–Srta. algo más que quiera.

–por el momento sería todo. Veía como salía. –bueno no debe de ser tan malo, mi mamá sale y se divierte en el club.

Terminaba el vino de su copa y salía de la tina el agua recorría su piel aperlada y sus curvas que se cubrían debajo de los vestidos que utilizaba, el cabello le llegaba a la cintura cuando se encontraba liso. Tomaba su cabello colocándose enfrente para cubrir sus pechos, y poder colocarse una bata. Tomó una toalla para secar su cabello, al salir la esperaban para peinarla, tomó asiento enfrente del tocador, al terminar de cepillarle el cabello.

–me podrías traer algo de leche Karen.

–si, Srta. Salía del lugar.

Tomaba asiento en la silla esperando que regresará con lo que les pidió, escuchó que tocaban antes de entrar.

–adelante.

–aquí tiene Srta.

–gracias.

Tomaba la leche y el pan, solo tomó la mitad y lo dejo, se metía en su cama, la sirvienta se llevaba lo que sobraba y salía de la habitación dejándola sola. Las cortinas del balcón se movían, el aire que se colaba era un poco frío que anunciaba el inicio del otoño, sus ojos se cerraban con ese vaivén.

En un bar rústico en la barra se encontraba, un joven de traje gris Oxford, tomando un whisky sacaba un habano una guillotina cortaba la punta y lo encendía, jugaba con el contenido de la bebida y le tomaba, una mujer de cabello castaño y ojos cafés con un vestido tomaba asiento a un lado.

–Hola ¿te gustaría divertirte? Miraba al rubio.

–Si por qué no.

–¡vamos! a un lugar más privado. Lo jalaba.

–espera, deja que pagué.

Dejaba el dinero y salía con la castaña, caminaba por un callejón a una casa donde rentaban cuartos, entraban subían por unas escaleras la mujer abría la puerta, dejando que pasará, la tomaba de la cintura.

–vamos adentro a divertirnos.

–si, solo espero que me pagues bien.

–ya veré si me divierto.

Le comenzaba a quitar el vestido, después su ropa interior dejándola desnuda, una piel blanca los pechos grandes, comenzaba a quitarse su ropa. Se subió encima de ella le chupaba sus pechos, sus manos recorrían sus curvas, y trasero de la mujer. La luz se apagó solo se veían las siluetas moviéndose y los ruidos de la mujer.

–ha...mmm… haaa…

Callo rendida se levantó el chico en la orilla de la cama. Tomando su ropa.

–aquí tienes Lucy. Sacaba unos billetes.

–gracias Erik. Los tomaba.

–esta es la última vez que nos vemos.

–mmmm… bueno es una lástima pero cuando te aburras ya sabes dónde buscarme.

–me voy, has de estar ocupada, con tus clientes.

–Jajaja siempre de celoso, pero está bien, nos veremos en otro momento.

Se recostaba desnuda en la cama mientras Erik se arreglaba y salía del lugar, cortaba lo quemado del puro y lo encendía de nuevo, el sabor amargo se mezclaba en su boca no era como, al inicio un sabor a tabaco limpio. Arreglo su gabardina, camino por la calle recordando la primera vez que la conoció.

Recuerdo.

Un joven salía después de estar en el instituto, caminaba por la calle, acompañado de su mayordomo, por la calle de Oxfd, viendo en un pequeño local una joven castaña atendiendo el local de frutas, le sonreía a los clientes su sonrisa brillaba como estrella, se acercó

–hola bienvenidos.

–hola, me gustaría comprarte manzanas.

–pero señorito, eso no lo necesita. Le susurraba.

– págale a la Srta. Volteaba a verlo molesto.

–si. Tomaba la bolsa.

–gracias por su compra.

Después de una semana seguía comprando en el mismo lugar.

–hola buenos días, Srta. Lucy.

–hola joven Erik. Llevarán lo mismo de siempre.

–si llevaremos manzanas, ¿Cómo están las ventas hoy?

–bien, han subido un poco, que mi padre ha podido traer manzanas amarillas a parte de las rojas.

–que bien srta. Lucy, llevaré dos docena de la roja.

–si, aquí tiene, espero verlo mañana.

–si, nos vemos Srta.

Fin del recuerdo.

–vaya eso fue cuando yo tenía 8 años y ella tenía 19.. Será mejor que regrese a casa antes que mi padre.

Seguía por las calles tratándose de cubrirse, el puro lo terminaba, subía al auto R-R S. Ghost color vino llantas de cara blanca y capot negro, manejaba entre las calles vacías unas lámparas apenas iluminaban el lugar. Al llegar a un enrejado un hombre habría permitiéndole el paso a los jardines y a la mansión de tres pisos, estacionaba su auto y bajaba caminando a la entrada subía por las es caleras, unos sirvientes lo atendía pero seguía de largo, al segundo piso pasaba por un pasillo a su habitación en dónde se despojó de su ropa y se metió bajo las sábanas quedándose dormido.

La mañana del viernes Erik despertaba se levantaba salía a la habitación de baño desnudó una sirvienta lo veía y cerraba sus ojos. Entraba y comenzaba a tallar su cuerpo y cabello se enjuagaba cuando se sentía bien, se metía a la tina.

–si, esto es lo que necesitaba.

–joven Erik. Traigo su desayuno.

–gracias Alfred. ¿Mi padre llegó anoche?

–no, joven

Comía huevos con salchichas, pan y su jugo de naranja. Al terminar se limpiaba la boca con una servilleta tomaba el café degustándolo, salía de la tina con la taza de café.

–bien debo apresurarme.

–su traje ya está listo, Joven Erik.

Salía le daba la taza y se secaba el cuerpo, tomó la ropa que se había llevado se vestía con el traje café, unos tirantes blancos y una corbata roja, zapatos café oscuro, tomaba la taza y tomaba lo que quedaba de café se terminaba de arreglar antes de colocarse el saco.

–creo que ya estoy listo, nos vemos.

–vaya con cuidado.

Camino afuera de la mansión subiéndose a su auto, conducía a la calle A665 donde se encontraba la fabrica varias casas pequeñas con sus jardines, se veían antes de llegar los obreros caminaba en la misma dirección. Un edificio de 5 pisos, la fábrica abarcaba 2 mil metros cuadrados, entraba y dejaba el auto veía los almacenes de producción. Caminaba al edificio por dónde entraban todos y subía por unas escaleras al las oficinas en el quinto piso se encontraba su oficina junto a la de su padre.

–Buenos días joven Hawk aquí están los reportes de producción que pidió.

–si gracias. Por favor quiero un café Javier. Tomaba los papeles.

–en un momento se lo llevó.

Entraba a una oficina con una ventana grande donde se podía ver el estacionamiento y el taller, respiraba profundo, se desploma a en la silla beige se giraba para ver los papeles, veía producción del año pasado con los de ese mismo mes, perdidas, material de reserva, productos en proceso por finalizar y los terminados. Entraba Javier con una taza de café, azúcar y leche lo dejaba y se retiraba. Tenían un 10% de diferencia del año pasado, tomaba un terrón y lo colocaba en el café y le colocaba un poco de leche.

–cómo podré alcanzar ese 10% que falta en este mes, pensaba mientras tomaba la taza.

Bajaba la taza y salía de la oficina caminando por el lugar al taller donde su padre se encontraba checando a los empleados.

–estamos un 10% abajo del año pasado en producción.

–bueno, tendremos que ajustar la producción para llegar a la meta este mes. Debemos ver también los reportes de la explotación minera.

–sí padre.

Veía como trabajaban con el mineral de hierro su fundición, sacando láminas, regresaba a su oficina. Tenía algo de comida en el escritorio, checaba los demás informes de las minas la extracción se encontraba bien, sin darse cuenta se escuchaba el silbato, dando fin al día de trabajo respiraba profundo.

–solo en ver informes mi día se va sin poder terminar de revisarlos.

Giraba la silla viendo el cielo con tonos rojizos y naranjas. Tomaba los papeles y se colocaba él sacó, bajando al estacionamiento el auto de su padre ya no estaba, subía a su auto.

–estará en casa o relajándose, bueno mejor me voy mañana será también un largo día.

Manejaba de regreso al llegar a la mansión llegaba al comedor donde una cena lo esperaba de frutas, tarta, un té, lo terminaba. Caminaba a su habitación, se quitaba su ropa y caminaba al balcón viendo las estrellas, que empezaban a verse, regresaba a dentro desplomándose en la cama para quedarse dormido.

El día de la fiesta llegaba Lily se colocaba un vestido azul Celeste con encaje blanco, una trenza recogía su cabello y maquillaje discreto, bajo a la entrada donde la esperaban subía al auto veía a su hermano de traje negro al igual que su padre y su madre un vestido azul oscuro. Veía por la ventana se veía claro donde había estado el sol lo demás ya estaba oscuro las casas encendían sus luces, solo fueron unos 30 minutos para llegar a la calle Ferry, pasaron por algunas mansiones antes de llegar, entraba todo el lugar estaba iluminado dejaban el auto.

–buenas noches ¿son invitados de la familia Hawk?

–buenas noches , somos la familia Morrison.

–deja yo los atiendo. Sr. Morrison que bien que ya llegó y con su familia pero pasen. Lo abrazaba caminando dentro

–Sr. Hawk está tan entusiasta. Sonreía.

Caminaban dentro por un pasillo al ala este de la mansión, al gran salón, enormes ventanales adornados con cortinas doradas y mesas de mantel blanco alrededor de la pista, el techo era adornado por tres candelabros dorados, que el piso reflejaba como si una delgada capa de agua lo cubriera. Caminaban a la escalera de madera alfombrada, pero resaltaba más el joven que se encontraba al pie de la escalera con su traje arena sosteniendo una copa que miraba a los invitados.

–Hijo, aquí está tu prometida. Caminaba aún lado de él.

Le entregaba su copa aún sirviente que pasaba, regresando a ella con una sonrisa, tomó la mano derecha de la joven depositando un beso en el dorso de su mano.

–es un gusto por fin conocerte, Srta. Morrison.

Lily sentía como el calor subía a sus mejillas, un ligero rubor se mostraba, era más alto que su hermano, sus ojos grises le cautivaban, miro a un lado para tranquilizarse.

–el gusto es mío. Joven Hawk.

–srta. Morrison se que ya había aceptado pero no he podido darle esto. Se hincaba sacando una cajita. –se casaría conmigo. Le mostraba la sortija de oro con un diamante en forma de gota, pequeños diamantes de diferentes colores la adornaban.

Lily veía a sus padres quienes la observaban al igual que el Sr. Hawk. Miraba a Erik quien esperaba su respuesta. Erik respiraba profundo mientras veía el nerviosismo de la joven que tenía enfrente, subió un poco más su mirada se topó con los ojos azules que tenían un brillo que le llamaba, comenzaba a sentir un calor en su pecho, escuchó la voz de la joven que comenzaba a decir algo.

–acepto, joven Hawk.

Con una sonrisa extendió sus manos para tomar la sortija. Erik se levantaba, tomaba su mano y le colocaba la sortija de compromiso en el dedo anular izquierdo. Sonreían para los presentes quienes les aplaudían Erik le ofrecía su brazo derecho para caminar juntos y Lily lo aceptaba.

–Srta. Lily vamos a nuestra mesa.

–si, joven Erik.

–Por Favor acompáñenos.

–con mucho gusto Joven Hawk. Carlos caminaba aún lado de su madre.

–si hijo.

Caminaba la Sra. y Carlos detrás de la pareja, los invitados los veían, los dos hombres caminaban más atrás platicando.

–se ve que lo educaste bien a tu hijo. Sonreía el Sr. Morrison.

–mi hijo, insistió en darle la sortija personalmente en cuanto la viera.

–y como que daríamos con el apoyo de material, Sr. Hawk.

–en cuánto se casen, no existirá problema en lo acordado.

–puedo esperar tres meses más.

Al llegar a la mesa un sirviente interrumpió, para informarles.

–Sr. Hawk todos los invitados han llegado.

–¿todos tienen una copa?

–si, Sr.

–puedes retirarte. Caminaba al centro al frente de las escaleras. –buenas noches, damas y caballeros gracias por asistir, el día de hoy y compartir con nosotros está fiesta de compromiso de mi hijo Erik Axel Hawk con Lily Morrison, si más dejo que festejen con nosotros nuestra felicidad de este compromiso.

Todos los invitados levantaban su copa, brindando por la pareja, la música comenzaba a tocar algunos se encontraban bailando, Erik veía a Lily que miraba la pista.

–me permitiría está pieza. Le extendió su mano.

–¡si! Tomaba la mano que le ofrecían.

Todos los observaban, al llegar al centro de la pista, Erik la tomó de la cintura con su mano derecha, con la otra tomaba gentilmente la de Lily, quien colocó su mano derecha en el brazo que sostenía su cintura. La música comenzaba, al igual que sus movimientos en la pista, seguían sin darse cuenta que comenzaban a dejarlos bailando solos.

Los amigos de Carlos observaban a la pareja en la pista, se acercaron a su amigo, alejándose de sus parejas. Carlos veía como se desenvolvían en la pista cuando fue sacado de sus pensamientos.

–ahora ya se por que la tenías bien guardada. Jonathan lo miraba.

–si, y ahora ya no podremos ser parientes. Sonreía Johnny.

–jajajaja si mi hermanita es muy hermosa, y muy pronto se casará. Los miraba, señalando a sus prometidas y sonreía.

–déjanos respirar. Decían los dos y reían.

Erik veía a su alrededor antes que terminara la música, el aire que guardaba en su pecho escapó como un suspiro. Lily trataba de no incomodarse al ver las miradas, seguía sonriendo a pesar que solo quería salir del lugar.

–si gustas podemos salir al jardín un rato.

–si, está bien. Caminaba a su lado

–hijo ¿a dónde vas la fiesta aún no termina?

–padre solo saldremos al jardín a ver las estrellas.

–no creo que sea buena idea que estén solos.

–lo se padre por eso estaremos en el jardín.

Caminaban fuera lejos del ruido de la fiesta a una fuente que se encontraba en medio de unos rosales tomaron asiento en una banca enfrente de ella. Lily veía la caída del agua del cántaro que sostenía encima de su hombro izquierdo la escultura femenina en medio de la fuente. El cielo estaba iluminado por una luna menguante, sin pensarlo recargo su cabeza en el brazo derecho de él. La volteo a ver, recorrió con la mirada al llegar a sus labios carmín, una atracción se apoderó de su mente el deseo de probarlos, cerraba sus ojos tratando de sacar esa idea.

–¿qué me pasa? ¡no debo ceder a mis impulsos! Si le hago algo el apellido Hawk quedará manchado. Pensaba mientras respiraba profundo tratando de calmarse.