Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.
Capítulo 1
Sakura oye que alguien toca a la puerta de su casa. Sin embargo, eso no la distrae de sus quehaceres ya que sabe que su padre atenderá a quien sea que esté llamando. Desde hace tiempo que son sólo ellos dos en la casa, y es que luego de la muerte de su madre, su padre se encuentra constantemente entrando y saliendo de la depresión que hoy en día lo tiene anclado a su hogar.
El señor Haruno no tiene un trabajo estable, viviendo del seguro de vida que su esposa les dejo, al igual que de una herencia de un familiar. Por otro lado, Sakura ha encontrado una distracción de su realidad siendo una kunoichi y una pasión y deseo de salvar vidas gracias al ninjutsu médico.
Respecto a su padre, Sakura no puede evitar el sentimiento de lástima que florece en ella cada vez que debe dejarlo atrás para cumplir con su deber, pero también es consciente de que él debe sanar sus propias heridas internas. Hay momentos en los que su mente le grita que es una indolente hacia los sentimientos del hombre, ya que le sorprende lo roto que se encuentra a pesar de que su madre murió hace casi 12 años… Sin embargo, reconoce su ignorancia al sentimiento de perder a tu compañero de vida.
No la malentiendan, sabe que perdió a su madre, pero ella era tan pequeña cuando el cáncer se la llevó de su lado que no la recuerda del todo bien. Cuando piensa en ella, algunas imágenes borrosas atacan su mente, como un sentimiento de calidez cuando ésta le cantaba al dormir. Obviamente fue el señor Haruno quien más compartió con ella, y por eso lo consume día a día la tristeza por haberla perdido.
Ahora con 17 años, ella es una chunin y ninja médico reconocida. Ha aprendido y caído, siendo acompañada por el mejor y más solicitado equipo. Desde su idiota mejor amigo y casi hermano Naruto, pasando por su muy infantil primer amor Sasuke-kun, hasta su perezoso maestro Kakashi-sensei. Bueno, se supone que ahora siendo los tres jóvenes unos chunin ya no existen esas distinciones de alumno-maestro, pero Kakashi-sensei les enseñó tanto que es difícil verlo como un igual. ¿Qué estarán haciendo esos tres tarados ahora…?
— ¡Sakura! ¡Te buscan a tí! - el llamado de su papá la hace volver al presente, notando que era un ANBU con su máscara quien llamaba a su puerta. Así que otra misión, pensó.
— Señorita Sakura, Lady Tsunade requiere su presencia en la torre Hokage - informa el ANBU.
— De acuerdo, muchas gracias - antes de que ella pueda decir algo más, el ninja ya ha desaparecido.
— ¿Así que te iras otra vez? - escucha que dice su padre a sus espaldas con un deje triste y aunque sabe que su intención no es hacerla sentir mal, no puede evitarlo.
— Bueno, el deber me llama, papá - dice intentando sonar animada.
— Lo sé, lo sé. No te imaginas lo feliz que estoy de tener una hija tan maravillosa y fuerte como tu Sakura. Estoy seguro de que mamá está muy orgullosa de que seas la primera kunoichi de la familia.
— Papá - la emoción por sus palabras hacen que su voz se quiebre — Me haces muy feliz… odio dejarte solo, quizás podrías ir a ese taller que te mencioné…
— Tranquila cariño, no es responsabilidad de los hijos cuidar de sus padres sino todo lo contrario, y sé que abandoné a mi niña mucho tiempo. Aunque ya no es tan niña - En sus ojos se percibe una mirada nostálgica y es que lo que dice es cierto. Luego de perder a su esposa las cosas fueron difíciles para la familia Haruno. El señor Haruno intentó sobrellevar su muerte de diferentes formas, trabajando tanto hasta llegar al punto de no aparecerse por la casa en días, recurriendo al alcohol, encerrándose en su habitación… Aunque padre e hija vivieran juntos, muchas veces la pequeña Sakura dejó de verlo por largos periodos de tiempo.
Tuvo que comenzar a valerse por sí misma desde niña, aprendiendo a cocinar y a realizar las labores domésticas. Fue responsable de su propia vida desde muy temprana edad. Decidió asistir a la academia ninja, ingresando por sus propios méritos. En ese entonces Konoha seguía siendo una aldea relativamente pequeña, por lo que las autoridades de la academia conocían su situación y evitaron la "entrevista al tutor" para que ella pudiera estudiar allí.
Su padre pasó meses sin saber que su hija acudía a esa academia… Sin embargo, no todo en su infancia fue triste. Desde que se graduó como genin las cosas mejoraron para ella, encontrando una segunda familia con el equipo 7 y una segunda madre con Tsunade-sama y a pesar de todo, no le guarda rencor a su padre.
— Iré a prepararme, te quiero papá - Sakura se dirige rápidamente a su habitación para cambiarse a su uniforme ninja. Hace un tiempo había cambiado su vestido rojo por un top y una falda que le permitía mayor movilidad. Una vez lista, salta por la ventana evadiendo una despedida.
Salta por los tejados hasta llegar a la torre Hokage y como es costumbre se dirige directamente a la oficina de su Shishou. La relación de ambas kunoichis puede definirse como cómoda y cercana, por lo que no necesita pedir permiso para entrar a la desordenada oficina de la Godaime Hokage.
— Sakura! Justo estaba tomando una copa de sake! ¿Quieres un poco? - Como siempre, se encontraba evadiendo sus responsabilidades — ¡Estoy bromeando! Eres menor de edad. Ya crece ¿Si? Sería divertido emborracharnos juntas - Y entonces Sakura no puede evitar reír luego de percibir un guiño juguetón de parte de Tsunade-sama.
Con el resto de la gente puede ser una mujer dura, y si que lo era, más de una vez llevó a Sakura hasta las lágrimas mientras la entrenaba. Pero era evidente que en su confidencialidad, ambas tenían cierta complicidad en la que se permiten bromear como ahora.
— Con el olor que tiene esa cosa no creo que quiera beberlo en el futuro, Shishou.
— Tsk, es que no sabes de lo que te pierdes. ¡Este es de los mejores sakes que hay! Es de mi colección privada - fueron interrumpidas por un toque en la puerta — Genial, se acabó la diversión. - dijo con molestia.
Aunque muchos podrían pensar que Lady Tsunade pasaba todo el día tomando sake, saltándose reuniones con los consejeros y asistiendo a la única casa de juegos de Konoha, obviamente con dinero falso puesto que ya las primeras ocasiones había gastado su sueldo completo, y el sueldo de un Hokage era el más alto dentro de la aldea, la verdad era que Tsunade toma su puesto con mucha seriedad.
La mujer de ojos miel cree que tomar el rol es una forma de honrar a su difunto abuelo Hashirama, quien hizo realidad el sueño de crear un lugar en el que ninjas y civiles pudieran vivir con tranquilidad. Siempre que salía a caminar por la aldea, su pecho se llenaba de orgullo al presenciar que el sueño de su abuelo se había mantenido con los años. Además, también buscaba honrar a su pequeño hermanito y a su difunto amor, ya que ambos aspiraban al puesto cuando estaban en vida… Esperaba que de una u otra forma, ellos pudieran vivir su sueño a través de ella.
La Hokage guardó el sake que anteriormente disfrutaba, en signo de que la Tsunade bromista debía irse. Ambas mujeres adoptan una postura más profesional esperando a que entrara quien había llamado. No fue una sorpresa que los tres integrantes restantes del equipo 7 se encontraran ahí. Esto solo confirmaba lo evidente, tendrían una misión de equipo.
— Chicos - Se escuchó un pequeño sonido de "ejem" de parte de Sakura, como si su garganta picara, y es que ella odiaba que solo dijeran "chicos" como si ella no existiera — Perdon, chicos y Sakura - Tsunade la miró esperando su aprobación, la cual recibió en la forma de una pequeña sonrisa — Cómo deben estar suponiendo, le tengo una misión al equipo 7.
— ¿Qué es? ¿Rango A? ¿Vamos a pelear? ¿Cuánto durará? ¿Meses? - Pareciera que Naruto no respiraba entre una pregunta y otra, siempre tan impulsivo…
— Quizás nos lo podría explicar si la dejaras hablar, dobe - Y ahí iba, como siempre Sasuke-kun regañando al hiperactivo.
— Gracias, Sasuke - dijo Tsunade. La verdad es que después de la odisea que tuvieron que pasar cuando éste dejó la aldea en busca de poder, el chico no le agradaba del todo. No podían pedir más cuando ella misma vio a Naruto y Sakura sufriendo durante los tres años que tardaron en traerlo de vuelta.
Fue ella la que trató con el corazón roto de la pelirosa, no el Uchiha. Fue ella quien ayudó a Sakura a construir amor hacia sí misma, no el Uchiha. Fue ella la que mantuvo infinitas conversaciones con el Hatake ya que sentía que había fallado terriblemente como sensei, no el Uchiha. Fue ella la por petición del mayor tuvo que enviarlo lejos, no el Uchiha. Fue ella quien vio una parte de Naruto apagarse por perder a su hermano, no el Uchiha. Y definitivamente fue ella quien debió sacar la aldea ninja de Konoha y sus shinobis adelante, no el Uchiha.
No, Tsunade no lo odiaba, pero tampoco sentía afecto por él.
Alejando los pensamientos negativos, prosiguió a explicar la misión — Su misión consiste en encontrar y atrapar a un grupo de ladrones que ha estado atacado constantemente a un pequeño pueblo ubicado cerca de Amegakure. El pueblo se llama Kirifuri - dijo la Hokage mientras señalaba en un mapa la ubicación del lugar.
Kakashi no dijo nada, pero Tsunade podía ver claramente su ceño fruncido. Esa era una reacción que la líder rubia ya había anticipado. Conociendo lo cuidadoso y precavido que era el Hatake. Ignorándolo por ahora, siguió hablando.
— Es un grupo de 5, se hacen llamar Hikari*. Al parecer se creen portadores de la verdad, que iluminan a no se quién y mierdas así. El punto que me gustaría recalcar es que la aldea en la que se están asentando se encuentra a 10 kilómetros de Amegakure, ¡NO deben entrar a esa aldea por nada del mundo! Escuchen bien porque es muy importante, no pueden usar sus bandas ninjas.
— ¿Y eso por qué? - preguntó Naruto confundido.
— Naruto - Sakura lo miró retadoramente — ¿Qué debes hacer? - en momentos como estos, Sakura se sentía como su madre.
— Ser paciente, Sakura-chan - dijo el rubio, en derrota. Luego de la interrupción, Tsunade retomó su explicación.
— Como saben, el país de la Lluvia es un lugar independiente… Si los estoy enviando ahí es puramente por la paga. Será buena, al parecer los residentes están hartos de Hikari y entre todos nos han contratado. No deberían tener mayores problemas, pero sean discretos. No tenemos mucha información del lugar, sólo sabemos que los pequeños pueblos de ese país se consideran "tierra de nadie", pueden encontrarse con cualquier cosa. - Lady Tsunade los miró atentamente a cada uno de los cuatro.
— Lo haremos bien, Tsunade-sama - dijo Kakashi-sensei. — Nos encargaremos de todo, puede confiar en nosotros - Sakura nunca sabía qué pensar de Kakashi-sensei, puesto que siempre hablaba con un tono muy tranquilo, pero esta vez pudo ver la determinación en su único ojo visible.
La Hokage suspiró — Eso es lo que espero de ustedes. Como esta será una misión en la que actuarán como civiles, deben evitar cualquier pelea que los delate como ninjas a no ser que sea absolutamente necesario. Una vez lleguen a Kirifuri, deben reportarse con el señor Fudo. Él es el representante de los pueblerinos y les dará mayores detalles de la misión. Saben que la correspondencia que llega desde el país de la Lluvia no es confiable.
— ¿Cuándo debemos partir? - preguntó el peliplata.
— Mañana mismo. Son aproximadamente 5 días de viaje, y estimo que puedan tardar de una a tres semanas en completar la misión - comentó Tsunade entregando el pergamino con los detalles al líder del equipo. — Eso es todo equipo 7, pueden retirarse. - todos se inclinaron ante la Hokage y antes de que salieran, la voz de su líder llegó desde sus espaldas.
— Veámonos en Ichiraku ramen. Iré en un momento - ninguno puso mayor objeción, por lo que los chunin salieron de la oficina Hokage con dirección al conocido restaurante.
En el camino, Sakura piensa en que la misión suena excitante, pero estar en "tierra de nadie" significaba una falta de comunicación preocupante con el exterior en caso de tener problemas…
Mientras, por la mente de Kakashi corría el mismo hilo de pensamientos… Éste no puede evitar pensar en el mal sabor de boca que le dejó la reunión, siendo esa la razón por la que se quedó a conversar con la líder de Konoha.
No lo malentiendan, él amaba salir de misiones con su equipo. Todos ellos eran talentosos ante sus ojos y sabe que ninguno duda a la hora de confiar su vida a los demás, pero el hecho de que fuera en un país independiente significaba que no hay certeza alguna sobre a lo que se enfrentaban…
La información de dichos países no transita ni se esparce fuera de ellos, por lo que debían prepararse para todo. El contexto que se les brindó podría ser de hace meses, habiendo cambiado la situación por completo.
— Kakashi - habló fastidiada la mujer, ya que preveía lo que el mayor iba a decir — ¿Se te ofrece algo?
— ¿Por qué? - simplemente preguntó.
— Oh Hatake, tendrás que ser más específico que eso si quieres algo similar a una respuesta - dijo Tsunade, desafiante.
— ¿Por qué aceptar esta misión? Estamos hablando del país de la Lluvia...
— Ya lo dije, la paga es buena- antes de que pudiera decir algo más, fue interrumpida.
— Sin ofender, Tsunade-sama, pero esa justificación es mierda. - como siempre, el tono de voz de Kakashi se mantenía "aburrido", aunque ambos sabían que aburrido era la última forma en la que se encontraba.
— No me hables así, Hatake Kakashi - la mujer lo apuntó amenazadoramente con un dedo.
— ¿Está desviando el tema, Tsunade-sama? - la mujer soltó un suspiro exasperado.
— ¡Bien! - accedió finalmente — Hay… rumores de que el grupo sería un nuevo "Akatsuki" y que se encuentran reclutando gente en Kirifuri.
— Ok. Dejaré a Sakura-chan aquí.
— ¿Qué? Oh no Hatake, tu no eres el que toma las decisiones aquí.
— Es peligroso, Tsunade-sama. Sakura-chan ya no asiste a tantas misiones como antes… ¿No cree que su próxima misión debería ser de un rango más bajo? - el copy ninja mostraba auténtica preocupación, pese a que no lo daba a notar en su voz.
— Es por eso mismo que la estoy enviando. Sakura es una kunoichi altamente capaz, además es médico ¿Alguno de ustedes lo es? - antes de que el mayor pudiera decir algo, ella respondió — No, no lo son. Ella necesita seguir activa como ninja, y ustedes la necesitan a ella. Fin de la discusión. Puedes cerrar la puerta al salir.
La Hokage no dejó paso a que la discusión siguiera, ya que volvió a los papeles que mantenía en el escritorio y que requerían su atención. El ninja, quien se había mantenido anormalmente recto, no podía negar que la mujer tenía un punto. Y debe admitir para sus adentros que odiaba tener que darle la razón.
El cambio de postura del peliplata prometía ser un signo de rendición, o eso esperaba Tsunade ya que el hombre era uno de los ninjas que más le costaba leer.
— Sí, Hokage-sama - para lástima de la mujer, la pequeña victoria sobre el copy ninja no fue tan gratificante como esperaba. Luego de un suspiro cansado, la mujer volvió a hablar.
— Escucha, Hatake. Eres un gran ninja, uno de los mejores aunque odie alimentar tu ego al decirlo en voz alta. Creo en tí y creo en mí alumna. No puedes alejarla de una parte de su vida por la que ella ha luchado tanto. Yo lo sé y tú lo sabes.
— Mmm… - Kakashi verdaderamente odia aceptar que la Hokage tuviera razón. De nuevo.
— Para ser honesta, la razón por la que la envío es porque tú estarás ahí. Sakura… los adora, a cada integrante de tu equipo. Nadie la cuidaría como ustedes, como tú. Lo llevas haciendo por años, Kakashi.
— Sí, Hokage-sama.
— Ahora que todo está dicho, puedes irte. - luego de una reverencia, el peliplata se dirigió hacia la puerta. — Hatake, una última cosa.
— ¿Sí?
— Trae a mi chica en una pieza. Si no lo haces, puedes asegurar que pateare tu muy redondo culo. - amenazó la Hokage, después de todo Sakura era su única pupila.
— ¿Mi redondo…? - "¿Acaso la Hokage había estado mirando mi… culo?" pensó el ninja.
— ¡Vete! ¡Ahora! - lo urgió la mujer.
Finalmente, el ninja que copia dejó la oficina y al igual que sus subordinados se dirigió al tan conocido restaurante.
xXxXxXx
Una vez el peliplata llegó al punto de encuentro, los chunin lo recibieron con afecto.
— ¡Oi! Kakashi-sensei ¿Cómo te fue con oba-chan? ¿Algún cambio en la misión? - preguntó ansiosamente Naruto. Era el más emocionado por su misión en equipo.
— Ningún cambio, solo… detalles. ¿Es ese Jiraiya-sama? - todo el equipo miró en la dirección en la que señalaba el peliplata. Como en cada ocasión, cayendo en su trampa.
Para el momento en que volvieron la vista al mayor de forma confusa, éste ya había terminado todo su tazón de ramen.
— ¡Ey! Eso no es justo - se quejó el Uzumaki.
— No puedes hacer lo mismo cada vez, Kakashi-sensei - secundo la chica.
— Lo seguiré haciendo mientras ustedes sigan cayendo. Ahora coman - sin nada mas que decir, los chunin se dedicaron a comer y el mayor sacó su preciado libro naranja a la espera de que terminaran.
Cuando eso ocurrió, llegó el momento de discutir los detalles de la misión.
— Vamos a estar lejos e incomunicados ¿Qué sugieren? - preguntó el ninja a sus "subordinados". El tiempo pasaba, pero la faceta de sensei se mantenía y a nadie parecía molestarle.
— Pergaminos de invocación - respondió el Uchiha.
— Bien ¿Para invocar…?
— Armas. - todos asintieron en aprobación.
— Pergaminos médicos. Obviamente me encargaré de esa parte - añadió la chica.
— Perfecto. ¿Algo más? - preguntó el líder.
— ¿Ramen? - preguntó Naruto inseguro, provocando una leve risa en sus compañeros.
— Estoy seguro de que podremos vivir sin ramen por unas semanas, Naruto. - aseguró la chica.
El rubio simplemente refunfuñó en su lugar.
— Deben recordar llevar atuendos de civiles, consideren el clima cuando empaquen - añadió la chica. — Puedo llevar capas impermeables para todos, pero encarguense de sus atuendos.
Pese a su edad, la chica solía adoptar el rol de "madre" de su equipo. Algo así como una mamá osa, algo posesiva porque siempre decía que estos eran sus chicos.
— Sakura-chan, eres la mejor! - con extrema alegría, el Uzumaki obligó a la chica a un fuerte abrazo.
— Sí, sí. Ya es suficiente. - en lo que ambos chicos discutían, la mente del mayor estaba perdida en sus pensamientos.
Estaba inquieto. No lo entendía del todo, pero algo en su interior le gritaba que tuviera cuidado, y que algo en esta misión podría salir mal.
Kakashi Hatake no era de los shinobis que se acobardaban por una misión, pero ésta en particular provocaba que algo en su interior se revolviera.
— ¿Está bien Kakashi-sensei? - Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la dulce voz de la pelirosa.
— ¿Eh? ¿Yo? ¡Claro que sí! - Kakashi intentó distraer la atención rápidamente, pero ya los tres pares de ojos de quienes le acompañaban se encontraban centrados en él. Genial, pensó.
— ¡Es cierto! Está distraído, ¿Qué es? ¿Tiene miedo por la misión? o quizás está pensando en una chica ¿Ya tiene novia Kakashi-sensei? ¿Qué opinas tú Sasuke? - Como siempre, los pensamientos de Naruto saltaban de un lado a otro sin ningún tipo de filtro… ¿Cómo podía concluir que una distracción de segundos se debía a la vida amorosa de su sensei? O en su defecto, a la falta de ella.
— Yo opino que no me interesa, dobe - Y es por eso que Kakashi tenía gran simpatía y afinidad hacia Sasuke. No se metía en asuntos que no le conciernen…
— ¡No seas baka Naruto! Kakashi-sensei no tiene novia ¿Verdad que no? - Unos ojos esmeralda lo miraban fija y atentamente, con urgencia lo cual extrañó a Kakashi.
— ¿Acaso no puedo, Sakura-chan? - Vale, entiende que no sea el hombre ideal o el bombón número 1, tampoco es que sea romántico o algo así. Sin embargo, nadie negaba que las féminas demostraban un peculiar interés por él… principalmente sexual. Y bueno, gracias a eso podía tener los encuentros sexuales que quisiera, obviamente siempre de mutuo acuerdo y considerando que era algo de una noche sin ningún tipo de compromiso.
Es por esa misma razón que sus compañeras de cama solían ser mujeres de otras aldeas. Lo que menos le interesaba era una guerra de faldas.
— ¡No es eso Kakashi-sensei! ¡Yo me refería-! ¡Lo que quise decir es-! - Para dos de los hombres de su equipo resultaba gracioso el cómo Sakura no podía terminar ninguna de sus ideas, por lo que el mayor decidió molestarla un poco más fingiendo estar ofendido.
— Tranquila, Sakura-chan. Ya todo está bastante claro para mi. Debo decir que me duele un poco en el ego que mi alumna favorita piense tan mal de mi. Creí que me tenías mayor afecto. Como dicen por ahí, cría cuervos y te sacarán los ojos... - Dijo con un aura de tristeza, sólo para hacerla sentir más culpable.
— ¡Kakashi-sensei! ¡Sabes que no lo dije en ese sentido! Es sólo que si tuvieras novia nos hubieras dicho ¿Verdad? - la exigencia de una respuesta en su mirada era algo evidente, al igual que su preocupación… ¿Qué le ocurría? ¿Le daba miedo el ser desplazada?
— ¡Sí! Obvio que nos diría. ¡Esperen un momento! ¿Cómo es eso de que Sakura-chan es su estudiante favorita? ¡Usted es el líder del equipo! No puede tener preferencias - dijo Naruto — Entonces si los tres estamos en riesgo de morir ¿La salvará a ella primero? ¡Teme! ¡VAMOS A MORIR!
La mente de Naruto era ciertamente un agujero sin fondo… algo impresionante y quizás hasta divertido para quienes no compartían con él constantemente. Pero para quienes gozan de su compañía a diario, era algo exasperante.
— Naruto ya cállate. Como si no me hubiese dado cuenta de la preferencia de Kakashi. Si lo piensas un poco Sakura es la única que no le da problemas, no me sorprende para nada. - Tampoco es que sea tan obvio, pensó el afectado para sus adentros. Pero el ver la gran sonrisa en el rostro de Sakura hacía que cualquier confusión valiera la pena, después de todo sí era su favorita.
Naruto tiene ese potencial de líder innato, que provoca que cualquiera que lo escuche sea capaz de dar su vida para que él cumpla sus sueños. Y es así como pasó de ser un Jinchuriki rechazado por su pueblo, a una joven promesa de Hokage, hijo del cuarto.
Sasuke por otro lado era un prodigio en sí mismo, pero mantiene esa cierta oscuridad en su corazón por la masacre realizada por su hermano, Itachi. A pesar de conocer la verdad tras ese suceso, la oscuridad se mantiene en él. Busca superar a su hermano mayor día a día, pero Kakashi cree firmemente que esa altanería sólo es una máscara de la profunda admiración a su hermano.
Finalmente,, se podría decir que Sakura-chan no tenía un "algo" que la destacara. No tenía una criatura fuente de chakra en su interior, ni un apellido de renombre. Es por eso que debe ser reconocida incluso el doble que sus compañeros, porque todo lo que ha conseguido hasta ahora ha sido por su propio esfuerzo. Proviene de una familia de civiles, fue la más lista de su generación en la academia ninja, tiene un control de chakra impresionante que Lady Tsunade le ayudó a perfeccionar y era una ninja médico más que competente.
Es por eso que Kakashi no se arrepiente de haberla derivado a Tsunade-sama, para que explotara todo el potencial que él lograba reconocer, pero no era capaz de ayudarla a pulir. Y si ese tiempo coincidió perfectamente con todo el asunto de la adolescencia femenina, es simplemente eso, "una coincidencia".
También coincidió con la huida de Sasuke de la aldea. Y con el viaje de Naruto con Jiraiya-sama… Para ser sincero, en ese momento Kakashi no se sentía capacitado para continuar enseñando a Sakura… Sentía que había fallado terriblemente en su rol de sensei y no podía lidiar con una infeliz pelirosa por el abandono de sus compañeros cuando él convivía con pensamientos tan… negativos.
Así que tomó la decisión menos problemática para él, abandonando a la chica en manos de la nueva Hokage. Durante ese tiempo completó misiones que lo mantuvieron alejado de la aldea por varios meses consecutivos. Sin embargo, cada vez que volvía para reportarse y solicitar una nueva misión, visitaba a la pelirosa. Cada vez lo sorprendía con nuevos avances. Cada vez le contaba de algún paciente que había sanado. Y cada vez le pedía que se quedara.
Sí, esa fue una época oscura para todos los miembros del equipo y por eso evitaban hablar de eso. A pesar del dolor, Kakashi no se arrepentía de haberse marchado, ya que bajo su tutela Sakura nunca hubiese logrado adquirir las habilidades que tiene hoy en día.
Fue después de 2 largos años que Tsunade le prohibió irse nuevamente. A las pocas semanas, Naruto volvió de su viaje y con el equipo casi completo reunido nuevamente, se dedicaron a traer de vuelta a su pieza faltante.
— No intente cambiar de tema - dijo Sakura de pronto, con sus mejillas sonrojadas. — Sigo esperando una respuesta, Kakashi-sensei - y efectivamente sus ojos seguían exigiendo una respuesta.
— Puedes estar tranquila, Sakura-chan. Sigues siendo la única mujer en mi vida, además de Kurenai por su puesto. - le respondió acariciando la cabeza de la joven con cariño. Ésto era algo que habían discutido con anterioridad.
Desde niña Sakura se sintió inferior a sus compañeros, y todo lo contrario a "especial". Y es que obviamente, si tienes al Jinchuriki del Kyubi y a un Uchiha prodigioso en tu equipo, es normal sentirse infravalorado. La manera que encontró su sensei de subirle el ánimo y que ella notara que era importante y valorada, porque obviamente lo era, fue dándole la categoría de "única en su vida" y la sonrisa de autocomplacencia que ese concepto ponía en el rostro de la kunoichi era más que suficiente para él.
Sakura sabía perfectamente que Kurenai era una compañera y amiga, además de pareja de un gran amigo. Por lo que concluía, no erróneamente, que su relación distaba mucho de la que tenía con ella.
— Umm - Kakashi volvió a llamar la atención de sus tres compañeros al emitir un sonido de agotamiento, seguido de un bostezo fingido. — Pero qué rápido pasa el tiempo cuando te diviertes ¿Verdad chicos? Bien, el viejo se va a dormir. Nos vemos en las puertas a las 7 AM, no lleguen tarde ¿sí? y empaquen todo lo que acordamos! - y antes de que pudieran decir algo, desapareció en un remolino de hojas.
Dejándoles la cuenta de nuevo.
— ¿Acaba de decir que no lleguemos tarde? ¡Kami! Me exaspera lo sinvergüenza que llega a ser! - Sakura cruzó sus brazos molesta, aún ignorando el hecho de que su perezoso sensei no había pagado su cuenta.
— Ejem, Sakura-chan… ¿Tienes dinero? - Preguntó tímidamente Naruto. Claro que no quería molestarla aún más, era muy consciente de cómo el temperamento de la pelirosa solía explotar cuando eso ocurría. Supone que salir sin Gama-chan (su monedero de rana) no había sido lo más inteligente.
Ese fue el "broche" de oro para dar por finalizado su día. Con una Sakura furiosa por tener que pagar el triple de lo que correspondía, un Naruto con un chichón en su cabeza, un Sasuke al que no le importaba nada y un relajado Kakashi que leía su libro naranja en la comodidad de su cama.
— Sakura-chan, te acompaño a casa - Naruto solía encaminarla a su hogar, momento en el que aprovechaban para ponerse al día.
Dicho y hecho, Sasuke se limitó a dejarlos solos y ambos amigos comenzaron su paseo nocturno.
— ¿Cómo has estado, Sakura-chan? ¿Qué tal el hospital? - preguntó interesado el rubio.
— Muy bien. He aprendido mucho en el último tiempo. Tsunade-sama dice que si sigo así, podría ser la directora del área de emergencias del hospital en un par de años. - ahora una sonrisa entre avergonzada y de profundo orgullo cruzaba su rostro.
— ¡Eso es genial, Sakura-chan!
— Gracias. Intentaré aprender todo lo que pueda, al igual que seguir saliendo en misiones por ahora.
— ¿Estás contenta por la misión de mañana?
— Sí… me refiero a que obviamente no me agrada el que nos necesiten por problemas tan serios, pero echaba de menos salir con ustedes. - no era un secreto que las reuniones de Sakura se habían reducido un 60% por su entrenamiento médico.
— Yo también lo extraño… nuestros tiempos de genin. - añadió Naruto.
— Sí… ¿Quién iba a pensar que el mismo equipo 7 que tuvo que infiltrarse en esa ciudad de gatos por solicitud de la señora Nekobaa sería el encargado de eliminar a la banda criminal más temida de nuestro tiempo, Akatsuki? - bromeó Sakura.
— Yo siempre pensé que seríamos grandes… desde la misión de Zabuza.
— En ese momento ni siquiera le tomaba el peso a lo que ser un shinobi significaba.
— Ninguno lo hacía… sólo Kakashi-sensei. Después de todo éramos unos críos.
— Di la verdad, lo seguimos siendo…
— Habla por ti, Sakura-chan. Yo ya soy un hombre. Puedes preguntarle a Hinata si quieres. - el Uzumaki codeó a su mejor amiga a modo de burla.
— ¡Naruto! ¡Definitivamente no quería saber eso! - si no fuera por la oscuridad de la noche, Naruto habría notado que el rostro de la pelirosa se asemejaba al tono de su cabello.
Por otro lado, el chico solo se reía por lo avergonzada que su amiga se veía.
— ¿Crees que todo saldrá bien en esta misión? Es la primera de rango S que he tenido en un buen tiempo - la chica dio a conocer sus temores con su mejor amigo.
— Saldrá bien… Estaremos juntos en esto, Sakura-chan.
— Lo sé, lo sé. Sólo espero no ser una molestia para ustedes - la chica ahora evadía la mirada de su amigo al mirar la luna que se proclamaba dueña del cielo nocturno.
— Nunca has sido una molestia para nosotros, Sakura-chan. Siempre has estado ahí, siempre curando nuestras heridas, siempre dándonos apoyo. - ahora el Uzumaki pasó un brazo por los hombros de la muchacha. Refugiándola en un abrazo mientras seguían caminando.
— Discrepo contigo… pero gracias. - un silencio cómodo los rodeó por unos segundos. — Creo que la razón por la que Kakashi-sensei se quedó a hablar con Tsunade-sama es por mi.
— ¿Eso crees? - el rubio solía pasar por alto muchos detalles, pero había notado la distracción de su sensei cuando estaban en Ichiraku.
— Quizás… no cree que pueda hacerlo.
— Sakura, eres de las mejores kunoichis de toda la aldea. Ni siquiera de nuestra generación, sino que de todas las generaciones. ¡Acabaste con dos Akatsuki por tu cuenta! - cuando Konoha y Suna se habían puesto de acuerdo para abordar a la banda Akatsuki por el secuestro del Kazekage, Sakura había sido la encargada de derrotar a Sasori.
Luego de haberlo hecho, cuando los meses pasaron y las cinco grandes aldeas shinobis forjaron la alianza, fue quien acabó con Deidara. Fue una lucha larga e intensa, pero la chica dio el golpe final sellando el destino del chico-bomba.
— Ya han pasado algunos meses desde eso… De hecho, no he salido a ninguna misión desde entonces. - dijo con pesar la pelirosa.
— Sakura-chan, ya basta. Lo harás bien, y estaremos juntos como siempre. - el chico se posicionó frente a ella, poniendo ambas manos en sus hombros para que ésta lo mirara a los ojos.
— Es solo, que no quiero decepcionarlos. No quiero decepcionar a Kakashi-sensei, ni a Shishou.
— Y no lo harás. Lo prometo, dattebayo. - el Uzumaki le brindó una sonrisa llena de confianza, que finalmente logró convencer a la insegura muchacha.
— Gracias, Naruto-kun. - el resto del camino hasta la casa de Sakura fue llevado a cabo entre charlas amenas y bromas de parte del rubio.
— Sana y salva, Sakura-chan. Ahora descansa, y nos veremos mañana para la misión.
— Buenas noches, Naruto. Y gracias. - sin más la chica entró a su casa, la cual nuevamente la recibió en silencio como signo de que estaba vacía. Espero que no estén haciendo nada estúpido, papá.
El señor Haruno solía entrar y salir de su recurrencia al alcohol. Incluso al día de hoy. Sakura ya no sabía que hacer, por lo que simplemente intentaba sobrellevar su vida tal cual era.
La joven subió a su habitación, y luego de darse un baño, empacar sus cosas y preparar los impermeables de todos, se fue a dormir a la espera del nuevo día que la volvería a poner en una misión shinobi.
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Naruto se quedó unos minutos observando la puerta de su mejor amiga luego de que ésta entrara a su casa vacía. Pensó en lo que le había mencionado, sobre Kakashi-sensei acudiendo a Oba-chan para impedir que asistiera a la misión. En su interior, no entendía el por qué su sensei haría algo así, pero no negaba que todo había sido algo "sospechoso".
Con la intención de aclarar lo sucedido es que el Uzumaki se giró sobre sus talones y saltó por los tejados con la dirección del departamento de su maestro como objetivo.
Una vez fuera del lugar, tocó la puerta del lugar que había tenido oportunidad de visitar en algunas ocasiones en anterioridad. No fue una sorpresa para el peliplata el encontrar a un Naruto enfurruñado fuera de su puerta, después de todo conocía su chakra muy bien.
— ¿Sí? - inició el mayor.
— ¿No vas a dejarme entrar, sensei?
— No, ¿Qué quieres? - Es cierto que Naruto conocía la dirección del lugar, pero Kakashi nunca dejaba que su equipo entrara. Viejo antipático.
— Pff… - resopló el rubio. — ¿Qué fue lo que hablaste hoy con Oba-chan?
— Eso no es de tu incumbencia, Naruto. - el mayor sabía que el joven era curioso, pero esta no sería una de esas ocasiones en las que esa curiosidad iba a ser saciada.
— ¿Hablaron sobre Sakura-chan? - insistió el menor.
— ¿Tu cómo sabes eso? - ahora el peliplata mostraba auténtica sorpresa.
— Sakura-chan me lo dijo. Ella cree que pediste que no fuera incluida en la misión porque está "fuera de entrenamiento" - hizo comillas con los dedos.
Sakura siempre había sido muy perceptiva, haciendo que el mayor se sintiera algo culpable por haber sugerido exactamente lo que el rubio estaba reclamando.
— No es tan así… es sólo que creo que podría ser peligroso para ella - el peliplata se recargó en el marco de la puerta, sacudiendo su cabello algo exasperado al verse descubierto por la chica.
— ¿Para nosotros no es peligrosa?
— No es eso, Naruto…
— Sé que no lo es. Sé que quieres cuidarla, pero Kaka-sensei, vamos a estar ahí. Ella estará bien, y lo que menos necesita en su primera misión de vuelta es a su equipo discutiendo a sus espaldas sobre por qué deberíamos dejarla fuera de esto - el viaje con Jiraiya-sama había ayudado a Naruto a madurar considerablemente, lo que seguía sorprendiendo a algunos.
— Lo sé. Por eso Tsunade-sama ya me había convencido de seguir el curso de la misión. Éste "regaño" no es necesario.
— Bien, sólo quería que estuviera claro. Buenas noches, Kaka-sensei.
— Nos vemos mañana - sin más el mayor cerró la puerta y el menor se dirigió a su hogar para ahora sí, descansar.
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A la mañana siguiente, los tres chunin del equipo Kakashi se encontraban en las puertas de Konoha esperando al líder de su equipo, quien como de costumbre venía tarde, la cuestión era cuánto tiempo deberían esperar esta vez ¿Una hora? ¿Dos?
— ¡Odio que haga esto! "No lleguen tarde" Sí claro, las pelotas que no tengo - Sakura no había dejado de reclamar por los últimos 15 minutos y es que luego de una hora de espera, sumado al tener que levantarse temprano no estaba ayudando al frágil temperamento de la kunoichi.
— Sakura-chan, cuando te pones así das miedo - dijo Naruto mientras se refugiaba tras Sasuke.
— No sé que te sorprende Sakura, ya sabes cómo es Kakashi - le argumentó el Uchiha.
Los tres chunin siguieron esperando a su sensei por otros 30 minutos, hasta que finalmente apareció para enfrentarse a una pelirosa con su rostro rojo de furia.
— Oi! Chicos, no creerán lo que me pasó de camino hacia acá-
— Si se le ocurre decir una excusa estúpida o que se perdió en el sendero de la vida será mejor que se lo guarde - advirtió Sakura.
— Sakura-chan, ¡como siempre tan llena de vida! Bien, será mejor que iniciemos el viaje, el clima está genial ¿Verdad?
El muy notorio cambio de tema no sorprendió a ninguno de los jóvenes, por lo que sin adentrarse más en una discusión que sólo los llevaría a la falsa promesa de Kakashi-sensei sobre ser puntual la próxima vez, todos siendo conscientes de que eso no ocurriría, prefirieron tomar la palabra de su sensei y comenzar su misión.
Como en cada ocasión, saltaron por los árboles en su formación de viaje. Lo que se traduce en Sasuke a la cabeza, seguido por Naruto y Sakura cuidando los costados y Kakashi al final protegiendo la retaguardia.
El equipo corrió por horas, tomando uno que otro descanso ocasional. Por lo general sueles ser parlanchines, sobre todo Naruto, pero en esta ocasión no tenía mucho que decir. Para cuando la noche los alcanzó levantaron un campamento improvisado cerca de un río y como siempre tomaron turnos para cuidar el descanso de sus compañeros.
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Tres días completos transcurrieron en esa rutina de correr por los bosques del país del Fuego, tomar ciertos descansos para hidratarse y para comer, al igual que para dormir por las noches. Cuando el paisaje y la temperatura comenzó a cambiar, el equipo 7 comenzó a bajar su velocidad.
Para la noche del cuarto día, el equipo buscó una cueva en la que refugiarse de la baja temperatura que les ofrecía el ahora casi límite de las tierras del Fuego y la Lluvia. La mañana del día siguiente es cuando cruzarían la frontera.
— Me encargaré de la fogata - dijo el Uchiha.
— Yo puedo preparar la cena - ofreció Sakura.
— Umm, no te ofendas Sakura-chan, pero la última vez terminamos con dolor de estómago por 2 días… - El Uzumaki habló suavemente intentando no ofender a la chica de frágil temperamento.
— ¡Eso no fue mi culpa! Saben que la tapa de la sal estaba suelta-
— Sí, la tapa de la sal estaba suelta. También el fuego no dejó que hirviera el agua ¿Y qué más? - preguntó vagamente Kakashi-sensei para sí mismo — Ahh, si. Las bayas eran levemente venenosas.
— ¡Kakashi-sensei! - las mejillas de la pelirrosa se tornaron de un potente rojo — Juró que no fue mi culpa, las bayas se veían exactamente iguales a las grosellas rojas silvestres - Ahora un puchero se formó en su rostro.
— Estoy seguro de que sí, Sakura-chan. Pero será mejor que yo me encargue de la comida hoy ¿si? - habló el mayor. Cuando recién se habían conocido, la actitud de la chica le parecía algo exasperante. Sobretodo considerando que él no solía tratar con… niñas. Ahora, luego de años conociéndose, sus gestos y berrinches se le hacían adorables. No puedo creer que esté pensando en esa palabra - pensó para sus adentros.
Ésta no sería la primera vez que le tocaba encargarse de la comida, de hecho lo hizo durante años cuando el equipo recién se formó con ellos siendo genin.
— Pff... Bien. Yo me encargo de la ropa mojada. ¡A moverse! - accedió la chica, dando dos aplausos en signo de apuro para los chicos que debían quitar su ropa mojada.
— Sakura-chan. No lo haremos si nos estás mirando.
— Naruto, no es como si me interese mirarlos. Pero les advierto que se van a resfriar. - Refunfuñó la pelirosa — Estúpidos hombres - añadió en voz baja. Voz que obviamente fue escuchada por todos los presentes en la cueva.
— Sakura quiere vernos desnudos. ¡Sakura cochina! - Naruto sólo quería fastidiarla, lo cual supo que había funcionado cuando recibió un golpe de parte de la chica. Y ésta sí que sabía golpear.
Antes de que alguien dijera algo más, Sasuke se quitó su camiseta blanca por sobre la cabeza. Luego retiró sus sandalias. Para este punto, tres pares de ojos lo miraban con atención. Un par esmeralda lo miraba con sorpresa y vergüenza al mismo tiempo, un par celeste en shock, y el par ceniza con curiosidad. Cuando el Uchiha puso sus pulgares en la banda de su pantalón, fue interrumpido.
— ¡Teme! ¿Qué haces? ¡Sakura-chan no mires! - Para cuando Naruto acabó de advertir a la chica, el líder del equipo ya se había acercado a ella, posando sus manos en sus hombros para girarla, así quedando ella mirando a una de las paredes de la cueva.
— Dejen de hacer un escándalo. Debemos quitarnos la ropa mojada y Sakura es médico. Estoy seguro de que ya ha visto cuerpos desnudos. - Se justificó el chico.
— Quizás. Pero eso no quita que seamos sus compañeros de equipo, y que ninguno está herido como seguramente sus pacientes lo estaban. Estoy pensando que sólo son unos engendros hormonales. Pff… 17 años… - Negaba con la cabeza Kakashi.
— ¿Nos está llamando pervertidos? ¡Fue Sasuke quien se estaba desnudando frente a Sakura-chan, no yo! Y Kakashi-sensei, usted es el pervertido más grande de Konoha junto al Ero-sennin - El rubio continuaba quejándose mientras cambiaba su ropa mojada por un conjunto seco.
— Aún puedo oírlos ¿saben? - Sakura ya se estaba exasperándose. Estúpidos. El rubor aún no se iba de su rostro. Lo que decía Sasuke-kun era cierto, ya había visto cuerpos desnudos en el hospital cuando tenía turnos. Pero estos chicos… eran su equipo. Naruto era como su hermano, Sasuke fue su primer amor, y Kakashi-sensei… Bueno ¡él era Kakashi-sensei! ¡No quería verlo desnudo! Eso sería un trauma.
La chica no pudo evitar que imágenes de los tres chicos se formaran su cabeza, y ahora sentía como si sus mejillas se fueran a caer de lo calientes que las sentía. Intentó sacudir la cabeza para borrar esas indeseadas imágenes.
— Sakura-chan, ¿Estás bien? - El mayor tomó la iniciativa.
— ¿Ya puedo voltear? - Preguntó intentando sonar desinteresada. Lo que menos necesitaba ahora era que su equipo la considerara una pervertida.
— Sí, ya estamos vestidos.
— Bien, ahora los quiero fuera. A los tres - Su mirada mostraba decisión.
— ¿Qué? ¿Por qué? - Un puchero se asomaba en el rostro de Naruto.
— Porque yo también quiero cambiarme y no quiero a ninguno de ustedes tres, pervertidos, aquí mientras lo hago. - Espetó molesta.
— Sakura-chan. Está lloviendo… Y no te vamos a espiar ¿Verdad? - El rubio miró a Kakashi-sensei y a Sasuke buscando respaldo a sus palabras. Ambos se encogieron de hombros, de forma desinteresada.
— Eso no me da mucha confianza. No los quiero aquí y punto. - Con un bufido de parte del peliplata y del pelinegro, los tres caminaron a la entrada de la cueva. Se quedaron ahí de pie, viendo la lluvia caer.
— Esto es tu culpa, Sasuke. - Naruto seguía refunfuñando. Sabía que tener a Sakura-chan de enemiga no era una buena idea.
— Creo que ustedes exageran demasiado. La sobreprotegen. Ambos. Ella es una kunoichi, una compañera, y una médico. Debemos tratarla como tal. - No era que Sasuke odiara a la chica, era todo lo contrario. Con los años, fue viendo como Sakura se hacía más y más fuerte. Como ponía sangre, sudor y lágrimas en sus entrenamientos.
Cada vez que estaban en peligro, todos saltaban a protegerla. Si había algo peligroso que hacer, ella nunca era la designada a resolverlo. Ella merecía más, y el Uchiha se había dado cuenta de eso hace poco tiempo.
Las palabras del Uchiha hicieron que Naruto y Kakashi recordaran la conversación que habían tenido hace unas noches.
— Pero… ella es nuestra Sakura-chan - dijo Naruto algo desanimado.
— Lo sé, pero nuestra Sakura ya creció - Sasuke pasó su brazo por los hombros de su compañero. Una pequeña llama de orgullo se encendió en el pecho de Kakashi. Pensar que hace un par de años atrás estos dos no podían compartir el mismo espacio por más de 10 minutos seguidos… Y mirenlos ahora.
— Sasuke tiene razón. Nuestra Sakura-chan creció y merece más de nosotros… - El jounin se limitó a mirar el cielo en lo que pensaba — Pero no podemos ignorar que hay muchas otras formas de reconocerla, no necesariamente quitándonos la ropa frente a ella. Eso puede afectar eh… las relaciones e interacciones dentro del equipo. - Los menores no pudieron evitar soltar una carcajada, seguidos por el mayor.
— ¿De qué se ríen ustedes? ¡No les dije que pudieran reírse! Ahora entren antes de que se enfermen. - la pelirosa siempre había sido algo mandona.
— Tranquila, Sakura-chan - los tres caminaron perezosamente de vuelta al interior y se limitaron a llevar a cabo sus tareas.
Sakura usó dos shuriken y una cuerda que cruzaba desde una pared de la cueva a la otra para así tender la ropa mojada de todos los del equipo junto al fuego que Sasuke había hecho. Kakashi cocinaba la cena en una segunda fogata. Naruto tendía las bolsas de dormir que cada uno llevaba a las misiones.
Una vez la chica terminó con la ropa, se acercó a cada uno para chequear sus niveles de chakra como hacía cada noche.
A los pocos minutos, la cena estuvo lista y el equipo cenó tranquilamente en torno al fuego. Mientras lo hacían, Sakura no pudo evitar mirar a cada integrante de su equipo mientras mantenían una conversación amena… A veces la exasperaban, muchas otras veces no los entendía, pero no podía negar que adoraba a cada uno de sus chicos con todo su corazón.
Al ser interna de medicina en el hospital, debía dividir su tiempo entre éste y las misiones. Lo que provocaba que no pudiera ir a todas las misiones que se les asignaba. Ahora que Naruto, Sasuke, y ella eran chunin podían liderar misiones de bajo rango, oportunidad que Sakura aún no había tenido.
— ¿Saben? - comentó la chica una vez todos habían terminado su cena. — Extrañaba salir en misiones con ustedes, chicos. - Mientras decía esto, apoyó su cabeza en el hombro de Naruto, quien la rodeó con su brazo en un tierno abrazo.
— Aww, Sakura-chan. Nosotros te extrañamos también - ahora Naruto la apretaba fuertemente.
— Baka! ¡Me aplastas! - se quejó de inmediato la pelirosa, provocando las risas de todos.
— Te estás esforzando por ser una gran médico ninja, Sakura. Todos estamos orgullosos de ti - El que fuera Sasuke-kun el que dijera esas palabras fue algo shockeante, pero sus palabras reflejaban el sentimiento de todos.
— ¡Van a hacer que llore! Créanme, no quieren verme llorar - dijo la chica sonrojada.
— ¡Oh vamos, Sakura-chan! ¡Tú siempre lloras! - bromeó Naruto.
— No es mi culpa ser un ser hormonal. Mis hormonas tienen cambios drásticos cada mes. Cuando ustedes tengan un periodo menstrual hablaremos de mi tendencia a llorar. - Todos los chicos pusieron cara de horror.
— Jmm… creo que ya entendimos, Sakura-chan. - Hablar de periodos no era algo que el copy ninja quisiera hacer. Ninguno de ellos en realidad.
— ¿Recuerdan lo que nos dijo Kakashi-sensei cuando nos conoció? - preguntó Naruto con nostalgia.
— Como olvidarlo. Dijo que su primera impresión de nosotros era que nos odiaba - Sakura sonrió ante el recuerdo.
— En mi defensa, deben admitir que eran unos idiotas que no sabían trabajar en equipo. - Alegó el mayor.
— Pero mirennos ahora…
— Sí… - todos suspiraron ante los recuerdos.
— En ese entonces, eran un dolor en mi culo - bromeó el peliplata.
— ¡No es cierto! Tú nos adorabas… admítelo, sensei. Fuimos el primer equipo al que aceptaste enseñar. - Sakura salió de la comodidad de su abrazo con Naruto para sentarse junto al mayor. Tomó el brazo de él y lo rodeó con uno de los suyos, apoyando su cabeza en el hombro de su sensei.
— Insisto, eran un dolor en el culo. Tú, Sakura-chan, no te interesabas por el entrenamiento ninja. Solo te importaba tener la atención de Sasuke-kun - el mayor hizo un tono de voz más agudo al decir el nombre de su alumno, en un pobre intento de imitar a Sakura.
— ¡Sensei! - Sakura exclamó indignada.
— Luego estaba Sasuke, todo serio, frío y envidioso. No puedes negar que pensabas que eras superior a Sakura-chan y Naruto - dijo refiriéndose al Uchiha e ignorando completamente lo que dijo la chica — Y finalmente, estaba Naruto con su "voy a ser hokage". Siempre impulsivo, nunca escuchando los planes... En resumen, un dolor en el culo.
— Yo aún quiero ser hokage… - Naruto interrumpió el silencio que se había formado, provocando la risa de todos.
— Claro que aún lo quieres, y seguramente lo serás. - Kakashi miraba con orgullo a sus chicos. Luego de las desgracias que ocurrieron con cada miembro del Team Minato, él creyó que nunca volvería a tener y confiar en un equipo. Pero aquí estaba ahora… Llevaba 5 años con sus chicos y definitivamente fue una buena decisión el creer en ellos luego de la prueba de los cascabeles.
El equipo 7 más que un equipo de compañeros ninjas, eran una familia. Todos ellos estaban solos por distintos motivos. En el caso de los tres hombres habían perdido a ambos padres a una edad temprana. En el caso de la kunoichi, había perdido a su madre y su padre se alejó de ella durante gran parte de su infancia y toda su adolescencia. Sí… ellos eran una familia.
Éste momento que estaban compartiendo ahora, fuera de casa, junto al fuego, todos reunidos recordando momentos que han tenido juntos, se sentía correcto. Se sentía su espacio…
Siguieron compartiendo risas por otra larga hora, antes de irse a dormir para esperar el nuevo día. El día que los llevaría a su verdadera misión en ese pequeño pueblo en el País de la Lluvia. Esa noche no habría guardias, solo descanso por lo que cada uno se acercó a su bolsa de dormir.
Como en cada ocasión, Sakura se encontraba entre su sensei y Naruto, mientras el Uchiha estaba de forma horizontal por sobre las cabezas de sus camaradas. Y por si se lo estaban preguntando, la respuesta es sí. Sus respectivos lugares lo que hacían era proteger a su chica, rodeándola con sus propios cuerpos.
Esa misma noche habían discutido el comenzar a tratarla como lo que realmente era, una ninja altamente capacitada. Pero supongo que algunas costumbres son difíciles de cambiar.
A Sakura por otro lado, le encantaba estar rodeada por sus chicos, se sentía segura junto a ellos. Lo que no quiere decir que le guste que lo hagan mientras están enfrentándose a sus enemigos… Pero en momentos como éstos, de tranquilidad y compañerismo… le encantaba.
N/A: Eso es todo por el primer capítulo. Espero que haya ayudado a entender las relaciones y personalidades de los personajes de la historia. ¿Qué les pareció? Haganmelo saber en los comentarios 3
Gracias por leer y manténganse a salvo!
Moonlight.
