La invitación había llegado con antelación, para como siempre anunciar que era el momento de la reina para participar en uno de los tantos matchs a realizar tal día.
Como siempre se hubiera de preparar, eligiendo bien cual traje hubiera de utilizar para tal ocasión. Después de todo era una reina y debía vestir como tal.
─Mon chérie, ¿Me pasas eso?─Pronunció Mary, en lo que señala uno de los cuantos accesorios que poseía.
Michiko asintió, procediendo a tomar la caja indicada antes de acercarse donde la otra fémina. ─¿Quieres que te ayude?
─Claro. ─Una leve sonrisa adornó sus labios, permitiendo que la geisha fuera a posicionar el collar, sin antes ir a dar un beso por sobre la nuca de la reina.
─¡! ¡Michiko!─Exclamó Mary con un gran sonrojo, al haberle tomado por desprevenida tal acción.Una suave risa recibió por parte de la otra, mientras proseguía con su actuar y ahora la respectiva tiara fuera a depositar por sobre la testa de adversa.
─Lo siento, pero ya está. ─Michiko procedió a posicionarse frente a fémina, logrando apreciar el cómo lucía. Tan bella como siempre.
─Ah, gracias. ─Murmuró aún afectada, mientras procedía a ponerse los aretes faltantes. Tras ello se hubiera de levantar de su asiento para pasar sus manos por sobre la falda del vestido, arreglando así.
Ya era hora.
─Ya debo ir al match, nos vemos. ─Sonrisa brindó, antes de disponerse a marcharse de ahí.
Michiko le detuvo, afirmando su mano un mero instante para así llamar su atención. ─¿Acaso no olvidas algo?─
Mary se le quedó mirando meros instantes antes de inclinarse y un beso depositar en los labios ajenos. ─Listo.
El rostro de la geisha se volvió tan rojo cual tomate. ─Mary, no era eso. ─El trozo de espejo que la reina utilizara cual arma le mostró. ─Era esto, pero gracias. ─Una leve sonrisa dio, antes de dar un corto beso cuál respuesta.
El color volvió al rostro de Mary. ─. . . Ah. ─El objeto tomó consigo, alejándose así. Tal vez sería amistosa ese día, después de todo necesitaba bajarse esa vergüenza
─Que te vaya bien. ─Suaves risas dio Michiko, en lo que agitara su mano en despedida de la reina.
