Los personajes de Candy Candy no me pertenecen, como ya saben les pertenece a sus autoras.
Esta historia esta basada en la época actual, los personajes son muy distintos a los de la versión original, espero que les agrade, las leo en los reviuw.
-Candy querida, prometiste que lo haríamos cuando cumplieras dieciocho, sé que falta, pero hoy desde que te vi con este hermoso vestido, para tu graduación, estoy como un loco por comerte a besos y saciarme de tu cuerpo, anda di que sí, ves que ya no aguanto.
Siento como sus besos se vuelven mas demandantes, siento que sus manos estrujan mis pechos de una maneja que nunca lo ha hecho, los aprieta de una manera entre algo doloroso, incómodo, su lengua entra en mi boca, hurgando cada recodo de esta; toda la excitación que puedo sentir momentos antes, se esfuma como polvo al viento, me da un poco de miedo pensar que se ponga mas intenso, no quiero que mi primera vez sea así, menos en un auto.
- Para, ¡detente! - mientras trato de apartar mis labios de su boca frenética juro que parece un pulpo y no un ser humano con dos brazos.
- Otra vez, juro que me dejas todo "exaltado", cuando dejaras tus remilgos de niña y te entregaras a mi, vamos miles de chicas lo hacen con menos edad y sin tanto aspaviento, es sólo una membrana que no sirve de nada.
- Pues esa "membrana inútil" es importante para mi y no, no; quiero hacerlo aún y menos en tu mugriento auto. - mientras acomodo mi hermoso vestido, aunque ahora está todo arrugado. –
- Si es por el lugar y el momento, vamos te llevaré al mejor hotel que hay, digno de una reina, pero ya deja de tenerme en esta absurda abstinencia.
Siento que su paciencia esta al límite, somos novios hace 2 años y siempre ha insistido con que tengamos intimidad, supongo que antes que estuviese conmigo podía tener a mas de una chica, el es dos años más grande que yo y era uno de los chicos más guapos cuando estaba en la preparatoria, todas se morían por él, siempre podía verlo con diferentes chicas, aún no entiendo que vio en mí.
- Candy te he esperando todo mi último año de preparatoria y todo este año que he estado en la universidad, he sido paciente y delicado prácticamente me la paso conduciendo para estar a tu lado, yo sé que tú también me deseas ¿qué te detiene?
- No es por falta de amor, pero quiero hacerlo cuando me sienta cien por ciento segura, sin ninguna presión; donde mis valores no lidien con mi libertad de sentir, de amar sin ataduras, dame un poco más de tiempo ¿No me amas acaso?
- Claro que te amo, por eso aguanto esta situación, pero no demores soy un hombre de carne y hueso cariño, mi paciencia tiene un límite, en la universidad soy un as jugando soccer y las chicas me persiguen, las mantengo alejadas solo por ti.
- Gracias, pero es lo mínimo que debemos hacer cuando estamos en una relación, donde hay respeto y amor.
- Creo que ya estamos en un plan de reclamos y de mal humor, mejor te dejo en tu casa, porque contigo hoy no llegaremos a nada.
- Si, será lo mejor.
Mientras nos dirigimos a mi casa, casi no hablamos, se que esta molesto y me duele su actitud, porque no me entiende.
- Bueno hasta mañana, me voy a media tarde así, que si podemos vernos será temprano, te llamó, no se.
- Espero tu llamada, ojalá nos veamos.
Trato de acercarme a darle un beso, pero se mostró esquivo, desde que empezó siendo más agresivo con esto de acostarnos, cada que me niego se enoja, a veces ni me contesta el celular, ¿cómo puedo estar tan enamorada de un barbaján? Luego de un breve hasta luego, solo veo el ligero polvo que se levanta por la velocidad en que va, con algo de cólera y tristeza me dirijo hacia la casa, trato de hacer el menor ruido posible, lo último que quiero es escuchar a mi madre en estos momentos.
- ¡Candy! Veo que llegaste temprano, ¿no estuvo divertida la fiesta? ¿tu novio, ya se fue? Creí que llegarías casi al salir el sol. -mientras escucho su risa tenue. –
- El tiene cosas que hacer mañana, por eso me trajo a casa, me voy a dormir, que tampoco es tan temprano, estoy cansada, hasta mañana mamá. - después de darle un beso, subo las escaleras rumbo a mi alcoba, no quiero que mamá me vea mal y empiece a interrogarme. –
Mientras me quito el vestido que horas antes me daba tanta emoción ponerme y lucirlo para el chico que me gusta, ahora el pobre queda desechado encima de una silla cual trapo viejo, ni ganas de darme una ducha, opto por quitarme el tenue maquillaje, tengo en mi cabeza la voz de uno de mis mejores amigos diciendo ni loca te vallas a dormir con maquillaje, sino te saldrán arrugas; si no supiese que es tan enamoradizo de las chicas guapas, creería que es gay. Acurrucada en mi cama trato de pensar tanto para dormirme, quiero verlo antes de se valla y limar en algo calmar su enojo, contrario a creer que me quedaría horas de horas repitiendo en mi mente las últimas horas, el sueño me reclama mas rápido de lo que pienso.
Los rayos del sol que se cuelan a través de mis cortinas me despiertan, mientras mis ojos se van acostumbrando a la luz de día, mi cerebro embobado despierta de golpe al recordar que mi adorado tormento se ira de regreso a la universidad hoy, corro hacia el baño y desecho mi primera opción de baño faltan pocas horas para que se valla y debo aprovechar el que nos queda, con las abluciones serán suficiente, un delineado simple y un brillo labial bastará, que no me gusta mucho maquillarme, una camiseta blanca, unos short y unas sencillas zapatillas completan mi atuendo, guardo mi celular en el bolso, después de verificar que no tengo mensajes ni llamadas lo guardo y tomo mis llaves, bajo a la carrera las escaleras para parar en seco por la voz de mamá.
- Candy niña, ven a desayunar, aunque ya no es tan temprano.
- Voy a salir mamá, estoy retrasada, como algo en el camino.
- Bueno, avísame si vienes a almorzar, para preparar algo o sí gustas comemos fuera.
- Te llamaré ¿sí? aún no se que planes se presenten.
- Esta bien, cuídate, te amo.
- También yo.
Desde que papá falleció, mamá ha estado sola dedicada al trabajo y a mi, la verdad que quisiese que busque un novio, me da algo de pena dejarla sola ahora que también me vaya a la universidad, ojalá el señor Villers se anime de una vez y la invite a salir, quien sabe y con suerte tenga un hermanito, ja, ja, ja; yo y mis locas ideas; después de deliberar conmigo misma si ir en bicicleta o caminar, descarto la primera, ya que mi cabello quedaría tan alborotado que parecería la melena de un león, apuro mis pasos ya que aunque la casa de mi novio no esta lejos no quiero llegar muy tarde, quiero estar con él aunque sea unos momentos, antes de que se vaya. Nuestra separación será corta, ya que aplique a la misma universidad que él y me admitieron, será la mejor etapa de mi vida, tener a mi novio y mis mejores amigos cerca, será como hasta ahora. Tan absorta estuve en mis pensamientos que ni cuenta me di que ya estaba en su puerta, después de tratar de arreglar mi cabello con los dedos. - debí haberme hecho una cola, me recrimino mentalmente. - toco el timbre.
- Buenos días señorita Candy!
- Buenos días Jess, está …
- Retírate Jess, yo la atiendo.
- Permiso señora, señorita.
- Señora buenos días, un gusto verla ¿estará su hijo?
- Hola Candy, mi hijo se fue con sus amigos hace mas de una hora, pensé que lo sabías, ya que no me dejo ningún recado para ti.
Veo la cara de velada felicidad de la señora al decirme esas palabras, la verdad nunca o casi nunca le he caído en gracia, se que me considera poca cosa para su hijo.
- Me dijo que se iba temprano, pero no recordaba la hora, por eso vine a despedirme.
- Pensé que lo habían echo cuando paso a dejarte después de la fiesta.
- Si, sólo que quedo algo pendiente, nada importante, bueno; no le quito más su tiempo, me retiro, con su permiso. - estaba a punto de voltear cuando la escucho hablar. –
- ¡Candy!, un momento.
- Si, señora.
- Sabes, si bien eres una buena muchacha y puedo sentir algo de simpatía por ti, no quiero que te ilusiones mucho con mi hijo, el es un muchacho muy guapo y las chicas siempre están tras de él, chicas mucho más guapas y de buenas familias, la verdad me sorprendió mucho que aún siga contigo todo este tiempo, lo más probable es que quiera darnos un disgusto a su padre y a mí, al mantener este absurdo romance.
- ¡¿Disculpe?!
- No creerás que dejaremos que una niña sin dinero, forme parte de nuestra familia, si bien es cierto que al principio estuvimos de acuerdo fue porqué pensamos que eras pariente de los Ardlay, pero sólo eres una protegida, te lo pido aléjate de él no quiero verte lastimada por lo que pueda venir en adelante, porqué ten por seguro que ni mi esposo ni yo te aceptaremos, no vuelvas por mi casa otra vez, la próxima no seré tan delicada en mi trato.
Por un momento siento que me quitaron la solidez del piso en que estoy parada, mis piernas temblorosas casi me hacen caerme frente a esta mujer, que delante de su hijo me trato como si yo fuese de su familia hasta que se entero de mi humilde condición- aún recuerdo que quise ser yo quien la sacase de ese equívoco, pero fue Eliza quién menospreció mi origen y me hizo quedar como un acto de caridad de los Ardlay, nunca vi a Eliza destilar tanto odio hacía mi, ella que fue una de mis amigas de niña, desde entonces me vieron por sobre el hombro, como una oportunista y mentirosa .- la realidad me golpea y solo mi fuerza de voluntad hacen que no caiga ahí mismo frente a ella.
- Señora ese tema sólo nos incumbe a su hijo y a mi, gracias por recibirme hoy, me retiró.
- Cumplí con advertirte, la próxima vez no serás recibida, ¡hasta nunca!
Y así sin más me cerro la puerta en la cara, ni me dejo entrar a su casa, con mucha tristeza regreso sobre mis pasos, casi ni le conteste el adiós que me dedico Joel, el guarda de la entrada; después de caminar un poco me recuesto contra la fría pared, saco mi celular del bolso busco en contactos y marco, mientras suena el timbre mi corazón se agita en mi pecho por la incertidumbre, casi se me salían las lágrimas pensando que él no contestaría mi llamada, aunado a lo de su madre me dijo, me estaba causando un dolor inmenso, estaba a punto de llorar ,cuando escucho su voz, casi al final del último timbrado.
- ¡Candy! amor, estaba a punto de llamarte pero pensé que seguías dormida, no quise molestarte, se que dije que saldría por la tarde, pero los chicos pasaron por mi y nos adelantamos, sabes que tengo que entrenar y es agotador, así que aprovecharemos el camino de regreso y nos tomaremos pequeñas libertades antes de llegar al campus, si por mi fuese me dedicaría de lleno a esto del fútbol siento que puede ser lo mío, pero mis padres quieren que siga con los negocios familiares, la verdad bien podría darle toda la carga a mi hermano mayor, que trabajar en una oficina no es lo mío.
Mientras escucho la risa masculina a través del auricular, me voy relajando, al menos él está de buen humor con respecto a la noche anterior y parece que todo esta bien, comparte conmigo sus inquietudes y sueños.
- ¿Pasa algo Candy? Casi no has hablado y eso es raro en ti.
- Es que pensé que te irías por la tarde.
- Se que te dije que nos veríamos antes de partir, pero el poco tiempo que tengo libre o sigo entrenando o me la paso manejando para verte, no te enojaras porque quiero relajarme un poco antes de volver a la rutina.
- No, claro que no, sólo que pase por tu casa…
- Mi madre te dijo algo, ¡¿verdad?! no le hagas caso, lo importante aquí es lo que sentimos y solo nosotros podemos decidir que será de lo nuestro, relájate debe estar estresada, creo que papá le negó un capricho, en fin, me tengo que ir , falta poco para que estemos juntos, una vez que vengas a estudiar, ya no nos separaremos, esperare con ansias tu llegada y mas aún nuestro tiempo a solas, me entiendes ¿verdad?- se escuchan voces que lo llaman.- me voy, te quiero caramelito, no estés triste, pronto estarás a mi lado.
Iba a contestarle cuando escucho el pitillo que indica que colgó sin mas, respiro hondo y trato de convencerme que él así de despreocupado, en fin, así era y así me enamoré de él, viéndolo mas fríamente, las cosas siguen bien entre nosotros y se que nada ni nadie nos separará, con el ánimo más repuesto, planeo visitar a mis amigos y pasar el día, vuelvo a marcar esta vez el número de mi madre.
- Hola mamá, me quedare a almorzar fuera, espero no te moleste.
- No, supongo que querrás pasar tiempo con tu novio, antes que se vaya.
- ¿Ah?, si, luego pasaré por casa de los chicos y me quedaré un rato por ahí, tal vez me quede a dormir, no se, te aviso.
- Está bien, quedé en salir por la tarde con un amigo.
- ¡Ajá! y se puede saber ¿quién es?
- Claro, no tengo secretos contigo, saldré con George.
- Esa es una bueno noticia, ya era hora que se animara y tú que le dieses una oportunidad, que te diviertas, te llamo más tarde o mejor no, no vaya a interrumpir tu cita romántica. - digo esto último mientras me río. –
- Hay niña, no seas molestosa, es sólo un amigo.
- Mamá, quiero que seas feliz, ya lo hablaremos, me voy, te amo no lo olvides.
- También yo, te dejo voy a seguir con mis cosas, cuídate.
Luego de colgar y con mucho mas optimismo, me encamino a mi próximo destino.
Hola chicas, sé que están pensando, ¿qué le pasa a Candy? Porqué es tan tonta y muchas cosas más, pero denle chance a la historia, nuestra pecosa irá creciendo en el camino y mas aún será muy divertido, romances, drama y un montón de aventuras.
Gracias por leer y más aún si leen el próximo capítulo.
