Greetings!

Les traigo un nuevo Korvira :3

Será solo un pequeño tri shot

Enjoy.


Capítulo I

"Al fin te conozco, Avatar"


No importa, me repito una y otra vez. No importa que tenga 17 años y yo 21. No importa. Que ella sea el avatar realizado y completo más joven del que se tenga registro. No importa. Que yo sea la Capitán de la Guardia de Metal, que tengo obligaciones aquí. No importa.

No importa.

Me repito.

No importa.

Estoy tan nerviosa. Jamás había estado tan nerviosa. Ni siquiera cuando presenté la prueba para este trabajo, hace dos años.

No importa.

Que ella sea una mujer. Y yo también.

No importa.

Al Avatar Kyoshi le gustaban también las mujeres. ¿Será cosa de avatares?

Nada de eso importa.

Porque yo ya no aguanto.

Han sido tan pocos días, y yo solo he observado. Ese es mi trabajo. Observar y cuidar a la familia de Su. A la ciudad entera. Pero observar tiene un costo, percibo más cosas de las que me podrían gustar en la mayoría de los casos. Cuando aprendes a camuflarte con la habitación, con el trasfondo de todo, a moverte silenciosa por todas partes, la gente te empieza a ignorar sin querer. Eso es a lo que aspira el mejor guardia y yo siempre soy la mejor. Nadie me nota si yo no lo quiero. Encuentro a la gente haciendo cualquier cosa delante mí como sino estuviera presente, y supongo que eso es lo mejor que me puede pasar como guardia. Pero no ahora. No cuando quiero que ella me note. Quiero que me mire como la miro yo a ella. Como la observo.

Necesito sus ojos azules sobre los míos.

Se quedarán unos cuantos días gracias a que Opal es la maestra aire que han venido a conocer. Quién diría que por una vez, Opal haría algo que me beneficiará, aunque ella no sepa nada.

Empiezo lento. El primer día, la saludo mientras desayuna con sus amigos. Después, durante la cena, también me escabullo al comedor y los saludo. Algunas ventajas tiene el ser la capitán. Tengo privilegios de poder intimar un poco más con los invitados sin que sea raro, pues mientras mejor los reconozca, mejor podré hacer mi trabajo. Por la mañana siguiente, el avatar mismo es quien me saluda, al verme de pie guardando sus alimentos. Además de fuerte y sagaz, es amable. Su amiga, una niña ricamente maquillada, me mira de nuevo, evaluándome. ¿Así que tengo competencia?

No importa.

La competencia solo lo hace más interesante.

Las observo con cuidado a las dos a lo largo del día, y veo que trabajan coordinadas y la chica, Asami, no se separa de ella. Korra no parece notar nada, así que de momento solo son amigas. Por la noche, despido a mi compañero felicitándolo por un excelente turno sin incidentes. Yo sola basto para guardar una cena entre estos amigos. Korra es la primera en notarme, aunque yo miro impasible hacia una pared. Me saluda y todos los demás lo hacen. Me invita a compartir la mesa con ellos y yo, asombrada, aceptó. Pasamos unos minutos encantadores, donde me preguntan sobre cómo es crecer en Saofu y Korra me cuenta a cambio su experiencia con el metal control. Cuando se enteró que soy la mejor alumna de Su, insistió en medirse conmigo, y yo no puedo negarme. Saboreó el sinsabor de Asami, porque aunque es hermosa de un modo que yo nunca lo seré, tengo más cosas que ofrecerle al avatar. Y también puedo ser una amiga atenta y leal.

Estoy emocionada.

Ella es increíble, un autentico prodigio. Yo tarde años en pulir mi técnica al nivel que ella lo ha llevado en solo unos días. Maneja además el metal espacial con una soltura maravillosa que no puedo evitar relacionar con su agua control. A pesar de todo, no va a ganarme con solo un par de días manejando algo que yo llevo años dominando. Pero es vivificante, totalmente un reto delicioso intentar vencerla en un combate "tradicional" y en un partido de Disco de Poder, el deporte que están puliendo todavía Win y Wei.

Asami la mira con ojos posesivos y brillantes durante cada pase. Y al final no deja de emocionarse sinceramente por el deporte. Es una no maestra tan limpia como lo fue Opal en sus mejores momentos, rodeadas de maestros, no hay amargura en la relación con sus amigos. Entiendo por qué Korra se siente bien a su lado. El maestro tierra es un buen chico, pero muy bobalicón y el maestro fuego es tan ensimismado, y mira a todos suspicazmente, como si él fuera el guardaespaldas de todos. Yo soy aquí la que vigila, flamita. Y Asami es inteligente y asertiva, y pronto me doy cuenta que no es solo una cara bonita, al ver como ayuda a Korra a practicar su lucha cuerpo a cuerpo, e incluso se mide con Flamita, incapacitándolo con una llave que le deja la mano torcida.

Pero pronto mis planes se ven truncados, como siempre. Un ataque en el mismo centro de las habitaciones para invitados. A pesar de las advertencias y de la perfecta seguridad que tenemos. Un maestro lava. Jamás pensé que fueran reales. Y una maestra combustión. Esto se pone cada vez mejor. Ella es su principal arma, no podemos acercarnos. La tienen, maldición, la tienen. Todo sucede tan rápido, pero por lo menos puedo ayudarlos a rescatarla. Verla inconsciente en medio de los criminales me asustó mucho más de lo que hubiera imaginado.

No importa.

Ella está bien ahora.

Redoblo la guardia sin que Su me lo tenga que decir dos veces. Todos los guardias son sometidos a interrogatorio, y yo estoy presente en cada uno. Por suerte para mí, no se tratan temas personales en estos. Nada me delata. Korra está totalmente recuperada y todos buscan con desesperación el modo que tuvieron para lograr infiltrarse esos sujetos. No dejo de pensar en la expresión de Asami, la impotencia, y aún así en su delicada ropa de dormir, no huyó jamás de la pelea. No es una tonta que se arriesgue sin pensarlo, pero estoy segura que si hubiera tenido una oportunidad, la hubiera tomado para rescatar a nuestra Avatar.

No lo dudo, porque yo hubiera hecho lo mismo. Ahora la respeto más. Esto ha dejado de ser un juego, si es que alguna vez lo fue.

Una explosión. No de nuevo.

El traidor no es otro más que Ai Wei. No tiene sentido. Crecí con él rigiendo la seguridad de esta ciudad, y nunca tuvimos ningún motivo para dudar. Pero las pruebas son contundentes y al mismo tiempo no puedo dudar de Korra. Y Suyin tampoco. Los deja irse. Y yo debo de quedarme. Cumplir con mi deber nunca me pesó tanto como verla partir junto a sus amigos, con la sonrisa de suficiencia que me dedicó Asami, al volante, claro, la piloto prodigiosa. Ella sabe. Sabe que yo sé, y le gusta igual que a mí la competencia. Fui una ilusa al no darle más consideración.

Ahora por fin tenemos noticias de ellas. La Reina Tierra ha caído. Ba Sing Se es un caos. Pero los maestros aire, y entre ellos Opal, están todavía en peligro. Ni siquiera aunque la misma Suyin me lo hubiera pedido me quedaría atrás esta vez. Se dan cuenta que contar con la Guardia de Metal nos da mayor probabilidad de someter al Loto Rojo. Todos vamos hacia allá. Escuchar que Korra estaba sana y salva fue un alivio impresionante.

No tenía nada más que hacer que apoyarla. No puedo sino más que aceptar bajo su fría e implacable lógica que el plan donde ella misma se pone de carnada es la mejor opción que tenemos, ante el formidable enemigo al que nos enfrentamos. De todos modos, con dos líderes mundiales aquí, uno de ellos el propio padre del Avatar, mi opinión no cuenta mucho. Me han traído como apoyo y fuerza de ataque, no para escuchar lo que tenga que decir.

Y eso tampoco importa.

Porque cuando he visto la expresión firme y decidida de Korra, se que no importa nada de lo que pudiera decir, no va a retroceder. Mi admiración solo crece. Y al ver como se refugia con Asami, mi corazón se estruja, esos pocos días a solas le han dado una gran ventaja sobre mí.

Tampoco importa en estos momentos.

Yo pelearé junto al avatar y no ella.

Empezamos a escalar y la función está a punto de empezar.


Un pequeño escrito que espero les agrade a todos.

En el siguiente veremos un poco de la pelea, y lo que piensa Kuvira sobre todo lo que pasa.

Namaste.