¡Hola!
Aquí marsy21 con una nueva historia, llevaba mucho tiempo entre mis documentos, pero ha sido publicada hasta estos días por razones técnicas. Es especial pues es sobre Rico, sentimientos de tristeza y promesas rotas.


Memorías y promesas rotas.

De alguna manera siento que debo protegerle, necesita el cariño y la calidez de las personas, el mundo es cruel. Ha nacido con un rostro que pide a gritos no romperle el corazón, entonces ¿Qué puedo hacer yo para evitarlo? Sería tonto hacerle promesas que no pueda cumplir, sería tonto velar porque esté bien, ella vale por cien, es un diamante en bruto al que si se le pule, es algo digno de admirar. Las Tropas Estacionarias la necesitan, pero es un acto egoísta dejarle reparar los muros, cuando ella ha nacido para volar, para salvar a la gente de esta hueste enemiga como ya lo ha hecho, de lo cual fui testigo.

¿Terminará algún día esta tragedia? ¿Podrá la raza humana imponerse a los titanes? ¿Podremos vivir sin la humillación de ser siempre la presa? ¿Moriremos de rodillas sin haber logrado algo?

Acabo de ver a mis compañeros caer, protegiendo a la esperanza de la humanidad como le dicen a ese chico, siguiendo mis órdenes, siguiendo un plan de cual se desconoce el resultado. Estar al frente de una operación suicida no es fácil, si he de dar mi vida por la de alguien más, lo haré sin dudarlo. Nadie espera que llegue el día de morir, sin embargo esto pasa, es tan triste irte sin una despedida digna, es doloroso el precio de la libertad, lo último que veo es a ella corriendo con su amigo, van a defenderlo, van a defender el sueño de muchos, darán el paso, donde se cerrará una puerta, se abrirá la gloria.

Rico, sé que tú harás un buen trabajo guiando a los demás, perdón por no sobrevivir como lo había prometido, sé que encontrarás una forma de terminar con todo esto. Mitabi, amigo, compañero, pronto nos vamos a reunir, espera un poco, ahí estaré.

La líder de escuadrón Rico Brzenska, perteneciente a las Tropas Estacionarias, fue la encargada de indicar el éxito de la misión, disparando la señal de humo. Entre lágrimas y de rodillas da por hecho que todo sacrificio ha valido la pena, ninguna muerte fue en vano, es un día histórico pues; por primera vez se logró demostrar que el humano no siempre es la presa.

Sellar el muro con una roca, le trajo a la humanidad la primera victoria sobre los titanes, las muertes de soldados y cadetes, no fueron en vano. La Legión de Reconocimiento y la artillería fija de las Tropas Estacionarias se encargaron del distrito Trost.

Al aparecer la Legión de Reconocimiento, la cantidad de titanes en la zona disminuyó, sin embargo, el destino tenía otros planes para Eren, quien quedó bajo disposición de las autoridades. Los cadetes de las tropas de entrenamiento cooperaron con las labores de limpieza del lugar y reconocimiento de los restos de aquellos que cayeron en la batalla.

— ¡Ackerman, Arlert! Después de todo, el arma secreta de la humanidad sí funcionó...aunque a costa de muchas vidas. Espero que ya estén enterados del cómo se procederá con su compañero –comentó la mujer —tengo ordenes de vigilarlos lo que reste del día de hoy, además del día del juicio, de principio a fin.

— ¿Un juicio? Eren no ha hecho nada malo, al contrario –la chica del cabello negro tomó a su superior por las solapas — ¡él no es el culpable!

— ¡Eso no lo decides tú, ni Arlert, mucho menos yo! ¡Entiende, eso no es algo que decidamos nosotros! ¡Quítame las manos de encima! Respeta a tus superiores, niña.

—Mikasa, contrólate por favor, no está diciendo nada que no tenga sentido – el rubio sujetaba a su amiga, tratando de apartarla de su superior.

—Está…bien –la cadete soltó las solapas de aquella mujer —discúlpeme.

—Que difícil resulta tratar con niños –dijo Rico mientras se acomodaba sus ropas y cabello — Vi lo que pasó con Mitabi y su escuadrón, lamento su perdida era alguien a quien estimo mucho, pero ¿Dónde está Ian? Él viene con nosotros también.

—Eh –Armin trató de hablar.

— ¿Qué pasó chicos? Hablen –quintándose los lentes y comenzando a limpiarlos —los escucho.

—E-el líder Ian…f-fue –tartamudeó el rubio.

—Fue decapitado por un titán, al salvar a un compañero –completó Mikasa.

—Maldición –susurró la líder, sorprendiéndose al oír la noticia —Bien, supongo que era algo que sucedería tarde o temprano… –habló en voz alta, a la par que reacomodaba sus lentes y daba media vuelta —vamos chicos les acompañaré hasta la salida.

Las guerras siempre serán el sinónimo de la lucha por un objetivo, implicando en ello la muerte de personas, de recuerdos, de lugares, de muchas cosas que no se deben perder. Las vidas no son remplazables y aprenderlo resulta complicado, porque se aprende de la peor manera.

Aquella tarde aún se podía escuchar el estruendo de los cañones dentro del distrito. Un grupo de tres personas se encontraba en su andar hacia la salida del muro Rose, guiándolos, una mujer de baja estatura, cabello gris plateado, con lentes que protegían su vista, ella vestía el uniforme de las Tropas Estacionarias. Le seguían dos de los cadetes sobrevivientes de la tropa 104; una joven cuyas habilidades le adjudicaban valer por cien soldados, acompañada por un muchacho con una gran inteligencia, físicamente no era el más alto ni el más fuerte, pero sin duda el más sensato.

El andar de aquellas personas se detuvo cuando la mujer que les guiaba se encontró con alguien…

Desde el principio se sabía que esto era un suicidio colectivo, incluso si ello implica conseguir un mínimo triunfo.

Ian, es una locura, míralo, el novato ni siquiera puede levantarse, casi mata a Ackerman, ¿necesitas más pruebas de que esto definitivamente no va a funcionar?

No entiendo sus motivos para que haya hecho lo que hizo, pero una cosa si te voy a decir, que te quede muy claro, ¡si es la única forma de lograr algo, hay que darlo todo!

¡No Ian, entiéndelo tú, esta misión absurda fracasó, incluso antes de iniciar!

¡Guarda silencio, quien da las ordenes soy yo, Rico! Dime ¿conoces otra forma de acabar con los titanes?

¡No, no sé de una! Pero voy a luchar y enseñarle a esas malditas cosas, lo terrible que somos los humanos, ¡óyeme bien, me niego a morir como un perro!

—Y pensar que la última conversación que tuvimos fue esa, me hubiese gustado una charla más agradable –aquello que había encontrado la mujer, era la cabeza de su compañero, lágrimas de dolor, de tristeza, de coraje, comenzaron a salir de los orbes grisáceos de la líder, rodando por sus mejillas, la impresión de ver a su compañero de esa manera, sin dudarlo fue un duro golpe, un golpe que la hizo ponerse de rodillas y levantar lo que quedaba de su alguna vez amigo y compañero de filas, tornando el momento en un intento de abrazo de despedida, una larga despedida, llena de memorias y de promesas incumplidas.

Chicos, en estos días llegan los nuevos reclutas, es raro que esta ocasión no nos hayan pedido ir a hablar con las tropas de entrenamiento, –Ian comenzó la conversación –tal vez tengan ya planeado ir a la Policía Militar.

Si ese fuera el caso, sería un desperdicio ¿Qué dices tú Rico? –Cuestionó Mitabi.

Estoy de acuerdo contigo, pero al menos estarán vivos, en cambio si van a parar con los locos de la Legión de Reconocimiento, espero que su muerte haya sido por algo con sentido –contestó la mujer.

Rico, no seas tan pesimista, supe que mañana entrenaran en Trost, podríamos ir a ver, contemplar la posibilidad de no sé, tal vez, ¿convencer a unos cuantos cadetes de que se unan?

No es mala idea, inclusive nos podríamos reunir con los diez mejores –argumentó el otro hombre.

Mitabi, no lo animes de esa forma, además ¿de cuánto es esa probabilidad de que los diez se unan a nosotros? A veces dices cosas que en verdad me hacen querer reír –

¿En verdad puedes reír? Vaya que cada día se aprende algo nuevo, Rico tu siempre de aguafiestas, le quitas la divertido a la vida, no te tomes todo tan en serio. Reparar los muros, estar limpiando los cañones de la artillería fija y de vez en cuando… trabajar con la Legión, ¿no te parece divertido? –el hombre revolvió la cabellera de su compañera.

En lo absoluto, sí, sí que lo es Mitabi –dijo acomodándose el cabello tras de la oreja —en especial la parte donde te usan como carnada, es lo más fabuloso de todo el asunto.

Me agrada verlos tan animados chicos, no perdemos nada con ir a ver, vayamos…"

No perdemos nada con ver…que lastima, sólo vimos como las cosas cambiaron súbitamente.

¡Los titanes han atravesado el muro Rose por la puerta norte de Trost! Necesitamos que evacuen la ciudad, serán asignados con escuadrones conformados por ustedes y los cadetes en entrenamiento, no hay tiempo que perder ¡a trabajar!

—Cuando algo ya está mal, ya no puede ponerse peor ¿o sí?

Es increíble Rico, esa chica está completamente en otro nivel, la asignaron a mi escuadrón, su nombre es Mikasa Ackerman, es la numero uno de los mejores diez, necesitamos de su talento en las Tropas Estacionarias…Rico, ¿me estás escuchando?

Ian, justo ahora no es tiempo para hablar de esas cosas, mira hacia allá, es un asunto serio

—…bien, al menos finge que te importa ¿no? –contestó.

¿Quieres que finja ponerle atención a algo que no me interesa? ¡Ésta es la realidad, deja tus fantasías para después Ian! –exclamó la mujer.

El silencio se apoderó del momento.

¡Fuegooooo!

Se escuchó el furioso sonido de un cañón, captando las miradas de los testigos, presenciando la escena. Los rumores de varios soldados se dejaban escuchar entre la multitud.

¿Es eso el esqueleto de un titán? Detuvo la bala del cañón…

Representa un peligro, eso es una abominación no un humano, no puede vivir entre nosotros.

¿Y si esos tres niñatos se pueden convertir en titanes?

El capitán de las tropas estacionarias había tomado una decisión.

Si ese es el caso, también deben de ser exterminados ¡artillería, preparen los cañones, mantengan a esos tres como objetivo!

Señor, no puede tomarse este asunto tan a la ligera, esa chica de ahí es Mikasa Ackerman, vale por cien soldados ordinarios, una baja como ella resultaría en una gran pérdida, necesitamos de su fuerza, no de la orden de disparar, señor.

Tonterías Ian, esa niña de ningún modo puede hacer eso, déjame hacer mi trabajo".

Esos tres se salvaron porque Arlert tuvo mucho valor, también porque Pixis detuvo al capitán Wilmar, discúlpame por haberte dicho todo eso, tenías razón.

¿Así que un titán cambiante es la mejor carta a jugar? Pixis está loco y quien le dio la idea también.

Es increíble ¿no? Vamos a jugar al suicidio, te doy la razón Rico.

Por favor, chicos, no es únicamente su vida ni la mía las que están en juego, son muchísimas más. Vean a aquellos tres, estoy seguro de que no entienden lo que pasa, pero van a cumplir con su deber, ese muro no se va a sellar solamente con una roca, también depende de nosotros… Mitabi, hazme un favor ¿podrías adelantarte? Hay algo que necesito platicar con Rico.

Está bien, nos vemos, adiós chicos –se despidió.

Rico, sé que no estás de acuerdo con esto –comenzaba a hablar cuando se vio interrumpido.

¿Estar de acuerdo? ¿Con esta locura? ¡Por supuesto que no! ¿Qué sigue Ian, ponerle sobre los hombros una misión increíblemente absurda a un novato? Espera, ya lo hicieron, no estoy ni estaré de acuerdo, ¡entiéndelo, idiota! –Exclamó embravecida la mujer.

Rico, tú también fuiste una novata, pero las circunstancias fueron otras, unas muy distintas, no pasaste por lo que esos novatos; como tú les dices, han tenido que pasar. Claro que es absurdo, claro que soy un idiota por creer que las cosas se pueden solucionar, pero si tú terminas con tus esperanzas y las de los otros, entonces, hazme un gran favor grandísima tonta, apártate y déjame cumplir con esta misión, no necesito en mi equipo a personas que no creen siquiera en sí mismas ni en los demás. Cuando esto termine iré a reclutar a quienes realmente no teman a hacer las cosas.

—…

¿No vas a hablar? ¿No piensas defenderte? Nunca te quedas callada ¡Habla o hazte a un lado!

Ian, tengo miedo de morir, morir en vano, comprendo que las circunstancias no son las mismas, es por eso que no quiero participar en algo donde la muerte es lo más factible, es lo único que está asegurado, no quiero morir, ni que lo hagan los novatos, mucho menos las personas que aprecio y las que estén a mi mando. Si pensar egoístamente me vuelve una cobarde, entonces lo soy, eres el idiota más valiente que he conocido. No me apartaré, porque somos un equipo, pero sobre todo, porque ese niño me hizo recordar que como soldado también he jurado dedicar mi vida por el bien de la humanidad, si hoy tengo que morir, entonces he de morir, de lo contrario, juro que sea cual sea el resultado, nunca me rendiré y estaré ahí en el frente de batalla. Cuando todo esto termine, iremos los tres a buscar esas personas que tanto buscas.

Rico, idiota, no moriremos, al menos no hoy, lo prometo. Tú eres la cobarde con más agallas que he conocido. Iremos, reclutaremos gente y cambiaremos la forma horrible en que se mira a las Tropas Estacionarias, ¡andando, no perdamos más tiempo!

¡Entendido!

—Al final las cosas no resultaron según lo planeado ¿verdad? Imbécil, no cumpliste con tu promesa, ¿Qué voy a hacer yo sola de ahora en adelante? ¿Hay una última cosa que pueda hacer por ti?... ¿No vas a hablar?...Claro, iremos a buscar gente que pueda cambiar las cosas…Adiós, amigo.

Los cadetes que acompañaban a aquella mujer se aproximaron a su presencia.

—Líder Rico, ¿se encuentra bien?

—Armin, guarda silencio, no es momento para preguntar eso.

—Arlert, Ackerman, estoy bien, sólo me despedía, aunque es difícil abandonar aquí a una persona querida, –se puso de pie —bueno a lo que quedó, no creo poder encontrar el resto de su cuerpo, -añadió —así que…supongo que se quedará aquí.

— ¿No organizarán funerales?, debería llevar los restos a un lugar más apropiado.

—Armin, no intervengas en esto.

—Sólo digo que es lo más razonable en estos casos Mikasa.

—Está bien chicos, no peleen por favor, no peleen, veré que puedo hacer, llevaré esto conmigo, – se quitó la chamarra y envolvió a cabeza con ella -¡andando aún nos queda camino!

El grupo de personas continuó su andar para llegar a la puerta sur de Trost. Se detuvieron un momento para cruzar.

—Bien novatos, yo los acompaño hasta este punto, estén pendientes, los buscaré el día que sea el juicio, no hagan cosas imprudentes, cuídense –sin esperar a escuchar respuesta, la mujer dio la vuelta y retomó su caminar, así continuó hasta que su cansada silueta desapareció en el horizonte.

—Armin deberíamos hacer lo mismo, ha comenzado a hacer frio, volvamos a la base –poniendo la bufanda contra su cara.

—Mikasa, la líder Rico se miraba muy triste, no parecía la mujer acostumbrada a luchar y dar órdenes, tú también luces triste y cansada.

—La historia de este mundo se repite, una y otra vez, a veces la razón le gana al corazón, a veces eso ya no importa. Dime Armin, ¿Cómo puede ser el mundo tan cruel y tan hermoso a la vez? Te da motivos para seguir viviendo pero cuando menos lo esperas te los quita. Es normal que ella luzca así, al igual que nosotros, hoy perdió a quienes quiso, con quienes compartió la mesa, ahora ella también nos comprende. Dime ¿es normal que veamos como normales a aquellas cosas que no deberían serlo?

—Nadie conoce la verdad absoluta sobre este mundo Mikasa, si te dijera algo que no sé, te estaría mintiendo, a ti no te podría mentir, tal vez todo eso pasa para poder ser fuertes y poder soportar la tempestad, aunque el volvernos fuertes implique olvidar nuestros sueños, sabes…yo aún quiero conocer el exterior, compartía ese sueño con Eren, de alguna forma siento que él sólo me seguía la corriente, pero me sentía bien porque alguien me escuchaba, a ti te debo muchas de las veces que me has defendido, juro que algún día te devolveré cada una de ellas. Los sueños Mikasa, no deben verse nublados por la necesidad de sobrevivir, el mundo es hermoso cuando sabes disfrutar de lo que llamamos vida, cuando podemos vivir sin problemas porque conocemos la solución cuando no ignoramos o tememos lo desconocido; el mundo es cruel cuando nuestros miedos pueden más que nuestra voluntad, también cuando vemos irse a todo lo que alguna vez amamos.

—… ¿Qué pasa si no puedo proteger a Eren? ¿Qué pasa si no puedo salvarte a ti? Ustedes son lo más preciado que tengo y estoy dispuesta a matar a quien sea, incluso a morir si es necesario para mantenerlos a salvo. No permitiré que ni los titanes ni las personas me arrebaten una vez más a mis seres queridos. Lo prometo, oye, ¿Qué crees que pase de ahora en adelante?

—Nadie conoce exactamente que va a suceder, después de lo que pasó hoy, todo cambiará, de eso estoy seguro.


N/A: So ist es immer, queda bien para esto. Por cierto, ya viene el final del manga, me da gusto haber conocido esta obra, le tengo mucho cariño.

N/A2: Prometo que algún día actualizaré; Con violetas no se consigue el amor.