Disclaimer:
Todos los personajes que aparecen en este fanfiction, son propiedad de Digital Extremes Ltd. o están basados en el videojuego Warframe.
Ventana al sistema origen.
Orbitador, tutorial y primera misión.
¿Cómo decir esto? ¿Alguna vez les ha ocurrido algo que es completamente increíble, de otro mundo? A mí sí.
Fue en un viernes, lo recuerdo por que iba de camino al trabajo deseando que termine el día para volver a mi casa a usar la computadora.
El cielo estaba clareando y estoy seguro de que se escuchaban los pájaros cantando aunque el ruido de motores automotrices inundaba la calle. Estaba pensando si comprar una guajolota o mejor optar por lo sano con un coctel de fruta... Na mentira, iba directo al puesto de tamales.
Una señora muy vieja y muy amable, puede que demasiado, atendía el lugar. Había dos tipos comprando, uno que esperaba aún montado en su bicicleta, y el otro con un gorro negro y chamarra café que ya estaba pagando por una bolsa que me pareció muy bien surtida. Por la calle pasaba un Mustang del 68, una Leonor, lo recuerdo bien por que esos autos siempre me han gustado; de pequeño soñaba con algún día poder comprar uno, spoiler: nunca pasó.
La Leonor pasó a toda la velocidad que permitía la ley mientras yo la admiraba. Vestía de negro con vivos plateados, madre mía que máquina. Como sea, llegué al puesto de tamales y esperé por mi turno, la mujer estaba más lenta de lo común, no me importó mucho pues mientras ella cortaba el pan y buscaba en la vaporera yo fantaseaba con manejar esa bestia que acababa de pasar.
El rugir del motor, la vibración de la carretera, el vértigo de las fuerzas g, las imágenes pasando a toda velocidad por los lados y al frente todo el horizonte para recorrer. Entonces llegó mi turno y me bajó de la nube.
—¿Qué va a llevar joven? —Me preguntó la señora amablemente.
Por la cabeza me pasó decirle "lo de siempre" pero no estaba seguro de que la anciana me recordara o lo que he pedido cada día desde hace un año cuándo encontré este puesto de tamales.
—Una torta de mole. —Contesté fuerte y claro.
—Si mijito! —Me respondió y se puso a la obra.
Yo intenté volver a mi fantasía pero me fue imposible, además tenía que pagar, por lo que comencé a buscar en las bolsas de mi pantalón por algún billete... entonces toda mi vida se transformó.
Escuché un estruendo a mis espaldas, de inmediato pensé en un choque de autos. Todo ocurrió en un instante pero para mi fue una eternidad. Sentí un impulso en la espalda, como si me soplarán con una compresora de aire gigante, en ese momento no sabía lo que era, solo que debía apartarme o morir. Al frente estaba la mujer con el pan en una mano y un cuchillo en la otra. Ni lo pensé, salté la mesa donde atendía, la abracé y giré para no hacerle daño en la caída.
Caímos a un par de metros del puesto, levanté la cabeza para comprobar la situación. Todo lo que había en la mesa fue despedido por el estallido y estaba esparcido por la banqueta, y en el centro de la calle había... un ángel. Fue la única forma que se me ocurrió de describir lo que vi. El cuerpo de alguna especie de metal era negro y blanco y unas líneas doradas le recorrían de arriba a abajo. Estaba absorto mirándole cuando eso me señaló con una mano metálica. Sí, me señaló a mí. ¿Qué probabilidades hay de que eso suceda? Deben ser estratosféricas.
—¡Hermano tenno! Te necesitamos. —Dijo con una voz que resonó en mi mente. No tenía boca así que no había manera de que fuera de otra forma.
Yo me quedé estupefacto, tirado en la calle con una anciana a un lado y un ángel señalándome. Caí en la cuenta de que me había olvidado por un momento de la mujer que acababa de salvar. Miré a mi lado pero la mujer estaba paralizada en una mueca de horror. No era solo por el miedo, de hecho todo a mi alrededor estaba paralizado... no, paralizado no, más bien ralentizado. Las cosas se movían, en el asfalto los autos se deslizaban con el destino inevitable de chocar contra la cosa en el centro de la calle, aunque a una velocidad tal que parecían estáticos. El ángel seguía esperando y yo no tenía idea de que hacer.
—¿Vendrás con nosotros hermano? Decide pronto, la energía de mi orbitador no durará para siempre. —Volvió a hablar la voz en mi cabeza.
Recordé lo que había dicho al principio, "hermano tenno" así me llamó. Entonces me di cuenta, era Mag quien me hablaba. Sí la de warframe.
—Hermano es la última oportunidad ¿vendrás o no?
¿Sí o no? Mi mente se volvía loca no sabía que opción tomar, al final solté una palabra que no pude procesar del todo. Mag asintió y luego miró hacia arriba, se agachó, dio un salto y se perdió de mi vista.
Creí que estaba alucinando, estaba a punto de levantarme para ver cómo le había ido a la señora cuando un destello llamó mi atención. Algo caía en picada directo hacía mí, no era muy grande, apenas pude verlo por el reflejo del sol; lo siguiente que vi fue obscuridad, insondable e infinita obscuridad.
—Hola operador. —Hablo una voz mecánica. —Tranquilo, pronto el proceso estará completo, pero antes dde podder terminar necesito que elijas un Warframe.
Apenas podía creer lo que pasaba, pero algo era diferente, no sentía nada, no solo hablo de cosas físicas como el aire o mi propio cuerpo, sino que no sentía preocupación o miedo, ni siquiera curiosidad, solo sabía que algo había cambiado y tenía que adaptarme. Ya conocía algo sobre lo que estaba pasando he jugado a Warframe por un par de años.
—Quiero a Mesa. —Le dije, aunque no escuché mi voz, aún así el otro me escucho... o entendió no lo se.
—Lo siento operaddor, pero la elección que hiciste no es posible, no tengo los planos para fabricar ese Warframe.
—¿Qué hay de Ember?
—Ember... Sí, ese plano está ddisponible, aunque el proceso se ddemorará unos ddías por la fabricación.
—¿Tienes alguno ya fabricado?
—... —La voz se quedó en suspenso, empezaba a creer que me había dejado abandonado cuando volví a escucharla.
—Volt esta ddisponible operaddor
—Entonces que sea Volt. —Dije o al menos lo pensé no estoy seguro—.
—Entenddiddd... el proceso terminará en un par dded... dd... Nos vemos operaddor...
—Listo. —Otra vez la voz del principio. Era Mag o por lo menos la tenno que la usaba. Yo no sabía a que se refería pues sentí que no pasó ni un segundo entré una y otra voz. Creía que seguía en proceso.
—¿Qué pasa? ¿Esta defectuoso?
—No, él operaddor se encuentra en perfecto estaddo, el proceso fue exitoso.
—Entonces, ¿Qué pasa?
—Me parece que es el efecto dde pasar la transición entre orgánico y sintético.
—¿Eso que significa?
—No sabe abrir los ojos. Por ddecirlo dde algúna forma.
«Creo que hablan de mí. » Pensé en ese momento, no me equivocaba.
—Oye tú... nuevo! Venga abre los ojos... O bueno enciende los sensores, todos ellos. Solo piensalo y el Warframe entenderá.
«¿Encender los sensores?» Pregunté en mi cabeza y se hizo la luz. Frente a mí mirándome, o más bien dirigiendo su atención a mí, estaba Mag; por su hombro derecho sobresalía la empuñadura larga y estilizada de una Katana.
—Por fin. Escucha, no tengo mucho tiempo así que será mejor que empieces a usar ese cerebro que es lo que necesitamos en primer lugar.
¿Dónde quedó la actitud fraternal del principio? En serio su tono era agresivo cuando menos, eso me recordó algo, volvía a sentir. No como antes; no, ni de lejos, pero podía percibir un leve sentimiento de... bueno, en realidad no se lo que era pero sentía algo y eso me agradó.
—Gracias. —Le dije, casi pude sentir como levantaba una ceja, al menos eso creo... quizá lo imaginé.
—N... no me agradezcas. Ni siquiera sabes por qué estás aquí.
—No, es cierto. —Dije. La verdad es que no me lo había pensado por que estaba ocupado preguntándome por qué no sentía nada—. Y... Por qué estoy aquí.
Mag llevó una mano a su cabeza con fastidio o al menos eso me pareció.
—Te lo explicaré luego, por ahora solo debes saber que hay uno de los nuestros atrapado en alguna parte de la tierra y necesitamos ayuda de alguien que pueda infiltrarse.
—¿Y por que no lo haces tú?
—Yo estoy marcada... pero eso no importa. Levántate, venga, aún hay mucho que hacer y no tenemos tiempo.
—¿Por qué eres tan agresiva? —Le pregunté, no con curiosidad pues en ese momento ese concepto no existía en mi cabeza, diría que fue la falta de algo lo que me hizo preguntar. —Antes sonabas más fraternal. Incluso me llamaste hermano.
No se como explicar mi estado en ése momento, ni siquiera se si he llegado a entenderlo mucho menos creo poder expresarlo. Tenía algunos sentidos exaltados y otros apagados. Era como si viera el mundo desde una burbuja con buena resonancia. No lo se, más adelante... pero después hablaré de eso, por ahora diré que mi voz era inaudible, mi piel de metal, todo sentimiento era apenas perceptible y mis sentidos como la vista y oído estaban potenciados.
Mag se quedó callada un momento, más o menos lo que tardaste en leer mi explicación. Bueno, eso si sabes Leer... Olvídalo, sigamos.
—Eso fue protocolo... —Dijo como intentando sonar indiferente pero detecté algo detrás, aunque en ése momento no supe lo que era, así que lo ignoré—. Ahora levanta ese trasero, que aún te tengo que entrenar. Vamos a ver qué puedes hacer.
Al terminar de hablar se dio media vuelta y se marchó hacía el navegador. Solo entonces pude ver el orbitador a detalle. Estaban los cuatro segmentos que conocía del juego pero ligeramente diferentes. El segmento de fundición parecía un horno grande y rectangular con una pantalla al frente. El de mods era solo un pedestal delgado y de unos 160 cm de alto, igual que el de drones. Solo la incubadora era parecida a como la recordaba. Las Paredes y el suelo eran negros el metal que sobresalía donde no se podía tapizar era plateado y el resto de un azul tenue, incluida la iluminación.
—¿El operador recuerda como se arman los tenno a si mismos?
Preguntó Or... En realidad en ese momento no sabía como se llamaba así que se lo pregunté.
—¿Quién eres? —La voz respondió.
—¡Soy Ordis! Operaddor, no creo que esté en conddiciones óptimas. Parece que no recuerdda...
—¡Ordis! —Interrumpió Mag desde la cabina—. Necesito tu ayuda con algo.
—A la ordden operaddor.
—Usa el otro canal.
—Como el operaddor...
Me quedé en silencio por un rato. No sabía que hacer, así que intenté pasear quería saber si todo era como lo recordaba, pero no pude moverme. Miré a mi alrededor o al menos eso intenté pero en lugar de mover la cabeza, simplemente apareció una interfaz frente a mí. La reconocí rápidamente y entonces todo fue tan obvio, estaba en el arsenal, a eso se refería Ordis con lo de armarse.
Lo primero que hice fue buscar una buena arma cuerpo a cuerpo. Me sorprendí muchísimo cuando vi el arsenal que había en el orbitador. Aunque pensé que todo pertenecía a Mag así que no me pregunté más. Elegí una ka... No perdón, una Nikana, ja, me encanta ese nombre.
Dejé los colores por defecto excepto la hoja que pinté de un rojo obscuro y la energía que quedó en un gris plateado. Las armas secundarias fueron un par de Lex, o mejor dicho una Aklex. Como principal use una argonak, intenté cambiar la configuración de mods pero no fue necesario. Todas las armas que equipe tenían ya una buena build, no eran perfectas por supuesto, podría haber cambiado un mod de estado para una mejor sinergia pero preferí no enrollar me y lo dejé como estaba. Al terminar de armarme simplemente salí del arsenal, ni siquiera me pregunté cómo había pasado.
Me dirigí al navegador para preguntarle a Mag que estaba ocurriendo. Al entrar ella miraba el navegador muy concentrada, así que la dejé terminar. En vez de eso me paseé por el lugar viendo que había cambiado frente a lo que recordaba del juego.
Para empezar el radio era una copia perfecta o al menos según lo que recordaba. El códice estaba pegado a la pared del orbitador dejando un buen tramo de espacio libre, el mercado no existía, en su lugar había un póster de un frame, Ember me parece. A un lado del códice había un pedestal con la pantalla holográfica tan familiar, en ella vi información sobre las facciones y también sobre el lunaro y la arena de PvP aunque aquí era nombrada como "combates amistosos tenno". A los lados del navegador había unas esferas rojas flotando y mezclándose entre ellas... siempre olvido como se llaman, da igual.
No pasó mucho tiempo hasta que Mag se levantó del navegador, se dio medía vuelta y empezó a andar con dirección al arsenal pero se detuvo al verme parado a un lado del radio. Me miró como si hubiera visto un fantasma y tardó un momento en reaccionar. Esperé pacientemente a que reaccionara.
—Ya te preparaste. —Volvía el tono agresivo, aunque supongo que nunca se fue en realidad—. No pensante mucho en lo que deberías usar ¿no?
La verdad era que no, simplemente tome lo que se me antojó, fue casi instintivo. Me quede callado mirando las pistolas en mi cintura, eran un par de armas de lo más ruidosas, Mag había dicho que había un tenno atrapado en la tierra y que solo yo podía entrar sin ser detectado. En resumen una misión sigilosa. Sin decir nada gire e intenté volver al arsenal pero ella me detuvo.
—Olvídalo. Aún no iras a la tierra, tengo un día para hacer que no des pena al disparar y lo que llevas está bien por ahora.
Se dirigió al pedestal que vi unos momentos antes y lo revisó, dio un par de toques y al terminar habló a Ordis.
—Ordis. Llévanos a la arena de combate que elegí...
Esperó un momento y volvió a hablar.
—Ya puedes usar el canal común.
—Es un alivio operaddor.
Mag asintió y volvió a mirar la pantalla holográfica. Esperé un tiempo para no interrumpir nada importante pero había cosas que debía saber antes de meterme en una misión y no creí que tendría tiempo al llegar a la arena.
—¿Qué está pasando? —Pregunté. Hablar era raro pues no escuchaba mi propia voz aunque si la de Mag y Ordis. Ella volteó a mirarme rápidamente, esperó un tiempo y luego preguntó.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, hay un tenno cautivo, teniendo en cuenta los frame me parece algo poco probable.
—Los frame no son invencibles. —Respondió al instante pero su volumen fue decayendo.
—Por eso pregunto. Debe estar ocurriendo algo grande.
—Hay una guerra y enemigos peligrosos... Si te da miedo que te capturen puedo devolverte a tu mundo.
Eso último sonó... ¿Desesperado, quizá? No lo sé, aún ahora no tengo muchas cosas claras.
—No siento nada. —Le dije, y era verdad, en ese momento lo único que había en mi mente era prepararme para la misión. Fue extraño, era como si el tiempo que jugué Warframe en la tierra me preparó para este momento, claro que las cosas en la vida real son muy diferentes de estar detrás de una computadora. Tenía que entrenar y aprender todo sobré este mundo.
Mag se quedó muda por un tiempo hasta que Ordis rompió el silencio.
—Llegamos al ddestino operaddor. En un momento poddrán bajar ddel orbitaddor.
Miré al cristal que dejaba ver el exterior, aunque... Bueno después hablaré de eso. El caso es que estábamos en algún punto cercano al ecuador de Marte, si es que se le puede llamar así. El orbitador, mejor dicho la nave, volaba directo al planeta. Hubo una ligera turbulencia al ingresar en la atmósfera del planeta pero dentro del frame no la sentí, solo la registré por medio de los sensores y la información que me brindaban.
Llegamos a la superficie del planeta en un momento, Mag se hincó frente al orbitador sin decir palabra, en cuanto estuvo en posición la plataforma se deslizó y ella cayó hasta una especie de molde de metal, era la compuerta giratoria por donde se despliega o retira al warframe del campo. La plataforma de antes se cerró impidiendo me ver el resto de la salida. Yo imite a Mag pues no tenía ninguna otra opción o idea de como salir de la nave.
El proceso se repitió y al final caí en un terreno rocoso y empolvado. Parecía un laberinto excavado en la tierra.
Busqué a mi alrededor con la mir... con los sensores, Mag no estaba por ningún lado. Empezaba a preguntarme por lo que estaba ocurriendo cuando salió de detrás de un pilar de roca roja con un salto bala y apuntándome directamente con un rifle de franco tirador. Instintivamente lleve una mano al frente y el escudo de Volt se levantó frente a mí. El tiro rebotó, mag aterrizó a mi izquierda. Vi su mano hacer un ademan y sentí el tirón en mi cuerpo. Caí a sus pies, ella saco su Nikana y con un movimiento fluido la enterró en mi cabeza. La obscuridad se apoderó de mi alrededor. Pasaron varios minutos durante los cuales no pude percibir nada mas que la voz de Ordis.
—Operaddor, ddebería intentar ser más cuidddd..., cadda vez que su warframe es ddestruidd... Necesito gastar una cantiddd... considderable dde energía para recuperarlo y restaurarlo.
Hizo varias recomendaciones más sobre descuidos del pasado que, asumí, iban dirigidos a Mag. Ya que no escuché respuesta de ella supuse que en este estado solo podía percibir al cefalón. Al final Ordis me indicó que podía volver a tomar posesión de Volt y así lo hice. Cuando encendí los censores estaba de vuelta en el orbitador, escuché la voz de Mag aunque no la vi por ningún lado.
—¿Ya estás de vuelta?
A lo que respondí afirmativamente.
—Pues baja. ¿A qué esperas?
Volví a confirmar y me acerque al navegador. Bajé, pero ésta vez me preparé para otra emboscada. No fue necesario pues Mag me esperaba levitando en posición de loto. Caí a su lado con delicadeza, los frame pueden ser pesados como plomo pero también livianos como plumas.
Mag se puso de pie y me dijo.
—¿Comprendes lo que acaba de pasar?
—Estaba distraído, no tenía la mente en la misión.
—Sí, pero más allá de eso.
—Ordis ya me habló de lo que cuesta cada warframe.
—Eso también, pero ocurrió algo más.
Yo no sabía de que hablaba, la verdad es que no podía saberlo pues mis sentimientos estaban apagados y no podía entenderlos, agité la cabeza negativamente.
—No moriste. Atravesé tu cabeza con mi nikana y aún así, aquí estás. Eso puede llegar a ser ignorado fácilmente, te hace sentir invencible y te puede volver imprudente. Pero no somos invencibles y no siempre podemos volver. Las espadas. —Dijo señalando sus armas por turnos—. Los rifles y pistola, usen la munición que usen solo pueden destruir al frame, pero no son lo único que hay allá afuera; no puedo decirte más por ahora pero quiero que entiendas algo. Cada misión que hagas será bajo tu criterio, tomarás tus decisiones y si fallas o triunfas vivirás con ello, pero si mueres yo seré quien tenga que vivir con eso. No lo permitiré, así que si te digo que corras, te largaras del lugar sin importar nada, ¿entendiste?
—Sí.
—Promételo.
—Lo prometo, ¡palabra de tenno!
Una vez más Mag se quedó en silencio empecé a pensar que era parte de su personalidad, quizá una forma de buscar las palabras correctas para no derrapar.
—Bien. —Dijo al final y se dio media vuelta—. Hora de iniciar tu entrenamiento.
La mejor manera de acostumbrarse a algo es la práctica. Si, por ejemplo, quieres conducir un auto a altas velocidades, lo que tienes que hacer es precisamente eso, pisar el acelerador a fondo y mientras más tiempo pases haciéndolo será más sencillo. Por supuesto todo eso conlleva riesgos y por eso, para un manejar rápido vas a una pista y para controlar un Warframe vas a un campo de batalla y pisas a fondo. Eso fue lo que hicimos Mag y yo durante el resto del día. Ella se escondía, yo la buscaba lo más rápido que podía, nos enfrentábamos y uno de los dos perdía, generalmente yo y volvíamos a repetir.
Las persecuciones fueron la mejor parte, la velocidad de un warframe, sobre todo Volt, es capaz de alcanzar niveles asombrosos. Mirar el campo pasando a mi alrededor de manera tan fugaz, la potencia del frame, verlo desde el interior es completamente diferente de verlo detrás de una pantalla. Incluso aunque mis sentidos estaban adormilados podía notar el vértigo de los saltos bala acelerándome hasta poder ver el terreno desde la cima para luego caer con fuerza dejando destrozos alrededor.
Con el tiempo me fui acostumbrando, adaptando mis conocimientos del videojuego al frame en metal. Hacia medio día comencé a ganar más seguido, para cuando cayó la tarde Mag debía esforzarse bastante para poder vencerme.
—Estas listo, al menos todo lo listo que se puede. —Declaró. Luego miró hacia el cielo—. Además ya es hora. Tenemos que ir a la tierra. Ordis.
Se pusieron a hablar sobre horarios y tiempos de viaje, mientras tanto yo no hice nada, no quería interrumpir, pero en cuanto terminaron de hablar me puse frente a Mag e hice una reverencia. Enseguida la nave descendió desde el cielo de Marte, me agaché y salté igual a como había visto hacer a Mag la primera vez en la tierra... ¿En mi tierra? Como sea, subí al orbitador y espere un buen rato a que Mag hiciera lo mismo, pasó tanto tiempo que decidí que era mejor adelantarme. Corrí al arsenal y busqué entre todas esas armas alguna que pudiera usar para infiltrarme. La Nikana estaba bien, es rápida, liviana y confiable, pero las armas de fuego que llevaba hacían un ruido alarmante. Las cambié por unos kunai y un arco. No revisé los mods porque seguramente Mag había configurado la mejor build posible.
Tardamos menos de 5 minutos en llegar a la tierra usando el raíl solar. Durante el trayecto me di cuenta de que no sabía el nombre de la tenno que dirigía a Mag, así que se lo pregunté. Su nombre era Ligthpink, se me hacía familiar a pesar de que ni siquiera era un nombre al que yo estuviera acostumbrado. Supuse que era el hecho de que no solo compartiéramos el español como lengua común, si no que incluso el inglés estaba presente en este mundo. Le pregunté que significaba para estar seguro, quizá solo era una coincidencia.
—Mi cabello es rosa. —Contestó, creí que seria todo pero luego de un rato siguió hablando—. Alguien, un amigo, me lo puso hace tiempo... No recuerdo mi nombre real, si es que alguna vez tuve uno.
Estuvimos callados el resto del camino, las estrellas se movían con nosotros con una parsimonia estable, como luciérnagas perezosas. Al final llegamos y sin esperar demasiado Ligthpink me explicó los detalles de la misión. No sabíamos exactamente donde se encontraba el tenno cautivo solo la ubicación de las celdas así que debía buscar en todas hasta encontrar la correcta. Por supuesto debía ser sigiloso pues si activaba alguna alarma los captores preferirían matar al prisionero que dejarle escapar. Ordis hizo que la nave pasara lo más cerca posible sin llamar la atención así que caí en un campo abierto y abandonado. Empezaba a preguntarme que hacer cuando apareció en mi campo de visión una marca amarilla.
—Ordiz acaba de mandar a tu Warframe la ubicación de las celdas, sigue la marca y no permitas que te vean.
Explicó Ligthpink, pero yo ya estaba en camino. No podía usar saltos bala porque tenía que ver a los enemigos mucho antes que ellos a mí. Aún así, llegué a la instalación en poco tiempo gracias a la velocidad de Volt. Usé la vegetación selvática de la tierra para evitar que me vieran. Encontré rápidamente una puerta, la consola de acceso era diferente a como la recordaba pero no me pareció importante. Miré mi mano y con un poco de duda me concentré en el pararon, eso que nos conecta con otras máquinas, para mi sorpresa era exactamente igual a como recordaba. Busqué rápidamente una ranura para conectarme con el seguro de la puerta. Encontré la apertura bajo el panel táctil e introduje el punzón... Y me congelé.
El hackeo no era ni mucho menos como lo recordaba. Fue como una alucinación, en un momento me sentí expulsado del frame y arrojado a un laberinto de cables y conexiones. Un bip fastidioso sonaba en mi cabeza y no podía hacer ningún movimiento. La maraña de cables se enredaba entre si haciendo prácticamente imposible seguirles la pista y todos eran de un verde gastado. Escuchaba la voz lejana y opaca de Ligthpink pero no podía procesarla, el bip volvió a sonar en mi cabeza y yo solo podía pensar en que me descubrirían, me capturarían y lo peor; matarían al tenno que había venido a rescatar.
«Bip»
Volvió a sonar y seguía paralizado.
«ikal —Escuché en mi cabeza muy tenue, como si alguien estuviera gritando desde muy lejos—. Vu... Ika... A...»
Entonces algo más se escuchó, fue un sonido sostenido y más grave que se elevaba una octava hacia el final, era una advertencia. "Buuuiiip" Sonó en mi cabeza, de pronto fui muy consiente del contador que me avisaba del tiempo hasta que me detectaran. Me quedaban quince segundos,
—¡Sal de ahí! —Exclamó la voz de Ligthpink y entonces supe que tenía que hacer algo o todo estaría perdido. Aparté todo pensamiento de mi cabeza y me concentré en los cables, así me di cuenta de que no eran cables si no líneas de código, los caracteres corrían a una velocidad abrumadora y se enredaban en intrincados patrones.
Estaba rodeado por las líneas que caían a mi alrededor en aparente descontrol. Los segundos cayeron a Díez, no me quedaba mucho tiempo. Elegí una linea de código y me aferré a ella, mi mente volaba por el lugar a tal velocidad que nunca podría siquiera imaginar alcanzarla físicamente, estaba en mi elemento. La adrenalina me golpeó como un mazazo y en un segundo pude ver todo el espacio digital que abarcaba la cerradura. No lo comprendí, no, me habría vuelto loco solamente de intentarlo, en lugar de eso me dejé llevar, las líneas de código hicieron el resto. Solo tenía que alinearlas, justo como en el juego, me habían parecido diferentes por la velocidad a la que corría todo en el mundo digital. Corté unos dígitos, gire algunos más... Bueno, en realidad es mas complicado que eso, el frame hizo varios cálculos complejos, los aplicamos para cambiar las direcciones de algunas líneas, por decirlo de alguna manera y al final las líneas corrían todas en armonía. El circuito estaba completo y yo pude salir de el mundo digital que era la cerradura.
La puerta se abrió con un chasquido, me lance al frente deslizándome. Dentro había dos griener que se quedaron mirándome estupefactos, aproveché su confusión para lanzar dos kunai, uno detrás de otro. Ambos alcanzaron sus objetivos y los dos enemigos cayeron sin hacer mucho ruido.
—¿Estás loco? —Ligthpink sonaba furiosa del otro lado de la línea de comunicación—. Si vuelves a hacer algo así, iré yo misma, te romperé las neuros y te sacaré entendiste.
Asentí con la cabeza pero como ella no podía verme lo repetí por la radio.
—Espero que a partir de ahora seas más cuidadoso.
Volví a asentir. Ella gruñó en señal de conformidad y seguí con la misión. Durante el camino me crucé con tres griener más que cayeron bajo las certeras flechas del arco, dred. Me deshice de ellos de la misma manera en que lo habría hecho con un objetivo de captura. Fragmentando sus partículas para enviarlas en forma de datos. Al final tras Díez minutos de búsqueda encontré el objetivo, las celdas. Rompí la seguridad de las consolas igual que al principio aunque ésta vez fue más sencillo. El prisionero estaba en una celda del fondo, en cuanto entré al área el, o mejor dicho ella, me llamó, así que no tuve que explorar más que una celda.
—Ya era hora. —Me dijo de manera muy familiar, como si fuera un hermano que no ve hace tiempo. Eso me hizo pensar en como me había reclutado Ligthpink, al parecer todos los tenno eran una gran familia—. Venga dame un arma.
Estiró la mano esperando una respuesta de mí. Sus ojos me miraban fijamente, unos orbes dorados con un destello verde en el centro, alrededor del iris que por el contraste parecía un agujero negro.
—¿Kunai o arco? —Pregunté dándole a elegir.
—Tsk. Odio los kunai. —Exclamó ella después de chasquear la lengua y tomar la misma arma que había nombrado.
—Creí que odiabas los kunai. —Dije confundido. Ella sonrió mientras ajustaba las cajas que los contenían a sus piernas.
—Es cierto, pero odio más los arcos. Ahora, podríamos largarnos, también odio las prisiones, sobre todo si soy yo quien esta dentro.
—¿Está hecho? —Preguntó apremiante Ligthpink desde el otro lado del comunicador.
—Sí. —Respondí, pero no pude decir más pues la tenno que rescaté volvió a hablar.
—¿Cómo te convenció de dejar esas pistolas? —Eso me pareció raro pero lo ignoré porque me costaba concentrarme en dos conversaciones diferentes. Ligthpink también me habla en ese momento.
—Pásale el comunicador. —Me ordenó. Pensé en preguntar cómo hacer eso pero ya tenía la respuesta de la primera pregunta en la punta de la lengua.
—Es una misión de sigilo. No quería arriesgarme a que te mataran.
—Ho, me siento halagada.
—El comunicador, deberías tener uno en las herramientas, dáselo.
—¿Cómo hago eso? —Pregunté a Ligthpink pero la tenno a mi lado fue quién respondió.
—¿El que? —Mientras hablaba, vigilaba los alrededores por si aparecían guardias.
—Igual que todo lo demás, pídelo, el Warframe entenderá. ¿Has estado haciendo de todo por puro instinto con el Warframe pero no puedes con las herramientas?
Ligthpink sonaba furiosa pero la dejé hablar mientras seguía concentrado en la tenno junto a mí.
—Las herramientas. —Dije—. ¿Cómo uso las herramientas?
La tenno volteó a mirarme como si le hubiera dicho que perdí mi cabeza. Sin embargo Ligthpink ya había contestado a mi pregunta así que mientras esperaba me concentré y poco tiempo después tenía en la mano un pequeño radio cuadrado con un solo botón. Se lo entregue y ella me miró como si tuviera monos en la cara.
—Ligthpink quiere hablar contigo.
Ella tomó el aparato y yo me alejé porque vi que un guardia se aproximaba siguiendo su ronda. Me agaché y caminé así hasta encontrar un buen lugar para disparar. El guardia andaba con la cabeza en otro lado porque, a pesar de que estaba a menos de quince metros de nosotros no parecía habernos visto.
Tomé una flecha, la coloqué en la guía y tensé la cuerda. Apuntar con el arco era muy diferente de un rifle, tenías que tener en cuenta la caída de la flecha, el viento, la tención de la cuerda. La manera en como sueltas la cuerda también afecta al tiro, debido a eso alejé mi mente de todo lo demás y me concentré en el arco. El warframe me mostró la velocidad del viento y la fuerza que aplicaba al jalar la cuerda, el resto tuve que calcularlo yo mismo. Corregí la dirección tomando en cuenta todo lo que sabía y lo que había aprendido de los tiros anteriores y solté. La flecha trazó un arco sutil y silbó suavemente al surcar el aire. El griener debió escucharlo por que levantó la cabeza justo cuando la flecha llegaba a su objetivo. Se clavó con un golpe sordo y rasposo justo en su cuello. Había apuntado al ojo pero no tome en cuenta el movimiento del enemigo, éste boqueó un par de veces mientras la sangre brotaba por entre sus labios.
Tomé nota de eso y volví a cargar una flecha. El griener comenzó a caer, tense lo mas rápido que pude y seguí su curso mientras apuntaba, solté la cuerda y el silbido me llenó los oídos, o bueno, los sensores auditivos. La flecha alcanzó su objetivo, ésta vez si tome en cuenta el movimiento y la punta se clavó certera en el ojo derecho. El cadáver voló por el impacto hasta chocar con la pared detrás de él y se quedó clavado contra ella.
—Muy impresionante. —Era la tenno que miraba por encima de mi hombro—. Lo sería mucho más si hubieras acertado a la primera pero no está mal.
—Ese fue mi cuarto tiro con arco en toda mi vida. —Aclaré. No sabía por qué pero algo me impulsaba a la competencia, como si impresionar a esa tenno fuera parte de la misión. Quizá era el tono presuntuoso en su voz.
—Te equivocas. —Dijo ella divertida—. Fue el quinto.
Señaló hacía el carcaj en mi espalda y echó a andar hacia el cadáver colgando de la pared. La vi marchar hacia el tipo y tardé un momento en seguirla. Su cabello negro caía liso hasta rosar sus hombros, y movía las caderas a cada paso de sus estilizadas piernas...
Cuando llegó hasta él muerto agarró el asta de la flecha e intentó sacarla pero no pudo. Me adelante e hice ademan de ayudarla, ella se apartó dejándome hacer. Entonces me di cuenta de la diferencia de tamaño entre ambos. Ella tenía que estirarse para alcanzar la flecha, pero yo solo tuve que adelantar mi mano.
Saque el proyectil de un tirón y el cadáver cayó al suelo con un golpe pesado. La flecha tenía la punta destrozada y el asta grietas por el impacto. Estaba inservible, así que me deshice de ella.
—Que sutil. —Me reclamó con un tono burlón, mientras yo tiraba la flecha por ahí.
—Ya no importa si nos ven.
—Lo dice el que trae el warframe... Ligthpink dice que nos larguemos. —Mientras hablaba me entregó el radio. Es curioso que con tanta tecnología las comunicaciones sigan siendo hechas por radio.
—Lo siento. —Dije pero la verdad es que no lo sentía, simplemente creí que era lo que debía decir. Ella sonrió.
—Ho, tranquilo. No dejaré que te hagan daño. Pero olvidé mi GPS en mi warframe, así que iré detrás de ti.
Asentí con la cabeza y puesto que había dicho que no me preocupara eché a correr. Llegué hasta la mitad del camino antes de darme cuenta de que ella no me seguía. Me detuve en seco, fue la primera vez que me lamenté por no tener los sentimientos totalmente activos, no reconocí su broma a pesar de que fue tan clara. Volví sobre mis pasos lo más rápido que pude.
La vi desde lo alto del salto bala, seis guardias le cerraban el paso pero cuatro de ellos estaban tirados en el suelo con kunai clavados en los ojos. Caí con fuerza empuñando la Nikana y el impacto derribó a los otros dos. Ella salió de su escondite, su cabello negro estaba alborotado y tenía una línea roja en la cara, algo le había rosado la piel, probablemente una bala.
—Ya entendí, no volveré a fanfarronear, solo no me dejes botada con unos miserables cuchillos.
Me disculpé, ésta vez más sinceramente que antes y tuve buen cuidado de no dejarla sola de nuevo. Cuando llegamos a un buen lugar para escapar, la nave ya estaba esperándonos...
Final del capitulo.
Notas:
Esta historia esta pensada para los que ya conocen el juego. Así que si no has jugado las misiones de historia ve y juégalas porque de lo contrario no entenderás mucho.
Por cierto, escribo estas historias para mejorar, si alguien tiene algún consejo lo agradeceré.
Suerte, bye.
