Capitulo 1. Halcón dorado
Un día el tiempo se detendrá mi querida Sakura y solo hay una forma de evitarlo
Ella salto de su cama y respiro de forma agitada. Se puso su mullida chalina y camino hasta la cocina, donde una sirvienta estaba calentando leche y el chef principal estaba pelando unas papas.
-Buenas noches Gustavo y Sandra-
Los dos voltearon y en una torpe reverencia hablaron -Buenas noches maestra-
-Por favor sigan con sus actividades, yo solo baje por un poco de leche caliente-
Sandra asintió de forma rápida -Enseguida se la sirvo maestra-
-Muchas gracias Sandra-
Sakura tomo asiento en la silla de madera, donde usualmente solo la servidumbre se sentaba, observo al chef sacar del refrigerador un pedazo de pastel de fresa. Mientras que la sirvienta colocaba en una taza rosa algo de azúcar para después echar la leche que saco un poco de vapor.
-Por favor tenga maestra-
Sandra coloco la taza frente a ella, la leche se movía creando pequeñas olas mientras que el pastel iba acompañado de un lindo adorno de chocolate.
-Muchas gracias a los dos-
Tomo la taza y empezó a beber el dulce contenido. Como si fuera magia, todas sus preocupaciones empezaron a desaparecer, ella pensó que tal vez Kero tenía razón, un bocadillo nocturno siempre es bueno para quitar el estrés.
- ¡No es justo Sakura! -
A la cocina entro un león con varias joyas decorando su cuerpo y en la frente un rubí era el que más relucía, detrás de él venia un mayordomo con sus ojos llenos preocupación y en sus manos una carta con un sello rojo en forma de una camelia .
- ¿Qué no es justo Kero? - pregunto divertida Sakura mientras se metía un pedazo de aquel postre
-Yo también quiero pastel, no es justo que solo tú comas el delicioso pastel que hace Gustavo-
El chef se inclino y después alzo la cabeza mientras se enderezaba -Es un honor que el guardián del sol, elogie mi postre-
-Solo digo la verdad Gustavo, eres el mejor chef de todo el mundo-
-Enseguida le serviré su porción-
El chef sacaba otro pedazo de pastel, cuando el mayordomo se dirigió a Sakura y esta al ver el sello supo que no eran buenas noticias.
-Maestra, el brujo de la casa de los deseos ha mandado una carta que necesita una respuesta a la inmediata-
Sakura dejo su bebida como alimento a la mitad para levantarse de su asiento y caminar a la salida -Gustavo prometo comerme tu pastel más tarde y Sandra no dejes que Kero se pase con el azúcar-
-Como ordeno maestra-
Sakura lidero el camino, pasando por varios pasillos cubiertos de artesanías de todo el mundo, jarrones de marfil y porcelana de eras pasadas, pinturas y estatuas de piedra ónix que decoraban la solitaria mansión. Entraron al estudio, un escritorio de caoba negra y libreros que se extendían desde el suelo hasta el techo.
El mayordomo encendió todas las luces y Sakura tomo asiento en su escritorio, con cuidado tomo la carta y tomando un abrecartas de plata, rompió el sello de cera. Saco la hoja de su interior y empezó a leerla en silencio, ante la atenta mirada del hombre. Cuando la acabo de leer dejo que el documento cayera de sus manos.
-Son malas noticias Karl-
El hombre palideció y pasando saliva - ¿Qué es lo que ha puesto el hechicero? -
-La quinta piedra del sol esta en manos de la familia Li y la piensan exponer en una fiesta privada para todos los clanes de magia del bloque asiático, si su verdadero poder sale a flote, no quiero pensar en las consecuencias que habrá-
- ¡¿Por qué el hechicero no ha hecho nada?!-
Sakura suspiro -Ya lo hizo le ofreció al clan Li una cantidad de cien millones de dólares, pero el clan Li rechazo la oferta, ya intento ofrecer todo tipo de artículos mágicos e incluso ofreció la sangre de un dragón, pero el clan lo rechazo y se ha negado a verlo, según la carta-
-Lo siento, no sabía él ya había hecho todo eso-
Ella negó -Es mi culpa por no decirte al principio, pero viendo la situación solo quedan dos opciones robarla o presentarnos en esa fiesta y ofrecer un trato al cual no se podrá negar la matriarca frente a toda Asia- ella hizo una pausa y llevo su mano a su mejilla para recargarse -Tráeme cera y papel mandare mi respuesta-
-Como ordene maestra-
El hombre abandono la habitación y Sakura se derrumbo en su silla. Quería llorar y gritar a los cuatro vientos que ya no quería seguir con esta absurda misión, quería abandonar todo y simplemente ir a su antiguo hogar y ser abrazada por su padre y escuchar la voz de su hermano mientras disfrutaba de ese ambiente familiar.
Desde hace cuatro años que inicio esta cruzada cuando ella fingió su muerte en aquel accidente aéreo, con el fin de no implicarlos en esa absurda guerra de poder. Pero realmente quiere regresar al pasado y no tener que aceptar esa misión, pero sabe que, si ella no hubiera aceptado, la guerra que se libra habría llegado a los civiles, personas ajenas a toda clase de magia habrían sufrido y ella no lo permitiría. Porque al fin todo saldría bien, ella haría lo posible para que saliera todo bien.
A la habitación entro su mayordomo y ella se recompuso para no mostrar debilidad a su aliado en esta cruzada.
-He traído los materiales-
-Muchas gracias Karl, prepare dos halcones de plumas doradas-
-Enseguida-
Sakura lleno su pluma de tinta y empezó a escribir una carta a la persona que la comprendería y sabría que sería su aliado, aunque este se mostrara herido por su traición. La otra carta era para el hechicero, el amo de la casa de los deseos y mejor conocido como Kimihiro Watanuki su gran amigo y uno de sus mentores.
Derritió la cera rosa y con ayuda de un cilindro con una abertura en forma de pico, dejo que la cera cerrara la carta y estampo el sello de un cerezo, era su marca personal, ya todo estaba listo. Tomo ambas cartas y camino hasta la terraza donde dos halcones esperaban ansiosos para emprender el viaje.
Sakura recargo su frente con el primer halcón e imagino a ese caballero ingles tomando su típico té en la tarde mientras leía un libro, ato la carta em la espalda emplumada y el ave emprendió el viaje. El otro halcón solo le ataron la carta y voló hacia su destino.
-Lo mejor será prepararnos para una calurosa visita-
-Entendido maestra-
-Porque esa persona vive muy cerca de este lugar-
La luna en lo alto del cielo, indicaba buenos presagios, pero para otros el inicio de una guerra sin cuartel. Disfrutando de una buena película en compañía de su prometida mientras comían cualquier bocadillo salado y dulce. Noto que su prometida ya estaba dormida, el peino el suave cabello negro y con cuidado la cargo para llevarla a su habitación. Su sirvienta la arropo y le cambio la ropa por otra más cómoda, bajo la atenta del caballero inglés.
Abandono la habitación, cuando la sirvienta también lo hizo y camino a su biblioteca para disfrutar de una buena lectura nocturna. Miro hacia el jardín y noto como los faroles alumbraban a un cerezo en pleno florecimiento, en unos días perdiera las flores y tendrían que esperar hasta el siguiente año para verlas.
-Realmente han pasado cuatro años Sakura desde tu muerte, Tomoyo sufrió mucho e inclusive intento suicidarse, el abandonar Japón fue lo mejor para ella y yo también te extraño mi flor-
Dejo de ver la ventana y retomo su camino, pero un golpe en la ventana lo distrajo. Bajo su mirada y noto un ave de color dorada, con un pico negro y en sus patas había anillos cubiertos de esmeraldas. Abrió la ventana y el ave entro, el animal se detuvo en una estatua de cerámica.
- ¡Carta para la reencarnación del mago Clow! –
Eriol acomodo sus lentes y suspiro -No recibo cartas del consejo europeo ni de cualquier otro-
El ave se acomodo en la estatua mientras con el pico rompía el lazo que ataba la carta - ¡Consejo no! –
- ¿Quién es tu dueño? -
- ¡El cerezo te ha mandado carta! -
El ave le entrego la carta para después abandonar la mansión, Eriol no pudo detenerla. Con un sabor amargo en la boca, corrió a su habitación y prendió todas las luces para descubrir un sello rosa en forma de cerezo y un lindo sobre verde. Por alguna razón, esa combinación de colores le recordaba a su preciada amiga.
Rompió el sobre y saco lo que realmente le importaba, una hoja de papel con garabatos, al principio lo tomo como una broma de mal gusto, pero después recordó que había un conjuro para revelar información. Mordió su pulgar y dejo que una gota de sangre escurriera hasta tocar el papel, los garabatos empezaron a tomar forma, revelando una caligrafía fina y delicada.
Para mi estimado Eriol
Los cerezos florecen al igual que nuestra amistad en el pasado. Aun recuerdo cuando me enseñaste a tocar el piano para mis cartas, era una fecha cercana a la navidad o cuando fuimos a la exposición de los ositos de felpa.
Tal vez en esta parte ya sabrás quien soy y tus sospechas son legítimas, no es otro mago haciéndose pasar por mí.
Realmente no sabría explicarte todo por papel, tampoco puedo contactar contigo directamente o aparecer frente a ti, no quiero exponer a Tomoyo. En otras circunstancias jamás habría vuelto a contactar, pero la situación lo requiere y espero lo entiendas.
Si deseas verme, solo quema esta carta y sigue las cenizas, ellas siempre te guiaran a donde reposa mi hogar.
Se despide tu flor de cerezo
Eriol arrugo el papel y ahogo un grito. Sentía la ira recorrer sus venas, se dijo así mismo que era imposible. El comprobó el cuerpo de Sakura, ese cuerpo frio donde la magia ya no residía. Un escalofrío recorrió su cuerpo y corrió hacia el sótano. Poniendo una clave en la cerradura electrónica y su pulgar, se abrió la puerta, revelando tesoros y un libro en el centro de la habitación. Lo tomo y abrió, eran las cartas Sakura, pero en ese momento se dio cuenta que era una ilusión perfecta, no, era el mismo libro siendo reflejado como si fuera un espejo, una copia perfecta que se alimentaba del verdadero. Lo tiro y este desapareció en una estela de humo blanco.
Ahora todo tenía sentido, la razón por la cual todavía podía sentir residuos del poder de Kerberos y también porque Yue no había desaparecido si ya no tenía a su dueña de la cual tomar parte de su poder. Todo este tiempo ella estuvo viva, pero ¿Por qué lo hizo?
Debía ir con ella, debía preguntárselo. Por el momento lo escondería de Tomoyo apenas se estaba recuperando y una sorpresa así no seria lo correcto ahora con su salud. Pensó en Shaoran, el de seguro se alegraría, pero si le decía y Sakura desaparecía y esta vez para siempre. Negó mientras abandonaba esa habitación, mañana mismo la vería.
Fue a su habitación y se cambio su ropa, se lavo los dientes y se recostó. Mañana seria un día de locos definitivamente obtendría respuestas y haría lo que fuera por obtenerlas.
Disfrutando de su cama y las cobijas calientes, se durmió con la esperanza de que algún día esa cruzada acabaría, algún día acabara la guerra por las piedras del sol.
Kero vigilaba su sueño con diligencias, el sol comenzaba a salir mientras que la luna era devorada por la luz.
Continuara
