Lucius estaba feliz de que hubieran ganado la guerra. Era el nuevo Ministro, las viejas tradiciones habían sido recuperadas, y el honor del Mundo Mágico estaba en auge.

El único problema era mantener el secreto. Un secreto que podría tirar abajo el nuevo régimen.

Tragó saliva, no quería entrar. No quería verlo de nuevo.

No sabía cuántos mortífagos lo sabían, pero le perturbaba la idea de que alguien más supiera.

Golpeó en la puerta del estudio, y entró al escuchar respuesta.

Allí estaba Lord Voldemort y Potter. O mejor dicho, el cadáver de Potter. El Lord Oscuro lo llevaba consigo por la mansión desde la última batalla. Tomaba el té con él, escuchaba los reportes con él, y hasta dormía con él.

Lucius realmente no quería saber si todo lo que hacía era dormir. Estaba completamente obsesionado con Potter.

—Buenas tardes, mi lord. Vengo a dar mi reporte.

—Lucssssiussss. —La voz serpentina le generó un estremecimiento, no sabía si era que lo había molestado o era solo la lengua bífida de su serpentino semblante—. ¿Cuántassss vecess tengo que repetir que no ignoresss a Harry?

—Ah —Sí, ya habían pasado por esto antes, pero Lucius prefería intentar ignorar el cadáver—. Mi lord… Potter está muerto.

Probablemente podría olerlo si se acercaba. Por suerte nunca había tenido que hacerlo. Lord Voldemort no gustaba de la idea de compartir el espacio de su trofeo de guerra.

—Esa no es razón para ser descortés —comentó Voldemort con una sonrisa aterradora.

A veces, en pequeños momentos de locura, creía que Voldemort solo hacía esto para molestarlo.

—Potter… —Saludó con una venia, rindiéndose.

—Lord Potter —corrigió Voldemort.

—¿Lord? —Preguntó Lucius confundido.

—Finalmente, Harry ha accedido a rendirse.

—Oh. Esas son buenas noticias… —Ah, sí. El cadáver de Potter supuestamente hablaba, y sólo Voldemort lo podía escuchar.

—Así es. Sólo necesitaba un poco de cariño y cuidado… no creerías las cosas que el lado de la luz hizo con él —comentó Voldemort inclinándose a acariciar la mejilla del cadáver.

¿Qué podía haber hecho Dumbledore con el chico? Severus muchas veces decía lo malcriado que era. Pero no iba a negarle a su Lord que podía escuchar a Potter. Esa lección ya la había aprendido.

—Quiero que hagas los preparativos para la boda.

—¿Qué... boda? —Preguntó Lucius poniéndose blanco. Seguramente no… ¿Verdad?

—La nuestra, por supuesto. Sellaremos la alianza de este modo. Y así aseguraremos el nuevo régimen.

Oh, por Morgana, no.

—Mi lord, me temo que el Mundo Mágico no se tomaría a bien que tenga nupcias con el cadáver de su Salvador. Por mucho que Potter y usted estén de acuerdo.

—Oh… Harry no está de acuerdo. Pero lo estará. Le mostraré lo persuasivo que puedo ser —concluyó en un ronroneo, y Lucius sintió vómito en su garganta.

—Ya veo… Sí… lo… haré…


—Nuestras fuentes indican que la nueva legislación para traer de regreso el ritual de parejas del mismo sexo es en realidad por que el Lord Oscuro está enamorado. ¡Ja! Por una vez tienen más razón que el Profeta… escucha esto jajajaja, por las bolas de Mordred, es genial.

Lucius se frenó al escuchar la voz de Barty Crouch Jr. saliendo del comedor. Cuando se acercó, apenas podía creer lo que estaba viendo. Crouch estaba con Potter -su cadáver- leyéndole el Quibbler, esa ridícula revista amarillista.

—Nuestra fuente no sabría precisar quién es el afortunado. Por lo cual queremos escuchar la opinión de nuestros lectores. Y pusieron una maldita encuesta, ¿puedes creerlo? Lamento decir que no estás en la lista, pero estoy orgulloso de estar, voy a votar por mí, si no te molesta.—Crouch tocó con la varita la revista y se la mostró a Potter—. Rayos, Lucius me va ganando y está casado. La vida es injusta, no soy popular ni en una encuesta de amantes.

—Crouch… ¿qué rayos estás haciendo?

—Oh, Lucius… leyéndole las noticias a Harry.

—¿El Lord Oscuro sabe que estás haciendo esto?

—Por supuesto. Es nuestra rutina de martes y jueves. Los domingos me toca Teoría Mágica. Harry es un poco duro para la parte práctica, ja.

—¿Quieres decir que tú sabías de esto desde hace un tiempo?

—Varios meses. Aparentemente, Harry se aburre y yo le caigo bien.

Lucius se pasó la mano por la cara.

—Crouch… es un cadáver.

—Bueno, sí, es difícil cuando no puedo escucharlo. Pero el Lord Oscuro luego me explica cómo adaptarme, creo que hemos logrado una buena dinámica.

—Así que… ¿tú realmente crees que puede escucharte?

Crouch lo miró como si estuviera loco, ¡él!

—No seas irrespetuoso con los muertos. Pfffff.

—¿Y no tienes miedo que le cuente a nuestro Lord que haces bromas respecto a su… condición?

—Los hombres muertos no cuentan cuentos, Lucius, je. No. No todo el mundo tiene un bastón en el culo. A Harry le hacen gracia mis chistes. En especial los de salir del closet, ¿a que sí? —Codeó al cadáver como si le fuera a contestar.

Estaban todos locos en ese lugar.


Si Lucius creía que las cosas ya eran bastante malas, no estaba preparado para entrar a la oficina y ver a Voldemort con Potter sobre sus piernas, acariciando sus cabellos. Parecía como si una serpiente gigante se hubiera conseguido un muñeco. Era horriblemente perturbador.

—La legislación fue exitosa, y las preparaciones de la boda están en marcha. El evento será privado y tratado con sumo secretismo para evitar toda posibilidad de una revuelta.

Lo de la revuelta era cierto, pero sobre todo quería evitar que supieran que quería casarse con un maldito cadáver.

—El problema surge con la ceremonia. Me temo que los actos deben ser realizados por los novios en completo consentimiento y libertad.

Voldemort asintió con suavidad y una terrible sonrisa se formó en su rostro.

—No es un problema. Harry ha aceptado nuestra unión, y comprende que debe dejar su estado actual de inmovilidad para ese momento.

¿Cómo haría eso? ¿Posesión? ¿Hechizo marioneta? No quería saberlo.

—Oh, y Lucius… Harry dice que deberías relocalizar tu bastón.

Crouch hijo de puta, ¿qué rayos le había dicho al Lord Oscuro?!


Lucius se acomodó por tercera vez las solapas de su túnica de gala. No quería asistir a la boda pero el Lord Oscuro le había pedido que acudiera temprano, y si no lo hacía… bueno, sus Crucio no habían disminuído ni un poco su poder.

Voldemort se encontraba allí junto a Crouch y el cadáver de Potter, los tres parados en el vestíbulo de la oficina matrimonial donde se realizaría el posterior registro. Cuando Lucius se acercó, el cadáver de Potter giró la cabeza de pronto hacia él.

—¡AHHHH! —Gritó sin poder evitarlo.

—Jajajajaja. Gritó, por Morgana, Barty, te debo 10 galeones.

Crouch y el ¿cadáver? de Potter chocaron sus manos riendo.

—¿Po… Potter?

—Lo siento, sr. Malfoy. La tentación me ganó.

—¿Estás… vivo?

—Sí. No era muy cómodo lo otro, he de admitir.

—Estás vivo.

—Así es.

—Vivo.

—Oh, vaya creo que se ha roto algo en él. Escucha, Malfoy. Barty va a ser mi testigo, necesitamos uno más. Aún no estoy listo para revelar que estoy vivo. Tengo miedo de que generen alguna clase de culto alrededor de mí y terminemos todos comiendo huevos de chocolate y roscas con bebés dentro.

—¿Qué?

—Ah, finalmente se recuperó. ¿Acepta?

—Ugh…

—Genial.

Potter lo agarró del brazo y tiró de él mientras Crouch seguía riendo como una hiena.

—¿Cómo reviviste?

—Es una larga historia. Pero podemos resumirla en que Voldemort me llevó a una cueva, me cubrió con la Capa de la Muerte y en tres días me levanté.

—¿En serio?

—Nop.

El resto de la ceremonia pasó en un estado de suprema confusión para Lucius. La peor parte probablemente fue verlos besarse. ¿Sería como besar un cadáver? ¿Estaba realmente vivo o era un hechizo? ¿Podía la magia evitar por completo el decaimiento del cuerpo? ¿Cuántos días pasaron antes de que lo aplicara?

Todo lo que podía recordar era a Voldemort saliendo del bosque prohibido con el cadáver de Potter como un trofeo. Nadie sabía qué pasó con el cadáver en ese momento. Lucius lo vio recién un mes después.

¿Lo habría guardado ese tiempo en el armario?

Lucius realmente no quería saberlo.