Secuela de ''Aprendiendo a Volar''

Los personajes no me pertenecen sino a Akira Toriyama

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Él chico de larga cabellera emitió un cansado bostezo, apoyando la cien contra sus brazos detrás de la cabeza sirviéndole de almohada. Era cerca del medio día y se encontraba tendido a mitad del largo tejado de su casa vistiendo únicamente sus mayas de color negro y sin zapatos, en su pecho se encontraba cómodamente dormido su pequeño hermano de tres años.

Kakarotto emitía leves ronquidos mientras descansaba con la luz del sol del mediodía dándole en la cara moviendo su colita de forma inconsciente. Este comportamiento era algo que él mayor estaba acostumbrado a hacer desde pequeño, ya fuese para meditar sobre algún tema en específico, como la lucha y las técnicas de batalla, o simplemente por diversión e incluso para relajarse.

La diferencia era que esta vez no meditaba. Bueno, al menos que estar estar a punto de quedarse dormido se contase como meditar. Él Saiyajin no sentía fuerzas para levantarse, comer ni hacer ninguna clase de movimientos y para su suerte su hermano tampoco y es que conociéndolo a él y su hiperactiva energía si que era una suerte.

Raditz observo el rostro dormido de Kakarotto y no pudo evitar sonreír levemente, su hermano podía llegar a ser muy lindo a veces, especialmente cuando no lloraba hasta dejarte sordo o cuando hacía una pausa en su interminable tarea de correr como loco por toda la casa, su actividad favorita desde que averiguo como caminar.

Sin duda era un niño con mucha energía y quizás se quedaba corto con esa descripción. Las únicas veces en que se le podía ver lo suficientemente quieto como para detallarlo era cuando dormía, justo como ahora. En realidad, le dolía un poco la cabeza el solo recordar todo lo que tuvo que hacer para agotar sus bastas reservas de energía lo suficiente como para que callera rendido.

Gine había tenido que salir temprano para hacer algunos cuantos pendientes, no sin antes dejarle dicho a su hijo mayor que bañase y cuidase bien de Kakarotto como él buen hermano que era. A Raditz aun le sorprendía un poco que siguieran dejando a su hermano a su cargo, después de que su padre se enterara de la pequeña travesía que vivió siendo bebé. A Bardock no le causo ninguna gracia y él casi pensó que le arrancaría la cabeza de lo disgustado que estaba.

Por suerte no fue así y aunque su madre intercedió por él, su descuido le costo unos buenos días de castigo, en los que no pudo salir de casa y se vio obligado a entrenar duramente con su padre, aunque siendo sincero disfruto de lo ultimo. Pero ese había sido su yo pasado, el inmaduro Saiyajin de 8 años, pero ahora que tenía 11 era un honorable y muy responsable Guerrero de Clase Baja.

Y cuidar de su hermanito era su prioridad. Suspiro nostálgico mientras observaba a Kakarotto jugando con algunos juguetes en el piso de la sala, el tiempo había pasado rápido y eso le preocupaba. Con 3 años su hermano comenzaría con su entrenamiento formal en poco y en solamente cuatro años más podría asistir a su primera purga. Eso estaría bien si de tratara de cualquier otro niño Saiyajin pero no era así.

Kakarotto era muy diferente a los demás, siempre atrasado. Su poder no había aumentado mucho en este tiempo e incluso se le dificultaba la pronunciación de las palabras sin mencionar su personalidad curiosa y distraída que aunque fuera algo lindo de ver no eran actitudes que lo beneficiarían como Guerrero Saiyajin. Además de que a pesar de haber cumplido la edad necesaria Kakarotto seguía negándose a vestir su nueva armadura.

La cual se encontraba abandonada a un lado de este en el suelo junto a unas pequeñas mayas negras. Su hermano era demasiado inocente y frágil para este mundo o al menos eso pensaba, de niño él había sido muy diferente. Había nacido con un nivel de poder considerable y desde sus 3 años hablaba con mucha fluidez manteniendo siempre una postura firme y respetable, su padre lo había entrenado desde entonces y eso le gustaba mucho, presumiendo ante él y su madre yendo a su primera purga apenas cumplió los 7.

Pero sentía que a Kakarotto se lo comerían vivo, por esa razón lo instruía sutilmente en la batalla disfrazándolo con juegos infantiles. Ahora su hermano mordía unos bloques de construcción animadamente marcándolos con sus dientes, Raditz sonrío y aparto esos pensamientos de su mente mientras se levantaba del sofá y tomaba asiento frente a él.

Kakarotto inmediatamente se acerco hasta él sentándose entre sus piernas cruzadas manteniendo su atención en los enigmáticos bloques los cuales comenzó a apilar en una torre enrollando inconscientemente su colita en la mano del mayor quien poso una mano sobre su puntiaguda cabellera revolviendo sus cortos cabellos azabaches.

-Pienso que ya es hora del baño ¿No lo crees?-Menciono Raditz a lo que él menor alzo la cabeza observándolo con curiosidad.

-Kiero gujar más-Dijo Kakarotto.

-Lo harás después-Dijo él mayor cargándolo sobre su hombro con facilidad.

-No..no...-Murmuro Kakarotto en protesta.

Mientras se retorcía bajo su agarre tratando de soltarse, escalando por su cuerpo hasta agarrarse a su larga cabellera negra jalando sus mechones oscuros con toda la fuerza que podía reunir un niño de su edad provocando que él mayor se quejara intentando sujetarlo para mantenerlo quieto mientras caminaba hacia el baño.

-Kakarotto-Dijo Raditz en tono represivo a lo que él menor apoyo una mano en su rostro intentando escaparse pero él joven Guerrero lo sujeto del torso sosteniéndolo con ambos brazos frente a él -Escucha...Mamá dijo que tengo que bañarte, será rápido-Prometió ganándose una mala cara del niño. Él mayor suspiro.

-Si colaboras conmigo luego jugaremos a las peleas ¿Te parece bien?-Pregunto Raditz a lo que Kakarotto pareció meditarlo un momento pero rápidamente negó con la cabeza por lo que él mayor suspiro para después mostrar una expresión decidida.

-Aun así te bañaras-Sentenció Raditz cargándolo hasta el baño pero él pequeño Saiyajin no se iba a dejar vencer tan fácilmente.

Él mayor afianzo su agarre cuando Kakarotto comenzó a revolverse en una clara muestra de protesta queriendo soltarse maquinando en su infantil mente que a penas lograrán sus pies tocar el suelo correría para poder llegar a la libertad, donde no tendría que bañarse ni ponerse aquella incomoda armadura que no servía para nada.

Pero su hermano tampoco se lo iba a poner sencillo y lo sujeto con firmeza pese a las patadas que le propinaba hasta que termino aplastando su pequeño pie contra el rostro de Raditz provocando que este frunciera el ceño mientras buscaba liberarse de todas las formas posibles, entonces fijo sus traviesos ojos en el brazo de su hermano antes de abrir la boca.

-¡Hey! ¡Hey! No muerdas-Dijo él mayor cuando sintió como Kakarotto clavaba sus pequeñas mandíbulas en su antebrazo en un intento de que lo soltara.

Pronto ambos entraron al baño y él Guerrero deposito a su hermano dentro de la tina antes de abrir la llave causando que Kakarotto temblara a causa de lo fría que estaba pero antes de que Raditz pudiera hacer algo más este ya estaba fuera de la bañera intentando correr fuera obligándolo a ir tras él y sujetarlo antes de que cruzara por la puerta.

Él niño pataleo mientras que Raditz intentaba sumergirlo en el agua pero inmediatamente Kakarotto se abrió de pies y manos sujetándose de los bordes de la tina evitando que su pequeño cuerpo tocara el agua. Él Saiyajin de larga cabellera frunció el ceño al mismo tiempo que empujaba la espalda de su hermano en un intento de que entrara de una vez pero era inútil ya que él pequeño aplicaba mucha fuerza para evitar mojarse.

-Ya Kakarotto no lo hagas más difícil-Pidió él mayor ejerciendo más fuerza.

Pero Kakarotto estaba reacio a mojarse, como si se tratara de un gato que no deseaba empaparse por nada del mundo. Él mayor comenzó a desesperarse hasta que una buena idea cruzo por su mente y con una sonrisa maliciosa comenzó a hacer cosquillas en los costados del torso de su hermano, él niño pareció querer contener la risa un momento pero fue en vano.

Comenzó a reír a carcajadas antes de que sus extremidades flaquearan terminando dentro de la tina mojándose completamente. Kakarotto saco la cabeza con los puntiagudos mechones de su cabello cubriéndole parcialmente los ojos a lo que soplo un poco para despejar su vista y antes de que pudiera intentar salir Raditz coloco una mano firmemente sobre su hombro manteniéndolo quieto mientras restregaba un poco de jabón en su cabeza con rapidez.

Frotando su cabello y cuerpo limpiando todo rastro de suciedad para luego tomar una taza vertiendo agua sobre él quitando la espuma. Ya limpió, Raditz se volvió hacía atrás tomando una toalla cercana solo para que cuando se girara hacia Kakarotto este ya se encontrara afuera de la tina escurriendo abundante agua sobre el suelo antes de que él mayor lo envolviera con la toalla y lo alzara del suelo rápidamente causándole risas divertidas.

Lo llevo hasta su habitación colocándolo sobre la cama antes de posar la toalla sobre su cabello agitándola para secarlo completamente y luego indicarle que permaneciera quieto mientras buscaba su armadura en la sala para disgusto del menor que le resultaba sumamente incomoda debido a que no estaba acostumbrado a utilizarla, pero en cuanto vio a su hermano mayor desaparecer por la puerta sonrío saltando de la cama.

Y cuando Raditz regreso con la ropa Kakarotto ya no estaba en el cuarto, una expresión de pánico profundo lo inundo asomándose rápidamente por la ventana de la habitación que se encontraba abierta encontrándolo afuera de la casa nuevamente sucio esta vez debido por la tierra que había alrededor. Él Guerrero palideció al ver como su hermanito saltaba contento sobre un charco de lodo manchándose aun más con esto.

-¡Kakarotto! ¡¿Qué haces?! ¡Pero si acabo de...! Ggrr...-Exclamo él Saiyajin emitiendo un suspiro derrotado -¡Ven aquí ahora!-Ordeno irritado captando la atención del más pequeño.

Pero en lugar de obedecerlo sonrío con alegría mientras alzaba la mano mandándole un saludo para luego continuar jugando disfrutando de la sensación del barro bajo sus pies. Una visible vena de inconformidad se formo en el rostro del mayor al verse ignorado de esa forma, pero no se iba a quedar quieto mientras su hermanito hacia lo que quería.

-¡Kakarotto! ¡Te dije que vengas aquí!-Grito Raditz escurriéndose por la ventana, aunque con algo de esfuerzo debido a lo pequeña de esta.

En cuanto vio a su hermano mayor con medio cuerpo fuera de la casa Kakarotto emitió un chillido divertido antes de emprender carrera creyéndolo una especie de juego en donde no quería dejarse atrapar fácilmente. Raditz se alarmo al verlo alejarse por lo que se apresuro a salir solo para descubrir que estaba atorado.

Maldiciendo su mala suerte dirigió la mirada hacia el pequeño que se alejaba cada vez más perdiéndose entre algunas casas adyacentes en donde ningún Saiyajin cercano parecía querer reparar en su presencia. Bufó y esperando que no lo castigaran rompió la pared liberándose para luego salir volando apresurado hacia donde se había ido su hermanito.

Kakarotto río con diversión llevando las manos a su boca para callar sus risas y así evitar que Raditz lo encontrara. Él mayor sobrevoló las diversas viviendas escaneando con la mirada todo el perímetro encontrando rápidamente el pequeño punto disparejo de la cabellera de su hermano detrás del muro de una casa, sin perder más tiempo dirigió su vuelo hacia él.

Él pequeño asomo la cabeza tratando de distinguir la figura de Raditz en alguna parte pero antes de que pudiera hacerlo apareció una mano sobre él que lo alzo separándolo del suelo y río contento cuando su hermano lo cargo por debajo de su brazo mientras volaba nuevamente hacia su casa.

Kakarotto se removió inquieto logrando que Raditz se detuviera un momento y lo sujetara con ambos brazos para evitar que se cayera, abriendo sus ojitos con mucha sorpresa admirando lo pequeño que se veía todo desde la altura en la que se encontraban. Alzo sus brazos hacia adelante como queriendo que lo soltara a lo que él mayor se alarmo.

-No Kakarotto...tu aun no sabes volar-Dijo Raditz.

A lo que él más pequeño le dirigió una mirada curiosa antes de removerse con mucha más energías sorprendiendo al mayor por su insistencia. Entonces empujo su pecho con rebosante fuerza liberándose de su agarre antes de lanzarse al vacío cayendo en picada. Los ojos de Raditz se abrieron a su máximo punto.

-¡Kakarotto!-Grito antes de volar hacia él pequeño que simplemente reía sintiendo el aire golpeando su cara.

Pero no cayo más que un par de metros antes de que Raditz lo sujetara firmemente de un pie deteniéndolo, con el ceño fruncido y sintiéndose tan molesto como preocupado lo alzo hasta tener su risueño rostro frente al de él pero Kakarotto simplemente sonrío con alegría posando sus manitas en las mejillas del mayor.

-¡Raditz! ¡Kero!-Dijo él pequeño y él Guerrero no pudo evitar derretirse internamente ante la ternura de esas palabras. Suspiro y volvió a cargarlo.

-Regresemos a casa-Dijo él Saiyajin de larga cabellera volando hacia su hogar.

Mientras Kakarotto se aferraba a él abrazándose a su cuello envolviendo su colita en el antebrazo del mayor. En cuanto ambos entraron nuevamente a la casa Raditz bajo a su hermano quien inmediatamente corrió hacia sus juguetes pero en cuanto este hizo esto noto como los pequeños pies dejaban oscuras marcas de lodo por todo el suelo, solo entonces se percato como Kakarotto lo había ensuciado a él también.

Raditz suspiro pesadamente observando los sucios charcos para luego acercarse hasta su hermano que tenía su atención en dos muñecos, se arrodillo a su altura y limpio un poco de la tierra que se había adherido a su mejilla mientras que Kakarotto simplemente le mostraba como ambos juguetes peleaban entre si.

Revolvió sus cabellos azabaches para después cargarlo de nueva cuenta, él pequeño no prestó mucha atención concentrándose en jugar con sus propias manos que justamente en ese momento parecían muy interesantes mientras reposaba la cabeza contra el pecho de su hermano pero en cuanto noto que iban en dirección al baño se apresuro a actuar, ya se había bañado una vez, no pasaría por eso nuevamente. Salto de los brazos de Raditz y salió corriendo.

-¡Kakarotto!-Exclamo él Saiyajin de larga cabellera corriendo detrás de él.

Él niño río mientras esquivaba a su hermano saltando sobre los muebles manchándolos con lodo en el proceso, Raditz palideció ante esto tratando de alcanzarlo pero era un pequeño muy escurridizo. Kakarotto corrió a la cocina subiéndose sobre la mesa volcándola cuando su hermano estuvo por cargarlo colocando una barrera entre ambos que le permitió salir por la puerta del patio.

Raditz bufó siguiendo las marcas que dejaban sus pies sucios y en cuanto salió no lo vio pero fácilmente pudo percibir su ki, que aunque bajo lo sentía con claridad. Sabía que seguramente había vuelto a jugar a las escondidas ¿Por que le tenía que gustar tanto ese juego? Suspiro mientras se cruzaba de brazos sujetando su barbilla de forma pensativa.

Ideando una trampa para capturarlo o en su defecto bañarlo de cualquier modo posible. Su mirada recorrió el lugar y sonrío al ver la manguera saliendo por la esquina de la casa. Kakarotto río bajamente asomándose desde su escondite entre unas lozas de madera buscando a su hermano pero no lo encontró, en cambio vio unas galletas abandonadas sobre un plato en mitad del jardín.

Inmediatamente sintió su estomago rugir y sigilosamente salió corriendo hacia el plato tomando el dulce entre sus deditos sucios antes de morder un gran bocado. Posteriormente cayo al suelo sentado cuando un poderoso chorro del agua lo golpeo mojándolo completamente junto a las galletas. Raditz río triunfante viendo a su hermano limpio nuevamente.

Kakarotto vio su comida mojada por un momento y luego se metió las galletas a la boca sin importarle la humedad. Él mayor se acerco hasta este quien alzo los brazos hacia él queriendo que lo cargara con la boca llena y cubierta de migajas, Raditz lo alzo con una sonrisa apartando algunas migajas de sus cachetes volviéndose hacia la casa.

Pero el resbaloso lodo bajo sus pies lo hizo deslizarse y ambos terminaron sobre el charco dejado por la manguera ensuciándose los dos. Kakarotto se carcajeo mientras que Raditz bajo la mirada derrotado pegando la frente al suelo, él pequeño lo miro curioso ladeando varias veces la cabeza percibiendo la tristeza de su hermano antes de subirse a su espalda abrazándolo por detrás en modo de consuelo.

Raditz sonrío levemente ante la muestra de cariño antes de levantarse lentamente tomando a Kakarotto entre sus brazos, ambos completamente enlodados provocando que él más pequeño riera al ver el rostro negro de su hermano. Él Guerrero río también colocando un poco más de lodo en la cabeza del menor Kakarotto chillo contento frotando un poco más de barro en la cara de Raditz.

Este sonrío y se dirigió dentro de la casa nuevamente. Logrando entrar al baño debido a que su hermano parecía demasiado concentrado en ensuciar más su rostro enlodado como para prestar atención a donde lo llevaba pasando las manos por su frente y apretándole las mejillas. Esta vez Raditz se metió en la ducha con él, quitándose la armadura y mayas utilizando un solo brazo mientras lo sujetaba con el otro.

Luego abrió el grifo provocando que el agua callera sobre ellos limpiando todo el pegajoso lodo que volvió negro el piso de la ducha, Kakarotto chillo con disgusto abrazándose a él como si al hacer eso de alguna forma se estuviera protegiendo del agua. Raditz se aseguro de limpiarlo bien quitando todo rastro de barro de su cabello y cuerpo, mientras se limpiaba a él mismo y procuraba que Kakarotto no escapara.

Finalmente pudo asearse y asearlo con éxito y para evitar que este solo tuviera solo malos recuerdos sobre los baños decidió llenar la tina de agua y jabón para que este pudiera jugar con la espuma. Kakarotto estuvo encantado ante esto adorando las burbujas, creando formas con ellas junto a Raditz. Finalmente él mayor decidió que había sido suficiente y vació la ducha.

Él pequeño vio con tristeza como sus amigas burbujas se deshacían pero no se pudo concentrar mucho en esto ya que Raditz se encargo de secarlo dentro de la ducha para luego conducirlo al cuarto y vestirlo después de que él mismo se colocara una nueva vestimenta. Kakarotto se quejo en cuanto le coloco las mayas seguidas de la dura y pesada armadura.

-No gespiro...ingomodo-Protesto él menor.

-Después de que te acostumbres a utilizarla se ablandara y te resultara mucho más cómoda-Explico Raditz pacientemente.

-¿Po que?-Cuestiono Kakarotto.

-Bueno por que...se estira amoldándose a tu cuerpo. Así como la mía-Respondió Raditz demostrando sus palabras al jalar un poco la armadura que tenía puesta la cual no opuso resistencia.

-Gueno...-Murmuro Kakarotto no muy contento. Él mayor sonrío.

-Juguemos Kakarotto-Dijo Raditz e inmediatamente él pequeño olvido su incomodidad y embozo una alegre sonrisa.

Posteriormente ambos hermanos saltaban sobre la cama del mayor, cada uno armado con una almohada debajo del brazo. Atacándose mutuamente con los esponjosos almohadones asestando golpes al otro divirtiéndose mientras lo hacían incluso cuando el juego comenzó a escalar de nivel y los almohadazos se volvieron fuertes.

Kakarotto río golpeando a su hermano en la cabeza provocando que este tropezara y cayera sentado sobre la cama mientras él menor festejaba su aparente victoria. Pero a penas ocurrió esto los ojos de Raditz se cargaron con un brillo indescriptible, una chispa guerrera que acostumbraba utilizar en las batallas y sujetando fuertemente su almohada salto en el aire hacia Kakarotto.

Él cual abrió los ojos con sorpresa al ver la almohada dirigiéndose peligrosamente a su rostro y dicho ataque lo golpeo directamente en la nariz y no sólo le dolió sino que destrozó el objeto y toda la habitación se llenó de blancas plumas que obstruyeron momentaneamente la visión. Raditz se paralizo una vez vio como Kakarotto cayo de la cama, él menor tenía el rostro rojo y una expresión triste.

-No...no...-Murmuro él Guerrero antes de que su hermano estallara en un fuerte llanto que amenazo con dejar sordo al mayor que inmediatamente corrió a su lado para asegurarse de que se encontraba bien.

-¡HUAHHHHH!-Lloró él menor.

-Kakarotto...Kakarotto...lo siento, no quise golpearte tan fuerte-Se disculpo Raditz al reconocer que se había emocionado. Él pequeño azabache lo miro con los ojos cristalinos hipando audiblemente -Perdón ¿Si?-Dijo él Guerrero pasando una mano sobre sus cabellos.

-Mal Raditz..mal o Raditz...-Murmuro Kakarotto sobando su adolorida nariz.

Raditz aparto sus pequeñas manos y observo lo roja que estaba su nariz la cual toco levemente para ver como estada pero esto solo causo más dolor en él pequeño que volvió a llorar con renovadas fuerzas. Él mayor suspiro antes de cargarlo meciéndolo entre sus brazos para tratar de calmarlo y efectivamente los hipidos disminuyeron mientras apoyaba la cabeza contra el pecho de su hermano.

-De verdad lamento haberte pegado Kakarotto..-Murmuro Raditz arrullándolo -Pero debes recordar algo que si quieres ser un Guerrero algún día-Indico él Saiyajin de larga cabellera captando la atención del más pequeño que lo miro curioso.

-¿Gue cossa?-Pregunto Kakarotto.

-Tu orgullo-Respondió Raditz -El orgullo de los peleadores Saiyajin es lo que los hace los más fuertes del universo Kakarotto, no lo olvides-Dijo él Guerrero.

-¿Ogullo?-Cuestiono él niño confundido.

-Es cuando en lugar de llorar te haces el fuerte y colocas cara de malo-Explico Raditz a lo que Kakarotto simplemente parpadeo sin entender por lo que él mayor quiso explicarse mejor -Algo así ¿Vez?-Dijo colocando la expresión más amargada y cómica que pudo hacer causando que su hermano se riera.

-Gomo Aapá ¿Azi?-Pregunto Kakarotto frunciendo el ceño.

-Si, si perfecto-Dijo Raditz satisfecho -La próxima vez que sientas ganas de llorar en lugar de eso coloca esa misma expresión-Dijo a lo que él menor asintió con una sonrisa.

Pero repentinamente frunció la nariz y antes de que Raditz pudiera preguntar lo que pasaba Kakarotto termino estornudando directamente en su rostro rociándolo con abundante saliva, él mayor cerró los ojos sintiendo el roció pensando que se lo merecía pero Kakarotto continuo estornudando enérgicamente a causa de las plumas esparcidas por el cuarto.

Hasta que finalmente su nariz chorreo manchando su ropa con mocos. ¿Es que acaso era imposible mantener a su hermano limpio? Raditz suspiro antes de regresar nuevamente al baño para limpiarlo. Al llegar lo bajo quitándole la armadura dejando solamente sus mayas pero en cuanto lo hizo la puerta sonó y Kakarotto salió corriendo hacía la sala queriendo saber quien tocaba causando que Raditz fuera detrás de él.

Pero él más pequeño tropezó ensuciando sus mayas con el lodo que había quedado sobre el suelo y que su hermano aun no había limpiado, se levanto rápidamente y trato de abrir la puerta pero la perilla estaba demasiado alta para él. Raditz llegó a su lado cargándolo con un brazo alejando sus traviesas manitas de la entrada.

-No habrás la puerta sino sabes quien esta del otro lado-Reprendió él mayor. Kakarotto parpadeo mirándolo fijamente.

-¿Gomo sse i no abrou la purta?-Pregunto él pequeño Saiyajin. Raditz se mostró pensativo.

-Buen punto-Concedió él joven Guerrero antes de abrir la puerta topándose con su compañero de equipo Rycelo -¿Qué haces aquí?-Cuestiono confundido.

-Venía a ver si estabas libre. Pero ya veo que no-Dijo él Saiyajin de pañoleta naranja observando a Kakarotto quien reía mientras trataba de soltarse, no quería otro baño con agua fría.

-Debo cuidar a mi hermano-Dijo Raditz simplemente dejando que Kakarotto escalara hasta sus hombros.

-En ese caso quizás deberías bañarlo, esta muy sucio-Comento Rycelo con una sonrisa ladina antes de hacer un gesto de despedida con la mano y marcharse.

Raditz bufó alzando la cabeza para observar el rostro de su hermano el cual volvía a estar cubierto por lodo. Suspiro derrotado, cerró la puerta y volvió a entrar dejando a Kakarotto sobre el suelo asegurándose de que no se fuera a ningún lugar depositando una simple caja de cartón a su lado a lo que los ojos del pequeño brillaron con emoción antes de correr alrededor de ella con muchas ganas.

Él mayor busco un trapo y limpio el desastre dejado en la sala y cocina e inclusive cubrió el hoyo hecho en la ventana para posteriormente quitarse su armadura junto a las botas, volvió la mirada hacia Kakarotto observando como este bostezaba metido entre los pliegues de la caja rascándose la punta de la cabeza con su colita. Se acerco hasta él quitándole los zapatos antes de sentarlo sobre su hombro y salir de la casa brincando hasta el techo.

-Quiero relajarme un poco ¿No quieres relajarte? Vamos a relajarnos-Menciono Raditz y Kakarotto simplemente asintió.

Dio un suave suspiro intentando ignorar el hecho de que Kakarotto le había dejado un pequeño charco de baba en el pecho y observo las formas que tomaban las nubes en el cielo. Después de varias misiones junto a su equipo finalmente le habían tocado unos días libres, lo cual le habían hecho bastante falta, no disfrutaba mucho estar lejos de casa.

Ni siquiera lo divertido que podían resultar las purgas y conquista de planetas lograban distraerlo lo suficiente como para olvidar el hecho de que echaba de menos a su madre y a su hermano. Cuando llegó la noche anterior, no alcanzo ni a poner un pie dentro de la casa cuando ya Kakarotto estaba sobre él, literalmente se le había lanzado encima, terminando así ambos en el suelo.

Disfrutaba mucho de la estrecha relación que había logrado forjar junto a su hermano menor en los últimos años, el hecho de que alguna vez deseo ser hijo único quedo en el pasado completamente olvidado. Ahora adoraba ese hecho. Especialmente porque no muchos Saijayins de su edad podían afirmar lo mismo.

La mayoría a los que conocía no tenían hermanos y los que los tenían, no se llevaban nada bien con ellos. A Raditz eso no le sorprendió, la cultura Saiyajin era así. Los lazos familiares no valían nada, solo en su familia podía afirmar que efectivamente se tenían un amor mutuo.

Él moriría por su madre, su padre o su hermano sin dudarlo, igual ellos por él, nadie más podía afirmar lo mismo. Ellos era la gran excepción Saiyajin y pese a ser extraño para los estándares de su raza se enorgullecía de eso, aunque aun le costará un poco admitirlo abiertamente. Observo como el sol ya casi estaba en lo más alto del cielo, pronto sería hora de comer y por consiguiente su madre no tardaría mucho en regresar.

Por lo que debía cumplir con el mandato de su madre antes de que esta volviera, si, pero solo después de pasar un rato más de ocio. Como soldado no tenía mucho tiempo para dedicarse a ser holgazán y después de lo vivido con su hermano, disfrutaría lo que pudiera, pero sin despegar su vista de Kakarotto, eso nunca, su hermano era un niño curioso y despistado, bastaba aunque sea unos pocos segundos de descuido para que se le desapareciera. Y no volvería a cometer ese error.

Estar junto a Kakarotto era una forma fácil de matar el tiempo, siempre jugando, cuidando y respondiendo las infantiles preguntas de su hermano. Incluso se había tomado la libertad de comenzar a entrenarlo, aunque solo le estuviera enseñando lo más básico y a Kakarotto le había gustado ese nuevo tipo de ''juego''.

Entonces repentinamente el pequeño se despertó abriendo sus ojos negros levantándose rápidamente, colocando sus dos manitas en el pecho de su hermano, volteando hacia una dirección especifica con emoción reflejada en su mirada. En los ojos de Raditz se reflejo lo mismo al percibir el tan conocido ki aproximarse. Y al escuchar el característico sonido de las botas de batalla chocar contra el suelo no pudieron contener su alegría.

-¡Aapá!/¡Papá!-Gritaron ambos hermanos al mismo tiempo, mientras se asomaban por el filo del techo topándose con la figura de su padre a punto de entrar a la casa, llevando una pequeña bolsa con sus cosas por encima del hombro.

-Oh...Raditz..Kakarotto..¿Qué hacen hay?-Cuestionó Bardock con una media sonrisa, elevando la cabeza para poder observar mejor a sus hijos. La armadura de su pecho estaba algo rallada y desgastada, así como el resto de su traje el cual estaba cubierto con un poco de tierra y polvo.

-Estábamos descansando un poco-Respondió Raditz tomando a su hermano en brazos y volar hasta el suelo -¿Como te fue?-Pregunto mientras que por su parte Kakarotto salto de sus brazos y corrió a abrazar las piernas de su padre.

-Bien. Aunque fue algo más difícil de lo que habíamos esperado-Dijo Bardock colocando su gran mano en la cabellera idéntica a la suya propia de su hijo menor -¿Y Gine?-Pregunto él Guerrero buscando a su pareja con la mirada.

-Aamá fue al tragago-Respondió Kakarotto rápidamente con su típica sonrisa.

-Vendrá a la hora del almuerzo-Agrego Raditz.

-¿Y a ti? ¿Como te fue en tu ultima misión? ¿Hace mucho que regresaste?-Pregunto Bardock apartando suavemente al menor para entrar a la casa, seguido de cerca por los dos niños.

-Nos fue muy bien. Fuimos al planeta Jaateck del tercer sector, fue muy sencillo purgarlo. Aunque Turles se lesiono. Luego de eso nos dieron dos meses libres, regrese apenas ayer-Contó Raditz y luego frunció los labios.

-Mis superiores están muy contentos con mi desempeño y me han dicho que si continuo así pronto podre aspirar a ser comandante de mi propio escuadrón-Informo observando a su padre algo ansioso.

-Me alegra escuchar eso-Dijo Bardock mirándolo con orgullo.

Aquello significaba que su hijo se estaba convirtiendo en un gran Guerrero Saiyajin y pronto podría ir a purgar planetas de alto nivel como él, y no podía estar más feliz por eso. Eso era lo único que deseaba para sus hijos que fueran poderosos y respetados por los suyos. Y Raditz estaba escalando cada día más para lograr esa meta. Como padre Saiyajin no podría estar más feliz.

-Pronto tendremos que ir a algún planeta para purgarlo juntos-Dijo Bardock mientras colocaba una mano sobre su hombro. Raditz lo miro con sorpresa un momento y luego sonrío sintiéndose muy contento. Bardock sonrío levemente colocando la mano en su mejilla para luego darle unas palmadas amistosas.

-Eso es. Y tu Kakarotto...debes prepararte porque para allá vas-Dijo él Saiyajin mirando a su hijo menor. Kakarotto sonrío enormemente, asintiendo mansamente, en su mente infantil lo único que quería era ser como su grandioso Papá y su increíble hermano mayor. Bardock sonrío, volviéndose hacia Raditz.

-¿Sabes que tanto más falta para que venga Gine? Ya muero de hambre-Dijo Bardock frotando levemente su estomago, que comenzaba a rugir estruendosamente. Raditz se sujeto el mentón pensativo.

-No estoy seguro. Mamá dijo que estaría en casa a tiempo para hacer la comida-Respondió él niño de larga cabellera azabache.

Él mayor frunció el ceño, tenía mucha hambre pero sino quería comer solo un trozo de carne insípida debía esperar a Gine, esa era una de las cosas que había amado al comenzar su vida con ella, preparaba una comida deliciosa y en ese tiempo descubrió con sorpresa que no sabía que la comida podía saber tan bien hasta que probó la que ella le preparo.

Y ahora, ciertamente aunque podía cocinar, se negaba a comer otra cosa que no fuera la comida de su hembra, ya había comido demasiadas cosas locas en otros planetas, quería degustar lo que preparaba Gine. No tenía opción, aunque se muriera de hambre, la esperaría, cielos, se había vuelto demasiado dependiente de su presencia.

-También dijo que debía bañar a Kakarotto antes de que llegará-Comento Raditz rascándose la cabeza.

-¿Qué tan difícil podría ser?-Dijo Bardock con diversión, Raditz bufo alzando las cejas y desviando levemente los ojos a un lado mientras llevaba los brazos detrás de su cabeza sin responder. Él Saiyajin mayor volteo a ver a su hijo menor, cuando repentinamente notó que no estaba -Eh...¿Kakarotto?-Dijo buscándolo con la mirada, pero no había rastro de él.

-Mierda...-Murmuro Raditz rápidamente para luego salir corriendo. Se había descuidado cinco segundos ¡Cinco segundos! Bardock lo miro confundido y fue tras él.

Observo que Raditz estaba parado en medio de la sala de estar en posición de alerta, escaneando con la mirada cada rincón y atento a cualquier ruido que escuchara. Buscando, esperando...Por su lado derecho capto de reojo una pequeña sombra moverse rápidamente, dejando el eco de su risita traviesa resonando por toda la habitación. Raditz frunció el ceño. Si creía que iva a salirse con la suya estaba muy equivocado.

De repente sintió algo pasar entre sus piernas. Raditz bajo la vista justo para ver como corría velozmente en un intento desesperado por huir y refugiarse en la seguridad de su cuarto. Pero Bardock fue más rápido, lo sujeto firmemente de las mayas negras alejando sus traviesos pies del suelo. Kakarotto rió mientras se removía en un intento de liberarse sin éxito.

-¿A donde creíste que ibas?-Cuestiono Bardock con cierta diversión en su voz. Por su parte él pequeño se carcajeo para luego estirar sus manitas hacia su hermano.

-¡Raditz! ¡Raditz!-Llamo Kakarotto en busca de auxilio y así liberarse del agarre de hierro de su padre. Él Saiyajin de larga cabellera se acerco y Bardock lo dejo en sus brazos.

-De todas las palabras que dice, tu nombre es lo única que pronuncia bien-Comento Bardock. Raditz asintió dándole la razón.

-Ahora será mejor que lo meta en la ducha antes de que Mamá llegue-Dijo Raditz dándose media vuelta para dirigirse al baño.

Dispuesto a cumplir con la misión que Gine le había impuesto antes de irse esa mañana. Bardock tomo asiento en el mueble de la sala, quitándose las botas de batalla y la armadura de guerra dejándolos en una esquina, mientras esperaba que sus hijos salieran del baño para poder tomar una merecida ducha. Raditz bajo a su hermano al suelo, junto a la bañera y lo ayudo a quitarse la ropa.

-Ahora metete Kakarotto-Indico él mayor mientras colocaba la ropa sucia en el canasto.

Pero cuando se volteo en lugar de encontrarlo dentro de la bañera, Kakarotto estaba parado encima del lavabo con las manos apoyadas sobre el espejo mientras veía su reflejo como si fuera lo más increíble que hubiera visto en su corta vida. Raditz soltó un suspiro.

Su hermano además de ser demasiado inquieto, tenía el lapso de atención de un insecto por lo que tenía que ingeniárselas para que Kakarotto estuviera lo suficientemente atento como para permanecer en el baño y preferiblemente dentro de la bañera el tiempo suficiente como para bañarlo nuevamente.

Su mirada cayo sobre el estante que había en la pared, en el cual se encontraba un simpático juguete de baño al lado de un jabón. Raditz recordó aquel objeto, se suponía que era algo que servía para hacer compañía durante el baño, perfecto para entretener a su hermano el tiempo suficiente.

-¡Hey! Kakarotto-Llamo Raditz. Y él menor volteó al oír su nombre con los ojos bien abiertos llenos de curiosidad.

-Oh...¡Pat! ¡Pat!-Exclamo Kakarotto tomando entre sus manitas el juguete muy similar a un patito de hule y mientras estaba distraído inspeccionándolo Raditz lo cargo de las axilas y lo metió en el agua de la bañera -Raditz..-Llamo mostrando el juguete a su hermano con una sonrisa.

-Si, esta muy lindo-Asintió él mayor mientras comenzaba a enjabonar a su hermano.

Mientras que Kakarotto jugaba con emoción con el juguete, haciendo que este nadara y lo apretaba para que chillara, viéndose muy contento jugando con aquel pedazo de hule. Raditz tomo un poco de champú y comenzó a lavarle la cabeza, generando una gran cantidad de espuma de jabón. Kakarotto río al ver la espuma caer a sus lados, tomando un puñado entre sus manitas y luego sopló, sonriendo contento al ver la espuma caer.

Sopló con más fuerza carcajeando cuando voló fuera de la bañera, manchando el suelo de espuma. Raditz se giro para colocar el champú nuevamente en su lugar dejándolo sobre la repisa pero cuando se volteo Kakarotto ya no estaba, dejando solamente un camino de jabón sobre el piso. Él Saiyajin bufó ¿Por qué su hermano complicaba tanto las cosas convirtiendo la hora del baño en toda una batalla? Para Gine le era más sencillo lidiar con él, por eso era ella, la que lo hacía normalmente.

Pero para cualquier otro que lo intentara, bueno, eso era otra historia y para Raditz era todo un reto pero por lo menos ahora no le tocaba enfrentarlo solo. Bardock tenía los brazos cruzados por detrás de su cabeza mirando el techo sin ningún interés cuando el sonido de pequeños chapoteos capto su atención, por lo que alzo la cabeza topándose con Kakarotto cubierto de jabón escapando del baño.

-Kakarotto-Pronunció él Guerrero arqueando una ceja. Él pequeño se volvió hacia él y luego sonrío alzando el pequeño juguete frente a él.

-¡Aapá! ¡Miga Pat!-Exclamo él lindo Saiyajin mientras empapaba el suelo con agua enjabonada.

-¡Kakarotto!-Llamo Raditz saliendo del baño.

-¿Tan difícil te resulta bañarlo?-Cuestiono Bardock extrañado.

-Es más complicado de lo que parece-Aseguro Raditz encogiéndose de hombros.

-Lo haré yo-Dijo Bardock mientras se levantaba, cansado de esperar. Él Saiyajin de larga cabellera lo miro con cierta sorpresa.

-¿Estas seguro?-Pregunto Raditz.

Bardock le dirigió una mirada un tanto ofendida, por supuesto que estaba seguro de poder hacer algo tan sencillo como eso, pero en lugar de responder simplemente asintió y cargo con un solo brazo a su hijo menor entrando al baño. Asegurándose de cerrar la puerta detrás de él para evitar que él niño escapara de nuevo y una vez que lo hizo puso a su pequeño retoño sobre el suelo. Kakarotto alzo la cabeza dirigiéndole una mirada curiosa a su padre ladeando la cabeza de un lado a otro.

Él adulto de brazos cruzados le devolvió una mirada de superioridad. ¿Acaso Raditz en cerio creía que ese pequeño niño podría con él un Guerrero experimentado? Y no solo eso, él mejor de su Clase. Kakarotto sonrío de forma traviesa aplaudiendo con sus manitas a la par que enrollaba su colita, a lo que Bardock no pudo evitar sonreír levemente ante la ternura natural de su hijo. Entonces Gine llego a casa, entrando por la puerta con algunas bolsas repletas de comida.

-¡Mamá!-Dijo Raditz con una sonrisa corriendo al encuentro de su madre.

-Hola Raditz-Dijo Gine con una sonrisa. Él niño cargo las bolsas dispuesto a ayudarla -Cariño no tienes que ayudarme-Aseguro la Saiyajin.

-Claro que si. Además no es problema-Dijo Raditz restándole importancia mientras llevaba las compras hasta la cocina. Gine sonrío al ver que como su hijo colocaba las bolsas sobre la mesa.

Y como agradecimiento paso una mano sobre su larga cabellera azabache depositándole un suave beso en la frente, haciendo sonrojar las mejillas de Raditz quien solamente pudo sonreír contento. Repentinamente ambos se voltearon al escuchar un fuerte ¡SPLASH! seguido inmediatamente por la conocida risa del menor de la familia. De repente apareció Kakarotto corriendo desde el baño mientras reía a carcajadas y detrás de él apareció un furioso Bardock completamente empapado.

Los ojos del hombre se encontraban enrojecidos ardiendo ante todo el jabón que había entrado en ellos cuando al acercarse a la tina su pequeño hijo lo había empujado sumergiendo su cabeza dentro del agua mezclada con champú, solamente luego de haberlo salpicado por un largo rato y aventarle los objetos del baño el cual ahora se encontraba desordenado en un completo caos.

Ahora él experto Guerrero corría intentando atrapar al niño pero este parecía ser muy rápido para su padre. Escurriéndose de su agarre con facilidad mientras se arrastraba debajo de los muebles provocando que Bardock en su intento de captura los volcara tratando de sujetarlo sin éxito dejando un camino de desorden detrás de él, negándose a dejarse vencer.

En un punto Kakarotto se tiro de panza al suelo riendo mientras se deslizaba debido al jabón y cuando su padre corrió tras él sus botas tocaron el champú provocando que debido al impulso terminara resbalándose patinando sobre el piso hasta que termino impactando duramente contra la pared dejando grietas en el muro.

Inmediatamente Bardock se separo de la pared emitiendo un gruñido molesto antes de volver a perseguir a Kakarotto quien simplemente chillo emocionado viendo la persecución como un divertido juego. Los dos estaban tan inmersos en su pequeña batalla que aun no se habían percatado de la presencia de Gine quien tuvo que carraspear un poco para hacerse notar.

-¡Aamá!-Grito Kakarotto inmediatamente cuando la vio corriendo hacia su madre, encontrando un refugio a salvo de su padre en los brazos de su madre

-Se nota que te divertiste mucho-Aseguro Gine pasando una mano sobre la corta cabellera alborotada de su hijo menor.

-Haja...Aapá es digertido igua gue Raditz-Dijo Kakarotto sonriendo.

Gine alzo la cabeza fijando la vista en su compañero que permanecía a mitad de la sala con los brazos cruzados sobre su pecho junto a un muy marcado ceño fruncido que brillaba en su rostro con agua escurriendo por todos los lados de su ropa. La Saiyajin le dirigió una sonrisa gentil antes de acercarse hasta él y plantarle un pequeño beso en los labios como recompensa por su gran esfuerzo.

Dándole la bienvenida al mismo tiempo, lo había echado de menos. Las duras facciones del Saiyajin se suavizaron ante el amoroso gesto de su hembra dejando ir su disgusto complaciendo a la mujer que solo entonces se volvió hacia Kakarotto con una sonrisa pintada en sus labios meciéndolo suavemente entre sus brazos provocándole pequeñas risas.

-Ahora...¿Listo para bañarte?-Pregunto Gine bajándose un poco a su altura.

-¡Sii!-Grito Kakarotto con una radiante sonrisa saltando de los brazos de su madre para correr felizmente al baño.

Los dos Saiyajins se quedaron con la boca abierta ante esto para luego fruncir el ceño cruzando los brazos en perfecta sincronía envidiando solo un poco la manera en que Gine manejaba al más pequeño de la familia.

Pese a esto lo comprendían perfectamente pero no podían negar que hubiera sido bueno que Kakarotto se los hubiera puesto más fácil, aun así no comentaron nada al respecto observando como Gine entraba al baño detrás del pequeño Saiyajin quien ya se había metido obedientemente dentro de la tina.

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¿Qué tal?

Espero que lo hayas disfrutado XD

¡Adoro a esta familia!

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