RETO ADRINETTE 2021
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DIA 1:
UNIVERSO ALTERNO
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- ¿Hola?... ¿Mamá?... Si, lo siento apenas te escuchó – decía una chica de ojos azules y cabello oscuro peinado en dos coletas que luchaba por abrirse paso entre los transeúntes de una concurrida calle de Paris - …no – la chica suspiro – No he encontrado trabajo aún… Si, te llamaré más tarde - La chica colgó la llamada en su celular y dio un suspiro más mientras se recostaba contra un enorme ventanal de un edificio en remodelación
Encontrar trabajo en esa gran ciudad sí que estaba resultando más difícil de lo que hubiera creído, llevaba toda la mañana dando vueltas de un sitio a otro sin éxito y la enorme lista de posibles empleos que había hecho aquella mañana ahora se reducía a una única y última opción… La chica levanto la mirada y contempló como colocaban un enorme rotulo publicitario sobre las puertas del edificio cuyas elegantes letras daban forma a la prestigiosa marca
"AGRESTE"
Sabía que tenía pocas posibilidades, no solo porque estaban a un par de días de la gran reinauguración de aquella tienda, sino por lo difícil que ya era de por si entrar a trabajar en una marca de ese calibre… Pero tenía que intentarlo
- Esta algo desnivelado – Dijo de pronto un hombre de baja estatura y cabellos grisáceos que descendía de un taxi y se acercaba a donde aquellos trabajadores acomodaban el nuevo publicitario. Aquel hombre pronto centro la mirada en la chica de coletas que aguardaba cerca de aquel ventanal – Esto es emocionante, ya tenemos una cliente esperando por entrar al nuevo almacén
- Eh… - vaciló de pronto aquella chica de ojos azules que miraba a su alrededor como asegurándose de que aquel hombre se refiriera a ella – Oh lo siento ¿es a mí?
Aquel hombre misterioso sonrió – Pero lamentó decirle señorita que la reinauguración será hasta dentro de dos días
- ¡Oh! En realidad yo estoy aquí por… - comenzó a decir la chica de coletas cuando de pronto vio como aquel rotulo publicitario se desprendía de un lado y estaba a punto de caer sobre aquel anciano - ¡Cuidado! – exclamó la chica moviéndose rápido y logrando apartar del camino a aquel hombre pero quedando atrapada por aquel anuncio que de pronto había comenzado a moverse de un lado a otro como un péndulo que no podía parar
- ¡Señorita como lo siento! – gritaba aquel hombre
- ¡No se preocupe! – respondió Marinette aferrándose a aquel cartel que no paraba de moverse - ¡Ahh!
- ¡Señorita! – volvió a decir el anciano – Me ha salvado la vida
- ¡No ha sido nada! – Insistió la chica de ojos azules - ¡Ah! – exclamaba asustada cuando el rotulo comenzaba a chocar contra los cables del alumbrado
- Si pudiera hacer algo para agradecerte… fue una suerte que estuviera aquí – insistió también aquel señor
- ¡No ha sido suerte! – respondió la chica - ¡He venido buscando trabajo!
El hombre de baja estatura y una peculiar camisa roja sonrió - ¿Trabajo? ¿Tiene experiencia en el campo de la moda?
- ¡Algo! – respondió la chica todavía sobre atrapada por aquel rotulo en movimiento - ¡Ahh!
- ¿Cuándo podría empezar? – volvió a preguntarle
- ¡Cuando baje de aquí! – exclamó de nuevo la chica de ojos azules
- Preséntese entonces en las oficinas y pregunte por Wang Fu, señorita… eh…
- ¡Marinette! ¡Ahhhh!
- ¡De acuerdo! ¡La esperamos señorita Marinette!
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De acuerdo, no era esa la forma en que esperaba encontrar trabajo aquella mañana pero le alegraba que al menos ahora tuviera una oportunidad y nada menos que en el medio que esperaba… el de la moda
Cuando por fin lograron bajarla del publicitario y hubo normalizado su agitada respiración, la chica que respondía al nombre de Marinette, preparó el resto de sus documentos y se dispuso a entrar en aquel gran edificio para su entrevista, cuando de pronto algo llamó su atención
Un enorme camión se estacionaba frente a la futura sucursal Agreste y de él comenzaban a bajar una infinidad de maniquíes que no tardaron en llevar al interior del edificio… Pero no eran todos esos maniquíes lo que había llamado su atención, sino la conversación que algunos de los cargadores mantenían mientras transportaban a los maniquíes
- No entiendo para que hacen todo esto – decía uno de los cargadores - ¿Cómo van a reanimar una tienda que prácticamente esta arruinada desde hace un par de años?
- Escuche que es la primera tienda de los Agreste que casi se va a la quiebra – respondió el otro cargador – Es por eso que van a reinaugurarla en un último intento para no tener que rematarla… ¿Este es el último? – añadió señalando el último maniquí que quedaba en el interior del camión
- Si – respondió su compañero - Ten cuidado con ese… parece muy valioso
Y por alguna razón que ella misma no logró entender, de pronto la mirada de Marinette se centró en ese último maniquí que los cargadores transportaban con especial cuidado… No entendía que era, pero había algo especial en ese maniquí que hacía que no pudiera quitarle los ojos de encima… Tal vez era ese cabello rubio que parecía excesivamente real, o esos ojos verdes y profundos que…
- ¿Señorita Marinette?
La joven se sobresaltó y tuvo que sacudir la cabeza para reenfocarse – Eh ¿Sí?
- La esperan en la oficina de personal – anunció una secretaria
- Si, ya voy – respondió Marinette dándole una última ojeada a aquel maniquí para enseguida negar con la cabeza – Tal vez ese anunció si que me golpeo fuerte…
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- Su currículo es interesante señorita Marinette – decía una elegante y formal mujer de lentes y cabello oscuro – Lamentablemente no tenemos bacantes en el área de diseño o algo parecido… Comprenderá que estamos a un día de la reinauguración, prácticamente todos los puestos están ocupados, estamos haciendo una excepción con usted a petición de nuestro nuevo socio, el señor Fu
- Eh… Lo sé – respondió Marinette – Pero… puedo desempeñar cualquier puesto en cualquier otra área, para mí ya es increíble el poder trabajar para la marca Agreste
- Como prometí al señor Fu… usted tendrá un puesto dentro de la empresa Agreste – aseguró aquella mujer con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro
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- Bueno, no era esto lo que esperaba pero… creo que es un buen comienzo – se decía a si misma mientras se movía por la tienda empujando un carrito con varias cajas de diferente mercancía que debía reacomodar en su respectiva área – estoy trabajando en una empresa de los Agreste y eso es ya de por si un… sueño – repitió al momento en el que justo pasaba frente al almacén que tenía el rotulo de "Maniquíes"
Aún no entendía lo que le ocurría… la imagen de aquel maniquí seguía fresca en su memoria y de pronto la embargo una extraña curiosidad por cruzar aquella puerta y poder verlo de nuevo
¿Aquello era una locura, cierto?… Estaba a nada de descartar la idea y continuar con su trabajo, pero en cuanto se dio cuenta que no había a su alrededor nadie que pudiera verla, la curiosidad finalmente gano y cruzó aquella puerta
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"Esto no es nada extraño" se decía a sí misma "Solo quería saber que había de particular en ese maniquí como para no poder quitárselo de la cabeza… Eso es todo" Se dijo de nuevo, seguro que cuando lo viera de nuevo, como uno más entre todos esos otros maniquíes, su mente la dejaría en paz con el tema
Con cuidado y a pasos lentos, Marinette se movió en el interior de aquel almacén observando cada uno de los maniquíes… Efectivamente, todos parecían insignificantes, comunes y corrientes a sus ojos hasta que su mirada por fin encontró, en el fondo de aquella bodega, al mismo maniquí que había visto aquella mañana
Pero lejos de confundirse como uno más del montón… todos esos maniquíes a su alrededor más bien le hacían destacar como alguien único… y lejos de perder interés por él, sus ojos se clavaron en ese rostro que le parecía perfecto, pudiendo apreciarlo mucho más a detalle de lo que había visto aquella mañana… y entonces a Marinette se le fue el aliento
Y casi hipnotizada por esos profundos ojos verdes, comenzó a cruzar aquella bodega a pasos lentos en dirección del maniquí
- Debo estar enloqueciendo – murmuró para sí misma al tiempo que su corazón se aceleraba conforme ella se acercaba más a él - ¿Por qué pareces tan real? – murmuró al estar por fin a escasos centímetros de distancia del maniquí – Tan especial – murmuró la chica mientras se atrevía a levantar su mano y guiarla hasta ese perfecto rostro - tan… atractivo
¡Ejem!
El repentino sonido de alguien aclarándose la garganta provocó que la chica se sobresaltara y se apartará de inmediato de aquel maniquí –Eh… - vaciló la chica repentinamente nerviosa ante la mirada que de pronto le dedicaban dos jóvenes como de su edad, un chico y una chica, ambos de piel morena y lentes – Eh… Yo…
- Lamento interrumpir – dijo el chico - venia por ese maniquí para llevarlo al aparador, debe estar listo para mañana… si no te importa
- Eh ¿Importarme? ¡Por favor! – decía la nerviosa chica de coletas - ¡Esto no es lo que…!
- Tranquila – dijo de pronto la chica de lentes – Estoy acostumbrada a ver todo tipo de cosas… Me llamó Alya – saludó extendiéndole la mano
- Eh… Soy Marinette – respondió la chica de coletas - ¿Ambos trabajan aquí?
- No – respondió la chica de lentes – Solo mi novio… él es Nino – dijo señalando al chico de lentes que la saludaba con una mano mientras luchaba por transportar aquel maniquí como si fuera más pesado que uno normal – Yo soy reportera, estaré aquí mañana para cubrir la noticia de la reinauguración y estoy aquí hoy porque… se suponía que tendríamos una cita esta noche – añadió cruzando los brazos en contra del chico
- Nena, ya te lo dije – respondió el aludido logrando cargar al maniquí – debo trabajar en el aparador como ordeno el señor Agreste o no estará listo para mañana temprano y no tendrás una noticia que cubrir – recalcó y entonces desvió su mirada a la chica de coletas – Va al aparador número 3, en caso de quieras conversar de nuevo con él – añadió mirando a Marinette con cierto toque de broma
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- Estoy comenzando a dudar que realmente podamos salir hoy – decía Alya mientras miraba "trabajar" a su novio en el aparador
- ¡Vamos, nena! – respondió Nino – Solo me faltan los últimos detalles de este aparador y podremos irnos – aseguró con gran convicción señalando al maniquí de cabello rubio al cual, como si de una escena cómica se tratará, se le caía por milésima vez la corbata que se suponía debía llevar al cuello
- Si, seguro que nos iremos pronto – respondió Alya con sarcasmo
- No es culpa mía que este maniquí no quiera quedarse quieto – añadió Nino entre dientes mirando con cierto enfado al maniquí de cabello rubio
- ¡Si claro! – exclamó Alya – ¡Un maniquí que no se queda quieto! ¿Qué sigue? ¿Qué al maniquí no le gusta la corbata? – añadió con ironía tomando su bolsa y dirigiéndose a la salida del local
- ¡Nena! ¡Espera! – intentó decir Nino
- ¡Es obvio que no tenías idea de nuestra cita, Nino! – respondió Alya sin detenerse - ¡Como tampoco tienes idea de cómo atar una corbata!
- ¡No, no! ¡Alya! ¡Espera! ¡AUCH! – exclamó cuando en un intento de alcanzar a la chica se tropezaba con alguien - ¡Lo siento!
- Está bien – respondió Marinette mientras volvía a levantar las últimas cajas que tenía que acomodar antes de irse – Es como la tercera vez hoy… ¿Todo está bien? – añadió al alcanzar ver a la novia del chico saliendo del edificio
- Si – respondió Nino - ¡más bien no! Se supone que tenía una cita con Alya esta noche pero ella cree que lo olvide pero en realidad es hora que no he podido terminar con ese escaparate ¡Y ese estúpido maniquí!
Marinette siguió la dirección de la mirada de Nino y comprobó que se trataba efectivamente del mismo maniquí que había traído en la cabeza todo el día y…
- Yo puedo terminar de arreglar el aparador… Si quieres – ofreció con una amable sonrisa
- ¿De verdad? – exclamó Nino de pronto muy animado - ¡Eso sería tan…! – entonces la mirada del chico se tornó a una de sospecha – Espera… ¿Es por el maniquí?
- ¿Qué? – exclamó Marinette de pronto apurada - ¡Claro que no! ¡Yo solo quería ayudarlos! ¡No es por ese maniquí! ¡Por favor! ¡Soy una chica normal! Ya les dije que lo que vieron esta mañana no era lo que parecía ni…
- ¡De acuerdo, de acuerdo! – dijo Nino – En el aparador esta todo lo que necesitas, sigue las instrucciones del señor Agreste, todo debe quedar tal cual él lo designo o no tienes idea de cómo se pondrá por la mañana… ¡Te debo una! – concluyó apresurándose a la salida queriendo alcanzar a su novia
Marinette lo observó retirarse con una sonrisa en el rostro y pronto sus ojos se movieron en dirección al escaparate donde estaba el maniquí… Marinette cerró los ojos y tomo un profundo respiro mientras caminaba en su dirección
- Es solo un maniquí… solo un maniquí – repetía constantemente conforme se acercaba - ¡Solo un maniquí! – exclamó cuando por fin estuvo frente a él y entonces frunció el ceño en su contra - ¿Por qué sonríes de esa forma? – Le dijo cruzando los brazos como si estuviera molesta con él – Gracias a ti muchos aquí comienza a creer que estoy mal de la cabeza… ¿Crees que es divertido? – Añadió tocando su pecho con el índice como si le estuviera acusando - ¡No lo es! – Añadió dándole la espalda – Y solo para que lo sepas, no me he ofrecido para este trabajo porque quiera estar cerca de ti… lo hice porque quería ayudar a esos dos chicos, pero no tiene nada que ver contigo y tu perfecto rostro
Enseguida la chica dejo caer los hombros y se dio una palmada en la frente - ¡¿A quién quiero engañar?! – Se dijo de nuevo – Sí debo estar mal de la cabeza de lo contrario no estaría aquí hablando ¡contigo! – Exclamó señalando al maniquí – Pero no es culpa mía ¿sí? Lo cierto es que eres demasiado hermoso como para ser solo un maniquí – murmuró sin pensar. Fue entonces cuando su mirada por fin se percató de la pila de corbatas que había en el suelo justo a un lado del maniquí, entonces sonrió mientras se agachaba para levantarlas – Parece que realmente no te gusta ninguna de estas corbatas ¿Verdad guapetón?
- No, la verdad es que no – le respondió de pronto una voz masculina
- ¡Wahhhhhhh! – exclamó al instante Marinette totalmente sobresaltada, retrocediendo todo lo que podía ante los avances de un misterioso chico de cabello rubio y ojos verdes que ahora la miraba desde el mismo lugar donde hacía segundos había estado el maniquí - ¿Qué…? ¿Quién…? ¿Cómo…? Yo… tu… no…
- Lo siento – respondió el chico rubio con voz suave, caminando lentamente hacía ella en un intento de no sobresaltarla más – No quería asustarte
- Ah… ¿Asustarme? ¡Para nada! – Respondía Marinette totalmente nerviosa – Sí charlo con maniquíes hermosos todos los días ¡Digo! – añadió apresurada ante lo que había dicho sin pensar - ¡Quise decir que…! ¡Yo…! – decía sin percatarse de la sonrisa que había aparecido en el rostro del chico misterioso - ¡No entiendo! ¿sí? ¿Quién eres tú? ¿de dónde apareciste?
- ¿De dónde aparecí? – respondió el chico rubio sin dejar de sonreír – Marinette, he estado aquí todo el tiempo
- ¿Qué? ¿Cómo sabes mi nombre? – dijo Marinette – No… ¡No puede ser que tú…! – exclamó al tiempo que miraba a su alrededor y efectivamente comprobaba que no había ningún lugar por donde ese misterioso y guapo chico pudiera haber llegado, y sobre todo… No había rastros del maniquí - ¿Tú…?
- Por cierto – el chico de pronto sonrió y se acercó mucho más a ella, mirándola fijamente con sus profundos ojos verdes - Gracias por todos esos cumplidos
- ¿Qué? – repitió Marinette aclarándose la garganta, repentinamente acalorada - ¿Cumplidos? Yo…
- Lamento sí todos aquí te han juzgado mal por mi causa – añadió el chico con voz amable – Pero no te preocupes, yo no creo que estés mal de la mente ni nada parecido
Marinette dejó escapar una risita nerviosa - ¡Claro! Yo… No puede ser – murmuró para sí misma y luego alzó la mirada hacía él - ¡No, no es posible! Yo… ¡El anunció! – Exclamó - ¡Sí! ¡Ese rotulo de seguro me golpeo en la cabeza! ¡Estoy alucinando! – EL chico sin embargo la miró con expresión sería y negó. Marinette dejó caer los hombros - ¡Vale! ¡Ya lo entiendo! Esto debe ser una broma ¿No es cierto? ¿Eres una publicidad para la tienda? O es algún chiste del dueño
El chico sonrió – No, créeme… el dueño no hace bromas – aseguró y entonces la vista del chico comenzó a viajar por todo alrededor de la tienda – ¡Vaya! Realmente está todo listo para la reinauguración… ¿Crees que salga bien? – preguntó casualmente a la chica que seguía mirándolo anonadada
- ¿Eh? – repitió Marinette totalmente descolocada
- Es decir, sé que todo está listo pero… Hay algo aquí que no me convence – murmuró mirando a su alrededor como queriendo encontrar el problema para finalmente centrarse en sí mismo, en el aparador donde se encontraba y en la ropa que llevaba puesta tanto él como el resto de los maniquíes – ¿No crees?
- Eh… yo… ¿Qué? – dijo Marinette totalmente perdida. Lo cierto era que no había prestado demasiada atención a lo que sea que ese misterioso y guapo chico estuviera diciendo… ¡Ni siquiera había asimilado el hecho de que por alguna razón ese maniquí ahora se estuviera moviendo!
"Elegante y seguro" - leyó el chico rubio en el escaparate que hacía unos segundos estaba ocupando, y frunció el ceño mirando nuevamente el horrible traje que llevaba puesto que más que elegante y seguro le hacía sentir extraño - No hay forma de que atraigamos clientes con esto… Marinette – llamó girándose hacia la chica
-Tal vez tengo fiebre – murmuraba para sí misma la chica - o comí algo en mal estado o…
¡Marinette!
- ¿Ehh? – exclamó la chica ante el llamado del maniquí
- ¿Tú estás a cargo esta noche de este escaparate, cierto? – preguntó el chico rubio
- Yo…
- ¡Se me ocurre algo! – exclamó el chico rubio de pronto bastante entusiasmado mientras se apresuraba hacia ella y la tomaba por los hombros - ¡Haremos algo diferente!
- ¿Qué? ¡No, no, no! – exclamó Marinette esta vez totalmente enfocada en lo que el maniquí decía - ¡Yo tengo una lista de instrucciones que seguir y no puedo ignorarla solo porque…! ¡OYE! ¡Espera! ¿Qué estás…? – exclamó al ver como el maniquí le arrebataba las instrucciones de la mano y arrojaba aquella hoja directo al cesto de basura - ¡No! ¿Qué has hecho?
- ¡Te lo dije! – Respondió el maniquí – No harás nada de eso… hagamos algo más especial – dijo al tiempo que tomaba las manos de la chica entre las suyas provocando un sonrojo en el rostro de la chica - ¡Algo que este almacén no haya visto jamás! – añadió mirando intensamente a la chica con sus profundos ojos verdes. Marinette se estremeció y se le fue el aliento - ¿qué dices?
- Eh… eh…- Marinette titubeaba mientras sentía su corazón acelerado y sus mejillas sonrojadas mientras ella se perdía en esos ojos brillantes – Yo… - Incluso tuvo aclararse la garganta para volver a enfocarse y dejo caer los hombros – No lo sé… ¡Es fácil para ti decirlo! ¡Eres un maniquí! ¡Siempre tendrás empleo! ¡Pero en cuanto noten que no seguí esas instrucciones a mí me echaran! – el maniquí sonrió mientras la escuchaba - ¡Y cuando intente explicar cómo es que perdí las instrucciones terminaré en un hospital mental!
- Nadie va a echarte de aquí, Marinette – respondió de nuevo esa suave y profunda voz al tiempo que con una de sus manos acunaba su mejilla para poder verla a los ojos. Marinette se estremeció ante ese tacto - Pero en verdad, necesito tu ayuda – suplicó - ¿Puedo contar contigo?
Marinette asintió sin pensarlo, totalmente hipnotizada por aquellos ojos verdes
El maniquí le dedico una radiante sonrisa – Por cierto… Mi nombre es Adrien
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CONTINUARA...
N/A: Y con esto damos por inaugurado oficialmente el Reto Adrinette de Abril 2021... Con RitoruDeito por primera vez escribiendo para el shipp Adrinette
Les gusto? Voy a contarles algo, tenia la idea de escribir este Fic desde ya tiempo atrás. En cuanto la idea me vino a la mente dije, este seria mi primer historia Adrinette y cuando vi que el tema del primer día era un AU no pudo ser mas perfecto. Esta historia seguirá contándose a lo largo de este reto, siempre que encuentren la palabra Maniquí quiere decir que es la continuación a este capitulo
Sin embargo, mañana tendremos una dinámica totalmente distinta que espero les guste... Me entusiasma mucho la idea de participar en este reto, sobre todo porque Abril estará lleno de estrenos de la serie... Este mes será genial
Cuento con ustedes?
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1/ABRIL/2021 - Dia 1; Cumplido y Reto ACEPTADO
