¡YA REGRESAMOS CON MAJOKKO FIVE!

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Shizuka ahora estaba entre la espada y la pared pues el hombre murciélago la tenía agarrada del cuello mientras con su otra mano apuntaba sus garras con tal de degollarla pero una ráfaga roja impactó sobre la sien del engendro mandándolo al suelo. En ese instante estaba Honoka Akaza, Zenki que estaba en posición de combate, tenía sus puños rodeados de fuego mientras que la pequeña espadachina cayó sentada contra el suelo.

Ahora la kajin y el murciélago entablaron una ronda de golpes básicos hasta que le encestó un golpe de bomba en el estomago con la derecha y un gancho de izquierda al mentón, saltó para encestarle un codazo y culminó dándole un puñetazo de derecha que enterró en todo su rostro. El murciélago se levantó pero de pronto unas llamas comenzaron a rodearlo.

El monstruo comenzó a revolcarse de dolor a lo que la suijin aprovechando la oportunidad decidió usar su Bebeat rociando su agua mágica sobre el cuerpo del monstruo y luego en junta con una mirada cómplice asintieron para darle ambas el fin debido a ese monstruo.

La pelirroja y la loli decidieron correr al mismo ritmo en cámara lenta, Akaza en ese instante invocó a su katana Kurikaramaru. En ese instante Shizuka decidió saltar al aire mientras que la ronin comenzó una serie de estocadas en todas direcciones sobre el monstruo que ya no se podía defender hasta que Zenki invocó llamas en el filo de su extraña katana y conectó un golpe hacia el mentón que lo envió a volar al cielo.

El monstruo no contaba que en el aire ya Shizuka estaba empleando su Rider Kick que consistía en una patada ráfaga azul mientras la rodeaban ocho esferas del mismo color a su alrededor. Todas esas esferas se unieron a la patada creando una especie de Kame Hame Ha que chocó contra el cuerpo del murciélago, típico final de batalla, una explosión que se hizo notar en toda la aldea.

La más pequeña iba a descender al suelo pero en eso la ronin la tomó entre sus brazos, Shizuka se sonrojó ante ese gesto pero le sonrió ampliamente mientras que Karin hizo lo mismo aunque miró al cielo, se notaba que posiblemente llegaría el amanecer mientras tanto el incendio ya había sido controlado y varios demonios de fuego fueron dados de baja.

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Mientras tanto con Candy y la mujer cyborg ciempiés…

La bestia mecánica estaba paralizada mientras un flujo de corriente eléctrica rodeaban todo su cuerpo mientras que la raijin estaba en pausa mientras le clavaba lentamente una apuñalada fija en pleno estomago. Lentamente sacó la Quijote Laser Blade y se apartó a una distancia de su oponente.

Invocó tres USB y las colocó en el mango de la espada

-KICK… THUNDER… MACH…- Decía una voz robótica

Candy giró el arma blanca y la clavó en el suelo, una especie de circulo ritual grande apareció debajo de sus pies mientras reunía electricidad en su pierna derecha y luego se expandía por todo su cuerpo.

-QUIJOTE LIGHTNING SONIC

La rubia se paró firme y saltó hacia el frente haciendo una patada de karate al tiempo en que se convertía en una especie de ráfaga eléctrica que fue hacia la cara de la yokai causando una explosión al instante que se hizo retumbar tanto en el lugar como en otros lugares anexos.

Mientras eso pasaba un grupo de personas estaban reunidas a unos metros exactos de la batalla contra la mujer ciempiés, eran uniformados que estaban vestidos de spandex negra, sus armaduras de color rojo en su totalidad eran similares a las que usaban las fuerzas de Freezer pero con un diseño similar a la armadura de un samurái.

Eran la policía dirigida por Eiji Namahono que sin dudarlo decidieron irse en tropel con sus katanas de ki alistadas en mano mientras uno estaba al frente teniendo un lente en su casco, posiblemente un rastreador. Los policías de la shufuku emprendieron carrera para dar con Candy y capturarla pero en ese momento una figura blanca les detuvo su labor.

Era una joven de cabellera azul celeste y ojos violetas, usaba una yukata blanca y una katana encintada. Los policías no dudaron en desenvainar su espada mientras la supuesta ronin peliceleste sacó el arma blanca de su katana blanca. Hubo un rato de silencio entre ambos bandos hasta que la joven comenzó a caminar tranquilamente.

Los policiales comenzaban a caminar hacia atrás esperando alguna acción de la supuesta samurái, ambos ponían su mano diestra en el mango de su arma. Uno de ellos se lanzó de frente pero en cuestión de segundos la peliceleste sacó su katana y encestó un golpe de costado a otro al uniformado dándole de baja al instante.

Otros dos fueron a su lado, un golpe en la espalda y otro al cuerpo, ahora eran tres almas al infierno. Ahora eran tres pero también terminaron sin vida subiendo el número a seis. Otros tres tuvieron el mismo infortunio subiendo a nueve las bajas. Otros dos intentaron por detrás pero la espadachina anticipó y sumó a once los muertos.

Ahora quedaban otros tres policías que estaban temblando y titubeándose, preguntándose con el reloj en su contra de que lo que estaban haciendo era lo correcto enfrentarse y terminar de manera tan fácil ante esa extraña mujer… No, para nada, no se iban a dejarse amedrentarse ni mucho menos de una mocosa insolente que se les daba con aires de ser alguien temible.

Uno de ellos se fue por el frente para dar una victoria segura pero un golpe apagó su vida como su plan para acabarla. Ahora eran dos los que tratarían de vivir para contarlo pero si lo hacían era una traición a sus ideas. Por otro lado la joven peliceleste mantenía la katana sola en su mano derecha calculando lo posible a sus adversarios hasta el más mínimo detalle. Comenzó a bajar lentamente el arma hacia el suelo dejándoles una oportunidad de ganar

Mala suerte, los dos oficiales se lanzaron pensando en un ataque fácil pero la joven los despachó en menos de cinco segundos con dos golpes hacia ellos. Catorce estaban tirados sin vida mientras que la peliceleste caminó por un rato hacia el puente donde ahí comenzó a ver la blanca luna que se cernía mientras que el rojo carmesí de otros ocho cuerpos humanos decoraba la madera de la conexión.

Miró por los lados, se estaba oyendo un silbido lejano seguido de unos pasos apresurados de una tropa y luego unas voces que decían en repetidas ocasiones "¡Goyo, goyo, goyo!". Miró hacia el río donde se reflejaba la luz del astro nocturno, se montó sobre la baranda y se lanzó hacia el agua exactamente en el reflejo blanco.

Las tropas policiales llegaron en montonera rodeando el puente sin importarle algunos cuerpos tirados ahí, buscaban con linternas o usaban los rastreadores para ver alguna presencia pero nada, solo simplemente no había nadie, solo el río estaba fluyendo y los sonidos de grillos y búhos. Decidieron dividirse en dos grupos para dar con la dichosa raijin y su pandilla.

(Link de la pelea: watch?v=4LAk4hRNhVg)

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(Link de la pelea: watch?v=7N0Ud5ylmkk)

(Exactamente desde el 9:00 hasta el 11:55)

Mientras tanto a unas calles más alejadas estaba una joven que portaba una ropa conjunto negra de cuero, ropa de motociclista y cuyo casco era uno redondo con un trueno en pleno rostro. La joven conducía su motocicleta pero de pronto divisó algo a lo lejos. Tres motos con dos tripulantes cada una.

Eran tres máscaras de hierro que conducían cada uno una moto ninja con los símbolos de su organización, la organización Suigintou. La joven de de moto negra decidió acelerar quizás para estar a la par de velocidad que empleaban los tres sicarios. Uno de los parrilleros se lanzó de frente lo mismo que uno de los tres vehículos.

Uno de los enmascarados se lanzó hacia ella con daga en mano pero lo despachó de una patada acrobática pero sin dejar de lado el volante de su motocicleta. La joven se fue de largo mientras que las otras dos motos de secuaces la seguían, era una persecución a toda maquina.

La kage veía de reojo que sus perseguidores estaban a corta distancia de ella, uno de los matones logró dar con su persona levantando la rueda delantera con tal de arrollarla pero dio un puntapié derribando al piloto y su vehículo sobre la carretera, otra moto se le acercó a su izquierda, un puño fue bloqueado por la chica sombra, el parrillero hizo uso de una patada también bloqueada por la kage.

Remi le respondió levantando y encestando su pierna izquierda mandando al parrillero sobre el asfalto, subió la velocidad y fue de largo hacia un atajo por el casco urbano del pueblo, exactamente en la plaza de mercado. Un bombillo se le prendió a la chica sombra, se detuvo de golpe cortando el paso a su atacante.

Pulsó fuertemente los manublios y la palanca mientras que una gran cantidad de humo salía del tubo de escape, decidió ir en círculos para engañar lo bastante bien a su oponente hasta que decidió retornar a su labor de ir a la posada Inazuma. El perseguidor fue de largo pero se dio de lleno contra el suelo del asfalto mientras que la moto faltante decidió ir por otro lado.

La chica sombra estaba en marcha cuando de pronto una especie de cosa encapuchada la tomó por la espalda en pleno trayecto, tomó el brazo del matón y lo sentó al frente suyo en pleno volante. Le propinó una serie de golpes usando el chipote chillón eléctrico de Candy, su oyabun pero el máscara de hierro fue más resistente y la lanzó de un fuerte puñetazo.

El casco fue destruido mientras que Remi hizo un salto acrobático hacia atrás ahora estando detrás de su vehículo. Sus manos sostenían la parte trasera de la moto mientras que sus pies firmes se arrastraban sobre el rápido pavimento de la vía. No le bastó segundos para pensarlo, se agarró bien fuerte de la parte trasera, se impulsó en plena velocidad estando acostada bocabajo en el aire y usó sus fuerzas para irse adelante contra el pecho del sicario con la cabeza contra el abdomen.

Ya hecho eso, volvió a sentarse para encarar de nuevo al hombre propinándole un golpe con el Mjornir con una corriente eléctrica, el impacto fue tan fuerte que le destrozó el casco griego dejando ver a un hombre cuya primera mitad de su rostro solo comprendía solo su cerebro sostenido por partes metálicas y la mitad comprendía la nariz y la boca humana.

El matón fue lanzado hacia atrás chocando con una pared de una de las casas para caerse sobre la acera de la manzana así perdiendo su vida. La chica sombra usó su habilidad de crear portales y luego dio con un grupo de policías que se batían con Karin y Shizuka, las cuales luego de acabar con el monstruo y acabar con algo del incendio fueron sorprendidas por la Roshigumi.

La chica sombra invocó otro donde ambas jóvenes saltaron hacia él y dieron con uno de los cuartos simples del nuevo ryokan del pueblo, El Inazumaya. Una vez la chica sombra tuvo que hacer otros dos portales, de los cuales, en uno de ellos salió aquella misteriosa espadachina de yukata blanca y un relámpago amarillo.

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Mientras tanto en un lugar apartado, Candy Inazuma saltó e hizo una patada descendente hacia un monstruo araña, el golpe chocó contra el cuerpo del monstruo y éste cayó sin vida en el suelo obviamente con una explosión posterior. Pero la dicha no le duró pues los malvados Roshigumi la rodearon debido a que la consideraban una criminal de alto riesgo.

De pronto un agujero negro se hizo frente a la oyabun que no dudó en ningún momento en saltar hacia el portal dejando absortos a los policías que no dudaron en llamar a sus demás camaradas en los demás cuadrantes, pero no contaban que un grupo, una veintena de sujetos raros estaban ante ellos.

Los extraños seres estaban vestidos con capas negras y sombreros de paja en forma de tapa que les cubría el cuerpo a lo que los policiales no dudaron en desenvainar sus espadas. Los seres comenzaron a caminar lentamente hasta que uno de ellos se quitó el sombrero y la capa mostrándose a una especie de ser humanoide de metal gris, una cabeza cilíndrica, ojos cuadrados como si estuvieran de un parabrisas, una antena simple de comunicaciones encima de su cabeza,, pequeña boca en líneas simulando una dentadura, cuerpo cilíndrico con una puerta en su pecho, brazos y piernas como si fuesen mangueras.

(Nota, buscar en Google imágenes, Bender Futurama y robots Futurama)

El robot caminó unos pasos hacia los aterrados policiales estaban con sus katanas desenvainadas, los demás hombres se quitaron sus capas y sombreros mostrando a otros robots de diferentes formas y tamaños que estaban con sus katanas en mano o con otras armas.

-Hola, soy un robot cualquiera y diré dos cosas: Me presento, soy Ginpachi Hongo, elemental de metal y…- Se puso de espaldas e inclinó un poco el trasero- Tengo un mensaje para Namahono: Si quiere atraparme debe besarme mi culo de metal, perras

-¡Ikuze!- Gritó uno de los seres tecnológicos a lo que los demás se lanzaron al ataque hacia los policías dando comienzo a una cruenta batalla que posiblemente duraría por mucho tiempo

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Mientras tanto en plena plaza pública del pueblo, Candy, Remi y Amalia estaban rodeadas por todo una marea de Roshigumis los cuales estaban con sus armas listas mientras tanto a la distancia estaba una niña rubia y de gafas oscuras que estaba caminando mientras tocaba el suelo constantemente con un bastón.

En medio del tumulto de policías salía una joven de cabellera plateada y ojos dorados, de unos 1,60, su edad rodeaba los 15 y 18 años, su indumentaria era de un gi, haori y hakama negras con los símbolos de su familia en las mangas y costados del vestido, sobre su cabeza estaba un sombrero de metal negro con perfil cónico y diámetro muy amplio con la insignia de la provincia inscrita y amarrado sobre el mentón.

La joven caminó hacia donde estaba la raijin con un pequeño gesto de molestia en su rostro mientras que Candy estaba con una sonrisa mostrando su emoción de encontrarse con la policía por enésima ocasión aparte de que habría conocido anteriormente a esa joven uniformada, la chica sombra y la chica luna estaban en guardia temiendo que posiblemente la oficial le haría algo horrible a su Candy-sama como llamaban a la raijin y su líder.

-¡Oyabun!

En eso vinieron unas siete chicas

Una pelirrosa de cabellera larga y ojos purpura, su vestimenta era una chaqueta de cuero, falda corta y botas de colores mezclados entre rosado fuerte, morado y negro. Su arma era una katana

La segunda chica era una chica castaña y ojos avellana cuya indumentaria era una chaqueta armadura blanca con cola de detrás, falda roja, medias largas blancas y tenis del mismo color, su arma era una katana.

Una monja de sotanas azules con un rosario budista portando un escudo en su brazo izquierdo y un nunchaku en la otra.

Una pelirroja bajita de coletas y ojos azules, su indumentaria era una camiseta rosada con un cinturón negro de karate sobre ella, guantes rojos, manilleras negras, una pantaloneta blanca, calcetines rojos y tenis blancos. También portaba una katana con ambas manos.

Una pelinegra de cabellera larga decorada con grandes moños rosados, exactamente uno a cada lado; y ojos verdes, usaba una playera blanca, guantes negros hasta las muñecas, una short corta rosada, medias largas verdes y tenis negros. La joven portaba una cadena al muy estilo Cadena de Ándrómeda.

Una chica rubia de cabellera larga con pequeñas coletas y cuernos negros, sus ojos eran carmín, su ropa era una chaqueta negra conjunto con falda corta y medias largas negras con franjas blancas y unos botines, tenía una shuriken estampada en el pecho y las armas que usaba eran dos cuchillas parecidas a la espada de Zabuza y Kisame respectivamente.

La última era una peliazul turquesa de cabellera recogida en una cola larga y dos patillas largas, usaba una gorra negra de rapero, usaba una chaqueta negra y pantalón vaquero oscuro y tenis oscuros. Tenía una especie de escudo en forma de aspa de tres lados, de la cual desenvainó una espada medieval y al hacerlo una armadura brillante de color plateada con tonos blancos se ensambló sobre todo su cuerpo y una cinta roja se desprendía de su entrepierna.

-Mifune, Shimura, Daichi, Katsura, Chiaki, Kyuji, Ina-chan…

-¡Oyabun!- Todas las yakuza estaban sonriendo al ver tan alegre a su líder

-Aquí está toda la Roshigumi, la diversión está a punto de empezar- La segunda chica, la de ojos avellana llamada Shimura invocó un sable rojo

-Siento que todavía estoy soñando pero esto es real…- La pelirrosa de nombre Mifune convirtió su katana en una espada grande rosada- Esta noche mi espada está sedienta de sangre

-Muy bien, este es el escenario que siempre he soñado- La última chica, de armadura blanca llamada Ina se posicionó en combate- Ahora este escenario será nuestro

-Esto va a ser muy emocionante- La rubia de coletas llamada Kyuzu blandió sus dos grandes espadas- Espero que esté toda la comitiva o de lo contrario esto será aburrido. Estoy lista para jugar en cualquier momento

-Incluso puedo detectar el ki de Namahono desde aquí- La pelirroja que era la más pequeña y menor del grupo, llamada Katsura desenvainó su katana al divisar el ki del jefe de policía como alcalde del pueblo- Daré todo lo mejor de mí

-¡Hey enana!- Se burló la pelinegra de moños llamada Chiaki que alistaba sus cadenas- No te quejes si mi habilidad te abruma

-No es para que te enojes conmigo, Chiaki-san

-El poder de Dios abrumará a estas pobres almas desdichadas- Dijo la joven monja de nombre Daichi- Espero que tengan una mejor vida en la siguiente

-Oye monja, es raro que alguien como tú llegue a pensar de esa manera

-Hay cosas bastante imposibles, Mifune-san

Mientras tanto en la lejanía la pequeña ciega de nombre Yuki alzaba sus manos y saltaba de alegría como si aquel retén de la policía era muy emocionante.

-¡Oh sí! ¡Muchos, muchos policías van a valer verga! ¡Muchos! ¡Muchos!

-Ja, parece que tenemos que trabajar duro esta noche, ¿No lo crees Amalia-chan?- Remi dirigió una mirada a su camarada de cabello azulado la cual asintió quedamente

-¡Quítense de mi camino estúpidos!- Gritó la chica oficial hasta dar frente a frente con Candy que parecía estar alegre por su presencia

-¡Esto es genial, chicas!- Gritó Shimura a sus camaradas- ¡Tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo!

-¡OOOHHH!

-Candy-sama, parece que todas nuestras sicarias están emocionadas- Dijo la chica sombra mientras que su líder y amante concordó con ella al ver el entusiasmo que embargaba a sus chicas

-Así es, Remi. Más que emocionadas parecen que tienen muchas energías para pelear y eso es muy importante

-Esto, oyabun

-¿Qué pasa Zura-chan?

La pequeña pelirroja se acercó a su líder algo ruborizada

-Estoy algo nerviosa, oyabun. Temo que terminaré haciendo el ridículo

-Bueno, te recomiendo tomar un respiro profundo aunque también he oído de un punto de acunpuntura que se hace para eliminar el nerviosismo

-¿En serio oyabun?

-Claro Katsura-san- Respondió la chica sombra- Solo levanta tu mano y pulsa tu muñeca pero no lo hagas tan fuerte

-Hai…

-No salen a pelear y hacen maldito ruido- Dijo Maturi Nezumi con su típico gesto de malgenio a lo que Remi arrugó la mirada como si exigiera una explicación a la dokushin

-Hasta que llegaste. ¿Dónde estabas?

-En el hospital, peleando con unos monstruos. ¿Está Namahono en esa bola de idiotas?

-Creo que llegará en cualquier momento

-Me temo que no…- La raijin estaba con una mirada seria mientras que sus listones comenzaban a alumbrarse- Parece que esta noche ese bastardo no va a poner la cara pero sí Zenigata-chan… Amalia, comunica a las demás… Cambio de planes

La aludida asintió y se dirigió hacia las jóvenes ronin junto con Katsura. Posteriormente fue la kage que decidió anunciar la noticia mientras que la desilusión invadió a algunas.

-Mifune, Shimura, lo lamento pero tenemos que irnos de aquí sin pelear. Traten de no matar a ningún uniformado, vamos a pasar a por ellos

Amalia con una seña ordenó a sus nakamas a que fueran junto a su oyabun la cual las esperaba con una mirada algo seria.

-Oyabun, ¿Cuáles son tus ordenes?

-Tal como lo dijo mi amante número uno, debemos huir de aquí usando los espejos. No podemos matar a un oficial ya que está Zenigata al mando de ellos

-¿La oficial de mierda?

-Hai…

-Lo que diga, lo haremos

Las diez mahou shoujo decidieron estar al frente de la joven peliplata nombrada Zenigata que estaba cruzada de brazos con un gesto de notable enojo y desdén hacia la raijin que mantenía estar en las nubes o quizás trataba de tomarle del cuello a la oficial que no estaba dejando su mal gesto.

-Inazuma Candy-san, ¿Sabes por qué estoy esta noche en lugar de Namahono-sama?

-No lo sé…- Se encogió de hombros hasta que se le prendió el bombillo- ¡Ah ya sé!

-¿Ya lo sabes?

-¡Claro que sí!- La raijin se inclinó un poco actuando como una niña pequeña que siempre le mata las curiosidades y el saberlo todo- ¡¿Es una gran fiesta para mí?! No recuerdo que estos días sean mis cumpleaños pero gracias por preocuparse por mí

-No es eso…- Negó Zenigata con la cabeza, no pasaban ni más de cinco minutos y ya empezaba a cabrearse contra la raijin y sus esbirras

-¿Ah no? ¡Espera, ya lo sé!...- Se puso una mano al mentón de una forma demasiado comica subiendo el mentón y mandíbula mientras sus ojos estaban fuertemente cerrados haciendo que su cara sea más a la de Popeye que a su rostro común

Las tres amantes y las siete yakuza se rompieron de la risa lo mismo de algunos miembros de la policía federal.

-¡Un festival en mi nombre!

-¡Si serás idiota, raijin estúpida!- Le gritó la oficial que estaba con una vena roja que brotaba en su sien izquierda, se sobó un poco esa parte para tratar de calmarse- Nada de eso, tú y tu pandilla incluso tu harem han perturbado la paz de este pueblo de Kuuga

-Es pueblo Kuuga

-Me da igual cómo se llama este pueblo. Como dije, tú y tus yakuza perturbaron la paz en este lugar por lo cual el alcalde Namahono-sama me ordenó de inmediato proceder con tu orden de arresto

-Ah eso, lo olvidé- Se lamentó con un facepalm y luego bajó su mirada en junta con sus listones que bajaron sobre la cabeza de la rubia- Soy una grandísima tonta

-Aclaración, eres una estúpida como toda tu gente- Aclaró la oficial con su habitual cara de pocos amigos mientras que Remi al oír eso trató de sacar su katana pero Amalia le calmó, o de lo contrario arruinaría el plan

-Gracias por la corrección, Zenigata-chan. Soy tan estúpida que no me acordé que soy un peligro en este pueblo lo mismo que para mis sicarias y mis mujeres comenzando por Remi que siempre me ha defendido y salvado mi vida en más de una vez o Amalia que ha liquidado a enemigos que no tuve la oportunidad de enfrentarme o que me pusieron en grandes aprietos

-¿Y yo qué? ¿Acaso estoy pintada?- Preguntó de mala gana Matsuri que estaba cruzada de brazos y llena de enojo hacia Remi todo por el hecho de ser nombrada la "Amante número uno"

-Lo único lo que has hecho por mí fue insultarme y recriminarme aparte de que aún sigues odiando a Rin-chan solo por el rollo de tu abuelo y los Cinco Elementos. ¿Acaso te quieres volver una chica Sasuke?- Le hizo una mirada graciosa de enfado a lo que la "Amante número cuatro" no tardó en recriminarle

-¡¿Qué?! ¡Para nada me voy a volver una emo vengadora!

-Más te vale porque solo espero que no se te ocurra destruir la aldea o crear un nuevo mundo porque sí, por cierto te castigo a otro mes sin sexo

-¡No es justo!- Chilló la pequeña pálida- ¡Ya estoy llevando tres meses de castigo! ¡Sabes que esto es un calvario!

-Haberlo dicho antes pero como no me ayudaste desde que las bestias mecánicas invadieron desde la tarde entonces te mereces el castigo- Una sonrisa pícara se dibujó en su rostro- Puedes tocarte si quieres pero ni creas que tendremos algo solo tú y yo, conozco tus mañas mi ratoncita. Si quieres consolarte para eso están mis dos leales guardaespaldas, ¿No es así, Remi?

-Por supuesto Candy-sama- Respondió la kage ante su oyabun- Y por cierto Nezumi, eso te está pasando por saber medir tus palabras antes de usarlas y no estar en junta con Namahono y ni con nosotras

-Tsk…

Amalia no evitó hacer una mueca de burla hacia la dokushin que empezó a cruzarse de brazos y haciendo miradas y pucheros para voltearse de espaldas como tratado de ignorar a sus rivales y no saber nada ni de su oyabun y ni de sus enemigos

-¡Ya dejen su maldita telenovela y entréguense ante mí, digo, la justicia samurái de la Santa Federación!- La peliplata sacó un jutte con un estambre rojo al final del mano- ¡Inazuma Candy! ¡Cállate y entrégate en total silencio!

-¿Callarme?- La raijin dio un pequeño silbido, negó moviendo la cabeza y el dedo índice mientras hacía un sonido con su boca- Le agradezco su petición mi estimada oficial pero esta raijin no se va entregarse de ninguna manera ni siquiera de lo más fácil

Se señaló a sí misma con el pulgar mientras esbozaba una sonrisa desafiante

-Yo soy Inazuma Candy, la propietaria de la posada número uno de Pueblo Kuuga, la más barata que se haya visto en este estúpido país como la jefe de jefes y a la que los demás yakuzas me respetan a todos niveles, de hecho hasta yo diría que soy mejor que la Reina del Sur y más fuerte que ella.

-Sabes que estás haciendo referencias a canciones

-Quizás pero me gusta hablar de más y el silencio no es lo mío

La oficial apretó los labios y no dudó en desenvainar su katana, esa criminal estaba faltándole el respeto al protocolo.

-En los cuatro meses que llevo en el mundo de la yakuza, no he hecho nada indebido para que me arresten, ¿O Sí? Si es así, ya me hubiera entregado si tan solo nuestro querido sheriff, jefe de policía y alcalde no fuera un bebé grande.

Se detuvo un momento para verle el rostro furibundo de Zenigata

-Parece que está molesta con mi comentario. Lamento mi actitud pero no podía evitarlo.

-Hija de puta…

-¿Con que eso?- Ahora echó una mirada a los demás miembros de la policía estaban con sus katanas desenvainadas- Parece que no se podía evitar. Como sé que hablar con ustedes aunque usara plastilina no va a ayudar para nada, entonces me iré a mi casa a descansar en mi cuarto, viendo los animes que me gustan al lado de mis dos guardianas

Las aludidas se acercaron a su oyabun, Remi y Amalia pusieron su mano sobre el hombro respectivo de su líder mientras que ésta puso sus manos en la cintura de cada una mientras que las siete yakuza se pusieron de enfrente con sus armas listas para atacar.

-¡Insolente! ¡Namahono-sama tenía razón!- Los dorados de la peliplata se encogieron ante las palabras atrevidas de la oyabun- ¡Eres una asquerosa raijin! ¡Basuras como tú deben morir!

-Gracias por el elogio, oficial. No sabe lo feliz que me siento al saber que nuestro alcalde me tiene cierto grado de cariño y respeto- Miró a Remi y a Amalia, ambas asintieron como Shimura y Mifune

La peliceleste asintió quedamente y se posicionó a la izquierda de la oyabun no sin antes llevarse a rastras a Matsuri, Remi recibió algo de su oyabun mientras que la raijin decidió quedarse al lado de la gekko y la dokushin

-¡¿A dónde crees que vas, maldita criminal?!

-Bueno, quería pelear con ustedes pero tuve que gastar mis energías contra varios monstruos y muchos secuaces del Doctor Hell por lo que me siento muy indispuesta para continuar

La kage miró de reojo a su oyabun y luego a las secuaces, Mifune y algunas otras no evitaron sonreír

-Bueno todo muy bonito pero como dijo Mickey Mouse cada uno para la casa a ver Doctor House. Así que adiosito, chao, bye-bye- Las tres chicas comenzaron a teletransportarse dejando a todos los policiales como piedras mientras que Zenigata ya estaba hasta la coronilla

-¡No te irás a ningún lado, raijin!

-No si yo lo puedo evitar- Se interpuso la chica del parche acompañada de sus siete sicarias

-Remi-sama, ¿Cuál es la orden ahora?- Preguntó Mifune con una sonrisa arrogante en su rostro

-Muy simple, Mifune-san. Cada una debe dejar un regalito para esta idiota que dice ser oficial

-Entonces…

-Debemos usar la fuerza

-¡Entendido, Remi-sama!

Las ocho ronin se lanzaron al ataque contra los policiales emprendiendo una batalla de espadazos entre ambos bandos hasta que las siete chicas dieron cada una de baja a un uniformado mientras que Remi ahora estaba frente a frente con Zenigata. Los demás policías se lanzaron sobre las ocho pero la chica sombra alzó su brazo derecho y en eso se escuchó un disparo en el aire.

La pelipiña estaba alzando lo que era un arma de fuego, de hecho era una S&W modelo 500 en su mano derecha mientras en el cielo se abría un portal sombra, de hecho ya iban a ser las primeras horas del alba. Las siete sicarias saltaron al agujero negro dejando a la amante de su oyabun con la oficial asistente de Namahono.

Las dos mujeres comenzaron a caminar frente a frente hasta quedarse a una distancia prudencial. Ambas mujeres vestidas de negro estaban mirándose de manera desafiante, aunque se destacaba que la kage era más alta por una nariz que la oficial.

-Ni creas que tú y tu noviecita cantarán victoria, kage

-Lo mismo digo para ti, kage

Una sonrisa maliciosa se dibujó en la cara de Zenigata

-Hmp, ambas somos iguales. Pero ten en cuenta algo, el gato siempre se comerá al ratón

-Quizás pero también debes tener en cuenta que hasta el ratón arrinconado puede morder al gato más temible, en pocas palabras le produce una muerte lenta y dolorosa

-¿Entonces esto es un desafío?

-Tal como dijo Candy-sama, en otra ocasión

Ambas mujeres se dieron vuelta y dieron unos pasos hasta detenerse

-La próxima vez te cortaré en pedazos, Kurosaki. Haré de tus últimos instantes un platillo de sushi

-Por mi parte culminaré tu existencia de más de un solo golpe… Espero que seas alguien que pueda pelear bien

-No te preocupes, llevo el kendo en mi sangre

-Que bueno… Nos vemos Zenigata

-Hasta la próxima Kurosaki

Y ambas mujeres decidieron emprender sus caminos, la oficial y sus tropas se irían en retirada mientras que la chica sombra iría a la posada Inazuma a estar con su amada, dueña, jefa y señora aparte de que estaría tranquila al saber que su mejor amiga siguiese con vida y todo gracias a su reciente amistad con Karin, no, ahora Honoka Akaza.

Y de esa manera Pueblo Kuuga y sus guerreros lograron contener a las fuerzas del mal hasta una próxima ocasión y claro la gente tendría a sus mahou shoujo como heroínas en especial esa chica ronin de cabellos rojos y la oyabun de cabellos rubios.

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¡YA REGRESAMOS CON MAJOKKO FIVE!