Buen Día!
Hace mucho que no nos leíamos (creo que esa frase es recurrente conmigo), pero esta semana tengo tiempo para poder escribir un poco, así que les quiero compartir, para quien guste leer, este nuevo Crossover de Love Live! x Pokémon. Hace mucho, un año creo que ya, que no escribía algo de Pokémon con Love Live, y la verdad quería seguir con esta pequeña "miniserie".
Bueno, espero que les guste la lectura. Serán dos capítulos, y el segundo se subirá en un día de la semana, quizás el miércoles. Estoy planeando hacer una maratón de actualización, una historia o capítulo nuevo cada día hasta que regrese de vacaciones. ¿Qué les parece?
Sin más, disfruten la lectura :c
Emociones dispersas.
Parte 1
La isla de Alola se iluminaba alegremente en esa mañana por los cálidos rayos del sol, de un blanco puro y resplandeciente que calentaba cada rincón de la isla Melemele. Cerca de la ciudad Hauoli, en el aeropuerto internacional de Alola, una docena de estudiantes, provenientes de la escuela de entrenadores se amontonaban en la entrada. Liderándolos, un joven profesor, con una única bata de laboratorio como camisa, estaba en medio del círculo de estudiantes los cuales no paraban de hablar entre ellos.
—¡¿Están todos ya?! —Levantó la voz el profesor que destacaba entre todos los estudiantes. A pesar de su mirada expectante, ninguno de los jóvenes promesas hicieron el intento por responder—. Recuerden que, a pesar de estar en último año, no tiene que bajar la guardia para nada. Manténganse junto a su compañero que eligieron para partir y recuerden que tiene también a sus compañeros Pokémon para que los cuiden de las inclemencias de este viaje.
—¡Está haciendo que me ponga nerviosa! —Gritó una chica desde atrás de los estudiantes.
—¡Si! ¿Te imaginas que se caiga el avión? —Gritó un chico que, al ganarse la atención de todos, se ocultó detrás de su Gengar el cual solo reía con entusiasmo; empeorando más la tensión que se había creado.
—Vamos, vamos, chicos y chicas —El profesor Kukui intentó calmar a sus estudiantes, sin embargo, estos, como era su costumbre, habían perdido el interés en él y comenzaron a murmurar entre ellos—. Eso no puede pasar.
—¡Silencio! —Sin llegar a ser un grito, la voz autoritaria de una chica interrumpió todo ruido a su alrededor.
Despacio, una joven que llevaba entre sus brazos a su Pokémon, blanco como la nieve, se abrió paso por el tumulto de estudiantes y se puso frente al profesor. Su cabellera rubia brilló con los rayos de sol que entraban por las ventas del aeropuerto. Su mirada, fría como el hielo, escudriño los asustadizos ojos de sus compañeros de clase. Sus labios lanzaron un imperceptible suspiro, el cual solo sintió su Vulpix de Alola cuando su pecho se contrajo con calma.
—Ya que el profesor no se puede hacer cargo…
—E-Eli-san, ¿no está siendo muy dura? —Murmuró Kukui, apenado y llevándose una mano a la nuca.
—Les recuerdo que la reputación de la escuela está en nuestras manos —Eli continuó hablando sin siquiera prestarle atención a Kukui—. Iremos a un lugar muy lejos de casa, pero no significa que por eso tengamos que comportarnos como si no tuviéramos educación. Todo está preparado para irnos y nos mantendrán seguros durante el viaje, tanto nuestro compañero o amigo que elegimos, como nuestro Pokémon que no nos abandonara por nada del mundo.
Los susurros comenzaron de nuevo entre los estudiantes, pero estos eran más benevolentes que antes. Una sonrisa se esbozó en cada uno de los jóvenes que veían a Eli. Un poco más confiados, le dedicaron un aplauso que inundó con su sonido todo el aeropuerto.
—Por más diferente que parezca la región de Galar, no es más que otra parte del mundo que es bueno conocer. Así que compórtense y partamos en este viaje —Una sonrisa encantadora apareció en los labios de Eli. A pesar de no querer demostrarlo en ese momento, ella era la más emocionada de todos por partir.
—¡Muy bien presidenta! —Gritó el chico del Gengar.
—¡Eso es presidenta! ¡Usted sí que es de confiar! —Gritó una chica
—¡Sí, vamos de una vez! ¡Ya quiero saber que aventuras nos esperan en Galar! —Dijo una animada chica que pasó corriendo a lado de todos y se adelantó.
Todos los jóvenes pasaron por un lado de Eli y ella, esperando a que el último estudiante pasara a su lado, mantuvo la encantadora y confiada sonrisa en su rostro. Mientras tanto, Kukui solo pudo suspirar y seguir a los demás estudiantes con resignación.
—Lo hiciste muy bien —A su lado llegó una joven chica de cabello color púrpura y con una encantadora sonrisa de oreja a oreja—. Yo no hubiera podido hacerlo mejor, presidenta Elichi.
La insinuante y susurrante voz de su amiga Nozomi hizo que las mejillas de la presidenta del consejo estudiantil se sonrojaran por la sorpresa. Su corazón comenzó a latir fuertemente al sentir la cercanía de la chica, la cual había puesto sus dos manos en sus hombros. Ese latir apresurado solo pudo sentirlo Vulpix, el cual sonrió al ver la cara roja de su entrenadora.
—¿T-Tú crees que lo hice bien? —Dijo Eli, tímida por la cercanía de su amiga.
—¡Mejor que nadie! Por eso eres nuestra confiable Elichi.
—¡Para con eso, Nozomi! —Eli rio ante el cumplido, estaba muy nerviosa como para expresarse correctamente—. Seguro que tú también hubieras puesto orden al escuchar a nuestros desesperantes compañeros.
—Ahí vas de nuevo con tu actitud fría —Se burló Nozomi mientras daba unos pasitos frente a ella y se llevaba las manos hacia su espalda.
—Lo siento, no quise…
—Está bien —Nozomi volteó a verla de reojo y le esbozó una sonrisa—. Así es la Elichi que me gusta.
—¿Q-Qué quieres decir con…?
Sin embargo, sin poder terminar su pregunta, un fuerte chirrido hizo que saltara del susto. Con el corazón latiendo fuertemente contra su pecho, volteó a ver a todas direcciones, encontrándose repentinamente con el Pokémon de su amiga flotando a un lado suyo; regocijándose por su travesura.
—Tú… —Eli miró al pequeño Pokémon fantasma con enfado. Entre más escuchaba su risa, más furiosa se ponía.
—¡Magichi! —El Misdreavus de Nozomi flotó divertida a su lado—. Te dije que no hicieras eso, es de mal gusto.
Resignada, pero sin parar de burlarse de Eli, Misdreavus pasó por un lado de Nozomi y siguió riendo con más fuerza. Parecía que, desde hace tiempo, ella disfrutaba mucho hacer sufrir a Eli. Quizás lo había tomado como un pasatiempo y, ya que Nozomi no detenía sus travesuras y solo le daba una que otra advertencia, lo hacía cada vez que veía a Eli vulnerable o nerviosa.
—De verdad, Nozomi, ella tiene algo contra mí. No sé qué le hice.
—Solo está jugando, no te preocupes por ella.
—No me preocupo por ella —Eli vio a Misdreavus con recelo—. Me preocupo por mí. Ella quiere matarme de un susto.
—Eso no es cierto Elichi. Magichi no haría tal cosa.
—Es un Pokémon fantasma que mata con sus gritos.
—Ella sabe que no tiene que hacer eso.
Resignada sabiendo que sus discusiones por controlar a Misdreavus no llevarían a nada, Eli se llevó una mano a la frente y caminó junto a Nozomi a donde todos sus compañeros las esperaban. Ninguna dijo nada más. Eli, sin embargo, lanzaba miradas molestas a Misdreavus que parecía que, de vez en cuando, hacía lo mismo. Sabía que ocultaba algo, y ese algo estaba relacionado con las veces que trataba de hablar con Nozomi a solas; ella siempre solía interrumpirlas cuando eso pasaba.
Todos los estudiantes ya estaban esperando para abordar el avión, sin embargo, antes de que pudieran ponerse en marcha, desde atrás se escucharon pasos desesperados y jadeos cansados. Tanto Eli como Nozomi voltearon a ver de quien se trataba, aunque, muy en el fondo, y juzgando que ella no estaba con todos los demás estudiantes, ya se esperaban quién era.
—L-Lamen… —Le tomó un rato a la joven de cabello color negro recuperar el aliento—. D-Denme un segundo…
Respirando a grandes bocanadas, Nico, la chica que había llegado tarde, se tomó las rodillas y trató de controlar sus respiraciones. A su lado, su compañera Kirlia imitó a su entrenadora.
—¡Nico-san! —Kukui se acercó a ella al verla completamente agotada—. ¿Estás bien? Pensamos que no vendrías.
—Ni loca me pierdo este viaje —dijo con detenimiento y controlando sus respiraciones. Es solo que… —Con su dedo señaló a su lado—. Ella me demoro.
—¡¿Que yo te demore?! —Gritó eufórica una chica que hasta ese momento nadie se había percatado que estaba ahí—. Fuiste tú la que…
—Una palabra más, Maki… Dame un respiro… —Nico respiró hondo y se levantó para ver al profesor a los ojos. Se llevó una mano al pecho y volvió a respirar hondo
Todos se le quedaron viendo fijamente. Si bien, Nico no solía llamar la atención cuando estaba en la escuela, de vez en cuando hacía cosas que eran dignas de reconocer. En ese momento era el foco de atención de todos los estudiantes, al igual que de Nozomi y Eli; esta última incluso había olvidado lo enfadada que estaba con Misdreavus.
—Profesor Kukui —volvió a hablar Nico, más tranquila y con el aliento recuperado—. Puedo hablar con usted un segundo.
—¿Pasa algo, Nico-san?
—Es, bueno… —miró a su alrededor, a todos los ojos curiosos que la veían—. ¿Puede ser en privado?
—Tenemos muy poco tiempo para abordar —Nico lo miró con ojos de súplica—. De acuerdo, pero que sea rápido.
El profesor se alejó de sus estudiantes acompañado de Nico y de Maki; esta última, con la cabeza agachada y con sus ojos fijos en su compañero Pokémon que llevaba en brazos, un pequeño y cínico Litten que ni siquiera parecía importarle lo que pasaba a su alrededor.
—¿Qué crees que haya pasado con ella? —Soltó repentinamente Eli, viendo como Kukui y las dos chicas se alejaban lo suficiente para que sus voces no se escucharan—. Seguro se volvió a meter en problemas, y ahora involucró a esa niña.
—Yo creo que es otra cosa —Dijo Nozomi completamente tranquila.
Eli volteó a ver a su amiga. Nozomi esbozaba una adorable y burlona sonrisa en su rostro. Cuando Eli la veía con esa expresión, sabía que estaba pensado algo importante o que estaba preparándose para su siguiente burla hacia la pelinegra.
—¿A qué te refieres, Nozomi? —A Eli le costó incluso hablar, ya que estaba muy concentrada en el hermoso rostro de su amiga con esa expresión que adoraba ver.
—Creo que pronto lo descubriremos —Nozomi señaló a las dos chicas que se acercaban de nuevo acompañadas de Kukui—. ¡Vamos, Elichi!
—E-Espera, pero… Nozomi… —Nozomi no volvió a ver a Eli, y ella solo consiguió verla a la espalda cuando se adelantó. Le pareció sentir una terrible soledad al verla alejarse. Pero, antes de que pudiera determinar y poner en orden sus sentimientos, algo la sobresaltó.
Un suave grito y una corriente de frío viento entró por su oído derecho, haciendo que todo su cuerpo se tensara. Asustada, volvió su mirada, topándose frente a frente con la sonrisa burlona de Misdreavus.
—De verdad —musitó Eli—, si solo lo haces por llamar mi atención, o si te hice algo, no es divertido, ¿sabes? —Misdreavus rodó los ojos como si no le prestara atención—. ¿Qué te hice? ¿Por qué estás enfadada conmigo? —A pesar de la insistencia de su voz, la Pokémon fantasma le dio la espalda—. Espera, quiero arreglar las cosas contigo, porque si Nozomi… —Al mencionar el nombre de su amiga, Misdreavus volvió a encararla—. ¿Qué? ¿Por qué me miras así? —Asustada, Eli retrocedió un paso—. N-No te tengo miedo. Nozomi no te dejará que me hagas nada malo y… —Eli bajo la mirada hacia donde Vulpix se encontraba acurrucada en sus brazos. A pesar de la forma en la que Misdreavus la miraba, ella parecía bastante desinteresada del asunto—. En serio, ¿qué les pasa a ustedes dos? —Musitó y comenzó a caminar hacia donde estaba Nozomi.
Tiempo después, todos los estudiantes subieron al avión que los llevaría a una nueva y desconocida región: la región de Galar. Eli se sentó al lado de Nozomi, la cual, muy entusiasmada, miraba por la ventanilla del avión al igual que Misdreavus.
—¡Es sorprendente, nunca me había subido a un avión! —Dijo emocionada, viendo la pista de concreto gris que relucía con la luz del sol de Alola—. Dijiste que estaríamos seguras Elichi, pero aun así me da un poco de miedo.
—¿Tienes miedo? —Preguntó Eli, incrédula. No esperaba escuchar que Nozomi le confesara eso de la nada—. No hay nada que temer. ¡Los aviones son muy seguros!
—Pero si llega a pasar algo.
—No pasara nada. No te preocupes. Solo tranquilízate.
—Pareces muy confiada, Elichi —Una dulce sonrisa apareció en los labios de Nozomi—. Con el sólo hecho de estar a tu lado ya me siento más segura.
Sin decir nada, Eli se quedó estática viendo el rostro de Nozomi. Su corazón comenzó a latir de nuevo con fuerza y un dulce sentimiento comenzó a escalar por cada una de sus venas, provocando en toda ella un tranquilo y agradable entumecimiento. No habían despegado, pero Eli ya sentía estar en el cielo.
Sin embargo, rompiendo todo el encanto, su Vulpix, el cual se había recostado entre sus piernas, se comenzó a remover desesperada, mientras que, con una sonrisa descarada, Misdreavus se le ponía a un lado de ella.
—¡Vulpix, tranquila! —exclamó Eli al sentir como Vulpix se removía con más desesperación—. Tranquila, tranquila, no pasa nada. Si tienes miedo entonces qué tal si descansas en tu Pokeball.
Misdreavus se acercó más a Eli y la miró como si estuviera cansada de ella. Intentando ignorar la fría mirada con que la veía el Pokémon fantasma, se concentró en controlar a su Pokémon.
—De verdad, no sé lo que… —sin tiempo de siquiera de tomar a Vulpix entre sus brazos para regresarla a su Pokeball, Nozomi se le adelantó y abrazó al Pokémon zorro tranquilamente.
—Ella parece que está más asustada que yo —Su mirada bajó a sus rodillas y, despacio, puso a Vulpix entre ellas—. Vamos, vamos, ya está bien. No tienes que tener miedo. No es bueno que molesten a Elichi.
—¿Molestarme?
Como si con sus palabras calmara toda la tensión a su alrededor, el Vulpix de Eli se recostó en las piernas de Nozomi y tranquilamente cerró los ojos, como si lo anterior nunca hubiera pasado. Mientras tanto, Misdreavus aún veía con recelo a Eli como si estuviera muy molesta. Ofendida, se puso a un lado de Nozomi y enlazó uno de sus mechones de cabello en el brazo de su entrenadora.
Todo aquel acto le pareció muy extraño a Eli, pero no pudo siquiera preocuparse por ello debido a que una leve sacudida les anunció que estaban próximas a partir, al mismo tiempo que una voz mecánica anunciaba las indicaciones de seguridad a seguir. Eli solo pudo quedarse mirando a su Pokémon, el cual parecía disfrutar mucho de su fingida siesta en las piernas de Nozomi, y a Misdreavus, que parecía representar una gruesa barrera entre su amiga y ella.
…
Eli apenas si pudo hablar con Nozomi en el avión; ni siquiera se le ocurría qué decir después de verla actuar de esa forma tan extraña y distante. Por su parte, Nozomi miraba ensoñadora el mar de nubes por el que sobrevolaban. A Eli no le parecía nada emocionante el hecho de que estuviera viendo solo nubes, pero la joven de cabello púrpura parecía disfrutarlo mucho. En todo el trayecto, apenas si la volteo a ver a los ojos y, justo cuando estaba a punto de tomar la iniciativa y romper el silencio entre ambas, una sacudida del avión, seguida de la voz mecánica de la cabina, anunció que estaban a punto de llegar a su destino.
Afuera de la ventana, el cúmulo de nubes se fue alejando de poco, para dar paso a un panorama distinto. Definitivamente ya se encontraban muy lejos de casa, ya que, a pesar de ser medio día, el cielo estaba opaco y cenizo.
Eli se acercó un poco a lado de Nozomi y, cuidadosamente, apartó un poco a Misdreavus la cual había permanecido soñolienta en su hombro todo el viaje. Eli tomó por sorpresa a Nozomi, la cual brincó un poco al sentir el tacto de Eli en su hombro y todo su cuerpo recargado en ella. Eli no pretendía molestarla, solo quería ver el paisaje que apareció de repente fuera de la ventanilla; era como sacado de una película antigua.
Lo primero que lograron ver fue una torre alta hecha completamente de ladrillos del color del cobre y con una cristalera en forma de Pokeball que reflejaba un poco la luz del sol. Poco a poco, la ciudad se fue vislumbrando entre el cúmulo gris de ceniza que salía de las grandes chimeneas de las pocas fábricas que se alcanzaban a ver. Todas y cada una de las casas y edificios tenían el mismo diseño de aquel ladrillo cobrizo y, de algunas, sobresalían tubos de color plateado con oxido por el paso del tiempo. Al ver la imagen por la ventanilla del avión, les pareció que estaban entrando a un mundo diferente y de fantasía.
—E-Elichi —Sin prestar mucha atención a la voz de su amiga, Eli sólo consiguió musitar como contestación—. Estás pesada —Dijo Nozomi, nerviosa por la cercanía de Eli. La chica rubia, hasta ese momento, no se había dado cuenta de que estaba muy cerca de su amiga; tan cerca que casi podía escuchar el apresurado latir de su corazón.
—¡Lo siento! —Eli, de un salto, retrocedió y miró apenada hacia otro lado. Su corazón comenzó a golpear su pecho y, tímidamente, se estrujó los dedos de las manos.
—Está bien, no me molesta, pero… —una amable y comprensiva sonrisa apareció en el rostro de Nozomi—. ¿Ya viste este paisaje? Definitivamente ya no estamos cerca de casa —cambió bruscamente la conversación
—Se ve un poco sombrío, ¿no crees? —Dijo Eli tratando de disimular su nerviosismo—. Pero creo que es un paisaje encantador.
—Me pregunto qué tipo de Pokémon podremos encontrar aquí —animada, Nozomi se aferró al brazo de Eli—. Elichi, Elichi, ¿sabes de algún Pokémon raro que habite en Galar? Quizás podríamos capturarlo y llevarlo a casa.
Nerviosa, la mirada de Eli se dirigió al brazo de Nozomi que la sujetaba con delicadeza. Sus ojos subieron y un tranquilo rubor apareció en sus mejillas al ver el lindo rostro de su amiga. Sus labios se movían, como si quisiera decir algo, pero las palabras no salían; le costaba mucho trabajo expresarse al sentir la cercanía de Nozomi.
—N-Nozomi… —Nerviosa, desvió la mirada. No podía seguir viendo a su amiga a los ojos—, estás muy cerca —Instantáneamente, Nozomi la soltó y retrocedió. Eli no pudo ver su rostro, pero estaba segura que estaba dolida por haberla apartado—. No quise…
—Ustedes dos —Antes de poder continuar con su problemática situación, como si fuera un respiro para Eli, la voz irritable de una de sus compañeras de clase las interrumpió—. Ya casi vamos a llegar. Kukui me dijo que les avisara que tenían que liderar a los estudiantes hasta el Hotel Budew.
—¿Te encargas de los deberes del profesor, Nicochi?
—Cállate —Nico, al ver a su compañera a los ojos, solo consiguió suspirar con resignación—. Sólo lo hago porque me ayudó con algo importante.
—Eso tan importante tiene que ver con esa chica que trajiste contigo.
—N-No es de tu incumbencia —Dijo Nico, notablemente nerviosa—. Bueno, ya les dije lo que tenía que decir, ahora…
—¿No nos dirás quién es? —Insistió Nozomi, haciendo que todo el cuerpo de Nico se tensara—¿De dónde se conocen ustedes dos? Siento que la he visto en algún lado. ¿Va a la escuela de entrenadores como nosotras?
—Son demasiadas preguntas. Es obvio que no te diré absolutamente nada. No tengo la necesidad de hacerlo.
—Pero si va a estar con nosotras en este viaje, sería mejor conocerla, ¿no piensas igual, Elichi? —La voz de Nozomi era insinuante y su mirada, que permanecía en Nico todo el tiempo, de verdad lograba intimidar un poco.
—Te lo diré… —Nico miró a Nozomi a los ojos con hartazgo para después ver de reojo a Eli—, cuando tu arregles tus propios asuntos, Nozomi —Ofendida, Nico se dio la vuelta y se alejó de la pareja de amigas.
—¿Qué rayos le pasa? No tenía que ser tan grosera. Solo queríamos conocer mejor a su amiga, ¿verdad, Nozomi?
Sin embargo, Nozomi, como si todo el entusiasmo que tenía se esfumara, ya miraba por la ventanilla del avión como lentamente aquella rústica ciudad se acercaba conforme pasaban los segundos. Eli no hizo el intento de preguntarle qué le pasaba, o porque había cambiado de humor de esa forma, simplemente se quedó callada viendo cómo, aun en sus rodillas, su Vulpix dormía y, a un lado de ella, Misdreavus flotaba y la miraba de reojo.
…
Todos los estudiantes de la escuela de entrenadores bajaron en pareja del avión. Un soplo de aire frío golpeó sus rostros. El trinar de algunos Pokémon pájaros los recibían con animosidad. Afuera, a pesar de que se veía un poco nublado, el cielo tenía un color azul claro y las nubes parecían correr vertiginosas. Nozomi bajó del avión primero que Eli. De nuevo, ella cargaba a su Vulpix en brazos. Su mirada estaba perdida en la espalda de Nozomi; se sentía sumamente lejana y fría.
Pensó que quizás le había dicho algo que la había ofendido, o quizás se enojó por algo que hizo. Pero para descubrirlo era un trabajo aparte que en ese momento no tenía tiempo de solucionar. Tenía que llevar a sus compañeros al Hotel Budew como le había encomendado Kukui, ya que era su responsabilidad como encargada de la clase. Si la llegaban a ver preocupada por lo que pasó con Nozomi hace unos momentos atrás, seguro que empezarían a difundir rumores; como era su costumbre.
Eli, muy ordenadamente, indicó a los estudiantes que no se separaran y, guiándolos, salieron del aeropuerto, que no estaba muy lejos de Ciudad Pistón, y caminaron un rato por aquellas calles muy diferentes a las de Alola. A su alrededor se encontraban esos edificios altos construidos con ladrillos color cobre que ya habían visto desde el avión. En el aire se percibía un aroma como a cenizas. Había ruidos por todas partes y la gente caminaba velozmente como si no prestaran atención a su entorno.
Los estudiantes llegaron al hotel sin problemas y, cuando la puerta corrediza se abrió, fueron recibidos por una oleada de aire frío y un resplandor dorado que llamó la atención de todos. Frente a ellos se erigía una estatua que ocupaba casi dos pisos de altura de un caballero con armadura sosteniendo, en su mano derecha, una reluciente espada y, en su mano izquierda, un escudo. Los murmullos de los estudiantes no se hicieron esperar.
—Parece que le tienen mucho respeto a la historia de este lugar —Dijo Eli sin pensarlo; no esperando a que Nozomi, que estaba a su lado con la mirada dispersa, la escuchara—. Nozomi.
—Me voy a adelantar, Elichi.
—Pero, la habitación… —Eli quiso detenerla, pero Nozomi se alejó un par de pasos de ella—. ¿Sabes a dónde ir?
—¡Lo sé! —Animada, le esbozo una sonrisa—. No te preocupes. Tú todavía tienes asuntos con nuestros compañeros y con el profesor Kukui, ¿cierto?
—Sí, pero… —Nozomi dio un par de pasos más hacia atrás, sin dejar de ver a Eli a los ojos—. Nozomi…—Su corazón dio un fuerte golpe contra su pecho—, ¿estás bien?
Un suave silencio apareció entre ambas. Ninguna despegaba la mirada de la otra, ni siquiera parpadeaban. Sin embargo, la sonrisa animada en el rostro de Nozomi permanecía, aunque, ahora que la veía bien, Eli pensó que se estaba esforzando demasiado por mantenerla en su rostro.
—Estoy bien. No te preocupes —Nozomi, abruptamente, desvió la mirada y comenzó a caminar—. ¡Vamos, Magichi! —Sin embargo, Misdreavus se quedó flotando al lado de Eli—. ¿Qué pasa? —Se preguntó Nozomi, extrañada.
Repentinamente, mientras Misdreavus se ponía a un lado de Eli, su Vulpix que tenía en brazos saltó hacia el suelo y cayó en cuatro patas. Despacio, se acercó a los pies de Nozomi y le restregó su blanco pelaje cariñosamente.
—Creo que… —Eli intentó sonreír—. Me sentiré más tranquila si Vulpix va contigo. ¿Te parece bien, Nozomi? Al menos eso es lo que parece que quiere.
—Claro que me encantaría que me acompañara —Nozomi se puso de cuclillas para recoger a Vulpix—. Y supongo que tú —Nozomi miró con sospecha a Misdreavus— te quedaras cuidando a Elichi —El Misdreavus gritó animadamente y se pegó más al lado de Eli—. De acuerdo, de acuerdo, ya entendí.
Agitando la mano, Nozomi se despidió de sus dos amigas y comenzó a caminar con paso veloz por la recepción del gran hotel.
—¿Qué le pasa? —Musitó Eli, viendo como su amiga se alejaba y percatándose que Misdreavus flotaba frente a su visión—. Tú lo sabes, ¿verdad? —Misdreavus la miró con altanería y rio—. Sabes, no tengo tiempo de tratar contigo y tus acertijos —Decidida a continuar con su labor como encargada de la clase, se cruzó de brazos y miró a todos los estudiantes que, curioseando por el lugar, ya empezaban a dispersarse por toda la recepción—. Ayúdame al menos a organizar los últimos preparativos de este viaje —Eli intentó sonreír—, Magichi.
Misdreavus rio con euforia y se puso frente a Eli, pretendiendo que la seguiría de cerca. Eli comenzó a caminar detrás de ella, con pasos indecisos y sin siquiera saber lo que había pasado hace un rato. Se encontraba confundida por toda esa situación. Le parecía sumamente extraño estar al lado del Pokémon de su amiga, pero parecía que así lo había decidido Misdreavus y su Vulpix.
Eli trató de controlar a los estudiantes y organizó todo para que saliera justo como lo había planeado por tanto tiempo. Al atardecer, todas las parejas de estudiantes ya estaban en sus habitaciones, algo que por fin le dio un respiro a Eli. El cielo de Galar se quebraba con un pálido color naranja que iluminaba las nubes como si fueran de cobre. El viento se percibía más húmedo que antes y tenía impregnado en él un olor completamente diferente al de la isla que conocía. Y al ver ese cielo, lejano y despejado de Alola en sus pensamientos, inevitablemente su memoria volvió a Nozomi, y la preocupación la embargó de nuevo con una oleada de intranquilidad.
A pesar de ser compañeras de habitación, Eli y Nozomi apenas si se lograron ver en su estancia en aquel gran hotel. Por la tarde, y después de un descanso, Eli tuvo que hacerse cargo de algunos asuntos más, y por la noche, cuando una suave brisa entraba por las ventanas de aquel sofisticado edificio, Eli tuvo que cenar apartada de los demás en el gran comedor dispuesto solo para los estudiantes que provenía de Alola. Sin embargo, logró ver a Nozomi sentada al lado de Nico y de la chica pelirroja del Litten que había visto esa mañana. Le pareció sumamente lejana ver como su amiga alimentaba a su Vulpix; no pudo evitar sentirse excluida. Su único consuelo era que Misdreavus, un poco menos fría con ella, flotaba a su lado y le pedía, de vez en cuando, que le diera comida Pokémon en la boca y, cuando lo hacía, esta le agradecía enlazando un mechón de su cabello en su brazo.
—Parece que se divierte con Nico —Susurró tranquila, mientras veía a Nozomi a lo lejos. Apoyó su codo en la mesa frente a ella y en la palma de su mano su mejilla. Vio con vehemencia la escena de Nozomi a lo lejos y lanzó un suspiro—. Magichi, si de verdad tienes idea de lo que le pasa —Dijo como si nadie la escuchara, aunque Misdreavus estaba atenta a cada una de sus palabras—, me gustaría que me ayudaras. No me gusta verla actuar de esa forma tan distante y melancólica. Me recuerda… —Sus palabras no llegaron a salir; decidió guardarlas solo para ella.
Sin embargo, al voltear a ver al Pokémon de tipo fantasma, ella solo consiguió mirarla con desdén; aunque muy en el fondo comprendía lo que Eli le decía. Fingiendo desinterés, Misdreavus tomó una galleta Pokémon más de su plato de comida y se la llevó a la boca, dándole entender a Eli que no pretendía ayudarla en su problema; aunque esto, muy en el fondo, Eli ya se lo esperaba.
Eli regresó muy tarde a la habitación que compartía con Nozomi. Misdreavus entró flotando silenciosamente y, apenas cerró los ojos, cayó rendida cerca de la cama de su dueña. La noche caía plomiza y con una sensación húmeda; parecía que comenzaría a llover en cualquier momento. Afuera de la ventana de su habitación, solo se podía ver como el humo plateado de las chimeneas de las casas contiguas se alzaba hacia el cielo y se perdía como si fuera una parte más de él. Eli caminó silenciosa por la habitación, procurando no hacer ruido; estaba segura que Nozomi ya dormía.
Tranquila, caminó hacia la cama que había escogido para dormir y miró a la cama contigua donde, hecha un ovillo debajo de las sábanas, confirmó que Nozomi dormía profundamente abrazada de su Vulpix. Al verla tranquilamente, tan cerca de ella, le empezaron a llegar a la cabeza recuerdos del pasado juntas. No era la primera vez que la veía dormir. En más de una ocasión habían tenido pijamadas juntas. Eli solía sentirse un poco nerviosa con ella dormida a su lado, pero daría lo que fuera por verla dormir junto a ella todas las noches. Porque cuando dormía, Nozomi le hacía sentir segura al ver su rostro amable, tranquilo e imperturbable.
Sin embargo, esa noche, esos pensamientos se vieron opacados por la forma en la que se había comportado Nozomi desde su llegada a Galar. Estaba preocupada por no saber lo que le pasaba y, al mismo tiempo, se sentía culpable por no saberlo. No quería que todo su viaje se la pasara triste y distante con ella. Pero eso era algo que tenía que arreglar al día siguiente, ya que, debido a todo el cargo de trabajo que le dieron como presidenta del concejo, estaba exhausta y lo único que quería era dormir.
Y bueno, esta aventura apenas empieza, pero en el siguiente capítulo describiremos que el pasa a Nozomi. ¿Ustedes que piensan que le pase? Quizás solo Vulpix y Misdreavus lo saben; quien sabe.
Por cierto, esta historia es independiente de las otras dos que ya he escrito de Nozomi y Eli, ósea que no necesitan leerlas para entenderle. Pero, si les quieren dar una hojeada y leerlas, pueden encontrarlas como, la primera, "Batalla por nuestra amistad"; en la cual Nozomi y Eli se hacen amigas, y la segunda se llama "Cuidando a una estrella" (que por cierto, esta última es mi favorita de todos los Crossover de Pokémon que he escrito)
Bueno, ya no tengo mas que decir, Solo agradecerles cómo siempre que me hagan el favor de leerme y que estoy muy agradecido con todos. Díganme que les parase la idea de una historia diaria esta semana, eso incluye la actualización tanto de esta como de Linda Locura, que ya tengo escrito el capítulo a la mitad. Si tiene alguna sugerencia de lo que les gustaría leer, también acepto sugerencias y peticiones. Esta ves si tratare de cumplir.
Sin Más, Muchas Gracias por Leer y Por su Apoyo. Nos leemos mañana con otra historia.
