Renuncia de derechos: Una casa de locos e Invasor Zim no me pertenece.

"La cosa de afuera"

En un área rural, alejada y solitaria de Estados Unidos vivía un chico de nombre Lincoln Loud, buen muchacho y un chico fuera de serie.

Pero la vida no lo agració, nació pobre, y de la peor clase de pobre, porque venía de una familia rota, que gozo de cierto privilegio de pertenecer a la clase media, su papá Lynn Loud murió hace mucho y su mamá Rita Loud era una mujer muy solitaria, vivían en un trailer sin luz, pero Rita tenía un buen amigo de nombre El profesor membrana en circunstancias, además contar, pero era adinerado, tenía una propiedad, una área de muchas hectáreas, dejaba a Rita y a su hijo quedarse en los campos de su propiedad , la mujer podía palcar el trailer allí, podía quedarse allí y no tener que pagar impuestos.

Pero el tráiler no tenía luz, afortunadamente a 20 metros del tráiler había una casita pequeña como una habitación y tenía luz, había un camino pavimentado que estaba cerca del tráiler y va la casita y luego se perdía y a lo lejos como una milla dónde estaba la casa del profesor membrana.

Había una cerca muy alta de 2 metros y atrás había un perro bastante bravo, Lincoln le tenía miedo al can, el profesor Membrana le decía que fue maltratado por críos malcriados y no era de muy buenas pulgas.

Lincoln jugaba mucho en esa caseta, donde tenía luz y electricidad. Él jugaba con su Sega Genesis instalado con un televisor viejo. A menudo, él invitaba a su mejor amigo Dib Membrana. Pero esta vez lo invitaba a dormir y a jugar con él al Sega Genesis.

Aproximadamente a las seis de la tarde pusieron Sonic 3 para jugar y se quedaron jugando hasta terminarlo como a las dos de la mañana, pero no estaban cansados, ellos querían seguir jugando a otros juegos. Su madre ya se había acostado a dormir en el trailer y los niños jugaban, jugaban y jugaban. De repente, Lincoln escucha algo, algo que viene de los árboles que apenas se puede ver, tenuemente, acompañado por la luz de la luna un ruido extraño de algo que se venía acercando. La caseta no tenía ventanas pero él lo pudo escuchar.

-¿No escuchaste eso?- le pregunta Lincoln a Dib.

Y él estaba más concentrado en el juego que en otra cosa así que le respondió:

-No, no escuché nada.

Pero de repente el sonido se hizo más duro, y esta vez Dib lo escuchó pero no le dio importancia. Siguieron jugando hasta que pasó media hora. Hacía frío, tanto que hacía tiritar. Dib suelta el mando y pone en pausa el juego.

-Mira, necesito ir al baño.

Pero el baño quedaba en el trailer.

-OK, te espero aquí.

Dib se va y Lincoln se queda jugando,pero él es muy consciente del tiempo como solo un niño puede serlo. Y considera que Dib se está tardando mucho. Con el mando, pone pausa, lo deja sobre la alfombra, se pone de pie y se dispone de ir a buscar a Dib.

Abre la puerta y pega un grito, porque Dib estaba ahí, parado en la entrada y encarando la puerta con los ojos muy grandes y en un silencio total, como si fuera una estatua o un muñeco, con la mirada perdida y completamente quieto. Lincoln da dos pasos hacia atrás, llevándose la mano al pecho.

- Maldición, me asustaste, ¿qué te pasa?

Él interpreta eso como que le quiere jugar un broma.

- ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes? Ya, deja la estupidez.

Lincoln rodea los ojos con fastidio porque Dib no reacciona.

- Voy a buscar algo de comer y aprovecho para ir también al baño.

Y bruscamente lo hace a un lado para ir al trailer. Pero cuando Lincoln toca a Dib se da cuenta de dos cosas: él estaba tieso, como si en lugar de haber tocado a un ser humano, hubiera empujado a un poste de luz. Y por último y peor todavía, Dib estaba muy frío. Pero Lincoln logra hacerse a un lado y va caminando hacia el trailer. Pero nota algo: Dib lo estaba siguiendo de atrás, estaba a unos diez centímetros de él, como si fuese una especie de robot. Lincoln suspira.

- Qué fastidioso eres.

Abre la puerta del trailer y Dib se queda afuera mirándolo fijamente con una semi sonrisa. Lincoln deja la puerta entreabierta, abre la heladera, busca unas papas fritas y jugos y aprovecha para ir al baño. Pero cuando Dib trata de abrir la puerta del baño, escucha una voz desde adentro.

- ¡Ey, estoy aquí! ¡Sigo aquí!

La voz de Dib resonó por todo el trailer.

Lincoln abre los ojos como platos, trata de forcejear la puerta y la voz de Dib resuena de nuevo:

- ¿Linc qué te pasa? ¡Sigo aquí!

Lincoln gime de terror, se voltea hacia la puerta entreabierta para ver al otro Lincoln pero no estaba ahí. El niño grita, la madre se despierta de golpe y va hacia donde estaba su hijo.

- ¿Qué sucede? - pregunta casi gritando, preocupada, con la linterna en la mano.

Dib del susto, tira la cadena y abre la puerta.

- ¿Qué pasa, Lincoln?

Pero él se pone a temblar, y le cuenta a su madre y a Lincoln lo que había pasado... pero la madre, lamentablemente no le creyó.

- Hijito, tuviste una alucinación, estas soñando - y vuelve a irse a dormir.

Dib decide volver a la caseta así que arrastra a Sergio para volver a jugar.

- No seas cretino, ven aquí conmigo.

Pero Lincoln insistía en que sabía lo que había visto. Jacobo trata de tranquilizarlo lo mejor que puede. Él está abrazado a sus propias rodillas. Empezaron a escuchar otra vez sonidos, pero esta vez estaba mucho más cerca. Algo estaba rascando con sus uñas la pared de la caseta y escuchaban pisadas, y lo peor de todo es que el perro empezó a ladrar furiosamente. Su miedo se intensificó cuando escucharon los lloriqueos del perro.

- Tenemos que despertar a tu mamá.

Pero Lincoln lo refuta, diciendo:

- Yo no voy a salir de aquí.

Pero Dib, valientemente le agarra de los hombros y dice:

- Bueno, tu quédate aquí y yo voy corriendo hasta el trailer.

- ¡NO DIB, NO LO HAGAS, POR FAVOR, NI SE TE OCURRA HACERLO!

- Vuelvo en un minuto, voy a buscar a tu mamá.

Dib agarra aire, abre la puerta, sale, la cierra tras de sí y empieza a correr. Pero ni treinta segundos pasaron cuando Lincoln rompió a llorar porque escuchaba los gritos de su amigo afuera. Escuchó que algo corría de vuelta, Dib abrió la puerta y la cerró y la única palabra que le pudo pronunciar a su amigo fue:

-Ayúdame.

Acto seguido agarraron todo, los estantes, el Sega Genesis, las sillas que había, la mesa y la pusieron contra la puerta. Quizá no fue intención de Dib, pero asustó mucho a Lincoln cuando le dijo:

- Vi a tu mamá allá afuera y me estaba mirando, pero supe que algo estaba mal cuando la vi detrás de la reja. Y se que no era ella.

Algo vuelve a rascar la caseta. Vuelven a escuchar pisadas. Los niños se abrazan. El foco tiembla por alguna razón. Total que los dos niños se quedan ahí toda la noche, atemorizados. Hasta que a la mañana siguiente, la mamá de Lincoln tuvo que pedir ayuda a su amigo para desmontar la puerta porque no querían abrirla. Lincoln se puso a llorar, abrazó a su mamá y Dib lo imita.

Fin