El silencio lo estaba ahogando.
O al menos eso era lo que sintió Levi, su cuerpo tenso y cansado mientras se apoyaba contra el marco de la ventana de su habitación y miraba hacia la oscuridad de la noche. Era una noche hermosa, con la luna llena y las estrellas más brillantes de lo que había visto en mucho tiempo, casi como si estuvieran burlándose de él y su desgracia.
Hizo una mueca de dolor cuando cambio su peso de un pie al otro, habiendo olvidado por unos minutos su tobillo lastimado; con la adrenalina evaporándose de su sistema, estaba empezando a sentir sus heridas, incluso descubriendo algunas que no se había dado cuenta que tenía, pero aun así no hizo nada al respecto, eligiendo quedarse donde estaba. Ni si quiera se había cambiado de ropa, así que aún seguía con el mismo uniforme sudado y embarrado. En otras circunstancias se habría sentido asqueado, pero su mente se sintió tan adormecida que no lo procesó demasiado, y solo se quedó ahí.
Pasaron varios minutos, hasta que el ruido de la puerta abriéndose y cerrándose, y luego pasos acercándose a él hicieron que se tensara aún más. No Necesito voltearse para saber quién era, solo había una persona lo suficientemente valiente (o idiota) como para entrar a su cuarto sin tocar. Era la única persona a la que Levi no quería ver ni escuchar en ese momento, pero aun así, no se resistió cuando unos brazos fuertes lo rodearon suavemente desde atrás, tirándolo contra un pecho grande y musculoso.
Ni él ni Erwin dijo nada, solo conformándose con apoyarse contra el otro y respirar. No es como si alguno tuviera mucha energía para algo más, con toda la que gastado gritándose el uno al otro hace un par de horas, asustando a todos los soldados que se encontraban cerca de la oficina del comandante en ese momento, y la que gastaron en la expedición de la mañana.
Levi despertó de su letargo cuando la mano de Erwin se movió lentamente, y con mucho cuidado, como temiendo ser rechazado, comenzó a acariciar su cabello, haciendo que su garganta se sintiera repentinamente más apretada. Si bien no era la primera vez que peleaban, esta había sido por lejos la más intensa, con ambos convencidos de tener la razón. Levi aun creía firmemente que había hecho lo correcto al salirse de la formación para ayudar a su equipo, mientras que Erwin no se tomó de buena manera el ver a su pareja ser agarrado por un titán, a punto de ser devorado por desobedecer sus órdenes. Una vez de vuelta al cuartel, la discusión había subido rápidamente de volumen, alimentada por la adrenalina y el miedo, y muy pronto los gritos iban y venían, cause a ser lo más hiriente posibles.
Quería seguir enojado, el enojo era más fácil de manejar, de entendre, pero estaba cansado , con sus emociones a flor de piel y el nudo en su garganta creciendo rápidamente, impidiéndole respirar con normalidad.
"Lo siento"
La voz derrotada de Erwin resonó en el silencio opresivo del dormitorio, tan diferente a su yo habitual, que hizo que Levi finalmente levantara la cabeza y lo mirara a la cara. El rubio no se veía mejor que el, con el cabello despeinado y el ceño fruncido, y sabía que su expresión debía ser un fiel reflejo de la suya propia, una mezcla de cansancio, resignación y tristeza.
"Yo también", odiaba como sonaba su voz, pequeña y ahogada, pero no había ninguna imagen que mantener en ese momento, eran solo ellos dos. Se le permitía ser débil al menos por una vez.
Con cuidado, Erwin lo aparto de la ventana y lo hizo sentarse en la cama. Levi obedeció, observando como el otro se arrodillaba frente a él, y después de echarle otra mirada, como pidiéndole permiso, empezaba a quitarle lentamente el uniforme. A medida que las capas de ropa iban desapareciendo, las secuelas de la expedición iban saliendo a la luz; moretones y cortes (afortunadamente poco profundos) cubrían su cuerpo, y pegó un salto cuando las manos de Erwin pasaron sobre sus costillas, este se disculpó inmediatamente, inclinándose y presionando un beso en su pecho, justo sobre su corazón. No había nada remotamente sexual en lo que estaban haciendo, pero Levi sintió un calor recorriéndole de pies a cabeza, y con ese impulso levanto los brazos y los puso alrededor del cuello de su pareja, sosteniéndolo ahí.
"Sabes que no puedes protegerme siempre", dijo en voz baja. Sintió a Erwin tensarse contra él, pero no lo soltó, y siguió hablando. "No puedes poner mi seguridad por sobre las vidas de un equipo entero, soy fuerte, se a lo que me enfrento cada vez que salimos de las murallas, y estoy preparado para morir de ser necesario, pero Erwin… no puedes poner nuestra relación por sobre la humanidad".
"…Lo sé". Sintió sus ojos arder al escuchar el dolor en la voz de su pareja, y se maldijo interiormente por ponerlo en esa posición, pero era necesario, necesitaba que lo entendiera. "Pero no puedes pedirme que me quede mirando como eres devorado por una de esas bestias y no sienta nada".
"Lo has hecho antes", no lo dice como una forma de lastimar, si no como un hecho, y ambos lo saben. Erwin ha enviado a soldados a su muerte antes, hombres y mujeres, jóvenes y asustados, pero motivados por las inspiradoras (y calculadoras) palabras de su comandante, sacrificaron sus vidas por el bien de la humanidad.
"Es verdad, y los recuerdo a todos, pero ellos no son tú", Erwin se detiene y levanta la cabeza, y se asegura de mirar a Levi fijamente a los ojos antes de terminar la frase. "A ellos no los amo como a ti".
Una única lagrima se le escapa, y es recogida rápidamente por los labios de su pareja, que primero lo besa en la mejilla, y después en los labios. Nunca se han dicho esas palabras en voz alta, no porque no las sintieran, simplemente no lo creían necesario, sus acciones eran más que suficientes. Pero al escucharlas, Levi siente en lo más profundo de su ser una sensación de alivio, y tranquilidad.
El beso termina de manera abrupta antes de que puedan profundizarlo más, y Levi ve a Erwin ponerse de pie y quitarse la ropa. En segundos está de pie ante él solo con su ropa interior, y con cuidado por sus heridas, lo empuja para meterse bajo las mantas, siguiéndolo y abrazándolo una vez acomodados. Lentamente se empiezan a quedar dormidos, ambos agotados física y emocionalmente. Saben que no hay nada más que puedan decir sobre el tema, porque a su manera, saben que ambos tienen razón y nunca podrán cambiar la creencia del otro: Levi no es más importante que el resto del mundo, pero a la vez es lo más importante en el mundo para Erwin.
