Jacob
Después que Bella se fuera en busca del maldito chupa sangre, me sentía traicionado, después de todo lo que había sufrido por su ausencia ahora simplemente decidía ir a salvarlo, si por mí fuera lo hubiera matado con mis propias manos.
Después de unos días me enteré por Charly que Bella estaba de vuelta y que seguía con ese despreciable ser, no había manera en que quisiera verla, no podía, no por ahora. Ya había entendido que Bella no era más que una amiga para mi, pero aún así no soportaba la idea de imaginarla algún día convertida en eso.
Pasaron algunas semanas en las que ella insistía en hablar conmigo pero me negué hasta el momento en el que Alice osadamente me busco muy cerca de la reserva, la maldita pelirroja había mordido a Bella y ahora se debatía entra la vida y la muerte, me dijo que Bella hubiese querido que este con ella, me dijo que trataban de salvarla.
Llegué lo más rápido posible a la casa de los vampiros y entré sin importar nada hacía donde el fuerte olor a sangre me llevaba, como era de esperar todos ellos se encontraban fuera excepto el Doctor, supongo que se les dificulta por el aroma, pasé de largo al doctor y simplemente con un portazo entré a una habitación extrañamente vacía.
Ahí estaba ella tirada en una camilla, con la ropa sucia y destrozada, más pálida de lo que naturalmente era, podía escuchar su débil corazón latir cada vez menos y él... el maldito chupa sangre bombeada con esa fuerza endemoniada el corazón de mi amiga pero esta no respondía y de un momento a otro su corazón dejo de latir estaba muerta y por más que el veneno de vampiro corría por su cuerpo simplemente ella no resistió.
Su corazón dejó de latir, su cuerpo dejó de funcionar y ella dejó de existir en este mundo, miré a Edward y lo odié con todas mis fuerzas, quise matarlo en ese mismo instante en que mi amiga había abandonado este plano.
No sé cuánto tiempo nos quedamos mirando el cuerpo sin vida de Bella, no podía reaccionar no podía mover un solo músculo sólo podía pensar en que "se había ido, nos había abandonado".
Mis lágrimas comenzaron a derramarse por mis ojos inconteniblemente, levanté la vista y él seguía mirándola con toda la sangre derramando desde su boca hasta su pecho y sus brazos, su expresión no se podía describir era como si estuviese viendo un cadáver sin vida, sin expresión, sin sentimientos, simplemente una estatua pálida y hermosamente maligna.
En el mismo instante en que ese pensamiento pasó por mi cabeza me desorienté y un mareo llegó de pronto a mi cabeza, no supe qué hacer, reaccioné con el primer pensamiento que había estado en mi mente y ese era matarlo.
Me lancé sobre él y lo estampé contra la siguiente pared, él no hacía nada por defenderse yo lo golpeaba con todas mis fuerzas en el rostro, en el cuerpo y él no hacía ningún movimiento, tenía los ojos cerrados como si estuviese golpeando a un ser sin vida y probablemente así era.
Sentí algo extraño totalmente diferente a todas las ocasiones anteriores en que me encontraba junto a él, mucho tiempo antes de haber recibido mi herencia de lobo, su frió me quemaba, su frío me estremecía era tan extraño que el único pensamiento que tuve fue querer ver sus ojos y le dije en mi mente. -¡Mírame!
Él obedeció mi pensamiento y abrió sus ojos con una lentitud abominable y en cuanto los tuve frente a los míos supe que estaba acabado, mi cuerpo, mi mente, mi corazón, todo mi ser le pertenecían a Edward Cullen.
Él leyó mis pensamientos y mis sentimientos y no hizo más que abrir sus ojos en sorpresa, si no fuera porque no soy un humano del todo no me hubiera dado cuenta del cambio en su rostro, no hubiera percibido el movimiento en su expresión.
Él no se movió de su sitio se quedó pegado a la pared sólo mirándome con esos hermosos ojos ámbar que ahora amaba con absoluta devoción, todo lo que había sentido hace unos instantes desapareció en segundos, todo el amor que había sentido por ella, todo el odio eran nada, no significaba nada en comparación con lo que ahora sentía, estaba absolutamente perdido.
Mi cuerpo se envolvía de una calidez inigualable, una calidez que manaba el cuerpo pegado al mío aunque se escuche inverosímil ya que ese cuerpo era tan frío como ayer pero simplemente me llenaba absolutamente.
Mi cuerpo ya no respondía a mi mente y mi mente y mi cuerpo simplemente se unieron e hicieron lo único que quería en ese momento, tome a Edward del rostro y lo besé con infinita ternura sabiendo que su sentimiento de odio o repulsión hacía nuestra especie no disminuiría únicamente porque yo había cambiado, porque yo sentía que ahora él me pertenecía, simplemente desee poderle dar un poco de confort.
Él se encontraba inmóvil simplemente observándome yo no podía cerrar los ojos no quería cerrarlos quería seguir mirándolo, quería seguir deleitándome con su hermoso ser, nunca ni en mis sueños podría haber imaginado que esto me sucedería era completamente suyo, absolutamente le pertenecía.
No pasó mucho tiempo en que profundicé el beso, no sé si por inercia pero él comenzó a corresponderme, corresponderme de la misma manera, con la misma pasión, con el mismo amor, sosteniéndome fuertemente de las caderas y pegándome más a él, lo tomé por la cabeza enrollando mis dedos en su sedoso cabello.
No podía sentir por completo el sabor de sus labios y boca ya que aún persistía el gusto a sangre, fue en ese momento que me di cuenta del gran error que cometía, a unos metros detrás yacía mi amiga muerta y yo estaba besando a su amor del que me había imprimado.
Tomé a Edward por los hombros e intenté separarme de él, pero gruñó como una bestia salvaje y comenzó a besarme nuevamente, recorrió desde los labios a la mandíbula hasta llegar a mi cuello en donde sin dudarlo mordió la vena por donde corre mi sangre, nunca imaginé encontrarme en una situación cómo está, nunca imaginé que algo así pudiera gustarme tanto y simplemente me dejé llevar.
Él se estaba alimentando de mí, cada instante me apresaba más y más a su cuerpo, sentía como era absorbida parte de mi vida y en un momento me soltó, por un instante creí que me desmayaría pero no fue así, lágrimas incontenibles comenzaron a caer de mis ojos cuando me besó nuevamente, ahora sentía el sabor de mi propia sangre y mi cuello sentía que se quemaba por dentro y seguía ese fuego bajando por todo mi ser, todo esto superaba mis fuerzas sin mirar atrás ni al cuerpo de mi amiga me separé de él y salí corriendo como nunca lo había hecho transformado en lobo.
Mi corazón se desgarraba a cada paso que daba, mi lobo me reclamaba por haberme alejado, me gritaba que regresara por él y lo marcara como mío, pero no podía, simplemente no podía traicionar de esa manera a Bella.
Era tanta la agonía y el dolor no sólo interno sino físico que sentía, que tuve que regresar a mi forma humana ya muy cerca de la reserva, aún así me costo mucho llegar a donde por fin alguien después supe que fue Sam, ayudó a llevarme a casa, pues perdí el conocimiento.
No se cuanto tiempo estuve inconsciente, sólo sé que dentro de esa inconsciencia fue como si hubiese tenido una horrible pesadilla en la que mi cuerpo se quemaba vivo y cada parte de mi vida quedaba como un recuerdo de un ser que ya no existía, pero cuando desperté, mi cuerpo se sentía ligero, cada músculo, cada hueso, cada órgano los sentía como si tuviesen sus propias sensaciones, pero lo que aún tenía era un dolor muy agudo en mi cuello y en el pecho.
Únicamente salió de mis labios un profundo y casi silencioso quejido con una voz que no reconocí como mia, abrí lentamente los ojos, mi padre me miraba tan angustiado y toda la manada se encontraba ahí.
Podía percibir todo sin entrar en fase, más allá de lo inimaginable, sonidos, mi vista era mucho mejor que antes, olores sobre todo eso me impactó, no podía oler de la misma manera a mis hermanos, era como si su olor hubiese cambiado, no me desagradaba pero definitivamente me incomodaba un poco, me hacían sentir a la expectativa.
Edward
No podía creer que esto hubiese ocurrido a Bella tan frágil mordida por ese despreciable ser, no habría tenido ningún sentido sacar el veneno de su sistema, de ser así hubiese muerto y eso sería peor que cualquier cosa, me sentía tan culpable y lo era.
Pero además de culpable no sentía nada más por ella, era como si mi amor por ella hubiera desaparecido en cuanto supe que dejaría de ser humana, incluso su sangre no me llamaba de la misma forma, no lo sé, comencé a bombear su corazón y morder desesperadamente por todo su cuerpo con la intención de ayudarla lo mejor posible cuando sufrió un paro en el corazón.
Me detuve a mirarla, no sabía que pasaba, si sobreviviría o si había muerto, simplemente me quedé ahí parado viéndola, sintiendo que me destrozaba esa culpa, por mi ella se debatía entre la vida y la muerte.
De pronto sentí como era estrellado en la pared y todo un cúmulo de pensamientos de odio me inundaron, cerré mis ojos con la mayor felicidad de morir y dejar de sentir está culpa, por supuesto que no me defendería, lo merecía.
Recibía golpes, pero eso no me importó, lo que me desconcertó fueron los pensamientos inverosímiles de Jacob, era Jacob quien estaba sobre mi cuerpo golpeando y luchando por no pensar o sentir nada por mí y cumplir su venganza, pero mientras eso pasaba me inundaba de su aroma y cada momento era más intenso y mi sed se intensificaba como jamás había sentido ni siquiera con Bella, mi autocontrol estaba menguando.
Me di cuenta que no lo lograría, no me mataría, no podía y eso lo desconcertaba igual que a mi, como alguien podría pensar que soy cálido ¡ah es una broma! Pero él no sólo lo pensaba, lo sentía. Me pidió mirarlo y como si fuese una orden lo miré.
Fue la sensación más extraordinaria y al mismo tiempo extraña que jamás sentí, era como si todo mi ser, piel, cuerpo, mente y casi podría asegurar que alma fuesen absorbidos de tajo de todo lo que existe en el universo para así sentirme lleno por completo de Jacob, para sentirme suyo pero más que cualquier otra cosa para sentirlo absolutamente mío.
Era una locura, como si toda la solución a la ecuación Edward más inmortalidad por fin tuviese una explicación digna y lo suficientemente poderosa para valer todo la pena ser un monstruo, valer la pena ser un asesino, de ser lo que soy y así hacerme merecedor de tan extraordinario ser, mi existencia por fin tenía una finalidad que valía todo.
Sus pensamientos y sentimientos llenaron mí mente y nunca me sentí tan poderoso como en ese momento y de un segundo a otro mi Jacob, por que ahora era mío... absolutamente mío, me besó, posó sus suaves y cálidos labios en los fríos y duros míos, fue la caricia más sincera y placentera que jamás sentí.
Todo su ser vibraba de amor absoluto por mi, no podíamos dejar de mirarnos hasta que comenzó a besarme con absoluta pasión y deseo, en un instante me quedé petrificado, luchaba contra la sed al tener su legua dentro de mi boca, su sabor y su olor llenaban mis sentidos.
Sentía tanto deseo por él, no sólo deseo carnal, era deseo de su sangre y de poseerlo una no muy buena combinación para mi poco control en ese momento, me dejé llevar como nunca lo había hecho y lo bese con todas mis fuerzas y ganas, me perdí.
Comencé a besarlo tan desesperadamente como él a mí, tomé sus caderas para pegarlo a mi cuerpo, era mío, mío, mío y de nadie más, ese pensamiento no dejaba mi mente, Jacob intento separase de mi y todo pensamiento racional viajó al espacio por qué yo estaba fuera de mi, tan fuera como nunca lo había estado ni en mis primeros años de esta existencia.
Jacob era mío y se lo dejaría en claro, gruñí como un animal salvaje y volví a besarlo con desesperación, deseaba el sabor de su boca, el sabor de su sangre y con toda mi mente hecha un lío me dirigí a su hermoso cuello y lo mordí, no sé por qué lo hice, sólo sentía que era necesario para tenerlo.
Su perfecta y deliciosa sangre viajaba desde mi boca, mi garganta y todo mi cuerpo, me llenaba de Jacob, nunca hubiese imaginado tal sabor y tal sensación de pertenencia al morder a alguien, no era como nada de lo que hice antes.
Alimentarme de Jacob había sido lo mejor que jamás había vivido, mi control y mi irracionalidad luchaban entre si, pero sobre todo sentía un amor incontrolable, profundo y desesperado que definitivamente no podría separarme de él, no perdería a Jacob, así que cuando los latidos de su corazón comenzaron a bajar sólo pude pensar en tenerlo por siempre.
Introduje toda la cantidad de veneno que pude y solté su cuello, regresé sin dudarlo a su boca con un beso descarado y profundo, con la total intención de hacerlo mío por completo, sus pensamientos y sus actitudes me decían cosas diferentes, sentía tanta culpa por Bella, pero me amaba igual que yo y eso era lo más importante, de un momento a otro me había vuelto el más egoísta por qué ahora sólo me importaba estar con él.
Tenía los sentidos embotados de Jacob, la mezcla de su sangre y el sabor de su boca recorriendo la mía me tenían fascinado, que no me di cuenta en el cambio de sus pensamientos, se liberó de mi rápidamente entró en face y salió corriendo con todo un cúmulo de ideas confusas en su mente humana, pero su lobo interior lo hacía sufrir la separación.
Estaba por saltar de la ventana y correr tras él cuando una mano me detuvo del hombro, gruñí con furia y derribé al que me detenía, era Carlisle, me tomo fuertemente por los hombros y con la mayor calma me pidió que me tranquilizara. No sé cómo lo logré, me levante lentamente con la mirada perdida por donde mi Jacob se había ido, ya no podía escuchar su mente y eso me hacía sentir tan lejos de él.
Carlisle - Edward puedes ir por él después... ahora lo importante es Bella.
Edward - Nada es más importante que Jacob, nunca vuelvas a decir eso. - Casi gruñí al decir eso y en el mismo instante me arrepentí de hablarle de esa manera a mi padre. - Lo siento Carlisle pero es verdad, algo... no sé qué sucedió pero Jacob es mío y tengo que ir por él... sufrirá la transformación, lo mordí y debo estar con él.
Carlisle - ¿Edward por qué lo hiciste? Eso rompe el tratado y no sabemos si él siendo un lobo sobrevivirá la transformación.
Edward - Por supuesto que sobrevivirá y ahora no me importa nada, sólo é...
Dejamos de hablar en ese instante ya que el corazón de Bella comenzó a dar un pequeño latido, el veneno había funcionado y la transformación empezaba, en tres días ella sería una de los nuestros y tenía que explicarle muchas cosas.
Al mirarla sufriendo de ese modo me di cuenta que mi racionalidad poco a poco regresaba, moría por correr tras Jacob pero antes tendría que arreglar lo mejor posible la situación con Bella, mi cariño por ella estaba intacto, no podía abandonarle, Jacob me amaba tanto como yo a él así que en tres días iría por él.
Me sentía decepcionado por no poder pasar con él la transformación y en su lugar estar con Bella pero era mi responsabilidad y al final Jacob no sabría que estuve ahí.
Expliqué a mi familia lo mejor que pude todo lo sucedido, Alice dijo que ya no veía mi futuro, había desaparecido de sus visiones, aunque no me importaba, a decir verdad nada me importaba.
Tuvimos que hacer un engaño para Charly y decir que Bella había sufrido un accidente en su auto de vuelta del colegio en el que perdió la vida dentro de su camioneta incendiada, mi ansiedad por ver a Jacob se incrementaba a cada minuto.
Se celebró la ceremonia para Bella de un entierro sin cuerpo al que mis hermanos y mis padres acudieron, recibimos una carta en la que los licántropos nos pedían reunirnos con ellos, sabían que Bella había sido mordida pero no sabían nada más.
Asistimos todos en la línea límite entre nuestros territorios, todos se encontraban en face por lo que pude saber querían que yo hiciera la función de traductor, faltaba un día para terminar tanto la transformación de Bella como la de mi Jacob, estaba tan desesperado, emocionado y tantas cosas más que de verdad me desconocía.
Nunca me había sentido así, de verdad nada me importaba, me sentía liberado de alguna manera, liberado de todo y atrapado por Jacob, amaba repetir su nombre.
La plática fue rápida y simple, se habló del tratado nuevamente ¡Cómo si no lo supiera!, de lo que realmente le sucedió a Bella y nos comprometimos en llevarla lejos mientras lograba controlar su sed, todos estuvimos de acuerdo, pero antes de marcharnos nos dijeron que Jacob había sido mordido y que el veneno corría por su cuerpo, que no sabían si sobreviviría y cómo sería si lo hacía.
Yo únicamente quería verlo dentro de sus pensamientos pero lo ocultaban por todos los medios, sólo lograba ver destellos, pero un pensamiento llamó mi atención, fue de un tal Set, algo en mi aroma lo atraía hacia mi, no de manera carnal pero le causaba atracción y tranquilidad al igual que a su hermana la única loba, aunque se lo negara y lo aborreciera.
Lo más extraño de todo es que no dudaban de nosotros, al contrario esperaban que ayudáramos a encontrar al vampiro que había mordido a Jacob, por supuesto mi familia lo sabía pero todos asintieron de acuerdo en buscarlo, me daba un poco de pena la angustia que sentían por Jacob, se veía tan hermoso en sus recuerdos, los pocos que dejaban escapar.
Nadie hizo un comentario sobre Jacob, todos confiaban en lo que les conté, sabía que la imprimación era la ley más fuerte e importante que existía entre los lobos, así que sabía que no me harían nada al saber que Jacob era mío, sólo estaba desesperado por qué fuera mañana.
Desde que había mordido a Jacob no me había alimentado, me encontraba tan sediento que mis ojos eran tan negros como la noche sin estrellas, quise ir a cazar solo pero mi familia estaba preocupada, nunca me habían visto tan descontrolado y cambiante.
Así que todos fuimos a cazar, sabíamos que mañana sería un día difícil y necesitábamos fuerza y tranquilidad para recibir a Bella en su nueva vida, al llegar a un punto de caza, todos comenzamos pero en cuanto mis colmillos se enterraron en el animal y su sangre entró en mi boca todo dentro de mí se revolvió en un espasmo de asco incontrolable, no podía beber sangre que no fuera de Jacob, ahora entendía nuestra unión, no sólo era amor también era mi fuente de vida no como lo había dicho antes como mera metáfora en verdad lo era.
Lo volví a intentar y trague todo lo que pude, pero algo más sorprendente todavía sucedió, con un espasmo más que violento salió de mi cuerpo en una actividad meramente humana.
Me sentía tan extraño con un vacío inmenso que deseaba poder dormir, cosa imposible, al llegar a nuestra casa me encerré en mi habitación, tomé la camisa que había vestido el día en que mordí a Jacob, aún tenía el olor de su sangre combinada con la de Bella pero aún así me hacía sentir tanta sed y tanto placer que me perdí en ello.
No se cuanto tiempo pasó hasta que Carlisle tocó a mi puerta y me dijo que Bella estaba por despertar, me sentí nervioso ya que también Jacob despertaría en cualquier momento, había estado todo este tiempo perdido como una estatua dentro de mi habitación, agradecí que nadie me molestara hasta hoy.
Cuando Bella abrió los ojos a su nueva vida, algo me sorprendió, podía leer su mente tan clara como con cualquier persona, no quedaba vestigios de amor por mi, lo había tenido pero ahora ya no existía, se sentía apenda por mi y con culpa por causarme sufrimiento.
Era tan linda, tan hermosa ahora la amaba como una hermana, era mi nueva hermana, ella mantenía un cariño inamovible por mi, pero no era amor de pareja y eso me tranquilizaba, pero lo más extraño era su impresionante calma, por su mente pasaban tantos pensamientos de preocupación por sus seres queridos, su padre el mismo Jacob al que también amaba como hermano.
No pensaba en la sed, en verdad me tenía impresionado, todos le dimos una cálida bienvenida a nuestra familia, nos dejaron solos para poder hablar mientras la llevaba de caza por primera vez, hablamos sobre lo nuestro y le conté todo sobre Jacob y ella que conocía mejor que yo sus historias me dijo que tenía mucho sentido que ya no nos amáramos, ella veía nuestro efímero amor como la forma de haber conocido a Jacob.
Ella quería ver a Charly pero eso era imposible, mientras mi familia y mi nueva hermana hablaban de la siguiente decisión que tomaríamos, decidí ir sin avisar a nadie por mi Jacob, ya no aguantaba más, la sed, el vacío y la angustia por verlo.
