Alguien demasiado importante para mí me recomendó empezar a escribir en ésta plataforma y, que escriba de lo que más me gustara.Bien, estoy haciendo ambas :)Quiero pedir perdón si encuentran que esta historia o es aburrida, o tiene cosas sin ningún sentido. Lo escribí en plena noche, (3 o 4 de la noche) y realmente no sé cómo fuí capaz de hacer ésto sin quedarme dormida en el proceso.(Contiene descripción de escena sexual, por favor, abstente de leer ésto si te resulta... Asqueroso?)
Quizá nada de lo que vivimos es real.
Quizá nadie realmente está vivo.
¿La vida existía, acaso?
Esas preguntas rodeaban la mente de Tom desde que tuvo que acompañar en una primer (y quizá, solo quizá, demasiado extraña) cita, con Harry Potter.
Pero, no podría haber esperado menos. Harry y él eran personas raras, con gustos raros, en fin, raros.
En pensamientos de Tom, aquella cita había sido extraña pero de alguna forma que no lograba comprender, reconfortante.
En cambio, para Harry aquella cita había sido de las más normales. Quizá la única normal que habían tenido a lo largo de su relación de siete años.
En fin, este no era momento para pensar en su primer cita.
—Lo pensé mucho, y creo que es la mejor opción. —dijo Harry con una sonrisa que hacía a su corazón acelerar a mil por segundo.
Se acercó lo más posible y acarició con suavidad el labio inferior y la mejilla de su amado.
—Harry... —susurró a centímetros de sus labios.
—Tom... —dijo Harry de la misma forma con una sonrisa victoriosa.
Lo besó con intensidad y necesidad.
—No sé porqué esperas una respuesta, si como tú dices las acciones hablan más que las palabras. —dijo Tom depositando varios besos en el cuello de su amado.
—Por esa misma razón, ya sabía que aceptarías. —susurró Harry en su oído, para proceder a morder el lóbulo de su oreja.
—Adoro saber que me conoces lo suficientemente bien, amor mío. —susurró Tom y notó como la piel de su amado se erizaba por su voz.
—Deberiamos prepararnos... Para... El viaje, ya sabes... —susurró Harry, como si el sólo abrir su boca y utilizar las cuerdas vocales le produciese un cansancio mortal.
—Si. Prepararé todo, tú descansa. —le susurró y besó apasionadamente, para luego irse de allí a organizar las maletas.
Bajaron del avión luego de un largo viaje.
Más de cinco horas habían sido suficiente.
Subieron a un taxi y el mismo los llevó a un hotel donde se quedarían por el tiempo que quieran y necesiten.
—Tom, tengo sueño... —susurró Harry en su oído mientras Tom guardaba las prendas de ropa que habían decidido llevar.
—¿No quieres cenar antes? —preguntó con una ceja arqueada.
—Estoy cansado... —dijo y se tiró dramáticamente a la cama. Tom lanzó una risa y se tiró a su lado.
Harry lo miró con sorpresa y arrugó el entrecejo.
—¿Qué es tan gracioso, Riddle? —preguntó con un ligero tono de reproche.
—Tu dramatismo, amor mío. —dijo y al ver que Harry iba a decir algo, lo calló con un beso apasioantemente manipulador.
—Deberías entender que si voy a hablar... —Tlm lo interrumpió con otro beso. —No debes hacer eso. —terminó la frase y empezó el beso él.
Tom correspondió aquel beso con satisfacción, mientras su mano se dirigía a la cadera de su pareja.
Acomodó a Harry debajo suyo y empezó a levantar la polera del mismo.
Sacó su polera dejando al descubierto el torso de Harry. Sin quedarse observándolo como la primera vez, decidió seguir con la guerra que había comenzado entre sus bocas.
Harry con sus ágiles dedos empezó a desabotonar su camisa blanca con cuidado.
En segundos ambos estaban con el torso desnudo. El beso de convirtió en algo más que solo demostrar sentimientos a un siguiente nivel que ni ellos sabían cómo o porqué.
Sus cuerpos temblaban ante el mínimo roce que se hacía con el otro. Ambos ardían, y necesitaban del otro para dejar de hacerlo.
Tal como sucedió con su camisa, Tom quedó en minutos sin pantalón y Harry también.
—Sólo cierra los ojos, amor mío.
Le había susurrado Tom la primera vez que tuvieron relaciones sexuales, Harry había aceptado fácilmente aquella petición que también era órden. Ésta vez, no fue necesario que Tom lo dijera, ya que a penas se encontraba dando pequeños besos en su torso, (que por supuesto dejarían marcas) Harry había cerrado con paciencia sus ojos, esperando.
Tom siguió el recorrido desde su clavícula hasta su estómago, dejando pequeños pero hambrientos besos.
Minutos u horas después (Harry no era muy consciente del tiempo), Tom había sacado el miembro de Harry y había comenzado a masajearlo con lentitud.
Una lentitud que Harry había aprendido a odiar. No que fuera tan difícil hacerlo.
Razón misma por la que soltó un suspiro pesado (reprimiendo un grito, por supuesto) al sentir la fría lengua de su amado en su pene.
Tom pareció captar su casi gemido, ya que lo miró con una sonrisa divertida.
Algo que Tom odiaba, era todo lo que llevara la palabra casi antes de la acción.
Otra razón más que encontró Tom para querer que Harry gritara. Para hacer que Harry gritara.
Empezó a succionar con mirada divertida su pene, y Tom sonrió al sentir a Harry temblar.
Segundos después (segundos que Harry sí contó), Tom se dedicó a darle pequeñas y lentas lamidas a Harry.
Hubo un momento que Harry sintió no aguantaría más, mucho menos si Tom se encargaba especialmente de acariciarlo en sus puntos débiles, jugar con su pene y dar pequeños besos en el mismo.
Lo que hizo que Tom lograra su propósito, su deseo. Harry gritó entre jadeos, su nombre.
Tom sonrió y acercó sus labios a los de Harry, fantaseando con quedarse aquellos sonidos en su sistema.
Sintió el semen de Harry en sus manos. Manos que se encontraban, segundos antes, acariciando aquel pene.
Harry lo besó con insistencia, mordiendo el labio inferior de Tom para intensificar lo mayor posible aquello.
Momentos después, Harry se dirigió sin ningún escrúpulo, hacía el pene de Tom.
Lo sacó con una sonrisa y un brillo deseoso en sus verdes ojos. Lo masajeó, feliz ante la reacción que tenía Tom por aquello y procedió a lamerlo como nunca recordó haberlo hecho.
Se dejó llevar por el deseo y la necesidad de hacerle pasar a Tom lo que él.
Había empezado a lemerlo de forma frenética, para de un momento a otro, pasar a ser suave y piadoso con sus movimientos.
Más acortadamente, de rápido a lento.
Lo masajeó con tranquilidad, sin ningún apuro.
Harry sonrió, sabiendo el tipo de mirada que le estaba dedicando Tom.
Un deseo profundo se hizo presente en esos ojos, que empezaron a tener un brillo rojizo.
Harry no dió lugar a qué Tom dijese nada, porque un momento después, se encontraba besándolo con un deseo mucho mayor de lo que le era posible explicar.
En ningún momento del beso Harry dejó de masajear el miembro de Tom, haciendo que en ciertos momentos, el mismo suspirara ansiosamente en medio del beso.
Harry cortó el beso decidido a terminar aquel momento. Acercó su boca a el pene de Tom y lo lamió, masajeó y succionó durante unos minutos seguidos.
Todo hasta que Tom se corrió logrando manchar a ambos con su semen.
Harry le sonrió triunfante, siguió sonriendo aún en medio del beso que le estaba dando el querido amor de su vida.
—Vamos a bañarnos... —le susurró Tom con un tono seductor mientras mordía el lóbulo de su oreja. Harry asintió sonriente.
Harry y Tom salieron a ver lo que los que vivían allí llaman "Fuente de la Eternidad".
En el camino, Harry observaba todo con particular interés. Tom, en cambio, prefería observar con total concentración y amor el cómo su amado admiraba el paisaje.
Al llegar, caminaron tomados de la mano hasta una fuente de gran profundidad.
—¿Qué dice allí? —preguntó Harry con interés.
—Es poco clara la letra de lejos. —dijo Tom tratando de leer a lo lejos. Harry sonrió y entonces dijo.
—Entonces, acerquémonos. —susurró divertido Harry.
—¿Cóm-? —el ver a Harry desahaciéndose de su ropa le hizo darse cuenta a qué se refería él. —¡Harry! —gritó Tom al verlo entrar a aquella fuente.
Harry hizo caso omiso a sus gritos y se adentró a aquella agua con sorpresa y satisfacción en su rostro.
—Es hermosa, Tom. Deberías veniiir —dijo alargando la i.
—Eres un estúpido. —dijo Tom en un gruñido. Observó el agua como si fuera el camino a la propia muerte.
—Un estúpido que te ama y al que tú amas también. —señaló Harry y metió todo su cuerpo y cabeza en el agua, viendo lo lindo que era en su fondo.
—¡Har...! —las palabras quedaron ahogadas al ver que no salía.
Giró con desesperación su cabeza buscando a alguien, algo o lo que sea para saber de Harry.
Cuando, de repente, se acordó que Harry era el que sabía nadar de los dos. A él nunca le había interesado ese tipo de tonterías, pero ahora... Ahora era lo me más deseaba haber aprendido.
Se sacó su camisa y pantalones, se adentró a el agua y se dejó hundir luego de haber llenado de aire sus pulmones para poder buscar a Harry.
Miró y miró, gritó (aunque solo salían burbujas), pero nada encontró.
Volvió a la superficie y gritó una vez más el nombre de Harry.
—¡HARRY JAMES POTTER, VEN AHORA! —gritó desesperado.
Miró su ropa, dónde había un reloj y vió que ya habían pasado un poco más de una hora y media.
—Harry... —susurró mirando por quintogésima vez sus alrededores.
Segundos después, algo agarró de su tobillo. Tom pataleó y golpeó aquello que lo había atrapado por segundos, hasta que dió con un cabello negro y piel morena.
Agarró la mano que momentos antes había golpeado y lo atrajo hacia él con desesperación.
—¡HARRY! —dijo y lo apoyó en la tierra con preocupación brillando en sus ojos.
—T-tom... —escupió agua al pronunciar su nombre y sonrió. —¿Sabes?. Ésta vez no supera la de las banshees. —dijo y Tom reprimió reír, aunque debió haberle salido mal porque Harry sonrió.
—No, no eres un estúpido, eres un idiota. —dijo con su voz ronca por haber gritado tanto.
—Te has preocupado... —susurró Harry tiernamente y acarició su mejilla. —Lo siento, me tardé en averiguar aquel fondo. —susurró triste.
—No, no lo sientas. —dijo Tom. —Solo prométeme que el próximo viaje lo elegiré yo, y el que le siga, y el que le siga a ese y así continuamente. —dijo cada vez más cerca del otro.
—¿Y perdernos de éstas mar...? —Tom lo calló con un beso.
Un beso que con lo desesperado que era, demostraba lo desesperado que se sintió Tom en esos momentos en que Harry no había dado señal de vida.
—Amo que te preocupes, lo digo en serio. Pero... —lo interrumpió con un beso otra vez. —Por favor, la próxima vez, sólo no grites demasiado. Nos matarán si lo haces. —susurró Harry y lo besó él a Tom.
—Oh, no te preocupes. Me encargaré personalmente que no haya una segunda, tercera, cuarta o hasta quinta vez. —le aseguró sonriente.
Harry sólo rodó sus ojos siguiendo el beso.
Sus maletas estaban listas, ellos también, excepto por una cosa.
Volvieron a aquella fuente con la idea de cumplir su propósito.
—Es hermoso este lugar, Tom... —susurró Harry maravillado.
—¿Mejor que Hogwarts? —preguntó Tom y Harry negó.
—Son diferentes. Hogwarts fue y será siempre mí hogar, pero éste lugar... Es como un paraíso.
Tom sonrió ante la excitación de Harry al describir ambos sentimientos.
Se acercaron hasta la fuente y Harry le tendió la mano, mano que Tom aceptó.
Se adentraron hasta el agua y fueron con el mayor cuidado y siendo empujados por su magia hasta el centro de la fuente.
Se subieron allí y tanto Harry como Tom pudieron sentir olas de magia muy poderosa y antigua rodearse entre ambos.
—¿Estás preparado? —preguntó Tom en un susurro.
—Hagámoslo. —asintió Harry y suspiró.
Se tomaron de ambas manos, dejando a sus magias unirse como dos viejas amigas.
Por lo fuerte que era aquella vinculación, cerraron repentinamente sus ojos. Sólo sentían, sentían la excitación, la emoción, la adrenalina, el amor por el otro.
En un momento dado, un canto se escuchó desde las aguas, que empezaron a removerse.
Pequeñas luces se veían por debajo del agua, pareciendo luciérnagas marinas.
—Si el amor encuentra lugar,
Mejor será aceptar.
Si odio has de sentir,
Prepárate para morir.
Si tú destino no aceptas,
En un gran abismo te encontrarás,
Entre lo que debes lograr
Y lo que tú has de desear.
Déjanos guiarte a tu felicidad
Y feliz siempre serás.
Confía en nosotros
Y lo entenderás.
Únete a tu destino,
Acéptalo y todo será distinto.
Tu amor encontrarás
Y feliz siempre serás. —recitaron las aguas y un destello de luces salió del agua, envolviéndolos a ambos.
Un calor inmenso los envolvió y, junto a ello, sus ojos fueron abiertos, permitiéndoles ver cómo se desarrollaba todo aquello.
No fue tanto después el momento de culminar aquella unión.
—Por todo el amor que ambos sienten y por la vida misma, honraremos su unión con lo más sagrado conocido por el hombre. —dijo la figura que parecía ser una banshee en medio del lago. —La magia.
Algo más fue dicho por aquella figura, pero que Harry no entendió. Entonces, fue cuando sucedió la culminación de su unión.
—Por siempre, juntos.
