Muchas gracias a mi mejor amiga por editar/betear mis fics de Superman :)

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Conversaciones y verdades

Superman aterrizó tan cerca de los gemelos como se atrevió. Parecía que todas las unidades de emergencia del pueblo y hasta el canal de televisión local estaban en la mina. Asegurándose de que no hubiera nadie cerca, se cambió a su ropa civil más rápido de lo que los ojos humanos pueden detectar. Ahora tenía que encontrar a sus hijos.

No se había recuperado del todo de la caída. En su pecho aún podía sentir el eco de la puñalada que le dio el extraño en la armadura. Un pequeño desvío a las partes superiores de la atmósfera habría sido suficiente para curarse y recuperar su energía, pero la urgencia en la voz de Lois lo había convencido de volar por la ruta más rápida a Smallville.

Entre la cacofonía de sirenas y voces, Clark buscaba a sus hijos desesperadamente. Encontrarlos habría sido sencillo, pero su angustia mental y el cansancio físico le pesaba en los huesos cortesía de la kriptonita.

Finalmente, la voz de Jonathan llamó su atención. Su hijo se abalanzó hacia él y Clark lo abrazó tratando de recordar la última vez que había visto a Jon correr hacia él con esa expresión de miedo. No importaba si su energía estaba baja, parte de su mundo ya estaba en calma. Podía pretender ser el padre incansable e invulnerable por su hijo.

Uno de los bomberos llamó su atención, pero Clark estaba algo aturdido. ¿Acaso era Kyle, el esposo de Lana, quien hablaba? Sí. El bombero le indicó que Jordan estaba bien. Tenía mucho que agradecerle al hombre. Mientras él, el ser más poderoso del planeta, caía sin control hacia la tierra, Kyle estaba ayudando a sus hijos y a otros niños de Smallville. En verdad estaba agradecido con el bombero y con un par de miradas ambos habían resuelto parte de sus diferencias. Sus hijos estaban primero que cualquier rivalidad.

Su atención regresó al joven que tenía entre sus brazos. ¿Qué había sucedido exactamente? Jon estaba en shock y no lograba expresarse con claridad. Lo único que logró entender fue que tenía que ver con Jordan.

Clark buscó a su otro hijo. El joven temblaba ligeramente lleno de tristeza, miedo y culpa. El padre supo que lo que había sucedido tenía que ver con el joven de catorce años que lo miraba desde la distancia. Un peso emocional más le cayó encima. No bastaba con el rastro de kriptonita que aún recorría su cuerpo. Su hijo Jordan tenía poderes.

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En la cocina de la granja, los miembros de la familia Kent hablaron de lo que había sucedido. Justo cuando la vida parecía volverse más complicada, al menos uno de sus hijos había heredado su faceta kriptoniana.

Los gemelos se retiraron de la cocina y Clark al fin se encontró solo con su mujer. Dejó caer los hombros y se apoyó en el respaldo de la silla. Sus hijos podían saber ahora su identidad secreta, pero no les había querido enseñar cuán cansado estaba.

¿Qué padre quiere demostrar debilidad ante sus hijos adolescentes?

Sin ellos presentes, podía rendirse al cansancio que lo había apesadumbrado desde el encuentro con el extraño.

El matrimonio habló sobre los errores que habían cometido al ocultar todo lo referente a Superman de los gemelos. Mientras lo hacían, Clark tuvo la revelación de que tal vez era hora de volver a Smallville permanentemente por el bien de su familia. Lois lo consideró unos segundos y tuvo que concordar con él: estaba segura que su suegra hubiera querido ver a su hijo y nietos reconectando lazos familiares y siendo felices en la granja.

Se acercaron y ella le sonrió. Luego de todo lo que él había vivido en las últimas horas, ver el rostro de su esposa y tener la oportunidad de besarla le hizo sentir más fuerte.

Seguía sintiendo algo de tensión en su pecho donde el trozo de kryptonita había estado y aun sentía una debilidad poco usual. Iba a necesitar dormir un poco y una energizante exposición al sol el día siguiente para estar de vuelta en forma.

Clark y Lois se separaron y él se dirigió al pórtico para hablar con Jor antes de irse a dormir. Tenía que estar seguro de que su hijo se sintiera apoyado. No había sido el padre más atento y eso era difícil de admitir, pero el gemelo tenía que saber que de ahora en adelante él y el resto de la familia eran prioridad de Clark. Era hora de demostrarlo que la caída libre le había enseñado.

Poco después, Clark se retiró a la habitación en donde Lois ya lo esperaba en la cama. El hombre dejó caer su peso suavemente en el espacio junto a su esposa. El aroma frutal del cabello de ella lo envolvió. Su cuerpo, que normalmente requería pocas horas de sueño, estaba desesperado por el descanso. Se quedó dormido.

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A la mañana siguiente, Clark salió a caminar en la granja. En silencio contempló el campo. Salvar el legado de sus padres adoptivos no iba a ser fácil, pero ahora que los gemelos sabían de Superman y solo tenía la responsabilidad de padre y esposo estaba seguro que podía manejarlo. Mientras los rayos del sol recargaban su fuerza, Clark sonrió. Cada vez estaba más seguro de que quedarse en Smallville era la decisión correcta.

Con Lois y los gemelos a su lado, todo iba a salir bien.