Somewhere over the rainbowWay up high.
La canción sigue resonando en sus mentes mientras recorren la ciudad. Lisbon va al volante y no puede evitar cantar fragmentos, recordando la presentación de Fifinix.
-Fue un show muy emotivo, me gustó mucho. -Dice Jane al tiempo que toma de la guantera uno de los chocolates favoritos de su jefa.
-Sí, lo fue. Oye, deja eso, es mío.
-Oh vamos Lisbon, debes tener una reserva importante en tu casa. -Lisbon sonríe porque tiene tiene razón, y es que ¿cuándo no la tiene? -Hay dos aquí, uno puede ser para mí, otro para ti.
-Aun así, no debes hacer eso.
-Ya matame. -Da el primer bocado. -Mmm, esto es delicioso. Lisbon le da un pequeño golpe en el pecho y ambos ríen. -Te emocionaste un poco, ¿verdad? Con Fifinix.
-Cállate.
-La fuerte y dura Teresa Lisbon se quebró, al fin.
-A tí te voy a quebrar la nariz si no te callas. -Jane sonríe mientras le da un bocado más a la golosina.
Pasan unos minutos en los que ninguno habla, él la mira por momentos, recordando con detalles las expresiones de Lisbon y cómo se emocionó con el show. Te veías tan hermosa, tan frágil... me dieron ganas de abrazarte, de protegerte...-¡Jane! -Lisbon llama la atención de su compañero. -¿Estás bien? -Él sacude la cabeza.
-Sí, lo siento. Andaba vagando.
-Ah, ¿y en qué pensabas?
-No, en nada. -Pasados unos minutos, llegan a las oficinas del CBI. Lisbon estaciona.
-Bien, aquí estamos. Gracias por hacerme sentir mejor.
-No hay nada que agradecer, Lisbon.
-Bueno, considerando que en realidad tuve que elegir entre meterlos a la cárcel a todos por falso testimonio y fingir una muerte, o dejarlos libres... me hiciste quebrar la ley, así que no, no debo agradecerte nada. -Sonríe ampliamente.
-A: tú elegiste y b: no sería la primera vez que quiebras la ley. -Lisbon lo mira fingiendo seriedad. -Además, te sentiste bien, admítelo. Lo que hizo ese chico querida Lisbon, fue justicia.
-Bueno, como sea, ya vete. -Le dice al tiempo que lo empuja.
-Si. -Jane da el último bocado de chocolate. -Buenas noches Lisbon. -Dice con la boca llena. Eso provoca que un poco de chocolate se fugue de su boca, quedando en la comisura de sus labios.
-Jane, mírate, tienes chocolate, eres terrible. -Ella saca un pañuelo de su bolsillo y se lo da. -Limpiate.
-¿Dónde? ¿Aquí?- Pregunta señalando su mentón.
-No, más arriba. -Él sigue sin encontrar el lugar. -A ver. -Lisbon se quita el cinturón de seguridad y se inclina hacia él, entonces toma la mano de Jane que sostiene el pañuelo, guiandolo hacia donde tiene manchado del dulce. -Aquí. -Sus dedos se entrelazan y ella puede sentir una corriente cruzar por todo su cuerpo. Él solo observa con detalle cada facción de su rostro, sus ojos, su nariz, sus labios.. Ella lo mira de igual manera, detallando cada parte de su rostro, sin dejar de sentir su mano contra la de él. Se acerca un poco más, sin dejar de mirar sus ojos y sus labios. ¿Qué estás haciendo Teresa? Esto es inapropiado. Se aleja rápidamente y aclara su garganta. -Ya, limpiate, y deja de comer mis chocolates.
-Eso no pasará. -Dice Jane al tiempo que se limpia y sale del auto.
Mientras Jane va entrando a las oficinas del CBI, Lisbon suspira tratando de tranquilizarse. ¿Qué rayos te está pasando? No puedes perder la cordura y tener ese tipo de cercanía con él. Abre la guantera en busca del otro chocolate, pero lo que encuentra es una nota que dice "Lo siento". Ella sonríe sin poder creerlo.
-Lo odio. -Dice mientra arranca el auto.
FIN.
