EL CORAZÓN DE UN EMO

Buenas noches señoras y señores, ¿Cómo andan? ¿Con los pies o con las manos? XD yo pues aquí les traigo un fic de lo más peculiar que es compuesto por dos personajes que son totalmente polos opuestos en todos los sentidos.

Y como lo dice el Sumary, se trata de (música de tambores por favor) ¡LENI Y MAGGIE! (otra vez varias personas escupen sus bebidas preguntando si hablaba en serio) claro que hablo en serio.

¿Por qué hago una historia sobre esas dos? Bueno, si alguien por ahí leyó mi loco fic de Rita y Clyde titulado "Un Peculiar y Oscuro Secreto" recordará que para San Valentín quería hacer una historia sobre ellas, pero como no se me ocurrió una buena trama, tuve que aplazar esta historia hasta que me ocurriese algo.

Así que explicado todo, iniciemos con esta pareja tan súper Crack a la que llamaría… ¿Leggie? ¿Mani? Bah, ya me cansé de siempre intentar inventarles nombres a las parejas fumadas que siempre me invento XD

Vamos, vamos, Maggie… tú puedes. Solo debes acercártele, saludarle como siempre, pedirle que hablen un momento a solas y confesarle lo que has querido decirle durante mucho tiempo y listo.

¿Qué tan difícil puede ser decirle lo que ella tanto te ha generado? Claro, si dejo de lado el enorme temor que me da de que al decirle lo que siento por ella me dé la patada y nunca más quiera saber nada de mí hundiéndome en la más terrible de las miserias y que de nuevo esos deseos de auto-flagelarme me golpeen con tanta fuerza que… mejor ni me pongo a pensar en eso.

-¡Los veo en clase, chicas!- pude oír como los latidos de mi corazón aceleraron cuando desde mi escondite tras unos casilleros divisé a quién tanto esperaba y que se dirigió al suyo… teniendo los ojos cerrados chocando de cara contra una de las paredes del instituto.

Una parte de mí quería ir enseguida a socorrerla cuando chilló un poco sobándose la cara, pero mi otra parte me hizo reír tapándome la boca no ser descubierta por ella.

Ella… la única persona del mundo que me ha logrado sacar genuinas risas ya sea por alguna acción despistada como esa o por su peculiar forma de ser, que ha ablandado el trozo de carne que tengo en medio de mis pulmones haciéndole latir como un tambor y adornar en mi pálida cara que generalmente tiene una expresión rígida como un bloque de hielo con una sonrisa que casi nadie ha visto.

Pero no había tiempo para reír por tonterías, debo aprovechar que ahora no hay nadie en los pasillos para acercármele y al fin sacarme todo lo que he tenido guardado en el pecho. Así que tomo aire y me le acerqué.

-Le-Leni…- casi hablé en susurro al situarme a sus espaldas cuando buscaba cosas en su casillero.

-¿Eh? ¡Oh, Maggie, eres tú! ¿Cómo amaneciste hoy?- la lengua se me enredó cuando me dedicó una de esas sonrisas que resplandecían más que mil soles.

-Yo… mu-muy bien, gracias por preguntar- desvié la mirada sintiendo ardor en mis mejillas mientras apegaba al pecho el libro que tenía en manos.

¡¿Cómo es que siempre logra hacerme sentir así cada vez que me dirige la palabra?!

-Este… quería… quería hablarte de algo muy importante…- me calmé lo mejor que pude para volver a mirarla a la cara.

-Claro, Maggie, ¿De qué quieres hablar?- sin cambiar de gesto esperó a que siguiese hablando.

-Ah… yo… tú… este…- las palabras se me atoraban en la boca y sentía que solamente hacía el peor de lo ridículos y más aún porque el calor de mis cachetes se expandió por el resto de mi rostro.

-¡Oh cielos! ¡MIRA TU CARA, ESTÁ TODA ROJA! ¿Acaso tienes fiebre? ¿Quieres que te acompañe a la enfermería?- pero mi pena de inmediato se esfumó ante esta tonta suposición de su parte.

¿Esto en verdad ocurría?

-No, no. Des-descuida, Leni, yo estoy bien- no quería que se angustiara -lo que… lo que decirte era si… si me ayudabas a pintarme las uñas de los pies a la hora del almuerzo. Sabes que se me dificultan demasiado.

A final de cuentas carecí del valor para decirle lo que en verdad quería contarle y tuve que inventarme la primera excusa estúpida que vino a mi mente. Que idiota puedo llegar a ser…

-¡Claro, claro! Será todo un placer para mí- eso bastó para que dejase de preocuparse y volviera a dedicarme una de esas cálidas sonrisas haciendo que nuevamente la sangre empezara a subírseme a la cara, hasta que sonó la campana de inicio de clases.

-Bueno, es hora de ir a clases. ¡Te veo en la hora del descanso, Maggie!- todavía sin percatarse de lo que en realidad me ocurría, se despidió agitando una mano y se dispuso a irse… chocando de nuevo contra una pared.

-¿Te dolió mucho?- aunque me volvió a dar risa esa enorme muestra de torpeza, esta vez sí me le acerqué para verificar que no estuviese muy lastimada y le sujete la cara para revisarla.

Buen pretexto para poder tocarla sin que me consideres una descarada de primera clase.

-Ay… no, no, me pasó nada, Maggie. Estoy bien, ¿Por qué ponen tantas paredes en los pasillos? ¿No se dan cuenta de lo estorbosas que pueden llegar a ser?- tuve que hacer el esfuerzo titánico para no explotar en un ataque de risa ante tal comentario.

-Adiós de nuevo, Maggie. Te veré luego- volviendo a agitar la mano, retomó su marcha tarareando una feliz canción como si nada malo hubiera pasado no dándose cuenta del torpe suspiro de enamorada que solté antes de también dirigirme a mi salón de clases.

Oh bueno… siempre habrá un mañana, otro día en dónde al fin le pueda decir lo que en verdad siento por ella… si es que no meto de nuevo la pata y permito que mis nervios e inseguridades me dominen como acaba de ocurrir ahora.

Debo dejar de ser tan cobarde y decirle al fin lo que siento por ella. Ya está cursando el último grado de la secundaria y cuándo menos me lo espere, estará fuera de mi alcance y nunca más podré contar con su compañía.

Algo que no puedo permitir a toda costa y que nunca me perdonaría si llega a ocurrir.

Así que mientras que el profesor impartía sus lecciones que nadie presta atención, yo me puse a escribir en un cuaderno alguna "táctica" que pueda aplicar para decirle a Leni lo que siento por ella sin que me eche para atrás… aunque en realidad solo me limitaba a hacer un dibujito infantil de ambas tomadas de la mano dentro de un enorme corazón.

Cielos… jamás me imaginé a mí misma en esta situación. Siempre creí que nunca experimentaría otra vez este tipo de cosas por alguien más y que al crecer me volvería una de esas viejas amargadas que viven solas en apartamentos acompañadas de puros gatos lamentándose cada día de su miserable existencia o algo parecido.

Solo espero que ese no sea el caso, no ahora que tuve la dicha de experimentar el sentimiento que hace que valga la pena vivir la vida y todo ese tipo de cursilerías, porque de lo contrario, lo más seguro es que un día aparezca en la bañera con las venas cortadas u otra atrocidad de esa índole.

Pero si dejo de lado esa faceta fantasiosa y aterrizo poniendo los pies en la tierra para analizar la situación con franqueza y no como una tonta enamorada, ¿En verdad ella me dirá "yo también te amo" si logro al fin confesarle mis sentimientos?

La chica adolescente de 14 años enamorada que vive en mí y que suspira por ella se aferra a esa esperanza, pero la emo franca y pesimista que con la que comparte espacio y que no se traga la ilusión me dice: "deja de soñar despierta, cabeza de chorlito, y espabila antes de que sea tarde y en serio vayas a cortarte las venas"

Este pensamiento me sacó un gemido de tristeza y que los ánimos se hundieran como una roca arrojada a un lago para nunca más ver la luz del Sol. Apoyo la cara en la mano izquierda y al dibujo que hice le agrego la frase: "¿Si se hará realidad?"

Creo que mejor le pongo atención a las bobadas que el profesor imparte, al menos con eso distraigo un poco la mente y así no me vuelvo una completa cascarrabias con el sentido del humor de una lápida erosionada y abandonada que nadie ha visitado en décadas.

Pero por más que trato de ponerle atención a la clase, imposible me resultó no ponerme a pensar en lo que diría y haría si al confesármele reaccionase del peor modo posible, porque aún por más amable que ella es dudo que solamente me diga un simple NO y que las cosas entre ambas sigan igual sin mayores repercusiones.

Leni Loud… ¿Por qué tenías que ser una chica? Mejor dicho, ¿Por qué yo tengo que ser una chica? Al menos si fuese un chico tendría muchas más posibilidades de que me correspondieras, claro, si es que no me mandas al cuerno tachándome de pequeño pervertido o algo parecido.

Aunque independientemente de lo que yo fuese, chica o chico, ella me seguiría tratando del mismo modo en cómo me ha tratado desde que nos conocimos, desde que me salvó la vida hace un año…

Flash back:

Me encontraba encerrada en uno de los cubículos del baño de las niñas llorando a caudales. El motivo por el que estaba así era porque le confesé a un chico que me gustaba mucho, pero él no solo me rechazó del modo más vil posible al decirme: "Ni loco me juntaría con una jirafa pálida y fea como tú" sino que motivó a los demás a burlarse de mí sin ningún tipo de piedad volviéndome con toda seguridad el objetivo de múltiples burlas y humillaciones más adelante.

Tan devastada estaba, que esa fue la primera vez en la que en verdad contemplé cortar de tajo mi vida. Ese dolor en el pecho y visualizar como seré ridiculizada en lo que queda del resto del año estudiantil eran mucho más de lo que podría resistir.

Así que saqué una pequeña navaja y miré fijamente su filo. Solo dos cortes, uno en cada una de mis muñecas y todos los problemas de mi vida se acabarán. Luego me alcé la falda para ver las marcas de cortadas que tengo en los muslos recordando el efímero placer que me dieron los tajos pero que de nada me servirán a futuro.

Respiro profundamente y acerqué la navaja a mi muñeca izquierda, pero justo cuando iba a cortar la vena de esa parte…

-¡Claro que fue divertido! Como que fue lo más gracioso que alguna vez vi en una película- oí como alguien entró al baño.

-"Justo lo que me faltaba… las personas no me dejan vivir… no me dejan morir"- pensé ofuscada y recogí mis piernas al sentarme en el retrete para que la persona que apareció no se diera cuenta de mi presencia.

La puerta del cubículo estaba entreabierta y pude ver al recién llegado que era una chica rubia más grande que yo hablando animadamente por alguien a través de un celular.

Hice una mueca de disgusto al ver como otras personas eran de lo más felices mientras que yo era incapaz de salir del pozo de desdicha en el que estoy hundida y del que parece que jamás saldré. Lo que habría sido capaz de dar para tener aunque sea la décima parte de la alegría que esa blonda desbordaba y así tal vez no estaría en la situación en la que me hallaba en ese instante.

-¡Hasta pronto, te hablo luego!- guardó el celular y me alarmé porque se dispuso a ingresar justamente al cubículo en dónde yo estoy oculta… pero chocó de cara contra la puerta porque mantuvo los ojos cerrados.

¿Realmente ocurría esto?

-Ay, ay, ay…- al sobarse la nariz, abrió el cubículo deteniéndose en seco al verme -¡Perdón, perdón, perdón! ¡LO LAMENTO MUCHO! No sabía que había alguien aquí- retrocedió unos pasos disculpándose como si hubiera cometido el peor error de toda la historia.

De nuevo me pregunté: ¿Esto realmente ocurría?

-Descuida, ya terminé- hablé cortante y me dispuse a irme.

-¡Oye, espera!- pero ella me sujetó del hombro -¿Te pasa algo? No te ves nada bien- supuse que notó los rastros de lágrimas que aún tenía, así que me las sequé rápidamente.

-No me pasa nada, déjame en paz- me zafé bruscamente y quise irme, pero pise mal y caí de boca al piso golpeándome la quijada -¡AUCH, MALDITA SEA!- exclamé sobándome manteniéndome sentada en el sucio suelo del baño mascullando varios insultos.

-¡Pobrecita! ¡Déjame ayudarte!- esa tipa iba a ayudarme a ponerme de pie, hasta que notó en mí algo que no estaba en pie -¿Qué te pasó ahí en las piernas?- señaló los cortes en mis muslos.

Lo único que me faltaba, que alguien descubriera como me auto-mutilo, ¡¿Qué más seguía?!

-¿Acaso fuiste atacada por un gato? ¡QUE HORROR! ¡Debo llevarte a la enfermería enseguida!- tomó mi mano derecha y me jaló con todas sus fuerzas.

¿Esa tipa en realidad cree que esos cortes me los hizo un gato? ¡¿Acaso tiene puro aire en la cabeza o qué?!

-¡No necesito tu ayuda!- volví a zafarme agresivamente, solo que esta vez con tanta fuerza, que ahora resbalé de espaldas y me golpeé bien duro la nuca.

Lo último que vi antes de perder la conciencia fue la expresión de horror de esa rubia que me dijo algo que no entendí y todo se volvió negro a mi alrededor.

Al despertarme parpadeé un par de veces y me incorporé sobándome la cabeza por el fuerte dolor que sentía notando que tenía una venda que la rodeaba por completo. Estaba postrada en la camilla de la enfermería de la escuela.

-¡Ya despertaste! Que bien, creí que nunca ibas a despertar- tuve un sobresalto cuando alguien me dedico estas palabras y al girar a mi derecha vi a esa misma tonta chica rubia alegre.

-Que… ¿Qué haces aquí?- pregunté e hice una mueca de dolor llevándome una mano a la nuca.

-Esperé a que te despertaras, tontita. Me perdí las primeras clases, pero no podía irme hasta asegurarme de que estuvieras bien- la sonrisa de su parte casi puedo jurar que brilló como un collar de perlas.

Quedé muy asombrada por eso, ¿Ella, una completa desconocida, se tomó la molestia de permanecer a mi lado y asegurarse de que estuviera bien? No podía ser verdad, no recuerdo cuándo fue la última vez que alguien mostró tal preocupación dirigida hacia mí.

-Por… ¿Por qué?- tuve que preguntar para asegurarme de no alucinara debido al golpe.

-Pues porque no podría dejar tirada a su suerte a alguien que se lastimó justo a mis pies, ¿Qué clase de persona sería si hiciera algo así?- respondió rápidamente, como si yo hubiera hecho la pregunta más obvia del mundo.

-Yo… este… gracias, entonces- desvié la mirada algo molesta conmigo misma al recordar cómo le hablé en el baño y que si no hubiera sido por mi bastedad, yo no le hubiera hecho desperdiciar su tiempo en mí.

-De nada, es lo que hubiera hecho por cualquier persona- seguía sonriendo como si nada -¿Cómo te llamas?- supuse que me hizo esa pregunta por mera cortesía, pero no podía negarle nada después de lo que hizo por mí.

-Maggie…- hablé casi susurrando.

-Qué lindo nombre. Yo me llamo Leni Loud- se presentó ofreciéndome una mano.

Me volví a asombrar y confundir por su gesto tan extrañamente amable, pero algo me llamó mucho la atención.

-¿Loud? Tú… ¿No eres hermana de una chica llamada Luan Loud?- recordé el nombre de una comediante que el año pasado vino a hacer un acto de "comedia" para mi cumpleaños acompañada de un chico peliblanco que creo que se llamaba Lincoln.

-¿Eh? ¡Sí! Soy una de las hermanas mayores de Luan. ¿La conoces? ¿Eres una de sus amigas?- creyó ella, pero no respondí enseguida porque al verla más fijamente intenté encontrar algo en lo que se pareciera a esa castaña dientona, pero no tenían mucho parentesco en verdad.

-No, solo fui uno de sus clientes- abrió la boca para decir algo más, hasta que la enfermera abrió la puerta… acompañada de mis padres.

-¡MAGGIE!- mamá enseguida se me acercó para abrazarme fuertemente -¡¿Cómo estás?! ¡¿Ya te sientes mejor?!- vio muy preocupada el vendaje alrededor de mi cabeza.

Pero que humillante…

-Descuiden, el golpe que sufrió en la cabeza no es nada grave. Solo necesita unos días de descanso y estará como nueva- la enfermera respondió todas sus preguntas -al menos, las que se pueden ver a simple vista- al decir esto último, me indicó que también notó los cortes en mis muslos.

-Gracias por todo, señorita. Tú y nosotros vamos a tener que hablar de muchas cosas cuando volvamos a casa, ¿Entendido jovencita?- papá me habló con firmeza y sin tacto alguno.

Típico. Yo me lastimaba de algún modo y en vez de preguntar el porqué, solo se dedican a regañarme y soltarme mil sermones. ¿Creen que así me compondrían?

-Bueno, yo ya debo retirarme. Espero que te recuperes pronto de ese golpe y de los rasguños de gatos que tienes en las piernas, ¡Hasta pronto, Maggie!- pero la fuerte tensión que se iba a formar fue quebrada por esa blonda que agitó la mano y se retiró tarareando una alegre canción.

Ahora lo que me pregunté fue: ¿La charla que tuve con ella fue de real o solo un producto por el fuerte golpe que recibí en la cabeza? Porque era demasiado sub-realista para ser verdad.

Había pasado una semana desde eso, tuve que aguantarme un fuerte jalón de orejas por parte de mis padres por seguir con mis malas mañas diciéndome que me enviarían con una psicóloga para que me sacara esos "pensamientos delirantes" de la cabeza y regresé a la escuela.

Por fortuna mi ausencia bastó para que a los demás alumnos se les olvidara la humillación que ese pendejo me causó y podía pasar de ser percibida como si estuviera hecha de aire no queriendo llamar atención indeseada teniendo el corazón un poco menos flagelado.

-¡MAGGIE!- pero casi me caí de bruces al piso al oír la voz cantarina de esa tal Leni que se me acercó a pasos apresurados -¡Me alegra volver a verte! ¿Ya te sientes mejor?

Igual que la vez pasada quedé perpleja porque por segunda vez una persona que apenas y conozco expresó una gran preocupación por mi bienestar.

-Eh… sí, sí. Ya no me duele la cabeza- muy incómoda me sentí al hablarle.

-Me alegro mucho. Ahora mira esto que te servirá para evitar que vuelvas a ser atacada por algún gato- mostró un spray -es algo que inventó Lisa, una de mis hermanas menores, con lo cual ahuyentarás a cualquier gatito malo que te quiera arañar las piernas de nuevo- ofreció sonriendo.

Yo quedé muda por unos segundos no sabiendo que pensar al respecto. ¿En serio ella todavía cree que esos cortes en mis muslos fueron hechos por un gato que me atacó? ¿Qué tiene en la cabeza? ¿El vacío del espacio exterior o qué?

-Ah… gracias… ¿Leni?- no quise ser descortés con quién me salvó el pellejo y acepté su regalo.

-No hay de qué- sin pena alguna me palmeó la cabeza como si yo fuese una niña chiquita, pero extrañamente, no me molestó para nada su acción -oye, ¿No quieres acompañarme al Centro Comercial luego de que acaben las clases? Tal vez ahí encontremos más cosas que te protegerán de gatos molesto, ¿Qué dices?

¿Oí bien? ¿Una chica mayor que yo me está pidiendo salir así como así con ella en una absurda búsqueda por elementos de protección contra felinos furiosos? ¡Sin dudas estoy alucinando!

O era demasiado amable para continuar con esa preocupación tan subnormal o no tenía nada mejor que hacer en su vida. Tal vez sean las dos cosas.

Pero como yo tampoco tenía nada mejor que hacer, decidí seguirle el juego. Total, ¿Qué sería lo peor que pudiera pasar?

-Está bien, no veo nada malo con eso- tuve que taparme los oídos por el chillido de emoción que ella soltó, como si se hubiese ganado la lotería o algo así.

-Vas a ver cómo nos divertiremos mucho- palmeándome de nuevo la cabeza, dio media vuelta para irse… e impacto contra una pared porque cerró los ojos nuevamente.

-¿Estás bien?- no supe por qué quise acercármele para verificar que no le haya pasado nada grave, pero sentía que era por algún motivo de deuda porque si ella mostró gran preocupación por mí lo más "lógico" sería que le devolviera el gesto.

-Sí, sí, lo estoy… como odio cuándo me pasa esto- se quejó sobándose la cara, pero el enojo no le duró mucho y se fue de lo más alegre dejándome de nuevo con la duda de si en verdad todo esto ocurría.

Habiendo ya acabado las clases, cumplí con acompañar a Leni al Centro Comercial. Al principio pensé que me moriría del aburrimiento y ella se olvidaría rápidamente de mí al dejarse poseer por algún deseo de ir a ver lo último en moda, pero ella lo primero que hizo fue llevarme a una tienda de animales para comprar un montón de tonterías que supuestamente me protegerían de la ira de cualquier gato.

Pese a lo ridículo de eso, debía reconocer que era aún más considerada de lo que ya demostró con anterioridad por gastar de su bolsillo en cosas que cree que alguien más necesita. ¿Cuántas personas más así hay en este mundo? ¿Una en un millón?

Pero no terminó ahí, sino que me hizo un "pequeño tour" por el lugar revelándome que en realidad trabaja ahí y a los empleados les dan un 50% de descuento en cualquier cosa que compraran y por lo que pude apreciar era muy querida y estimada por todos los más.

Todo lo opuesto a lo que soy yo…

Me contaba de lo más alegre muchas anécdotas que ha vivido ahí, junto con las de su familia (Que admito pueden ser de lo más bizarras y ridículas difíciles de creer) siendo un completo libro abierto que nada tenía que ocultar siendo lo único malo de esto que contaba cosas de índole personal que se supone nadie debe saber.

-… entonces le dije a Lori: ¡Mira lo que le hiciste a mi ropa interior, Lori! Cuando te la presté estaba toda limpia y blanquita y ahora esta como que la hubiera usado un cerdo.

-A lo que ella me dijo: Leni, esa no es tu ropa interior, es la ropa deportiva de Lynn que tú cogiste por accidente y ella no tuvo más opción que tomar la tuya para el partido de hoy. No te sorprendas si cuando te la regrese literalmente parezca que la usó el más desaseado de los cerdos.

-Y tuvo toda la razón, ¡Cuando Lynn me la devolvió estaba de lo más asquerosa! Todo por culpa de un pequeño descuido de mi parte- finalizó ese relato riendo un poco para darle un sorbo a la malteada que compró.

Durante unos segundos mi mente no supo que expresar ante tal historia tan petulante, hasta que dentro de mí empezó a formarse algo, una sensación, un sentimiento que no había tenido en mucho, mucho tiempo, pero que no supe mostrar en un inicio, más bien, que no quise hacer pero que me fue imposible no suprimir por más tiempo.

-Gru… Burf… Arg… ¡WAJAJAJAJA! ¡¿En serio pasó eso?!- no pude contener la atronadora carcajada que salió de mi boca y escupí la malteada que ella me compró y tuve que golpearme varias veces el pecho para no atorarme.

Ella logró lo imposible, ¡Logró hacerme reír como nunca antes lo había logrado! Y solo tuvo que contarme una vivencia tonta que era de lo más normal para ella. Tanto había pasado desde la última vez que solté una genuina carcajada, que al hacerlo era para mí la misma sensación que siente alguien que toma agua luego de pasar una eternidad en el desierto.

-¡Claro que sí! Y lo peor es que Lynn me reclamó porque según ella al lavar su ropa interior le quitó una de las cosas que le dan sus habilidades atléticas- siguió hablando ella.

-Debe ser de lo más loco vivir con unas hermanas tan particulares como las tuyas- tomé la palabra aún con rastros de risa e ingerí de la malteada para recuperar la compostura.

-No tanto cuándo se ha vivido el tiempo suficiente con una familia que a pesar de sus diferencias al final del día se mantienen juntos por el fuerte amor que se tienen unos a los otros- también le dio un sorbo a su malteada -¿Y qué me dices de ti, Maggie? ¿Cómo es tu familia? ¿También tienes hermanos o algo así?

De inmediato toda la desbordante risa, dicha y buen humor que me produjo su relato desapareció. ¿Cómo le iba a decir que es por culpa de la poca atención de mis padres uno de los principales factores por las que soy un emo con un casi nulo sentido del humor capaz de contemplar el suicidio como forma para resolver los problemas de la vida?

No quería que el animado ambiente entre nosotras se arruinase por la triste realidad en la que vivo, así que desvié la mirada pensando que decirle, pero ante mi silencio ella me vio confundida y abrió la boca para hablar, pero su celular sonó.

-Dime, Lori. ¡¿Qué Lisa creó otro monstruo de basura que se está comiendo nuestras cosas?! ¡Sí, sí, voy enseguida! Lo siento, Maggie, pero se presentó un problema en casa. ¿Nos vemos en la escuela otro día?- pidió parándose de su asiento y tomando su bolso.

-Eh… sí, claro, no hay problema. Gracias… gracias por todo- bastante apenada me sentí por solamente decirle esto, aunque también me puse algo triste que nuestra "cita" terminase de esta manera, pero al menos no debía darle detalles personales de mi vida.

-Me divertir mucho en nuestra salida, espero volverlo hacer otra vez- volvió a palmearme la cabeza -no olvides lo que te conseguí para que los gatos no te vuelvan a arañar, ¡Hasta la próxima, Maggie!- agitó la mano igual a como lo hizo en la enfermería de la escuela y se retiró a toda prisa dejándome con las cosas que me compró.

-Sí… hasta la próxima… hasta la próxima…- no me di cuenta de cuándo también agité una mano teniendo una sonrisa bobalicona ya no pensando en lo que me angustiaba.

Fin del flash back.

Ese el inicio de una peculiar amistad entre ambas y que fue un salvavidas en todo el sentido literal de la palabra para mí. Ella, sin que lo supiera, llegaba a completarme en todos los aspectos, compensando muchas de las cosas que hacían falta en mi vida.

Tan alegre, positiva, risueña, optimista, viendo siempre el vaso medio vacío, jamás negándose en darle una mano a cualquier persona que crea que está en apuros igual a como lo hizo conmigo, nunca dejando que sentimientos como ira, dolor, tristeza u otros parecidos la dominasen por mucho tiempo superándolos en menos de un chasquido para volver a ser la misma de siempre.

¿Quién no se vería bien influenciado por alguien así?

Era mi completo opuesto (Sin contar lo torpe y despistada que ella podía ser en muchos aspectos) y como dice ese viejo y trillado refrán: "Los opuestos se atraen" porque siempre intenté tener una buena excusa para estar a su lado y contagiarme de su buena actitud que de a poco me quitaban lo cascarrabias junto con cualquier pensamiento de auto-exterminio y dejase de ser una emo total revelándome de paso que pese a todo lo que me ha pasado aún tenía dentro de mí la suficiente humanidad para sentir fuertes emociones por otra persona.

Desde que el idiota que me hizo añicos el corazón nunca creí que este volvería a latir de ese modo por alguien más y mucho menos con alguien de mí mismo sexo, y a diferencia de muchas otras personas que al pasar por una situación parecida lo niegan rotundamente acomplejándose de todas las formas posibles, yo si soy honesta conmigo misma aún por más que siga siendo muy emo en varios aspectos y no me da vergüenza alguna reconocer lo que siento por esa tierna rubia de lentes negros.

Pero una cosa es admitirlo y otra muy diferente es decirlo. Por eso ahora estoy como estoy, indecisa y con miedo de que al decirle lo que en realidad siento por ella decida romper cualquier relación de amistad conmigo dándome nuevamente fuertes motivos para cortarme las venas y no creo que vaya aparecer otra persona en el momento oportuno para detenerme.

¿Será que lo dejo así? ¿No agitar las aguas y no arriesgarme a un corazón hecho trizas teniendo que guardarme lo que siento por el resto de la vida hasta volverme una vieja amargada que se lamenta de su existencia rodeada de puros gatos como lo dije antes?

No sé por cuánto me lo pueda seguir guardando, se lo debo decir de un modo u otro no importa si me corresponde o no, ya sea que mi lado emo y realista siempre haya tenido toda la razón o por algún milagro sobrenatural me dice que también me ama. Vivir con esta intriga por más tiempo me matará antes que el filo de cualquier navaja sobre mis venas.

(….)

Una semana después de ese intento fallido de confesármele, esperaba cerca de la entrada del gimnasio a que ella viniese porque ya iba a comenzar sus clases de Educación Física.

Me apoyé en una pared tiendo las manos tras mi espalda y balanceando algo inquieta una pierna nuevamente nerviosa e intentando reunir todo el valor que me sea posible para decirle de una buena vez lo que siento por ella.

-¡Oh, Maggie! Que sorpresa verte por acá. ¿Cómo estás?- no le pude devolver el saludo enseguida porque no pude evitar verla sonriendo como tonta debido a que usaba el uniforme que usan las chicas en clase de gimnasia y que en algunas no dejan mucho a la imaginación.

-Ah… bien, bien, muy bien por fortuna. Escucha, yo… debo decirte al muy importante- tuve que darme una bofetada mental para reaccionar y no volver a soñar despierta.

-Eh… tú… tú y yo somos buenas amigas, ¿Verdad?- una vez que la pena se me fue, comencé a decirle una de las cosas más clichés que las personas enamoradas usan para confesársele a quién los flechó.

-¡Claro que sí, Maggie! Eres de mi mejores amigas- volvió a palmearme la cabeza tal y como me gusta que haga; gesto que no cambiaría por nada del mundo.

-Sí, tú también, y… es porque te quiero mu-mucho- casi podía jurar que la cara iba a estallarme debido a lo roja que se puso, pero no había vuelta atrás.

-Oh… ¡Yo también te quiero mucho, Maggie! Casi como si fueras otra hermana menor para mí- revolvió mi cabello.

Y aún sin que le dijese lo que en verdad quiero decirle, ya sentía como mi corazón se hacía añicos como un jarrón al que le arrojan una roca. Ella me quiere, pero solo como una hermana, como si yo fuese una de sus locas hermanitas, no del mismo modo que yo a ella.

No podía simplemente echarme a llorar como una nenita y ya, ¡Tenía que seguir diciéndole lo que tanto he querido decirle!

-Bu-bueno, verás, es que tú… yo… ah…- con una lengua enredada y un nudo en mi garganta no iba a lograr nada, así que tosí un poco para tomar aire y continuar hablando -yo… yo te a… a…- justo cuando al fin iba a decirle que la amaba, el celular que lleva en su bolso empezó a sonar.

-Disculpa un momento, Maggie- pidió y contesto ese maldito aparato que tuvo que interrumpirme en el momento de la verdad -¡Ah, hola John! ¿Cómo amaneciste hoy?- alcé una ceja por el modo tan meloso que usó para hablarle a la persona que la llamó y que nunca he visto que use al hablarle a otra persona, ni siquiera a mí.

-¿Quién era?- me esforcé para que mi voz no sonase rasposa una vez que terminó de hablar con quién sea que estaba hablando.

-¡MI LINDO NOVIO! El hombre de mis sueños que desde hace un tiempo me flechó el corazón- juntó las manos a un lado de su cabeza haciendo un exagerado batido de pestañas y soltando un suspiro de enamorada -algún día de estos te lo puedo presentar si quieres… ¿Maggie?

Dejó de hablar al ver como agaché la cabeza temblando de la ira, impotencia… y desmedido dolor que me quemaba el alma mientras hacía el titánico esfuerzo de no ponerme a llorar en frente suyo cerrando tan fuerte las manos que iba a sacarme sangre de las palmas en cualquier momento.

Un novio… ¡UN NOVIO! ¡Ella ya tenía un novio, a un ser que ocupa ese dichoso lugar especial en el corazón de uno! Y yo como una perfecta imbécil ilusionada vengo aquí para decirle cuánto la adoro.

Ya puedo oír perfectamente a mi emo interior diciendo: "¡Te lo dije, gran estúpida! Miles de veces te dije que no te ilusionaras porque este no es un cuentecito de hadas, ¡PERO NO! Debías seguir teniendo esas falsas esperanzas que al romperse te harán sentir un dolor peor que mil apuñaladas en el corazón. Espero que estés feliz con el resultado"

-¿Estás bien, Maggie?- Leni me tomó de un hombro al notar como gimotee apenas evitando que cataratas de lágrimas se me salieran.

-Sí, sí, yo… ¡Debo ir al baño!

No podía permitir que me volviera a ver en un estado tan lamentable y fui corriendo al baño de chicas encerrándome por increíble casualidad en el mismo cubículo en dónde ella me halló.

Y de nuevo estoy como al principio: devastada, solo que ahora mil veces peor que hace un año.

Maldito sea el amor… solo es una ilusión y nada más que al romperse genera en tu interior el peor de los tormentos… haciéndote desear el dulce sabor de la muerte que te soluciona los problemas de la vida… porque nunca más deberás lidiar con estos.

Si tan solo hubiera sido fiel a mis viejos principios y códigos de emo al no abrir mi corazón así… no estaría agonizando como lo estoy ahora.

Al secarme las lágrimas lo mejor que pude, vi tirado en el piso un cortaúñas que tiene adosado una pequeña navaja con la que las chicas nos quitamos el sucio de las uñas.

Esta… esta era una señal. No era casualidad alguna, este sería ahora mi salvavidas para quitarme todo lo que me aflige. Así que lo tomé y vi fijamente el filo que por instantes brilló incitándome a hacerlo, a terminar lo que dejé inconcluso esa vez.

Tomó aire por última vez, cierro los ojos pensando en Leni y su dulce sonrisa dándole las gracias por todo lo que hizo por mí y presiono la hoja contra la muñeca izquierda dando el primer paso para nunca más sufrir.

Primer y único capítulo de esta historia completado el 01/04/2021.

Y así es como termina este fic enfocado en esta pareja tan súper Crack. Es una pena que así haya acabado, pero no todos los romances pueden terminar con un "Y vivieron felices para siempre"

Por lo que no me queda más opción que decirles… ¡LERO, LERO, LERO! ¡OTRA VEZ LES HE TOMADO EL PELO! ¡ÑA, ÑA, ÑA, ÑA! (me bajo un párpado y saco la lengua)

¿En serio pensaron que así terminaría esta historia? ¡Claro que no! Solo fue una pequeña bromita, ahora continuemos con el resto del fic ;)

No… no puedo… ¡NO PODÍA HACER ESTO!

Tiro con furia el cortaúñas y me golpeo fuertemente los costados de la cabeza.

¡¿En serio estuve a punto de caer tan bajo nuevamente?! ¡¿ES QUE ACASO NO HE APRENDIDO NADA EN TODO EL TIEMPO QUE HE PASADO JUNTO A LENI?!

Una completa estúpida de primera clase es lo que yo soy. Muchos la tachan a ella como cabeza-hueca e incluso como retrasada metal, ¡Cuando la única idiota soy yo al tratar de tomar la ruta fácil y no tener el coraje para afrontar los problemas de la vida!

Gracias a su enorme influencia es que he sabido apreciar el verdadero valor que tiene la vida y no cortarla de tajo como si fuera una mala hierba.

Lo único que puedo hacer es desearle buena suerte a Leni con su media naranja y que sea feliz como se lo merece y que nunca pase por lo mismo que he pasado yo.

(…)

Al menos podía seguir siendo su amiga y gozar de su invaluable compañía como lo hemos hecho hasta ahora sin que nada haya cambiado para mal… excepto tal vez que debes en cuando la veo con ese tal John por el que suspira como hipnotizada, jamás sabiendo lo que yo en verdad siento por ella.

Pero es mejor así. Con tal de seguir a su lado y no perder su amistad debo morderme la lengua y nunca contarle sobre lo que en verdad siento, pues que así sea.

Aunque solo me gustaría saber… lo que se siente ser amada y apreciada por alguien más así como yo lo hago y seguiré haciendo por ella.

-Ah…- gemí apoyando nuevamente la cara en la mano izquierda ahora dibujando un corazón roto de color negro teniendo encima la frase: "El Corazón de un Emo" porque ese parece ser siempre el destino de los emos, que nuestros corazones, sueños y esperanzas cuando menos lo esperemos se nos hagan añicos.

-Maggie- me llamó Haiku, una de mis amigas en el club de lectura de la escuela -¿Te pasa algo?

-Nada… no me pasa nada- con un final suspiro cerré el cuaderno en dónde hice el dibujo.

-Oye, Maggie. Yo… yo quería… quería decirte algo- la vi confundida por el tono penoso que usó para volver a hablarme.

-Eh… dime- alce una ceja cuando ella en vez de seguir hablando enseguida, desvió la mirada con… ¿Un ligero rubor en sus cachetes?

-Es que… oí que en la Avenida Richard se abrió una nueva tienda de libros de horror y yo… me preguntaba si… ¿Quisieras acompañarme?- pidió sin verme a la cara y sonriendo muy apenada.

Por un momento no supe que decirle, es decir, a mí también me gustan un los temas tenebrosos y oscuros, pero no tanto como al nivel de ella o de una de las hermanitas de Leni, Lucy, así que no entiendo por qué me pidió…

No, un momento. Esa pena que tiene… su lenguaje corporal… y el tono de voz… lo he visto antes… ¡EN MÍ CADA VEZ QUE QUERÍA ESTAR SOLA JUNTO A LENI!

Eso significa… ¿Qué yo le gusto a Haiku? ¿Qué ella está enamorada de mí?

Era… ¡ERA IMPOSIBLE! ¿En serio ella suspira por mí o estoy malinterpretando las cosas?

Debido al modo en como ahora actúa conmigo (Y que a diferencia de Leni, yo no me demoro tanto en descifrar los pensamientos por los demás gracias a su forma de actuar) no tengo dudas al respecto en que yo despierto en mi amiga sentimientos parecidos a los que ella despertó en mí.

Ahora resulta que los roles se invierten… ¿Qué le voy a decir? Solo la veo como una buena amiga mía y ya, no quiero darle falsas esperanzas o romperle el corazón como me pasó a mí, ella no se merecía sufrir como yo.

Pero… no sé, ¿Esta es alguna clase de oportunidad que se me está otorgando para que mi pobre corazoncito se cure de esa profunda y sangrante herida?

Un pensamiento de lo más cursi y muy trillado cabe decir, pero, ¿Por qué no intentarlo? Total, si el amor de Leni está fuera de mi alcance, eso no significa que deba cerrarme a la posibilidad de volver a amar a alguien más, por algo estuve perdidamente enamorada de ella por un año, ¿No?

-Claro, Haiku. Cuando quieras- ella apenas pudo contener un grito de emoción que casi sale de su boca.

-Bi-bien, nos vemos cu-cuando finalicen las clases- en sus ojos vi el mismo brillo de ilusión que yo he tenido tantas veces antes.

Sonreí con algo de gracia al verme reflejada en ella. Quién sabe, puede que algo bueno salga de esto y con su ayuda calle la voz del emo que me atormenta por dentro y solo florezca la de la chica que pudo sonreírle a la vida gracias a la influencia de aquella rubia que me hizo ver que por más oscuro que esté un abismo, siempre habrá una luz al final del túnel.

Ahora sí, historia completada el 01/04/2021.

Y eso fue todo (de inmediato saco un paraguas y uso como escudo para defenderme de la comida podrida que me lanzan junto con miles de insultos) ¡Ya, ya, ya! ¡No es para que se pongan así!

Si hice eso de este modo son por tres muy buenos motivos:

Primero: como lo dije en las notas de autor del inicio, no se me había ocurrido una buena trama para esta pareja tan Crack, por lo que tuve medio improvisar descartando diferentes ideas hasta que decidí implementar la que consideré mejor porque entre mis otras opciones estaban la de una historia bien súper triste y emotiva… o solamente una simple troleada y nada más XD

Segundo: si se preguntan por qué hice (de nuevo) un falso final tomándoles el pelo, es porque… ¡Pues porque hoy justamente es primero de Abril, el Día los Inocentes en USA! Y naturalmente no iba a desaprovechar una oportunidad de bromear así XD (me cubro otra vez con el paraguas)

Tercero: en cuanto a porque retraté a Maggie de este modo, es porque me resultó muy, pero MUY difícil manejar una historia desde el punto de vista de un personaje que supuestamente es demasiado "oscuro y nada animado" como muchas personas la retratan, y porque como no se mostró mucho de ella en la serie Canon más allá de que sea emo (o gótica o lo que sea) me tomé cierta libertad al momento de darle personalidad y el cómo se enamoró de Leni.

También me resultó difícil porque ésta en verdad es una de las pocas veces que he hecho Yuri en mis casi 200 fics (Se me cae la cara de la vergüenza XD) así que háganse una idea de lo difícil que es retratar a una ema que casi se corta las venas que de a poco se enamora de quién le salvó la vida y que se trata de alguien de su mismo género.

Y finalmente, sé que la parte en la que Haiku fue medio abrupta y que fue más bien un comodín, pero es que no quería dejar solita y sin más a la pobre de Maggie, además de que me inspiré en algunos fics y Fan Arts en dónde las ponen juntas… en situaciones que mejor no digo o me borran el fic XD

Antes de irme, también digo que hice este fic es porque a finales del año pasado dije que haría historias sobre personajes olvidados de la serie cada primero de mes, y aunque ciertamente Maggie no es un personaje olvidado en el Fanfom, si lo es en la serie Canon.

Así que a ver cuánto tiempo pasará antes de hacer otra historia enfocada en otro personaje apreciado por los fans de la serie pero que pocas veces ha aparecido en esta ;D