Muchas gracias a los que comentan mis historias por esta plataforma. Sus mensajes de cariño me levantan el ánimo y hacen que sea mejor a la hora de escribir. Muchas gracias.
Han pasado diez meses desde que Jane se fue, el FBI lo busca intensamente, pero Lisbon sabe que no lo van a encontrar por mucho tiempo. Ella escucha el mensaje una y otra vez: "Lisbon, se acabó, ya está hecho. Yo... yo estoy bien. Te voy a extrañar." Trata de imaginar qué fue lo que pasó ese día... si tan solo hubiera atendido, pero no podía, tenía su celular retenido. Mira una y otra vez ese número que ya no existe pero desea llamar, porque desea escuchar su voz. No puede entender por qué le hace tanta falta, piensa todas las noches en él, deseando que esté bien, que esté sano y salvo. Toca la cruz que cuelga de su cuello. Espero que estés bien, Patrick, piensa al tiempo que toma su café.
Suena el timbre de su casa, interrumpiendo sus pensamientos. Se levanta del sillón y abre la puerta. Una mujer morena y con pelo rizado se encuentra frente a ella. Tarda unos segundos en reconocerla, pero finalmente la recuerda, es la amiga de Jane, de las ferias.
-H... Hola -Tartamudea Lisbon.
-Agente. -Dice la mujer, algo antipática.
-No soy más agente... Samanatha, ¿cierto?
-Sí.
-Pasa...
-No, no. Solo vine a darle una cosa. -La mujer saca una cajita adornada y un sobre blanco de su bolso, y se lo da.
-¿Y esto?
-Se lo envia él, no sé lo que sea, yo vine a hacerle el favor. -La mujer la mira y suspira. -Hace mucho esperábamos noticias después de que supimos lo que pasó. Él ya no tiene nada que ver con la policía, incluso está prófugo, pero créeme, se las ingenió para que esto llegara a nuestras manos y se lo trajera. Creo que usted es importante para él y respeto eso. -Dicho esto, la mujer se retira. Lisbon no entiende nada. ¿Es una carta de Jane? Cierra la puerta y vuelve al sillón.
Deja la caja en la mesita que hay frente al sillón, abre el sobre y sí, efectivamente hay una carta, de su puño y letra. El corazón de Lisbon salta de alegría y una sonrisa se dibuja en su rostro. Sin pensar toca las letras, como si toca las manos de él.
"Querida Lisbon, espero que estés bien. No te escribí antes porque necesitaba instalarme y estar tranquilo. Si recibiste esta carta, mi plan para que llegue sin que los federales lo sepan, funcionó. Estoy bien, en Venezuela. Tal vez te preguntes como hice para escapar, bueno, tengo mis trucos, cuando volvamos a vernos te lo contaré en detalle. Espero que sea pronto. Aquí todo es distinto pero me voy acostumbrando. Hace mucho calor y se disfruta el mar. Mientras escribo esta carta, estoy sentado en la arena, presenciando el ocaso, es bellísimo, sé que lo disfrutarías mucho. Me imagino que estás trabajando, pero no como agente, pero me gustaría que te tomes un momento uno de estos días para ir al mar y ver el atardecer... hazlo Lisbon, tómate un tiempo para tí.
Lamento todo lo que pasó, el cierre del CBI, tu carrera... Lisbon, no pensé que iba a pasar todo eso. Espero que me perdones. También lamento mucho haberme ido sin despedirme de tí. Espero que algún día volvamos a vernos, y poder comer ese helado de Azahar que tanto te gusta. En la cajita hay un regalo para tí, sé que te va a gustar. Habrán más cartas que mis amigos te llevarán.
Te extraño. Con cariño, u no hoo."
Aún con una sonrisa y sus ojos brillando, abre la cajita. Allí encuentra un llavero muy lindo, con un caballito y estrella de mar, todo bañado en plata. -Es hermoso. -Dice mientras sostiene con sus dedos el regalo.
Jane recorre las calles del pueblo, está algo paranoico cada vez que ve policías locales, aún sabiendo que las leyes de extradición lo protegen, pero se le pasará. Un grupo de niños juega al fútbol y cuando lo ven pasar, le piden que haga el truco de la moneda que les mostró hace unos días. Así lo hace, muestra su moneda de plata, los niños la miran fijamente y de repente, desaparece.
-¿Dónde está la moneda? -Les pregunta. Todos miran hacia todos lados. -Tomy, fíjate en tu bolsillo. -Le dice a uno de los niños, quien mete sus manos pequeñas en los bolsillos y, entre sus dedos, saca la moneda mientras mira sorprendido, al igual que sus amiguitos.
-Debo irme, cuídense. Sigue caminando, viendo tiendas de ropa y calzado al pasar, pero algo capta su atención.
Llegando al final de la calle, hay una pequeña tienda de recuerdos, y en la vidriera se exhiben varios accesorios, entre ellos, llaveros. Queda deslumbrado ante un sencillo, pero a su vez, hermoso llavero de plata, formado por una estrella y un caballito de mar. Sin poder evitarlo, piensa en ella. Esto le encantará. No lo duda ni un segundo y entra al lugar para comprarlo.
-¿Será que tiene una cajita adornada o algo así? Es que el llavero es para regalar, es un presente que quiero dar.
-Sí, claro. -La vendedora desaparece tras una puerta pero vuelve rápidamente, trayendo consigo una hermosa caja miniatura de madera, color azul marino, con detalles de flores blancas, y una cinta en la tapa que forma un pequeño moño, también blanco. El interior está forrado de gamuza azul oscuro.
-Es perfecta.
Cuando termina de pagar, guarda la cajita con el llavero en su pequeña mochila de jean que carga. Sale del lugar y sigue su ruta hacia playa. Una vez allí, comienza a caminar por la arena mientras ve los primeros signos del atardecer, entonces se sienta en la arena y abre su mochila. Saca su cuaderno y un bolígrafo, y comienza a escribir.
