Todo lo que había dicho esa chica, había sido una bomba de información para Senku.

Nunca se hubiera imaginado que su padre junto a los demás tripulantes del Soyuz y la estación espacial fueran capaz de eso, sobrevivir sin ningún tipo de ayuda, vivir en lo que era un mundo sin todos los avances tecnológicos, y lo más importante.

Byakuya había sido capaz de hacer una historia sobre él, su viejo había terminado por crear lo que se tomaría por algo fantástico e irreal.

La misma chica frente a él era una descendiente de su padre o de Lillian, Shamil, Connie, Yakov o Darya. Eso hace miles de años atrás, mientras él estaba petrificado en Estados Unidos, mientras él contaba todos esos segundos esperando despertar.

—Esto... .-se llevó las manos a la cabeza tratando de procesar toda esa información-. Ese viejo... .-sonrío mientras sentía sus ojos algo llorosos-. Ese viejo logró volver a la tierra, lo logró.

Frente a él, la rubia se acercó a poner sus manos sobre sus hombros, en una muestra de darle su apoyo.

—Entonces... ¿Eres el Ishigami Senku de la historia número cien? .-preguntó con algo de duda en su hablar.

Bien, que se tenía que ver patético ahora mismo, recordando que eso solo era una muestra de debilidad, se paró firme como Stanley le enseñó de niño y vio a los ojos de aquella desconocida.

—Lo soy .-sonrió más para darse ánimos que para ella-. Diez billones de puntos para ese viejo.

—Pe-pero entonces ¿Eres mi familiar o algo por el estilo?.-Kohaku tartamudeo ante esa duda, eso significaba que todos en la aldea también lo eran.

—No. Yo no soy hijo de sangre de Byakuya.

Se acercó al tronco del árbol para poder sentarse, necesitaba hacerlo para poder continuar.

—Entonces, eso también significa que Lillian vivió. Significa que mi viejo y ella también me dieron algún hermano .-río ante el comentario idiota que salió sin razón alguna, posiblemente era un acto de querer relajarse-. Entonces, Leona ¿Dónde queda esa aldea de la que hablaste?

Cuando notó que la joven frente a él iba a hablar, escuchó un fuerte grito proveniente del bosque.

¡KOHAKU!

De una manera absurdamente rápida, la chica lo agarro del brazo y corrió en dirección contraria a la voz.

—¡Prometo mostrarte la aldea! Pero en otra ocasión, ahora mismo mi padre no es una persona que quisieras conocer, Ishigami Senku.

Mierda, sus piernas estaban demasiado cansadas en ese minuto como para seguirle el ritmo, pero había algo en el hablar de ella que lo convenció de seguir corriendo hasta que llegaron casi cerca de la playa, donde por fin esa rubia ilógica se detuvo.

Respiraba agitado tratando de recobrar el aliento, demonios que su condición física no era la mejor.

—Podrías... .-dio un largo respiro antes de poder continuar-. Por favor... No volver a hacer eso...

—¡Lo siento! ¿Estás bien? .-se acercó al chico colocando su mano sobre su espalda-. Respira.

—Se lo que tengo que hacer .-suspiró cuando por fin pudo regular su respiración-. ¿De quién demonios escapamos?

—Mi padre, es el jefe de la aldea y sinceramente... No creo que le haga gracia verte, de hecho, estoy segura de que no creería en mis palabras .-hizo una mueca al pensar en la reacción de su padre si le dijera que aquel chico era hijo del fundador.

—Ah, creo que entiendo de alguna forma eso .-rodó los ojos luego de que por su mente pasarán Xeno y Stanley. Seguramente ellos se negarían a creer en lo que le dijo aquella chica... De hecho, ni él lo creía del todo-. ¡MIERDA! .-se llevó ambas manos a la cabeza y giro la mirada en dirección al sol, haciendo un cálculo rápido podía decir que posiblemente ya pasaban de las dos de la tarde-. ¡Mierda! ¡Mierda!

—¿Estás bien? ¿Sucede algo? .-Kohaku que hasta en ese minuto seguía con la mano sobre la espalda de Senku ladeó la cabeza.

—No sé tú, pero yo no debería estar aquí .-gruño tratando de calmarse, en vano-. Se supone que mis amigos y yo venimos en una misión en específico. Mierda, sí Charlotte ya le dijo a Xeno... ¡Mierda!

Kohaku no entendía nada de lo que hablaba o de quienes hablaba, pero había algo que sí le hizo eco en su mente... ¡Su padre la estaba buscando! Ahora si se había ganado tener a Jasper y Turquoise todo el bendito día vigilándola.

—¡Ishigami Senku! .-gritó para llamar la atención del joven que seguía divagando para sí mismo-. Tengo que volver a la aldea, mi padre me busca y-...

—Senku, solo Senku .-rodó los ojos y soltó un suspiro ya un poco más tranquilo después de haber elaborado una rápida mentira que le diría a sus tutores-. Escucha, necesito respuestas y al parecer tu eres la única persona que puede dármelas... Entonces .-se aclaró un poco la voz y para luego ponerse firme, mierda que Stanley lo había condicionado como un soldado desde pequeño-. Mañana por la noche, vuelve al árbol caído. En ese entonces podremos hablar más tranquilos, aunque me será difícil quitarme de encima a mi .-hizo unas comillas con sus dedos-. Guardaespaldas, pero volveré .-hizo una sonrisa ladina mientras extendía la mano hacía la rubia-. Lo prometo.

Kohaku estaba algo sorprendida, era verdad que ahora le sería difícil salir de la mirada de sus guardias, pero el chico frente a ella le daba confianza, y además como él mismo lo dijo. Ella era la única que le podía dar respuestas.

—Nos vemos mañana, Senku .-sonrío mientras apretaba la mano del joven para después correr en dirección al bosque.

Ya una vez solo, Senku soltó un gran suspiró y se recostó en el suelo colocando las manos sobre su cara.

Su padre sobrevivió, y se le ocurrió la manera más loca y acertada de dejarle un mensaje, después de todo Byakuya no era un idiota, su padre también podía considerarse un genio, era un hombre impresionante, cuido solo de él hasta sus siete años, lo consintió en muchas cosas, llegando incluso a vender su auto solo para tener dinero y comprarle todo lo necesario para armar un improvisado laboratorio en su cuarto.

—Viejo idiota... .-sonrío con algunas lágrimas en los ojos mientras veía sus manos-. No puedo entender cómo es que Lillian terminó enamorándose de ti, aunque estoy diez billones por ciento seguro de que ella apoyó esta idea loca tuya .-rio un poco antes de levantarse y gruñir sus ojos para ver al cielo-. ¿No es así, papá?

Si su padre sobrevivió, eso significaba que tenía fe en él, su padre sabía que él querría revivir a todo el mundo, porque Byakuya lo conocía mejor que nadie, incluso mejor que él mismo.

Entonces, era hora de dejar de ser un cobarde.


Llegó justo a tiempo, justo antes de que su padre llegará al lugar dónde Senku había hecho esa "ciencia".

Así que ahora se encontraba caminando de vuelta hacía la aldea, escuchando todos los regaños por parte de Kokuyo, en compañía de Jasper y Kinro quién cada cierto tiempo pedía perdón por no percatarse de su huida de la aldea.

—¡¿Es que acaso no entiendes?! ¡La torre es tú lugar, Kohaku! .-Kokuyo estaba furioso, sobre todo porque su hija no entendía la responsabilidad que significaba ser Sacerdotisa-. ¡¿Y que son todos esos raspones en tus brazos?!

—Ya te dije .-gruñó mientras colocaba sus manos sobre sus brazos, acariciándose a sí misma para calmarse y no iniciar una nueva pelea-. Después del temblor me caía y resbale, me golpee tan fuerte que en un momento me desmaye.

Era una pésima mentirosa, de hecho, su mentira era la menos creíble que pudo inventar en ese momento, pero su padre solo estaba preocupado de seguirle gritando que tenía que haberse quedado en la maldita torre.

Al llegar a la aldea, pasaron por la choza de Chrome y pudo ver por un momento al castaño, asando un par de peces en una fogata, pero su rostro estaba totalmente perdido en el fuego, esos peces se iban a quemar si no los sacaba en ese momento, pero hubo algo que le llamó más la atención.

Chrome tenía ojeras, demasiadas ojeras y su rostro estaba pálido ¿Acaso de verdad se estaba alimentando bien? Desde la muerte de su hermana y su ascensión a sacerdotisa no había hablado mucho con él, pero ahora estaba mucho más preocupada que antes por su amigo. Quiso intentar ir, pero nuevamente su padre la retuvo gritando nuevamente que mancharía su honor pasar tanto tiempo con el castaño antes de la gran batalla y la verdad era algo que a ella le importaba la nada misma, ahora solo tenía dos cosas en mente.

Su reciente encuentro con Ishigami Senku y de si su amigo se encontraba bien.


Para fortuna de Senku, cuando arribó al barco solo se encontró con sus amigos los cuales lo abordaron con preguntas sobre su paradero, al notar que Charlotte no había vuelto y que se había llevado con ella a Ukyo decidió que lo mejor sería contarles la verdad, desde el encuentro con aquella extraña hasta la fantástica historia poco creíble que le había dicho.

—Entonces... ¿Byakuya-san vivió? .-Gen habló sin dejar de ver el suelo.

Toda la historia de Senku había terminado en un silencio algo incomodo, después de todo su amigo se acababa de enterar que su padre estuvo vivo todo el tiempo en que él se mantuvo contando segundos infinitos en esa oscuridad.

—Es... Casi imposible de creer, Senku .-Tsukasa miraba a su amigo una expresión seria en su rostro. Comprendía del porque se había perdido por casi todo el día.

—Sé que es imposible de creer .-sonrió sin despegar la vista del suelo-. Ni yo estoy seguro de que todo esto sea verdad, pero sé que si había alguien que podría hacer toda esa locura era Byakuya .-su sonrisa se volvió algo triste mientras levantaba la mirada para ver a su amigo-. Lo siento... Por mi culpa perdimos un día de búsqueda.

—¡NO ES UN DÍA PERDIDO, SENKU! .-el grito de Ryusui quitó toda la seriedad del asunto que estaban hablando-. Hiciste un gran descubrimiento hoy, has encontrado una persona que tiene el legado de tu padre vivo en ella .-chasqueó los dedos con una sonrisa en su rostro-. Está búsqueda se ha vuelto mucho más interesante de un momento a otro. Sé que Tsukasa me entiende.

Senku quería golpear al mimado de Ryusui en ese momento ¿Acaso no entendía? Habían perdido un día completo dónde pudieron buscar a Mirai, incluso con el movimiento de hace un par de horas podía ser posible que no encontraran la estatua en buenas condiciones.

De hecho, iba a ir directo a golpear al Nanami cuando Tsukasa habló.

—Ryusui tiene razón .-la sonrisa en el rostro de Tsukasa era tan sincera que hasta al joven científico le daba rabia-. Mañana podremos buscar a Mirai. Hoy tú has encontrado a información sobre tu padre.

—¿Soy el único que está pensando en que Charlotte puede volver en cualquier momento? .-Gen habló un tanto nervioso. Por un lado, estaba feliz por su amigo, pero por el otro le preocupaba lo que pudiera pasar cuando regresará Charlotte.

Nuevamente un silencio se sembró entre el grupo a bordo del barco.

Senku ya tenía pensada su mentira, su coartada para que Xeno y Stanley no se volvieran locos en el llamado que haría una vez se hiciera de noche, por ahora quería tratar de despejar su mente después de la bomba de información recibida, pero con Charlotte las cosas no serían tan fáciles.

La militar estaba entrenada en ese tipo de cosas, de sacar información hasta encontrar lo que quería, y él era un buen mentiroso, pero ya varias veces por culpa de ella lo habían atrapado tratando de experimentar con el líquido D en el jodido castillo de Xeno, por eso estaba aliviado de que Ukyo fuera en su búsqueda con ella, así podría evitar la cueva de los milagros.

Y lo peor era, que mañana tenía que volver a reunirse con aquella rubia.

—¡Tengo una idea! .-Ryusui chasqueó los dedos nuevamente llamando la atención de todos allí-. Es seguro que apenas vuelva se irá contigo a hablar con Xeno y Stanley.

—No. No lo hará porque Xeno le prohibió escuchar lo que hablamos .-Xeno no le tenía estima a Charlotte y por el mismo lado Charlotte no le tenía estima a Xeno, ambos idiotas enamorados de Stanley, solo que Xeno resultó vencedor. Aunque el hecho de que no escuchará lo que hablarán era por otro motivo.

—¡Mejor! .-otro chasquido de dedos-. Mientras que tú hablas con Xeno y Stanley, nosotros la distraemos.

—Ryusui-chan... Estamos pensando en que haremos cuando ella vuelva. En qué le dirá Senku.

—¡Pero si él dice a ellos antes que Charlotte, no se enterara! Y estoy seguro de que Senku ya tiene su coartada lista.

—Hablas de meterme en el momento exacto a hablar con esos dos... .-sonrío después de pensarlo un poco-. Diez billones de puntos para ti, capitán.

Si, ahora solo quedaba esperar a la vuelta de la militar.


Mientras Xeno dormía, Stanley lo observaba fijo recostado a su lado, le había costado convencer al científico de dormir mientras esperaban noticias de Charlotte sobre la repentina desaparición de Senku. Quizás ambos exagerando con llamarlo desaparición, pero estaban preocupados por el mocoso que conocían desde hace años, mocoso hijo de su amigo, mocoso al cual protegían.

Él sabía que algo como eso podía llegar a ocurrir, pero confiaba en Charlotte con encontrarlo, sobre todo sano y salvo. Porque si no, además de haber perdido a sus amigos, él y Xeno habrían perdido a la única persona que les recordaba a Byakuya, la única persona que había jurado cuidar en frente de Byakuya y Lillian, y no solo eso.

Él también perdería a Xeno.


A ver mocoso .-Stanley tenía las manos sobre las del niño de diez años quien sostenía una pistola-. Vamos a apretar el gatillo a la de tres .-sonrió cuando vio como el mocoso se tensaba ante esas palabras. Lillian y Byakuya lo matarían si llegasen a enterarse de eso, pero el mocoso insistió-. Uno... dos... tres.

Un disparo limpio impacto en el centro del cartel, había ido a recoger al mocoso de la escuela por petición del padre de este, pero en el camino Senku comentó que le gustaría aprender a usar un arma y quien mejor que él para enseñarle.

¡Le dí! .-Senku sonrío mientras bajaba la pistola y miraba a Stanley, emocionado después de haber acertado.

Bien hecho mocoso, aunque .-quitó la pistola de manos del niño, aún quedaba una bala por ocupar-. Yo prefiero apuntar a la cabeza.

Y sin siquiera despegar la vista del niño, disparó. Por la cara que tenía el mocoso en ese momento estaba seguro de que había acertado, aunque no le sorprendía.

¡Eres un sádico Stan! .-Senku hizo una mueca mientras se quitaba los protectores auditivos-. ¿Sabes?, esto de las armas no es para mí .-se encogió de hombros caminando a la salida de aquella sala.

Stanley ya sabía eso, había algo en el mocoso que le decía que jamás llegaría a tomar un arma de manera que pudiera lastimar a alguien.

Después de salir de aquel lugar, lo llevó de vuelta al edificio de la NASA donde se encontraba el padre y madrastra de este, junto a su mejor amigo, el doctor Xeno.

Tan pronto el niño entró al lugar corrió a hacía su padre, siendo recibido por un abrazo de Byakuya quien lo alzó y para Stanley eso era completamente diferente a como había sido criado, por lo cual lo sorprendía, mucho más lo sorprendía Lillian quien se acercó a besar la frente de Senku.

¡Ya paren los dos! .-Senku gruñó mientras lograba soltarse de los brazos de Byakuya.

Lo siento hombrecito .-Byakuya rio mientras acariciaba de manera algo torpe la cabeza de Senku-. Gracias por traerlo Stanley ¿Qué tal el día, Senku?

Bien, aprobé el examen de matemáticas .-sonrío caminando a dejar su mochila sobre el sillón, se encontraban en el lugar de descanso de los residentes-. También, Stanley me enseñó a disparar.

Mierda, se había olvidado de decirle que eso tenía que quedar entre ellos y tan pronto el mocoso dijo esas palabras, Lillian se acercó a él mirándolo con mala cara. Se llevaría un regaño.

¡¿Por qué le enseñas esas cosas?! .-la rubia tenía las manos sobre la cintura, parecía una madre regañando a su hijo-. ¡Pudo pasarle algo!

Stanley, no creo que sea algo que necesite aprender un niño de diez años .-Byakuya se acercó a él y se colocó junto a su esposa.

El mocoso quería aprender, si no le enseñaba no me dejaría tranquilo .-señaló a Senku quien lo vio con una cara de terror.

Inmediatamente, los focos de regaño cambiaron hacia el niño quien trataba de hacerse el despreocupado rascando su oído con el dedo meñique.

¿Por qué lo regañan? .-Xeno entró al lugar con unos cuantos papeles en brazos.

El mocoso me pidió que le enseñara a disparar .-se acercó a la particular familia junto a Xeno, el científico mantenía una sonrisa a su lado-. No le iba a pasar nada.

Eso lo sé .-Byakuya habló soltando un suspiró y se sentó junto a Senku-. Se que no le pasaría nada a tu cuidado, lo que no quiero es que ocupe le termine gustando más la armas que la ciencia, supongo. Ya es bastante peligroso con todos sus experimentos, sobre todo para mi economía.

¡Moh! ¡Stan! Sabemos que no le pasará nada contigo, esto también es por no pedirle permiso a Byakuya primero .-Lillian pellizco la mejilla de Senku que seguía tratando de disimular que no le importaba aquel regaño.

Y él iba a hablar justificando todo eso, pero Xeno fue el que respondió.

Senku está seguro al lado de Stanley. Así mismo como lo está cuando le enseñó sobre la elegancia de la ciencia .-Xeno se giró a verlo con una sonrisa en el rostro, una sincera sonrisa y no la que siempre usaba para ganarse a la gente-. Stanley y yo cuidaremos de Senku. Él lo cuidaría con su vida ¿No es así, Stan?

Stanley tenía tres pares de ojos viéndolo, no era posible que todos en aquella sala confiaran tanto en él como para decir eso. Su único amigo hasta ese momento había sido Xeno, pero ahora tenía a Byakuya y Lillian, junto a eso tenía al malcriado del mocoso de Senku.

Como buen militar, se puso recto y asintió con una sonrisa en el rostro.

Cuidaré bien del mocoso, con mi vida.

Los adultos presentes allí le sonrieron mientras el niños solo le sacaba la lengua y rodaba los ojos, para luego volver a ser regañado. Xeno se acercó a él con una sonrisa mientras asentía.

Ese había sido un acuerdo silencioso para cuidar de aquel niño.


Aquel recuerdo, solo le aseguraba que su temor de perder a Senku y Xeno era verdadero. Confiaba en Charlotte, pero de no llegar a encontrar al mocoso no tendría piedad en eliminarla, no si ella había perdido el último recuerdo que tenía de sus amigos.

Se levantó de aquella cama que compartía con Xeno y se encamino a la ventana, a lo lejos podía notar un poco del amanecer, y sin respuestas del mocoso. Mierda.

Ya estaba pensado en salir de aquel lugar y tomar el avión que Xeno había construido, aunque no estuviera del todo acabado, cuando la radio sonó.

Xeno, aquí Senku. ¿Estás despierto?

Y el alma rápidamente le volvió al cuerpo. Corrió a tomar el radio, con el alboroto Xeno despertó de golpe porque pudo escuchar como gruñía desde la cama.

—¡MOCOSO! .-presiono el radio en su mano, quería darle un buen golpe por haberlo asustado-. ¡¿Dónde demonios estabas?! ¡¿Estás bien?!

Si, exageran. No soy un crío como para no saber cuidarme solo.

—¡Responde la pregunta!

Xeno se acercó a él y le quito el radio de mano, era obvio que había borrado todo el rastro de sueño de su cara.

—Senku, espero una buena explicación para tu ausencia .-la mirada de Xeno, lejos de ser la de alguien recién levantado era una seria, casi podría decir que era helada.

Sí, hola Xeno ¿Qué tal? .-se escuchó como que hacía un gruñido o algo parecido-. La razón por la que me ausente hoy es porque alguien además de nosotros sobrevivió a la petrificación

—¿Qué estás diciendo? .-por un leve segundo, la respiración del científico se detuvo

Dije, que alguien más sobrevivió a la mierda esta.

—¡¿Y quién mierda es?! .-eso no justificaba nada para Stanley, no lo hacía para nada.

Ishigami Byakuya, mi padre.

Y tanto él como Xeno abrieron los ojos ante la sorpresa de escuchar lo que decía el mocoso.


Dije que no iba actualizar, pero esto me distrajo de todo lo que está pasando.
Las cosas se pondrán interesantes aquí.
Gracias por leer y perdón lo flojo junto a la mala redacción.
¡XOXO!