿Qué ocurre? – Pregunto Ranma preocupado. ¿la había lastimado?

- La cama está sonando mucho. – Le respondió Akane mientras tomaba su almohada y la dejaba en suelo, luego ponía sus rodillas sobre ella y se inclinaba dándole una vista completa de su culo a Ranma. – En el suelo no haremos ruido. – Le dijo mirándolo sobre su hombro y moviendo sus caderas. – Quiero que me folles así, Ranma. – Le pidió sonrojada.

- Joder Akane, me mataras. – Dijo Ranma mientras se arrodillaba detrás de Akane y entraba en ella de un golpe. – ufff hmmmm. – Gimió mientras arremetía fuertemente contra las nalgas de Akane mientras ella mordía el pantalón de pijama que estaba en suelo, evitando gemir por el delicioso placer que estaba sintiendo. – Mira que rico culo tienes. – Gimió Ranma mientras metía su dedo pulgar en el orificio. - ¿Alguna vez me dejaras follarme este culito tan rico?- Le pregunto fallándola cada vez más duro.

- Joder, si. – Gimió Akane mientras alzaba un poco más las caderas, haciendo que ambas penetraciones se profundizaran. – Ya quiero sentir tu dura verga en mi culo. – Le respondió mientras movía sus caderas encontrando las de Ranma en cada penetración.

- Toca tu clítoris, quiero que te corras bien rico. – Dijo Ranma moviéndose a punto de terminar, sintió la mano de Akane moviéndose sobre su botón hinchado y él se encargo de cambiar los dedos que tenía en el culo de Akane, esta vez metió el dedo anular y el dedo medio moviéndolos circularmente mientras la follaba totalmente enloquecido. Sintió el coño de Akane apretarlo y convulsionar mientras ella mordía el pantalón y ponía los ojos blancos hasta cerrarlos en una mueca exquisita de placer, se movió un par de veces y se volvió a vaciar en el coño de su prometida que no dejo de mover sus caderas hasta que le salió la última gota. La abrazo por la cintura y deposito un suave beso en su hombro mientras le secaba el sudor de la frente.

- Creo que no podre caminar mañana. – Suspiro Akane conteniendo una suave risa.

- Lo siento, supongo que me excedí. – Se disculpo Ranma mientras la alzaba y la recostaba en la cama. – Pero en mi defensa, fue tu culpa. Mira que moverme el culo de esa manera. – La acuso mientras se recostaba a su lado y la abrazaba.

- ¿Crees que no me daba cuenta que me mirabas el trasero cada vez que entrenábamos? – Le pregunto divertida, Ranma solo sonrió y la apretó contra si.

- ¿Seguirás usando esas orejas y esa cola en el trabajo? – Pregunto de repente.

- Si, al menos hasta que termine la temporada de pascuas. – Respondió Akane y al mirar la mueca disgustada de su prometido agrego. – Pero la única zanahoria que quiere esta conejita, es la tuya. – Ranma le sonrió satisfecho con su respuesta y la beso para luego cubrirse a ambos con la manta y poder descansar. Ya mañana se encargaría de alejar a esos buitres.

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Espero les gustara! No olviden comentar para seguir subiendo mas one-shot de este tipo!