Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece, es propiedad de Hiro Mashima.

Este fanfic lo subí hace algunos años con otra cuenta a la cuál ya no podré acceder por problemas al momento de conectarme :c Así que, para no perder la historia, estaré volviendo a subirla por aquí y aprovecharé en hacerle unas cuantas correcciones y ediciones :3


MARCADA.

Existían muchas cosas que captaban el interés de Natsu Dragneel, una buena pelea siempre era bien recibida, un delicioso fuego era una apetecible fuente de alimento y revolotear por el gremio desafiando a todo aquel que le pareciera fuerte, era un gustazo que realizaba diariamente. Sin embargo, desde hace algunas horas, había descubierto un nuevo interés que captaba su completa atención.

Un aroma; si, siempre le había encantado ese aroma, aunque nunca se hubiera detenido a pensarlo. Era por ese aroma tan delicioso que invadía el departamento de la rubia cada que podía, dormía en su cama y aprovechaba cualquier oportunidad para molestarla. Solo era porque le gustaba ese aroma que ella desprendía, tranquilizándolo y dándole la sensación de que se encontraba en casa cuando estaban juntos. Pero, solo era eso, ¿verdad?

El joven de pelo rosa y expresión confundida, sacudió su cabeza intentando alejar el enjambre de pensamientos que le perseguía. Nunca le había gustado pensar demasiado las cosas o reflexionar en exceso sobre sus acciones, él prefería seguir su instinto y resolver sus problemas de forma directa con un par de puños. Sin embargo, en esta situación tan particular, no existían enemigos a los que abatir y tampoco podía resolver sus dudas golpeando a alguien.

—Gehe —una reconocible risa burlona se escuchó a su espalda, logrando que Natsu decidiera olvidar por un instante sus dilemas para encararlo—. ¿Sigues sin entenderlo, Salamander?

Tal vez no podía aclarar su mente con golpes, pero la posibilidad de liberar parte de su frustración golpeando al causante de todo ese embrollo, resultaba de lo más tentadora para él.

Para entender mejor lo que había sucedido, retrocedamos unas cuantas horas en el tiempo. Volvamos al tranquilo desayuno que compartían los miembros de Fairy Tail en su gremio, celebrando que dentro de unas horas partirían al tan ansiado evento "Los Grandes Juegos Mágicos".

Tal cual era la costumbre, las risas no faltaban y las pequeñas conversaciones se alzaban unas sobre otras, ocultando las pequeñas discusiones o los desafíos que surgían de la nada. En medio de todo ese alboroto, se encontraba Natsu, sentado en una de las tantas mesas, terminando de comer la gran ración de desayuno que Mira le había servido a él y a su pequeño compañero, Happy.

Estaban dando los últimos bocados para dejar impecables sus platos, cuando el Dragon Slayer del Metal se acercó.

—Hey, Salamander, ¿has visto a la coneja?

—Ngfo —respondió el interpelado sin dejar de comer, pasando por alto la actitud impaciente con la que era observado.

—¿Y no tienes idea de dónde pueda estar? —insistió—. La enana está buscándola como loca.

Contra su propia voluntad, Natsu interrumpió su desayuno para seguir con la mirada la dirección que señalaba el pelinegro.

A unas cuantas mesas de dónde se encontraban, Levy caminaba impacientemente, deteniendo a todo aquel que pasara cerca suyo para preguntar por el paradero de su amiga. Ciertamente, a simple vista parecía tratarse de algo urgente y la expresión del pelirrosa cambió a una pensativa, intentando adivinar dónde se encontraría su compañera de equipo a esas horas.

—¡Ya sé! ¿Por qué no la buscas por su olor? —dijo Natsu, mostrando una sonrisa orgullosa por la brillante solución que se le había ocurrido, olvidando por completo su propósito inicial.

Gajeel retrocedió un paso ante sus palabras, con la incredulidad reflejada en cada uno de sus gestos. No es que fuera tan raro qué el pelirrosa tuviera una idea brillante, pero aun así, lo observaba como si estuviera hablando con un bicho raro.

—Lo haría, pero como la tienes marcada, resulta muy difícil distinguir su olor —gruñó de mala gana, para después fruncir el ceño al percatarse de la confusa mirada que le dirigía el pelirrosa.

—¿Marcada? ¿De qué hablas?

El silencio se instaló entre ambos como una pesada cortina. Uno observaba con evidente inocencia aguardando una respuesta y el otro intentaba reconstruir su expresión desinteresada, a pesar de tener un leve rubor en sus mejillas y un debate interno. Jamás creyó que él, Gajeel Reedfox, tendría que darle la "charla dragonil" a otra persona y mucho menos al alocado Dragon Slayer de Fuego.

—¿Tú... no sabes lo que has hecho? —preguntó, rogando para su fuero interno que todo se tratara de una estúpida broma, pero la negación de cabeza que le fue dada como respuesta, terminó de quebrar la poca serenidad que le quedaba—. Realmente... tú no sabes... ¡¿Es qué tu dragón no te enseñó nada?! —reclamó alterado.

Los ojos verdes centellaron ante la acusación implícita hacia su padre y no tardó en ponerse en pie de un salto, preparado para iniciar una buena pelea si era necesario.

—¡Igneel me enseñó todo lo que es necesario! ¡Cabeza de tuercas!

Los gritos atrajeron la mirada de todos los presentes en el gremio, incluida la de la pequeña Levy, que detuvo su accionar para mirar fijamente hacia Gajeel.

—¡Pues no aprendiste nada, idiota! ¡Marcar a una hembra es...! —las palabras se trabaron antes de ser pronunciadas y el pelinegro se vio obligado a callarse avergonzado. Podía sentir la mirada curiosa de la peliazul clavándose en su nuca y la del todo el gremio—. ¡Ven acá, Salamander!

Antes de que alguien pudiera reaccionar y continuarán volviéndose el centro de atención, Gajeel sujetó a Natsu por el cuello de su chaqueta y lo sacó del gremio arrastras, ignorando los gritos y maldiciones que el otro decía a todo pulmón.

En algún punto del camino, dejó de escuchar las protestas del pelirrosa y se centró en su siguiente movimiento, alguna forma de salir bien librado sin perder la dignidad en el proceso. La solución llegó de forma bastante evidente y arrastró a Natsu hacia la casa de Lucy. Saltó con suma facilidad hasta la ventana, cargando al otro como si de un saco de papas se tratara para después lanzarlo sin contemplaciones al centro de la habitación.

Natsu se levantó de un salto con evidente molestia y las manos rodeadas de fuego, listo para propinar una buena paliza que seguramente terminaría destruyendo algún edificio cercano.

—¡Maldito Gajeel! ¡Prepárate!

No obstante, el pelinegro decidió adelantarse y sentado en la ventana; justo al lado de la cama, lanzó la primera pregunta.

—¿A qué huele? Dime, Salamander, ¿qué aroma hay aquí?

La repentina seriedad que había adoptado el pelinegro, logro su cometido de distraer momentáneamente a Natsu. Sin embargo, lejos de que el pelirrosa lo viera con la misma expresión pensativa, le dirigió una mirada que ponía en tela de juicio su cordura.

—¿Ya se te aflojaron las tuercas? Es obvio que huele a Luce, es su casa —explicó Natsu, remarcando lo que para él era sumamente obvio.

Frustrado, Gajeel cogió una de las almohadas que había en la cama y la lanzó sin contemplaciones al rostro de Natsu.

—¡Olfatea! —ordenó, preparado para lanzar una segunda almohada si era necesario.

—¡Pero, ¿qué dem...! —las palabras de Natsu se detuvieron al percibir el aroma de la almohada e intrigado olfateó un poco más.

Tal y cómo había dicho hace unos pocos segundos, la almohada desprendía el aroma de Lucy como era de esperarse, pero este se encontraba mezclado con un aroma más fuerte. Una combinación de aromas que daba como resultado uno mucho más agradable y atrayente para Natsu. Aspiró una segunda vez, intentando descifrar el segundo aroma presente en el objeto y sus ojos se abrieron sorprendidos al identificarlo.

—Mi aroma... —las palabras escaparon de su boca, demasiado extasiado siguiendo la perfecta combinación que hacían el aroma de Luce junto al suyo.

Curioso por su nuevo descubrimiento, dejó la almohada en la cama y olfateó todo el departamento, cada espacio, hasta el mínimo rincón, se encontraba cubierto por ese nuevo aroma. ¿Cómo no se había percatado antes? Era un olor tan exótico, tan cálido, tan agradable, tan... posesivo.

—¿Luce tendrá este aroma? —preguntó inconscientemente.

No es como si Gajeel no hubiera esperado aquella pregunta y sus labios dibujaron una sonrisa ladina antes de responder.

—Lo tiene desde que regresamos de la isla Tenroujima —su voz sobresaltó al pelirrosa que en algún momento de su investigación, había olvidado por completo la presencia del pelinegro—. Desde entonces has cubierto todo lo que tiene que ver con la coneja con tu aroma. Por eso no es tan fácil seguir su rastro.

Aquella explicación, lejos de aclarar las dudas de Natsu solo le daba más cosas para pensar.

—¿Por qué haría algo como eso?

—Cosa de dragones, seguramente tu dragón te lo explicó y no le prestaste atención —se encogió de hombros restándole importancia, sin molestarse en ocultar los gestos burlones que aparecían en su rostro ante lo divertido de la situación.

—¡Maldito, si lo sabes, dímelo! —protestó Natsu, echando fuego por la boca.

—Gehe, tengo que ayudar a la enana. ¡Suerte, Salamander!

Agitó una mano en señal de despedida y se dejó caer por la ventana, aterrizando ágilmente a mitad de la calle, ante los ojos de unos sorprendidos transeúntes y un muy confundido Natsu que lo observaba desde el segundo piso.

—¡GAJEEEEEEL!

Los recuerdos terminaron de pasar por la mente de Natsu, reavivando el fuego del enojo que ardía en sus manos y en cada grito que daba.

—¡Cabeza de tuercas! ¡Explícate! —exigió, arremetiendo contra él.

Poco importaba que ya no se encontraban en Magnolia o que la taberna en la que estaban, no era tan resistente como el gremio. Aquel par, dio inicio a una de sus habituales peleas, donde las sillas salieron volando y pronto terminaron arrastrando a los otros integrantes de Fairy Tail que se encontraban presentes.

—¡Sólo si me vences, Salamander! —provocó Gajeel, sobre el estruendo de las discusiones, y sus frentes se estrellaron, antes de separarse para volver atacarse.


Hola, hola

Espero sea de su agrado este primer capítulo y se diviertan un poco leyéndolo, yo me divertí bastante escribiéndolo :3 Tal como dije arriba, esta historia ya la subí anteriormente y ahora vuelvo a subirla con algunas ediciones, pero la esencia y el desarrollo seguirá siendo el mismo, por si ya lo leyeron anteriormente :3

Recuerden que sus lecturas y reviews me animan a seguir escribiendo y me permiten conocer sus opiniones para crear una historia que guste :3

¡Nos vemos en el próximo capítulo!