Capítulo 1

- Hoy hace 3 años ella tomo el vuelo A45 con destino a Alemania- recordó Shinji Ikari.

Cada día que pasaba sin ella era doloroso, pero sabía que no podría soportar volverla a ver. Su nuevo objetivo en la vida, después de luchar contra ángeles 7 años atrás, era olvidarla y tener una vida normal, como la de cualquier otra persona. Él podría sacrificar su fama como el héroe del mundo, podría sacrificar su cuenta bancaria ilimitada subsidiada por el gobierno mundial e incluso sacrificaría sus momentos mas felices a su lado con tal de borrarla de su mente y de su corazón.

Tanto daño le había hecho y tanta felicidad le había traído que se dio cuenta que el amor y el odio no eran opuestos, y que podría sentir ambas cosas por una misma persona.

- Te odio con mi vida Asuka, no quiero volver a verte en mi vida- Fueron las ultima palabras que el le pronuncio mientras ambos lloraban desconsolados.

- Perdón Shinji, Perdón-

No olvidaría jamás su rostro lleno de lágrimas, nunca la había visto de esa forma. Por un momento quería olvidar todo y abrazarla y consolarla, pero sabia que no debía, que haría el ridículo de su vida. En ese momento nació su orgullo y egoísmo.

El había confiado en ella, y ella lo había traicionado con nada más que con su mejor amigo, su casi hermano, Toji Suzuhara.

- Eras como un hermano para mí, ¿Por qué? - Le preguntó quebrantado.

- La soledad nos cambia a todos Shinji, lo siento-

Casi podía compadecerlo, para ese momento Hikari no había regresado de la instrumentalidad y toda su familia, incluida su pequeña y amada hermana menor no parecerían querer regresar. Era un hombre solitario al cual Shinji le había tendido la mano en todo momento.

- Todo fue mi culpa, al fin y al cabo, yo ocasione esto y supongo que esto es lo que merezco-

El mas grande genocida, como el pensaba de sí mismo a veces, no tenía derecho a ser feliz, a pesar de que todos los demás lo trataran como un mesías.

No aspiraba lograr la felicidad, pero al menos quería dejar de sufrir.

Su mente comenzaba a apagarse, el sueño comenzaba a atraparlo y anestesiarlo. Durmiendo no podía sentir y no podía sufrir. Mañana era el día que había planeado para empezar de nuevo. No mas alcohol, no mas relaciones superfluas con cualquier mujer, no mas pensamientos sobre ella y no más búsquedas de llenar ese vacío que había dejado en él.

No más.

Desde mañana seria alguien diferente, desde mañana terminaría con el Shinji Ikari esclavo de sus sentimientos por una mujer, desde mañana eliminaría cualquier esperanza de volver a ella.

- Mata al niño y que nazca el hombre-

Ahora viviría para el y por él. Sin sufrimientos y sin lamentos por el pasado. Nunca se había sentido tan vivo, tan decidió, tan dispuesto a cambiar. Adiós al niño depresivo, adiós al niño autodestructivo, adiós al niño Shinji Ikari y bienvenido sea el nuevo.

y esporádicamente, el fuego despertaba en él y se encendía con tal energía que cualquiera que lo escuchara lo tildaría de loco.

- No necesito de nada ni de nadie, soy Shinji Ikari, el que regreso de la muerte, el que perdono los pecados de todos y les dio la oportunidad de vivir de nuevo, el que acabo con los ángeles y con los dioses, soy nada más que el hombre más poderoso del planeta, puedo hacer lo que quiera y conseguir lo que quiera-

La rabia lo consumía. Había noches donde su mente se llenaba con delirios de grandeza, de poder, de dominio. Si él quería podría acabar con todo y con todos, el solo debía montarse al prototipo de EVA 01 que venía perfeccionando en su propiedad y el cual solamente él podía pilotar, y si se decidía, no había arma en posesión humana que lograra detenerlo. La traición cambia a las personas, tanto o más que la soledad.

Pero finalmente sus ojos comenzaron a cerrarse, la exaltación y la rabia disminuían de nuevo y el sueño se convertía en su realidad absoluta, el sueño lo anestesiaba. La noche era tranquila y silenciosa, su cama estaba caliente y cómoda, la situación era perfecta para olvidar todo y huir a la paz del reino onírico.

Y él durmió como nunca lo había hecho.

Y a la mañana siguiente el timbre de su casa sonó como nunca lo había hecho.

- Hola Shinji - Dijo la mujer que más odiaba y amaba.