Estaban en el bosque de los gigantes, era el plan que había trazado Hange junto con Armin, mantener ahí a Zeke ya que creían que era el artífice de todo incluida de la actitud de Eren. Levi lo miró de reojo, el rubio llevaba ya dos noches fingiendo que leía un viejo libro que no sabía ni en qué idioma estaba. Chasqueó la lengua molesto solo con verle, mientras se terminaba el té y tras dejar la taza a un lado suspiró. Si el mundo estaba lo suficiente jodido con los titanes y la gente, ellos encima tenían otro sistema de géneros. Había aprendido por los voluntarios que allá fuera no distinguían entre alfas, betas y omegas, que solo los eldianos eran así y por eso los tenían en sus murallas personales porque eso era otro signo de que no eran normales. Bufó apretando ligeramente los labios, aun recordaba como si fuese ayer todas las veces que tuvo que asesinar para no ser abusado por ser un omega, estaba apretando la taza en su mano sin darse cuenta hasta que el ruido de está rompiéndose lo hizo salir de su ensoñación.
-Oh vaya, alguien no está de humor -Dijo Zeke apenas levantando la vista del libro mientras lo miraba, viendo que la sangre escurría por su mano llegando al suelo, aunque sin manchar la ropa del capitán.
-Cállate, barbudo -Dijo molesto mientras se ponía de pie, haciéndole una seña a uno de sus soldados para que vigilase al rubio mientras él iba a curarse.
Entró a la tienda donde tenían algunos de los suministros de primeros auxilios y empezó a limpiarse el corte de la mano para luego vendársela, por suerte no era un corte muy profundo. Entonces lo notó, un calor molesto como el que hay antes de que llueva. Se quitó la capa y la chaqueta, mientras se remangaba la camisa, bebiendo algo de agua.
- ¿Capitán? ¿Está bien? -Preguntó un soldado mientras entraba a la tienda con este, pero tenía una expresión entre sorpresa y risueña en el rostro.
-Hm? Solo es un corte, vuelve a tu puesto -Dijo apenas mirándolo mientras volvía a colocar los suministros en su sitio, notando que el calor aumentaba y apretó un poco las manos, teniendo que apoyarse en una de las cajas con un pequeño jadeo.
- ¡Capitán! ¿Qué le ocurre? -Preguntó el soldado mientras se acercaba, cogiéndolo de la cintura y al hacerlo le olisqueó el cuello como un perro, riéndose luego. - Así que son verdad los rumores
-Suéltame! -Exclamó empujándolo, pero sus fuerzas parecían haber desaparecido y sintió un escalofrío, sintiendo de nuevo aquel miedo de nuevo y volvió a empujarle con más fuerza, tirándolo al suelo y salió corriendo de allí, con la capa arrugada entre sus manos.
Jadeó mientras se la ponía con las manos temblorosas, poniéndose la capucha queriendo desaparecer cuando oyó a dos soldados más diciendo que olía demasiado dulce para ser el bosque, que si no fuese porque eran soldados pensaría que había un omega cerca. Le temblaron las piernas, y apretó los dientes. Como olvidarlo, en Paradis los omegas solo eran los agujeros de las alfas, solo eran objetos que usar y no podían si quiera trabajar en la mayoría de sitios. En el ejército no se podía, estaban prohibido los omegas, pero Erwin en su momento le dijo que le daba igual que lo ayudaría a ocultarlo y lo mismo pasó con Hange, pero los rumores se habían extendido cada vez más, porque eso explicaría su apariencia física. Iba a maldecir a todos sus putos ancestros por haberle hecho esa mierda cuando alguien le tocó el hombro y se separó de un salto.
-Capitán, ¿qué le ocurre? ¿se siente mal? Puede descansar si quiere -Dijo otro soldado mientras lo miraba, pero de nuevo tenía ese aspecto risueño para nada tranquilizador.
-Vuelve a tu puesto, estoy bien -Contestó tratando de estar sereno y volvió a la hoguera donde el barbudo seguía fingiendo que leía y se sentó frente a este.
Llevaban un mes en aquel bosque, más de lo previsto y sus inhibidores se habían agotado, había tenido que tomar más que de costumbre desde que le habían mandado a cuidar del barbudo y sospechaba que podría ser que su celo estuviera acercándose. Se encogió sobre sí mismo un poco, el calor no desaparecía y sabía que su aroma sería más que notable en poco tiempo.
-Pareces incómodo, Levi-Dijo Zeke, que tenía la maravillosa habilidad de hablar cuando menos quería escucharlo y lo miró, escudriñándolo con la mirada de arriba abajo bajando el libro.
- ¿Te cansaste de fingir que leías el mismo libro por octava vez? -Preguntó mirándole a los ojos con una expresión de enfado.
-No pretenderás que me concentre la octava vez como si fuese la primera -Respondió con una leve risita, mientras alzaba una ceja, fijándose en que se acercaba uno de los soldados.
-Ahora qué -Dijo Levi molesto mientras se giraba un poco para mirar al soldado, que le acercó un plato de comida caliente.
-Debe alimentarse bien capitán -Dijo mientras le miraba dándole el plato. - Tiene que tener energías
Levi solo asintió con un escalofrío cogiendo el plato con ambas manos, en realidad se veía reconfortante y empezó a comer despacio, sabía algo extraño, miró el plato y luego volvió a probarlo sintiendo una oleada de calor y se empezó a marear dejando caer el plato al suelo notando que su cuerpo parecía no querer reaccionar.
Tembló al notar que los otros soldados se habían acercado, les oía hablar sin saber bien qué decían hasta que uno de ellos lo agarró del pelo para verle el rostro, riéndose al verlo sonrojado y algo jadeante.
-Así que el capitán es un jodido omega -Dijo riéndose mientras lo zarandeaba un poco antes de olisquearle el cuello. -
- ¡Es muy dulce! Dan ganas de comérselo entero -Añadió otro mientras lo sujetaba por la espalda, tratando de quitarle los arneses para poder desvestirlo.
Levi trató de luchar de vuelta y empujarlos, pero todo se veía confuso y por mucho que pestañease su visión no se aclaraba, la cabeza le dolía y su piel ardía. Al notar las manos de sus propios camaradas sobre su cuerpo, trató de soltarse, pero sin poder ocasionando más risas por parte de estos.
Zeke primero miró la escena sin hacer nada, sin saber bien qué sucedía si Levi estaba enfermo sería un estorbo menos y ni si quiera tendría que recurrir aún a su plan con el vino, cuando se dio cuenta de que no era eso exactamente. El capitán forcejaba sin éxito alguno, apenas diciendo algo mientras tres soldados se reían enumerando la de cosas que querían hacerle. Y entonces sintió rabia, una rabia que llevaba años sin sentir. Su querido mentor había sido un omega que había sufrido mucho, igual que su abuela. Odiaba a los que trataban así a los omegas y no dudó en ponerse de pie dándole un puñetazo a uno de los soldados, dejando salir sus feromonas de alfa, viendo la cara de sorpresa que estos habían puesto.
Levi estaba cada vez más perdido en su propio calor, lo habían drogado y ahora estaba indefenso. Sus ojos se llenaron de lágrimas, llevaba toda la vida intentando sobrevivir para acabar así. De pronto una fragancia fresca, como la brisa del bosque, pero una como cuando acaba de llover y empieza a salir el sol y dejó de sentir las manos de soldados por su cuerpo. Abrió los ojos tratando de enfocar, pero aquel olor solo le estaba haciendo sentirse más confuso.
-Con que omega hm? -Dijo Zeke, que tenía los nudillos algo manchados de sangre y los tres soldados yacían en el suelo por los golpes, pero ahora estaba rodeado de los demás.
-Déjame en paz…-Murmuró mientras trataba de empujar también a Zeke, pero sus manos no lo empujaron, sino que se aferraron a su ropa, el olor del barbudo era reconfortante.
Los soldados confundidos no sabían que hacer, pero al oler las feromonas estaban sorprendidos de que su querido capitán fuese un omega, pero Levi siempre solía pedir que su escuadrón estuviese formado por betas, por lo que solo había muy pocos alfas allí.
-D-detenedlos…me han drogado -Consiguió decir Levi, tratando de enfocar a sus soldados, aunque sin soltarse aún de la ropa del rubio.
Los soldados dudaron un segundo antes de hacerle caso, amarrando y quitándole el equipo a esos tres alfas, aunque murmurando entre ellos aún sorprendidos pues aún no sabían que hacer.
- Capitán…debería ir a la tienda a descansar -Dijo uno de los soldados, acercándose despacio mientras lo miraba con una mueca preocupación.
Pero Zeke sin saber por qué reaccionó rodeando a Levi con los brazos, sin querer que nadie se acercarse, dejando salir más de sus feromonas, mirando algo amenazante al soldado.
-Maldito barbudo, deja de ser un frasco de perfume -Le dijo Levi mientras se intentaba poner de pie aun agarrado a su ropa, pero luego lo empujó queriendo alejarse, quería estar solo. - Atad al barbudo y que nadie entre a mi tienda -Dijo amenazador antes de irse hacia su tienda.
